Cesáreo Jarabo Jordán
La Toma del Poder
Señala Trotsky que “la conquista del poder por los Soviets a principios de noviembre de 1917 (nuevo calendario) se efectuó a costa de pérdidas insignificantes. La burguesía rusa se sentía tan alejada de las masas populares, tan impotente, tan comprometida por el curso y la terminación de la guerra, tan desmoralizada por el régimen de Kerensky, que no se arriesgó, por decirlo así, a resistir. En Petrogrado, el gobierno de Kerensky fue derribado casi sin lucha. En Moscú se prolongó la resistencia, sobre todo por el carácter indeciso de nuestras propias acciones. En la mayor parte de las capitales de provincia, el poder pasó a manos de sus Sóviets sólo con la llegada de un simple telegrama de Petrogrado o Moscú.”
En las elecciones democráticas celebradas el 30 de Diciembre de 1917, donde los socialistas revolucionarios obtuvieron mayoría absoluta, la decisión de acabar con el sistema por parte de los bolcheviques era manifiesta. Relata uno de los elegidos: “Muchos de nosotros, diputados, nos acercábamos a preguntar a nuestros líderes: ‘¿Qué haremos si los bolcheviques recurren a la violencia, si nos golpean, si llegan hasta matarnos?’ Y se nos contestaba de una manera clara, que define admirablemente la ideología de la fracción: ‘Recordemos que somos los elegidos del pueblo, y estemos listos al sacrificio de nuestras vidas.’ Los diputados resolvieron no separarse, en caso de que los acontecimientos tomaran un sesgo trágico. E hicieron provisión de... bocadillos y de velas, en previsión de que los bolcheviques les cortasen la electricidad y los abastecimientos.”
Lógicamente, los comunistas actuaron de una forma decisiva; en principio nada hay que se les pueda recriminar; acabaron con la farsa democrática: “Finalmente, Raskolnikov dio lectura, entre el aplauso de las tribunas y las injurias de la mayoría, a una declaración de los bolcheviques, que había sido redactada por Lenin: “Deseando no contribuir ni por un solo minuto a ocultar los crímenes de los enemigos del pueblo, declaramos que nos retiramos de la Asamblea Constituyente y que confiarnos al poder de los Soviets la decisión definitiva acerca de la actitud que han de adoptar con relación a la parte contrarrevolucionaria de esta Asamblea.” La asamblea fue disuelta a punta de fusil.
No obstante, algo que en principio parecía ser puro, fue señalado por el escritor Máximo Gorky, que era bien consciente de la intolerancia de Lenín, de forma preocupante: "Lenín no fue ningún mago todo poderoso, sino un fanfarrón de sangre fría que no le importaba ni el honor ni la vida de los proletarios." La fuente: El artículo de Gorky "A la Democracia", publicado en el periódico Novaya Zhizn, No. 174, 7 (20) de noviembre de 1917.”
La realidad quedaría en su cruda realidad en escasísimo espacio de tiempo, y no sólo por la realidad sangrienta, sino por las normas emanadas por los ideólogos: “En su "Catecismo de la Revolución" Nechayev enfatizaba que un revolucionario debe ser despiadado contra toda la sociedad, sobre todo contra los intelectuales. Pero también debe aprovecharse del fanatismo de los terroristas individualistas. Estos se dejarían o se destruirían después según la necesidad. Tal como sabemos, Stalin comenzó a liquidar a los terroristas socialrevolucionarios - todo en línea con las instrucciones de Lenín.”
El énfasis puesto en el terrorismo marcó siempre el marchamo del comunismo; en territorio “enemigo”, cierto, pero sobre todo en el propio territorio. Separar marxismo, socialismo, comunismo, anarquismo… de terrorismo, es, francamente negar la realidad. Negación de la realidad, negación de la verdad, que por otra parte encaja a la perfección dentro de las formas proclamadas por el propio régimen comunista, en esto tan parecido a los principios que ya hemos visto en el protestantismo.
Y en cuanto a la libertad…“Lenín enfatizó ya en 1917 que los obreros no necesitaban ninguna libertad, igualdad o fraternidad. (Lenín, "Collected Works", Vol. 26, pág. 249.)”
Ni libertad ni igualdad ni fraternidad; en su lugar, terrorismo:“Entre otros documentos descubiertos en los archivos de Trotsky, había una carta de Lenín al judío Yefraim Shklansky, Comisario del Pueblo para los Asuntos Militares, escrita en agosto de 1920. Lenín supo que en Estonia, voluntarios se estaban uniendo al ejército polaco. El plan era enviarlos a Polonia vía Riga en Letonia. Así que Lenín decidió: "No es suficiente con enviar una protesta diplomática... Use los medios militares, es decir debe castigar a Letonia y Estonia militarmente (siga, por ejemplo, a Balakhovich por la frontera y cuelgue de 100 a 1000 oficiales y personas adineradas)". Lenín prometió pagar 100.000 rublos por cada persona colgada.”
La cultura
Resulta curioso en el mundo actual, cómo los comunistas utilizan el término de “cultura” como arma arrojadiza y excluyente, y resulta todavía más curioso constatar que ellos son, justamente, los miembros del sistema más acumuladores de incultura y sordidez. Sin desmerecer con ello a los otros miembros del N.O.M., naturalmente.
Pero ciñéndonos al inicio de la asonada comunista, y citando a los cantores de sus gestas, “la dictadura del proletariado vaciló durante largo tiempo en suprimir la prensa enemiga. Inmediatamente después de la insurrección fueron suprimidos únicamente aquellos periódicos burgueses que preconizaban descaradamente la resistencia armada contra la “usurpación bolchevique”, contra “la anarquía sangrienta”, contra el “golpe de fuerza de los agentes del Káiser”. Los últimos órganos de la burguesía y de la pequeña burguesía no fueron suprimidos hasta el mes de julio de 1918. La prensa legal de los mencheviques no desapareció hasta 1919; la de los anarquistas hostiles al régimen y la de los maximalistas continuó publicándose hasta 1921; la de los socialistas-revolucionarios de izquierda no desapareció aún hasta más adelante.” …” Sin duda alguna, hay que atribuir a inexperiencia entre otras causas, esta peligrosa mansedumbre de los rojos.”
El largo tiempo que estuvieron para suprimir la prensa no marxista queda explícitado en que “fue Lenín el que prohibió los periódicos de oposición. Dos días después de tomar el poder, emitió un decreto que abolía la libertad de la prensa. Durante la primera semana cerró diez periódicos y diez más en la semana siguiente, hasta que todos los periódicos que él detestaba habían cesado de existir.”
Pero evidentemente pronto supieron suprimir esa mansedumbre, siendo que en los lugares donde los comunistas han tenido una posición de autoridad se han dedicado bien a fondo a su labor, procediendo a un metódico genocidio que generalmente ha sido seguido o acompañado por la destrucción cultural. Así, una cita, de momento nos servirá “En Estonia durante los años inmediatamente posteriores a la guerra, unos 150.000 títulos fueron quitados y destruidos sólo de la biblioteca principal de Tallin.” Ciertamente podría tratarse de una excepción, de una acción errónea; de una mácula en el excelente expediente del informado… Pero desgraciadamente, como iremos viendo, no es precisamente así.
Pensaremos que, al menos, las obras destruidas serían, como en el caso de los libros perseguidos por la Inquisición, obras que dañasen el espíritu. Bien, “Entre los prohibidos y destruidos estaban obras como la "Enciclopaedia Estonia" y libros de referencia biográfica, "Historia del arte estonio", "Historia general del arte" y series como "Ganadores del premio Nóbel", "La novela nórdica", "Los grandes maestros de la palabra escrita", las obras de Dostoyevsky, "Novela de hoy", las series de libros económicos publicados por la editorial Loodus y "Ciencia viva". También destruyeron cientos de libros infantiles y obras para jóvenes que se encontraban entre los clásicos de la literatura mundial o local.”
Pensaremos que, al menos, los monumentos serían respetados por estos autodenominados defensores de la cultura; pero no fue así. “Junto a ese ataque cultural masivo, los cementerios y monumentos estonios también fueron destruidos. Entre otros, en el Cementerio Militar de Tallin la mayor parte de las lápidas de 1918 a 1944 fueron destruidas por las autoridades soviéticas. Ese cementerio fue entonces reutilizado por el Ejército Rojo tras la Segunda Guerra Mundial.”
Al menos, el acto de genocidio cultural sería cosa fácil, sin una importancia excesiva… Pero tampoco fue así… "Para realizar los trabajos de demolición, 15 activistas del Partido y 275 personas del Batallón de Destrucción deben ser movilizados. Se necesitan 15 trabajadores para la ejecución de cada demolición y 10 personas para protección... Para realizar los trabajos de demolición, 225 kg. de TNT, 150 metros de cuerda/fusible y 100 cartuchos son necesarios, porque no hay material de demolición en el punto. 11 camiones, disponibles pero con carencia de petróleo, son necesarios para acarrear las ruinas" (Informe del Presidente del Comité EC(b)P Võrumaa, Tamm, No. 101/s to the EC(b)P CC 1st secretary Nikolai Karotamm. 06.04.1945. ERAF Archives depot 1, ref. 3, unidad de depósito 501. L. 37.)”
Mientras los bolcheviques se afanaban en el desarrollo de su sistema terrorista, la guerra europea seguía su curso. Los alemanes vieron la posibilidad de un tratado que les diese ventaja, y acabaron firmando el tratado de Brest-Litovsk. “Se firmó el 3 de marzo de 1918. En la ciudad bielorrusa de Brest-Litovsk (bajo la soberanía rusa) entre el Imperio Aleman, Bulgaria, el Imperio austro-húngaro, el imperio otomano y la Rusia soviética. En el tratado Rusia reconoce la independencia de sus antiguas “provincias” de Polonia, Finlandia, Curlandia, Estonia, Letonia, Lituania y Ucrania, cede a Turquía territorios del Caucaso, se compromete a pagar una indemnización de la guerra de 300 millones de rublos de oro y reconoce el derecho de las tropas alemanas a ocupar provisionalmente la Rusia blanca como garantía de ejecución del tratado.”
Mentira y exterminio, arma política
“Lenín se expresó así: "¡Que el 90 por ciento del pueblo ruso perezca si el 10 por ciento puede experimentar la revolución mundial!” ("Trabajos Seleccionados", Vol. 2, pág. 702.) Lenín enfatizó: "Debemos utilizar todas las destreza y los métodos ilegales posibles, debemos negar y debemos ocultar la verdad." Lenín afirmaba: "El pueblo será enseñado a odiar. Comenzaremos con los más jóvenes. Los niños serán enseñados a odiar a sus padres. Podemos y debemos crear un nuevo lenguaje, que siembre odio, aborrecimiento y sentimientos similares entre las masas contra aquellos que no están de acuerdo con nosotros…Lenín declaró: "Paz significa, muy simplemente, el dominio del Comunismo sobre el mundo entero". (Lenín, "Tesis sobre las Tareas de la Juventud comunista".)"
Y esa técnica utilizaron. Esa, y la propaganda diciendo lo contrario; así, la lucha por el control de Finlandia en 1918 es relatada como sigue:”Los vencedores degollaban a los vencidos. Desde los tiempos antiguos es cosa sabida que las guerras más espantosas son las guerras de clases. No hay victorias más sangrientas, más atroces, que las que obtienen las clases reaccionarias. Desde la sangría con que la burguesía francesa liquidó a la Comuna de París, no había presenciado el mundo nada que pudiera compararse en horror a lo que ocurrió en Finlandia. Desde los comienzos de la guerra civil “bastaba para ser encarcelado, en la zona ocupada por los blancos, el pertenecer a una organización obrera, para ser fusilado, el haber desempeñado en ella algún cargo… No existe ninguna estadística acerca del número total de las víctimas de aquellas matanzas; los cálculos corrientes fijan su número entre 10 y 20000 personas.”
El palmero del comunismo relata alarmado las matanzas de sus competidores en el genocidio, los liberales, a quienes acaba no reprochando la barbaridad en sí, sino que ésta esté llevada a cabo no por odio, sino por mero cálculo. “Todos los obreros organizados han sido fusilados o están en la cárcel”, escribían unos comunistas finlandeses a principios de 1919. Este hecho nos permite dejar sentada una importante deducción teórica acerca del terror blanco, deducción que el tiempo ha confirmado con los acontecimientos ocurridos en Hungría, Italia, Bulgaria, etcétera. El terror blanco no se explica por el frenesí de la lucha, por la violencia de los odios de clases ni por otros factores de orden psicológico. La psicosis de guerra civil no tiene más que un papel secundario. Es, en realidad, el resultado de un cálculo y de una necesidad histórica. Las clases posesoras victoriosas saben muy bien que no son capaces de conservar su dominio, después de una batalla social, más que derramando sangre de la clase obrera para debilitarla durante decenas de años. Y como se trata de una clase mucho más numerosa que las clases ricas, “es forzoso” que el número de víctimas sea muy elevado.”
Al fin aprendieron la técnica, que acabaron desarrollando y llevándola a cabo a lo largo de los años; así, tras la segunda guerra mundial cargaban sobre las espaldas de los vencidos, no sólo las barbaridades que efectivamente eran propias de los vencidos, sino alguna de las barbaridades llevadas a cabo por el marxismo. Tan es así que genocidio como el cometido en Katin no dudaron en intentar acoplarlo a los alemanes, pero resultó tan burdo el intento que quedó en eso, en intento.
En 1940 se plantearon el exterminio de la oficialidad del ejército polaco. “Las ejecuciones se reproducían con rapidez pues a los verdugos soviéticos se les había impuesto la disposición de “ejecutar entre 250 a 390 prisioneros cada 12 horas”. Cada ejecutado recibía un balazo en la nuca y después era lanzado a una fosa común. En total se reportaron “22 mil asesinatos”, la mayoría de origen polaco y aproximadamente 7 mil prisioneros políticos de los gulags extranjeros… El gobierno soviético y los negacionistas pro-comunistas, le endosaron la responsabilidad de estos crímenes a los alemanes. Sin embargo los documentos desclasificados de la NKDV proporcionados por el mismo Boris Yeltsin en 1990 revelaron la responsabilidad exclusiva del ejército rojo y de la policía política soviética en todos estos crímenes cometidos para privar a Polonia de sus ciudadanos más cualificados… Millones de polacos habían muerto durante los casi 6 años que duró la guerra. Unos bajo el fuego Alemán y otros bajo los fusilamientos y las deportaciones soviéticas. Pero el drama iba más allá puesto que la infraestructura agrícola, industrial y urbana del país había quedado destruida casi en su totalidad.”
Otros genocidios similares a los de Katin trufan la historia genocida del comunismo. En la misma Unión Soviética, dentro del maremagno genocida, podemos destacar la masacre llevada a cabo en Lvov, en Ucrania, cuando en 1941 iba a ser tomada por las tropas alemanas. “En la prisión de la policía 20 prisioneros fueron hacinados en el interior de cada una de las celdas más pequeñas; entonces, a través de las ventanillas fueron ejecutados. Entre 2000 y 2500 personas fueron asesinadas de esta manera… Poco antes de retirarse prendieron fuego a la prisión de Brigidky. En los sótanos los comunistas apilaron los cadáveres de los asesinados como montones de leña… No se pudo encontrar ni un superviviente entre los prisioneros.”
Lo que parece que la evidencia ha dejado demostrado es que en las denuncias de los genocidios o supuestos genocidios ajenos, el marxismo quiere transmitir cómo deben actuar sus prosélitos; así, es necesario saber leer qué quiere decir el autor cuando afirma que “En resumidas cuentas, el objetivo racional del terror blanco no es otro que el exterminio total de todos los elementos avanzados y conscientes del proletariado.”
El uso de la mentira da lugar a que los cronistas del comunismo señalen que “las matanzas de Finlandia tuvieron lugar en abril de 1918. La revolución rusa ha mostrado hasta ese momento y casi en todas partes una gran magnanimidad frente a sus enemigos. No ha recurrido al terror. Hemos mencionado algunos episodios sangrientos de la guerra civil en el sur, pero sólo fueron una excepción.”
Si a todo esto añadimos que Lenin opinaba que la mentira era un arma política que debía ser utilizada por el partido, el cóctel lo tenemos servido. Una de las ocasiones en que con más suavidad propone la utilidad de la mentira, es cuando afirma: “escuche, camarada de Tiflis, se puede mentir, pero hay que saber hasta dónde…” En otra ocasión, tras denunciar las mentiras del liberalismo, y mientras comenta el desastroso tratado de paz firmado con Alemania, dice: “Ante el pueblo, en un país en que impera la libertad política, el problema de la paz no puede plantearse sino como una paz sin anexiones. Es necesario, pues, manifestarse por una paz sin anexiones, y no queda sino mentir, enturbiando el concepto de anexión o eludiendo el punto.”
Las citas pueden reproducirse hasta el infinito en los distintos autores del genocidio versión marxista; así Trostki en “su moral y la nuestra” señala: "¿Cuál es nuestra relación con la revolución? La guerra civil es la más severa de todas las formas de guerra. Es impensable no sólo sin violencia contra figuras terciarias sino, bajo la técnica contemporánea, sin asesinar ancianos, mujeres y niños... No hay una demarcación impermeable entre la lucha de clases 'pacífica' y la revolución. Cada huelga encarna de una forma sin dilación todos los elementos de la guerra civil".
Como muestra un botón. En el genocidio que cometió con los kulaks (agricultores), éstos, lógicamente, no estaban de brazos cruzados, lo que motivó que un rojo expusiese el conflicto a Lenin, que “le escuchó con la risa maliciosa que iluminaba sus ojos cuando los hechos venían a darle la razón: Al asegurarle yo que los campesinos nos iban a zurrar, Vladimir-Ilich rompió a reír: Claro que sí, camarada, que os zurrarán, y no será la primera vez si no dejáis molidos a los kulaks antes de que ellos os muelan a golpes a vosotros. Y Lenin, tomando una hoja de papel, trazó algunas frases urgentes, dirigidas a los obreros de Petrogrado, rogando a su interlocutor que se encargase él mismo de trasmitírselas. He aquí los principales párrafos de este breve mensaje:
“El camarada K... ha estado en el gobierno de Simbirsk; ha podido ver la actitud de los kulaks frente a los pobres y frente a nuestro poder. Y ha comprendido lo que ningún marxista, ningún obrero consciente debe poner en duda: que los kulaks execran el poder de los Soviets, el poder de los obreros, y que lo derribarán infaliblemente si los obreros no reúnen en el acto todas sus fuerzas para prevenir su ataque contra los Soviets y no los reducen a la impotencia antes de que hayan tenido tiempo de reunirse.” Diría que es sintomático.
Pero, para redondear el principio leninista del uso de la mentira, no hay sino recurrir, al azar, a otra obra de Lenin para encontrarlo con la siguiente perla: “este partido veía un signo particular de su "revolucionarismo" o de su "izquierdismo" en el
reconocimiento del terror individual, de los atentados, que nosotros, los marxistas, rechazábamos categóricamente… Claro es que nosotros condenábamos el terror individual únicamente por motivos de conveniencia.”
Terrorismo y mentira son, así, elementos consubstanciales del comunismo.
Y los obreros… carne de cañón, argumentos… Así, mientras antes del triunfo de la revolución bolchevique, Lenin demostraba su extremo disgusto por los resultados de la agitación llevada a cabo para la revuelta campesina de 1905 porque: "Desgraciadamente, los campesinos destruyeron sólo una decimoquinta parte de las propiedades; sólo un decimoquinto de lo que ellos deberían haber destruido." (Lenín, "Collected Works", 2da edición, Vol. 19, pág. 279” , catorce años más tarde, cuando él estaba en el poder, “dio las órdenes para disparar contra los obreros si era necesario, lo cual realmente sucedió cuando pacíficos demostrantes en Astracán fueron baleados en marzo de 1919. Dos mil obreros fueron asesinados. (Igor Bunich, "El Partido del Oro", St. Petersburgo, 1992, pág. 58-59.) En Yekaterinoslavl, cien obreros que construían el tendido del ferrocarril fueron asesinados a tiros por haber intentado organizar una huelga. El tiroteo de obreros de esta forma continuó hasta la mitad de abril de 1919.”
Terrorismo y mentira. “Es el error más grande creer que la NEP significa el fin del terror. Continuaremos el terror después, y también el terror económico, escribió Lenín a León Kamenev (en la realidad Rosenfeld) el 8 de marzo de 1922.”
Pero dentro de ese terror, es de destacar la gran mortalidad que hubo en Ucrania siete años antes; los palmeros comunistas señalan que fue provocada por las malas cosechas y por una gripe que se extendió por toda Europa. No obstante, tanto el régimen nazi como el liberalismo presentaron el asunto como un genocidio. “El periodista canadiense Douglas Tottle, demostró con rigor esa falsificación en su libro "Fraud, Famine and Fascism; The Ucrainian Genocide Myth From Hitler hot Harvard ", editado en Toronto en 1987. Entre otras cosas, Tottle demostró que el material fotográfico presentado (fotografías horribles de niños desnutridos), fue sacado de publicaciones del año 1922 cuando millones de personas murieron en la guerra y por el hambre cuando 14 ejércitos extranjeros invadieron la URSS durante la guerra civil de 1918 a 1921.” Al final, ¿qué hay de verdad en el asunto? ¿Hubo gripe mortal llamada “española? Parece que sí. ¿Hubo malas cosechas?... Parece que sí. ¿Hubo intervención directa del régimen comunista tanto en la matanza como en la falta de suministro de alimentos?... Parece que sí.
En cualquier caso, aquí lo que vamos a tratar es el genocidio marxista, no los aspectos que le restaron clientela, tanto en la guerra civil como en las purgas posteriores.
El comunista Mario Sousa, en su alegato a favor de Stalin nos dice algunas cosas que son más que razonables, y alguna de ellas extrapolables: “Los hechos aquí presentados del periódico The Guardian de enero de 1978 nos da una indicación de como la policía política dirige las noticias que llegan al gran público. Robert Conquest fue agente del IRD desde los comienzos de esta sección de la policía secreta y hasta 1956. El ”trabajo” de Conquest era escribir las así llamadas ”historias negras” de la URSS, historias falsas consideradas como hechos verídicos para ser distribuidas a los periodistas y a otras personas con influencia en la opinión pública. .... El libro de Conquest ha sido utilizado como obsequios a los llamados ”tontos útiles”, para profesores universitarios y gente que trabaja en la prensa, la radio y la televisión para así garantizar que las mentiras de Conquest y de la extrema derecha sean apoyadas en bastos sectores de la población.” Algo, al cabo, en lo que el sistema comunista tiene amplia experiencia: desde el genocidio que organizó en España en 1936 al genocidio que organizó en Katin, cuya autoría, para mayor inri, pretendió cargar sobre las repletas espaldas del nacionalsocialismo alemán.
“Entre los numerosos crímenes cometidos por Stalin se cuenta el de la hambruna forzosa de Ucrania durante los años 1932-1933. Como es común en los países en los que reina el socialismo, las hambrunas intencionadas se han usado como arma política utilizada para alcanzar los deseados objetivos contra varias clases. Las víctimas señaladas en esta ocasión fueron los kulaks, los agricultores campesinos que tenían propiedad y contrataban a trabajadores. Cuando Stalin alcanzó el poder en 1924, vio el nacionalismo ucraniano como una amenaza al poder soviético, creyendo que cualquier insurrección futura podría provenir probablemente de los kulaks. Así que decidió aplastarles utilizando los métodos que tan exitosos habían sido en la URSS durante la política de “liquidación como clase”. En 1929, arrestó a miles de intelectuales ucranianos bajo falsos cargos y o bien los fusiló o bien los envió a campos de trabajo en Siberia. Llevó a cabo la colectivización de las explotaciones ucranianas requisando todas las tierras y el ganado privados, lo que afectó aproximadamente al 80% de la población de Ucrania, anteriormente conocida como el granero de Europa. Declaró a los kulaks enemigos del pueblo.”
“Para cumplir con las metas establecidas en los planes quinquenales, el Estado empleó métodos violentos que generaron grandes resistencias en distintos sectores. A menudo los campesinos preferían matar animales y quemar cosechas antes que permitir colectivización forzosa. El Estado respondía arrestando y deportando a rebeldes a campos de trabajo forzado o bien optaba por fusilarlos.”
“En 1932, con la mayoría de las explotaciones ucranianas colectivizadas a la fuerza, Stalin ordenó un aumento en las cuotas de producción de comida. Lo hizo en múltiples ocasiones hasta que no quedó comida para los ucranianos. La cosecha de trigo de 1933 se vendió en el mercado mundial a precios por debajo del mercado. Los historiadores han calculado que dicha cosecha podría haber alimentado a los ucranianos por dos años.” Aquí es cuando se produjo la terrible hambruna que combinada con la gripe y con la acción del PCUS diezmó la población ucraniana. No en vano los kulaks habían sido declarados enemigos del pueblo.
“El hambre de 1932-1933 se extendió prácticamente a todas las regiones de Ucrania que en aquel entonces era la parte integrante de la URSS. El hambre no fue provocado por la sequía, catástrofe natural u otras causas de carácter objetivo, sino por razones políticas y fue provocado intencionalmente. El régimen totalitario de Stalin quería de este modo aniquilar a la población que se oponía al régimen y deseaba desarrollar su producción agrícola independientemente del estado. La hambruna artificial de 1932-1933 no fue un fenómeno natural sino una acción administrativa cínica ejecutada en forma consciente como atestiguan los documentos de la época. Ucrania disponía de suficiente cantidad de trigo, pero este fue vendido al exterior. Por órdenes del gobierno estaba prohibido cualquier comercio en zonas rurales, se prohibió abastecer las aldeas de alimentos, fueron perseguidos y condenados a 10 años de cárcel, incluso se fusiló a aquellos que usaban el trigo para el pago de salarios. Estos hechos están documentados en los archivos oficiales de los organismos del gobierno de aquellos tiempos. Consecuencias de la hambruna. Tomando en consideración las perdidas de la población como consecuencia de agotamiento físico extremo, las diferentes enfermedades producidas por la inanición, actos de canibalismo, represiones, suicidios debidos a traumas psíquicos y el colapso social la cantidad de víctimas de la hambruna constituye cerca de 7 millones de personas ( 20% por ciento de la población del país). Cada día morían aproximadamente 25 mil personas, cada hora - mil, cada minuto -17 personas, La aniquilación física masiva de los campesinos ucranianos fue un acto terrorista planificado por el sistema político contra la población pacifica, a consecuencia de la cual desapareció toda una generación de agricultores. Sin embargo, en 1937 se produjeron las mayores purgas y asesinatos de Stalin que tuvieron como consecuencia la muertes de millones de seres humanos.”
Otros autores abonan estos extremos: “El gobierno de Stalin ordenó un irrazonable aumento de las cuotas de cosechas que Ucrania debía otorgar al estado soviético. Si un campesino cosechaba 25 fanegas debía entregar 20, lo que le restaba era insuficiente para sobrevivir, pero incluso esa parte, en ocasiones, le era confiscada.”
Los campesinos ucranianos se rebelaron contra la tiranía soviética quemando las cosechas, matando el ganado y destruyendo la maquinaria. La respuesta dada por el régimen marxista fue el conocido “Holodomor”. “Holodomor es una palabra ucraniana que significa “holod”, hambre, y “moryty”, muerte entre sufrimientos, y es también el calificativo preciso que se le dio al plan de Stalin para frenar las revueltas y darles un duro escarmiento a los insurrectos.”
“Las autoridades locales se apresuraron a cumplir las disposiciones de Moscú, requisaban la comida que se encontraba escondida en las casas de campo y que era lo único que estas familias tenían para comer. Muy pronto sobrevino una aguda “escasez inducida” de alimentos. Este país, de tierras fértiles, considerado el granero de Europa, se enfrentaba a una “hambruna artificial”, una hambruna creada adrede para matar, un plan siniestro que provenía de los estómagos satisfechos y llenos de los comunistas del kremlin para dejar sin algo que comer al pueblo ucraniano. Se comenzaban a alcanzar los objetivos sádicos de Stalin al infringir a la población ucraniana, uno de los mayores sufrimientos que pueda experimentar el ser humano como es la “muerte por inanición”, una de las más pavorosas.”
De nada sirvió el enfrentamiento de los ucranianos: “Los combatientes ucranianos se enfrentaron a los rojos con decisión provocando la prolongación del conflicto durante 4 años. El general-jefe de la caballería del ejército negro, Alexis Martchenko, que durante muchos meses combatió junto a los bolcheviques, ahora era perseguido y duramente atacado por esos mismos camaradas. Años antes, en buena parte de Rusia y en sus alrededores, la revolución no hubiese triunfado, de no haber sido por la efectiva colaboración del ejército insurreccional ucraniano como también se conocía al Ejército Negro, pero ahora la orden de Lenin era clara; acabarlos y recuperar Ucrania. No por gusto el general Martchenko, luego de haber perdido a buena parte de sus tropas, pronunció decepcionado estas palabras: "Sí, hermanos. Ahora sabemos bien lo que son los comunistas".
Lo peor del caso es que Ucrania no es más que un ejemplo en el genocidio comunista: “En la segunda mitad del Mayo de 1944 por un decreto del comité de Defensa del estado soviético, los Tártaros de Crimea fueron expulsados de su tierra y dirigidos a campos de trabajo y concentración donde murieron por miles. Los Generales Serov y Kobulov coordinaron la operación y utilizaron más de 30.000 tropas de NKVD.Más de 200.000 Tártaros fueron despojados de toda pertenencia y apilados en vagones y camiones donde se les trasladó a los campos de exterminio del Este de la Unión Soviética, Uzbekistan, Kazakhstan etc. en el trámite los NKVD fusilaron sumariamente a numerosos seres humanos que se resistieron al tratamiento Stalinista.”
Las Colectivizaciones
Pero en la Rusia de 1914“la situación del campesinado era similar a la esclavitud feudal zarista, sobre todo en las granjas estatales, los Kolzsjos; los obreros industriales estaban obligados a jornadas de trabajo extenuantes, dada la caída en picado de sus salarios, que sin embargo no les procuraban medios suficientes de subsistencia. Los sindicatos también estaban controlados y las protestas eran reprimidas como actos de traición.”
Y la esclavitud se extendió no sólo al mundo agrícola, y el exterminio no se limitó a Ucrania. En 1918, “Desde la socialización de las pesquerías y la ejecución de los principales piscicultores, esta ciudad rica en pescado (Astrakán) –la desembocadura del Volga proveía ella sola decenas de millones de libras anuales- llegó incluso a carecer de arenques, cuyo comercio fue prohibido bajo pena de detención tanto de vendedores como de compradores… Los víveres eran confiscados, vendedores y compradores fusilados. Astrakán, rodeado de trigo y de pescado, perecía de hambre. La ciudad era como una isla cuyos habitantes mueren de sed en medio de un mar de agua potable…”
No era sólo Astrakán; todo el imperio soviético estaba sumido en el hambre, siendo que había reservas suficientes para alimentar a toda la población. Los culpables, según la propaganda soviética, eran otros… “Los campesinos acaudalados negaban el trigo a las ciudades.” El caso es que estaba en vigor la nueva ley “¡el que no trabaja no come!”
El 10 de Marzo de 1919 se declaró huelga en Astrakán. “El mitin de diez mil obreros que deliberaban pacíficamente sobre su penosa situación material fue rodeado de ametralladoras, marinos y granaderos. Los trabajadores se negaron a disolverse y entonces se hizo fuego contra ellos. De inmediato, las ametralladoras crepitaron, dirigidas sobre la multitud compacta reunida, y las granadas de mano empezaron a estallar… De pronto resuena un cañonazo y luego una explosión sorda… Un obús estalla y luego otro y otro… Dos mil víctimas han caído en las filas obreras… Telegramas que hablaban de insurrección fueron enviados a la metrópolis. El presidente del consejo de guerra revolucionario de la República de los soviets respondió con un telegrama lacónico: ‘Reprimid sin piedad’… Se fusilaba en los sótanos…Muchos hombres fueron precipitados al Volga, atados… Fue a principios de abril cuando las ejecuciones empezaron a decrecer en número.”
Los habitantes de Astrakan resistieron como pudieron. Cuarenta y siete comunistas murieron en las revueltas, y los comunistas obligaron a asistir a las exequias a los supervivientes de Astrakan mientras el verdugo Mieknochin decía a las tropas: “Habéis cumplido con vuestro deber revolucionario con mano de hierro, sin un estremecimiento… Los obreros son los responsables por haberse dejado impulsar por la provocación.”
El terror rojo
La historia del terrorismo la vamos a iniciar por quienes le dieron tal nombre y lo usan como arma ideológica: el marxismo leninismo.
“La revolución —se lamenta Kautsky— nos ha traído el más sangriento terrorismo ejercido por gobiernos socialistas. Comenzaron los bolcheviques rusos, que fueron severamente juzgados por los demás socialistas no partidarios del bolchevismo, entre ellos los mayoritarios alemanes. Pero apenas estos sintieron amenazado su poder, acudieron a los mismos medios que tan duramente habían condenado en Oriente”.
Trostki anunció:"En no más de un mes de tiempo el terror asumirá formas muy violentas, tras el ejemplo de la gran Revolución Francesa; la guillotina... estará lista para nuestros enemigos... esa notable invención de la Revolución Francesa que acorta al hombre por una cabeza". Y que Lenin incluso fomentaría: “"El uso de rifles, revólveres, bombas, cuchillos, manoplas, garrotes, trapos empapados en keroseno para iniciar incendios... alambres de púas, clavos (contra la caballería)... o ácidos para arrojar sobre la policía... El asesinato de espías, policías, gendarmes, volar estaciones policiales... debe comenzar en cualquier momento". Algo que no es creación exclusiva de Lenin, sino que procede de Marx: “"Nosotros no tenemos compasión y no pedimos compasión de ustedes. Cuando llegue nuestro turno, no pondremos excusas para el terror".
El primer acto de la “organización de combate” de Guerchuni, en 1902, fue el asesinato del ministro de Instrucción Pública en Rusia; el segundo acto, en 1903, el asesinado sería el gobernador de Ufa. El léxico utilizado en la relación de estos hechos es también sintomático del marxismo-leninismo. Dice Victor Serge: “Al día siguiente del atentado publicó el partido socialista revolucionario un documento en que justificaba aquella ejecución”.
Pero es de significar que no tienen los ideólogos marxistas el menor apuro en reconocer su situación real en este sentido; así, manifiesta: “Al ser encarcelado Guerchuni, vendido por Azev, quedó este último a la cabeza de la organización terrorista.” Y esa es la trayectoria normal del marxismo leninismo durante su existencia, hasta que le ha interesado, curiosamente, significarse verbalmente contra el terrorismo, mientras por otra parte continúa ejerciéndolo, como le exige sus principios ideológicos.
“A las órdenes del agente provocador estuvo un terrorista de vocación y de un valor a toda prueba: Boris Savinkov. En 1904 caía despedazado por la bomba de Egor Sazonov el presidente del Consejo, Plevhe. El organizador de este acto había sido Savinkov, que trabajaba a las órdenes de Azev. Llególe luego el turno al sátrapa de Moscú, el gran duque Sergio Alexandrovich, ejecutado por Ivan Kaliaev. Los terroristas Sazonov y Kaliaev merecen ser contados entre las más formidables figuras de la Revolución rusa. Los atentados se fueron sucediendo cada vez en mayor número. Durante la revolución de 1905, después de la publicación del rescripto imperial del 17 de octubre, el partido socialistarevolucionario, completamente desorientado, decretó el fin de la acción terrorista.”
“Los atentados cometidos por el partido socialista-revolucionario durante el año 1905 fueron 58; 93 durante el año 1906, y 74 durante el año 1907.”
Luego empezarían a matarse entre sí, costumbre que también han exportado a sus filiales. Si en España asesinaron a Nin y a sus compañeros del POUM, ya habían iniciado la saga con el intento de asesinato de Lenin y el jefe de la cheka de Petrogrado en 1918. En cualquier caso, ni fueron los primeros en ser víctimas de sus propias purgas, ni por supuesto fueron los últimos. Pensemos en Yoyes y en los otros purgados de la ETA. Lo curioso es que son tan hábiles que son capaces de usar como arma arrojadiza contra sus enemigos a las víctimas de sus filas asesinadas por ellos mismos.
El intento de asesinato de Lenin, llevado a cabo por sus mismos correligionarios, pero de otro sector, significó que se recrudeciese la carnicería de inocentes: “Ya es hora de que también nosotros empecemos... Decíamos en otra ocasión que a la muerte de uno contestaríamos con la muerte de un millar; henos aquí forzados a llevarlo a efecto.
¡Que dejen libre el camino aquellos sentimentales que tienen miedo de derramar sangre inocente! ¿Cuántas vidas de mujeres y niños pesan en la conciencia de cada burgués? Cada gota de sangre de Lenin debe costar a los burgueses y a los blancos centenares de muertos... El interés de la revolución exige el exterminio físico de la clase burguesa. Ellos no tienen compasión, no la tengamos nosotros tampoco.” (31 de agosto.)
Las instrucciones eran determinantes: “Los Soviets locales deben detener en el acto a todos los socialistas-revolucionarios de derecha que conozcan. Tómense rehenes en gran número entre la clase burguesa y los oficiales. A la menor resistencia o a la menor actividad de los blancos, se contestará, sin discusiones, por medio de fusilamientos en masa. Corresponde a los comités ejecutivos de provincia tomar la iniciativa en este sentido... Estas medidas serán tomadas en el acto; infórmese inmediatamente a esta comisaría de todos los casos en que las autoridades locales muestren indecisión.”
“En Cronstadt fueron pasados por las armas 500 contrarrevolucionarios, según un informe oral pronunciado a mediados de septiembre en la conferencia de comisiones extraordinarias de la Comuna del norte. Las ejecuciones fueron en número mucho menor en Moscú, en donde las listas de fusilados fueron publicadas…Es difícil hacerse una idea, ni siquiera aproximada, de lo que fue el terror en las provincias. Los periódicos sólo daban informaciones fragmentarias y en cierto sentido ocasionales. En Perm se fusiló la primera vez a 50 rehenes, luego a 36; en Tver se limitaron a encarcelar a 150 rehenes; de Penza, donde primero se fusiló a un noble y algunos oficiales, telegrafían el 25 de septiembre: “El asesinato del obrero Egorov ha sido pagado con 152 vidas”. Y así, población por población.
“Después de las jornadas de septiembre el terror no cesa, se, hace más lento su ritmo, se convierte en sistema…“La Comisión Extraordinaria -escribe uno de los hombres que dirigen el terror no es ni una comisión de instrucción ni un tribunal. Es un órgano de combate que actúa en el frente interior de la guerra civil por medio de la instrucción, de los tribunales y de las fuerzas armadas. No juzga al enemigo, descarga sobre él sus golpes.” No se preocupa de fijar y dosificar las culpas; se pregunta a qué clase social, a qué medio pertenece el adversario, si es peligroso y hasta qué punto. Las comisiones procedían a realizar instrucciones a veces sumarias, a veces largas y complicadas, en un secreto casi absoluto, sin admitir defensa. El juez instructor formulaba sus conclusiones bajo su propia responsabilidad; la comisión sentenciaba sin oír al acusado. Tratándose de la pena capital, debía tomarse el veredicto por unanimidad (las comisiones se hallaban integradas al principio por doce miembros, bastando un solo voto para que no se condenase a muerte al acusado). Las ejecuciones se realizaban por lo regular en el mayor secreto, a fin de evitar a la población emociones malsanas. En las grandes ciudades se empleaba a veces el revólver, y la ejecución tenía lugar en sótanos.”
Pero el asunto no termina en la Unión Soviética ni en Lenin. Mao Tse-Tung proclama que "Si tuviéramos que sumar a todos los terratenientes, campesinos ricos, contrarrevolucionarios, malos elementos y derechistas, su número alcanzaría los treinta millones... de nuestra población total de seiscientos millones de personas, estos treinta millones son sólo uno de cada veinte. Entonces, ¿de qué tenemos miedo?... ¡Tenemos tanta gente! Podemos permitirnos perder unos pocos. ¿Qué diferencia hace?".
La versión maoísta del comunismo no ha sido la menos destacada en el campo del genocidio; no en vano Mao opina que "Las muertes tienen beneficios. Fertilizan la tierra". Y más…:”Deberían haber mítines de celebración cuando muere la gente... Creemos en la dialéctica, así que no podemos no estar a favor de la muerte".
