domingo, septiembre 01, 2019

La esclavitud en la Edad Moderna y Contemporánea


Cesáreo Jarabo Jordán

Es a partir del siglo XV cuando el crecimiento de la esclavitud es visible en Europa, siendo que, como hoy sucede con el aborto, era concebido como un mal admisible que alcanzaba un número de unos dos mil esclavos al año, pero no es hasta mediado el siglo XVII cuando se dispara el tráfico transoceánico.

El tráfico, a escala que nada tenía que ver con lo que sucedería a partir del siglo XVII, tuvo lugar por acción directa de Fray Bartolomé de las Casas, que se impuso a la voluntad de la Corona, procediéndose a la importación de esclavos negros a las Antillas, para suplir el trabajo indígena que, por las leyes de protección del mismo y por el despoblamiento ocurrido como consecuencia de las epidemias, que diezmaron la población indígena, no cubría las necesidades mínimas de La Española, única posesión española en América en aquellos momentos.
Pero en estos momentos, ese tráfico podemos considerarlo como insignificante, siendo mucho más importante el desarrollado en la cuenca mediterránea, donde turcos y árabes llevaban una actuación frenética que tampoco era la única que se llevaba a término.
Así, existen datos que nos señalan que en Nápoles y en otros lugares, muy especialmente en el norte de Europa, existía comercio de esclavos.

La conquista de Trípoli, en 1510, amontona tantos esclavos en el mercado siciliano que no queda más solución que venderlos muy baratos; el precio por unidad oscila entre los 3 y los 25 ducados, y las galeras de Occidente renuevan, de golpe, sus remeros. (Braudel 2: 139)

En cualquier caso, el problema moral que representaba la esclavitud no se planteaba sobre el hecho de la posesión, sino sobre el trato aplicado a los esclavos.
La Iglesia, muchos de cuyos representantes poseían esclavos, aconsejaba la manumisión, y la verdad es que el consejo tuvo gran predicamento en el mundo hispánico, siendo que ya Felipe II emitió una pragmática señalando la obligación de pagar impuestos que tenían los libertos. Y es que a esas alturas, aproximadamente el 70% de los esclavos que habían sido introducidos en América eran libres.
Los esclavos, en la España americana, podían comprar su libertad de forma relativamente fácil, y en caso de malos tratos tenían el recurso del conocido como protector de esclavos, que acababa  obligando al propietario maltratador a transferir el esclavo a otro dueño, o a manumitirlo.
Luego llegaría la trata europea; ingleses, holandeses y franceses, pero también suecos y daneses tomarían decididamente la iniciativa. Con el concurso de los reyezuelos africanos, únicos suministradores de esclavos, llevaron a cabo un traslado masivo de madera de ébano que, si en el viaje transatlántico sufría un elevado número de bajas que hasta 1700 se calcula que alcanzaba a la quinta parte de los esclavos transportados, al llegar a destino estaba abocado a un trato inhumano que sólo conoce parangón en el mundo árabe. Sin posibilidad de manumisión, sin derechos de ningún tipo, con un porcentaje de mujeres esclavas que dejaba sin poder cubrir las necesidades reproductivas del 70% de los varones transportados, se hacía necesario un constante aporte de nuevos esclavos para cubrir las bajas que ineludiblemente se producían.
No en todas partes se daban esas características de maltrato. Así, el 21 de septiembre de 1541 Carlos I dictaba una pragmática por la que se imponía el descanso dominical y de fiestas señaladas, que debía ser aplicado a toda la población.

Mandamos que los domingos y fiestas de guardar no trabajen los indios, ni los negros, ni mulatos, y que se dé orden que oigan todos misa y guarden las fiestas como los otros cristianos son obligados, y en ninguna ciudad, villa ó lugar los ocupen en edificios ni obras públicas, imponiendo los Prelados y Gobernadores las penas que les pareciere convenir á los indios, negros y mulatos, y á las demás personas que se lo mandaren, lo cual se ha de entender y entienda en las fiestas que, según nuestra Santa Madre Iglesia, Concilios provinciales ó sinodales de cada provincia, estuvieren señaladas por de precepto para los dichos indios, negros y mulatos. (Recopilación de las Leyes de Indias, Tomo I Ley XVII)

En cualquier caso, y como venimos señalando, la esclavitud estaba social y políticamente vigente, si bien es cierto que su aplicación era escasa y principalmente ejercida por algunos nobles y por altos cargos de la jerarquía eclesiástica, representando principalmente un símbolo de estatus social.
Pero esa situación se nos presenta como idílica si la comparamos con el  reglamento de esclavos de Cuba de 1842, donde ciertamente no se anula la instrucción sobre que los esclavos deben ser instruidos en la religión, y si bien marca que la misma sea en horario no laboral, es de destacar que este reglamento modifica muy a la baja los derechos que tenían los esclavos durante el periodo en que España no estaba sometida al dictado británico.

