La Invasión musulmana
La situación que venía enquistada enfrentando a la nobleza visigoda en los dos clanes Wamba-Egica y Chindasvinto-Recesvinto tenía visiblemente debilitada la estructura nacional española; aspecto que no pasó desapercibido a los invasores musulmanes, quienes tiempo atrás venían haciendo incursiones informativas cargadas de regalos para comprar los intereses del clan que acabaría posibilitándoles la invasión, y todo sin olvidar la inestimable colaboración de los judíos, que si habían sufrido un endurecimiento de las leyes con Egica, con Witiza tuvieron libertad de movimiento. Resulta curioso, no obstante, que acabaron poniéndose del lado del sector que más había atacado sus intereses y quienes los habían sometido a servidumbre, salvedad hecha de Witiza, que los protegía. Esta colaboración fue de vital importancia, ya que estaban asentados en las principales ciudades del reino (Narbona, Tarragona, Sagunto, Elche, Lucena, Elvira, Córdoba, Mérida, Zaragoza, Sevilla y en la capital, Toledo.)