En los bailes de cifras de víctimas del comunismo, uno de los más moderados lo deja en 100 millones, correspondiendo a China el 50% de esta cifra. Los métodos utilizados, desde su instauración en 1952, al parecer, fueron los habituales: ejecuciones masivas, los “laogais” o GULAG chinos, las hambrunas intencionadas… “A finales del 1952 era el propio partido comunista chino el que mostraba con satisfacción las cifras de “2 millones de reaccionarios y 5 millones de terratenientes ejecutados” .
Tampoco termina ahí la ramificación del terrorismo. No olvidemos que el terrorismo no es sino un elemento más del marxismo, y esa afirmación no es deductiva, sino explícita en la doctrina de los grandes pensadores del comunismo. En el desarrollo de esa actividad, llegó un momento que al comunismo le interesó desvincular de alguna forma los métodos terroristas de la primera línea de su política, por lo que a nivel mundial, desvió el centro del control terrorista a Rumanía, al tiempo que hacía que éste país mostrase aperturismo hacia el sistema capitalista occidental. Luego, en 1956, llegó la masacre de Hungría… y la de Checoslovaquia en 1968. Aquí el terror rojo mostró sus colmillos. “Trescientas mil personas huyeron a otros países” .Fueron pocos los muertos, 72, y 266 heridos.
José Antonio Sáenz de Santa María emitió en 1972 un informe en el que proponía la creación de un grupo de asesinos para acabar con el terrorismo etarra. Fue desestimado. Ese informe sería llevado a efecto por el gobierno de Felipe González. Se trata del famoso GAL.
La Cheka
“En la Unión Soviética la tortura física era llamada "medios de influir físicamente". El reglamento CC20 del PCUS de enero de 1939, firmado por Stalin, enfatizaba que "los medios de influencia física" no eran un crimen sino que por el contrario debían ser usados más frecuentemente "contra los enemigos públicos que se rehúsan a cooperar durante los interrogatorios y no revelan a los culpables y conspiradores que todavía continúan sus actividades anti-soviéticas". "Tales medios de influencia deberían ser usados en el futuro para destruir a la clase enemiga, y aunque algunos han mancillado esos medios, deben ser usados para conseguir confesiones. Los líderes del Partido deben asegurar la necesaria amplitud y extensión del uso de estos medios".
Un elemento indispensable a tener en cuenta en los métodos de influir físicamente son las checas, elemento de tortura y terrorismo que también fue usado en España, en los años treinta, como era usado en el resto del mundo soviético.
A continuación la descripción de la cheka existente en la antigua sede del KGB en Lituania: Existen habitáculos con capacidad máxima para una persona donde sólo se puede permanecer erguido o sentado en una gruesa tabla con una superficie que no llega a los 20 centímetros, disponiendo, para él solo de una estancia oscura de cerca de tres metros de alto.
Otra estancia de la cheka está amueblada con un camastro, y frente a él lo que podemos calificar de conserjería. Un largo pasillo da acceso a una serie de celdas entre la que hay una sala de torturas debidamente acolchada; otra especialmente diseñada para duchas frías, un patio de unos diez metros cuadrados anexo a unas celdas sin techo, y en un sótano, una sala de tiro para la ejecución de los reos.
Se trata de una lección de historia, abierta a cualquiera que quiera recibirla si viaja a Vilna.
Pero, ¿Cuál es el origen de la cheka? “La victoria de los bolcheviques sobre sus adversarios en la guerra civil no se llevó a cabo exclusivamente con las victorias de su ejército, fue necesario un esfuerzo monumental para controlar de una manera férrea toda la economía y la sociedad dominada por ellos, y ello no fue fácil pues las fuerzas opositoras eran abundantes y poderosas. Para ello fue necesario exterminar al enemigo político a través del exterminio físico, político o bien atemorizarlo a través de un calculado terror. Sólo así se entiende, entre otras cosas, las requisas a los campesinos. Para llevar a cabo su empresa el Partido contó con una herramienta de incalculable valor: la policía secreta o Checa.”
Así, aunque cuando oigamos hablar de “cheka” nos venga a la cabeza un sitio lúgubre y terrorífico destinado a torturar y asesinar a la gente, debemos ser conscientes que eso tan sólo era la cárcel de la cheka, ya que la cheka en sí era un “cuerpo policial creado por Dzierzynski siguiendo las órdenes de Lenin el día 20 de diciembre de 1917 y recibió el nombre de “cheka”que son las siglas de “Comisión Especial”. A partir de ese momento la cheka se convirtió en una herramienta formidable en manos de Lenin y sus allegados. Lenin, Trotski y Dzierzynski eran partidarios de “matar más de la cuenta que correr el riesgo de ser derrocados”, con esta frase comprendemos cómo utilizaron los bolcheviques a la cheka para conservar el poder. En ese contexto debemos inscribir la orden de asesinar a Nicolás II y su familiar en Ekaterimburg, en la noche del 16 al 17 de julio, en un momento en que los ejércitos blancos se aproximaban a la zona y que podían convertir al zar en una fuente legitimadora de su política. Aunque Lenin achacó la orden a los bolcheviques locales, hoy tenemos evidencias de que partió del Comité Central del partido. ”
“Esta organización del terror se había fundado el 7 de diciembre de 1917, pero oficialmente no existía. Sólo el 18 de diciembre de 1927, Pravda publicó el decreto que establece la cheka oficialmente.”
No obstante, la cheka existe desde el 10 de Diciembre de 1917, por decreto del Soviet de los comisarios del pueblo del día 7 de Diciembre, publicado en “Izvestia” nº 248 de 18 de Diciembre, a partir de la cual se crean nuevas checas locales el 22 de Marzo de 1918.
Y desde que la cheka fue constituida, “las listas de ejecuciones aparecían publicadas en el diario "Semanario Cheka" y otra prensa oficial. Los medios de difusión empezaban a utilizarse como una efectiva arma psicológica como lo demuestra este párrafo transcrito en una de sus ediciones: “Por el asesinato del camarada Egorov, obrero de Petrogrado en misión en un destacamento de requisa, 152 “guardias blancos” han sido ejecutados por la Cheka. En el futuro se adoptarán medidas aún más rigurosas contra aquellos que levanten su mano contra el brazo armado del proletariado”.
Podemos hacernos cargo de las primeras actuaciones llevadas a cabo por la cheka remitiéndonos a“Un número de Izvestia (del 24 de octubre de 1918), que sólo citamos a título de ejemplo, da dos columnas de informaciones de esta clase. Examinémoslas. La cheka del distrito de Egorievsk condena a cinco semanas de cárcel y a treinta mil rublos de multa a especulador que ha insultado a un comisario durante el registro… La del barrio de Meschovsk fusila a un expolicía “diligente cien-negro”, y añade: “La población está tranquila”. La de Kozel anuncia simplemente que se ocupa de reprimir la agitación de los popes y los kulaks. En Mineevsk un socialista-revolucionario es pasado por las armas. En Perm se recurre sobre todo a la aplicación de multas. La comisión publica un boletín a fin de tener a la población al corriente de sus actividades… Sigue la nueva rúbrica: “Guerra a la corrupción”. Ha sido fusilado un juez de instrucción de la Comisión Central Panrusa y su escribiente, convictos de haber aceptado dádivas. Sigue una lista de dieciséis criminales que han sido pasados por las armas por orden de la Comisión Central: se trata de monederos falsos, de bandidos, de un soldado rojo de la cheka que había confeccionado una estampilla falsa de una cooperativa, de un comisario de la cheka que había intentado vender un revolver. La Comisión de Koalas fusila a un ciudadano culpable de haber se entregado a manejos contrarrevolucionarios. La Comisión de Chui anuncia la ejecución de siete “ladrones, asesinos y provocadores”.
La cheka jugaría un papel de primer orden en el desarrollo del sistema policial-jurídico comunista, como hemos señalado, basado en el terror. Así es que el 26 de Junio de 1918 Lenin escribía una carta a los miembros del Comité central en la que recalcaba: ”Hay que estimular la energía y el carácter de masa del terror contra los contrarrevolucionarios.”
Existía una cheka superior, la cheka Panrusa; de ella dependían las checas provinciales, y de éstas, las checas de distrito, siendo independientes de otros poderes. La acusación debía formalizarse dentro de los cinco días siguientes a la detención (Izvestia 25-4-1919).
Las instrucciones emanadas señalaban el imperio del terror: “Deben tomarse considerable número de rehenes entre la burguesía y los oficiales. De modo que, a la menor tentativa de resistencia, debe fusilarse en masa a esos rehenes. Los comités ejecutivos provinciales de los soviets deben hacer en este aspecto gala de una iniciativa particular… Deben fusilar sin vacilaciones a todos aquellos que mantienen relaciones con los guardias blancos… Ni la menor vacilación, ni la menor indecisión en la aplicación del terror de masas. (periódico de la cheka 22-9-1918)”
“Las checas deben rendir cuentas a los soviets, pero éstos, o las secciones pertenecientes a estos, no pueden en ningún caso diferir o detener las órdenes dadas por la cheka Panrusa. (periódico de la cheka 22-9-1918)”
“Los comisarios para la Justicia y Asuntos Interiores no pueden intervebnir en los asuntos de la checa. (periódico de la cheka 29-9-1918)
“Que al exterminar a los contrarrevolucionarios no tiemble su brazo (Krasny Match 18-8-1919)
Las personas detenidas no deben ser consideradas como castigadas, sino como aisladas provisionalmente de la sociedad en interés de la revolución, y las condiciones de su internamiento no deben revestir carácter punitivo. (Orden 186 de 30-12-1921)
“Fue Lenín quien comenzó los primeros juicios-farsas. Así, sometió a doce social revolucionarios en un juicio en 1922. El propio Lenín había propuesto todo tipo de engaños necesarios para provocar este caso. Stalin usó métodos similares durante los años 1936-37. Fue Lenín quien pidió los arrestos de socialistas y comunistas extranjeros en Rusia. Le dio rienda suelta a la Cheka.”
“Para los años 1937-38 varios testimonios coinciden en contabilizar entre seis y ocho millones de presos políticos. Sólo en Moscú existían 3.000 interrogadores. El físico Alexander Weissberg, que estuvo preso en la cárcel de Kharkov de marzo de 1937 a febrero de 1939, estima que el 5,5 por ciento de la población de la región pasó por la cárcel; en esta proporción coinciden otros testimonios, lo que supone, consultando el censo de 1939, un total de 8,5 millones de detenciones. Otros cálculos, el del yugoslavo Dedijer, y de Uralov, funcionario del Partido, lo rebajan a 7 millones.”
Autores contrarios al régimen leninista señalan que “Lenín pensaba que los rusos no eran lo suficientemente capaces de llevar a cabo su terror ya que eran demasiado bien intencionados. Por ello es que prefería a los judíos. Naturalmente, no todos los judíos se unieron, sólo los peores, los más llenos de odio y los más fanáticos. Este hecho, que Lenín creyera que los judíos eran mucho más eficaces en la "lucha revolucionaria" fue guardado como 'secreto estatal' por orden de Joseph Stalin, a pesar del hecho que María Ulyanova quería hacerlo público unos años después de la muerte de Vladimir Lenín. La hermana de Lenín creyó que este hecho habría sido útil en la lucha contra el antisemitismo (Dagens Nyheter, 15 de febrero de 1995).
Según informa el mismo autor, en esta época“La Cheka estaba bajo el control de judíos. Mucho de esto ya era conocido en 1925. El investigador Larseh escribió en su libro "La Sed de Sangre del Bolchevismo" (Wurttemberg, pág. 45) que el 50 por ciento de la Cheka lo formaban judíos con nombres judíos, el 25 por ciento eran judíos que habían tomado nombres rusos. Todos los jefes eran judíos.” Y afirma que “El judío extremadamente cruel, Mikhail Kedrov (en la realidad Zederbaum) ahogó a 1.092 funcionarios rusos en el Mar Blanco en la primavera de 1920.” Datos que son facilitados por un autor letón que debió huir de la dominación soviética.
Se establecieron 1000 tribunales de la checa, en los que durante 1920, se ejecutaba una media de cinco personas por día.
Llegamos a un punto que la duda nos invade, y sólo el conocimiento de que el relativismo más absoluto es la base de la ideología marxista-leninista y que ahí cabe absolutamente todo nos hace reproducir lo que leemos, aunque quedemos un tanto escépticos: “Lenín dio órdenes para matar a tantos estudiantes como fuese posible en varios pueblos. La Cheka arrestaba a cada joven que llevara una gorra escolar. Ellos fueron liquidados porque Lenín creía que los próximos intelectuales rusos serían una amenaza para el régimen soviético. (Vladimir Soloukhin, "A la Luz de Día", Moscú 1992, pág. 40.)” Una cuestión sí es incuestionable: la persecución de quién vistiera sombrero, gafas o bastón, aspecto que se repetiría con Pol Pot.
Otro caso que también parece incuestionable, al menos teniendo como referencia lo que hicieron en España en 1936, reforzado por lo expresado a miles de kilómetros, en la sede del KGB en Vilna, es que“Las detenciones no tenían garantías jurídicas, y, en caso de juicios, éstos eran llevados de forma arbitraria, y con la sola presencia del jefe de la Cheka y un juez, sin tener derecho el detenido a un abogado, y si no tenían pruebas, no importa, se inventaban, o bien, obligaban mediante tortura al acusado a confesar delitos y crímenes que no había cometido (tenían 52 "procedimientos materiales" métodos de tortura física o psicológica ,con los cuales abatir la resistencia del acusado), colocaban también testigos falsos, u otros a los cuales habían obligado a confesar por los métodos anteriormente señalados.”
“Varias fuentes cuentan cómo los Chekistas en Kharkov pusieron a las víctimas en una fila y clavaron sus manos a una mesa, hacían un corte en las muñecas con un cuchillo, vertían agua hirviente sobre las manos y tiraban de la piel. Esto era llamado "sacar el guante". En otros lugares, la cabeza de la víctima era puesta sobre un yunque y era lentamente aplastada con una prensa a vapor. Aquellos que deberían sufrir el mismo castigo al día siguiente eran obligados a mirar. Los ojos de dignatarios de la iglesia eran arrancados fuera de sus orbitas, sus lenguas eran cortadas y los enterraban vivos. Hubo Chekistas que acostumbraban a abrir el abdomen de sus víctimas, seguido de lo cual, cortaban un trozo de su intestino delgado sacando una pequeña porción y esta la clavaban a un poste del telégrafo y, con un látigo, forzaban a la desafortunada víctima a caminar en círculos alrededor del poste hasta que todo el intestino había sido desenredado y la víctima moría.”
Estos extremos, expuestos por Jüri Lina le parecen a este comentarista un tanto sospechosos, y hasta parece que han sido producidos por los mismos que llevaron a efecto las verdaderas torturas y genocidios bajo el comunismo, a fin y efecto de que quienes los lean acaben desconfiando, no ya de la fuente sino de que tales actos de genocidio hayan sido llevados jamás a cabo. No obstante, quedan relatados. El motivo de no eliminarlos, sean ciertos o falsos, y a falta de conocimiento cierto sobre el asunto, es que, aunque es difícil llegar a creer que tales actos de crueldad puedan ser llevados a efecto por ninguna persona, por muy malvada que sea, sí son plausibles desde la órbita de la doctrina comunista.
La Unión Soviética fue la creadora de la cheka, pero la idea la exportaron allí donde el comunismo iba teniendo adeptos. Y en España, ¿cómo influyó el invento? Sobre las chekas en España, señala César Alcalá que, durante la guerra civil "estas sólo se crearon en aquellas ciudades donde el Gobierno de la República se fue asentando. Así, se crearon en Madrid, Comunidad Valenciana y Barcelona".
Gulag
Los GULAG son campos de trabajo en régimen de esclavitud con alimentación insuficiente donde los presos tenían un día de fiesta al año, el 1 de Mayo, y días de reposo parcial tales como el aniversario de la muerte de Lenin, de la comuna de París y de la Revolución de 1917. Asistencia médica sólo cuando el reo no podía mantenerse de pie. Suplicios sin nombre del que es a destacar el de ser expuestos, en los meses de calor, desnudos, a los enjambres de mosquitos, y en invierno, al frío…
“A principios de los 1920, ya había 70.000 prisioneros en 300 campos de concentración, según "La Revolución Rusa" de Richard Pipes en la Universidad de Harvard, aunque en la realidad había probablemente muchos más. Fue de esta forma que Lenín construyó su archipiélago de GULAG.”
Parece que para imponer el socialismo, se utilizaban métodos oportunos, que en el GULAG alcanzaba un mayor refinamiento. “Los principales medios de violencia eran asesinatos masivos, deportaciones, tortura y amenazas. La tortura puede dividirse en física y psicológica. En la Unión Soviética ambas eran consideradas justificadas y se usaban rutinariamente para extraer información, confesiones y denuncias de personas.” Esta afirmación viene corroborada por afirmaciones, suscritas principalmente por Lenin, que pueden ser encontradas en este mismo relato.
“Los prisioneros también eran forzados a mirar la tortura de otros prisioneros o personas cercanas, tomar parte en humillarlos (por ejemplo, un prisionero fue obligado a arrodillarse con su boca abierta y el otro, que tenía una pistola apuntando su nuca, tuvo que orinar en la boca del primero para que el interrogador pudiera extraerle la deseada confesión.” Sí, son relatos en extremo violentos, pero que, a la vista de lo dictado por Lenin, y con experiencias relatadas por españoles que padecieron en terror rojo de 1936, se ciñen a la realidad.
“En Estonia y entre estonios que fueron enviados a campos de trabajo forzado a otras partes de la gran red carcelaria comunista se encontraron numerosos desórdenes de salud causados por medidas represivas directas. Algunos de ellos fueron:
- Inanición, marasmo nutricional, distrofia alimentaria, deficiencias vitamínicas crónicas, pelagra, escorbuto y los síntomas causados por estas y sus resultados indirectos.
- Neumoconiosis crónica, causada por trabajar sin medidas protectoras en minas subterráneas de cobre, oro, níquel, carbón, etc.
- Enfermedades por radiación con neumoconiosis causada por explotación de minerales radiactivos (uranio, etc.) en Kolyma, Norilsk y otros campos de prisioneros. Muchas de las víctimas murieron en Estonia poco después de regresar a casa.
- Enfermedades infecciosas, como tuberculosis pulmonar u ósea y los síntomas causados por ellas, tifus - que se esparce a través de la pediculosis - fiebre tifoidea, etc. Una de las enfermedades específicas que afectaron a los reprimidos fue la brucelosis. Muchas mujeres que fueron deportadas en 1949 estaban infectadas debido a que fueron forzadas a trabajar sin protección en granjas de ganados vacunos, ovejas y renos infestados por gérmenes de brucelosis. Muchas de ellas quedaron discapacitadas de por vida, sufriendo serias inflamaciones múltiples en las articulaciones, causadas por la brucelosis crónica.
- Los daños permanentes de salud también se manifestaron como síndromes de maltrato, como por ejemplo como resultado de la exposición forzada excesiva al frío natural, siendo dejados sin comida y/o agua potable. Fracturas de huesos y otros daños físicos de los reprimidos eran el resultado de las heridas recibidas durante tortura y/o trabajar bajo condiciones peligrosas para la salud.
- Endarteritis de las extremidades inferiores es una enfermedad terminal que resulta de el estrangulamiento de las arterias de las extremidades inferiores, lo que suele terminar en gangrena y la amputación de miembros, o la muerte. Este tipo de daño a la salud solía suceder entre los convictos de largo término que tenían que trabajar en minas de la región polar (Vorkuta, Inta).
A todo esto se agregarían los traumas mentales por la represión y diversos problemas derivados de esto: estrés continuado, crisis nerviosas, angustia y pánico, alta presión arterial, úlceras gastrointestinales, asma, colitis ulcerosa crónica, etc.”
En 1941 se produjeron inmensas deportaciones de poblaciones bálticas a Siberia, separando las familias, gran parte de las cuales nunca volverían a reunirse. El “60% de las mujeres y niños murieron de hambre, frío y enfermedad, y más del 90% de los hombres arrestados y enviados al Gulag fueron asesinados o murieron en los campos de trabajo.”
En Letonia, en un solo día, el 14 de Junio de 1941 fueron deportadas a zonas remotas de Unión Soviética alrededor de 15.500 personas; “de ellos 5154 era mujeres y 3225 niños menores de diez años… Unos 5000 perecieron en Oriente o en el viaje allí, o fueron ejecutados. Las listas de deportaciones fueron realizadas con la ayuda de secuaces locales.”
Orden respecto al procedimiento de deportación de elementos antisoviéticos de Lituania, Letonia y Estonia. (Estrictamente secreto). Comisario del Pueblo Adjunto de Seguridad Pública de la URSS. Comisario de Seguridad Pública de la tercera Fila (firmado): Serov. “En vista del hecho de que gran número de deportados deben ser arrestados y distribuidos en campos especiales y que sus familias deben proceder a asentamientos especiales en regiones distantes, es esencial que la operación de remoción tanto de la familia de los deportados como su cabeza se realice simultáneamente, sin notificarles de la separación confrontándolos... La escolta de toda la familia a la estación debe efectuarse en un vehículo y sólo en la estación de partida debe colocarse a la cabeza de la familia separadamente de su familia en un carro especialmente destinado para cabezas de familia.”
“Durante el primer año de gobierno soviético más de 52.000 ciudadanos estonios fueron ejecutados, deportados o movilizados por el Ejército Rojo. Tras el ataque alemán a la Unión Soviética del 22 de junio de 1941, a inicios de julio 33.000 estonios fueron conscriptos a la fuerza en el Ejército Soviético. El 10 de julio de 1941, los reclutados de los territorios anexados fueron declarados no confiables y enviados a campos de trabajo forzado, donde muchos morirían por los malos tratos y pésimas condiciones de vida. De esta forma se forzaron a 5.600 más a luchar, pero pronto gran cantidad de ellos desertaría“
En julio de 1941 Estonia fue conquistada por Alemania nazi, que fue forzada a su vez a retirarse por el avance de las tropas soviéticas que retornaron en 1944. “Apenas el gobierno soviético recuperó el control, unas 70.000 personas huyeron al extranjero, a refugiarse a Alemania, Suecia y Finlandia. Miles murieron durante la huída y otros miles fueron repatriados. Alrededor de 31.000 personas fueron enviadas de regreso a Estonia (más de 12.000 eran prisioneros de guerra y casi 19.000 eran civiles), de acuerdo a información soviética…Los peores temores de los refugiados se cumplirían.
10.000 personas fueron encarceladas entre 1944 y 1945, la mitad de las cuales murieron en los dos años siguientes”
“Antes de la segunda ocupación soviética en el otoño de 1944, unos 217.000 refugiados huyeron (de Letonia) hacia Occidente, esto es, el 12% de la población.” Muchos murieron en la huída, y otros muchos fueron capturados.
“Tras la guerra y hasta la muerte de Stalin, 30.000 personas fueron arrestadas en el país, de las cuales alrededor de un tercio pereció. Unas 23.000 personas más fueron deportadas en ese mismo período, de las cuales al menos 3.000 murieron por las duras condiciones a que fueron sometidas. Además, unos 2.000 combatientes de la resistencia murieron en Estonia en combates contra las fuerzas de ocupación.”
Algo similar sucedió en Letonia y en Lituania. “Los ‘hermanos del bosque’ letones (llamados bandidos por los soviéticos) lucharon y la campaña contra ellos tomó muchas vidas.” Se calcula que fueron unos 20.000 combatientes que contaban con unos 80.000 colaboradores directos. Engañados con falsas amnistías, fueron deportados en 1949. “del 25 al 29 de marzo de 1949, 9.147 familias, o 29.252 individuos fueron deportados de Letonia. Había 28.107 letones, 482 rusos y 663 representantes de otras nacionalidades.” Pero habría más deportaciones en años sucesivos. El desastre poblacional provocado por el marxismo en Estonia Letonia y Lituania se cifra en la pérdida del 30% de su población sólo en la década de 1940. Pero no hay problema, los comunistas, junto a los capitalistas era los vencedores de la guerra. Lógicamente, los genocidas eran los nazis.
En Estonia, “El 13 de marzo de 1949, el Primer Viceministro del Ministerio de Seguridad de la URSS aprobó el nuevo plan de deportaciones de 7.500 familias…19 trenes militares y de ganado se formaron para transportar a los que serían deportados. De aquellos, 9 trenes fueron dirigidos al Óblast Novosibirsk, 6 fueron a Krasnoyarsk Krai, 2 al Óblast Omsk y 2 al Óblast Irkutsk, en Siberia.”
En esta segunda ola de deportaciones, de 1949, fueron deportadas 94.799 personas entre Estonia, Letonia y Lituania, con una media de edad joven-muy joven, siendo que se estima una mortandad del 20% en el plazo de un año, por motivos variados.
“De todas las personas deportadas el 14 de junio de 1941 (de Letonia), 6.081 (más del 39% del total de deportados) murieron por las terribles condiciones de vida. De ellos, 46,5% eran mujeres (13,7% de ellas eran esposas), 27,9% eran menores de 20 años y 15% eran niños menores de 10 años.”
¿Qué dicen las revisiones de los procesos soviéticos?: “Después de 1930, el sistema correccional soviético contaba con prisiones, campos y colonias de trabajo de los Gulag, zonas especiales abiertas y pago de multas. Las personas que eran arrestadas generalmente eran enviadas a las cárceles comunes en tanto se hacían las investigaciones que podían demostrar su inocencia recuperando la libertad, o bien, eran llevadas al tribunal de justicia. En caso de ser pasado al tribunal, el acusado podía ser declarado inocente y quedar en libertad o, en caso de que fuera declarado culpable podía ser condenado a una pena de multa, de prisión o, en casos más excepcionales, a la pena de muerte. Las multas podían ser un cierto porcentaje del salario durante un cierto tiempo. Los condenados a prisión podían ser enviados a diferentes tipos de cárceles dependiendo del tipo de delito cometido. A los campos de trabajo Gulag iban los criminales por delitos graves (homicidios, robos, violaciones, delitos económicos, etc) y una gran parte de los condenados por actividades contrarrevolucionarias. Otros delincuentes con penas superiores a 3 años podían ser también recluidos en esos campos. Después de un tiempo en un campo de trabajo, el preso podía ser trasladado a una colonia de trabajo, o bien, a una zona especial abierta. Los campos de trabajo eran zonas muy extensas donde los condenados vivían y trabajaban bajo gran control. Trabajar y no ser un peso para la sociedad era otra cosa evidente. Ninguna persona se lo pasaba sin trabajar. Puede ser que alguien hoy en día piense que esto es terrible, pero la realidad era así. Existían 53 campos de trabajo y 425 colonias de trabajo Gulag en 1940.
Estas últimas eran unidades más pequeñas que los campos de trabajo, con un régimen más liberal y con menos control. Allí iban los presos con penas de prisión más cortas. Tanto delincuentes comunes como políticos trabajaban en libertad en las fábricas y en la agricultura que era una parte de la economía de la sociedad civil. En la mayoría de los casos el salario de esos trabajos transformaba por entero a los condenados igualándolos a los otros trabajadores. Las zonas especiales abiertas eran generalmente zonas agrícolas donde se exiliaba a los Kulakos que habían sido expropiados durante la colectivización de las tierras. Otros condenados por penas menores o actividades contrarrevolucionarias podían también cumplir las penas en estas zonas. ¡450 mil y no 9 millones! Los muertos en los campos de trabajo desde 1937 a 1939 fueron cerca de 160.000… En el año 1950 había en los campos de trabajo 578 mil presos por delitos políticos… (en los años 30) estaba en el sistema correccional el 2,4% de la población adulta…(mientras que) en EEUU,… en 1996… el 2,8% de la población adulta.”
“En lo que respecta a los campos de trabajo soviéticos, es verdad que era un régimen duro y difícil para los presos, pero debemos ver cómo es hoy la situación en las cárceles de los EEUU donde existe violencia, drogas, prostitución y esclavitud sexual (290.000 violaciones al año entre los presos). ¡Nadie se siente seguro en las prisiones de los EEUU!”
Algo dice este marxista con gran razón: ¿en qué se diferencia el sistema democrático del sistema marxista?, ¿qué porcentaje de presos existe hoy en la sociedad occidental?... ¿Y los suicidios?, ¿qué porcentaje de suicidios existe hoy en la sociedad del Nuevo Orden Mundial?
“¿Cuántos fueron los muertos en los campos de trabajo? Los casos de muerte en los campos varían mucho de año a año, de 5,2% en 1934 a 0,3% en 1953. Estas muertes en los campos eran causadas por la falta de recursos en la sociedad. En primer lugar, por la falta de medicinas para combatir las epidemias.”
“La rusa Olga Shatunovskaja por ejemplo, nos da una cifra de ¡7 millones de muertos en las depuraciones de 1937 y 38! Pero los documentos que ahora son publicados sacados de los archivos soviéticos nos dan una información diferente. En primer lugar, es preciso decir que las cifras de los condenados a muerte se encontraron en varios archivos y los investigadores se vieron obligados a recoger datos con un cierto riesgo de contar doble y darnos una cifra mayor de lo que fue en la realidad. Según Dimitri Volkogonov, nombrado por Jeltsin como jefe de los antiguos archivos soviéticos, fueron condenados a muerte 30 514 personas por los tribunales militares desde el primero de octubre de 1936 al 30 de septiembre de 1938.”
“Según una información en la prensa (en febrero de 1990), habían sido condenadas a muerte 786.000 personas por delitos contra la revolución durante los 23 años del período que comprende desde 1930 hasta 1953. De esos habían sido condenados 681.692 en 1937 y 38. No hay posibilidades de hacer un control de las informaciones que la KGB nos entrega, pero esta última afirmación es dudosa. Sería muy extraño tantos condenados en 2 años. ¿No será que la actual KGB pro-capitalista nos da una información correcta de la KGB pro-socialista?” Son preguntas que se hace un panegirista del genocidio soviético, que le parecen muchos condenados en el periodo citado. Personalmente propongo que dividamos por cien, a ver si así queda contento en cuanto a las cifras del genocidio.
“Los delincuentes políticos condenados en los tribunales civiles en 1936 recibieron las siguientes penas de prisión: Hasta 5 años: 44,2 por ciento. De 5 a 10 años: 50,7 por ciento. En lo que respecta a los condenados en los Gulag donde las penas mayores eran cumplidas, la estadística de enero de 1940 era la siguiente: Hasta 5 años: 56,8 %. De 5 a 10 años: 42, 2 % Más de 10 años: 1,0 % Para el año 1939 tenemos estadísticas de los tribunales de la Unión Soviética. La distribución de las penas de prisión es la siguiente: Hasta 5 años: 95,9 % De 5 a 10 años: 4,0 % Más de 10 años: 0,1 % “
Pero no podemos hablar sólo del genocidio cometido sobre personas que eran directamente asesinadas. El marxismo leninismo conocía otros métodos más sofisticados. Así, el GULAG era un método excepcional donde cabía todo tipo de posibilidades: desde la muerte por inanición, por frío... hasta por cansancio, como por ejemplo el aplicado “en la construcción del canal del mar blanco-báltico, monumental obra por su dimensión y monumental por su inutilidad, puesto que su profundidad era de apenas 4 metros lo que impedía el tránsito de naves de gran calado. Sin embargo cerca de once mil prisioneros murieron en la participación forzosa de este proyecto” .
Juicios y Ejecuciones
La población del imperio ruso según censo de 1897 era la siguiente: ”grandes rusos, 56.000.000; ucranianos, 22.300.000; rusos blancos, 6.000.000 aproximadamente; polacos, 8.000.000; lituanos, 3.100.000; judíos, 5.100.000; alemanes, 1.800.000; moldavos, 1.100.000; finlandeses, 2.600.000; pueblos del Cáucaso, 1.100.000; pueblos de origen finlandés (estonianos, karelianos, etc.), 3.500.000; pueblos turcotártaros, 13.600.000.” Total, en números redondos, 124 millones de habitantes tenía el imperio ruso en 1897. Veinte años después, es de suponer que la población sería sensiblemente superior. En Julio de 1990, un siglo después del censo referido, la Unión Soviética poseía una población de 290 millones de personas.
En 1900, la población mundial era de 1650 millones de personas, y en 1990 era de 5.263.593.000 personas, por lo que, aplicando el crecimiento tenido por todo el mundo, llegamos a la conclusión que, habiendo pasado todos por guerras, pestes y genocidios varios, partiendo de la población con la que contaba en 1897, la población que, en circunstancias normales hubiese tenido en 1990 la Unión Soviética, tendría que haber sido en torno a los 400 millones de personas; más o menos cien millones más de los que en realidad tenía, lo que se puede corresponder con el genocidio llevado a término por el comunismo durante el siglo XX.
Pero centrándonos en San Petersburgo, año 1918, “La población de Petrogrado ha caído de 2.319.000 habitantes que tenía el 1º de noviembre de 1905, a 1.480.000 habitantes el 1º de julio, y continúa descendiendo rápidamente… En 1919-1920 llegará a descender a menos de 750.000 habitantes.” ¿Debido a la emigración?, ¿debido a la deportación?, ¿debido a la ejecución?
“El obispo de Voronezh fue hervido vivo en una olla grande, después de esto se obligó a los monjes, con revólveres apuntados a sus cabezas, a que bebieran esta sopa.”
Una nueva cita de Jüri Lina… que suena a factible cuando escuchamos los relatos de las torturas que hicieron también en España.
“El profesor Farolea ha publicado… las estadísticas de la muerte (noviembre de 1923). He aquí la cifra de los crímenes bolcheviques que aporta: 28 obispos, 1219 sacerdotes, 6000 profesores y maestros, 9000 médicos, 54.000 oficiales, 260.000 soldados, 70.000 policías, 12.950 propietarios, 355.250 intelectuales y profesionales liberales, 193.000 obreros, 815.000 campesinos. El autor no cita la fuente de estos datos.” Pero son datos factibles si los comparamos con los acaecidos en España trece años más tarde.
“El Consejo de los Comisarios del Pueblo proclamó el terror rojo como política oficial el 5 de septiembre de 1918. Esta política nunca fue cancelada.”
“Aquellos que eran imposibles de controlar fueron liquidados. Listas de aquellas personas fueron compiladas inmediatamente después de la toma del poder, pero la máquina de las ejecuciones comenzó a rodar indiscriminadamente sobre Rusia. Por ejemplo, 20 doctores fueron ejecutados en Kronstadt, simplemente porque habían llegado a ser muy populares entre los obreros. Ésa fue una razón suficiente. Se dictaban sentencias de muerte por la menor ofensa. Los Chekistas sólo necesitaban un pretexto. Ellos quisieron asesinar a tantas personas como fuese en la práctica posible. Inmediatamente después de la toma del poder, Lenín había amenazado a sus secuaces con la ejecución si ellos no seguían sus instrucciones a la carta. Las circunstancias anormales en la Rusia soviética llevó a personas mentalmente desquiciadas - asesinos en masa - al frente. El Comunismo se transformó en un tipo de rabia mental. Incluso personas buenas compartieron una parte de la responsabilidad para este proceso de destrucción, ya que ellos no hicieron nada para impedir el avance de esta Mafia política y criminal.”
La brutalidad de la cheka, al parecer, no conocía límites. Cualquier disidencia, por menuda que fuese, conducía al castigo ejemplar. Así acontecería con el caso de Kronstadt. “Los rebeldes( de Kronstadt) no tenían relación alguna con el "complot de los Guardias Blancos" pero los bolcheviques, para justificar su brutal represión, iniciaron campañas divulgativas con el propósito de relacionarlos y calificarlos finalmente como “contrarrevolucionarios” o “enemigos del pueblo” sin considerar, en un claro ejercicio de cinismo, que estos enemigos del pueblo eran parte intrínseca de ese mismo pueblo, tanto así, que la gran mayoría de los protestantes eran abiertamente socialistas y convencidos de que la revolución traería libertad, democracia y justicia social a Rusia. Sus exigencias principales estaban dirigidas a lograr votaciones secretas, (para evitar presiones y persecuciones) derecho de asamblea, la liberación de presos que pertenecían a las clases trabajadoras de la sociedad o que pertenecían a los partidos socialistas y la reactivación de los soviets sin injerencias del Partido.” Esta candidez de pensamiento les reportaría la muerte.
La persecución se llevaba a cabo en todas las latitudes. “En Azerbaiyán duró casi continuamente desde la sovietización del país hasta la Segunda Guerra Mundial en unas tres etapas. La temprana década de 1920 fue testigo del intento de aplastar la oposición inicial al gobierno soviético y el Partido Comunista. Miles de individuos sin prominencia especial en política o sociedad, así como miembros del antiguo gobierno y aquellos en el movimiento de resistencia en Ganje y otros lugares fueron asesinados o exiliados. Otras víctimas fueron los campesinos rebeldes, "kulaks", y líderes religiosos.”
Los kulaks (labradores) y el clero, fueron los sectores recurrentes en los genocidios llevados a cabo en la URSS.
“De los 10 millones de Kulakos, 1,8 millones fueron condenados. Hubo tal vez injusticias en esta enorme lucha de clases que incluyó a 120 millones de personas en el campo soviético. Pero ¿podemos acusar a los pobres y oprimidos en su lucha por una vida que valga la pena de vivir? ¿Podemos acusarlos de no ser civilizados o no tener clemencia en sus juicios durante su lucha para que sus hijos no fuesen analfabetos con hambre? ¿Acaso se puede acusar de ser no ser civilizados a los que durante centenas de años nunca tuvieron acceso a los avances de la civilización? Y digamos ¿Cuándo fue la clase explotadora de los Kulakos civilizada o clemente para con los campesinos pobres durante los años de la explotación?
Sí, en esta ocasión no es un anticomunista quién habla, sino uno del sistema. Su relato es el que permite mantener las citas de Jüri Lina, haciéndolas más plausibles.
Las persecuciones se centraron en el pueblo, pero también en grupos políticos; no fueron víctimas sólo los “blancos”, sino también los mencheviques y los anarquistas.
“Después de la primera gran redada de anarquistas en la primavera de 1918, las persecuciones se sucedieron en cadena ininterrumpida, en toda Rusia, durante los años siguientes.”
Pero las represiones sobre los disidentes llevan larga cola. “La comunidad internacional protestó airadamente y llevó una delegación a Moscú para presenciar las sesiones de los juicios que se llevaban contra mencheviques y socialistas revolucionarios. Fueron recibidos por masas enfervorizadas que les acusaban de traidores. Masas que fueron reclutadas en las fábricas, que fueron cerradas y los trabajadores obligados a asistir a la manifestación junto a miembros del ejército vestidos de paisano y funcionarios del gobierno encargados de dar carácter enfervorizado a la manifestación. Tras situaciones inverosímiles, los juzgados se quedaron sin defensa de ningún tipo.
Nuevamente Jüri Lina nos dice algo llamativo en exceso; ¿será cierto, o tal vez corresponde sólo a la contrapropaganda soviética?: “Los judíos normalmente dirigían a los Chekistas rusos. Yelena Stasova y Varvara Yakovleva trabajaron especialmente brutal en Petrogrado. Revekka Plastina (Maizell) fue tristemente famosa en Arkhangelsk, Yevgenia Bosh en Penza, y la Judía húngara Remover en Odessa. La Judía María Khaikina que cometió terribles atrocidades, encabezó el Tribunal Revolucionario en Kiev.”
Pero el correligionario leninista Victor Serge nos saca de dudas cuando señala que Lenin dirigía un telegrama a la citada, la tristemente famosa Eugenia Bosch: “9 de julio de 1918. Urgente. Penza. Ejecutivo, copia a Eugenia Bogdanovna Bosch: “Recibido telegrama, es necesario organizar una guardia seleccionada. Ejercer contra los kulaks, los popes y los blancos un terror implacable por medio de las masas, encerrar a los sospechosos en los campos de concentración, fuera de las poblaciones. Telegrafiad ejecución. Presidente del Consejo Com. del pueblo, LENIN”. Este relato acaba dando credibilidad a las posiciones increíbles relatadas por Jüri Lina.
“Un total de 10.180.000 de "enemigos de clase" fueron asesinados entre 1918 y 1920. Otros 15 millones de personas murieron durante la guerra civil.” Podemos dividir, es un ejercicio que, excepto cuando hablamos de la Inquisición, me gusta realizar.