En tiempos ordinarios trabajarán los esclavos de nueve a diez horas diarias, arreglándose el amo del modo que mejor le parezca. En los ingenios durante la zafra o recolección serán diez y seis las horas de trabajo, repartidas de manera que se les proporcionen dos de descanso durante el día, y seis en la noche, para dormir.(Reglamento de esclavos de Cuba: 1842)

Evidentemente, a estas alturas de la historia, se les privaba del derecho a la jornada de ocho horas y a los días de descanso, que tenían adquirido desde el siglo XVI.
Y también, a estas alturas de la historia sucedía algo inaudito en la España anterior a la instauración del liberalismo.
Siendo que desde el siglo XVIII, con la Ilustración expandiéndose de la mano de los agentes franceses que fueron tomando paulatinamente el poder, la esclavitud en la España americana ya había sufrido un sensible incremento, con la caída de España bajo el poder británico, y siendo que Inglaterra había prohibido el tráfico transoceánico de esclavos, a la altura de 1840 llegaba a Cuba del orden de 140.000 esclavos por año, el doble que a principios de siglo, y la marcha continuó hasta 1865, siendo que en este periodo estaba sucediendo lo que nunca había ocurrido: traficantes españoles se dedicaban al tráfico, y la regente Maria Cristina tenía intereses económicos directos en la trata. Finalmente había triunfado el espíritu protestante que santifica el enriquecimiento y que con Calvino eleva la usura a aspiración legítima del hombre.
Lo mismo sucedía con los otros dos reductos de importación de esclavos en América: Brasil y los Estados Unidos, de forma y manera que durante el siglo XIX llegaron a transportarse a América hasta cuatro millones de esclavos, la mayoría a los Estados Unidos, con lo que el siglo XIX, el siglo del abolicionismo, fue el segundo en número de esclavos transportados, después del siglo XVIII, en el que se transportó hasta siete millones, el 50% del total de la trata atlántica.
En estos momentos, el tráfico de esclavos estaba en todo su apogeo, siendo que durante este siglo XVIII, ingleses y franceses se hacían una fuerte competencia, si bien con claro predominio británico, que acaparaba el 50% de todo el tráfico, cuyo origen era especialmente el territorio conocido como Senegambia (Senegal y Gambia), la Costa de Oro y la Costa de los Esclavos (Ghana, Togo, Dahomey, Nigeria), el delta del Níger, cuyo suministro fue más significativo en uno u otro momento, y el Congo y Angola, que fueron origen del tráfico durante los cuatro siglos que África suministró esclavos a América.
Y en 1820, el emperador mexicano Agustín de Iturbide permitió que colonos usenses que usaban mano de obra esclava se instalasen en Texas, siendo que en México había sido abolida la esclavitud. El resultado fue la separación de Texas y su posterior anexión por parte de los Estados Unidos.
Pero no fue el siglo XIX, con el consiguiente dominio británico el que marcó el fin del humanismo cristiano en los métodos aplicados por España. Inglaterra, y sus agentes, enquistados desde la corona misma hasta todos los puestos de control social y económico, cerraron definitivamente el proyecto de España, cierto, pero las bases para que tal hecho sucediera vinieron de la mano de Felipe V y se desarrollaron a lo largo de todo el siglo XVIII, siendo que para el caso que nos ocupa, uno de los principales dislates fue el llamado Tratado de Madrid de 13 de enero de 1750, celebrado entre los Borbones Españoles y  Portugal, por el que se marcaban las fronteras entre las monarquías españolas en el Nuevo Mundo por las cuales España cedía vastísimas zonas territoriales a Portugal; justamente las que estaban administradas por  las misiones jesuitas en el Orinoco, el Amazonas y el Uruguay, territorios que pasarían a ser lugares de caza de esclavos, lo que ocasionó grandes desplazamientos de la población.
Curiosamente, el protagonista de este abandono fue Ricardo Wall, a la sazón ministro de Estado de Fernando VI y anterior embajador en Londres, que también curiosamente tenía una estrecha relación con el que era embajador inglés en Portugal, desde 1746, Benjamín Keene, agente de la Compañía del Mar del Sur, la empresa británica dedicada al tráfico de esclavos... Y Portugal ya estaba bajo la órbita británica desde 1640.
El desarrollo de la Ilustración puede explicarnos esta actuación de Ricardo Wall, y es que el ministro era ilustrado, y la Ilustración es, sin lugar a dudas, esclavitud, que ya Inglaterra venía imponiendo a sus propios súbditos desde principios del siglo XVI cuando comenzó a llevar miles de niños raptados1 a las colonias recién implantadas en América, donde recibirían las mayores vejaciones hasta su muerte.
Pero retomando el curso histórico, y cuando ya el abolicionismo hacía un siglo que se había impuesto y a lo largo del siglo XIX había culminado sus presuntos objetivos, nos encontramos un siglo XX con situaciones que se asemejan a la realidad padecida por los ingleses deportados a Australia.
Así, en la Rusia de 1914, la situación del campesinado, sobre todo en las granjas estatales, era similar a la esclavitud feudal zarista, y los obreros industriales no estaban mucho mejor, sometidos a jornadas de trabajo extenuantes y a salarios de miseria.
En 1915, la población ucraniana, sometida a un sistema que podemos calificar de esclavitud, padeció una gran mortandad, consecuencia de una hambruna que devino tras una pésimas cosechas. Y la esclavitud se extendió no sólo al mundo agrícola, ni se limitó a Ucrania.
En 1918 toda la vida económica soviética estaba en poder del estado, y ello conllevó a situaciones similares a la de Ucrania, por ejemplo, en Astracán, de donde históricamente se venía surtiendo de pescado a un amplísimo mercado, y donde dejó de encontrarse ningún producto del mar, bajo penas que recaían tanto en el comprador como en el vendedor.

