A lo largo de la historia, y como consecuencia de su especial ubicación y existencia de puerto de importante calado como es el de Mahón, la isla de Menorca ha estado en el punto de mira de la piratería.
Llegada la Guerra de Sucesión, Mallorca e Ibiza quedaron del bando austracista en octubre de 1706; sin embargo Menorca quedó del bando borbónico, por lo que inmediatamente fue objeto de las ambiciones del archiduque Carlos, sobre todo teniendo en cuanta que se encontraba infradotada militarmente, siendo sus defensas principales el castillo de San Felipe de Mahón, el castillo de San Antonio en Fornells o San Nicolás en Ciudadela.
Seguidamente a la toma de Mallorca e Ibiza, fue pergeñado un plan de conquista con el concurso de los generales ingleses Peterborough y Stanhope, siendo que, para apoyar la operación los austracistas menorquines, con el apoyo de la Universidad General a cuyo frente estaba Juan Miguel Saura Morell, organizó un ejército de mil quinientos hombres que ocupó el castillo de Fornells y sitió el de San Felipe, en el que se refugió el Gobernador de la isla Don Diego Leonardo Dávila con los fieles a los Borbones.
Para apoyar al gobernador sitiado, Francia envió una armada que zarpando de Tolón al mando del caballero de Menard, llegó a Mahón el 1 de enero de 1707 donde el día 5 desembarcó en Cala Figuera un batallón de infantería de marina que tomó el control del castillo de San Felipe y tras una semana de refriegas fue aplastado el movimiento austracista, que finalizaría el 12 de enero siguiente.
La represión a que fueron sometidos los austracistas fue dura. Unos fueron condenados a muerte en juicios sumarísimos cuya ejecución se prolongó durante las siguientes semanas, y otros fueron condenados como galeotes en buques franceses.
Como colofón, el 1 de noviembre de 1707 fueron suprimidos los derechos, usos y costumbres que gozaba Menorca, aplicándose en su lugar los decretos de Nueva Planta, un nuevo sistema jurídico que en la coyuntura histórica vivida iba a ser aplicado por quién resultase vencedor de la guerra, ya que el archiduque Carlos llevaba los mismos principios reformadores que Felipe V, y éste lo hacía en un momento que sentía una creencia especial en la victoria, tras la importante batalla que el 25 de abril de ese mismo año había sido vencida en Almansa por los ejércitos franceses, sus mentores.
Parece interesante detallar los nombres de los principales jefes que dirigían ambos ejércitos para darnos cuenta de la importancia que tuvo España en esa guerra:
Por el bando borbónico (Felipe V Borbón):
• James Fitz-James, Duque de Berwick, noble inglés católico naturalizado francés, hijo ilegítimo de Jacobo II de Inglaterra.
• Francois Bidal d’Asfeld, general francés.
• Coronel Riera, comandante del regimiento Valencia.
Por el bando Austracista (Archiduque Carlos de Austria):
• Henri de Massue, Conde de Galway: Hugonote francés exiliado que lideró las fuerzas aliadas (inglesas, holandesas, portuguesas, alemanas y francesas protestantes).
• Charles Mordaunt, conde de Peterborough, inglés.
• Jacques-Louis, Comte de Noyelles, holandés.
Esta batalla, decisiva para el porvenir de España, hizo temblar toda la estructura del pretendiente austracista y de sus apoyos; sin embargo sirvió de acicate para que Inglaterra apremiase la toma de Menorca, llegando a incrementar su aportación con el objetivo de cumplir sus objetivos estratégicos en el Mediterráneo.
Ya hacía muchas décadas que la piratería británica tenía puesta su atención sobre el puerto de Mahón. Ahora tenía la oportunidad de conseguir su objetivo y no iba a permitir que escapase la oportunidad.
Desde el 4 de agosto de 1704 en que el pirata Rooke tomó Gibraltar en nombre de la reina Ana de Inglaterra en lugar de hacerlo en nombre del archiduque Carlos, para el que combatía legalmente en calidad de aliado, el objetivo acariciado por Inglaterra era la toma de Menorca, y a un año de la batalla de Almansa, la posibilidad tomó cuerpo cuando una escuadra inglesa y otra holandesa se encontraban estratégicamente ubicadas.
El pirata Leake acechaba desde Cerdeña, isla que había tomado para el Archiduque a mediados del mes de agosto, y el traslado de Isabel Cristina de Brunswick para celebrar su matrimonio con el Archiduque Carlos, había dejado disponible en Barcelona la escuadra holandesa que había sido encargada del mismo.
Con esa situación, el verano de 1708 fue el momento aprovechado para acometer la toma de Menorca, objeto del deseo de Inglaterra, conocedora de que Mahón era el mejor puerto natural del Mediterráneo Occidental, ideal para controlar el tráfico marítimo, y complemento principal de Gibraltar.