“Durante el hambre de 1921-22, otros 5.053.000 personas perecieron. Los Bolcheviques, encabezados por Lenín, lograron destruir más de 30 millones de personas durante sus primeros cuatro años en el poder. En 1917, 143.5 millones de personas vivían en la parte de la Rusia Imperial que después se transformó en la Rusia Soviética. Rusia había perdido más del 20 por ciento de su población en 1922. Sólo 131 millones vivían allí en 1923. Ha sido calculado que la población de Rusia, bajo circunstancias normales, debería haber aumentado a 343 millones a mitad de los años cincuenta, eso es, si el desarrollo hubiese continuado como había comenzado en la era Zarista. 165 millones de personas desaparecieron. ¿Quién en occidente lo lamenta por ellos? Dejaron sólo 178 millones.”
El motivo no era otro que “miles de campesinos rusos comenzaron a revelarse por el sistema centralizado y planificado de las llamadas “requisas” que no eran otra cosa que especies de tributos que debían darle al Estado “por adelantado” en función de las cosechas previstas. De 1918 a 1920 las requisas se multiplicaron por tres y las compensaciones recibidas por el Estado no se equiparaban, ni de lejos, a lo aportado. La economía de las familias campesinas comenzó a colapsar rápidamente. Pero tal vez la tragedia más pavorosa que sufrieron los sencillos hombres del campo, fue el reclutamiento forzoso en el ejército rojo. Esto produjo, como era de esperarse, no menos de 3 millones de deserciones durante el lapso de 1919 a 1920. Los desertores que la cheka lograba detener eran fusilados y sus familias convertidas en rehenes.”
“Los asesinos en masa judíos más brutales fueron Roza Zemlyachka (en realidad Rozalia Zalkind) y Bela Kun (Aaron Kohn). El último vino de Hungría. Roza Zemlyachka era llamada " La furia del terror Comunista". Roza nació el 1º de abril de 1876 y murió el 21 de enero de 1947. Llegó a ser la Secretaria del Parido en el Kremlin y, en 1939, vicepresidenta del Concejo de los Comisarios del Pueblo (esto es: Vice Primer Ministro).”
“Era una parte integrante de la crueldad de Bela Kun que violara a sus víctimas mujeres. Este par logró asesinar a 8.364 personas en Sevastopol durante la primera semana de noviembre de 1920. Asesinaron a 50.000 "enemigos del pueblo" en Crimea, según fuentes oficiales (12.000 en Simferopol, 9.000 en Sevastopol, 5.000 en Yalta). El escritor Shmelev, sin embargo, declara que por lo menos 120.000 personas fueron asesinadas en Crimea.”
Estadísticas, como le gustaba decir a Stalin. Es el caso que en 1937 se realizó un censo de población, pero sus resultados fueron destruidos y sus organizadores fueron enviados a campos de trabajos forzados del sistema acusados de haber sido “saboteadores”, debido a que el recuento arrojó cifras de población bastante menores a las que se podía esperar del crecimiento vegetativo, y ponía en evidencia el genocidio llevado a cabo por el comunismo. El citado censo daba una población que no llegaba a los 162 millones de habitantes, lo cual nos permite hacer unos cálculos. En 54 años (1937 a 1990), la población creció en 128 millones de personas, o lo que es lo mismo, el 79,01%. Sin embargo, en el periodo anterior, el que va de 1897 a 1937, la población creció en 38 millones, o lo que es lo mismo, un 30,61%. Como se trata de periodos distintos, 54 años en el primer caso y 40 años en el segundo, podemos estimar que al crecimiento constatado en el periodo de 1937 a 1990 le correspondería en 1897-1937 un crecimiento del 58,52%, o lo que es lo mismo, sin genocidio, la Unión Soviética hubiese tenido una población de, aproximadamente, 197 millones el año 1937. La pregunta que surge es ¿dónde están los 35 millones de personas que faltan?
Por supuesto no vale decir que en el frente de batalla, porque si antes de 1937 hubo una guerra mundial, después de 1937 hubo otra, con resultados mortales mucho más significativos que la primera. Hay quien estira mucho más las cifras del genocidio soviético, pero si no hay datos para avalar una opinión, lo mejor es reservársela.
“No acababa el año y ya se contabilizaban diez mil ejecuciones en la parte rusa. En menos de un año los comunistas habían sentenciado a muerte a más personas de lo que el régimen zarista fusiló en 92 años. Las condenas de muerte en el período zarista, calificadas como crímenes políticos, fueron 6.321 durante un siglo, con la mayor cifra de 1.310 en 1906, el año de la reacción contra la revolución de 1905. Además, las penas de muerte bajo el régimen zarista se pronunciaron siguiendo ciertos procedimientos legales (incluyendo cortes marciales) y con frecuencia fueron conmutadas con sentencias de cárcel y trabajo forzado.”
“La comisión extraordinaria -escribe uno de los hombres que dirigen el terror- no es ni una comisión de instrucción ni un tribunal. Es un órgano que combate que actúa en el frente interior de la guerra civil por medio de las instrucciones de los tribunales y de las fuerzas armadas. No juzga al enemigo, descarga sobre él los golpes. No se preocupa de fijar y dosificar las culpas; se pregunta a qué clase social, a qué medio pertenece el adversario, si es peligroso y hasta qué punto. Las comisiones procedían a realizar instrucciones a veces sumarias, a veces largas y complicadas, en un secreto casi absoluto, sin admitir defensa. El juez instructor formulaba sus conclusiones bajo su propia responsabilidad; la comisión sentenciaba sin oír al acusado. Tratándose de la pena capital, debía tomarse el veredicto por unanimidad (las comisiones se hallaban integradas al principio por doce miembros, bastando un solo voto para que no se condenara a muerte al acusado). Las ejecuciones se realizaban por lo regular en el mayor secreto, a fin de evitar a la población emociones malsanas. En las grandes ciudades se empleaba a veces el revolver, y la ejecución tenía lugar en sótanos.”
Recordemos que quien tal informa es miembro activo del entorno de Trotsky, que acabaría enfrentado a Stalin… no a Lenin.
“Sabemos ya que las comisiones extraordinarias se fundaron en diciembre de 1917. Durante los seis primeros meses de su actividad sólo ejecutan a veintidós personas. En el transcurso de la segunda mitad de 1918 se llevan a cabo sesenta mil ejecuciones.”
“Antes de que los bolcheviques tomaran el poder había 360.000 sacerdotes en Rusia. Al final de 1919 sólo 40.000 permanecían vivos. (Vladimir Soloukhin, "A la Luz de Día", Moscú, 1992, pág. 59.) Voslensky afirma que Lenín fue personalmente responsable de los asesinatos de 13 millones de personas. Él cree que Lenín expresó claramente el verdadero valor del Marxismo. Él dijo: ¿Qué puede uno extraer de plantas venenosas excepto veneno?”
“Lenín había adoptado los métodos del terror de Maximilien Robespierre. Este último había sido despiadado, sobre todo con la aristocracia espiritual. Ya el 24 de enero de 1918, Lenín dijo que el terror comunista debería haber sido mucho más implacable ("Hay un largo camino para ir al terror real" dijo).”
Nuevamente, constantemente, las denuncias efectuadas por el enemigo del comunismo, Jüri Lina son reivindicadas por Victor Serge: “Los rencores maduran y están al acecho. El Consejo de Comisarios del Pueblo declara el antisemitismo fuera de la ley. Se fusila cada vez con mayor frecuencia, por grupos enteros de cinco, diez, quince, a los contrarrevolucionarios (casi todos oficiales), a los funcionarios ladrones y a los bandidos. No es todavía el terror, pero es un preludio bien marcado. Las ciudades cierran sus ojos al anochecer en medio de tinieblas angustiosas, plagadas de acechanzas y de complots. Los jefes de la guarnición de Petrogrado tienen que publicar un mandato especial a la guarnición ordenándole que “economice las municiones”, porque las patrullas hacen fuego desordenadamente durante la noche en la oscuridad impenetrable de las calles (17 de agosto).”
Por su parte, Trostki, en su obra “Terrorismo y comunismo” escribe: “El terror rojo no se distingue en principio de la insurrección armada, cuya continuación es. Sólo aquél que condena (verbalmente) por principio toda violencia, puede condenar desde un ‘punto de vista moral’ el terror gubernamental de la clase revolucionaria”.
No es sólo Victor Serge. También el mismo Trostki corrobora lo que nos parece una barbaridad en pluma de Jüri Lina.
Y sigue afirmando: “La burguesía hoy es una clase en caída… Estamos forzados a arrancarla, a cortarla. El Terror Rojo es un arma utilizada contra una clase, condenada a la destrucción, que no desea perecer... El Terror Rojo acelera la destrucción de la burguesía”.
“La revolución exige que la clase revolucionaria haga uso de todos los medios posibles para alcanzar sus fines: la insurrección armada, si es preciso; el terrorismo si es necesario… el terror es eficaz contra la clase reaccionaria, que no se decide a abandonar el campo de batalla.”
Y Lenin sentencia: “El marxismo admite las formas más diversas de lucha; además, no las "inventa", sino que generaliza, organiza y hace conscientes las formas de lucha de las clases revolucionarias que aparecen por sí mismas en el curso del movimiento. El marxismo, totalmente hostil a todas las fórmulas abstractas, a todas las recetas doctrinas, exige que se preste mucha atención a la lucha de masas en curso que, con el desarrollo del movimiento, el crecimiento de la conciencia de las masas y la agudización de las crisis económicas y políticas, engendra constantemente nuevos y cada vez más diversos métodos de defensa y ataque. Por esto, el marxismo no rechaza categóricamente ninguna forma de lucha. El marxismo no se limita, en ningún caso, a las formas de lucha posibles y existentes sólo en un momento dado, admitiendo la aparición inevitable de formas de lucha nuevas, desconocidas de los militantes de un período dado, al cambiar la coyuntura social. El marxismo, en este sentido, aprende, si puede decirse así, de la práctica de las masas, lejos de pretender enseñar a las masas formas de lucha inventadas por "sistematizadores" de gabinete.”
Hay que dejar que ellos mismos hablen. No es menester acusar de nada; basta con su palabra.
“Los consejos de guerra no conseguían mantener la disciplina en el ejército sino recurriendo a la pena de muerte, es decir, al terror legal ejercido sistemáticamente… El general Denisov da una estadística interesante de los oficiales rematados por sus soldados sólo en la región del Don, entre el 13 de febrero y el 14 de abril de 1918: catorce generales, veintitrés coroneles, doscientos noventa y dos oficiales de carrera… (un) testigo relata la ejecución de oficiales de marina que tuvo lugar en Sebastopol. Los marinos rojos ocupaban la estación. Todos los oficiales de marina que llegaban eran sometidos a un interrogatorio muy breve. Si ocurría que el oficial interrogado se hallaba en servicio durante los años 1905-1906, época en la que los consejos de guerra se distinguieron por su rigor, lo ponían de espaldas contra la pared. Los oficiales que no se hallaban en este caso pasaban sin ser molestados por entre aquellas sangrientas encrucijadas, bajo la mirada severa de los marinos. Pero después de los combates de la guerra civil, después de las traiciones del frente rumano, de los complots y de las sublevaciones de Ucrania, del Don, del Kuban, del Ural y de Crimea, el furor de los marinos y de los soldados no estableció ya distinciones entre los oficiales.”
“Para que una clase social afectada en sus intereses vitales se dé por vencida, es necesario infligirle pérdidas terribles. No lo hará antes de que sus hijos más vigorosos, más inteligentes, más valerosos, hayan sido segados. Es preciso que corra lo mejor de su sangre.”
“El sub jefe de la Cheka, Martyn Lacis (en realidad Janis Sudrabs, un judío Letón) escribió lo siguiente en su libro "La guerra de la Cheka contra la Contrarrevolución" (Moscú, 1921, pág. 8): "Nosotros los Israelitas debemos construir la sociedad del futuro en base al miedo constante". Lenín escribió una carta en 1918, dónde comenta la naturaleza crítica de la situación. Está claro que Lenín movilizaba a 1.400.000 judíos, la mayoría de ellos trabajaban para la Cheka. Ellos tenían total libertad.
Después, Lenín escribió: "Estos elementos judíos fueron movilizados contra los saboteadores. Tuvieron éxito en salvar la revolución en esta crítica fase". (Todor Dichev, "La Terrible Conspiración", Moscú, 1994, Pág. 40-41.)”
“El 26 de junio de 1918, Lenín dio órdenes para "extender el terror revolucionario". En la opinión de Lenín, era imposible provocar una revolución sin ejecuciones. Deseaba disparar especialmente contra aquellos responsables de contra propaganda. Según el testimonio de León Trotsky, Lenín habría gritado aproximadamente diez veces al día durante el mes de julio de 1918: "¡¿Es ésta una dictadura?! ¡Esto es sólo un budín de sémola!". En el mismo año, ordenó la ejecución de 200 personas en Petrogrado por la única razón que ellos habían asistido a la iglesia, estaban trabajando en artes manuales o habían vendido algo.”
“Se han conservado algunas notas y telegramas ordenando las matanzas. Uno de estos
telegramas confidenciales es el dirigido por Lenin a los comunistas de Penza, en él se dice literalmente: colgad a no menos de un centenar de kulaks, ricachones y chupadores de sangre conocidos, y aseguraos de que los colgáis a la vista de todo el mundo.”
Izvestia de 10 de Septiembre de 1918 publicaba una serie de instrucciones que concluían: “Todas las personas relacionadas con organizaciones de guardias blancos, con complots o rebeliones, deben ser fusilados.”
“No hacemos la guerra contra las personas en particular, escribe Latáis en el “terror rojo” de 1 de Noviembre de 1918. Nosotros exterminamos la burguesía como clase.”
En todas las ciudades, en todos los pueblos, se repetían las masacres desde el inicio de la guerra en 1918, un número que el comisario Latáis sitúa en 9641 entre los años 1918 y 1919, número que le parece exiguo y que considera debe ser incrementado.
“Entre el 12 y el 14 de marzo de 1919, vencida ya la resistencia de los "Guardias Blancos", se ejecutó a unos dos mil obreros de Astraján -cerca de la desembocadura del Volga que estaban en huelga. Para que el escarmiento sea mayor, se embarcó a los huelguistas junto a prisioneros blancos, se les colgó una piedra al cuello y se les arrojo a las profundidades del Volga.” 22
“El terror rojo se describe como se anunció oficialmente el 2 de septiembre de 1918 por Yákov Sverdlov y terminó hacia octubre de 1918. Sin embargo muchos historiadores, empezando por Serguéi Melgunov, aplican este término a la represión perpetrada durante todo el período de la Guerra Civil Rusa, de 1918–1922. Las represiones masivas se llevaron a cabo sin un proceso judicial por la policía, la Checa, junto con elementos de la agencia de inteligencia militar bolchevique, el GRU”.
“El anuncio oficial sobre la implementación y práctica total del Terror Rojo la hace el líder bolchevique Yakov Sverdlov, el 2 de septiembre de 1918. Se comenzaba a utilizar, públicamente, el lenguaje virulento y la instigación a la violencia como la principal arma propagandística de la evolución:"Llamamiento a la clase obrera", el 3 de septiembre de 1918: "Aplastar la hidra de la contra-revolución con terror masivo!... cualquiera que se atreva a propagar el más ligero rumor contra el régimen soviético será arrestado inmediatamente y enviado a un campo de concentración" . 18
“En los barrios obreros, fueron los mismos trabajadores quienes procedieron a crear sus tribunales… El público participaba en las deliberaciones, y se tomaba de entre ese mismo público el acusador y el defensor. La misma concurrencia era la que dictaba el veredicto.”
Ese mismo año, el informe de las enfermeras de la Cruz Roja establece que sólo en Kiev se cometieron 3000 ejecuciones… En Odessa, 2.200… En Turquestán, 2.500… (Luego seguirían los crímenes en 1920, 1921…) En Crimea, 3000… En Kuban, en un solo día, 2000…En Ekaterinodar, 1600… En Sebastopol 8000… En Tiflis… En tantísimas ciudades y pueblos. Las cifras se suceden y se incrementan de manera inenarrable. Tanto, que la carnicería de Crimea de 1920-1921 originó una inspección especial del
Comité Central Ejecutivo Panruso. La matanza duró varios meses. Se fusilaba, y se ahorcaba utilizando todos los postes, todos los árboles, incluso los monumentos.
“Entre septiembre y octubre de 1918 se efectuaron Ejecuciones masivas de
"rehenes burgueses" en Moscú, Petrogrado, Tver, Nijni-Novgorod, Viatka, Perm,
Ivano-Voznessensk, Tula... etc. Número estimado de víctimas: 10.000 a 15.000
ejecutados sumariamente.”
El terror rojo, como por otra parte no tenía intención en disimular, era la acción terrorífica, extremadamente violenta, indiscriminada y criminal, ya concebida por el propio Marx, y perfectamente llevada a ejecución por los genocidas marxistas.
Parece que las autoridades soviéticas no eran inconscientes del genocidio que estaban llevando a cabo; por eso se defendían afirmando que “el terror del zarismo estaba dirigido contra el proletariado. La policía zarista estrangulaba a los trabajadores que luchaban por el régimen socialista. Nuestras Comisiones Extraordinarias fusilan a los grandes propietarios, a los capitalistas, a los generales que intentan restablecer el régimen capitalista. ¿Percibís este... matiz? ¿Sí? Para nosotros, los comunistas, es por completo suficiente.” A lo que parece, en el régimen comunista había más grandes propietarios, capitalistas y generales que obreros en la Rusia zarista.
“Los primeros telegramas del sur que daban cuenta de las ejecuciones en masa de oficiales fueron publicados en Petrogrado durante la segunda quincena de enero. En ellos se describía los acontecimientos de Crimea. Algunos oficiales, puestos al frente de destacamentos tártaros, se habían apoderado de la Península y habían fusilado a sus prisioneros bolcheviques. La llegada de los marinos rojos restableció la situación.
Uno de los telegramas del 20 de enero, en el que se relata el bombardeo de Yalta por dos torpederos rojos, termina con estas líneas: “Han sido pasados por las armas varias decenas de oficiales. Fueron rematados en la orilla del mar; se les ahogó lanzándolos al agua con una piedra al cuello. Sus cadáveres flotan en el puerto; dos grandes comerciantes han sido fusilados. Hechos análogos ocurrieron en casi todas las poblaciones de Crimea. El terror rojo brotaba en aquellos paisajes, que son los más hermosos y apacibles de Rusia.” Lo que es de destacar es que la noticia es facilitada por los mismos que hacían estas barbaridades.
Pero esta actuación no surge de manera espontánea. Ya en 1906 escribe Lenin: “Tengamos presente que se acerca la gran lucha de masas. Esta lucha equivale a la insurrección armada. Dentro de lo posible, deberá ser simultánea en todo el país. Las masas deben saber que marchan a una lucha armada, sangrienta, desesperada. Deben compenetrarse del desprecio a la muerte, que es el que ha de asegurarles la victoria. Hay que llevar adelante la ofensiva con la mayor energía; el santo y seña de las masas ha de ser la agresión y no la defensa; el exterminio implacable del enemigo ha de constituir su objetivo; la organización de la lucha será flexible y de gran movilidad; se arrastrará a la acción a los elementos vacilantes del ejército. El partido del proletariado consciente debe cumplir su deber en esta gran lucha.”
El manifiesto divulgado en 1920 por el enviado especial de la cheka del norte, K. Lander a los distritos del Don y de Kuban y del litoral del Mar Negro, muestran que las carnicerías enunciadas (simples muestras de lo que se relata en diversos escritos, alguno de los cuales apócrifo), tienen, no obstante bastante verosimilitud. Dice el bando en cuestión: “Los pueblos y ciudades que oculten a los “blancos” y a los “verdes” serán destruidos; toda la población adulta será fusilada y todos sus bienes confiscados. Todas las personas que hayan prestado auxilio a las bandas serán fusiladas. La mayoría de los que se hallan en las montañas han dejado parientes en los pueblos. De todos estos se hará un censo y, en caso de ataque de las bandas, todos los familiares adultos de los que combatan contra nosotros serán fusilados y los niños enviados al centro de Rusia. En caso de ataque general contra pueblos y ciudades nos veremos obligados a aplicar en estas zonas el terror de masas; por cada agente soviético muerto serán ejecutados centenares de habitantes de estas aldeas y pueblos.”
“Zinoviev presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la Comuna del Norte,
publica finalmente un aviso anunciando que los enemigos de la República serán, de allí en adelante, pasados por las armas. La agitación contrarrevolucionaria, la excitación de los soldados rojos a la desobediencia, la ayuda prestada a los blancos o a los extranjeros, el espionaje, a corrupción, los pogroms, los robos, el bandidaje, el sabotaje y “demás crímenes”, serán castigados “con la ejecución inmediata”. La cheka fusilará; serán comunicados a la prensa los nombres de los culpables (18 de agosto). No está prevista la celebración de ningún juicio previo; la lista de los crímenes es tan larga y tan vaga que la terrible Comisión disfruta, en realidad, de poderes ilimitados. El arma del terror está amartillada; pero la revolución no se servirá de ella sino después de los atentados que se preparan.”
La orden nº 69 del distrito de Kiev, de 1920 prescribe la ejecución de cualquier individuo en cuya casa sea encontrado un solo cartucho después del plazo señalado para la entrega de armas.
Pero tras la guerra civil cambiaron los métodos: “Basta con denunciar que en una familia ha habido un miembro de la misma que servía en el Ejército voluntario, para que la casa sea saqueada y sean detenidos todos los individuos de la familia. Contrariamente a como actuaron en años anteriores, ahora los bolcheviques se deshacen rápidamente de sus víctimas sin publicar listas.”
“Aquí hay algunos ejemplos de los "dulces" telegramas de Lenín en 1918:
"Una troica de dictadores debe ser establecida y el terrorismo masivo debe comenzar de inmediato. Las prostitutas que beben con los soldados y los ex funcionarios deben ser fusiladas o deportadas en seguida. ¡No podemos esperar un solo minuto! ¡A toda velocidad con los arrestos masivos! ¡Ejecute a los poseedores de armas! ¡Comience la deportación masiva de los Menshevikes y de los otros sospechosos! “("Collected Works", 3a edición, Vol. 29, pág. 489.) "En la lucha de clases, hemos apoyado siempre el uso de terrorismo." ("Collected Works", 4ta edición, Vol. 35, pág. 275.) "¡Las ejecuciones deben aumentarse!” ("Collected Works", 5ta edición, Vol. 45, pág. 189.) El historiador de guerras, Dmitri Volgokonov, encontró en los archivos del KGB un terrible decreto que publicó en su libro. En este decreto, Lenín ordenaba que se debiera colgar a todos los campesinos que se resistieran a los bolcheviques. El tirano especificó: "¡Por lo menos cien de ellos, para que todos los puedan ver!”
“Las listas de aquéllos fusilados y ejecutados de otras formas, fue publicada en el periódico semanal de la Cheka. De esta manera puede demostrarse que 1.7 millones de personas fueron ejecutadas durante el período 1918-19.”
“Cuando el general blanco Yudenich se aproximaba peligrosamente a San Petersburgo,
Lenin envió el siguiente mensaje: Si el ataque empieza, ¿sería posible movilizar a otros 20.000 obreros de Petrogrado (San Petersburgo) y a 10.000 trabajadores de la burguesía, colocar los cañones detrás de ellos y disparar a unos cuantos centenares para lograr un auténtico impacto masivo sobre Yudenich. Como resultados de toda esta política podemos decir que el número oficial de ejecutados por la cheka entre 1918 y 1920 fue 12.733, la cifra oficiosa puede subir hasta los 300.000.”
En 1921 la guerra civil estaba prácticamente terminada; el ejército blanco había sido derrotado, el gobierno menchevique de Georgia estaba sometido y los anarquistas ucranianos estaban en retirada.
“Algunos destacamentos rojos desacreditaban la autoridad de los Soviets entre las poblaciones; indisciplinados, con frecuencia borrachos, eran mandados por aventureros que hubo necesidad de fusilar, andando el tiempo. Se fusilaba, se desvalijaba, se asesinaba casi en todas partes.”
“Según los informes soviéticos oficiales de mayo de 1922, 1.695.904 personas fueron ejecutadas entre enero de 1921 hasta abril de 1922. Entre estas víctimas hubo obispos, profesores, doctores, oficiales, policías, gendarmes, abogados, funcionarios civiles, periodistas, escritores, artistas, enfermeras, obreros y granjeros... Su crimen era: "...pensamiento anti-social..."
Es curioso cómo historiadores soviéticos, como Victor Serge, acusan a otros de las atrocidades cometidas por los rojos, en este caso en Ucrania, donde, relata, “corrió la sangre hasta en los caseríos más pequeños.”
“Las persecuciones sufridas por los ferroviarios tenían su justificación: “Los elementos dirigentes de los sindicatos de ferroviarios y de correos y telégrafos son
antibolcheviques.”
“En los primeros tres meses de 1919, 138.000 obreros fueron fusilados. Los Bolcheviques finalmente, lograron aniquilar a casi todos los mejores trabajadores.”
Lenin “Clasificó a los hombres de negocios rusos como enemigos del pueblo y entonces dio las órdenes para que ellos fueran muertos a tiros por especuladores. Los Chekistas usaron ciertos trucos para atraer a sus víctimas a su lugar de ejecución. 2.000 oficiales zaristas fueron llamados a un teatro en Kiev para un control de papeles de identidad. Todos fueron ejecutados sin misericordia. Otros 2.000 fueron ejecutados en el acto en Stavropol. Lenín animaba que los soldados mataran a sus oficiales, que los obreros mataran a sus ingenieros y directores, que los campesinos mataran a sus hacendados.”
En 1929, Stalin arrestó a miles de intelectuales ucranianos bajo falsos cargos y o bien los fusiló o bien los envió a campos de trabajo en Siberia. Se han estimado en diez millones de personas las que fueron desposeídas de sus hogares y pertenencias y enviadas a Siberia en trenes de mercancías.
“El gran terror de Stalin fue impartido centralmente en una situación de dominio monolítico,” y “cualquier persona ‘socialmente peligrosa’ fue perseguida de forma sistemática” ; y se sucedieron “las persecuciones en masa, los métodos crueles utilizados contra los llamados ‘enemigos del pueblo’, cuya única prueba de culpabilidad era la confesión, obtenida por medio de torturas físicas y psicológicas.”
“Millones de funcionarios, miembros del partido y personas comunes fueron arrestados, torturados y obligados a confesar toda clase de crímenes de los que en su mayoría eran inocentes. Se organizaban juicios simulados en los que invariablemente eran encontrados culpables y sentenciados a muerte o recluidos en campos de trabajo. Algunos historiadores calculan que hasta 1938 el número de víctimas del stalinismo ascendía a ocho millones. Entre ellas se encontraban los “viejos bolcheviques”, dirigentes de la revolución de octubre de 1917, y muchos de los mejores intelectuales y hombres de la cultura. Se trataba de pérdidas muy graves para un país en el que la clase educada era aún reducida.”
En 1940 Estonia, Letonia y Lituania fueron ocupadas por la URSS tras el pacto Molotov Ribbentrop de 1939. A partir de ese momento, “los campesinos eran forzados a abandonar su tierra y medios de producción para unirse a esas granjas colectivas. No había alternativas y la resistencia era castigada… Los granjeros colectivizados trabajaban casi sin compensación, llegando al ridículo estado de sufrir hambre en medio de su producción.”
“Para lograr que se produjera el resultado comunista buscado, entonces, se iniciaron las deportaciones de marzo de 1949. Forzar a los agricultores a plegarse a las granjas colectivas era la meta principal de esas deportaciones, y se consiguió exitosamente. Tales deportaciones producirían una atmósfera total de terror, muy útil para los designios de las autoridades…La elección era simple y clara: “a una granja colectiva aquí o a Siberia”.
Pero esta situación era común a todos los agricultores de la Unión Soviética. “Estas granjas colectivas debían aportar con cuotas sumamente altas exigidas desde Moscú. Casi desde el inicio, las aportaciones debieron convertirse en “confiscaciones” pues nadie estaba dispuesto a entregar sus cosechas a cambio de nada. Las autoridades locales entraban y arrebataban todo cuanto encontraban en las bodegas clandestinas que los campesinos habían construido para esconder unos cuantos granos que le permitieran sobrevivir durante los fríos inviernos.”
En Estonia, “ya en el comienzo de la primera ocupación 300 personas fueron sentenciadas a muerte por cortes populares soviéticas. La mayoría de las ejecuciones tuvieron lugar en Tallin o zonas cercanas. Además de los ejecutados por la orden de tribunales y Consejos Especiales, un buen número de personas fueron simplemente ejecutadas sin decisión de la corte…Los nombres de 2.199 personas que fueron ejecutadas durante el período de junio a octubre de 1941 han sido detalladamente comprobados.”
En Estonia, “Civiles que fueron asesinados por el Ejército Rojo y las tropas del Batallón Destructor del NKVD/NKGB. 1.000 personas fueron encarceladas en Estonia en 1940 y luego 6.000 más en 1941. La mayoría de ellos fueron declarados culpables y enviados a campos de prisioneros en la Unión Soviética, donde casi todos perecieron o fueron ejecutados. De acuerdo a los registros disponibles, al menos 250 personas arrestadas en 1940 fueron ejecutadas y cerca de otras 500 murieron durante su encarcelamiento. Más de 1.600 de los arrestados en 1941 fueron ejecutados, y casi 4.000 murieron en su confinamiento.”
“El 2 de julio se levantaron cargos criminales contra Andres Raska “por haber distribuido cintas azules, negras y blancas para prender en las solapas: el tricolor de la bandera de estado estonio”.
Los “hospitales psiquiátricos usados con frecuencia para fines punitivos. Las autoridades los utilizaban como cárceles para aislar prisioneros políticos del resto de la sociedad, desacreditando sus ideas debido a “su locura” y quebrantándolos física y mentalmente, por lo que se considera como una forma de tortura.”
“La lucha de la guerrilla báltica contra las fuerzas de ocupación soviética – como las guerrillas que lucharon contra los nazis - fue una consecuencia del terror contra civiles perpetrado por los ocupantes ya desde su llegada. En villas como Kabala y Kautla, por ejemplo, los miembros de batallones de aniquilación soviéticos torturaron a cada persona que encontraron hasta su muerte. El más joven tenía dos meses de edad y el mayor, 78 años.”
“Las ejecuciones serían algo así: después de firmar los documentos de identificación, los oficiales eran llevados con sus brazos atados a una pequeña habitación que estaba equipada con paredes insonorizadas, un desagüe, una manguera, y una puerta o escotilla – sin duda, era una habitación diseñada para ejecuciones. Eran obligados a arrodillarse y un miembro de la Kommandatura daría un solo disparo en la parte posterior de la cabeza de los prisioneros, matándolos instantáneamente. Sus cuerpos serían arrastrados por la segunda puerta o escotilla en el techo, la habitación sería lavada con la manguera, y el preso siguiente sería llevado al sitio.”
“En 1939, el 70 por ciento de los miembros del Comité Central del partido en 1934 habían sido purgados. Entre los oficiales de las fuerzas armadas, el 90 por ciento de los generales fueron ejecutados o deportados a campos del gulag. En la “purga” de 1937-1938, más de un millón setecientas mil personas fueron arrestadas por acusaciones de índole política. El número de personas “purgadas” de sus cargos superó los dos millones. Se calcula que más de 700.000 soviéticos fueron ejecutados.” Los bailes de cifras llevan más allá: “los más conservadores le atribuyen a Stalin alrededor de veinte millones de víctimas y los más altos, alrededor de 60, incluyendo las muertes por hambrunas innecesarias, en campos de concentración, ejecuciones por motivos políticos, etc.”
Primero fueron las élites, pero pronto las “purgas fueron más allá de las elites para dirigirse a todos los niveles de la sociedad, abarcando "saqueadores", "saboteadores" y "espías", como fueron representados por la prensa contemporánea. Esas campañas tuvieron lugar durante la segunda mitad de la década de 1930, coincidiendo con el "Gran Terror" de Rusia e incorporando algunos antiguos bolcheviques a los juicios en Moscú.”
Nikolai Yezhov, mano derecha de Stalin controló las purgas. “Durante el período bajo su poder tuvieron lugar alrededor de 700.000 asesinatos extrajudiciales por parte del estado y hubo 1,5 millones de arrestos por orden del NKVD. Por orden directa de Yezhov, que participaba personalmente, los prisioneros fueron torturados para hacerlos "confesar". El uso de la tortura estaba aprobado por Stalin y el Politburó. En el verano de 1938 el propio Yezhov inició su camino de sospechoso del sistema y fue relegado al puesto de comisario para el agua. En diciembre fue destituido como jefe de la NKVD y reemplazado por Lavrentii P. Beria, nuevo favorito de Stalin. En enero Yezhov fue visto por última vez en público.” Sería fusilado, como fusilada fue su mujer y otros familiares. Su madre desapareció. Stalin cargó sobre él las culpas de las purgas, pero existen documentos que certifican que no fue juzgado por ellas sino por colaboracionista con potencias enemigas de la URSS.
Pero, ¿qué decir de las purgas? “Los socialistas extremos gustan de diferenciarse, acusándose unos a otros de ‘desviados’ cuando no concuerdan en algún aspecto de su ideario revolucionario, hasta llegar a perpetrar verdaderas cacerías de brujas dentro de los mismos Partidos. De esta manera ha habido divisiones en su seno desde mucho antes ya de que el comunismo bolchevique llegara al poder en la Rusia de 1917.”
“Sin importar lo esgrimido como defensa, una supuesta “crítica aislada” de un periódico institucional llevaba al "desenmascaramiento" de "contrarrevolucionarios"
En Azerbaiján, “El número total de víctimas durante el período completo es desconocido, aunque se ha llegado a estimar, como ya dijimos, que hubo unas 120.000 muertes por culpa de las represiones del régimen en las primeras décadas. Se trata de una cifra devastadora, en el punto más alto de la colectivización y las purgas, para una nación cuya población en 1926 era sólo de 2,6 millones.”
Ese genocidio, sacado a la luz por Kruchov no le exculpa a él mismo, ya que siempre fue un fiel colaborador, al tiempo que excelente amigo y proveedor de Fidel Castro.
“Los archivos desclasificados durante la Perestroika avalan la conciencia del carácter arbitrario de las purgas al voleo, doblemente “preventivas” por el terror que suscitaban. Estos materiales revelan la existencia de cuotas de detenciones obligatorias para los poderes comarcales... Los cupos determinaban para cada república un número de condenados a prisión y otro de condenados a muerte con independencia de la presunción de delitos contra el Estado.”
“Sin embargo Kruschev, en una muestra de omisión deplorable, sólo se espanta por la muerte de quienes eran comunistas, mientras que el asesinato de los millones que no lo eran lo pasa por alto y con su silencio parecería que hasta justifica la barbarie.”
Alexander Soljenitsyn, en entrevista concedida a TVE en 1976 manifestaba que en la Rusia soviética habían exterminado, al menos, a 110 millones de personas, y añadía: “Conozco solamente un lugar en donde no hay libertad, ese lugar es Rusia.” Esa información es traducida por los marxistas: “Las declaraciones de Solzhenitsyn en la TV española fueron un apoyo directo al fascismo español (una ideología que él aún mantiene). Esta es una de las causas por las cuales Solzhenitsyn desapareció cada vez más de los discursos públicos durante sus 18 años de exilio en los EEUU y uno de los motivos por los cuales los gobiernos capitalistas no le dieron total apoyo político.”
Artur London, en su obra “la Confesión”, relata los métodos aplicados por el régimen comunista: “El relator toma otros folios y empieza a leer extractos de las declaraciones sin decirme quienes son sus autores… Hasta el amanecer el relator me lee nuevas declaraciones y denuncias… sin revelarme el nombre de sus autores.”; además, “a los familiares del disidente se les echaba del piso en que vivían; perdían todos los privilegios de que disfrutaban antes; se les reducía a la condición laboral más baja, sin contar con la afrenta continua a que se exponían la viuda, o la esposa o los hijos de un traidor…” Pero había más, en Lituania explicaron al autor de éste relato, que las personas desaparecían de la circulación. Cuando no eran asesinados, eran enviados a Siberia y no se comunicaba nada a los familiares; los hijos eran arrancados de las familias y enviados a Rusia…; en otro lugar expongo cómo era la cheka, hoy museo, existente en la sede del partido comunista en Vilna.
“Los que habían luchado en las Brigadas Internacionales durante la guerra civil española, se volvían sospechosos por haber tenido la oportunidad de conocer a militantes antifascistas que no eran comunistas y que ahora eran denunciados como agentes de la CIA.”
Lo curioso es que el comunismo, enfundado en su propia esencia de la mentira, siguiendo al fin las instrucciones de Lenin, achaca las matanzas a Stalin, exculpando a Lenin. Como hemos visto, nada más alejado de Lenin que la inocencia, porque además, “fue Lenín, no Stalin quien comenzó a deportar a los familiares de sus antagonistas políticos. Debe apuntarse aquí que la toma de rehenes fue una política estatal que había sido planeada por Lenín y Trotsky y no simplemente un resultado de la crueldad de despiadados terroristas individuales. Fue Lenín quien comenzó las expediciones de saqueos y asesinatos masivos. Lenín incluso ordenó ejecutar a todas las personas sin hogar, en el acto.”
En este sentido deben señalarse las instrucciones emanadas de Lenin: “La lucha armada persigue dos fines diferentes, que es preciso distinguir rigurosamente : en primer lugar, esta lucha se propone la ejecución de personas aisladas, de los jefes y subalternos de la policía y del ejército; en segundo lugar, la confiscación de fondos pertenecientes tanto al gobierno como a particulares… Las grandes expropiaciones (la del Cáucaso, de más de 200.000 rublos; la de Moscú, de 875.000 rubios) estaban destinadas precisamente a los partidos revolucionarios ante todo; las pequeñas expropiaciones sirven en primer lugar, e incluso a veces enteramente, al sostenimiento de los expropiadores.” Todo un manual de actuación…
Y las instrucciones de Trostki eran del siguiente tenor: “Os advierto: si una unidad se retira, será fusilado primero el comisario, luego el comandante… Los cobardes, los ventajistas y los traidores no se salvarán de las balas.” Pero iba más allá la amenaza: “Nadie tiene el derecho de invocar la violencia de los invasores para justificar actos de traición al poder de los obreros y campesinos. “Todo aquel que haya prestado ayuda al enemigo durante la dominación de los checos blancos, será fusilado. Serán confiscados los bienes muebles e inmuebles de cuantos participen en la sedición burguesa y de todos sus cómplices. Ordenaba, bajo pena de muerte, a los trabajadores movilizados por los blancos que desertasen y se pasasen a los rojos. (Orden del 27 de agosto sobre la movilización.)”
“Un marxista no puede considerar en general anormales y desmoralizadoras la guerra civil o la guerra de guerrillas, como una de sus formas. Un marxista se basa en la lucha de clases y no en la paz social. En ciertos períodos de crisis económicas y políticas agudas, la lucha de clases, al desenvolverse, se transforma en guerra civil abierta, es decir, en lucha armada entre dos partes del pueblo. En tales períodos, el marxista está obligado a tomar posición por la guerra civil. Toda condenación moral de ésta es completamente inadmisible desde el punto de vista del marxismo.” Parece que está bastante clara la posición.
“Se dice que la guerra de guerrillas aproxima al proletariado consciente a la categoría de los vagabundos borrachines y degradados. Es cierto. Pero de esto sólo se desprende que el partido del proletariado no puede nunca considerar la guerra de guerrillas como el único, ni siquiera como el principal procedimiento de lucha; que este procedimiento debe estar subordinado a los otros, debe ser proporcionado a los procedimientos esenciales de lucha, ennoblecido por la influencia educadora y organizadora del socialismo.”
De todo lo relatado hasta aquí parece que puede inferirse que“por supuesto, Stalin fue el tirano más sangriento en la historia de la humanidad, pero él estaba siguiendo simplemente el camino Leninista. Stalin fue el verdugo que ejecutó las sentencias del Juez Lenín y llevó a cabo sus planes de esclavitud. Una vez más es posible citar una orden correspondiente de Lenín: "Comience una implacable campaña de terror y guerra contra los granjeros y otros elementos burgueses que están escondiendo un exceso de grano."