Los víveres eran confiscados, vendedores y compradores fusilados. Astracán, rodeado de trigo y de pescado, perecía de hambre. La ciudad era como una isla cuyos habitantes mueren de sed en medio de un mar de agua potable…” (Baynal 1920)

Pero no era sólo Astracán; todo el imperio soviético estaba sumido en el hambre, siendo que había reservas suficientes para alimentar a toda la población. Los culpables, según la propaganda soviética, eran otros...
El 10 de Marzo de 1919 se declaró huelga en Astracán, que fue reprimida con artillería que se cobraría la vida de dos mil víctimas. La artillería no hacía sino obedecer las órdenes del Soviet Supremo:

Reprimid sin piedad… Se fusilaba en los sótanos…Muchos hombres fueron precipitados al Volga, atados… Fue a principios de abril cuando las ejecuciones empezaron a decrecer en número.” (Baynal 1920)

Pero si para calificar estas actuaciones de la URSS como hechos de esclavitud debemos remitirnos al nuevo concepto que de la misma impuso Inglaterra, para hablar de esclavitud como tal en la URSS debemos remitirnos a los GULAG, campos de trabajo en régimen de esclavitud con alimentación insuficiente donde los presos tenían un  día de fiesta al año, el 1 de Mayo, y días de reposo parcial tales como el aniversario de la muerte de Lenin, de la comuna de París y de la Revolución de 1917. Y asistencia médica sólo cuando el reo no podía mantenerse de pie. Suplicios sin nombre del que es a destacar el de ser expuestos, en los meses de calor, desnudos, a los enjambres de mosquitos, y en invierno, al frío…

A principios de los 1920, ya había 70.000 prisioneros en 300 campos de concentración, según "La Revolución Rusa" de Richard Pipes en la Universidad de Harvard, aunque en la realidad había probablemente muchos más. Fue de esta forma que Lenin construyó su archipiélago de GULAG.” (Lina)

