No es mucha la información que nos llega de la Edad Media, y menor aún es la que nos llega de sus personajes, generalmente adscritos a un espectro muy concreto de la sociedad y a unos hechos también extremadamente concretos.
Como consecuencia, si poco podemos extendernos en la figura de, por ejemplo Pelayo, poco vamos a poder relatar de dos figuras cuya presencia en los textos, con el mínimo relato de alguna de sus actuaciones, generalmente de segundo orden, hacen pensar que estamos tratando de dos personalidades con una relevancia histórica de envergadura.
En 893, a la muerte de Aznar II Galíndez de Aragón, le sucedería su hijo Galindo II Aznárez, que en 905 patrocinaría en Navarra un cambio de dinastía favorable a Aragón. En 922 lo sustituiría su hija Andregoto Galíndez, que sería condesa hasta 943.
Andregoto también fue reina consorte de Pamplona por su matrimonio con García I Sánchez, que tuvo lugar también en ese segundo cuarto de siglo, pero en la parte final del mismo, cuando unió el condado de Aragón a la monarquía pamplonesa, que tendría sus dominios en los valles del curso superior de los ríos Aragón y Gállego hasta los confines de Sobrarbe.
García I Sánchez ascendió al trono contando seis años de edad, y la reina Toda, su madre, jugaría un importante papel en este reinado, si bien la crisis que devino con relación a la tutoría fue controlada merced a la colaboración de su primo carnal, Abderramán III.
El culebrón cobraba mayor interés porque García I Sánchez y Andregoto eran primos hermanos, por lo que fue disuelto el matrimonio y Andregoto continuó con poder sobre el condado de Aragón, que sería finalmente cedido al hijo fruto de ese matrimonio, García Sanchez I de Pamplona, cuando éste alcanzó la mayoría de edad.
Así, Andregoto vio anulado su matrimonio, pero ello no le impidió seguir conservando el título de reina, cuestión ésta digna de ser destacada, y de la que queda constancia documental que la señala ubicada en Lumbier, donde es reconocida soberana, “regina Endergoto in Lumberri”.
Estas circunstancias, estas breves reseñas del personaje nos hacen entrever que la actuación tanto de la reina Toda como de Andregoto, es de un carácter excepcional.
Las alianzas entre los reinos hispánicos eran cuestión de estado, y las tres hermanas de García Sánchez I estuvieron casadas con tres reyes de León (Ramiro II, Ordoño II y Alfonso IV), y las necesidades de la guerra hicieron que la reina Toda mediase en unas ocasiones para que su nieto Sancho ocupase el trono de León y en otras para combatir a su otro nieto Ordoño IV el Malo, de León (rey entre 958 y 960). Es en base a esas mismas alianzas que se produciría el matrimonio entre García Sánchez y Andregoto Galíndez, hija del conde de Aragón.
Brevísima reseña de dos personajes que sobresalen en medio de la hojarasca de la historia.
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