Materiales y documentos sobre el terror bolchevique recogidos por el Buró Central del Partido socialista-revolucionario ruso:
“Aniquilar al adversario y, después de reducirlo a la impotencia, aplicarle todas las represalias de una justicia sumaria” Eran las instrucciones emanadas de la autoridad soviética en Octubre de 1917.
“Las numerosas dependencias de la Seguridad General ocupan en Moscú todo un barrio situado entre las calles de la Lubianka grande y la Lubianka pequeña, y en una serie de calles y callejuelas adyacentes… Se trata de una auténtica ciudad dentro de la ciudad, que funciona día y noche, gracias a los esfuerzos conjuntos de la Vetcheca y de la cheka de Moscú.”
Los métodos de genocidio estalinistas se diferencian de los métodos de genocidio leninistas en que su aplicación se llevó por delante históricos genocidas que habían servido a los intereses de Lenin, pero que resultaban contrarios para los intereses de Stalin. Stalin no hizo otra cosa que señalar el rumbo que posteriormente ha seguido aplicando en el mundo los seguidores de este sistema genocida. Las muestras las tenemos en la misma España, donde la ETA se ha llevado por delante a algunos elementos que por algún motivo habían discrepado de los intereses de la banda, y a la postre les sirven como argumento. ¿En quién piensa la gente hoy cuando por cualquier circunstancia le interesa al sistema decir algo contra la ETA? En aquellas pocas víctimas de ETA que pueden considerarse como tales porque, efectivamente han sido asesinadas por ETA, pero que en caso de confrontación bélica, sin lugar a dudas hubiesen estado enfrentadas, no a la ETA, sino al resto de las víctimas. Es una paradoja que entre las víctimas de ETA o del marxismo en general se encuentren algunos nombres, pero es, al cabo, algo que el propio marxismo utiliza como victimario propio. Es una vertiente curiosa del genocidio, que se da armas ideológicas a sí mismo para justificarse y perpetuarse.
“Para comienzos de 1939 todos los bolcheviques que participaron junto a Stalin en
la revolución habían sido condenados a muerte, este proceso de depuración del
Politburó concluyó con un trofeo codiciado por José Stalin, el asesinato de León
Trotsky en México, el brazo criminal de Stalin cruzó el atlántico para matar a quien
había sido su mayor opositor y más vehemente crítico.”
Por su parte la tortura, que ya era evidente con el régimen leninista, cobró con Stalin especial importancia, ya que no en vano era utilizada, no sólo en el genocidio sobre el pueblo, sino también en la purga. Se especializaron en los “hospitales psiquiátricos”. “Casi todos los internados en estos hospitales no padecían de ninguna enfermedad mental, sin embargo, eran diagnosticados con esquizofrenia y sometidos a electrochoques, sesiones de radiación y obligados a usar drogas psicotrópicas y anti-psicóticos. Esto repercutía en la psiquis del individuo y alteraba su equilibrio mental. Era la excusa que precisaban los “psiquiatras” de estos centros para tranquilizarlos con demoledoras palizas. .
Pero, ¿hasta dónde llega la tortura?, porque, ¿cómo se puede catalogar el genocidio marxista llevado a cabo sobre la población ucraniana durante la represión por hambre llevada a cabo a partir de 1924? ”Ante el acostumbrado hermetismo de los regímenes comunistas no se pudo precisar exactamente el número de muertos puesto que eran recogidos de las calles y enterrados en fosas sin ningún tipo de registro. Los propios comunistas hablan de un millón y medio de víctimas, mientras que el gobierno ucraniano afirma que fueron no menos de 10 millones de personas las que murieron de inanición.”
Si el hambre era arma del genocidio soviético, también lo eran las deportaciones. “Se trataba de arrancar de raíz a familias enteras de la tierra donde habían vivido por generaciones y trasladarlos hacia Siberia en condiciones, por demás, miserables. Centenares de miles de familias fueron separadas; padres, hijos y abuelos, de repente, se vieron embarcados en trenes diferentes, con rumbos distintos y muy distantes entre sí, lo que provocó que muchos de ellos no volvieran a verse nunca más… Las familias eran sorprendidas en sus casas, sin ningún aviso previo, por la policía política soviética, apenas les daban 30 minutos para que se preparasen. Lo tétrico es que ni siquiera fueron sometidos a esos graciosos tribunales titiritescos, tampoco se les dijo las razones por las que eran trasladados ni al lugar donde iban. Es fácil imaginarse el pánico del que fueron objeto los deportados y la conmoción mental que debieron padecer al enterarse, que no sólo dejaban sus bienes y su casa, sino que además, hijos y padres eran separados
El comunismo fuera de la U.R.S.S.
El comunismo en España
Pero el marxismo no estaba sólo en Rusia. En 1936, las matanzas se sucedían en España. En ocasiones sin necesidad de inventar una mentira, sencillamente se asesinaba a quién se decidía que era adversario; otros casos, fieles a las consignas del comunismo, se creaba una mentira; así, “La llamada ‘quinta columna’ fue más un mito de la propaganda que una realidad (alentada en muchas ocasiones por los propios republicanos para justificar sus desmanes). El terror reinó en el Madrid del Frente Popular bajo el amparo y como instrumento de represión del gobierno de la II República, y se dirigió contra todo aquel considerado arbitrariamente desafecto, espía o enemigo.”
Se insiste en que, en toda guerra, todos cometen excesos. Será cierto, pero en 1936, en España, “la represión en el bando republicano tras el estallido de la Guerra Civil no fue una reacción descontrolada. Todo lo contrario. Fue la acción institucionalizada del gobierno de la II República contra los que consideró sus enemigos… No existieron –salvo contadas excepciones y siempre por motivos ajenos a la política- persecución, juicio ni castigo contra los responsables de los excesos y asesinatos. Todo lo contrario. Son los mismos sujetos (con nombres y apellidos) quienes cometieron los primeros asesinatos (inaugurando los paseos), y los que participaron en las sacas y matanzas de las cárceles madrileñas de octubre y noviembre de 1936. Aún más: después de todo el escándalo internacional provocado por la masacre de Paracuellos, los principales matarifes siguieron siendo peones y piezas claves en el organigrama institucional policial-represor del Gobierno del Frente Popular”.
“Las llamadas matanzas de Paracuellos fueron una serie de episodios de asesinatos masivos organizados durante la Batalla de Madrid, en el transcurso de la Guerra Civil Española, y que llevaron a la muerte de varios miles de prisioneros considerados opuestos al bando republicano. Los hechos se desarrollaron en los parajes del arroyo de San José, en Paracuellos de Jarama, y en el soto de Aldovea, en el término municipal de Torrejón de Ardoz, ambos lugares cercanos a la ciudad de Madrid. Los asesinados se realizaron aprovechando los traslados de presos de diversas cárceles madrileñas, conocidos popularmente como sacas, llevados a cabo entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936, mientras se enfrentaban las tropas gubernamentales y franquistas por el control de la ciudad. Del total de 33 sacas de presos que tuvieron lugar en las fechas citadas, 23 de ellas terminaron en asesinatos: las de los días 7, 8, 9, 18, 24, 25, 26, 27, 28, 29 y 30 de noviembre y las del 1 y el 3 de diciembre. Entre el 10 y el 17 de noviembre no hubo extracción alguna, y desde el 4 de diciembre cesaron. Las matanzas de Paracuellos son consideradas las de mayor dimensión que tuvieron lugar en la retaguardia de la zona republicana. El número de asesinados ascendió a unas 2.500 personas, si bien la cifra exacta sigue siendo objeto de discrepancia y controversia. También son objeto de enconadas discusiones aspectos como quién dio la orden de ejecutar a los evacuados de las cárceles.”
“Antes de Paracuellos ocurrieron otros muchos asesinatos, más de 6000 en todo Madrid (una media semanal de 375 asesinatos)… y terminaron en el sangriento noviembre de aquel año con la traca final de Paracuellos (2.500 asesinados). Para entonces estaban todos a las órdenes del organismo del que era responsable Santiago Carrillo.” La Hermandad de Paracuellos sube la cifra hasta 5200, y la propaganda del régimen la subió hasta 12000. Sólo en Madrid, sin proceso alguno y sólo en un cortísimo plazo. Recordemos que la Inquisición condenó a muerte, previo proceso, a un máximo de 1500 personas, en toda la Hispanidad, y en un plazo de 350 años. No parece que exista parangón.
“Una de las comunidades más perseguidas por los comunistas fue la de los salesianos. Estos seguidores del santo italiano Juan Bosco, se caracterizaban por emprender grandes obras misioneras y educativas al lugar que iban. En España establecieron 3 inspectorías, en una de ellas, conocida como la casa salesiana de Valencia, las fuerzas rojas republicanas descargaron durante buena parte de la noche miles de proyectiles, el amanecer del 27 de julio de 1936 no fue menos trágico. Una vez producido el ablandamiento de la resistencia (claro está que la única resistencia que hubo fue la de la oración), los rojos allanaron violentamente la casa y encontraron a varios religiosos en posición orante bajo la dirección del padre José Calasanz… El Padre José Calasanz (1872-1936) nació en Azanuy. En 1886 vio a Don Bosco en Sarriá, quien ya se encontraba en esa época cansado y sufriendo. Se convirtió en Salesiano en 1890 y en sacerdote cinco años más tarde. Fue secretario de Don Rinaldi y superior provincial en Perú y Bolivia. Después regresó a España para convertirse en Provincial de Tarraconense (Barcelona – Valencia). Era un hombre de gran corazón y muy trabajador, desde el inicio interesado en la salvación de sus cofrades. Fue capturado junto con otros Salesianos mientras llevaba a cabo un Retiro en Valencia. Fue asesinado mientras lo llevaban, con un solo disparo en la cabeza.”
Es el caso que, casi ochenta años después de estas atrocidades, “Mientras la Iglesia pide perdón por sus errores, otros niegan sus crímenes o se jactan de ellos. Y cuando digo la Iglesia, no digo únicamente la jerarquía, sino también infinidad de víctimas y familiares de víctimas que, en la hora del dolor, perdonaban a sus victimarios. Y no porque fueran mejores personas que ellos sino porque seguían las enseñanzas de quien les prescribía el amor a los enemigos y el perdón a las ofensas.”
Escribe el hispanista americano Stanley G. Payne. "En ninguna época de la historia de Europa y probablemente del mundo se ha manifestado un odio tan apasionado contra la religión", afirma el historiador inglés Hugh Thomas. Antes de empezar la guerra, de 1931 al 18 de julio de 1936, ya habían asesinado a unos 50 clérigos, entre ellos 33 religiosos en la Revolución de Asturias del año 34.
"Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano", dijo el Ministro de Guerra, Manuel Azaña. Según el historiador Cárcel Ortí, en 1936 existían en España 146 diarios antirreligiosos. En 1931 aplaudieron la quema de conventos porque "había polvorines en ellos". El Heraldo de Madrid decía que los frailes empezaron disparando contra los obreros, bulo que circularía muchos años. En fin, por algo Lenin había señalado que la mentira era un arma que debía ser usada por los comunistas.
En 1933 aparece la férrea Ley de Confesiones y Congregaciones religiosas, que nadie consideraría hoy ejemplo de libertad religiosa. En la Revolución de Asturias de octubre de 1934 se destruyen 58 iglesias y mueren 33 clérigos, casi todos maestros de niños de familias obreras.
Poco antes de empezar la Guerra, políticos como la diputada socialista Margarita Nelken, incitaban a la violencia: "Necesitamos una revolución gigantesca. Ni siquiera la rusa nos sirve. Queremos llamaradas que enrojezcan los cielos y mares de sangre que inunden el planeta".
El 18 de julio estalla la Guerra Civil. Los eclesiásticos, personas desarmadas, no combatientes, son exterminados al ritmo de 70 personas al día en agosto. No son asesinados por descontrolados: en Cataluña hay 200 comités y patrullas, dependientes de distintos organismos, que los cazan.
“A partir del 23 de agosto de 1936 Madrid va ser escenario de las matanzas más terribles acaecidas en ambos bandos de la guerra civil española, y que concluirían en noviembre de 1936 con la masacre de Paracuellos del Jarama, en cuyas fosas comunes descansan unas 8.000 víctimas asesinadas por el gobierno republicano del Frente
Popular. El balance del terror rojo desatado en Madrid durante aquellos cuatro meses se cierra con la terrible cifra de más de 12.000 personas asesinadas. El mayor número de víctimas represaliadas durante toda la guerra civil.”
El órgano informativo de la en teoría moderada Izquierda Republicana, “Madrid Política”, definía así a los encarcelados en la cárcel Modelo: «… varios curas, castrenses o civiles, y como cumple a su oficio, gordos y lustrosos, salvo rara excepción… Sin afeitar la mayoría, no se diferencian gran cosa de los presos vulgares. El aire distinguido se lo daba la ropa o el uniforme… Hablan poco, meditan mucho y sollozan bastante… En otras galerías… albergan más fascistas de los comprometidos en la rebelión y otros que fueron apresados antes de que aquélla estallase, como los directores falangistas Ruiz de Alda y Sánchez Mazas. Y existen, por fin, los presos políticos. Antiguos y recientes. Los más notorios, de los últimos, son el Dr. Albiñana, D. Melquíades Álvarez y Martínez de Velasco. El tercero sólo ha pasado—con la de hoy—tres noches en el «abanico». ¡Lástima que Lerroux y Gil Robles no les puedan hacer compañía!…».
“Entre los “valerosos luchadores por la libertad que se enfrentaban a los fascistas” cabe destacar al miliciano anarquista Santiago Aliques Bermúdez, conocido malhechor, de quien obran los siguientes antecedentes: Reclamado por la Autoridad judicial desde el año 1920, nueve veces por hurto, tres por estafa, dos por atentado, dos por usurpación de funciones, uno por lesiones, uno por malos tratos, uno por abusos deshonestos y uno por robo a mano armada, habiendo sido condenado en el año 1925 a ocho años, cuatro meses y ocho días de presidio por hurto, atentado y usurpación de funciones.”
“En contraste, entre los “delincuentes fascistas” confinados estaban Melquíades
Álvarez, de 72 años, Decano del Colegio de Abogados de Madrid, fundador del partido de centro-derecha Partido Republicano Liberal Demócrata y ex Presidente del
Parlamento; Ruiz de Alda, fundador de Falange y héroe del “Plus Ultra”; Fernando
Primo de Rivera, militar y médico que había cometido el grave delito de ser hermano de José Antonio y creer en el falangismo; Manuel Rico Avello, ex Ministro y ex Alto
Comisario de España en Marruecos durante la República y Diputado a Cortes en 1936;
Ramón Álvarez Valdés y Castañón, ex Ministro de Justicia de la República, miembro
del Partido Republicano Liberal Demócrata y Diputado a Cortes en 1936; José María
Albiñana, Abogado, Médico y Diputado a Cortes en 1936; Martínez de Velasco, ex ministro de la monarquía y diputado. Ninguno de ellos sobrevivió al “ansia de democracia” que los milicianos republicanos iban a demostrar los días 22 y 23 de agosto.”
“Expulsados los funcionarios de Prisiones, los milicianos encabezados por el socialista Enrique Puente, hicieron una selección de unos treinta y dos presos, que durante la tarde del 22 y madrugada del 23 fueron siendo asesinados en atención a su condición de militares o significación política, por un comité revolucionario integrado por socialistas, comunistas y anarquistas Hasta el día 25 de agosto no se autorizó por parte del gobierno republicano la vuelta de los funcionarios de prisiones, y aún así con la orden expresa de estar subordinándolos en todo, al criterio del comité revolucionario de los milicianos… Las operaciones de “limpieza de fascistas” de la Modelo sólo terminaron tras el escándalo de las fosas comunes de Paracuellos de Jarama.”
Andrés Nin, jefe del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), en un discurso pronunciado en Barcelona el 8 de agosto de 1936, no tuvo inconveniente alguno en declarar: «Había muchos problemas en España... El problema de la Iglesia... Nosotros lo hemos resuelto totalmente, yendo a la raíz: hemos suprimido los sacerdotes, las iglesias y el culto". El secretario general de la sección española de la III Internacional, José Díaz, afirmaba en Valencia el 5 de marzo de 1937: "En las provincias en que dominamos, la Iglesia ya no existe. España ha sobrepasado en mucho la obra de los soviets, porque la Iglesia, en España, está hoy día aniquilada. Al ser preguntado el Presidente de la Generalitat de Cataluña, Lluís Companys, a finales de agosto de 1936, por una periodista de L'Oeuvre, sobre la posibilidad de reanudar el culto católico, respondió: "¡Oh!, este problema no se plantea siquiera, porque todas las iglesias han sido destruidas". El diario socialista-anarquista, Solidaridad Obrera, el 15 de agosto de 1936, incitaba en estos términos: "Hay que extirpar a esa gente. La Iglesia ha de ser arrancada de cuajo de nuestro suelo", y en el número correspondiente al 25 de mayo de 1937, publicaba lo siguiente: "¿Qué quiere decir restablecer la libertad de cultos? ¿Qué se puede volver a decir misa? Por lo que respecta a Barcelona y Madrid, no sabemos dónde se podrá hacer esta clase de pantomimas. No hay un templo en pie ni un altar donde colocar un cáliz... Tampoco creemos que haya muchos curas por este lado... capaces de esta misión".
El 8 de agosto de 1936, Andreu Nin, líder del POUM, dice: "El problema de la Iglesia lo hemos resuelto yendo a la raíz; hemos suprimido los sacerdotes, las iglesias y el culto". Cuando dice esto, ya hay unos 1.400 clérigos asesinados.
“La publicación catalana, L 'Esquella de la Torratxa, en julio de 1937 proclamaba: «¡Ya vivimos tranquilos! Porque hemos matado a todos los curas, a todos los que parecían curas, y a todos aquellos que nos parecían curas».
El ministro anarquista Joan Peiró, en su libro "Perill a la retaguardia", es de los pocos que lamentan la matanza y reparte culpas: "Todos los partidos, desde Estat Català al POUM, pasando por Esquerra Republicana y el Partido Socialista Obrero catalán, han dado un contingente de ladrones y asesinos por lo menos igual al de la CNT y la FAI". Ninguno de ellos ha pedido aún perdón.
“Otras de las terribles escenas de esa vorágine antirreligiosa fueron las innumerables ejecuciones en masas, sin discriminación de sexo, edad o condición de las víctimas, sin ninguna connotación política o social que pudiera, si no justificarlas, por lo menos explicarlas. En los meses de julio y agosto de 1936 ocurrieron casos bien significativos de esos asesinatos masivos, tales como los ocurridos en Barbastro (Huesca) donde exterminaron el teologado de los claretianos, tras ejecutar a 45 estudiantes menores de veinticuatro años y a seis superiores. En Barcelona asesinaron juntos a 45 hermanos maristas, 39 de la congregación de San Gabriel y siete monjes de Montserrat. En el cementerio de Lérida, fueron asesinados a la vez 74 sacerdotes diocesanos. En Calafell, población costera de la provincia de Barcelona, quince hermanos de San Juan de Dios fueron inmolados por no haber querido abandonar a los enfermos del Hospital Marítimo de dicha población. En Rafelbuñol (Valencia), los nueve hijos de un matrimonio muy católico fueron asesinados a la vez, y en la misma diócesis fueron ejecutadas 17 hermanas de la Doctrina Cristiana. En El Escorial fueron inmolados juntos 51 agustinos.”
El genocidio comunista llevado a cabo en España”fue una persecución anticristiana y antireligiosa, ya que matando a los sacerdotes, creían eliminar todo lo sagrado. De ahí los sacrilegios, profanando la Eucaristía, disparando contra el Santísimo Sacramento, bebiendo con cálices, esparciendo y pisando por las calles las Sagradas Formas, destrozando todo lo que tuviese un carácter sacro, tesoros artísticos e históricos, retablos, imágenes de grandes escultores, tapices, custodias, vasos.”
Y resulta grotesco que tal actuación, casi un siglo después pretenda presentarse como ajena al marxismo, cuando un mínimo de cultura abona justamente la consubstancialidad de materialismo marxista con el genocidio. Lenin afirma: “Llego a la categórica conclusión de que precisamente en este momento debemos dar batalla al clero de la manera más decisiva y despiadada, y destruir su resistencia con tal brutalidad que no se olvidará en las décadas por venir... Cuanto mayor sea el número de representantes del clero reaccionario y burguesía reaccionaria que tengamos éxito en ejecutar por esta razón, mejor".
"La religión es el opio del pueblo: este dicho de Marx es la piedra angular de toda la ideología del Marxismo sobre la religión. Todas las religiones modernas e iglesias, todas y cada una de las organizaciones son siempre consideradas por el Marxismo como los órganos de la reacción burguesa, usados para la protección de la explotación y la estupefacción de la clase trabajadora".
Sobre las salvajadas llevadas a cabo en España, un testimonio elocuente es el de Manuel de Irujo Ollo, dirigente del Partido Nacionalista Vasco, que fue ministro sin cartera entre septiembre 1936 y mayo 1937 en los dos Gobiernos de Largo Caballero, y ministro de Justicia en el gabinete de Negrín. En una reunión del gobierno celebrada en Valencia el 9 de enero de 1937, presentó el siguiente Memorándum sobre la persecución religiosa: "La situación de hecho de la Iglesia, a partir de julio pasado, en todo el territorio leal, excepto el vasco, es la siguiente: a) Todos los altares, imágenes y objetos de culto, salvo muy contadas excepciones, han sido destruidos, los más con vilipendio. b) Todas las iglesias se han cerrado al culto, el cual ha quedado total y absolutamente suspendido. c) Una gran parte de los templos, en Cataluña con carácter de normalidad, se incendiaron. d) Los parques y organismos oficiales recibieron campanas, cálices, custodias, candelabros y otros objetos de culto, los han fundido y aun han aprovechado para la guerra o para fines industriales sus materiales. e) En las iglesias han sido instalados depósitos de todas clases, mercados, garajes, cuadras, cuarteles, refugios y otros modos de ocupación diversos, llevando a cabo -los organismos oficiales los han ocupado en su edificación obras de carácter permanente. f) Todos los conventos han sido desalojados y suspendida la vida religiosa en los mismos. Sus edificios, objetos de culto y bienes de todas clases fueron incendiados, saqueados, ocupados y derruidos. g) Sacerdotes y religiosos han sido detenidos, sometidos a prisión y fusilados sin formación de causa por miles, hechos que, si bien amenguados, continúan aún, no tan sólo en la población rural, donde se les ha dado caza y muerte de modo salvaje, sino en las poblaciones. Madrid y Barcelona y las restantes grandes ciudades suman por cientos los presos en sus cárceles sin otra causa conocida que su carácter de sacerdote o religioso. h) Se ha llegado a la prohibición absoluta de retención privada de imágenes y objetos de culto. La policía que practica registros domiciliarios, buceando en el interior de las habitaciones, de vida íntima personal o familiar, destruye con escarnio y violencia imágenes, estampas, libros religiosos y cuanto con el culto se relaciona o lo recuerda".
El historiador Stanley G. Payne escribe, a propósito del terror rojo que "éste no fue el producto ciego y espontáneo de la furia popular, sino que fue ejercido por pequeños grupos de los partidos revolucionarios que se constituyeron específicamente para esta tarea, con la aprobación en muchos casos, y la iniciativa algunas veces, de los dirigentes de las organizaciones. Tampoco todas las 'escuadras de la muerte' estaban constituidas por elementos de las organizaciones revolucionarias. En Madrid, por ejemplo, algunas fueron organizadas como unidades regulares de policía, dependientes del Ministerio de la Gobernación, dirigido por la Izquierda Republicana durante los meses de julio y agosto de 1936". Dicho Ministerio "apenas hizo nada, de julio a septiembre de 1936, por detener el terror... En Madrid, nunca se apeló a las unidades de policía todavía disponibles para defender a las víctimas del terror. En Barcelona, Companys ni siquiera se atrevió a proteger a su propio ministro de Orden Público, Escofet, ex capitán del ejército, a quien la FAI obligó a huir a Francia por haberse manifestado públicamente contra el terror". "El terror en España se parecía al de la guerra civil rusa en cuanto, en ambos casos, el clero fue una de las víctimas principales de la violencia. La persecución de la Iglesia católica fue la mayor jamás vista en Europa occidental, incluso en los momentos más duros de la Revolución francesa... Los anarquistas tenían la reputación de ser los más violentos anticlericales entre los revolucionarios, pero hubo también matanzas en zonas, como el centro-sur, en que los anarquistas eran débiles... Los socialistas no se mostraron renuentes a hacer su aportación a la hecatombe".
Los perseguidores mataron a casi 300 monjas y a muchas laicas: sólo valencianas de Acción Católica ya suman 93, pero los últimos recuentos hablan de 7.000 eclesiásticos y 3.000 laicos asesinados por su fe. Para asombro de historiadores, no se registró ni un sólo caso de apostasía, ni un sólo cristiano renunció a su fe por salvar su vida o propiedades.
“En solo seis meses, casi 7000 miembros del clero, entre ellos 13 obispos, fueron martirizados en España por los comunistas. La persecución arrasó también con conventos, tantos de hombres como de mujeres. Los laicos comprometidos también fueron víctimas. España volvió a ser tierra de mártires desde esa fecha hasta el 1 de abril de 1939, pues en la zona republicana se desencadenó la mayor persecución religiosa conocida en la historia desde los tiempos del Imperio Romano, superior incluso a la Revolución Francesa.”
“Otras de las terribles escenas de esa vorágine antirreligiosa fueron las innumerables ejecuciones en masas, sin discriminación de sexo, edad o condición de las víctimas, sin ninguna connotación política o social que pudiera, si no justificarlas, por lo menos explicarlas. En los meses de julio y agosto de 1936 ocurrieron casos bien significativos de esos asesinatos masivos, tales como los ocurridos en Barbastro (Huesca) donde exterminaron el teologado de los claretianos, tras ejecutar a 45 estudiantes menores de veinticuatro años y a seis superiores. En Barcelona asesinaron juntos a 45 hermanos maristas, 39 de la congregación de San Gabriel y siete monjes de Montserrat. En el cementerio de Lérida, fueron asesinados a la vez 74 sacerdotes diocesanos. En Calafell, población costera de la provincia de Barcelona, quince hermanos de San Juan de Dios fueron inmolados por no haber querido abandonar a los enfermos del Hospital Marítimo de dicha población. En Rafelbuñol (Valencia), los nueve hijos de un matrimonio muy católico fueron asesinados a la vez, y en la misma diócesis fueron ejecutadas 17 hermanas de la Doctrina Cristiana. En El Escorial fueron inmolados juntos 51 agustinos.”
“El 20 de julio de 1936, por Radio Barcelona se dio la siguiente consigna: "Hay que destruir la Iglesia y todo lo que tenga rastro de ella. ¿Qué importa que las iglesias sean monumentos del arte? El buen miliciano no se detendrá ante ellos. Hay que destruir la Iglesia". Fue tan impresionante la destrucción del patrimonio histórico-artístico eclesiástico y de toda clase de bienes de la Iglesia, que la revista francesa L 'Illustration del 5 de febrero de 1938, escribía lo siguiente: "Su carácter religioso es precisamente lo que desencadenó un vandalismo destructor contra esas grandes obras de arte. Las degradaciones, mutilaciones, profanaciones que en ellas contemplamos manifiestamente, no son debidas a ninguna acción de guerra... Esas obras de arte, casi en su totalidad, han sido reducidas al estado en que se hallan, de una manera voluntaria, sin objetivo alguno militar, lejos de la zona de combate, y aun a menudo, en momentos en que el Gobierno tenía pleno dominio de las regiones en que se hallaban... Los vándalos no han obrado por un inconsciente y brusco frenesí. Han obedecido órdenes recibidas de los comités".
“Al finalizar la persecución, el número de mártires ascendía a casi diez mil, entre obispos, sacerdotes diocesanos y seminaristas, religiosos, religiosas y laicos de ambos sexos. Durante la persecución religiosa republicana la archidiócesis de Valencia pagó uno de los mayores tributos de sangre.”
Que la persecución no fue obra de descontrolados queda manifiestamente demostrado a través de todo lo relatado; prácticamente las órdenes se transmitían por la prensa. Así, Diario de Barcelona, órgano de ERC, en su edición de 16 de agosto de 1936, manifiesta: "Creemos son exagerados los escrúpulos que hacemos ante la quema de las iglesias. Vale la pena sacrificar el poco patrimonio que eso pueda representar pues si dejamos en pie los templos, a la larga volverán a salir las procesiones".
“Corrían los días aciagos de la guerra civil cuando L´Illustration (Esta revista apareció un poco antes de la segunda mitad del siglo XIX, tuvo una dilatada existencia, de 1843 a 1944), una de las revistas francesas más prestigiosas de Europa, publicaba en enero de 1938 un número monográfico. En él se hacía eco de los destrozos materiales en las iglesias (edificios, retablos, pinturas, esculturas…) de buena parte de la geografía republicana donde tantos estragos ocasionó la persecución religiosa no sólo en las personas sino también en lo material. La revista no ofrece comentarios ya que las fotografías hablan por sí solas. Una vez más una imagen valía más que mil palabras.”
Por su parte, el órgano de la CNT, Solidaridad Obrera, de 26 de julio de 1936 se lamentaba, pero ¿de qué se lamentaba?... "No queda ninguna iglesia ni convento en pie, pero apenas han sido suprimidos de la circulación un dos por ciento de los curas y monjas. La hidra religiosa no ha muerto. Conviene tener esto en cuenta y no perderlo de vista para ulteriores objetivos".
La Batalla, órgano del POUM, edición de 19 de agosto de 1936 señalab cual era el objetivo perseguido: "No se trata de incendiar iglesias y de ejecutar a los eclesiásticos, sino de destruir a la Iglesia como institución social ".
Un testimonio de gran valor es el que dejó reflejado Salvador de Madariaga sobre la persecución religiosa, aun haciendo constar sus disensiones profundas con la España de Franco y con la propia Iglesia española. Dice así: "Nadie que tenga a la vez buena fe y buena información puede negar los horrores de esta persecución. Que el número de sacerdotes asesinados haya sido dieciséis mil o mil seiscientos, el tiempo lo dirá. Pero que durante meses y años bastase el mero hecho de ser sacerdote para merecer pena de muerte ya de los muchos tribunales más o menos irregulares que como hongos salían del pueblo, ya de revolucionarios que se erigían a sí mismos en verdugos espontáneos, ya de otras formas de venganza o ejecución popular, es un hecho plenamente confirmado. Como lo es también el que no hubiera culto católico de un modo general hasta terminada la guerra, y que aún como casos excepcionales y especiales, sólo ya casi terminada la guerra hubiera alguno que otro. Como lo es también que iglesias y catedrales sirvieran de almacenes, mercados y hasta en algunos casos de vías públicas incluso para vehículos de tracción animal».
“La matanza de católicos del 1936 fue planificada… El filólogo catalán Jordi Albertí, que se define catalanista y creyente, ha publicado una crónica analítica de los primeros meses de la Guerra Civil en Cataluña, centrándose en la persecución contra los católicos. Se titula "El silenci de les campanes, la persecució religiosa durant la guerra civil", y lo ha publicado la editorial Proa.”
El mismo Alberti señala que “No eran incontrolados y no eran desorganizados. Se organizaron: en unos 200 comités de milicias y patrullas de control en Cataluña. Establecieron centros de detención. Buscaban personas concretas y tenían listas de nombres. Había que hacer la Revolución empezando por la eliminación visible de la Iglesia. Durante medio año, las autoridades republicanas dejarán hacer a milicias y anarquistas. La sensación de impunidad al atentar contra los católicos se había incubado ya años antes, con las quemas de conventos de muchas ciudades españolas del año 1931 y 1932.”
“La persecución a cargo de anarquistas y luego comunistas fue tan eficaz en Barcelona que el 8 de agosto de 1936 Andreu Nin, jefe del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) dice en un discurso: "había muchos problemas en España. El problema de la Iglesia nosotros lo hemos resuelto totalmente, yendo a la raíz; hemos suprimido los sacerdotes, las iglesias y el culto".
El desarrollo de la persecución no se limitó, ni mucho menos, a los inicios de la Guerra por unos llamada Civil y por otros de Liberación; veamos la evolución:
Año 1931 (el 14 de Abril se había proclamado la República): mayo; asaltos, saqueos y quemas de casi 100 iglesias y edificios religiosos en Madrid, Valencia, Alicante, Murcia, Sevilla y Cádiz. La Guardia Civil y los bomberos no intervienen.
“Tras la proclamación de la Segunda República, comenzó una represión feroz contra el Sindicato Libre, auspiciada por el abogado ex-cenetista y presidente de la Generalidad de Cataluña, Luis Companys, del partido ERC que suscribió el llamado Pacto del Hambre, por el cual la patronal acordó con la CNT y la UGT no contratar a ningún trabajador afiliado a los Sindicatos Libres. Unos 4.000 trabajadores catalanes fueron afectados por dicha medida, quedando más de 200 que por edad no pudieron trabajar nunca más condenados a la pobreza y a la marginalidad.”
Un caso concreto: Ramón Sales “fue capturado el 30 de octubre y descuartizado vivo en las Ramblas, ante las oficinas de Solidaridad Obrera: "Encadenaron los pies y las manos de Sales a cuatro camiones. Acto seguido los camiones emprendieron la marcha, en direcciones distintas."
Año 1932: Expulsión de los jesuitas (más de 3.000). Quemas y asaltos de edificios eclesiales en Zaragoza, Córdoba, Cádiz (enero); Sevilla (abril); Granada (julio), Cádiz, Sevilla y Granada (octubre). Sensación de impunidad.
Año 1934: Revolución de Asturias, 33 curas y religiosos asesinados en Mieres, Turón, Oviedo.
Año 1936, antes del 18 de julio, día de la rebelión militar: 17 curas y religiosos asesinados. Del 18 de julio al 1 de agosto: 861 clérigos asesinados. Agosto de 1936: 2.077 asesinatos (más de 70 al día), incluyendo 10 obispos. Asesinatos acumulados a 14 de septiembre: 3.400 sacerdotes y religiosos asesinados (no contamos laicos) en menos de 2 meses. El resto de las víctimas se repartirán durante los siguientes años de la guerra.
En la cheka del ateneo libertario sería asesinado Ramiro Ledesma, intelectual llamado a ser la sucesión de José Ortega y Gasset. Ramiro fue secuestrado en esta cheka “para interrogarlos y descuartizarlo entre todos a navajazos, para ver cual era el mal germen que podía llevar ese hombre dentro para ser tan malo (declaración de Antonio Tormo García, integrante de esta checa).
Joan Peiró (ministro de Industria de la República en el gobierno de Largo Caballero) escribió: "todos los partidos, desde Estat Català al POUM, pasando por Esquerra Republicana y el Partido Socialista Obrero catalán, han dado un contingente de ladrones y asesinos por lo menos igual al de la CNT y la FAI", escribía en 1936 en su libro "Perill a la retaguardia".
Pero no sería el último genocidio llevado a cabo por el comunismo en España en estas fechas. Faltaba lo peor, el robo de miles de niños que fueron enviados a Rusia.
La Iglesia, como colectivo organizado, ha perdonado a los asesinos de esas fechas en varias ocasiones: en documentos colectivos de los obispos ya en su carta de 1 de julio de 1937, en el documento "Constructores de la Paz" de 1986, en el documento "La fidelidad de Dios dura siempre" de 1999... sin embargo, ninguna de las organizaciones entonces implicadas han pedido perdón.
Entidades que existían entonces y ahora como el PSOE, el PCE, el POUM, la CNT, la FAI, Estat Català... ¿pedirán perdón algún día? ¿Condenarán al menos algunos de los actos de sus militantes –y no de incontrolados- contra 10.000 civiles cristianos desarmados y odiados por su fe?
En el resto del mundo
En el crescendo de la vorágine genocida del marxismo, el año 1943, en el bosque de Katyn, cercano a la ciudad rusa de Smolensk, el ejército alemán de ocupación descubrió una gran cantidad de sepulturas que contenían en principio los cuerpos de 4.400 oficiales polacos. Las víctimas habían recibido un tiro en la nuca cuando estaban arrodilladas. Los nazis culparon a los soviéticos y éstos acusaron a los nazis, diciendo que las mismas ocurrieron cuando alemania ocupaba la zona, invadida dos años atrás. Pero investigaciones hechas por la cruz roja confirmaron luego que los hombres habían muerto en 1940, asesinados por la policía secreta soviética.
“Los hombres que murieron en Katyn fueron hechos prisioneros tras la invasión soviética de Polonia en septiembre de 1939, una semana después de la firma del pacto secreto soviético-alemán Ribbentropp-Molotov, un acuerdo de no agresión que preveía con minuciosidad carnicera el ‘despiece’ y reparto de Polonia entre ambos regímenes totalitarios. El 5 de marzo de 1940 Lavrenti Beria, jefe de la policía secreta soviética o NKVD (precursor del KGB), firmó una orden para ejecutar a 25.700 polacos de los campos de Kozelsk, Ostashkov y Starobels, así como de ciertas prisiones de Ucrania occidental y Bielorrusia. La orden, firmada por Stalin y otros miembros del Politburó, fue desclasificada y entregada por Boris Yeltsin a Polonia junto a otros documentos en 1992.”
Pero, por supuesto, no sería el último acto genocida. También en Lituania, en Estonia, en Letonia… como en España, el gobierno comunista envió a Rusia miles de niños que eran arrancados de sus familias, muchas de las cuales acabaron sus días en Siberia. Ni los que iban a Siberia ni los que iban a las checas tenían ningún tipo de comunicación con el mundo exterior.
Pero el genocidio comunista, cuya orquilla de víctimas en cualquier caso se cuenta en millones, tiene otras facetas que sólo vamos a citar casi de pasada. Y es que, en el comunismo, como en el liberalismo, hablar de muertos resulta tedioso, y se cumple lo anunciado por Stalin relativo a que un muerto es una tragedia y lo que ellos han hecho no es sino una estadística.
Tras la primera matanza comunista llevada a cabo en China, centrada entre 1949 y 1952, y que es cifrada por el propio régimen comunista en 7 millones de víctimas, llegó “el gran salto adelante”, donde con la voluntad de convertir China en el primer productor mundial de acero se forzó a los labradores a convertirse en obreros de altos hornos caseros. Llegaron a construir altos hornos caseros que obligaban a las familias a proveer de unos cupos de acero que no podían atender, ni en cantidad ni en calidad de producto, al tiempo que desatendían la producción de cereal, lo que unido a una técnicas de producción “novedosas” ocasionaron la pérdida masiva de cosechas, todo lo cual ocasión una hambruna que se cobró varios millones de víctimas.
“Millones de chinos hambrientos se agolparon alrededor de los silos donde se almacenaban granos pero para exportación en un episodio absurda y cruelmente anecdótico…alimentos para exportar mientras que su propia gente moría de hambre. Las autoridades chinas no permitieron que ni un solo grano sea entregado a la población local por lo que sobrevino la tragedia; millares de mujeres y hombres empezaron a morir al pie de estos centros de almacenamiento, es decir, morían de hambre al pie de la comida. Algunos desesperados se arriesgaron a sustraerse unos cuantos puñados de granos, pero eran descubiertos por los militares quienes en el acto les disparaban a matar. Tanta era la crueldad que ni siquiera se les permitió migrar a otros lugares para escapar de esta hambruna. El ejército popular bloqueó todas las carreteras para impedir el éxodo del campesinado pues esto habría ocasionado ‘un deterioro en la imagen’ del partido comunista”.
La situación llegó a tal punto que las autoridades prohibieron cocinar. “Los cálculos más conservadores desprendidos de las mismas autoridades y registros chinos hablan de 15 millones de personas muertas por hambre entre 1959 y 1962. Sin embargo otro dato que preocupa y levanta sospechas sobre la realidad de este número son los censos poblacionales de la época que daban cuenta de 29 millones de chinos menos en relación a las cifras del censo anterior.”
“En agosto de 1966, la legendaria plaza de Tiananmen sirvió como lugar de consagración para los guardias rojos. En una concentración multitudinaria de un millón de estudiantes, Mao los hizo parte activa de la revolución cultural e inmediatamente les encargó varias misiones que se resumían en 4 puntos: arrasar con las costumbres antiguas, con la cultura antigua, con hábitos antiguos y con las ideas antiguas. El legado de 5 mil años de sabiduría oriental, según Mao, debía desaparecer para darle espacio a las foráneas ideas marxistas…Las primeras víctimas fueron los libros y la literatura; millares de textos eran quemados en pilas públicas y con ellos buena parte de la historia de China. Los museos eran saqueados, las calles rebautizadas con nombres de líderes comunistas.”
