Nacido en Cáceres el año 1451 y fallecido en Sevilla el 29 de mayo de 1511 fue un hombre que se caracterizó por la fidelidad a sus principios morales y religiosos y por su lealtad sin fisuras a los Reyes Católicos.
Siendo muy joven, y en consecuencia con los principios señalados, ingresó en la Orden de Caballería de Alcántara, de la que en 1478 sería comendador de Lares, cargo que ocuparía hasta el año 1503, cuando fue nombrado comendador mayor de la misma, habiendo demostrado un acendrado ascetismo y una gran capacidad de mando y negociación.
Se da la circunstancia que cuando fue nombrado comendador mayor, la Orden de Alcántara ya era dependiente de la Corona, en cuya jurisdicción había sido incardinada el año 1494.
En el desarrollo de sus funciones reconstruyó la ciudad de Alcántara, que había quedado destrozada tras la guerra de sucesión castellana, debiendo encargarse asimismo del patrimonio cultural, religioso, económico y humano de la Orden.
Con esa situación política se produjo en la Española el conflicto que acabaría con el gobierno de Cristóbal Colón, que sería sucedido por el gobierno poco afortunado de Francisco de Bobadilla.
Por decreto firmado el 20 de junio de 1500 se ponía en libertad a los indios que habían sido esclavizados hasta el momento, y se gestionaba su vuelta a América, lo que se cumplimentaría en la flota de Francisco de Bobadilla, quién remitiría encadenado a Colón a la Península tras desposeerle de su cargo de Virrey.
Pero Francisco de Bobadilla tampoco acabó cumpliendo con las expectativas…
Para resolver esos primeros pasos no sólo inseguros sino hasta en algún momentos inicuos, los Reyes Católicos determinaron que el nuevo gobernador debía ser un hombre de su absoluta confianza, y no existía mejor candidato que quién era conocedor del sistema de encomienda: ese mismo sistema que la Corona estaba decidido a liquidar en la Península, y que sin embargo podía servir como elemento primordial para el desarrollo de la sociedad en los nuevos dominios.
Ese hombre que contaba con la confianza de los Reyes, que poseía experiencia y era resolutivo no era otro que Nicolás de Ovando, que el 3 de septiembre de 1501 fue nombrado gobernador y justicia de las Islas y Tierra Firme de las Indias, llevando marcados como objetivos esenciales el asentamiento de la autoridad real, el saneamiento económico y la evangelización. Y al tiempo le daban poder e instrucciones para instaurar un ordenamiento jurídico de indios en el que fuesen tratados como hombres libres vasallos de la Corona.
Sería el inicio de la encomienda en América, institución cuya extinción en la Península era buscada ardientemente por la misma Corona.
Ovando fue elegido por reunir las cualidades de lealtad, capacidad de administración, sentido de la justicia… y evidente falta de interés por la riqueza y el oro.
Emprendió la travesía junto a Francisco Pizarro, Hernán Cortés, Francisco de Monroy, Bartolomé de las Casas y Juan de Esquivel, sufriendo una travesía que se vio mermada por naufragios ocasionados por un huracán que también afectó a la Española, destruyendo las poblaciones de Santo Domingo, Concepción, Santiago y Bonao, cuyas casas habían sido construidas de madera.
El 15 de abril llegaba la expedición a La Española. Desde esa fecha y hasta 1504, en poco más de dos años, Ovando reconstruiría Santo Domingo al otro lado del río, en esta ocasión de cal y canto, con calles anchas y edificios públicos como la fortaleza, el monasterio de San Francisco o el hospital San Nicolás de Bari, edificio que albergaría a enfermos y pobres durante los siguientes tres siglos y medio, cuando acabó desapareciendo por problemas financieros.
Construyó una veintena de casas en la calle de la Fortaleza cuya titularidad donó a la Orden Militar de Alcántara, y otras seis en beneficio de la Cofradía de la Concepción de Nuestra Señora y del Hospital de pobres de San Nicolás de la villa de Santo Domingo, hospital que llegó a atender a más de 60 personas por día.
Parece como si con su actuación quisiese contrarrestar los efectos del huracán. Pero no serían los huracanes los únicos problemas que hubo de afrontar Ovando. Los nativos se habían sublevado, esencialmente en el cacicazgo de Higüey como respuesta a los abusos que habían sido objeto por parte de algunos españoles, lo que les llevó a asesinar a otros españoles que nada habían tenido que ver en la acción, y ello comportó un castigo que fue llevado a cabo por un ejército de unos trescientos hombres bajo el mando de Juan de Esquivel.
Tomado preso el cacique Cotubanamá, fue ahorcado en 1504 por orden de Ovando, que acto seguido fundó los poblados de Santa Cruz de Hicayagua y Sanvaleón de Higuey, nombrando a Esquivel teniente de gobernador.
En ese mismo periodo se sublevó también el cacicazgo de Jaraguá, gobernado por la cacica Anacaona y poblado en importante medida por españoles que habían constituido verdaderos harenes. Ovando les obligó a casarse con una mujer y a abandonar las demás, lo que fue entendido por aquellos como un verdadero castigo.