Parece que para imponer el socialismo, se utilizaban métodos oportunos, que en el GULAG alcanzaba un mayor refinamiento, como obligar a los reos a contemplar la tortura a que eran sometidos sus compañeros, o a obligarles a humillarlos... Todo conforme a preceptos marcados por Lenin.
Y la población candidata a esta esclavitud era la de toda la URSS.
Por otra parte, las secuelas se hicieron evidentes. Así, por ejemplo, entre estonios que fueron enviados a campos de trabajo forzado a otras partes de la gran red carcelaria comunista se encontraron numerosos desórdenes de salud causados por medidas represivas directas. Algunos de ellos fueron:
Inanición, marasmo nutricional, distrofia alimentaria, deficiencias vitamínicas crónicas, pelagra, escorbuto y los síntomas causados por estas y sus resultados indirectos.
Neumoconiosis crónica, causada por trabajar sin medidas protectoras en minas subterráneas de cobre, oro, níquel, carbón, etc.
Enfermedades por radiación con neumoconiosis causada por explotación de minerales radiactivos (uranio, etc.) en Kolyma, Norilsk y otros campos de prisioneros. Muchas de las víctimas murieron en Estonia poco después de regresar a casa.
Enfermedades infecciosas, como tuberculosis pulmonar u ósea y los síntomas causados por ellas, tifus - que se esparce a través de la pediculosis - fiebre tifoidea, etc. Una de las enfermedades específicas que afectaron a los reprimidos fue la brucelosis. Muchas mujeres que fueron deportadas en 1949 estaban infectadas debido a que fueron forzadas a trabajar sin protección en granjas de ganados vacunos, ovejas y renos infestados por gérmenes de brucelosis. Muchas de ellas quedaron discapacitadas de por vida, sufriendo serias inflamaciones múltiples en las articulaciones, causadas por la brucelosis crónica.
Los daños permanentes de salud también se manifestaron como síndromes de maltrato, como por ejemplo como resultado de la exposición forzada excesiva al frío natural, siendo dejados sin comida y/o agua potable. Fracturas de huesos y otros daños físicos de los reprimidos eran el resultado de las heridas recibidas durante tortura y/o trabajar bajo condiciones peligrosas para la salud.
Endarteritis de las extremidades inferiores es una enfermedad terminal que resulta de el estrangulamiento de las arterias de las extremidades inferiores, lo que suele terminar en gangrena y la amputación de miembros, o la muerte. Este tipo de daño a la salud solía suceder entre los convictos de largo término que tenían que trabajar en minas de la región polar.
Y a todo ello hay que agregar los traumas mentales, las crisis nerviosas, el pánico, la alta presión arterial, las úlceras gastrointestinales, etc.
La actuación no se limitaría a los primeros años de la Revolución, siendo que en 1941 se produjeron inmensas deportaciones de poblaciones a Siberia, separando las familias, gran parte de las cuales nunca volverían a reunirse, y con una mortandad que si en las mujeres y los niños alcanzaba el 60%, en los hombres llegaba hasta el 90%.
En Letonia, en un solo día, el 14 de Junio de 1941 fueron deportadas a zonas remotas de Unión Soviética alrededor de 15.500 personas;

De ellos 5154 era mujeres y 3225 niños menores de diez años… Unos 5000 perecieron en Oriente o en el viaje allí, o fueron ejecutados. Las listas de deportaciones fueron realizadas con la ayuda de secuaces locales.” (Caden)

Y todo se llevaba a cabo con un método estricto, en todo parecido a la maquinaria esclavista británica2 ; así, Estonia, Letonia y Lituania fueron ocupadas juntamente en 1940 bajo los auspicios del pacto ruso alemán conocido como Pacto Mólotov-Ribbentrop (por los ministros de Asuntos Exteriores ruso y alemán), tras lo cual se produjo una terrible represión que, sólo en Estonia se cobró más de 52.000 víctimas que fueron ejecutadas o deportadas ese mismo año, y tras haber iniciado Alemania la Operación Barbarroja el 22 de junio de 1941, 33.000 estonios, y otros tantos letones y lituanos fueron reclutados a la fuerza en el ejército soviético para, de forma inmediata ser enviados a los gulag, donde un importante número moriría a consecuencia de los malos tratos, al ser considerados poco fiables.
Pero eso sólo sería el principio, porque Alemania tomaría las tres repúblicas bálticas en julio de 1941, que serían retomadas por la URSS en 1944, momento en el que se produjo un elevado exilio, principalmente a Alemania, Suecia y Finlandia, de una población que entre las tres repúblicas no bajaba de las 300.000 personas, de las cuales, casi la mitad fue nuevamente repatriada y condenada a la esclavitud y a la muerte.