Finalmente los guardias rojos resultarían molestos a Mao, que acabaría masacrando a unos y exiliando a otros.
Camboya seguiría el ejemplo de China. Las máximas de los Kmeres Rojos señalaban que "En la nueva Kampuchea, un millón es todo lo que necesitamos para continuar la revolución. No necesitamos al resto. Preferimos matar a diez amigos antes que mantener a un enemigo vivo". Iniciaron su actividad en Abril de 1975, al amparo de su enfrentamiento con Lon Nol, aliado de los EE.UU, que con su apoyo habían hecho unas incursiones criminales en las aldeas al objeto de impedir el avance del Vietkong.
“Durante el tiempo del gobierno de los Jemeres Rojos desaparecieron entre dos y tres millones de personas, por lo cual se constituyó en 2006 un Tribunal internacional para llevar a cabo el Juicio a los Jemeres Rojos en 2007.
“Se estima que fueron asesinadas mas de 2.000.000 personas, es decir una proporción mayor que uno de cada cuatro Camboyanos, lo primero que quería hacer era acabar con la población urbana, por lo que no se le ocurrió otra cosa que deportar a todo el mundo al campo, y el que osaba tan siquiera tener mala cara era fulminado al instante, hubo ciudades enteras que al no poder ubicarlas en ningún sitio se les decidio exterminar en campos de concentración.” Pero, las ejecuciones, “para ahorrar balas sólo un 29% eran disparados. El 53% moría con el cráneo aplastado, el 6% ahorcado, el 5% apaleado.”
“Progresivamente los comunistas iban encontrando más razones por las que se podía detener a algún sospechoso de contrarrevolución. Políticos, religiosos, militares, periodistas y profesores fueron detenidos y ejecutados. Después se comenzó a perseguir a todos aquellos que simplemente habían cruzado la primaria. Hablar un idioma extranjero se convirtió en otra razón para desaparecer pues denotaba cierta inteligencia que podía devenir en resistencia al cambio. Muy pronto estas razones pasaron a convertirse en simples pretextos para un exterminio masivo de hombres, mujeres y niños que por haber nacido previo a la revolución merecían morir. No se puede pensar de otra forma cuando se ordenaba matar a quienes tengan “manos suaves” puesto que era una clara señal de realizar trabajos intelectuales catalogados por la paranoia comunista como “peligrosos y de status superior”.
En definitiva ninguna de las razones eran nuevas. Todas habían sido ya aplicadas por los regímenes comunistas desde la llegada de Lenin al poder en la Unión Soviética.
“Pol Pot anunciaba un futuro radiante en sus discursos. Prometía pasar de la tonelada de arroz por hectárea y año a tres en breve sucesión. El arroz se convirtió en el monocultivo. Los mandos obligaban a trabajar sin descanso a los esclavos a su mando, para mejorar su reputación entre sus superiores. En algunos extremos se llegaba a jornadas de 18 horas, en la que los hombres más robustos eran los que padecían mayores exigencias y, en consecuencia, morían antes… el canibalismo se convierte en costumbre. ”
”Las familias eran separadas y la autoridad paterna castigada: la educación era responsabilidad exclusiva del Angkar. Los sentimientos humanos eran despreciados y considerados un pecado de individualismo. Al intentar ayudar a una vecina, Pin Yatay se ganó esta reprimenda: "No es su deber ayudarla, al contrario, esto demuestra que todavía tiene usted piedad y sentimientos de amistad. Hay que renunciar a esos sentimientos y extirpar de su mente las inclinaciones individualistas."
“Fueron prohibidas la enseñanza, la libertad de desplazamiento, los médicos, pues se afirmaba que si una persona estaba tan enferma para necesitar un médico, era una lacra para el país y merecía morir, las creencias religiosas y filosóficas, la escritura, llevar gafas, ver a tus familiares, porque suprimió las familias como tal (y la autoridad paterna si se daba el soplo de que existía se mataba a toda la familia), se mataba a la gente que sabia leer, no estaban permitidas las relaciones sexuales extramatrimoniales, estaban prohibidas las manifestaciones públicas de afecto, castigaban con torturas inimaginables incluso a los niños que descubrían robando porque se morían de hambre. ”
“La población de la capital fue aniquilada, casi en su totalidad, utilizando un método barato y efectivo de exterminio como la asfixia con bolsas plásticas. Otra forma de exterminio fue el de llevar a centenares de parejas amarradas de los codos, espalda contra espalda, los formaban en una fila al borde de una zanja, en ese momento entraban en acción verdugos experimentados que con un madero asestaban golpes secos y mortales en la nuca. Estos asesinos actuaban con una frialdad sorprendente por una explicación muy simple; habían sido adoctrinados y convencidos que los condenados eran “no seres”, entidades que no eran personas y que estaban despojadas de toda humanidad, consecuentemente eliminarlos no provocaba el más mínimo reproche de conciencia. Matar bajo este concepto se hacía más fácil que matar a un enemigo.”
“En solo tres años, (1975-1978) Pol Pot asesinó a más del “30 % del total de la
población camboyana”, dos millones de personas murieron o por ejecución directa, por hambre, o por torturas. Otros cientos de miles fueron expulsados del país y alejados de sus familias, en muchos de los casos, para siempre, lo que constituye otro tipo de muerte. Porcentualmente Pol Pot supera a sus coidearios Stalin y Mao TseTung en número de crímenes masivos.”
“Pero sin duda el más entusiasta promotor del terror rojo lo encontramos en la trascendental figura de Vladimir Lenin. No son pocas las cartas en las que Lenin recetaba el terror como un componente infaltable de la revolución. En una conversación con el camarada Adoratsky, historiador marxista, Lenin con la tranquilidad que lo peculiarizaba, señalo que: “El sistema consistía en fusilar a todos los que se mostraran contrarios a la revolución”. Inmediatamente conminaba, a todas las seudo-instituciones revolucionarias, a no hacerse “ilusiones pacifistas”, afirmado al mismo tiempo, que no toleraría “debilidades inadmisibles”en quienes lo rodeaban, en una claro patrocinio de la impiedad con el adversario.”
En conjunto, el número de víctimas del comunismo en el mundo y en el siglo XX se encuentra enmarcado en una horquilla de entre 100 y 300 millones de personas.
A continuación una relación cuyo total de unos 105,368,000 incluye solamente a los regimenes marxistas leninistas. Pero debemos tener conciencia que se trata de un total parcial. Por ejemplo, falta contabilizar las víctimas que ocasionó en España, desde la instauración del comunismo hasta nuestros días, con el terrorismo.
Su distribución es la siguiente:
País Desde Victimas Data
Afganistán 1978 a 1987 225,000 Invasión y ocupación Soviética
Albania 1944 a 1987 100,000 Invasión, ocupación Soviética e instalación de un régimen títere comunista
Alemania Oriental 1946 a 1987 70,000 Régimen comunista títere de la Unión Soviética.
Angola 1975 a 1987 120,000 Guerra civil, el régimen comunista apoyado por la Unión Soviética con tropas de Cuba.
Bulgaria 1944 a 1987 220,000 Invasión, ocupación Soviética e instalación de un régimen títere comunista
Camboya - Cambodia 1975 a 1979
1979 a 1987 2,000,000
200,000 Régimen comunista de los Khmer Rouge - Jemeres Rojos.
Régimen comunista de Heng Samrin.
Checoslovaquia 1948 a 1968 65,000 Régimen comunista. En 1968 fue la Primavera de Praga, donde los soviéticos invadieron para apoyar el gobierno títere. Cuba fue uno de los pocos países que favoreció dicha invasión.
China 1949 a 1987 35,000,000 Régimen comunista de Mao Tse-Tung (Mao Zedong 1976). Después se siguió asesinando como la masacre de la Plaza de Tiananmen (1989). Aun el régimen comunista continúa asesinando aunque en menor escala que Mao.
Corea del Norte 1948 a 1987 1,600,000 Régimen comunista. Después de 1987 han seguido asesinando.
Cuba 1959 al 2000 70,000 Régimen comunista de Fidel Castro. Desde el año 2,000 siguen muriendo presos por motivos políticos en las prisiones, desaparecidos, asesinados, etc., aunque en menor escala. Hasta el año 1987 fue régimen títere de la desaparecida Unión Soviética.
Etiopia 1974 a 1987 700,000 Régimen comunista
Hungría 1948 a 1987 27,000 Régimen comunista títere de la Unión Soviética.
Laos 1975 a 1987 55,000 Régimen comunista. Después de 1987 continuaron los asesinatos y desaparecidos
Mongolia 1926 a 1987 90,000 Régimen comunista.
Mozambique 1975 a 1987 195,000 Régimen comunista
Nicaragua 1979 a 1987 5,000 Régimen Sandinista (comunista). Aquí se incluye la masacre a los indios Misquitos.
Polonia 1948 a 1987 25,000 Régimen comunista
Rumania 1948 a 1987 430,000 Régimen comunista
Unión Soviética 1917 a 1987 62,000,000 Donde se inició todo el genocidio por parte de los comunistas..
Vietnam del norte 1945 a 1987 1,600,000 Régimen comunista
Yemen del Sur 1967 a 1987 1,000 Régimen comunista
Yugoslavia 1944 a 1987 1,070,000 Régimen comunista
El terror rojo siguió a lo largo y ancho del mundo. En Guinea Ecuatorial, tras su independencia, tomó el poder Francisco Macías Nguema, que “aplastó las plantaciones de cocoa, ilegalizó la pesca en una nación isla y destruyó el resto de la industria local. Asesinó a 10 de sus 12 ministros de gabinete originales, prohibió la medicina occidental y permitió que el cólera causara estragos en las regiones en que dudaba del apoyo político. Declaró que "los intelectuales son el mayor problema que enfrenta África hoy" y luego prohibió, de hecho, la palabra "intelectual". Estableció lazos con la Unión Soviética y secuestró extranjeros para pedir rescate… fue responsable del asesinato sistemático y/o destierro de la minoría educada perteneciente a la etnia Bubi…Cuando fue depuesto en 1979, un tercio de la población del país había sido asesinada y otro tercio había huido del país.”
“Las despiadadas matanzas comenzaron a sucederse cada vez con mayor frecuencia y muchas veces en público para que sirviesen de "escarmiento". Algunas fuentes indicaron que se llegaban a amontonar hasta 6.000 prisioneros en las cárceles, aunque lo normal era matar a los detenidos más antiguos para hacer lugar a los nuevos. El 26 de junio de 1974 - y valga este hecho como ejemplo para no seguir enumerando otros - Macías ordenó ejecutar a 118 prisioneros políticos. Pero antes de hacerlo, obligó a los familiares a que diesen su consentimiento y acuerdo a las sentencias sumarias. Quienes se negaron a hacerlo fueron asesinados aún antes que sus seres queridos acusados.”
“La presencia soviética, norcoreana, cubana y china ya era muy importante a esta altura de los acontecimientos. Guinea Ecuatorial era una cárcel aislada del exterior - como es natural en los estados comunistas- y subsistía gracias a la ayuda de estos países.”
“En 1975 un decreto prohibiendo toda educación privada llevó al cierre de todas las escuelas católicas, y la población fue advertida de que el contacto con la iglesia podría conducirla a un castigo severo. Mientras tanto, el mismo año Macías se proclamó a sí mismo un "Milagro Único"
“Entre 1969 y 1976 unos 75 maestros o funcionarios de educación fueron ejecutados, incluyendo tres ministros. Cientos de maestros fueron expulsados, causando el cierre de similar número de escuelas.” Macías declaró que la educación privada era subversiva y la prohibió. “Los niños ya no iban al colegio porque los maestros habían muerto o huyeron. Lo único que debían aprender era a gritar "¡Nada sin Macías, todo por Macías! ¡Abajo el colonialismo! ¡Abajo el imperialismo!”
Un tercio de la población de Guinea acabó exiliada huyendo de la literal esclavitud a que estaba sometida. “El sanguinario dictador sería al fin depuesto el 3 de agosto de 1979, en un golpe militar de su sobrino y entonces Ministro de Defensa, Teniente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, después de que el presidente ordenara el asesinato de uno de sus hermanos.” Macías sería condenado a muerte y ejecutado el 29 de Septiembre de 1979. Pero Teodoro Obiang no resultó ser mejor; no en vano era el jefe de la represión durante Macías.
“Como presidente, Obiang continuó la tradición de consolidar el poder absoluto y de auto-engrandecimiento. La radio estatal anunció en julio de 2003 que Obiang era "como Dios en el cielo... Él tiene poder sobre todos los hombres y las cosas... Él puede decidir matar sin que nadie le pida cuentas y sin ir al infierno porque es Dios mismo, con quien está en contacto permanente, quien le da la fuerza.”
“El acaudalado Obiang ha depositado más de 700 millones de dólares en cuentas especiales en bancos norteamericanos. Mientras tanto, la mayor parte de su pueblo subsiste con menos de 1 dólar al día. De hecho, el 65% de los ecuatoguineanos malviven en la más absoluta pobreza. De esta forma, el presidente de uno de los países más pobres de África, es uno de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes.”
¿Es hoy achacable al comunismo la actividad de Obiang?... Difícilmente. Hoy parece más cercano al N.O.M. (Nuevo Orden Mundial), donde en definitiva confluyen todos los genocidas excepto, curiosamente, el nacionalsocialismo, que incomprensiblemente queda marginado.
La Toma del Poder
Señala Trotsky que “la conquista del poder por los Soviets a principios de noviembre de 1917 (nuevo calendario) se efectuó a costa de pérdidas insignificantes. La burguesía rusa se sentía tan alejada de las masas populares, tan impotente, tan comprometida por el curso y la terminación de la guerra, tan desmoralizada por el régimen de Kerensky, que no se arriesgó, por decirlo así, a resistir. En Petrogrado, el gobierno de Kerensky fue derribado casi sin lucha. En Moscú se prolongó la resistencia, sobre todo por el carácter indeciso de nuestras propias acciones. En la mayor parte de las capitales de provincia, el poder pasó a manos de sus Sóviets sólo con la llegada de un simple telegrama de Petrogrado o Moscú.”
En las elecciones democráticas celebradas el 30 de Diciembre de 1917, donde los socialistas revolucionarios obtuvieron mayoría absoluta, la decisión de acabar con el sistema por parte de los bolcheviques era manifiesta. Relata uno de los elegidos: “Muchos de nosotros, diputados, nos acercábamos a preguntar a nuestros líderes: ‘¿Qué haremos si los bolcheviques recurren a la violencia, si nos golpean, si llegan hasta matarnos?’ Y se nos contestaba de una manera clara, que define admirablemente la ideología de la fracción: ‘Recordemos que somos los elegidos del pueblo, y estemos listos al sacrificio de nuestras vidas.’ Los diputados resolvieron no separarse, en caso de que los acontecimientos tomaran un sesgo trágico. E hicieron provisión de... bocadillos y de velas, en previsión de que los bolcheviques les cortasen la electricidad y los abastecimientos.”
Lógicamente, los comunistas actuaron de una forma decisiva; en principio nada hay que se les pueda recriminar; acabaron con la farsa democrática: “Finalmente, Raskolnikov dio lectura, entre el aplauso de las tribunas y las injurias de la mayoría, a una declaración de los bolcheviques, que había sido redactada por Lenin: “Deseando no contribuir ni por un solo minuto a ocultar los crímenes de los enemigos del pueblo, declaramos que nos retiramos de la Asamblea Constituyente y que confiarnos al poder de los Soviets la decisión definitiva acerca de la actitud que han de adoptar con relación a la parte contrarrevolucionaria de esta Asamblea.” La asamblea fue disuelta a punta de fusil.
No obstante, algo que en principio parecía ser puro, fue señalado por el escritor Máximo Gorky, que era bien consciente de la intolerancia de Lenín, de forma preocupante: "Lenín no fue ningún mago todo poderoso, sino un fanfarrón de sangre fría que no le importaba ni el honor ni la vida de los proletarios." La fuente: El artículo de Gorky "A la Democracia", publicado en el periódico Novaya Zhizn, No. 174, 7 (20) de noviembre de 1917.”
La realidad quedaría en su cruda realidad en escasísimo espacio de tiempo, y no sólo por la realidad sangrienta, sino por las normas emanadas por los ideólogos: “En su "Catecismo de la Revolución" Nechayev enfatizaba que un revolucionario debe ser despiadado contra toda la sociedad, sobre todo contra los intelectuales. Pero también debe aprovecharse del fanatismo de los terroristas individualistas. Estos se dejarían o se destruirían después según la necesidad. Tal como sabemos, Stalin comenzó a liquidar a los terroristas socialrevolucionarios - todo en línea con las instrucciones de Lenín.”
El énfasis puesto en el terrorismo marcó siempre el marchamo del comunismo; en territorio “enemigo”, cierto, pero sobre todo en el propio territorio. Separar marxismo, socialismo, comunismo, anarquismo… de terrorismo, es, francamente negar la realidad. Negación de la realidad, negación de la verdad, que por otra parte encaja a la perfección dentro de las formas proclamadas por el propio régimen comunista, en esto tan parecido a los principios que ya hemos visto en el protestantismo.
Y en cuanto a la libertad…“Lenín enfatizó ya en 1917 que los obreros no necesitaban ninguna libertad, igualdad o fraternidad. (Lenín, "Collected Works", Vol. 26, pág. 249.)”
Ni libertad ni igualdad ni fraternidad; en su lugar, terrorismo:“Entre otros documentos descubiertos en los archivos de Trotsky, había una carta de Lenín al judío Yefraim Shklansky, Comisario del Pueblo para los Asuntos Militares, escrita en agosto de 1920. Lenín supo que en Estonia, voluntarios se estaban uniendo al ejército polaco. El plan era enviarlos a Polonia vía Riga en Letonia. Así que Lenín decidió: "No es suficiente con enviar una protesta diplomática... Use los medios militares, es decir debe castigar a Letonia y Estonia militarmente (siga, por ejemplo, a Balakhovich por la frontera y cuelgue de 100 a 1000 oficiales y personas adineradas)". Lenín prometió pagar 100.000 rublos por cada persona colgada.”
La cultura
Resulta curioso en el mundo actual, cómo los comunistas utilizan el término de “cultura” como arma arrojadiza y excluyente, y resulta todavía más curioso constatar que ellos son, justamente, los miembros del sistema más acumuladores de incultura y sordidez. Sin desmerecer con ello a los otros miembros del N.O.M., naturalmente.
Pero ciñéndonos al inicio de la asonada comunista, y citando a los cantores de sus gestas, “la dictadura del proletariado vaciló durante largo tiempo en suprimir la prensa enemiga. Inmediatamente después de la insurrección fueron suprimidos únicamente aquellos periódicos burgueses que preconizaban descaradamente la resistencia armada contra la “usurpación bolchevique”, contra “la anarquía sangrienta”, contra el “golpe de fuerza de los agentes del Káiser”. Los últimos órganos de la burguesía y de la pequeña burguesía no fueron suprimidos hasta el mes de julio de 1918. La prensa legal de los mencheviques no desapareció hasta 1919; la de los anarquistas hostiles al régimen y la de los maximalistas continuó publicándose hasta 1921; la de los socialistas-revolucionarios de izquierda no desapareció aún hasta más adelante.” …” Sin duda alguna, hay que atribuir a inexperiencia entre otras causas, esta peligrosa mansedumbre de los rojos.”
El largo tiempo que estuvieron para suprimir la prensa no marxista queda explícitado en que “fue Lenín el que prohibió los periódicos de oposición. Dos días después de tomar el poder, emitió un decreto que abolía la libertad de la prensa. Durante la primera semana cerró diez periódicos y diez más en la semana siguiente, hasta que todos los periódicos que él detestaba habían cesado de existir.”
Pero evidentemente pronto supieron suprimir esa mansedumbre, siendo que en los lugares donde los comunistas han tenido una posición de autoridad se han dedicado bien a fondo a su labor, procediendo a un metódico genocidio que generalmente ha sido seguido o acompañado por la destrucción cultural. Así, una cita, de momento nos servirá “En Estonia durante los años inmediatamente posteriores a la guerra, unos 150.000 títulos fueron quitados y destruidos sólo de la biblioteca principal de Tallin.” Ciertamente podría tratarse de una excepción, de una acción errónea; de una mácula en el excelente expediente del informado… Pero desgraciadamente, como iremos viendo, no es precisamente así.
Pensaremos que, al menos, las obras destruidas serían, como en el caso de los libros perseguidos por la Inquisición, obras que dañasen el espíritu. Bien, “Entre los prohibidos y destruidos estaban obras como la "Enciclopaedia Estonia" y libros de referencia biográfica, "Historia del arte estonio", "Historia general del arte" y series como "Ganadores del premio Nóbel", "La novela nórdica", "Los grandes maestros de la palabra escrita", las obras de Dostoyevsky, "Novela de hoy", las series de libros económicos publicados por la editorial Loodus y "Ciencia viva". También destruyeron cientos de libros infantiles y obras para jóvenes que se encontraban entre los clásicos de la literatura mundial o local.”
Pensaremos que, al menos, los monumentos serían respetados por estos autodenominados defensores de la cultura; pero no fue así. “Junto a ese ataque cultural masivo, los cementerios y monumentos estonios también fueron destruidos. Entre otros, en el Cementerio Militar de Tallin la mayor parte de las lápidas de 1918 a 1944 fueron destruidas por las autoridades soviéticas. Ese cementerio fue entonces reutilizado por el Ejército Rojo tras la Segunda Guerra Mundial.”
Al menos, el acto de genocidio cultural sería cosa fácil, sin una importancia excesiva… Pero tampoco fue así… "Para realizar los trabajos de demolición, 15 activistas del Partido y 275 personas del Batallón de Destrucción deben ser movilizados. Se necesitan 15 trabajadores para la ejecución de cada demolición y 10 personas para protección... Para realizar los trabajos de demolición, 225 kg. de TNT, 150 metros de cuerda/fusible y 100 cartuchos son necesarios, porque no hay material de demolición en el punto. 11 camiones, disponibles pero con carencia de petróleo, son necesarios para acarrear las ruinas" (Informe del Presidente del Comité EC(b)P Võrumaa, Tamm, No. 101/s to the EC(b)P CC 1st secretary Nikolai Karotamm. 06.04.1945. ERAF Archives depot 1, ref. 3, unidad de depósito 501. L. 37.)”
Mientras los bolcheviques se afanaban en el desarrollo de su sistema terrorista, la guerra europea seguía su curso. Los alemanes vieron la posibilidad de un tratado que les diese ventaja, y acabaron firmando el tratado de Brest-Litovsk. “Se firmó el 3 de marzo de 1918. En la ciudad bielorrusa de Brest-Litovsk (bajo la soberanía rusa) entre el Imperio Aleman, Bulgaria, el Imperio austro-húngaro, el imperio otomano y la Rusia soviética. En el tratado Rusia reconoce la independencia de sus antiguas “provincias” de Polonia, Finlandia, Curlandia, Estonia, Letonia, Lituania y Ucrania, cede a Turquía territorios del Caucaso, se compromete a pagar una indemnización de la guerra de 300 millones de rublos de oro y reconoce el derecho de las tropas alemanas a ocupar provisionalmente la Rusia blanca como garantía de ejecución del tratado.”
Mentira y exterminio, arma política
“Lenín se expresó así: "¡Que el 90 por ciento del pueblo ruso perezca si el 10 por ciento puede experimentar la revolución mundial!” ("Trabajos Seleccionados", Vol. 2, pág. 702.) Lenín enfatizó: "Debemos utilizar todas las destreza y los métodos ilegales posibles, debemos negar y debemos ocultar la verdad." Lenín afirmaba: "El pueblo será enseñado a odiar. Comenzaremos con los más jóvenes. Los niños serán enseñados a odiar a sus padres. Podemos y debemos crear un nuevo lenguaje, que siembre odio, aborrecimiento y sentimientos similares entre las masas contra aquellos que no están de acuerdo con nosotros…Lenín declaró: "Paz significa, muy simplemente, el dominio del Comunismo sobre el mundo entero". (Lenín, "Tesis sobre las Tareas de la Juventud comunista".)"
Y esa técnica utilizaron. Esa, y la propaganda diciendo lo contrario; así, la lucha por el control de Finlandia en 1918 es relatada como sigue:”Los vencedores degollaban a los vencidos. Desde los tiempos antiguos es cosa sabida que las guerras más espantosas son las guerras de clases. No hay victorias más sangrientas, más atroces, que las que obtienen las clases reaccionarias. Desde la sangría con que la burguesía francesa liquidó a la Comuna de París, no había presenciado el mundo nada que pudiera compararse en horror a lo que ocurrió en Finlandia. Desde los comienzos de la guerra civil “bastaba para ser encarcelado, en la zona ocupada por los blancos, el pertenecer a una organización obrera, para ser fusilado, el haber desempeñado en ella algún cargo… No existe ninguna estadística acerca del número total de las víctimas de aquellas matanzas; los cálculos corrientes fijan su número entre 10 y 20000 personas.”
El palmero del comunismo relata alarmado las matanzas de sus competidores en el genocidio, los liberales, a quienes acaba no reprochando la barbaridad en sí, sino que ésta esté llevada a cabo no por odio, sino por mero cálculo. “Todos los obreros organizados han sido fusilados o están en la cárcel”, escribían unos comunistas finlandeses a principios de 1919. Este hecho nos permite dejar sentada una importante deducción teórica acerca del terror blanco, deducción que el tiempo ha confirmado con los acontecimientos ocurridos en Hungría, Italia, Bulgaria, etcétera. El terror blanco no se explica por el frenesí de la lucha, por la violencia de los odios de clases ni por otros factores de orden psicológico. La psicosis de guerra civil no tiene más que un papel secundario. Es, en realidad, el resultado de un cálculo y de una necesidad histórica. Las clases posesoras victoriosas saben muy bien que no son capaces de conservar su dominio, después de una batalla social, más que derramando sangre de la clase obrera para debilitarla durante decenas de años. Y como se trata de una clase mucho más numerosa que las clases ricas, “es forzoso” que el número de víctimas sea muy elevado.”
Al fin aprendieron la técnica, que acabaron desarrollando y llevándola a cabo a lo largo de los años; así, tras la segunda guerra mundial cargaban sobre las espaldas de los vencidos, no sólo las barbaridades que efectivamente eran propias de los vencidos, sino alguna de las barbaridades llevadas a cabo por el marxismo. Tan es así que genocidio como el cometido en Katin no dudaron en intentar acoplarlo a los alemanes, pero resultó tan burdo el intento que quedó en eso, en intento.
En 1940 se plantearon el exterminio de la oficialidad del ejército polaco. “Las ejecuciones se reproducían con rapidez pues a los verdugos soviéticos se les había impuesto la disposición de “ejecutar entre 250 a 390 prisioneros cada 12 horas”. Cada ejecutado recibía un balazo en la nuca y después era lanzado a una fosa común. En total se reportaron “22 mil asesinatos”, la mayoría de origen polaco y aproximadamente 7 mil prisioneros políticos de los gulags extranjeros… El gobierno soviético y los negacionistas pro-comunistas, le endosaron la responsabilidad de estos crímenes a los alemanes. Sin embargo los documentos desclasificados de la NKDV proporcionados por el mismo Boris Yeltsin en 1990 revelaron la responsabilidad exclusiva del ejército rojo y de la policía política soviética en todos estos crímenes cometidos para privar a Polonia de sus ciudadanos más cualificados… Millones de polacos habían muerto durante los casi 6 años que duró la guerra. Unos bajo el fuego Alemán y otros bajo los fusilamientos y las deportaciones soviéticas. Pero el drama iba más allá puesto que la infraestructura agrícola, industrial y urbana del país había quedado destruida casi en su totalidad.”
Otros genocidios similares a los de Katin trufan la historia genocida del comunismo. En la misma Unión Soviética, dentro del maremagno genocida, podemos destacar la masacre llevada a cabo en Lvov, en Ucrania, cuando en 1941 iba a ser tomada por las tropas alemanas. “En la prisión de la policía 20 prisioneros fueron hacinados en el interior de cada una de las celdas más pequeñas; entonces, a través de las ventanillas fueron ejecutados. Entre 2000 y 2500 personas fueron asesinadas de esta manera… Poco antes de retirarse prendieron fuego a la prisión de Brigidky. En los sótanos los comunistas apilaron los cadáveres de los asesinados como montones de leña… No se pudo encontrar ni un superviviente entre los prisioneros.”
Lo que parece que la evidencia ha dejado demostrado es que en las denuncias de los genocidios o supuestos genocidios ajenos, el marxismo quiere transmitir cómo deben actuar sus prosélitos; así, es necesario saber leer qué quiere decir el autor cuando afirma que “En resumidas cuentas, el objetivo racional del terror blanco no es otro que el exterminio total de todos los elementos avanzados y conscientes del proletariado.”
El uso de la mentira da lugar a que los cronistas del comunismo señalen que “las matanzas de Finlandia tuvieron lugar en abril de 1918. La revolución rusa ha mostrado hasta ese momento y casi en todas partes una gran magnanimidad frente a sus enemigos. No ha recurrido al terror. Hemos mencionado algunos episodios sangrientos de la guerra civil en el sur, pero sólo fueron una excepción.”
Si a todo esto añadimos que Lenin opinaba que la mentira era un arma política que debía ser utilizada por el partido, el cóctel lo tenemos servido. Una de las ocasiones en que con más suavidad propone la utilidad de la mentira, es cuando afirma: “escuche, camarada de Tiflis, se puede mentir, pero hay que saber hasta dónde…” En otra ocasión, tras denunciar las mentiras del liberalismo, y mientras comenta el desastroso tratado de paz firmado con Alemania, dice: “Ante el pueblo, en un país en que impera la libertad política, el problema de la paz no puede plantearse sino como una paz sin anexiones. Es necesario, pues, manifestarse por una paz sin anexiones, y no queda sino mentir, enturbiando el concepto de anexión o eludiendo el punto.”
Las citas pueden reproducirse hasta el infinito en los distintos autores del genocidio versión marxista; así Trostki en “su moral y la nuestra” señala: "¿Cuál es nuestra relación con la revolución? La guerra civil es la más severa de todas las formas de guerra. Es impensable no sólo sin violencia contra figuras terciarias sino, bajo la técnica contemporánea, sin asesinar ancianos, mujeres y niños... No hay una demarcación impermeable entre la lucha de clases 'pacífica' y la revolución. Cada huelga encarna de una forma sin dilación todos los elementos de la guerra civil".
Como muestra un botón. En el genocidio que cometió con los kulaks (agricultores), éstos, lógicamente, no estaban de brazos cruzados, lo que motivó que un rojo expusiese el conflicto a Lenin, que “le escuchó con la risa maliciosa que iluminaba sus ojos cuando los hechos venían a darle la razón: Al asegurarle yo que los campesinos nos iban a zurrar, Vladimir-Ilich rompió a reír: Claro que sí, camarada, que os zurrarán, y no será la primera vez si no dejáis molidos a los kulaks antes de que ellos os muelan a golpes a vosotros. Y Lenin, tomando una hoja de papel, trazó algunas frases urgentes, dirigidas a los obreros de Petrogrado, rogando a su interlocutor que se encargase él mismo de trasmitírselas. He aquí los principales párrafos de este breve mensaje:
“El camarada K... ha estado en el gobierno de Simbirsk; ha podido ver la actitud de los kulaks frente a los pobres y frente a nuestro poder. Y ha comprendido lo que ningún marxista, ningún obrero consciente debe poner en duda: que los kulaks execran el poder de los Soviets, el poder de los obreros, y que lo derribarán infaliblemente si los obreros no reúnen en el acto todas sus fuerzas para prevenir su ataque contra los Soviets y no los reducen a la impotencia antes de que hayan tenido tiempo de reunirse.” Diría que es sintomático.
Pero, para redondear el principio leninista del uso de la mentira, no hay sino recurrir, al azar, a otra obra de Lenin para encontrarlo con la siguiente perla: “este partido veía un signo particular de su "revolucionarismo" o de su "izquierdismo" en el
reconocimiento del terror individual, de los atentados, que nosotros, los marxistas, rechazábamos categóricamente… Claro es que nosotros condenábamos el terror individual únicamente por motivos de conveniencia.”
Terrorismo y mentira son, así, elementos consubstanciales del comunismo.
Y los obreros… carne de cañón, argumentos… Así, mientras antes del triunfo de la revolución bolchevique, Lenin demostraba su extremo disgusto por los resultados de la agitación llevada a cabo para la revuelta campesina de 1905 porque: "Desgraciadamente, los campesinos destruyeron sólo una decimoquinta parte de las propiedades; sólo un decimoquinto de lo que ellos deberían haber destruido." (Lenín, "Collected Works", 2da edición, Vol. 19, pág. 279” , catorce años más tarde, cuando él estaba en el poder, “dio las órdenes para disparar contra los obreros si era necesario, lo cual realmente sucedió cuando pacíficos demostrantes en Astracán fueron baleados en marzo de 1919. Dos mil obreros fueron asesinados. (Igor Bunich, "El Partido del Oro", St. Petersburgo, 1992, pág. 58-59.) En Yekaterinoslavl, cien obreros que construían el tendido del ferrocarril fueron asesinados a tiros por haber intentado organizar una huelga. El tiroteo de obreros de esta forma continuó hasta la mitad de abril de 1919.”
Terrorismo y mentira. “Es el error más grande creer que la NEP significa el fin del terror. Continuaremos el terror después, y también el terror económico, escribió Lenín a León Kamenev (en la realidad Rosenfeld) el 8 de marzo de 1922.”
Pero dentro de ese terror, es de destacar la gran mortalidad que hubo en Ucrania siete años antes; los palmeros comunistas señalan que fue provocada por las malas cosechas y por una gripe que se extendió por toda Europa. No obstante, tanto el régimen nazi como el liberalismo presentaron el asunto como un genocidio. “El periodista canadiense Douglas Tottle, demostró con rigor esa falsificación en su libro "Fraud, Famine and Fascism; The Ucrainian Genocide Myth From Hitler hot Harvard ", editado en Toronto en 1987. Entre otras cosas, Tottle demostró que el material fotográfico presentado (fotografías horribles de niños desnutridos), fue sacado de publicaciones del año 1922 cuando millones de personas murieron en la guerra y por el hambre cuando 14 ejércitos extranjeros invadieron la URSS durante la guerra civil de 1918 a 1921.” Al final, ¿qué hay de verdad en el asunto? ¿Hubo gripe mortal llamada “española? Parece que sí. ¿Hubo malas cosechas?... Parece que sí. ¿Hubo intervención directa del régimen comunista tanto en la matanza como en la falta de suministro de alimentos?... Parece que sí.
En cualquier caso, aquí lo que vamos a tratar es el genocidio marxista, no los aspectos que le restaron clientela, tanto en la guerra civil como en las purgas posteriores.
El comunista Mario Sousa, en su alegato a favor de Stalin nos dice algunas cosas que son más que razonables, y alguna de ellas extrapolables: “Los hechos aquí presentados del periódico The Guardian de enero de 1978 nos da una indicación de como la policía política dirige las noticias que llegan al gran público. Robert Conquest fue agente del IRD desde los comienzos de esta sección de la policía secreta y hasta 1956. El ”trabajo” de Conquest era escribir las así llamadas ”historias negras” de la URSS, historias falsas consideradas como hechos verídicos para ser distribuidas a los periodistas y a otras personas con influencia en la opinión pública. .... El libro de Conquest ha sido utilizado como obsequios a los llamados ”tontos útiles”, para profesores universitarios y gente que trabaja en la prensa, la radio y la televisión para así garantizar que las mentiras de Conquest y de la extrema derecha sean apoyadas en bastos sectores de la población.” Algo, al cabo, en lo que el sistema comunista tiene amplia experiencia: desde el genocidio que organizó en España en 1936 al genocidio que organizó en Katin, cuya autoría, para mayor inri, pretendió cargar sobre las repletas espaldas del nacionalsocialismo alemán.
“Entre los numerosos crímenes cometidos por Stalin se cuenta el de la hambruna forzosa de Ucrania durante los años 1932-1933. Como es común en los países en los que reina el socialismo, las hambrunas intencionadas se han usado como arma política utilizada para alcanzar los deseados objetivos contra varias clases. Las víctimas señaladas en esta ocasión fueron los kulaks, los agricultores campesinos que tenían propiedad y contrataban a trabajadores. Cuando Stalin alcanzó el poder en 1924, vio el nacionalismo ucraniano como una amenaza al poder soviético, creyendo que cualquier insurrección futura podría provenir probablemente de los kulaks. Así que decidió aplastarles utilizando los métodos que tan exitosos habían sido en la URSS durante la política de “liquidación como clase”. En 1929, arrestó a miles de intelectuales ucranianos bajo falsos cargos y o bien los fusiló o bien los envió a campos de trabajo en Siberia. Llevó a cabo la colectivización de las explotaciones ucranianas requisando todas las tierras y el ganado privados, lo que afectó aproximadamente al 80% de la población de Ucrania, anteriormente conocida como el granero de Europa. Declaró a los kulaks enemigos del pueblo.”
“Para cumplir con las metas establecidas en los planes quinquenales, el Estado empleó métodos violentos que generaron grandes resistencias en distintos sectores. A menudo los campesinos preferían matar animales y quemar cosechas antes que permitir colectivización forzosa. El Estado respondía arrestando y deportando a rebeldes a campos de trabajo forzado o bien optaba por fusilarlos.”
“En 1932, con la mayoría de las explotaciones ucranianas colectivizadas a la fuerza, Stalin ordenó un aumento en las cuotas de producción de comida. Lo hizo en múltiples ocasiones hasta que no quedó comida para los ucranianos. La cosecha de trigo de 1933 se vendió en el mercado mundial a precios por debajo del mercado. Los historiadores han calculado que dicha cosecha podría haber alimentado a los ucranianos por dos años.” Aquí es cuando se produjo la terrible hambruna que combinada con la gripe y con la acción del PCUS diezmó la población ucraniana. No en vano los kulaks habían sido declarados enemigos del pueblo.
“El hambre de 1932-1933 se extendió prácticamente a todas las regiones de Ucrania que en aquel entonces era la parte integrante de la URSS. El hambre no fue provocado por la sequía, catástrofe natural u otras causas de carácter objetivo, sino por razones políticas y fue provocado intencionalmente. El régimen totalitario de Stalin quería de este modo aniquilar a la población que se oponía al régimen y deseaba desarrollar su producción agrícola independientemente del estado. La hambruna artificial de 1932-1933 no fue un fenómeno natural sino una acción administrativa cínica ejecutada en forma consciente como atestiguan los documentos de la época. Ucrania disponía de suficiente cantidad de trigo, pero este fue vendido al exterior. Por órdenes del gobierno estaba prohibido cualquier comercio en zonas rurales, se prohibió abastecer las aldeas de alimentos, fueron perseguidos y condenados a 10 años de cárcel, incluso se fusiló a aquellos que usaban el trigo para el pago de salarios. Estos hechos están documentados en los archivos oficiales de los organismos del gobierno de aquellos tiempos. Consecuencias de la hambruna. Tomando en consideración las perdidas de la población como consecuencia de agotamiento físico extremo, las diferentes enfermedades producidas por la inanición, actos de canibalismo, represiones, suicidios debidos a traumas psíquicos y el colapso social la cantidad de víctimas de la hambruna constituye cerca de 7 millones de personas ( 20% por ciento de la población del país). Cada día morían aproximadamente 25 mil personas, cada hora - mil, cada minuto -17 personas, La aniquilación física masiva de los campesinos ucranianos fue un acto terrorista planificado por el sistema político contra la población pacifica, a consecuencia de la cual desapareció toda una generación de agricultores. Sin embargo, en 1937 se produjeron las mayores purgas y asesinatos de Stalin que tuvieron como consecuencia la muertes de millones de seres humanos.”
Otros autores abonan estos extremos: “El gobierno de Stalin ordenó un irrazonable aumento de las cuotas de cosechas que Ucrania debía otorgar al estado soviético. Si un campesino cosechaba 25 fanegas debía entregar 20, lo que le restaba era insuficiente para sobrevivir, pero incluso esa parte, en ocasiones, le era confiscada.”