Fray Bartolomé de las Casas hubiese podido dar cumplida cuenta en sus relatos, ya que la vivió en directo; hubiese podido decir que él mismo sacó un esclavo en propiedad, pero el fraile se limita a decir
"... vide quemar vivas y despedazar e atormentar por diversas y nuevas maneras de muertes e tormentos y hacer esclavos todos los que a vida tomaron..."
Vide…¿Dónde?... ¿Cuándo? ¿Por qué no es en este sentido tan minucioso para decir lugares, nombres y números cuando estuvo tan cerca? Sin lugar a dudas, una guerra no es una situación de fiesta, y Las Casas, que dice lo que dice años después de ocurridos los hechos, no facilita datos precisos, lo que convierte su relato en inverosímil.
Las instrucciones dadas a Ovando consistían en que fuesen anuladas las prebendas dadas por Bobadilla en detrimento de los naturales, que debían ser equiparados en derechos y obligaciones al español, y que procurase matrimonios mixtos.
Pero también abordó aspectos de descubrimiento, siendo que a su acción se debe haber comprobado en 1509 que Cuba es una isla, para lo que envió a Sebastián de Ocampo con la misión de circunnavegarla.
También en 1508, encargó al piloto Andrés de Morales la exploración de la isla La Española y el levantamiento de un mapa completo de la misma, y ese mismo año encargó a Juan Ponce de León explorar y pacificar la isla de Borinquén, acción que tenía efecto el 12 de agosto del mismo año.
Y en medio de toda esta actividad hubo de llevar a efecto su gran obra: instaurar en la isla el sistema que había predominado en la Península durante los cuatro siglos anteriores, y que durante la Edad Media había sido una forma de compensar a órdenes militares y otros por servicios a la Corona, otorgándoles privilegios temporales sobre tierras reconquistadas a los moros.
Ovando pondría en funcionamiento, así, la institución que vertebraría los primeros pasos de la España transoceánica, primero en las Antillas, luego en el continente y finalmente en Filipinas. Una institución que si caduca en esos momentos había sido de suma utilidad en épocas inmediatamente anteriores.
Una institución caduca que demostró ser esencial para la economía indiana, ya que se convertiría en su pilar básico de funcionamiento, posibilitando la mano de obra imprescindible para la realización de todo tipo de trabajos, que si en principio se limitaban a los estrictamente manuales, con el tiempo devinieron en trabajos artesanales de primer orden, en escribanos, en fabricantes de órganos…
La medida fue acogida muy favorablemente por los conquistadores, que veían en ella un método para alcanzar nobleza, riqueza y prestigio, pero era a la vez una medida que comportaba la utilización de métodos obsoletos, propios de una mentalidad y de un mundo medieval.
La aplicación de la Encomienda acabaría siendo paralela a la Conquista, llegando a implantarse en todo el continente americano, así como en Filipinas.
Los indios de repartimiento estaban sometidos a un régimen laboral que comprendía días festivos, vacaciones, periodos de servicio…
Los días laborales se limitaban a cuatro por semana, al objeto de que pudiesen dedicar el resto del tiempo al cultivo de su propia tierra, y las mujeres casadas no podían prestar servicio doméstico.
Y su obra pasaría a la historia y tuvo una rápida evolución: Comenzó en 1508; fue reformada por las Leyes de Burgos de 1514 y de Valladolid de 1517, y fue abolida en 1542 con las Leyes Nuevas, si bien en algunos lugares se prolongó algo más.
Una vez instaurada la encomienda, Obando obtuvo lo que tantas veces había solicitado: El 8 de agosto de 1508 fue sustituido en el mandato por Diego Colón, pero la noticia le llegó por sorpresa, lo que ocasionó que hubiese de pedir prestado para la vuelta, ya que todo su caudal lo había dedicado a obras asistenciales.
Las disputas políticas, que él había sofocado, se reiniciarían tras su marcha en 1509
BIBLIOGRAFÍA:
Amarillas Castro, Pilar. FREY NICOLÁS DE OVANDO, COMENDADOR DE LARES. En Internet https://www.linkedin.com/pulse/frey-nicol%C3%A1s-de-ovando-comendador-lares-un-caballero-pilar/?originalSubdomain=es Visita 27-2-2024
Arranz Márquez, Luis. Nicolás de Ovando. En Internet https://dbe.rah.es/biografias/7630/nicolas-de-ovando Visita 27-2-2024
Mira Caballos, Esteban. EL LEGADO TESTAMENTARIO DEL PRIMER GOBERNADOR DE LAS INDIAS FREY NICOLÁS DE OVANDO. En internet https://estebanmira.weebly.com/uploads/7/9/5/0/7950617/ovando.pdf Visita 27-2-2024
Mira Caballos, Esteban. Nuevos aportes a la biografía del primer Gobernador de las Indias: El extremeño Nicolás de Ovando. En Internet https://chdetrujillo.com/nuevos-aportes-a-la-biografia-del-primer-gobernador-de-las-indias-el-extremeno-nicolas-de-ovando/?pdf=1173 Visita 27-2-2024
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