Antes de la segunda ocupación soviética en el otoño de 1944, unos 217.000 refugiados huyeron (de Letonia) hacia Occidente, esto es, el 12% de la población.” (Caden)

Y las purgas continuarían; así, hasta la muerte de Iósif Vissariónovich,Stalin,en Estonia fueron arrestadas 30.000 personas; otras tantas en Letonia y en Lituania, y las deportaciones fueron otras tantas, con un destino que no era incierto, sino cierto: la esclavitud y la muerte.

El desastre poblacional provocado por el marxismo en Estonia Letonia y Lituania se cifra en la pérdida del 30% de su población sólo en la década de 1940.(Rislakki)

Se trataba de arrancar de raíz a familias enteras de la tierra donde habían vivido por generaciones y trasladarlos hacia Siberia en condiciones, por demás, miserables. Centenares de miles de familias fueron separadas; padres, hijos y abuelos, de repente, se vieron embarcados en trenes diferentes, con rumbos distintos y muy distantes entre sí, lo que provocó que muchos de ellos no volvieran a verse nunca más…  Las familias eran sorprendidas en sus casas, sin ningún aviso previo, por la policía política soviética, apenas les daban 30 minutos para que se preparasen. Lo tétrico es que ni siquiera fueron sometidos a esos graciosos tribunales titiritescos, tampoco se les dijo las razones por las que eran trasladados ni al lugar donde iban. Es fácil imaginarse el pánico del que fueron objeto los deportados y la conmoción mental que debieron padecer al enterarse, que no sólo dejaban sus bienes y su casa, sino que además, hijos y padres eran separados. (Carrascal, realidad:49)

El artífice de estas operaciones era Lavrenti Beria, ministro del interior entre 1942 y 1945 quien, siendo vicepresidente, el 13 de marzo de 1949, aprobó un nuevo plan de deportaciones que afectaron a cerca de cien mil personas muy jóvenes entre estones, letones y lituanos, que fueron transportadas a los confines de Siberia en trenes para ganado, y cuya mortandad alcanzó el 20% el primer año de exilio... Y mientras, en Australia y Nueva Zelanda Inglaterra organizaba cacerías de aborígenes, y en los Estados Unidos los negros libres padecían situaciones similares a cuando eran esclavos. Pero el proceso de Nuremberg no atendía estas cuestiones.

De todas las personas deportadas el 14 de junio de 1941 (de Letonia), 6.081 (más del 39% del total de deportados) murieron por las terribles condiciones de vida. De ellos, 46,5% eran mujeres (13,7% de ellas eran esposas), 27,9% eran menores de 20 años y 15% eran niños menores de 10 años.” (Caden)

¿Qué dicen las revisiones de los procesos soviéticos?:

Después de 1930, el sistema correccional soviético contaba con prisiones, campos y colonias de trabajo de los Gulag, zonas especiales abiertas y pago de multas. Las personas que eran arrestadas generalmente eran enviadas a las cárceles comunes en tanto se hacían las investigaciones que podían demostrar su inocencia recuperando la libertad, o bien, eran llevadas al tribunal de justicia. En caso de ser pasado al tribunal, el acusado podía ser declarado inocente y quedar en libertad o, en caso de que fuera declarado culpable podía ser condenado a una pena de multa, de prisión o, en casos más excepcionales, a la pena de muerte. Las multas podían ser un cierto porcentaje del salario durante un cierto tiempo. Los condenados a prisión podían ser enviados a diferentes tipos de cárceles dependiendo del tipo de delito cometido. A los campos de trabajo Gulag iban los criminales por delitos graves (homicidios, robos, violaciones, delitos económicos, etc) y una gran parte de los condenados por actividades contrarrevolucionarias. Otros delincuentes con penas superiores a 3 años podían ser también recluidos en esos campos. Después de un tiempo en un campo de trabajo, el preso podía ser trasladado a una colonia de trabajo, o bien, a una zona especial abierta. Los campos de trabajo eran zonas muy extensas donde los condenados vivían y trabajaban bajo gran control. Trabajar y no ser un peso para la sociedad era otra cosa evidente. Ninguna persona se lo pasaba sin trabajar. Puede ser que alguien hoy en día piense que esto es terrible, pero la realidad era así. Existían 53 campos de trabajo y 425 colonias de trabajo Gulag en 1940.
Estas últimas eran unidades más pequeñas que los campos de trabajo, con un régimen más liberal y con menos control. Allí iban los presos con penas de prisión más cortas. Tanto delincuentes comunes como políticos trabajaban en libertad en las fábricas y en la agricultura que era una parte de la economía de la sociedad civil. En la mayoría de los casos el salario de esos trabajos transformaba por entero a los condenados igualándolos a los otros trabajadores. Las zonas especiales abiertas eran generalmente zonas agrícolas donde se exiliaba a los Kulakos que habían sido expropiados durante la colectivización de las tierras. Otros condenados por penas menores o actividades contrarrevolucionarias podían también cumplir las penas en estas zonas. ¡450 mil y no  9 millones! Los muertos en los campos de trabajo desde 1937 a 1939  fueron cerca de 160.000… En el año 1950 había en los campos de trabajo 578 mil presos por delitos políticos… (en los años 30)  estaba  en el sistema correccional el 2,4% de la población adulta…(mientras que) en EEUU,… en 1996… el 2,8% de la población adulta.” (Sousa)