Los campesinos ucranianos se rebelaron contra la tiranía soviética quemando las cosechas, matando el ganado y destruyendo la maquinaria. La respuesta dada por el régimen marxista fue el conocido “Holodomor”. “Holodomor es una palabra ucraniana que significa “holod”, hambre, y “moryty”, muerte entre sufrimientos, y es también el calificativo preciso que se le dio al plan de Stalin para frenar las revueltas y darles un duro escarmiento a los insurrectos.”
“Las autoridades locales se apresuraron a cumplir las disposiciones de Moscú, requisaban la comida que se encontraba escondida en las casas de campo y que era lo único que estas familias tenían para comer. Muy pronto sobrevino una aguda “escasez inducida” de alimentos. Este país, de tierras fértiles, considerado el granero de Europa, se enfrentaba a una “hambruna artificial”, una hambruna creada adrede para matar, un plan siniestro que provenía de los estómagos satisfechos y llenos de los comunistas del kremlin para dejar sin algo que comer al pueblo ucraniano. Se comenzaban a alcanzar los objetivos sádicos de Stalin al infringir a la población ucraniana, uno de los mayores sufrimientos que pueda experimentar el ser humano como es la “muerte por inanición”, una de las más pavorosas.”
De nada sirvió el enfrentamiento de los ucranianos: “Los combatientes ucranianos se enfrentaron a los rojos con decisión provocando la prolongación del conflicto durante 4 años. El general-jefe de la caballería del ejército negro, Alexis Martchenko, que durante muchos meses combatió junto a los bolcheviques, ahora era perseguido y duramente atacado por esos mismos camaradas. Años antes, en buena parte de Rusia y en sus alrededores, la revolución no hubiese triunfado, de no haber sido por la efectiva colaboración del ejército insurreccional ucraniano como también se conocía al Ejército Negro, pero ahora la orden de Lenin era clara; acabarlos y recuperar Ucrania. No por gusto el general Martchenko, luego de haber perdido a buena parte de sus tropas, pronunció decepcionado estas palabras: "Sí, hermanos. Ahora sabemos bien lo que son los comunistas".
Lo peor del caso es que Ucrania no es más que un ejemplo en el genocidio comunista: “En la segunda mitad del Mayo de 1944 por un decreto del comité de Defensa del estado soviético, los Tártaros de Crimea fueron expulsados de su tierra y dirigidos a campos de trabajo y concentración donde murieron por miles. Los Generales Serov y Kobulov coordinaron la operación y utilizaron más de 30.000 tropas de NKVD.Más de 200.000 Tártaros fueron despojados de toda pertenencia y apilados en vagones y camiones donde se les trasladó a los campos de exterminio del Este de la Unión Soviética, Uzbekistan, Kazakhstan etc. en el trámite los NKVD fusilaron sumariamente a numerosos seres humanos que se resistieron al tratamiento Stalinista.”
Las Colectivizaciones
Pero en la Rusia de 1914“la situación del campesinado era similar a la esclavitud feudal zarista, sobre todo en las granjas estatales, los Kolzsjos; los obreros industriales estaban obligados a jornadas de trabajo extenuantes, dada la caída en picado de sus salarios, que sin embargo no les procuraban medios suficientes de subsistencia. Los sindicatos también estaban controlados y las protestas eran reprimidas como actos de traición.”
Y la esclavitud se extendió no sólo al mundo agrícola, y el exterminio no se limitó a Ucrania. En 1918, “Desde la socialización de las pesquerías y la ejecución de los principales piscicultores, esta ciudad rica en pescado (Astrakán) –la desembocadura del Volga proveía ella sola decenas de millones de libras anuales- llegó incluso a carecer de arenques, cuyo comercio fue prohibido bajo pena de detención tanto de vendedores como de compradores… Los víveres eran confiscados, vendedores y compradores fusilados. Astrakán, rodeado de trigo y de pescado, perecía de hambre. La ciudad era como una isla cuyos habitantes mueren de sed en medio de un mar de agua potable…”
No era sólo Astrakán; todo el imperio soviético estaba sumido en el hambre, siendo que había reservas suficientes para alimentar a toda la población. Los culpables, según la propaganda soviética, eran otros… “Los campesinos acaudalados negaban el trigo a las ciudades.” El caso es que estaba en vigor la nueva ley “¡el que no trabaja no come!”
El 10 de Marzo de 1919 se declaró huelga en Astrakán. “El mitin de diez mil obreros que deliberaban pacíficamente sobre su penosa situación material fue rodeado de ametralladoras, marinos y granaderos. Los trabajadores se negaron a disolverse y entonces se hizo fuego contra ellos. De inmediato, las ametralladoras crepitaron, dirigidas sobre la multitud compacta reunida, y las granadas de mano empezaron a estallar… De pronto resuena un cañonazo y luego una explosión sorda… Un obús estalla y luego otro y otro… Dos mil víctimas han caído en las filas obreras… Telegramas que hablaban de insurrección fueron enviados a la metrópolis. El presidente del consejo de guerra revolucionario de la República de los soviets respondió con un telegrama lacónico: ‘Reprimid sin piedad’… Se fusilaba en los sótanos…Muchos hombres fueron precipitados al Volga, atados… Fue a principios de abril cuando las ejecuciones empezaron a decrecer en número.”
Los habitantes de Astrakan resistieron como pudieron. Cuarenta y siete comunistas murieron en las revueltas, y los comunistas obligaron a asistir a las exequias a los supervivientes de Astrakan mientras el verdugo Mieknochin decía a las tropas: “Habéis cumplido con vuestro deber revolucionario con mano de hierro, sin un estremecimiento… Los obreros son los responsables por haberse dejado impulsar por la provocación.”
El terror rojo
La historia del terrorismo la vamos a iniciar por quienes le dieron tal nombre y lo usan como arma ideológica: el marxismo leninismo.
“La revolución —se lamenta Kautsky— nos ha traído el más sangriento terrorismo ejercido por gobiernos socialistas. Comenzaron los bolcheviques rusos, que fueron severamente juzgados por los demás socialistas no partidarios del bolchevismo, entre ellos los mayoritarios alemanes. Pero apenas estos sintieron amenazado su poder, acudieron a los mismos medios que tan duramente habían condenado en Oriente”.
Trostki anunció:"En no más de un mes de tiempo el terror asumirá formas muy violentas, tras el ejemplo de la gran Revolución Francesa; la guillotina... estará lista para nuestros enemigos... esa notable invención de la Revolución Francesa que acorta al hombre por una cabeza". Y que Lenin incluso fomentaría: “"El uso de rifles, revólveres, bombas, cuchillos, manoplas, garrotes, trapos empapados en keroseno para iniciar incendios... alambres de púas, clavos (contra la caballería)... o ácidos para arrojar sobre la policía... El asesinato de espías, policías, gendarmes, volar estaciones policiales... debe comenzar en cualquier momento". Algo que no es creación exclusiva de Lenin, sino que procede de Marx: “"Nosotros no tenemos compasión y no pedimos compasión de ustedes. Cuando llegue nuestro turno, no pondremos excusas para el terror".
El primer acto de la “organización de combate” de Guerchuni, en 1902, fue el asesinato del ministro de Instrucción Pública en Rusia; el segundo acto, en 1903, el asesinado sería el gobernador de Ufa. El léxico utilizado en la relación de estos hechos es también sintomático del marxismo-leninismo. Dice Victor Serge: “Al día siguiente del atentado publicó el partido socialista revolucionario un documento en que justificaba aquella ejecución”.
Pero es de significar que no tienen los ideólogos marxistas el menor apuro en reconocer su situación real en este sentido; así, manifiesta: “Al ser encarcelado Guerchuni, vendido por Azev, quedó este último a la cabeza de la organización terrorista.” Y esa es la trayectoria normal del marxismo leninismo durante su existencia, hasta que le ha interesado, curiosamente, significarse verbalmente contra el terrorismo, mientras por otra parte continúa ejerciéndolo, como le exige sus principios ideológicos.
“A las órdenes del agente provocador estuvo un terrorista de vocación y de un valor a toda prueba: Boris Savinkov. En 1904 caía despedazado por la bomba de Egor Sazonov el presidente del Consejo, Plevhe. El organizador de este acto había sido Savinkov, que trabajaba a las órdenes de Azev. Llególe luego el turno al sátrapa de Moscú, el gran duque Sergio Alexandrovich, ejecutado por Ivan Kaliaev. Los terroristas Sazonov y Kaliaev merecen ser contados entre las más formidables figuras de la Revolución rusa. Los atentados se fueron sucediendo cada vez en mayor número. Durante la revolución de 1905, después de la publicación del rescripto imperial del 17 de octubre, el partido socialistarevolucionario, completamente desorientado, decretó el fin de la acción terrorista.”
“Los atentados cometidos por el partido socialista-revolucionario durante el año 1905 fueron 58; 93 durante el año 1906, y 74 durante el año 1907.”
Luego empezarían a matarse entre sí, costumbre que también han exportado a sus filiales. Si en España asesinaron a Nin y a sus compañeros del POUM, ya habían iniciado la saga con el intento de asesinato de Lenin y el jefe de la cheka de Petrogrado en 1918. En cualquier caso, ni fueron los primeros en ser víctimas de sus propias purgas, ni por supuesto fueron los últimos. Pensemos en Yoyes y en los otros purgados de la ETA. Lo curioso es que son tan hábiles que son capaces de usar como arma arrojadiza contra sus enemigos a las víctimas de sus filas asesinadas por ellos mismos.
El intento de asesinato de Lenin, llevado a cabo por sus mismos correligionarios, pero de otro sector, significó que se recrudeciese la carnicería de inocentes: “Ya es hora de que también nosotros empecemos... Decíamos en otra ocasión que a la muerte de uno contestaríamos con la muerte de un millar; henos aquí forzados a llevarlo a efecto.
¡Que dejen libre el camino aquellos sentimentales que tienen miedo de derramar sangre inocente! ¿Cuántas vidas de mujeres y niños pesan en la conciencia de cada burgués? Cada gota de sangre de Lenin debe costar a los burgueses y a los blancos centenares de muertos... El interés de la revolución exige el exterminio físico de la clase burguesa. Ellos no tienen compasión, no la tengamos nosotros tampoco.” (31 de agosto.)
Las instrucciones eran determinantes: “Los Soviets locales deben detener en el acto a todos los socialistas-revolucionarios de derecha que conozcan. Tómense rehenes en gran número entre la clase burguesa y los oficiales. A la menor resistencia o a la menor actividad de los blancos, se contestará, sin discusiones, por medio de fusilamientos en masa. Corresponde a los comités ejecutivos de provincia tomar la iniciativa en este sentido... Estas medidas serán tomadas en el acto; infórmese inmediatamente a esta comisaría de todos los casos en que las autoridades locales muestren indecisión.”
“En Cronstadt fueron pasados por las armas 500 contrarrevolucionarios, según un informe oral pronunciado a mediados de septiembre en la conferencia de comisiones extraordinarias de la Comuna del norte. Las ejecuciones fueron en número mucho menor en Moscú, en donde las listas de fusilados fueron publicadas…Es difícil hacerse una idea, ni siquiera aproximada, de lo que fue el terror en las provincias. Los periódicos sólo daban informaciones fragmentarias y en cierto sentido ocasionales. En Perm se fusiló la primera vez a 50 rehenes, luego a 36; en Tver se limitaron a encarcelar a 150 rehenes; de Penza, donde primero se fusiló a un noble y algunos oficiales, telegrafían el 25 de septiembre: “El asesinato del obrero Egorov ha sido pagado con 152 vidas”. Y así, población por población.
“Después de las jornadas de septiembre el terror no cesa, se, hace más lento su ritmo, se convierte en sistema…“La Comisión Extraordinaria -escribe uno de los hombres que dirigen el terror no es ni una comisión de instrucción ni un tribunal. Es un órgano de combate que actúa en el frente interior de la guerra civil por medio de la instrucción, de los tribunales y de las fuerzas armadas. No juzga al enemigo, descarga sobre él sus golpes.” No se preocupa de fijar y dosificar las culpas; se pregunta a qué clase social, a qué medio pertenece el adversario, si es peligroso y hasta qué punto. Las comisiones procedían a realizar instrucciones a veces sumarias, a veces largas y complicadas, en un secreto casi absoluto, sin admitir defensa. El juez instructor formulaba sus conclusiones bajo su propia responsabilidad; la comisión sentenciaba sin oír al acusado. Tratándose de la pena capital, debía tomarse el veredicto por unanimidad (las comisiones se hallaban integradas al principio por doce miembros, bastando un solo voto para que no se condenase a muerte al acusado). Las ejecuciones se realizaban por lo regular en el mayor secreto, a fin de evitar a la población emociones malsanas. En las grandes ciudades se empleaba a veces el revólver, y la ejecución tenía lugar en sótanos.”
Pero el asunto no termina en la Unión Soviética ni en Lenin. Mao Tse-Tung proclama que "Si tuviéramos que sumar a todos los terratenientes, campesinos ricos, contrarrevolucionarios, malos elementos y derechistas, su número alcanzaría los treinta millones... de nuestra población total de seiscientos millones de personas, estos treinta millones son sólo uno de cada veinte. Entonces, ¿de qué tenemos miedo?... ¡Tenemos tanta gente! Podemos permitirnos perder unos pocos. ¿Qué diferencia hace?".
La versión maoísta del comunismo no ha sido la menos destacada en el campo del genocidio; no en vano Mao opina que "Las muertes tienen beneficios. Fertilizan la tierra". Y más…:”Deberían haber mítines de celebración cuando muere la gente... Creemos en la dialéctica, así que no podemos no estar a favor de la muerte".
En los bailes de cifras de víctimas del comunismo, uno de los más moderados lo deja en 100 millones, correspondiendo a China el 50% de esta cifra. Los métodos utilizados, desde su instauración en 1952, al parecer, fueron los habituales: ejecuciones masivas, los “laogais” o GULAG chinos, las hambrunas intencionadas… “A finales del 1952 era el propio partido comunista chino el que mostraba con satisfacción las cifras de “2 millones de reaccionarios y 5 millones de terratenientes ejecutados” .
Tampoco termina ahí la ramificación del terrorismo. No olvidemos que el terrorismo no es sino un elemento más del marxismo, y esa afirmación no es deductiva, sino explícita en la doctrina de los grandes pensadores del comunismo. En el desarrollo de esa actividad, llegó un momento que al comunismo le interesó desvincular de alguna forma los métodos terroristas de la primera línea de su política, por lo que a nivel mundial, desvió el centro del control terrorista a Rumanía, al tiempo que hacía que éste país mostrase aperturismo hacia el sistema capitalista occidental. Luego, en 1956, llegó la masacre de Hungría… y la de Checoslovaquia en 1968. Aquí el terror rojo mostró sus colmillos. “Trescientas mil personas huyeron a otros países” .Fueron pocos los muertos, 72, y 266 heridos.
José Antonio Sáenz de Santa María emitió en 1972 un informe en el que proponía la creación de un grupo de asesinos para acabar con el terrorismo etarra. Fue desestimado. Ese informe sería llevado a efecto por el gobierno de Felipe González. Se trata del famoso GAL.
La Cheka
“En la Unión Soviética la tortura física era llamada "medios de influir físicamente". El reglamento CC20 del PCUS de enero de 1939, firmado por Stalin, enfatizaba que "los medios de influencia física" no eran un crimen sino que por el contrario debían ser usados más frecuentemente "contra los enemigos públicos que se rehúsan a cooperar durante los interrogatorios y no revelan a los culpables y conspiradores que todavía continúan sus actividades anti-soviéticas". "Tales medios de influencia deberían ser usados en el futuro para destruir a la clase enemiga, y aunque algunos han mancillado esos medios, deben ser usados para conseguir confesiones. Los líderes del Partido deben asegurar la necesaria amplitud y extensión del uso de estos medios".
Un elemento indispensable a tener en cuenta en los métodos de influir físicamente son las checas, elemento de tortura y terrorismo que también fue usado en España, en los años treinta, como era usado en el resto del mundo soviético.
A continuación la descripción de la cheka existente en la antigua sede del KGB en Lituania: Existen habitáculos con capacidad máxima para una persona donde sólo se puede permanecer erguido o sentado en una gruesa tabla con una superficie que no llega a los 20 centímetros, disponiendo, para él solo de una estancia oscura de cerca de tres metros de alto.
Otra estancia de la cheka está amueblada con un camastro, y frente a él lo que podemos calificar de conserjería. Un largo pasillo da acceso a una serie de celdas entre la que hay una sala de torturas debidamente acolchada; otra especialmente diseñada para duchas frías, un patio de unos diez metros cuadrados anexo a unas celdas sin techo, y en un sótano, una sala de tiro para la ejecución de los reos.
Se trata de una lección de historia, abierta a cualquiera que quiera recibirla si viaja a Vilna.
Pero, ¿Cuál es el origen de la cheka? “La victoria de los bolcheviques sobre sus adversarios en la guerra civil no se llevó a cabo exclusivamente con las victorias de su ejército, fue necesario un esfuerzo monumental para controlar de una manera férrea toda la economía y la sociedad dominada por ellos, y ello no fue fácil pues las fuerzas opositoras eran abundantes y poderosas. Para ello fue necesario exterminar al enemigo político a través del exterminio físico, político o bien atemorizarlo a través de un calculado terror. Sólo así se entiende, entre otras cosas, las requisas a los campesinos. Para llevar a cabo su empresa el Partido contó con una herramienta de incalculable valor: la policía secreta o Checa.”
Así, aunque cuando oigamos hablar de “cheka” nos venga a la cabeza un sitio lúgubre y terrorífico destinado a torturar y asesinar a la gente, debemos ser conscientes que eso tan sólo era la cárcel de la cheka, ya que la cheka en sí era un “cuerpo policial creado por Dzierzynski siguiendo las órdenes de Lenin el día 20 de diciembre de 1917 y recibió el nombre de “cheka”que son las siglas de “Comisión Especial”. A partir de ese momento la cheka se convirtió en una herramienta formidable en manos de Lenin y sus allegados. Lenin, Trotski y Dzierzynski eran partidarios de “matar más de la cuenta que correr el riesgo de ser derrocados”, con esta frase comprendemos cómo utilizaron los bolcheviques a la cheka para conservar el poder. En ese contexto debemos inscribir la orden de asesinar a Nicolás II y su familiar en Ekaterimburg, en la noche del 16 al 17 de julio, en un momento en que los ejércitos blancos se aproximaban a la zona y que podían convertir al zar en una fuente legitimadora de su política. Aunque Lenin achacó la orden a los bolcheviques locales, hoy tenemos evidencias de que partió del Comité Central del partido. ”
“Esta organización del terror se había fundado el 7 de diciembre de 1917, pero oficialmente no existía. Sólo el 18 de diciembre de 1927, Pravda publicó el decreto que establece la cheka oficialmente.”
No obstante, la cheka existe desde el 10 de Diciembre de 1917, por decreto del Soviet de los comisarios del pueblo del día 7 de Diciembre, publicado en “Izvestia” nº 248 de 18 de Diciembre, a partir de la cual se crean nuevas checas locales el 22 de Marzo de 1918.
Y desde que la cheka fue constituida, “las listas de ejecuciones aparecían publicadas en el diario "Semanario Cheka" y otra prensa oficial. Los medios de difusión empezaban a utilizarse como una efectiva arma psicológica como lo demuestra este párrafo transcrito en una de sus ediciones: “Por el asesinato del camarada Egorov, obrero de Petrogrado en misión en un destacamento de requisa, 152 “guardias blancos” han sido ejecutados por la Cheka. En el futuro se adoptarán medidas aún más rigurosas contra aquellos que levanten su mano contra el brazo armado del proletariado”.
Podemos hacernos cargo de las primeras actuaciones llevadas a cabo por la cheka remitiéndonos a“Un número de Izvestia (del 24 de octubre de 1918), que sólo citamos a título de ejemplo, da dos columnas de informaciones de esta clase. Examinémoslas. La cheka del distrito de Egorievsk condena a cinco semanas de cárcel y a treinta mil rublos de multa a especulador que ha insultado a un comisario durante el registro… La del barrio de Meschovsk fusila a un expolicía “diligente cien-negro”, y añade: “La población está tranquila”. La de Kozel anuncia simplemente que se ocupa de reprimir la agitación de los popes y los kulaks. En Mineevsk un socialista-revolucionario es pasado por las armas. En Perm se recurre sobre todo a la aplicación de multas. La comisión publica un boletín a fin de tener a la población al corriente de sus actividades… Sigue la nueva rúbrica: “Guerra a la corrupción”. Ha sido fusilado un juez de instrucción de la Comisión Central Panrusa y su escribiente, convictos de haber aceptado dádivas. Sigue una lista de dieciséis criminales que han sido pasados por las armas por orden de la Comisión Central: se trata de monederos falsos, de bandidos, de un soldado rojo de la cheka que había confeccionado una estampilla falsa de una cooperativa, de un comisario de la cheka que había intentado vender un revolver. La Comisión de Koalas fusila a un ciudadano culpable de haber se entregado a manejos contrarrevolucionarios. La Comisión de Chui anuncia la ejecución de siete “ladrones, asesinos y provocadores”.
La cheka jugaría un papel de primer orden en el desarrollo del sistema policial-jurídico comunista, como hemos señalado, basado en el terror. Así es que el 26 de Junio de 1918 Lenin escribía una carta a los miembros del Comité central en la que recalcaba: ”Hay que estimular la energía y el carácter de masa del terror contra los contrarrevolucionarios.”
Existía una cheka superior, la cheka Panrusa; de ella dependían las checas provinciales, y de éstas, las checas de distrito, siendo independientes de otros poderes. La acusación debía formalizarse dentro de los cinco días siguientes a la detención (Izvestia 25-4-1919).
Las instrucciones emanadas señalaban el imperio del terror: “Deben tomarse considerable número de rehenes entre la burguesía y los oficiales. De modo que, a la menor tentativa de resistencia, debe fusilarse en masa a esos rehenes. Los comités ejecutivos provinciales de los soviets deben hacer en este aspecto gala de una iniciativa particular… Deben fusilar sin vacilaciones a todos aquellos que mantienen relaciones con los guardias blancos… Ni la menor vacilación, ni la menor indecisión en la aplicación del terror de masas. (periódico de la cheka 22-9-1918)”
“Las checas deben rendir cuentas a los soviets, pero éstos, o las secciones pertenecientes a estos, no pueden en ningún caso diferir o detener las órdenes dadas por la cheka Panrusa. (periódico de la cheka 22-9-1918)”
“Los comisarios para la Justicia y Asuntos Interiores no pueden intervebnir en los asuntos de la checa. (periódico de la cheka 29-9-1918)
“Que al exterminar a los contrarrevolucionarios no tiemble su brazo (Krasny Match 18-8-1919)
Las personas detenidas no deben ser consideradas como castigadas, sino como aisladas provisionalmente de la sociedad en interés de la revolución, y las condiciones de su internamiento no deben revestir carácter punitivo. (Orden 186 de 30-12-1921)
“Fue Lenín quien comenzó los primeros juicios-farsas. Así, sometió a doce social revolucionarios en un juicio en 1922. El propio Lenín había propuesto todo tipo de engaños necesarios para provocar este caso. Stalin usó métodos similares durante los años 1936-37. Fue Lenín quien pidió los arrestos de socialistas y comunistas extranjeros en Rusia. Le dio rienda suelta a la Cheka.”
“Para los años 1937-38 varios testimonios coinciden en contabilizar entre seis y ocho millones de presos políticos. Sólo en Moscú existían 3.000 interrogadores. El físico Alexander Weissberg, que estuvo preso en la cárcel de Kharkov de marzo de 1937 a febrero de 1939, estima que el 5,5 por ciento de la población de la región pasó por la cárcel; en esta proporción coinciden otros testimonios, lo que supone, consultando el censo de 1939, un total de 8,5 millones de detenciones. Otros cálculos, el del yugoslavo Dedijer, y de Uralov, funcionario del Partido, lo rebajan a 7 millones.”
Autores contrarios al régimen leninista señalan que “Lenín pensaba que los rusos no eran lo suficientemente capaces de llevar a cabo su terror ya que eran demasiado bien intencionados. Por ello es que prefería a los judíos. Naturalmente, no todos los judíos se unieron, sólo los peores, los más llenos de odio y los más fanáticos. Este hecho, que Lenín creyera que los judíos eran mucho más eficaces en la "lucha revolucionaria" fue guardado como 'secreto estatal' por orden de Joseph Stalin, a pesar del hecho que María Ulyanova quería hacerlo público unos años después de la muerte de Vladimir Lenín. La hermana de Lenín creyó que este hecho habría sido útil en la lucha contra el antisemitismo (Dagens Nyheter, 15 de febrero de 1995).
Según informa el mismo autor, en esta época“La Cheka estaba bajo el control de judíos. Mucho de esto ya era conocido en 1925. El investigador Larseh escribió en su libro "La Sed de Sangre del Bolchevismo" (Wurttemberg, pág. 45) que el 50 por ciento de la Cheka lo formaban judíos con nombres judíos, el 25 por ciento eran judíos que habían tomado nombres rusos. Todos los jefes eran judíos.” Y afirma que “El judío extremadamente cruel, Mikhail Kedrov (en la realidad Zederbaum) ahogó a 1.092 funcionarios rusos en el Mar Blanco en la primavera de 1920.” Datos que son facilitados por un autor letón que debió huir de la dominación soviética.
Se establecieron 1000 tribunales de la checa, en los que durante 1920, se ejecutaba una media de cinco personas por día.
Llegamos a un punto que la duda nos invade, y sólo el conocimiento de que el relativismo más absoluto es la base de la ideología marxista-leninista y que ahí cabe absolutamente todo nos hace reproducir lo que leemos, aunque quedemos un tanto escépticos: “Lenín dio órdenes para matar a tantos estudiantes como fuese posible en varios pueblos. La Cheka arrestaba a cada joven que llevara una gorra escolar. Ellos fueron liquidados porque Lenín creía que los próximos intelectuales rusos serían una amenaza para el régimen soviético. (Vladimir Soloukhin, "A la Luz de Día", Moscú 1992, pág. 40.)” Una cuestión sí es incuestionable: la persecución de quién vistiera sombrero, gafas o bastón, aspecto que se repetiría con Pol Pot.
Otro caso que también parece incuestionable, al menos teniendo como referencia lo que hicieron en España en 1936, reforzado por lo expresado a miles de kilómetros, en la sede del KGB en Vilna, es que“Las detenciones no tenían garantías jurídicas, y, en caso de juicios, éstos eran llevados de forma arbitraria, y con la sola presencia del jefe de la Cheka y un juez, sin tener derecho el detenido a un abogado, y si no tenían pruebas, no importa, se inventaban, o bien, obligaban mediante tortura al acusado a confesar delitos y crímenes que no había cometido (tenían 52 "procedimientos materiales" métodos de tortura física o psicológica ,con los cuales abatir la resistencia del acusado), colocaban también testigos falsos, u otros a los cuales habían obligado a confesar por los métodos anteriormente señalados.”
“Varias fuentes cuentan cómo los Chekistas en Kharkov pusieron a las víctimas en una fila y clavaron sus manos a una mesa, hacían un corte en las muñecas con un cuchillo, vertían agua hirviente sobre las manos y tiraban de la piel. Esto era llamado "sacar el guante". En otros lugares, la cabeza de la víctima era puesta sobre un yunque y era lentamente aplastada con una prensa a vapor. Aquellos que deberían sufrir el mismo castigo al día siguiente eran obligados a mirar. Los ojos de dignatarios de la iglesia eran arrancados fuera de sus orbitas, sus lenguas eran cortadas y los enterraban vivos. Hubo Chekistas que acostumbraban a abrir el abdomen de sus víctimas, seguido de lo cual, cortaban un trozo de su intestino delgado sacando una pequeña porción y esta la clavaban a un poste del telégrafo y, con un látigo, forzaban a la desafortunada víctima a caminar en círculos alrededor del poste hasta que todo el intestino había sido desenredado y la víctima moría.”
Estos extremos, expuestos por Jüri Lina le parecen a este comentarista un tanto sospechosos, y hasta parece que han sido producidos por los mismos que llevaron a efecto las verdaderas torturas y genocidios bajo el comunismo, a fin y efecto de que quienes los lean acaben desconfiando, no ya de la fuente sino de que tales actos de genocidio hayan sido llevados jamás a cabo. No obstante, quedan relatados. El motivo de no eliminarlos, sean ciertos o falsos, y a falta de conocimiento cierto sobre el asunto, es que, aunque es difícil llegar a creer que tales actos de crueldad puedan ser llevados a efecto por ninguna persona, por muy malvada que sea, sí son plausibles desde la órbita de la doctrina comunista.
La Unión Soviética fue la creadora de la cheka, pero la idea la exportaron allí donde el comunismo iba teniendo adeptos. Y en España, ¿cómo influyó el invento? Sobre las chekas en España, señala César Alcalá que, durante la guerra civil "estas sólo se crearon en aquellas ciudades donde el Gobierno de la República se fue asentando. Así, se crearon en Madrid, Comunidad Valenciana y Barcelona".
Gulag
Los GULAG son campos de trabajo en régimen de esclavitud con alimentación insuficiente donde los presos tenían un día de fiesta al año, el 1 de Mayo, y días de reposo parcial tales como el aniversario de la muerte de Lenin, de la comuna de París y de la Revolución de 1917. Asistencia médica sólo cuando el reo no podía mantenerse de pie. Suplicios sin nombre del que es a destacar el de ser expuestos, en los meses de calor, desnudos, a los enjambres de mosquitos, y en invierno, al frío…
“A principios de los 1920, ya había 70.000 prisioneros en 300 campos de concentración, según "La Revolución Rusa" de Richard Pipes en la Universidad de Harvard, aunque en la realidad había probablemente muchos más. Fue de esta forma que Lenín construyó su archipiélago de GULAG.”
Parece que para imponer el socialismo, se utilizaban métodos oportunos, que en el GULAG alcanzaba un mayor refinamiento. “Los principales medios de violencia eran asesinatos masivos, deportaciones, tortura y amenazas. La tortura puede dividirse en física y psicológica. En la Unión Soviética ambas eran consideradas justificadas y se usaban rutinariamente para extraer información, confesiones y denuncias de personas.” Esta afirmación viene corroborada por afirmaciones, suscritas principalmente por Lenin, que pueden ser encontradas en este mismo relato.
“Los prisioneros también eran forzados a mirar la tortura de otros prisioneros o personas cercanas, tomar parte en humillarlos (por ejemplo, un prisionero fue obligado a arrodillarse con su boca abierta y el otro, que tenía una pistola apuntando su nuca, tuvo que orinar en la boca del primero para que el interrogador pudiera extraerle la deseada confesión.” Sí, son relatos en extremo violentos, pero que, a la vista de lo dictado por Lenin, y con experiencias relatadas por españoles que padecieron en terror rojo de 1936, se ciñen a la realidad.
“En Estonia y entre estonios que fueron enviados a campos de trabajo forzado a otras partes de la gran red carcelaria comunista se encontraron numerosos desórdenes de salud causados por medidas represivas directas. Algunos de ellos fueron:
- Inanición, marasmo nutricional, distrofia alimentaria, deficiencias vitamínicas crónicas, pelagra, escorbuto y los síntomas causados por estas y sus resultados indirectos.
- Neumoconiosis crónica, causada por trabajar sin medidas protectoras en minas subterráneas de cobre, oro, níquel, carbón, etc.
- Enfermedades por radiación con neumoconiosis causada por explotación de minerales radiactivos (uranio, etc.) en Kolyma, Norilsk y otros campos de prisioneros. Muchas de las víctimas murieron en Estonia poco después de regresar a casa.
- Enfermedades infecciosas, como tuberculosis pulmonar u ósea y los síntomas causados por ellas, tifus - que se esparce a través de la pediculosis - fiebre tifoidea, etc. Una de las enfermedades específicas que afectaron a los reprimidos fue la brucelosis. Muchas mujeres que fueron deportadas en 1949 estaban infectadas debido a que fueron forzadas a trabajar sin protección en granjas de ganados vacunos, ovejas y renos infestados por gérmenes de brucelosis. Muchas de ellas quedaron discapacitadas de por vida, sufriendo serias inflamaciones múltiples en las articulaciones, causadas por la brucelosis crónica.
- Los daños permanentes de salud también se manifestaron como síndromes de maltrato, como por ejemplo como resultado de la exposición forzada excesiva al frío natural, siendo dejados sin comida y/o agua potable. Fracturas de huesos y otros daños físicos de los reprimidos eran el resultado de las heridas recibidas durante tortura y/o trabajar bajo condiciones peligrosas para la salud.
- Endarteritis de las extremidades inferiores es una enfermedad terminal que resulta de el estrangulamiento de las arterias de las extremidades inferiores, lo que suele terminar en gangrena y la amputación de miembros, o la muerte. Este tipo de daño a la salud solía suceder entre los convictos de largo término que tenían que trabajar en minas de la región polar (Vorkuta, Inta).
A todo esto se agregarían los traumas mentales por la represión y diversos problemas derivados de esto: estrés continuado, crisis nerviosas, angustia y pánico, alta presión arterial, úlceras gastrointestinales, asma, colitis ulcerosa crónica, etc.”
En 1941 se produjeron inmensas deportaciones de poblaciones bálticas a Siberia, separando las familias, gran parte de las cuales nunca volverían a reunirse. El “60% de las mujeres y niños murieron de hambre, frío y enfermedad, y más del 90% de los hombres arrestados y enviados al Gulag fueron asesinados o murieron en los campos de trabajo.”
En Letonia, en un solo día, el 14 de Junio de 1941 fueron deportadas a zonas remotas de Unión Soviética alrededor de 15.500 personas; “de ellos 5154 era mujeres y 3225 niños menores de diez años… Unos 5000 perecieron en Oriente o en el viaje allí, o fueron ejecutados. Las listas de deportaciones fueron realizadas con la ayuda de secuaces locales.”
Orden respecto al procedimiento de deportación de elementos antisoviéticos de Lituania, Letonia y Estonia. (Estrictamente secreto). Comisario del Pueblo Adjunto de Seguridad Pública de la URSS. Comisario de Seguridad Pública de la tercera Fila (firmado): Serov. “En vista del hecho de que gran número de deportados deben ser arrestados y distribuidos en campos especiales y que sus familias deben proceder a asentamientos especiales en regiones distantes, es esencial que la operación de remoción tanto de la familia de los deportados como su cabeza se realice simultáneamente, sin notificarles de la separación confrontándolos... La escolta de toda la familia a la estación debe efectuarse en un vehículo y sólo en la estación de partida debe colocarse a la cabeza de la familia separadamente de su familia en un carro especialmente destinado para cabezas de familia.”
“Durante el primer año de gobierno soviético más de 52.000 ciudadanos estonios fueron ejecutados, deportados o movilizados por el Ejército Rojo. Tras el ataque alemán a la Unión Soviética del 22 de junio de 1941, a inicios de julio 33.000 estonios fueron conscriptos a la fuerza en el Ejército Soviético. El 10 de julio de 1941, los reclutados de los territorios anexados fueron declarados no confiables y enviados a campos de trabajo forzado, donde muchos morirían por los malos tratos y pésimas condiciones de vida. De esta forma se forzaron a 5.600 más a luchar, pero pronto gran cantidad de ellos desertaría“
En julio de 1941 Estonia fue conquistada por Alemania nazi, que fue forzada a su vez a retirarse por el avance de las tropas soviéticas que retornaron en 1944. “Apenas el gobierno soviético recuperó el control, unas 70.000 personas huyeron al extranjero, a refugiarse a Alemania, Suecia y Finlandia. Miles murieron durante la huída y otros miles fueron repatriados. Alrededor de 31.000 personas fueron enviadas de regreso a Estonia (más de 12.000 eran prisioneros de guerra y casi 19.000 eran civiles), de acuerdo a información soviética…Los peores temores de los refugiados se cumplirían.
10.000 personas fueron encarceladas entre 1944 y 1945, la mitad de las cuales murieron en los dos años siguientes”
“Antes de la segunda ocupación soviética en el otoño de 1944, unos 217.000 refugiados huyeron (de Letonia) hacia Occidente, esto es, el 12% de la población.” Muchos murieron en la huída, y otros muchos fueron capturados.
“Tras la guerra y hasta la muerte de Stalin, 30.000 personas fueron arrestadas en el país, de las cuales alrededor de un tercio pereció. Unas 23.000 personas más fueron deportadas en ese mismo período, de las cuales al menos 3.000 murieron por las duras condiciones a que fueron sometidas. Además, unos 2.000 combatientes de la resistencia murieron en Estonia en combates contra las fuerzas de ocupación.”
Algo similar sucedió en Letonia y en Lituania. “Los ‘hermanos del bosque’ letones (llamados bandidos por los soviéticos) lucharon y la campaña contra ellos tomó muchas vidas.” Se calcula que fueron unos 20.000 combatientes que contaban con unos 80.000 colaboradores directos. Engañados con falsas amnistías, fueron deportados en 1949. “del 25 al 29 de marzo de 1949, 9.147 familias, o 29.252 individuos fueron deportados de Letonia. Había 28.107 letones, 482 rusos y 663 representantes de otras nacionalidades.” Pero habría más deportaciones en años sucesivos. El desastre poblacional provocado por el marxismo en Estonia Letonia y Lituania se cifra en la pérdida del 30% de su población sólo en la década de 1940. Pero no hay problema, los comunistas, junto a los capitalistas era los vencedores de la guerra. Lógicamente, los genocidas eran los nazis.
En Estonia, “El 13 de marzo de 1949, el Primer Viceministro del Ministerio de Seguridad de la URSS aprobó el nuevo plan de deportaciones de 7.500 familias…19 trenes militares y de ganado se formaron para transportar a los que serían deportados. De aquellos, 9 trenes fueron dirigidos al Óblast Novosibirsk, 6 fueron a Krasnoyarsk Krai, 2 al Óblast Omsk y 2 al Óblast Irkutsk, en Siberia.”
En esta segunda ola de deportaciones, de 1949, fueron deportadas 94.799 personas entre Estonia, Letonia y Lituania, con una media de edad joven-muy joven, siendo que se estima una mortandad del 20% en el plazo de un año, por motivos variados.
“De todas las personas deportadas el 14 de junio de 1941 (de Letonia), 6.081 (más del 39% del total de deportados) murieron por las terribles condiciones de vida. De ellos, 46,5% eran mujeres (13,7% de ellas eran esposas), 27,9% eran menores de 20 años y 15% eran niños menores de 10 años.”
¿Qué dicen las revisiones de los procesos soviéticos?: “Después de 1930, el sistema correccional soviético contaba con prisiones, campos y colonias de trabajo de los Gulag, zonas especiales abiertas y pago de multas. Las personas que eran arrestadas generalmente eran enviadas a las cárceles comunes en tanto se hacían las investigaciones que podían demostrar su inocencia recuperando la libertad, o bien, eran llevadas al tribunal de justicia. En caso de ser pasado al tribunal, el acusado podía ser declarado inocente y quedar en libertad o, en caso de que fuera declarado culpable podía ser condenado a una pena de multa, de prisión o, en casos más excepcionales, a la pena de muerte. Las multas podían ser un cierto porcentaje del salario durante un cierto tiempo. Los condenados a prisión podían ser enviados a diferentes tipos de cárceles dependiendo del tipo de delito cometido. A los campos de trabajo Gulag iban los criminales por delitos graves (homicidios, robos, violaciones, delitos económicos, etc) y una gran parte de los condenados por actividades contrarrevolucionarias. Otros delincuentes con penas superiores a 3 años podían ser también recluidos en esos campos. Después de un tiempo en un campo de trabajo, el preso podía ser trasladado a una colonia de trabajo, o bien, a una zona especial abierta. Los campos de trabajo eran zonas muy extensas donde los condenados vivían y trabajaban bajo gran control. Trabajar y no ser un peso para la sociedad era otra cosa evidente. Ninguna persona se lo pasaba sin trabajar. Puede ser que alguien hoy en día piense que esto es terrible, pero la realidad era así. Existían 53 campos de trabajo y 425 colonias de trabajo Gulag en 1940.