El almirante Leake se vio respaldado por el teniente general James Stanhope, que había sucedido en el mando a los derrotados en Almansa, y que ahora tomaría el mando de la escuadra holandesa surta en Barcelona.
La operación, que en principio había sido señalada como objetivo en la campaña del Archiduque, y bajo cuya jurisdicción debía quedar, tuvo lugar entre el 14 y el 21 de septiembre de 1708. No tardaría Inglaterra en convertir un acto militar en un acto de piratería; algo que, al fin no era nuevo en la actuación de la Gran Bretaña, como en 1704 había dejado demostrado el pirata Rooke en la toma de Gibraltar.
El día 14 el general James Stanhope desembarcó en el Sur de la isla al frente una fuerza combinada anglo-neerlandesa que sometió a asedio la ciudad de Mahón mientras John Leake ocupaba el Castillo de San Antonio en Fornells.
El gobernador del castillo de San Felipe convocó un consejo de guerra que decidió no ofrecer resistencia y solicitar una honrosa claudicación, de cuyos siete capítulos fueron aceptados seis, lo que permitía el traslado de las tropas españolas, con sus pertenencias, a Valencia, Almería o Málaga y las franceses a Tolón; el perdón de los vecinos y eclesiásticos y la restitución a sus casas, pero Stanhope negó el perdón general a los prisioneros y desertores.
Toda esta actuación, como había sucedió anteriormente en Gibraltar, fue apoyada por los habitantes austracistas de la isla que, desconocedores de las verdaderas intenciones de los ingleses, recibieron como libertadores a los invasores, mientras se rendía la menguada fuerza naval que defendía los intereses de Felipe V y eran despedidas las tropas expedicionarias no inglesas.
Desde este momento, 19 de septiembre de 1708, hasta 1713 la ocupación británica se mantuvo a socapa del apoyo prestado al Archiduque Carlos, pero antes del 11 de abril de 1713, fecha de la firma del Tratado de Utrecht, hicieron oficial el acto de piratería separándolo del apoyo al Archiduque.
Pronto surgieron discrepancias, y en febrero de 1722, dada la manifiesta oposición del pueblo de Ciudadela a la colonia, su gobernador, Richard Kane, trasladó la capitalidad insular a Mahón.
La actividad pirática llevada a cabo por Inglaterra en el Mediterráneo conoció gran esplendor. Las presas de buques en alta mar y el pillaje en todas partes propiciaron que en 1756, en el curso de la Guerra de los Siete Años, Menorca fuese tomada por la armada francesa.
El 18 de abril de 1756 desembarcaba cerca de Ciudadela una unidad del ejército francés compuesta por 12.000 soldados al mando del Duque de Richelieu, y un mes más tarde, el 20 de mayo, una escuadra francesa comandada por el almirante La Galissonnière se enfrentó en Mahón a la inglesa del almirante Byng, que fue derrotado.
El gobernador general William Blakeney acabó sitiado en el castillo de San Felipe, donde se rindió el día 29 de junio tras haber sufrido un asalto definitivo.
Sin embargo, a la firma del Tratado de París de 1763 nuevamente pasó Menorca a estar bajo control británico, que le sería arrebatado el 5 de febrero de 1782, durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.
Al estallar una nueva guerra entre Inglaterra y Francia en 1778, nuevamente Menorca se vio directamente involucrada.
El 6 de enero de 1782 desembarcaba una expedición franco-española al mando de Louis de Crillón, que auxiliada por la escuadra de Buenaventura Moreno, ocupaba la isla y forzaba la rendición de los ingleses el cuatro de febrero siguiente.
Pero el 7 de noviembre de 1798 nuevamente invadía la isla el ejército británico, ante el que una semana después se rendía el gobernador Quesada y nuevamente Inglaterra dominaba militarmente la isla.
La reactivación de las acciones militares dentro del permanente enfrentamiento entre España e Inglaterra tuvo como excusa esta vez la alianza de España con la primera república francesa, que había sido pactada en el Tratado de la Granja de 1796, después de haber firmado en 1795 el humillante tratado de Basilea por el que se ponía fin a la Guerra de la Convención, en el que España cedía Haití a Francia a cambio de nombrar Príncipe de la Paz a Manuel Godoy
Esta ocupación se mantendría hasta 1802, cuando fue restituida el 25 de marzo como consecuencia de la Paz de Amiens firmada entre la Gran Bretaña y Francia.
BIBLIOGRAFÍA
Hispanopedia. Toma de Menorca (1708) En Internet https://es.hispanopedia.com/wiki/Toma_de_Menorca_(1708) Visita 29-6-2025
Menorca.org. Dominaciones extranjeras de Menorca. En Internet https://www.menorca.org/es/historia-de-menorca/dominaciones-extranjeras-menorca/ Visita 29-6-2025
Pascual Ramos, Eduardo. La contribución del reino de Mallorca en la toma de Menorca (1708) En Internet https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4191217 Visita 29-6-2025
0 comentarios :
Publicar un comentario