En lo que respecta a los campos de trabajo soviéticos, es verdad que era un régimen duro y difícil para los presos, pero debemos ver cómo es hoy la situación en las cárceles de los EEUU donde existe violencia, drogas, prostitución y esclavitud sexual (290.000 violaciones al año entre los presos). ¡Nadie se siente seguro en las prisiones de los EEUU! (Sousa)

Mario Sousa sigue analizando el porcentaje de muertos en los campos de concentración y esclavismo, señalando que existen grandes diferencias entre 1834 y 1953, y lo justifica por la falta de medicinas... Pero hay que tener bastante fe para asimilar esas afirmaciones gratuitas, sin base documental como él mismo afirma, cuando los documentos sobre el terror bolchevique recogidos por el Buró Central del Partido socialista-revolucionario ruso en octubre de 1917 ordenaban:

Aniquilar al adversario y, después de reducirlo a la impotencia, aplicarle todas las represalias de una justicia sumaria” (Baynal)

En una cosa tiene razón este panegirista del régimen soviético: ¿en qué se diferencia el sistema democrático del sistema marxista?, ¿qué porcentaje de presos existe hoy en la sociedad occidental?... ¿Y los suicidios?, ¿qué porcentaje de suicidios existe hoy en la sociedad del Nuevo Orden Mundial?

Pero sin duda el más entusiasta promotor del terror rojo lo encontramos en la trascendental figura de Vladimir Lenin. No son pocas las cartas en las que Lenin recetaba el terror como un componente infaltable de la revolución. En una conversación con el camarada Adoratsky, historiador marxista, Lenin con la tranquilidad que lo peculiarizaba, señalo que: “El sistema consistía en fusilar a todos los que se mostraran contrarios a la revolución”. Inmediatamente conminaba, a todas las seudo-instituciones revolucionarias, a no hacerse “ilusiones pacifistas”, afirmado al mismo tiempo, que no toleraría “debilidades inadmisibles”en quienes lo rodeaban, en una claro patrocinio de la impiedad con el adversario. (Carrascal)

Y como consecuencia, el genocidio marxista llevado a cabo sobre la población ucraniana durante la represión por hambre llevada a cabo a partir de 1924, no es sino una muestra de esa actuación. Y es que no se trata de asesinar por asesinar, sino de asesinar a los esclavos que no rinden conforme a lo esperado.
Algo que posteriormente redondearía  Saloth Sar, más conocido como Pol Pot, que en 1975 instauró en Camboya el régimen de los Jemeres Rojos. Desde 1960 venía prometiendo pasar de la tonelada de arroz por hectárea y año a tres en breve plazo, lo que finalmente le llevó al monocultivo y a la implantación de un régimen esclavista que llegaba a aplicar hasta dieciocho horas de trabajo diario, dando lugar a una mortandad escandalosa y al surgimiento del canibalismo.