Estas últimas eran unidades más pequeñas que los campos de trabajo, con un régimen más liberal y con menos control. Allí iban los presos con penas de prisión más cortas. Tanto delincuentes comunes como políticos trabajaban en libertad en las fábricas y en la agricultura que era una parte de la economía de la sociedad civil. En la mayoría de los casos el salario de esos trabajos transformaba por entero a los condenados igualándolos a los otros trabajadores. Las zonas especiales abiertas eran generalmente zonas agrícolas donde se exiliaba a los Kulakos que habían sido expropiados durante la colectivización de las tierras. Otros condenados por penas menores o actividades contrarrevolucionarias podían también cumplir las penas en estas zonas. ¡450 mil y no 9 millones! Los muertos en los campos de trabajo desde 1937 a 1939 fueron cerca de 160.000… En el año 1950 había en los campos de trabajo 578 mil presos por delitos políticos… (en los años 30) estaba en el sistema correccional el 2,4% de la población adulta…(mientras que) en EEUU,… en 1996… el 2,8% de la población adulta.”
“En lo que respecta a los campos de trabajo soviéticos, es verdad que era un régimen duro y difícil para los presos, pero debemos ver cómo es hoy la situación en las cárceles de los EEUU donde existe violencia, drogas, prostitución y esclavitud sexual (290.000 violaciones al año entre los presos). ¡Nadie se siente seguro en las prisiones de los EEUU!”
Algo dice este marxista con gran razón: ¿en qué se diferencia el sistema democrático del sistema marxista?, ¿qué porcentaje de presos existe hoy en la sociedad occidental?... ¿Y los suicidios?, ¿qué porcentaje de suicidios existe hoy en la sociedad del Nuevo Orden Mundial?
“¿Cuántos fueron los muertos en los campos de trabajo? Los casos de muerte en los campos varían mucho de año a año, de 5,2% en 1934 a 0,3% en 1953. Estas muertes en los campos eran causadas por la falta de recursos en la sociedad. En primer lugar, por la falta de medicinas para combatir las epidemias.”
“La rusa Olga Shatunovskaja por ejemplo, nos da una cifra de ¡7 millones de muertos en las depuraciones de 1937 y 38! Pero los documentos que ahora son publicados sacados de los archivos soviéticos nos dan una información diferente. En primer lugar, es preciso decir que las cifras de los condenados a muerte se encontraron en varios archivos y los investigadores se vieron obligados a recoger datos con un cierto riesgo de contar doble y darnos una cifra mayor de lo que fue en la realidad. Según Dimitri Volkogonov, nombrado por Jeltsin como jefe de los antiguos archivos soviéticos, fueron condenados a muerte 30 514 personas por los tribunales militares desde el primero de octubre de 1936 al 30 de septiembre de 1938.”
“Según una información en la prensa (en febrero de 1990), habían sido condenadas a muerte 786.000 personas por delitos contra la revolución durante los 23 años del período que comprende desde 1930 hasta 1953. De esos habían sido condenados 681.692 en 1937 y 38. No hay posibilidades de hacer un control de las informaciones que la KGB nos entrega, pero esta última afirmación es dudosa. Sería muy extraño tantos condenados en 2 años. ¿No será que la actual KGB pro-capitalista nos da una información correcta de la KGB pro-socialista?” Son preguntas que se hace un panegirista del genocidio soviético, que le parecen muchos condenados en el periodo citado. Personalmente propongo que dividamos por cien, a ver si así queda contento en cuanto a las cifras del genocidio.
“Los delincuentes políticos condenados en los tribunales civiles en 1936 recibieron las siguientes penas de prisión: Hasta 5 años: 44,2 por ciento. De 5 a 10 años: 50,7 por ciento. En lo que respecta a los condenados en los Gulag donde las penas mayores eran cumplidas, la estadística de enero de 1940 era la siguiente: Hasta 5 años: 56,8 %. De 5 a 10 años: 42, 2 % Más de 10 años: 1,0 % Para el año 1939 tenemos estadísticas de los tribunales de la Unión Soviética. La distribución de las penas de prisión es la siguiente: Hasta 5 años: 95,9 % De 5 a 10 años: 4,0 % Más de 10 años: 0,1 % “
Pero no podemos hablar sólo del genocidio cometido sobre personas que eran directamente asesinadas. El marxismo leninismo conocía otros métodos más sofisticados. Así, el GULAG era un método excepcional donde cabía todo tipo de posibilidades: desde la muerte por inanición, por frío... hasta por cansancio, como por ejemplo el aplicado “en la construcción del canal del mar blanco-báltico, monumental obra por su dimensión y monumental por su inutilidad, puesto que su profundidad era de apenas 4 metros lo que impedía el tránsito de naves de gran calado. Sin embargo cerca de once mil prisioneros murieron en la participación forzosa de este proyecto” .
Juicios y Ejecuciones
La población del imperio ruso según censo de 1897 era la siguiente: ”grandes rusos, 56.000.000; ucranianos, 22.300.000; rusos blancos, 6.000.000 aproximadamente; polacos, 8.000.000; lituanos, 3.100.000; judíos, 5.100.000; alemanes, 1.800.000; moldavos, 1.100.000; finlandeses, 2.600.000; pueblos del Cáucaso, 1.100.000; pueblos de origen finlandés (estonianos, karelianos, etc.), 3.500.000; pueblos turcotártaros, 13.600.000.” Total, en números redondos, 124 millones de habitantes tenía el imperio ruso en 1897. Veinte años después, es de suponer que la población sería sensiblemente superior. En Julio de 1990, un siglo después del censo referido, la Unión Soviética poseía una población de 290 millones de personas.
En 1900, la población mundial era de 1650 millones de personas, y en 1990 era de 5.263.593.000 personas, por lo que, aplicando el crecimiento tenido por todo el mundo, llegamos a la conclusión que, habiendo pasado todos por guerras, pestes y genocidios varios, partiendo de la población con la que contaba en 1897, la población que, en circunstancias normales hubiese tenido en 1990 la Unión Soviética, tendría que haber sido en torno a los 400 millones de personas; más o menos cien millones más de los que en realidad tenía, lo que se puede corresponder con el genocidio llevado a término por el comunismo durante el siglo XX.
Pero centrándonos en San Petersburgo, año 1918, “La población de Petrogrado ha caído de 2.319.000 habitantes que tenía el 1º de noviembre de 1905, a 1.480.000 habitantes el 1º de julio, y continúa descendiendo rápidamente… En 1919-1920 llegará a descender a menos de 750.000 habitantes.” ¿Debido a la emigración?, ¿debido a la deportación?, ¿debido a la ejecución?
“El obispo de Voronezh fue hervido vivo en una olla grande, después de esto se obligó a los monjes, con revólveres apuntados a sus cabezas, a que bebieran esta sopa.”
Una nueva cita de Jüri Lina… que suena a factible cuando escuchamos los relatos de las torturas que hicieron también en España.
“El profesor Farolea ha publicado… las estadísticas de la muerte (noviembre de 1923). He aquí la cifra de los crímenes bolcheviques que aporta: 28 obispos, 1219 sacerdotes, 6000 profesores y maestros, 9000 médicos, 54.000 oficiales, 260.000 soldados, 70.000 policías, 12.950 propietarios, 355.250 intelectuales y profesionales liberales, 193.000 obreros, 815.000 campesinos. El autor no cita la fuente de estos datos.” Pero son datos factibles si los comparamos con los acaecidos en España trece años más tarde.
“El Consejo de los Comisarios del Pueblo proclamó el terror rojo como política oficial el 5 de septiembre de 1918. Esta política nunca fue cancelada.”
“Aquellos que eran imposibles de controlar fueron liquidados. Listas de aquellas personas fueron compiladas inmediatamente después de la toma del poder, pero la máquina de las ejecuciones comenzó a rodar indiscriminadamente sobre Rusia. Por ejemplo, 20 doctores fueron ejecutados en Kronstadt, simplemente porque habían llegado a ser muy populares entre los obreros. Ésa fue una razón suficiente. Se dictaban sentencias de muerte por la menor ofensa. Los Chekistas sólo necesitaban un pretexto. Ellos quisieron asesinar a tantas personas como fuese en la práctica posible. Inmediatamente después de la toma del poder, Lenín había amenazado a sus secuaces con la ejecución si ellos no seguían sus instrucciones a la carta. Las circunstancias anormales en la Rusia soviética llevó a personas mentalmente desquiciadas - asesinos en masa - al frente. El Comunismo se transformó en un tipo de rabia mental. Incluso personas buenas compartieron una parte de la responsabilidad para este proceso de destrucción, ya que ellos no hicieron nada para impedir el avance de esta Mafia política y criminal.”
La brutalidad de la cheka, al parecer, no conocía límites. Cualquier disidencia, por menuda que fuese, conducía al castigo ejemplar. Así acontecería con el caso de Kronstadt. “Los rebeldes( de Kronstadt) no tenían relación alguna con el "complot de los Guardias Blancos" pero los bolcheviques, para justificar su brutal represión, iniciaron campañas divulgativas con el propósito de relacionarlos y calificarlos finalmente como “contrarrevolucionarios” o “enemigos del pueblo” sin considerar, en un claro ejercicio de cinismo, que estos enemigos del pueblo eran parte intrínseca de ese mismo pueblo, tanto así, que la gran mayoría de los protestantes eran abiertamente socialistas y convencidos de que la revolución traería libertad, democracia y justicia social a Rusia. Sus exigencias principales estaban dirigidas a lograr votaciones secretas, (para evitar presiones y persecuciones) derecho de asamblea, la liberación de presos que pertenecían a las clases trabajadoras de la sociedad o que pertenecían a los partidos socialistas y la reactivación de los soviets sin injerencias del Partido.” Esta candidez de pensamiento les reportaría la muerte.
La persecución se llevaba a cabo en todas las latitudes. “En Azerbaiyán duró casi continuamente desde la sovietización del país hasta la Segunda Guerra Mundial en unas tres etapas. La temprana década de 1920 fue testigo del intento de aplastar la oposición inicial al gobierno soviético y el Partido Comunista. Miles de individuos sin prominencia especial en política o sociedad, así como miembros del antiguo gobierno y aquellos en el movimiento de resistencia en Ganje y otros lugares fueron asesinados o exiliados. Otras víctimas fueron los campesinos rebeldes, "kulaks", y líderes religiosos.”
Los kulaks (labradores) y el clero, fueron los sectores recurrentes en los genocidios llevados a cabo en la URSS.
“De los 10 millones de Kulakos, 1,8 millones fueron condenados. Hubo tal vez injusticias en esta enorme lucha de clases que incluyó a 120 millones de personas en el campo soviético. Pero ¿podemos acusar a los pobres y oprimidos en su lucha por una vida que valga la pena de vivir? ¿Podemos acusarlos de no ser civilizados o no tener clemencia en sus juicios durante su lucha para que sus hijos no fuesen analfabetos con hambre? ¿Acaso se puede acusar de ser no ser civilizados a los que durante centenas de años nunca tuvieron acceso a los avances de la civilización? Y digamos ¿Cuándo fue la clase explotadora de los Kulakos civilizada o clemente para con los campesinos pobres durante los años de la explotación?
Sí, en esta ocasión no es un anticomunista quién habla, sino uno del sistema. Su relato es el que permite mantener las citas de Jüri Lina, haciéndolas más plausibles.
Las persecuciones se centraron en el pueblo, pero también en grupos políticos; no fueron víctimas sólo los “blancos”, sino también los mencheviques y los anarquistas.
“Después de la primera gran redada de anarquistas en la primavera de 1918, las persecuciones se sucedieron en cadena ininterrumpida, en toda Rusia, durante los años siguientes.”
Pero las represiones sobre los disidentes llevan larga cola. “La comunidad internacional protestó airadamente y llevó una delegación a Moscú para presenciar las sesiones de los juicios que se llevaban contra mencheviques y socialistas revolucionarios. Fueron recibidos por masas enfervorizadas que les acusaban de traidores. Masas que fueron reclutadas en las fábricas, que fueron cerradas y los trabajadores obligados a asistir a la manifestación junto a miembros del ejército vestidos de paisano y funcionarios del gobierno encargados de dar carácter enfervorizado a la manifestación. Tras situaciones inverosímiles, los juzgados se quedaron sin defensa de ningún tipo.
Nuevamente Jüri Lina nos dice algo llamativo en exceso; ¿será cierto, o tal vez corresponde sólo a la contrapropaganda soviética?: “Los judíos normalmente dirigían a los Chekistas rusos. Yelena Stasova y Varvara Yakovleva trabajaron especialmente brutal en Petrogrado. Revekka Plastina (Maizell) fue tristemente famosa en Arkhangelsk, Yevgenia Bosh en Penza, y la Judía húngara Remover en Odessa. La Judía María Khaikina que cometió terribles atrocidades, encabezó el Tribunal Revolucionario en Kiev.”
Pero el correligionario leninista Victor Serge nos saca de dudas cuando señala que Lenin dirigía un telegrama a la citada, la tristemente famosa Eugenia Bosch: “9 de julio de 1918. Urgente. Penza. Ejecutivo, copia a Eugenia Bogdanovna Bosch: “Recibido telegrama, es necesario organizar una guardia seleccionada. Ejercer contra los kulaks, los popes y los blancos un terror implacable por medio de las masas, encerrar a los sospechosos en los campos de concentración, fuera de las poblaciones. Telegrafiad ejecución. Presidente del Consejo Com. del pueblo, LENIN”. Este relato acaba dando credibilidad a las posiciones increíbles relatadas por Jüri Lina.
“Un total de 10.180.000 de "enemigos de clase" fueron asesinados entre 1918 y 1920. Otros 15 millones de personas murieron durante la guerra civil.” Podemos dividir, es un ejercicio que, excepto cuando hablamos de la Inquisición, me gusta realizar.
“Durante el hambre de 1921-22, otros 5.053.000 personas perecieron. Los Bolcheviques, encabezados por Lenín, lograron destruir más de 30 millones de personas durante sus primeros cuatro años en el poder. En 1917, 143.5 millones de personas vivían en la parte de la Rusia Imperial que después se transformó en la Rusia Soviética. Rusia había perdido más del 20 por ciento de su población en 1922. Sólo 131 millones vivían allí en 1923. Ha sido calculado que la población de Rusia, bajo circunstancias normales, debería haber aumentado a 343 millones a mitad de los años cincuenta, eso es, si el desarrollo hubiese continuado como había comenzado en la era Zarista. 165 millones de personas desaparecieron. ¿Quién en occidente lo lamenta por ellos? Dejaron sólo 178 millones.”
El motivo no era otro que “miles de campesinos rusos comenzaron a revelarse por el sistema centralizado y planificado de las llamadas “requisas” que no eran otra cosa que especies de tributos que debían darle al Estado “por adelantado” en función de las cosechas previstas. De 1918 a 1920 las requisas se multiplicaron por tres y las compensaciones recibidas por el Estado no se equiparaban, ni de lejos, a lo aportado. La economía de las familias campesinas comenzó a colapsar rápidamente. Pero tal vez la tragedia más pavorosa que sufrieron los sencillos hombres del campo, fue el reclutamiento forzoso en el ejército rojo. Esto produjo, como era de esperarse, no menos de 3 millones de deserciones durante el lapso de 1919 a 1920. Los desertores que la cheka lograba detener eran fusilados y sus familias convertidas en rehenes.”
“Los asesinos en masa judíos más brutales fueron Roza Zemlyachka (en realidad Rozalia Zalkind) y Bela Kun (Aaron Kohn). El último vino de Hungría. Roza Zemlyachka era llamada " La furia del terror Comunista". Roza nació el 1º de abril de 1876 y murió el 21 de enero de 1947. Llegó a ser la Secretaria del Parido en el Kremlin y, en 1939, vicepresidenta del Concejo de los Comisarios del Pueblo (esto es: Vice Primer Ministro).”
“Era una parte integrante de la crueldad de Bela Kun que violara a sus víctimas mujeres. Este par logró asesinar a 8.364 personas en Sevastopol durante la primera semana de noviembre de 1920. Asesinaron a 50.000 "enemigos del pueblo" en Crimea, según fuentes oficiales (12.000 en Simferopol, 9.000 en Sevastopol, 5.000 en Yalta). El escritor Shmelev, sin embargo, declara que por lo menos 120.000 personas fueron asesinadas en Crimea.”
Estadísticas, como le gustaba decir a Stalin. Es el caso que en 1937 se realizó un censo de población, pero sus resultados fueron destruidos y sus organizadores fueron enviados a campos de trabajos forzados del sistema acusados de haber sido “saboteadores”, debido a que el recuento arrojó cifras de población bastante menores a las que se podía esperar del crecimiento vegetativo, y ponía en evidencia el genocidio llevado a cabo por el comunismo. El citado censo daba una población que no llegaba a los 162 millones de habitantes, lo cual nos permite hacer unos cálculos. En 54 años (1937 a 1990), la población creció en 128 millones de personas, o lo que es lo mismo, el 79,01%. Sin embargo, en el periodo anterior, el que va de 1897 a 1937, la población creció en 38 millones, o lo que es lo mismo, un 30,61%. Como se trata de periodos distintos, 54 años en el primer caso y 40 años en el segundo, podemos estimar que al crecimiento constatado en el periodo de 1937 a 1990 le correspondería en 1897-1937 un crecimiento del 58,52%, o lo que es lo mismo, sin genocidio, la Unión Soviética hubiese tenido una población de, aproximadamente, 197 millones el año 1937. La pregunta que surge es ¿dónde están los 35 millones de personas que faltan?
Por supuesto no vale decir que en el frente de batalla, porque si antes de 1937 hubo una guerra mundial, después de 1937 hubo otra, con resultados mortales mucho más significativos que la primera. Hay quien estira mucho más las cifras del genocidio soviético, pero si no hay datos para avalar una opinión, lo mejor es reservársela.
“No acababa el año y ya se contabilizaban diez mil ejecuciones en la parte rusa. En menos de un año los comunistas habían sentenciado a muerte a más personas de lo que el régimen zarista fusiló en 92 años. Las condenas de muerte en el período zarista, calificadas como crímenes políticos, fueron 6.321 durante un siglo, con la mayor cifra de 1.310 en 1906, el año de la reacción contra la revolución de 1905. Además, las penas de muerte bajo el régimen zarista se pronunciaron siguiendo ciertos procedimientos legales (incluyendo cortes marciales) y con frecuencia fueron conmutadas con sentencias de cárcel y trabajo forzado.”
“La comisión extraordinaria -escribe uno de los hombres que dirigen el terror- no es ni una comisión de instrucción ni un tribunal. Es un órgano que combate que actúa en el frente interior de la guerra civil por medio de las instrucciones de los tribunales y de las fuerzas armadas. No juzga al enemigo, descarga sobre él los golpes. No se preocupa de fijar y dosificar las culpas; se pregunta a qué clase social, a qué medio pertenece el adversario, si es peligroso y hasta qué punto. Las comisiones procedían a realizar instrucciones a veces sumarias, a veces largas y complicadas, en un secreto casi absoluto, sin admitir defensa. El juez instructor formulaba sus conclusiones bajo su propia responsabilidad; la comisión sentenciaba sin oír al acusado. Tratándose de la pena capital, debía tomarse el veredicto por unanimidad (las comisiones se hallaban integradas al principio por doce miembros, bastando un solo voto para que no se condenara a muerte al acusado). Las ejecuciones se realizaban por lo regular en el mayor secreto, a fin de evitar a la población emociones malsanas. En las grandes ciudades se empleaba a veces el revolver, y la ejecución tenía lugar en sótanos.”
Recordemos que quien tal informa es miembro activo del entorno de Trotsky, que acabaría enfrentado a Stalin… no a Lenin.
“Sabemos ya que las comisiones extraordinarias se fundaron en diciembre de 1917. Durante los seis primeros meses de su actividad sólo ejecutan a veintidós personas. En el transcurso de la segunda mitad de 1918 se llevan a cabo sesenta mil ejecuciones.”
“Antes de que los bolcheviques tomaran el poder había 360.000 sacerdotes en Rusia. Al final de 1919 sólo 40.000 permanecían vivos. (Vladimir Soloukhin, "A la Luz de Día", Moscú, 1992, pág. 59.) Voslensky afirma que Lenín fue personalmente responsable de los asesinatos de 13 millones de personas. Él cree que Lenín expresó claramente el verdadero valor del Marxismo. Él dijo: ¿Qué puede uno extraer de plantas venenosas excepto veneno?”
“Lenín había adoptado los métodos del terror de Maximilien Robespierre. Este último había sido despiadado, sobre todo con la aristocracia espiritual. Ya el 24 de enero de 1918, Lenín dijo que el terror comunista debería haber sido mucho más implacable ("Hay un largo camino para ir al terror real" dijo).”
Nuevamente, constantemente, las denuncias efectuadas por el enemigo del comunismo, Jüri Lina son reivindicadas por Victor Serge: “Los rencores maduran y están al acecho. El Consejo de Comisarios del Pueblo declara el antisemitismo fuera de la ley. Se fusila cada vez con mayor frecuencia, por grupos enteros de cinco, diez, quince, a los contrarrevolucionarios (casi todos oficiales), a los funcionarios ladrones y a los bandidos. No es todavía el terror, pero es un preludio bien marcado. Las ciudades cierran sus ojos al anochecer en medio de tinieblas angustiosas, plagadas de acechanzas y de complots. Los jefes de la guarnición de Petrogrado tienen que publicar un mandato especial a la guarnición ordenándole que “economice las municiones”, porque las patrullas hacen fuego desordenadamente durante la noche en la oscuridad impenetrable de las calles (17 de agosto).”
Por su parte, Trostki, en su obra “Terrorismo y comunismo” escribe: “El terror rojo no se distingue en principio de la insurrección armada, cuya continuación es. Sólo aquél que condena (verbalmente) por principio toda violencia, puede condenar desde un ‘punto de vista moral’ el terror gubernamental de la clase revolucionaria”.
No es sólo Victor Serge. También el mismo Trostki corrobora lo que nos parece una barbaridad en pluma de Jüri Lina.
Y sigue afirmando: “La burguesía hoy es una clase en caída… Estamos forzados a arrancarla, a cortarla. El Terror Rojo es un arma utilizada contra una clase, condenada a la destrucción, que no desea perecer... El Terror Rojo acelera la destrucción de la burguesía”.
“La revolución exige que la clase revolucionaria haga uso de todos los medios posibles para alcanzar sus fines: la insurrección armada, si es preciso; el terrorismo si es necesario… el terror es eficaz contra la clase reaccionaria, que no se decide a abandonar el campo de batalla.”
Y Lenin sentencia: “El marxismo admite las formas más diversas de lucha; además, no las "inventa", sino que generaliza, organiza y hace conscientes las formas de lucha de las clases revolucionarias que aparecen por sí mismas en el curso del movimiento. El marxismo, totalmente hostil a todas las fórmulas abstractas, a todas las recetas doctrinas, exige que se preste mucha atención a la lucha de masas en curso que, con el desarrollo del movimiento, el crecimiento de la conciencia de las masas y la agudización de las crisis económicas y políticas, engendra constantemente nuevos y cada vez más diversos métodos de defensa y ataque. Por esto, el marxismo no rechaza categóricamente ninguna forma de lucha. El marxismo no se limita, en ningún caso, a las formas de lucha posibles y existentes sólo en un momento dado, admitiendo la aparición inevitable de formas de lucha nuevas, desconocidas de los militantes de un período dado, al cambiar la coyuntura social. El marxismo, en este sentido, aprende, si puede decirse así, de la práctica de las masas, lejos de pretender enseñar a las masas formas de lucha inventadas por "sistematizadores" de gabinete.”
Hay que dejar que ellos mismos hablen. No es menester acusar de nada; basta con su palabra.
“Los consejos de guerra no conseguían mantener la disciplina en el ejército sino recurriendo a la pena de muerte, es decir, al terror legal ejercido sistemáticamente… El general Denisov da una estadística interesante de los oficiales rematados por sus soldados sólo en la región del Don, entre el 13 de febrero y el 14 de abril de 1918: catorce generales, veintitrés coroneles, doscientos noventa y dos oficiales de carrera… (un) testigo relata la ejecución de oficiales de marina que tuvo lugar en Sebastopol. Los marinos rojos ocupaban la estación. Todos los oficiales de marina que llegaban eran sometidos a un interrogatorio muy breve. Si ocurría que el oficial interrogado se hallaba en servicio durante los años 1905-1906, época en la que los consejos de guerra se distinguieron por su rigor, lo ponían de espaldas contra la pared. Los oficiales que no se hallaban en este caso pasaban sin ser molestados por entre aquellas sangrientas encrucijadas, bajo la mirada severa de los marinos. Pero después de los combates de la guerra civil, después de las traiciones del frente rumano, de los complots y de las sublevaciones de Ucrania, del Don, del Kuban, del Ural y de Crimea, el furor de los marinos y de los soldados no estableció ya distinciones entre los oficiales.”
“Para que una clase social afectada en sus intereses vitales se dé por vencida, es necesario infligirle pérdidas terribles. No lo hará antes de que sus hijos más vigorosos, más inteligentes, más valerosos, hayan sido segados. Es preciso que corra lo mejor de su sangre.”
“El sub jefe de la Cheka, Martyn Lacis (en realidad Janis Sudrabs, un judío Letón) escribió lo siguiente en su libro "La guerra de la Cheka contra la Contrarrevolución" (Moscú, 1921, pág. 8): "Nosotros los Israelitas debemos construir la sociedad del futuro en base al miedo constante". Lenín escribió una carta en 1918, dónde comenta la naturaleza crítica de la situación. Está claro que Lenín movilizaba a 1.400.000 judíos, la mayoría de ellos trabajaban para la Cheka. Ellos tenían total libertad.
Después, Lenín escribió: "Estos elementos judíos fueron movilizados contra los saboteadores. Tuvieron éxito en salvar la revolución en esta crítica fase". (Todor Dichev, "La Terrible Conspiración", Moscú, 1994, Pág. 40-41.)”
“El 26 de junio de 1918, Lenín dio órdenes para "extender el terror revolucionario". En la opinión de Lenín, era imposible provocar una revolución sin ejecuciones. Deseaba disparar especialmente contra aquellos responsables de contra propaganda. Según el testimonio de León Trotsky, Lenín habría gritado aproximadamente diez veces al día durante el mes de julio de 1918: "¡¿Es ésta una dictadura?! ¡Esto es sólo un budín de sémola!". En el mismo año, ordenó la ejecución de 200 personas en Petrogrado por la única razón que ellos habían asistido a la iglesia, estaban trabajando en artes manuales o habían vendido algo.”
“Se han conservado algunas notas y telegramas ordenando las matanzas. Uno de estos
telegramas confidenciales es el dirigido por Lenin a los comunistas de Penza, en él se dice literalmente: colgad a no menos de un centenar de kulaks, ricachones y chupadores de sangre conocidos, y aseguraos de que los colgáis a la vista de todo el mundo.”
Izvestia de 10 de Septiembre de 1918 publicaba una serie de instrucciones que concluían: “Todas las personas relacionadas con organizaciones de guardias blancos, con complots o rebeliones, deben ser fusilados.”
“No hacemos la guerra contra las personas en particular, escribe Latáis en el “terror rojo” de 1 de Noviembre de 1918. Nosotros exterminamos la burguesía como clase.”
En todas las ciudades, en todos los pueblos, se repetían las masacres desde el inicio de la guerra en 1918, un número que el comisario Latáis sitúa en 9641 entre los años 1918 y 1919, número que le parece exiguo y que considera debe ser incrementado.
“Entre el 12 y el 14 de marzo de 1919, vencida ya la resistencia de los "Guardias Blancos", se ejecutó a unos dos mil obreros de Astraján -cerca de la desembocadura del Volga que estaban en huelga. Para que el escarmiento sea mayor, se embarcó a los huelguistas junto a prisioneros blancos, se les colgó una piedra al cuello y se les arrojo a las profundidades del Volga.” 22
“El terror rojo se describe como se anunció oficialmente el 2 de septiembre de 1918 por Yákov Sverdlov y terminó hacia octubre de 1918. Sin embargo muchos historiadores, empezando por Serguéi Melgunov, aplican este término a la represión perpetrada durante todo el período de la Guerra Civil Rusa, de 1918–1922. Las represiones masivas se llevaron a cabo sin un proceso judicial por la policía, la Checa, junto con elementos de la agencia de inteligencia militar bolchevique, el GRU”.
“El anuncio oficial sobre la implementación y práctica total del Terror Rojo la hace el líder bolchevique Yakov Sverdlov, el 2 de septiembre de 1918. Se comenzaba a utilizar, públicamente, el lenguaje virulento y la instigación a la violencia como la principal arma propagandística de la evolución:"Llamamiento a la clase obrera", el 3 de septiembre de 1918: "Aplastar la hidra de la contra-revolución con terror masivo!... cualquiera que se atreva a propagar el más ligero rumor contra el régimen soviético será arrestado inmediatamente y enviado a un campo de concentración" . 18
“En los barrios obreros, fueron los mismos trabajadores quienes procedieron a crear sus tribunales… El público participaba en las deliberaciones, y se tomaba de entre ese mismo público el acusador y el defensor. La misma concurrencia era la que dictaba el veredicto.”
Ese mismo año, el informe de las enfermeras de la Cruz Roja establece que sólo en Kiev se cometieron 3000 ejecuciones… En Odessa, 2.200… En Turquestán, 2.500… (Luego seguirían los crímenes en 1920, 1921…) En Crimea, 3000… En Kuban, en un solo día, 2000…En Ekaterinodar, 1600… En Sebastopol 8000… En Tiflis… En tantísimas ciudades y pueblos. Las cifras se suceden y se incrementan de manera inenarrable. Tanto, que la carnicería de Crimea de 1920-1921 originó una inspección especial del
Comité Central Ejecutivo Panruso. La matanza duró varios meses. Se fusilaba, y se ahorcaba utilizando todos los postes, todos los árboles, incluso los monumentos.
“Entre septiembre y octubre de 1918 se efectuaron Ejecuciones masivas de
"rehenes burgueses" en Moscú, Petrogrado, Tver, Nijni-Novgorod, Viatka, Perm,
Ivano-Voznessensk, Tula... etc. Número estimado de víctimas: 10.000 a 15.000
ejecutados sumariamente.”
El terror rojo, como por otra parte no tenía intención en disimular, era la acción terrorífica, extremadamente violenta, indiscriminada y criminal, ya concebida por el propio Marx, y perfectamente llevada a ejecución por los genocidas marxistas.
Parece que las autoridades soviéticas no eran inconscientes del genocidio que estaban llevando a cabo; por eso se defendían afirmando que “el terror del zarismo estaba dirigido contra el proletariado. La policía zarista estrangulaba a los trabajadores que luchaban por el régimen socialista. Nuestras Comisiones Extraordinarias fusilan a los grandes propietarios, a los capitalistas, a los generales que intentan restablecer el régimen capitalista. ¿Percibís este... matiz? ¿Sí? Para nosotros, los comunistas, es por completo suficiente.” A lo que parece, en el régimen comunista había más grandes propietarios, capitalistas y generales que obreros en la Rusia zarista.
“Los primeros telegramas del sur que daban cuenta de las ejecuciones en masa de oficiales fueron publicados en Petrogrado durante la segunda quincena de enero. En ellos se describía los acontecimientos de Crimea. Algunos oficiales, puestos al frente de destacamentos tártaros, se habían apoderado de la Península y habían fusilado a sus prisioneros bolcheviques. La llegada de los marinos rojos restableció la situación.
Uno de los telegramas del 20 de enero, en el que se relata el bombardeo de Yalta por dos torpederos rojos, termina con estas líneas: “Han sido pasados por las armas varias decenas de oficiales. Fueron rematados en la orilla del mar; se les ahogó lanzándolos al agua con una piedra al cuello. Sus cadáveres flotan en el puerto; dos grandes comerciantes han sido fusilados. Hechos análogos ocurrieron en casi todas las poblaciones de Crimea. El terror rojo brotaba en aquellos paisajes, que son los más hermosos y apacibles de Rusia.” Lo que es de destacar es que la noticia es facilitada por los mismos que hacían estas barbaridades.
Pero esta actuación no surge de manera espontánea. Ya en 1906 escribe Lenin: “Tengamos presente que se acerca la gran lucha de masas. Esta lucha equivale a la insurrección armada. Dentro de lo posible, deberá ser simultánea en todo el país. Las masas deben saber que marchan a una lucha armada, sangrienta, desesperada. Deben compenetrarse del desprecio a la muerte, que es el que ha de asegurarles la victoria. Hay que llevar adelante la ofensiva con la mayor energía; el santo y seña de las masas ha de ser la agresión y no la defensa; el exterminio implacable del enemigo ha de constituir su objetivo; la organización de la lucha será flexible y de gran movilidad; se arrastrará a la acción a los elementos vacilantes del ejército. El partido del proletariado consciente debe cumplir su deber en esta gran lucha.”
El manifiesto divulgado en 1920 por el enviado especial de la cheka del norte, K. Lander a los distritos del Don y de Kuban y del litoral del Mar Negro, muestran que las carnicerías enunciadas (simples muestras de lo que se relata en diversos escritos, alguno de los cuales apócrifo), tienen, no obstante bastante verosimilitud. Dice el bando en cuestión: “Los pueblos y ciudades que oculten a los “blancos” y a los “verdes” serán destruidos; toda la población adulta será fusilada y todos sus bienes confiscados. Todas las personas que hayan prestado auxilio a las bandas serán fusiladas. La mayoría de los que se hallan en las montañas han dejado parientes en los pueblos. De todos estos se hará un censo y, en caso de ataque de las bandas, todos los familiares adultos de los que combatan contra nosotros serán fusilados y los niños enviados al centro de Rusia. En caso de ataque general contra pueblos y ciudades nos veremos obligados a aplicar en estas zonas el terror de masas; por cada agente soviético muerto serán ejecutados centenares de habitantes de estas aldeas y pueblos.”
“Zinoviev presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la Comuna del Norte,
publica finalmente un aviso anunciando que los enemigos de la República serán, de allí en adelante, pasados por las armas. La agitación contrarrevolucionaria, la excitación de los soldados rojos a la desobediencia, la ayuda prestada a los blancos o a los extranjeros, el espionaje, a corrupción, los pogroms, los robos, el bandidaje, el sabotaje y “demás crímenes”, serán castigados “con la ejecución inmediata”. La cheka fusilará; serán comunicados a la prensa los nombres de los culpables (18 de agosto). No está prevista la celebración de ningún juicio previo; la lista de los crímenes es tan larga y tan vaga que la terrible Comisión disfruta, en realidad, de poderes ilimitados. El arma del terror está amartillada; pero la revolución no se servirá de ella sino después de los atentados que se preparan.”
La orden nº 69 del distrito de Kiev, de 1920 prescribe la ejecución de cualquier individuo en cuya casa sea encontrado un solo cartucho después del plazo señalado para la entrega de armas.
Pero tras la guerra civil cambiaron los métodos: “Basta con denunciar que en una familia ha habido un miembro de la misma que servía en el Ejército voluntario, para que la casa sea saqueada y sean detenidos todos los individuos de la familia. Contrariamente a como actuaron en años anteriores, ahora los bolcheviques se deshacen rápidamente de sus víctimas sin publicar listas.”
“Aquí hay algunos ejemplos de los "dulces" telegramas de Lenín en 1918:
"Una troica de dictadores debe ser establecida y el terrorismo masivo debe comenzar de inmediato. Las prostitutas que beben con los soldados y los ex funcionarios deben ser fusiladas o deportadas en seguida. ¡No podemos esperar un solo minuto! ¡A toda velocidad con los arrestos masivos! ¡Ejecute a los poseedores de armas! ¡Comience la deportación masiva de los Menshevikes y de los otros sospechosos! “("Collected Works", 3a edición, Vol. 29, pág. 489.) "En la lucha de clases, hemos apoyado siempre el uso de terrorismo." ("Collected Works", 4ta edición, Vol. 35, pág. 275.) "¡Las ejecuciones deben aumentarse!” ("Collected Works", 5ta edición, Vol. 45, pág. 189.) El historiador de guerras, Dmitri Volgokonov, encontró en los archivos del KGB un terrible decreto que publicó en su libro. En este decreto, Lenín ordenaba que se debiera colgar a todos los campesinos que se resistieran a los bolcheviques. El tirano especificó: "¡Por lo menos cien de ellos, para que todos los puedan ver!”
“Las listas de aquéllos fusilados y ejecutados de otras formas, fue publicada en el periódico semanal de la Cheka. De esta manera puede demostrarse que 1.7 millones de personas fueron ejecutadas durante el período 1918-19.”
“Cuando el general blanco Yudenich se aproximaba peligrosamente a San Petersburgo,
Lenin envió el siguiente mensaje: Si el ataque empieza, ¿sería posible movilizar a otros 20.000 obreros de Petrogrado (San Petersburgo) y a 10.000 trabajadores de la burguesía, colocar los cañones detrás de ellos y disparar a unos cuantos centenares para lograr un auténtico impacto masivo sobre Yudenich. Como resultados de toda esta política podemos decir que el número oficial de ejecutados por la cheka entre 1918 y 1920 fue 12.733, la cifra oficiosa puede subir hasta los 300.000.”
En 1921 la guerra civil estaba prácticamente terminada; el ejército blanco había sido derrotado, el gobierno menchevique de Georgia estaba sometido y los anarquistas ucranianos estaban en retirada.
“Algunos destacamentos rojos desacreditaban la autoridad de los Soviets entre las poblaciones; indisciplinados, con frecuencia borrachos, eran mandados por aventureros que hubo necesidad de fusilar, andando el tiempo. Se fusilaba, se desvalijaba, se asesinaba casi en todas partes.”
“Según los informes soviéticos oficiales de mayo de 1922, 1.695.904 personas fueron ejecutadas entre enero de 1921 hasta abril de 1922. Entre estas víctimas hubo obispos, profesores, doctores, oficiales, policías, gendarmes, abogados, funcionarios civiles, periodistas, escritores, artistas, enfermeras, obreros y granjeros... Su crimen era: "...pensamiento anti-social..."
Es curioso cómo historiadores soviéticos, como Victor Serge, acusan a otros de las atrocidades cometidas por los rojos, en este caso en Ucrania, donde, relata, “corrió la sangre hasta en los caseríos más pequeños.”
“Las persecuciones sufridas por los ferroviarios tenían su justificación: “Los elementos dirigentes de los sindicatos de ferroviarios y de correos y telégrafos son
antibolcheviques.”
“En los primeros tres meses de 1919, 138.000 obreros fueron fusilados. Los Bolcheviques finalmente, lograron aniquilar a casi todos los mejores trabajadores.”
Lenin “Clasificó a los hombres de negocios rusos como enemigos del pueblo y entonces dio las órdenes para que ellos fueran muertos a tiros por especuladores. Los Chekistas usaron ciertos trucos para atraer a sus víctimas a su lugar de ejecución. 2.000 oficiales zaristas fueron llamados a un teatro en Kiev para un control de papeles de identidad. Todos fueron ejecutados sin misericordia. Otros 2.000 fueron ejecutados en el acto en Stavropol. Lenín animaba que los soldados mataran a sus oficiales, que los obreros mataran a sus ingenieros y directores, que los campesinos mataran a sus hacendados.”
En 1929, Stalin arrestó a miles de intelectuales ucranianos bajo falsos cargos y o bien los fusiló o bien los envió a campos de trabajo en Siberia. Se han estimado en diez millones de personas las que fueron desposeídas de sus hogares y pertenencias y enviadas a Siberia en trenes de mercancías.
“El gran terror de Stalin fue impartido centralmente en una situación de dominio monolítico,” y “cualquier persona ‘socialmente peligrosa’ fue perseguida de forma sistemática” ; y se sucedieron “las persecuciones en masa, los métodos crueles utilizados contra los llamados ‘enemigos del pueblo’, cuya única prueba de culpabilidad era la confesión, obtenida por medio de torturas físicas y psicológicas.”
“Millones de funcionarios, miembros del partido y personas comunes fueron arrestados, torturados y obligados a confesar toda clase de crímenes de los que en su mayoría eran inocentes. Se organizaban juicios simulados en los que invariablemente eran encontrados culpables y sentenciados a muerte o recluidos en campos de trabajo. Algunos historiadores calculan que hasta 1938 el número de víctimas del stalinismo ascendía a ocho millones. Entre ellas se encontraban los “viejos bolcheviques”, dirigentes de la revolución de octubre de 1917, y muchos de los mejores intelectuales y hombres de la cultura. Se trataba de pérdidas muy graves para un país en el que la clase educada era aún reducida.”
En 1940 Estonia, Letonia y Lituania fueron ocupadas por la URSS tras el pacto Molotov Ribbentrop de 1939. A partir de ese momento, “los campesinos eran forzados a abandonar su tierra y medios de producción para unirse a esas granjas colectivas. No había alternativas y la resistencia era castigada… Los granjeros colectivizados trabajaban casi sin compensación, llegando al ridículo estado de sufrir hambre en medio de su producción.”