Las familias eran separadas y la autoridad paterna castigada: la educación era responsabilidad exclusiva del Angkar. Los sentimientos humanos eran despreciados y considerados un pecado de individualismo. Al intentar ayudar a una vecina, Pin Yatay se ganó esta reprimenda: "No es su deber ayudarla, al contrario, esto demuestra que todavía tiene usted piedad y sentimientos de amistad. Hay que renunciar a esos sentimientos y extirpar de su mente las inclinaciones individualistas." (Rodríguez H)

Como en los regímenes esclavistas británicos había sucedido en el siglo XVIII, se prohibió la enseñanza y la libertad de desplazamiento, los enfermos eran considerados una carga social y merecía morir. Y con la misma lógica, llevar gafas era un síntoma de contra revolución, como lo era la escritura o el sentimiento de pertenencia a una familia, hasta el extremo de decretar pena de muerte para la familia en la que se detectase la existencia de autoridad paterna, o para quién leyera... y hasta las manifestaciones públicas de afecto  conllevaban la detención y la tortura...
Entre 1975 y 1978 descendió un 30% la población de Camboya. Unos dos millones murieron como consecuencia de la super explotación, del hambre o por ejecución directa.
Y el sistema esclavista seguía mostrando algún anacronismo, como es el caso de Francisco Macías Nguema, que en 1975 decretó el cierre de las escuelas católicas y prohibió todo contacto con la Iglesia y ocasionó una desescolarización sin precedentes y una esclavitud que ocasionó el exilio de un tercio de la población.
La deposición, que fue llevada a cabo el 3 de agosto de 1979 por su sobrino  Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, culminaría con su ejecución el 29 de Septiembre de 1979. Pero Teodoro Obiang no resultó ser mejor; no en vano era el jefe de la represión durante Macías.

Como presidente, Obiang continuó la tradición de consolidar el poder absoluto y de auto-engrandecimiento. La radio estatal anunció en julio de 2003 que Obiang era "como Dios en el cielo... Él tiene poder sobre todos los hombres y las cosas... Él puede decidir matar sin que nadie le pida cuentas y sin ir al infierno porque es Dios mismo, con quien está en contacto permanente, quien le da la fuerza.” (Caden, Guinea)

Hoy, Teodoro Obiang en una de las personas más ricas de mundo mientras el pueblo guineano subsiste en términos más cercanos a la esclavitud del siglo XVIII que a la del siglo XXI.




















BIBLIOGRAFÍA:

Baynal, Jacques. El terror bajo Lenin.  En Internet http://www.defenderlapatria.com/elterrorbajolenin.pdf  Visita 5-4-2015

Braudel, Fernand. El Mediterráneo en la época de Felipe II (tomo 2) En Internet
https://es.scribd.com/doc/214703875/Braudel-Fernand-El-Mediterraneo-en-La-Epoca-de-Felipe-II-Tomo-2  Visita 4-2-2018

Caden, Cynthia. Estonia, engaño y represión. En Internet  http://www.alerta360.org/secciones/terror/estonia.html

Caden, Cynthia. Guinea Ecuatorial. El Auschwitz de África. http://www.alerta360.org/secciones/terror/guinea_ecuatorial5.html

Carrascal Chiquito, Henry Jhon. Realidad Histórica del comunismo internacional y su divulgación académica.
http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=2&ved=0CDgQFjAB&url=http%3A%2F%2Frepositorio.ug.edu.ec%2Fbitstream%2Fredug%2F412%2F1%2FCARRASCAL%2C%2520HENRY.%2520Realidad%2520hist%25C3%25B3rica%2520del%2520comunismo%2520internacional%2520y%2520su%2520divulgaci%25C3%25B3n%2520acad%25C3%25A9mica.pdf&ei=7YPZUfWtDcmP0AWPh4GIDw&usg=AFQjCNHVo644GH_2EFL77qU1mAEnqZmg9A&sig2=vBu6bncxEfEz-r8EPlp_yw&bvm=bv.48705608,d.d2k

Lina, Jüri. Bajo el Signo del Escorpión, http://www.abajocadenas.com/Archivos/Bajo%20el%20Signo%20del%20Escorpion.pdf

Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias. 1791. En Internet https://ia801606.us.archive.org/9/items/b28770055_0001/b28770055_0001.pdf Visita 6-7-2018

Reglamento de esclavos de Cuba (1842). En Internet https://www.ensayistas.org/antologia/XIXE/castelar/esclavitud/reglamento.htm Visita 10-7-2019

Rislakki, Jukka. El caso de Letonia: campañas de desinformación contra una pequeña nación. Ed. Rodopi. Amsterdam-Nueva York. 2008.

Rodríguez Herrera, Daniel. Los campos de exterminio. http://www.liberalismo.org/articulo/126/7/campos/exterminio

Sousa, Mario. Millones de muertos: De Hitlar y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn.
http://es.scribd.com/doc/9818619/Mentiras-Sobre-la-Union-SovieticaURSS-Gulag-Stalin-Mario-Sousa

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