“Para lograr que se produjera el resultado comunista buscado, entonces, se iniciaron las deportaciones de marzo de 1949. Forzar a los agricultores a plegarse a las granjas colectivas era la meta principal de esas deportaciones, y se consiguió exitosamente. Tales deportaciones producirían una atmósfera total de terror, muy útil para los designios de las autoridades…La elección era simple y clara: “a una granja colectiva aquí o a Siberia”.
Pero esta situación era común a todos los agricultores de la Unión Soviética. “Estas granjas colectivas debían aportar con cuotas sumamente altas exigidas desde Moscú. Casi desde el inicio, las aportaciones debieron convertirse en “confiscaciones” pues nadie estaba dispuesto a entregar sus cosechas a cambio de nada. Las autoridades locales entraban y arrebataban todo cuanto encontraban en las bodegas clandestinas que los campesinos habían construido para esconder unos cuantos granos que le permitieran sobrevivir durante los fríos inviernos.”
En Estonia, “ya en el comienzo de la primera ocupación 300 personas fueron sentenciadas a muerte por cortes populares soviéticas. La mayoría de las ejecuciones tuvieron lugar en Tallin o zonas cercanas. Además de los ejecutados por la orden de tribunales y Consejos Especiales, un buen número de personas fueron simplemente ejecutadas sin decisión de la corte…Los nombres de 2.199 personas que fueron ejecutadas durante el período de junio a octubre de 1941 han sido detalladamente comprobados.”
En Estonia, “Civiles que fueron asesinados por el Ejército Rojo y las tropas del Batallón Destructor del NKVD/NKGB. 1.000 personas fueron encarceladas en Estonia en 1940 y luego 6.000 más en 1941. La mayoría de ellos fueron declarados culpables y enviados a campos de prisioneros en la Unión Soviética, donde casi todos perecieron o fueron ejecutados. De acuerdo a los registros disponibles, al menos 250 personas arrestadas en 1940 fueron ejecutadas y cerca de otras 500 murieron durante su encarcelamiento. Más de 1.600 de los arrestados en 1941 fueron ejecutados, y casi 4.000 murieron en su confinamiento.”
“El 2 de julio se levantaron cargos criminales contra Andres Raska “por haber distribuido cintas azules, negras y blancas para prender en las solapas: el tricolor de la bandera de estado estonio”.
Los “hospitales psiquiátricos usados con frecuencia para fines punitivos. Las autoridades los utilizaban como cárceles para aislar prisioneros políticos del resto de la sociedad, desacreditando sus ideas debido a “su locura” y quebrantándolos física y mentalmente, por lo que se considera como una forma de tortura.”
“La lucha de la guerrilla báltica contra las fuerzas de ocupación soviética – como las guerrillas que lucharon contra los nazis - fue una consecuencia del terror contra civiles perpetrado por los ocupantes ya desde su llegada. En villas como Kabala y Kautla, por ejemplo, los miembros de batallones de aniquilación soviéticos torturaron a cada persona que encontraron hasta su muerte. El más joven tenía dos meses de edad y el mayor, 78 años.”
“Las ejecuciones serían algo así: después de firmar los documentos de identificación, los oficiales eran llevados con sus brazos atados a una pequeña habitación que estaba equipada con paredes insonorizadas, un desagüe, una manguera, y una puerta o escotilla – sin duda, era una habitación diseñada para ejecuciones. Eran obligados a arrodillarse y un miembro de la Kommandatura daría un solo disparo en la parte posterior de la cabeza de los prisioneros, matándolos instantáneamente. Sus cuerpos serían arrastrados por la segunda puerta o escotilla en el techo, la habitación sería lavada con la manguera, y el preso siguiente sería llevado al sitio.”
“En 1939, el 70 por ciento de los miembros del Comité Central del partido en 1934 habían sido purgados. Entre los oficiales de las fuerzas armadas, el 90 por ciento de los generales fueron ejecutados o deportados a campos del gulag. En la “purga” de 1937-1938, más de un millón setecientas mil personas fueron arrestadas por acusaciones de índole política. El número de personas “purgadas” de sus cargos superó los dos millones. Se calcula que más de 700.000 soviéticos fueron ejecutados.” Los bailes de cifras llevan más allá: “los más conservadores le atribuyen a Stalin alrededor de veinte millones de víctimas y los más altos, alrededor de 60, incluyendo las muertes por hambrunas innecesarias, en campos de concentración, ejecuciones por motivos políticos, etc.”
Primero fueron las élites, pero pronto las “purgas fueron más allá de las elites para dirigirse a todos los niveles de la sociedad, abarcando "saqueadores", "saboteadores" y "espías", como fueron representados por la prensa contemporánea. Esas campañas tuvieron lugar durante la segunda mitad de la década de 1930, coincidiendo con el "Gran Terror" de Rusia e incorporando algunos antiguos bolcheviques a los juicios en Moscú.”
Nikolai Yezhov, mano derecha de Stalin controló las purgas. “Durante el período bajo su poder tuvieron lugar alrededor de 700.000 asesinatos extrajudiciales por parte del estado y hubo 1,5 millones de arrestos por orden del NKVD. Por orden directa de Yezhov, que participaba personalmente, los prisioneros fueron torturados para hacerlos "confesar". El uso de la tortura estaba aprobado por Stalin y el Politburó. En el verano de 1938 el propio Yezhov inició su camino de sospechoso del sistema y fue relegado al puesto de comisario para el agua. En diciembre fue destituido como jefe de la NKVD y reemplazado por Lavrentii P. Beria, nuevo favorito de Stalin. En enero Yezhov fue visto por última vez en público.” Sería fusilado, como fusilada fue su mujer y otros familiares. Su madre desapareció. Stalin cargó sobre él las culpas de las purgas, pero existen documentos que certifican que no fue juzgado por ellas sino por colaboracionista con potencias enemigas de la URSS.
Pero, ¿qué decir de las purgas? “Los socialistas extremos gustan de diferenciarse, acusándose unos a otros de ‘desviados’ cuando no concuerdan en algún aspecto de su ideario revolucionario, hasta llegar a perpetrar verdaderas cacerías de brujas dentro de los mismos Partidos. De esta manera ha habido divisiones en su seno desde mucho antes ya de que el comunismo bolchevique llegara al poder en la Rusia de 1917.”
“Sin importar lo esgrimido como defensa, una supuesta “crítica aislada” de un periódico institucional llevaba al "desenmascaramiento" de "contrarrevolucionarios"
En Azerbaiján, “El número total de víctimas durante el período completo es desconocido, aunque se ha llegado a estimar, como ya dijimos, que hubo unas 120.000 muertes por culpa de las represiones del régimen en las primeras décadas. Se trata de una cifra devastadora, en el punto más alto de la colectivización y las purgas, para una nación cuya población en 1926 era sólo de 2,6 millones.”
Ese genocidio, sacado a la luz por Kruchov no le exculpa a él mismo, ya que siempre fue un fiel colaborador, al tiempo que excelente amigo y proveedor de Fidel Castro.
“Los archivos desclasificados durante la Perestroika avalan la conciencia del carácter arbitrario de las purgas al voleo, doblemente “preventivas” por el terror que suscitaban. Estos materiales revelan la existencia de cuotas de detenciones obligatorias para los poderes comarcales... Los cupos determinaban para cada república un número de condenados a prisión y otro de condenados a muerte con independencia de la presunción de delitos contra el Estado.”
“Sin embargo Kruschev, en una muestra de omisión deplorable, sólo se espanta por la muerte de quienes eran comunistas, mientras que el asesinato de los millones que no lo eran lo pasa por alto y con su silencio parecería que hasta justifica la barbarie.”
Alexander Soljenitsyn, en entrevista concedida a TVE en 1976 manifestaba que en la Rusia soviética habían exterminado, al menos, a 110 millones de personas, y añadía: “Conozco solamente un lugar en donde no hay libertad, ese lugar es Rusia.” Esa información es traducida por los marxistas: “Las declaraciones de Solzhenitsyn en la TV española fueron un apoyo directo al fascismo español (una ideología que él aún mantiene). Esta es una de las causas por las cuales Solzhenitsyn desapareció cada vez más de los discursos públicos durante sus 18 años de exilio en los EEUU y uno de los motivos por los cuales los gobiernos capitalistas no le dieron total apoyo político.”
Artur London, en su obra “la Confesión”, relata los métodos aplicados por el régimen comunista: “El relator toma otros folios y empieza a leer extractos de las declaraciones sin decirme quienes son sus autores… Hasta el amanecer el relator me lee nuevas declaraciones y denuncias… sin revelarme el nombre de sus autores.”; además, “a los familiares del disidente se les echaba del piso en que vivían; perdían todos los privilegios de que disfrutaban antes; se les reducía a la condición laboral más baja, sin contar con la afrenta continua a que se exponían la viuda, o la esposa o los hijos de un traidor…” Pero había más, en Lituania explicaron al autor de éste relato, que las personas desaparecían de la circulación. Cuando no eran asesinados, eran enviados a Siberia y no se comunicaba nada a los familiares; los hijos eran arrancados de las familias y enviados a Rusia…; en otro lugar expongo cómo era la cheka, hoy museo, existente en la sede del partido comunista en Vilna.
“Los que habían luchado en las Brigadas Internacionales durante la guerra civil española, se volvían sospechosos por haber tenido la oportunidad de conocer a militantes antifascistas que no eran comunistas y que ahora eran denunciados como agentes de la CIA.”
Lo curioso es que el comunismo, enfundado en su propia esencia de la mentira, siguiendo al fin las instrucciones de Lenin, achaca las matanzas a Stalin, exculpando a Lenin. Como hemos visto, nada más alejado de Lenin que la inocencia, porque además, “fue Lenín, no Stalin quien comenzó a deportar a los familiares de sus antagonistas políticos. Debe apuntarse aquí que la toma de rehenes fue una política estatal que había sido planeada por Lenín y Trotsky y no simplemente un resultado de la crueldad de despiadados terroristas individuales. Fue Lenín quien comenzó las expediciones de saqueos y asesinatos masivos. Lenín incluso ordenó ejecutar a todas las personas sin hogar, en el acto.”
En este sentido deben señalarse las instrucciones emanadas de Lenin: “La lucha armada persigue dos fines diferentes, que es preciso distinguir rigurosamente : en primer lugar, esta lucha se propone la ejecución de personas aisladas, de los jefes y subalternos de la policía y del ejército; en segundo lugar, la confiscación de fondos pertenecientes tanto al gobierno como a particulares… Las grandes expropiaciones (la del Cáucaso, de más de 200.000 rublos; la de Moscú, de 875.000 rubios) estaban destinadas precisamente a los partidos revolucionarios ante todo; las pequeñas expropiaciones sirven en primer lugar, e incluso a veces enteramente, al sostenimiento de los expropiadores.” Todo un manual de actuación…
Y las instrucciones de Trostki eran del siguiente tenor: “Os advierto: si una unidad se retira, será fusilado primero el comisario, luego el comandante… Los cobardes, los ventajistas y los traidores no se salvarán de las balas.” Pero iba más allá la amenaza: “Nadie tiene el derecho de invocar la violencia de los invasores para justificar actos de traición al poder de los obreros y campesinos. “Todo aquel que haya prestado ayuda al enemigo durante la dominación de los checos blancos, será fusilado. Serán confiscados los bienes muebles e inmuebles de cuantos participen en la sedición burguesa y de todos sus cómplices. Ordenaba, bajo pena de muerte, a los trabajadores movilizados por los blancos que desertasen y se pasasen a los rojos. (Orden del 27 de agosto sobre la movilización.)”
“Un marxista no puede considerar en general anormales y desmoralizadoras la guerra civil o la guerra de guerrillas, como una de sus formas. Un marxista se basa en la lucha de clases y no en la paz social. En ciertos períodos de crisis económicas y políticas agudas, la lucha de clases, al desenvolverse, se transforma en guerra civil abierta, es decir, en lucha armada entre dos partes del pueblo. En tales períodos, el marxista está obligado a tomar posición por la guerra civil. Toda condenación moral de ésta es completamente inadmisible desde el punto de vista del marxismo.” Parece que está bastante clara la posición.
“Se dice que la guerra de guerrillas aproxima al proletariado consciente a la categoría de los vagabundos borrachines y degradados. Es cierto. Pero de esto sólo se desprende que el partido del proletariado no puede nunca considerar la guerra de guerrillas como el único, ni siquiera como el principal procedimiento de lucha; que este procedimiento debe estar subordinado a los otros, debe ser proporcionado a los procedimientos esenciales de lucha, ennoblecido por la influencia educadora y organizadora del socialismo.”
De todo lo relatado hasta aquí parece que puede inferirse que“por supuesto, Stalin fue el tirano más sangriento en la historia de la humanidad, pero él estaba siguiendo simplemente el camino Leninista. Stalin fue el verdugo que ejecutó las sentencias del Juez Lenín y llevó a cabo sus planes de esclavitud. Una vez más es posible citar una orden correspondiente de Lenín: "Comience una implacable campaña de terror y guerra contra los granjeros y otros elementos burgueses que están escondiendo un exceso de grano."
Materiales y documentos sobre el terror bolchevique recogidos por el Buró Central del Partido socialista-revolucionario ruso:
“Aniquilar al adversario y, después de reducirlo a la impotencia, aplicarle todas las represalias de una justicia sumaria” Eran las instrucciones emanadas de la autoridad soviética en Octubre de 1917.
“Las numerosas dependencias de la Seguridad General ocupan en Moscú todo un barrio situado entre las calles de la Lubianka grande y la Lubianka pequeña, y en una serie de calles y callejuelas adyacentes… Se trata de una auténtica ciudad dentro de la ciudad, que funciona día y noche, gracias a los esfuerzos conjuntos de la Vetcheca y de la cheka de Moscú.”
Los métodos de genocidio estalinistas se diferencian de los métodos de genocidio leninistas en que su aplicación se llevó por delante históricos genocidas que habían servido a los intereses de Lenin, pero que resultaban contrarios para los intereses de Stalin. Stalin no hizo otra cosa que señalar el rumbo que posteriormente ha seguido aplicando en el mundo los seguidores de este sistema genocida. Las muestras las tenemos en la misma España, donde la ETA se ha llevado por delante a algunos elementos que por algún motivo habían discrepado de los intereses de la banda, y a la postre les sirven como argumento. ¿En quién piensa la gente hoy cuando por cualquier circunstancia le interesa al sistema decir algo contra la ETA? En aquellas pocas víctimas de ETA que pueden considerarse como tales porque, efectivamente han sido asesinadas por ETA, pero que en caso de confrontación bélica, sin lugar a dudas hubiesen estado enfrentadas, no a la ETA, sino al resto de las víctimas. Es una paradoja que entre las víctimas de ETA o del marxismo en general se encuentren algunos nombres, pero es, al cabo, algo que el propio marxismo utiliza como victimario propio. Es una vertiente curiosa del genocidio, que se da armas ideológicas a sí mismo para justificarse y perpetuarse.
“Para comienzos de 1939 todos los bolcheviques que participaron junto a Stalin en
la revolución habían sido condenados a muerte, este proceso de depuración del
Politburó concluyó con un trofeo codiciado por José Stalin, el asesinato de León
Trotsky en México, el brazo criminal de Stalin cruzó el atlántico para matar a quien
había sido su mayor opositor y más vehemente crítico.”
Por su parte la tortura, que ya era evidente con el régimen leninista, cobró con Stalin especial importancia, ya que no en vano era utilizada, no sólo en el genocidio sobre el pueblo, sino también en la purga. Se especializaron en los “hospitales psiquiátricos”. “Casi todos los internados en estos hospitales no padecían de ninguna enfermedad mental, sin embargo, eran diagnosticados con esquizofrenia y sometidos a electrochoques, sesiones de radiación y obligados a usar drogas psicotrópicas y anti-psicóticos. Esto repercutía en la psiquis del individuo y alteraba su equilibrio mental. Era la excusa que precisaban los “psiquiatras” de estos centros para tranquilizarlos con demoledoras palizas. .
Pero, ¿hasta dónde llega la tortura?, porque, ¿cómo se puede catalogar el genocidio marxista llevado a cabo sobre la población ucraniana durante la represión por hambre llevada a cabo a partir de 1924? ”Ante el acostumbrado hermetismo de los regímenes comunistas no se pudo precisar exactamente el número de muertos puesto que eran recogidos de las calles y enterrados en fosas sin ningún tipo de registro. Los propios comunistas hablan de un millón y medio de víctimas, mientras que el gobierno ucraniano afirma que fueron no menos de 10 millones de personas las que murieron de inanición.”
Si el hambre era arma del genocidio soviético, también lo eran las deportaciones. “Se trataba de arrancar de raíz a familias enteras de la tierra donde habían vivido por generaciones y trasladarlos hacia Siberia en condiciones, por demás, miserables. Centenares de miles de familias fueron separadas; padres, hijos y abuelos, de repente, se vieron embarcados en trenes diferentes, con rumbos distintos y muy distantes entre sí, lo que provocó que muchos de ellos no volvieran a verse nunca más… Las familias eran sorprendidas en sus casas, sin ningún aviso previo, por la policía política soviética, apenas les daban 30 minutos para que se preparasen. Lo tétrico es que ni siquiera fueron sometidos a esos graciosos tribunales titiritescos, tampoco se les dijo las razones por las que eran trasladados ni al lugar donde iban. Es fácil imaginarse el pánico del que fueron objeto los deportados y la conmoción mental que debieron padecer al enterarse, que no sólo dejaban sus bienes y su casa, sino que además, hijos y padres eran separados
El comunismo fuera de la U.R.S.S.
El comunismo en España
Pero el marxismo no estaba sólo en Rusia. En 1936, las matanzas se sucedían en España. En ocasiones sin necesidad de inventar una mentira, sencillamente se asesinaba a quién se decidía que era adversario; otros casos, fieles a las consignas del comunismo, se creaba una mentira; así, “La llamada ‘quinta columna’ fue más un mito de la propaganda que una realidad (alentada en muchas ocasiones por los propios republicanos para justificar sus desmanes). El terror reinó en el Madrid del Frente Popular bajo el amparo y como instrumento de represión del gobierno de la II República, y se dirigió contra todo aquel considerado arbitrariamente desafecto, espía o enemigo.”
Se insiste en que, en toda guerra, todos cometen excesos. Será cierto, pero en 1936, en España, “la represión en el bando republicano tras el estallido de la Guerra Civil no fue una reacción descontrolada. Todo lo contrario. Fue la acción institucionalizada del gobierno de la II República contra los que consideró sus enemigos… No existieron –salvo contadas excepciones y siempre por motivos ajenos a la política- persecución, juicio ni castigo contra los responsables de los excesos y asesinatos. Todo lo contrario. Son los mismos sujetos (con nombres y apellidos) quienes cometieron los primeros asesinatos (inaugurando los paseos), y los que participaron en las sacas y matanzas de las cárceles madrileñas de octubre y noviembre de 1936. Aún más: después de todo el escándalo internacional provocado por la masacre de Paracuellos, los principales matarifes siguieron siendo peones y piezas claves en el organigrama institucional policial-represor del Gobierno del Frente Popular”.
“Las llamadas matanzas de Paracuellos fueron una serie de episodios de asesinatos masivos organizados durante la Batalla de Madrid, en el transcurso de la Guerra Civil Española, y que llevaron a la muerte de varios miles de prisioneros considerados opuestos al bando republicano. Los hechos se desarrollaron en los parajes del arroyo de San José, en Paracuellos de Jarama, y en el soto de Aldovea, en el término municipal de Torrejón de Ardoz, ambos lugares cercanos a la ciudad de Madrid. Los asesinados se realizaron aprovechando los traslados de presos de diversas cárceles madrileñas, conocidos popularmente como sacas, llevados a cabo entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936, mientras se enfrentaban las tropas gubernamentales y franquistas por el control de la ciudad. Del total de 33 sacas de presos que tuvieron lugar en las fechas citadas, 23 de ellas terminaron en asesinatos: las de los días 7, 8, 9, 18, 24, 25, 26, 27, 28, 29 y 30 de noviembre y las del 1 y el 3 de diciembre. Entre el 10 y el 17 de noviembre no hubo extracción alguna, y desde el 4 de diciembre cesaron. Las matanzas de Paracuellos son consideradas las de mayor dimensión que tuvieron lugar en la retaguardia de la zona republicana. El número de asesinados ascendió a unas 2.500 personas, si bien la cifra exacta sigue siendo objeto de discrepancia y controversia. También son objeto de enconadas discusiones aspectos como quién dio la orden de ejecutar a los evacuados de las cárceles.”
“Antes de Paracuellos ocurrieron otros muchos asesinatos, más de 6000 en todo Madrid (una media semanal de 375 asesinatos)… y terminaron en el sangriento noviembre de aquel año con la traca final de Paracuellos (2.500 asesinados). Para entonces estaban todos a las órdenes del organismo del que era responsable Santiago Carrillo.” La Hermandad de Paracuellos sube la cifra hasta 5200, y la propaganda del régimen la subió hasta 12000. Sólo en Madrid, sin proceso alguno y sólo en un cortísimo plazo. Recordemos que la Inquisición condenó a muerte, previo proceso, a un máximo de 1500 personas, en toda la Hispanidad, y en un plazo de 350 años. No parece que exista parangón.
“Una de las comunidades más perseguidas por los comunistas fue la de los salesianos. Estos seguidores del santo italiano Juan Bosco, se caracterizaban por emprender grandes obras misioneras y educativas al lugar que iban. En España establecieron 3 inspectorías, en una de ellas, conocida como la casa salesiana de Valencia, las fuerzas rojas republicanas descargaron durante buena parte de la noche miles de proyectiles, el amanecer del 27 de julio de 1936 no fue menos trágico. Una vez producido el ablandamiento de la resistencia (claro está que la única resistencia que hubo fue la de la oración), los rojos allanaron violentamente la casa y encontraron a varios religiosos en posición orante bajo la dirección del padre José Calasanz… El Padre José Calasanz (1872-1936) nació en Azanuy. En 1886 vio a Don Bosco en Sarriá, quien ya se encontraba en esa época cansado y sufriendo. Se convirtió en Salesiano en 1890 y en sacerdote cinco años más tarde. Fue secretario de Don Rinaldi y superior provincial en Perú y Bolivia. Después regresó a España para convertirse en Provincial de Tarraconense (Barcelona – Valencia). Era un hombre de gran corazón y muy trabajador, desde el inicio interesado en la salvación de sus cofrades. Fue capturado junto con otros Salesianos mientras llevaba a cabo un Retiro en Valencia. Fue asesinado mientras lo llevaban, con un solo disparo en la cabeza.”
Es el caso que, casi ochenta años después de estas atrocidades, “Mientras la Iglesia pide perdón por sus errores, otros niegan sus crímenes o se jactan de ellos. Y cuando digo la Iglesia, no digo únicamente la jerarquía, sino también infinidad de víctimas y familiares de víctimas que, en la hora del dolor, perdonaban a sus victimarios. Y no porque fueran mejores personas que ellos sino porque seguían las enseñanzas de quien les prescribía el amor a los enemigos y el perdón a las ofensas.”
Escribe el hispanista americano Stanley G. Payne. "En ninguna época de la historia de Europa y probablemente del mundo se ha manifestado un odio tan apasionado contra la religión", afirma el historiador inglés Hugh Thomas. Antes de empezar la guerra, de 1931 al 18 de julio de 1936, ya habían asesinado a unos 50 clérigos, entre ellos 33 religiosos en la Revolución de Asturias del año 34.
"Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano", dijo el Ministro de Guerra, Manuel Azaña. Según el historiador Cárcel Ortí, en 1936 existían en España 146 diarios antirreligiosos. En 1931 aplaudieron la quema de conventos porque "había polvorines en ellos". El Heraldo de Madrid decía que los frailes empezaron disparando contra los obreros, bulo que circularía muchos años. En fin, por algo Lenin había señalado que la mentira era un arma que debía ser usada por los comunistas.
En 1933 aparece la férrea Ley de Confesiones y Congregaciones religiosas, que nadie consideraría hoy ejemplo de libertad religiosa. En la Revolución de Asturias de octubre de 1934 se destruyen 58 iglesias y mueren 33 clérigos, casi todos maestros de niños de familias obreras.
Poco antes de empezar la Guerra, políticos como la diputada socialista Margarita Nelken, incitaban a la violencia: "Necesitamos una revolución gigantesca. Ni siquiera la rusa nos sirve. Queremos llamaradas que enrojezcan los cielos y mares de sangre que inunden el planeta".
El 18 de julio estalla la Guerra Civil. Los eclesiásticos, personas desarmadas, no combatientes, son exterminados al ritmo de 70 personas al día en agosto. No son asesinados por descontrolados: en Cataluña hay 200 comités y patrullas, dependientes de distintos organismos, que los cazan.
“A partir del 23 de agosto de 1936 Madrid va ser escenario de las matanzas más terribles acaecidas en ambos bandos de la guerra civil española, y que concluirían en noviembre de 1936 con la masacre de Paracuellos del Jarama, en cuyas fosas comunes descansan unas 8.000 víctimas asesinadas por el gobierno republicano del Frente
Popular. El balance del terror rojo desatado en Madrid durante aquellos cuatro meses se cierra con la terrible cifra de más de 12.000 personas asesinadas. El mayor número de víctimas represaliadas durante toda la guerra civil.”
El órgano informativo de la en teoría moderada Izquierda Republicana, “Madrid Política”, definía así a los encarcelados en la cárcel Modelo: «… varios curas, castrenses o civiles, y como cumple a su oficio, gordos y lustrosos, salvo rara excepción… Sin afeitar la mayoría, no se diferencian gran cosa de los presos vulgares. El aire distinguido se lo daba la ropa o el uniforme… Hablan poco, meditan mucho y sollozan bastante… En otras galerías… albergan más fascistas de los comprometidos en la rebelión y otros que fueron apresados antes de que aquélla estallase, como los directores falangistas Ruiz de Alda y Sánchez Mazas. Y existen, por fin, los presos políticos. Antiguos y recientes. Los más notorios, de los últimos, son el Dr. Albiñana, D. Melquíades Álvarez y Martínez de Velasco. El tercero sólo ha pasado—con la de hoy—tres noches en el «abanico». ¡Lástima que Lerroux y Gil Robles no les puedan hacer compañía!…».
“Entre los “valerosos luchadores por la libertad que se enfrentaban a los fascistas” cabe destacar al miliciano anarquista Santiago Aliques Bermúdez, conocido malhechor, de quien obran los siguientes antecedentes: Reclamado por la Autoridad judicial desde el año 1920, nueve veces por hurto, tres por estafa, dos por atentado, dos por usurpación de funciones, uno por lesiones, uno por malos tratos, uno por abusos deshonestos y uno por robo a mano armada, habiendo sido condenado en el año 1925 a ocho años, cuatro meses y ocho días de presidio por hurto, atentado y usurpación de funciones.”
“En contraste, entre los “delincuentes fascistas” confinados estaban Melquíades
Álvarez, de 72 años, Decano del Colegio de Abogados de Madrid, fundador del partido de centro-derecha Partido Republicano Liberal Demócrata y ex Presidente del
Parlamento; Ruiz de Alda, fundador de Falange y héroe del “Plus Ultra”; Fernando
Primo de Rivera, militar y médico que había cometido el grave delito de ser hermano de José Antonio y creer en el falangismo; Manuel Rico Avello, ex Ministro y ex Alto
Comisario de España en Marruecos durante la República y Diputado a Cortes en 1936;
Ramón Álvarez Valdés y Castañón, ex Ministro de Justicia de la República, miembro
del Partido Republicano Liberal Demócrata y Diputado a Cortes en 1936; José María
Albiñana, Abogado, Médico y Diputado a Cortes en 1936; Martínez de Velasco, ex ministro de la monarquía y diputado. Ninguno de ellos sobrevivió al “ansia de democracia” que los milicianos republicanos iban a demostrar los días 22 y 23 de agosto.”
“Expulsados los funcionarios de Prisiones, los milicianos encabezados por el socialista Enrique Puente, hicieron una selección de unos treinta y dos presos, que durante la tarde del 22 y madrugada del 23 fueron siendo asesinados en atención a su condición de militares o significación política, por un comité revolucionario integrado por socialistas, comunistas y anarquistas Hasta el día 25 de agosto no se autorizó por parte del gobierno republicano la vuelta de los funcionarios de prisiones, y aún así con la orden expresa de estar subordinándolos en todo, al criterio del comité revolucionario de los milicianos… Las operaciones de “limpieza de fascistas” de la Modelo sólo terminaron tras el escándalo de las fosas comunes de Paracuellos de Jarama.”
Andrés Nin, jefe del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), en un discurso pronunciado en Barcelona el 8 de agosto de 1936, no tuvo inconveniente alguno en declarar: «Había muchos problemas en España... El problema de la Iglesia... Nosotros lo hemos resuelto totalmente, yendo a la raíz: hemos suprimido los sacerdotes, las iglesias y el culto". El secretario general de la sección española de la III Internacional, José Díaz, afirmaba en Valencia el 5 de marzo de 1937: "En las provincias en que dominamos, la Iglesia ya no existe. España ha sobrepasado en mucho la obra de los soviets, porque la Iglesia, en España, está hoy día aniquilada. Al ser preguntado el Presidente de la Generalitat de Cataluña, Lluís Companys, a finales de agosto de 1936, por una periodista de L'Oeuvre, sobre la posibilidad de reanudar el culto católico, respondió: "¡Oh!, este problema no se plantea siquiera, porque todas las iglesias han sido destruidas". El diario socialista-anarquista, Solidaridad Obrera, el 15 de agosto de 1936, incitaba en estos términos: "Hay que extirpar a esa gente. La Iglesia ha de ser arrancada de cuajo de nuestro suelo", y en el número correspondiente al 25 de mayo de 1937, publicaba lo siguiente: "¿Qué quiere decir restablecer la libertad de cultos? ¿Qué se puede volver a decir misa? Por lo que respecta a Barcelona y Madrid, no sabemos dónde se podrá hacer esta clase de pantomimas. No hay un templo en pie ni un altar donde colocar un cáliz... Tampoco creemos que haya muchos curas por este lado... capaces de esta misión".
El 8 de agosto de 1936, Andreu Nin, líder del POUM, dice: "El problema de la Iglesia lo hemos resuelto yendo a la raíz; hemos suprimido los sacerdotes, las iglesias y el culto". Cuando dice esto, ya hay unos 1.400 clérigos asesinados.
“La publicación catalana, L 'Esquella de la Torratxa, en julio de 1937 proclamaba: «¡Ya vivimos tranquilos! Porque hemos matado a todos los curas, a todos los que parecían curas, y a todos aquellos que nos parecían curas».
El ministro anarquista Joan Peiró, en su libro "Perill a la retaguardia", es de los pocos que lamentan la matanza y reparte culpas: "Todos los partidos, desde Estat Català al POUM, pasando por Esquerra Republicana y el Partido Socialista Obrero catalán, han dado un contingente de ladrones y asesinos por lo menos igual al de la CNT y la FAI". Ninguno de ellos ha pedido aún perdón.
“Otras de las terribles escenas de esa vorágine antirreligiosa fueron las innumerables ejecuciones en masas, sin discriminación de sexo, edad o condición de las víctimas, sin ninguna connotación política o social que pudiera, si no justificarlas, por lo menos explicarlas. En los meses de julio y agosto de 1936 ocurrieron casos bien significativos de esos asesinatos masivos, tales como los ocurridos en Barbastro (Huesca) donde exterminaron el teologado de los claretianos, tras ejecutar a 45 estudiantes menores de veinticuatro años y a seis superiores. En Barcelona asesinaron juntos a 45 hermanos maristas, 39 de la congregación de San Gabriel y siete monjes de Montserrat. En el cementerio de Lérida, fueron asesinados a la vez 74 sacerdotes diocesanos. En Calafell, población costera de la provincia de Barcelona, quince hermanos de San Juan de Dios fueron inmolados por no haber querido abandonar a los enfermos del Hospital Marítimo de dicha población. En Rafelbuñol (Valencia), los nueve hijos de un matrimonio muy católico fueron asesinados a la vez, y en la misma diócesis fueron ejecutadas 17 hermanas de la Doctrina Cristiana. En El Escorial fueron inmolados juntos 51 agustinos.”
El genocidio comunista llevado a cabo en España”fue una persecución anticristiana y antireligiosa, ya que matando a los sacerdotes, creían eliminar todo lo sagrado. De ahí los sacrilegios, profanando la Eucaristía, disparando contra el Santísimo Sacramento, bebiendo con cálices, esparciendo y pisando por las calles las Sagradas Formas, destrozando todo lo que tuviese un carácter sacro, tesoros artísticos e históricos, retablos, imágenes de grandes escultores, tapices, custodias, vasos.”
Y resulta grotesco que tal actuación, casi un siglo después pretenda presentarse como ajena al marxismo, cuando un mínimo de cultura abona justamente la consubstancialidad de materialismo marxista con el genocidio. Lenin afirma: “Llego a la categórica conclusión de que precisamente en este momento debemos dar batalla al clero de la manera más decisiva y despiadada, y destruir su resistencia con tal brutalidad que no se olvidará en las décadas por venir... Cuanto mayor sea el número de representantes del clero reaccionario y burguesía reaccionaria que tengamos éxito en ejecutar por esta razón, mejor".
"La religión es el opio del pueblo: este dicho de Marx es la piedra angular de toda la ideología del Marxismo sobre la religión. Todas las religiones modernas e iglesias, todas y cada una de las organizaciones son siempre consideradas por el Marxismo como los órganos de la reacción burguesa, usados para la protección de la explotación y la estupefacción de la clase trabajadora".
Sobre las salvajadas llevadas a cabo en España, un testimonio elocuente es el de Manuel de Irujo Ollo, dirigente del Partido Nacionalista Vasco, que fue ministro sin cartera entre septiembre 1936 y mayo 1937 en los dos Gobiernos de Largo Caballero, y ministro de Justicia en el gabinete de Negrín. En una reunión del gobierno celebrada en Valencia el 9 de enero de 1937, presentó el siguiente Memorándum sobre la persecución religiosa: "La situación de hecho de la Iglesia, a partir de julio pasado, en todo el territorio leal, excepto el vasco, es la siguiente: a) Todos los altares, imágenes y objetos de culto, salvo muy contadas excepciones, han sido destruidos, los más con vilipendio. b) Todas las iglesias se han cerrado al culto, el cual ha quedado total y absolutamente suspendido. c) Una gran parte de los templos, en Cataluña con carácter de normalidad, se incendiaron. d) Los parques y organismos oficiales recibieron campanas, cálices, custodias, candelabros y otros objetos de culto, los han fundido y aun han aprovechado para la guerra o para fines industriales sus materiales. e) En las iglesias han sido instalados depósitos de todas clases, mercados, garajes, cuadras, cuarteles, refugios y otros modos de ocupación diversos, llevando a cabo -los organismos oficiales los han ocupado en su edificación obras de carácter permanente. f) Todos los conventos han sido desalojados y suspendida la vida religiosa en los mismos. Sus edificios, objetos de culto y bienes de todas clases fueron incendiados, saqueados, ocupados y derruidos. g) Sacerdotes y religiosos han sido detenidos, sometidos a prisión y fusilados sin formación de causa por miles, hechos que, si bien amenguados, continúan aún, no tan sólo en la población rural, donde se les ha dado caza y muerte de modo salvaje, sino en las poblaciones. Madrid y Barcelona y las restantes grandes ciudades suman por cientos los presos en sus cárceles sin otra causa conocida que su carácter de sacerdote o religioso. h) Se ha llegado a la prohibición absoluta de retención privada de imágenes y objetos de culto. La policía que practica registros domiciliarios, buceando en el interior de las habitaciones, de vida íntima personal o familiar, destruye con escarnio y violencia imágenes, estampas, libros religiosos y cuanto con el culto se relaciona o lo recuerda".
El historiador Stanley G. Payne escribe, a propósito del terror rojo que "éste no fue el producto ciego y espontáneo de la furia popular, sino que fue ejercido por pequeños grupos de los partidos revolucionarios que se constituyeron específicamente para esta tarea, con la aprobación en muchos casos, y la iniciativa algunas veces, de los dirigentes de las organizaciones. Tampoco todas las 'escuadras de la muerte' estaban constituidas por elementos de las organizaciones revolucionarias. En Madrid, por ejemplo, algunas fueron organizadas como unidades regulares de policía, dependientes del Ministerio de la Gobernación, dirigido por la Izquierda Republicana durante los meses de julio y agosto de 1936". Dicho Ministerio "apenas hizo nada, de julio a septiembre de 1936, por detener el terror... En Madrid, nunca se apeló a las unidades de policía todavía disponibles para defender a las víctimas del terror. En Barcelona, Companys ni siquiera se atrevió a proteger a su propio ministro de Orden Público, Escofet, ex capitán del ejército, a quien la FAI obligó a huir a Francia por haberse manifestado públicamente contra el terror". "El terror en España se parecía al de la guerra civil rusa en cuanto, en ambos casos, el clero fue una de las víctimas principales de la violencia. La persecución de la Iglesia católica fue la mayor jamás vista en Europa occidental, incluso en los momentos más duros de la Revolución francesa... Los anarquistas tenían la reputación de ser los más violentos anticlericales entre los revolucionarios, pero hubo también matanzas en zonas, como el centro-sur, en que los anarquistas eran débiles... Los socialistas no se mostraron renuentes a hacer su aportación a la hecatombe".
Los perseguidores mataron a casi 300 monjas y a muchas laicas: sólo valencianas de Acción Católica ya suman 93, pero los últimos recuentos hablan de 7.000 eclesiásticos y 3.000 laicos asesinados por su fe. Para asombro de historiadores, no se registró ni un sólo caso de apostasía, ni un sólo cristiano renunció a su fe por salvar su vida o propiedades.
“En solo seis meses, casi 7000 miembros del clero, entre ellos 13 obispos, fueron martirizados en España por los comunistas. La persecución arrasó también con conventos, tantos de hombres como de mujeres. Los laicos comprometidos también fueron víctimas. España volvió a ser tierra de mártires desde esa fecha hasta el 1 de abril de 1939, pues en la zona republicana se desencadenó la mayor persecución religiosa conocida en la historia desde los tiempos del Imperio Romano, superior incluso a la Revolución Francesa.”
“Otras de las terribles escenas de esa vorágine antirreligiosa fueron las innumerables ejecuciones en masas, sin discriminación de sexo, edad o condición de las víctimas, sin ninguna connotación política o social que pudiera, si no justificarlas, por lo menos explicarlas. En los meses de julio y agosto de 1936 ocurrieron casos bien significativos de esos asesinatos masivos, tales como los ocurridos en Barbastro (Huesca) donde exterminaron el teologado de los claretianos, tras ejecutar a 45 estudiantes menores de veinticuatro años y a seis superiores. En Barcelona asesinaron juntos a 45 hermanos maristas, 39 de la congregación de San Gabriel y siete monjes de Montserrat. En el cementerio de Lérida, fueron asesinados a la vez 74 sacerdotes diocesanos. En Calafell, población costera de la provincia de Barcelona, quince hermanos de San Juan de Dios fueron inmolados por no haber querido abandonar a los enfermos del Hospital Marítimo de dicha población. En Rafelbuñol (Valencia), los nueve hijos de un matrimonio muy católico fueron asesinados a la vez, y en la misma diócesis fueron ejecutadas 17 hermanas de la Doctrina Cristiana. En El Escorial fueron inmolados juntos 51 agustinos.”
“El 20 de julio de 1936, por Radio Barcelona se dio la siguiente consigna: "Hay que destruir la Iglesia y todo lo que tenga rastro de ella. ¿Qué importa que las iglesias sean monumentos del arte? El buen miliciano no se detendrá ante ellos. Hay que destruir la Iglesia". Fue tan impresionante la destrucción del patrimonio histórico-artístico eclesiástico y de toda clase de bienes de la Iglesia, que la revista francesa L 'Illustration del 5 de febrero de 1938, escribía lo siguiente: "Su carácter religioso es precisamente lo que desencadenó un vandalismo destructor contra esas grandes obras de arte. Las degradaciones, mutilaciones, profanaciones que en ellas contemplamos manifiestamente, no son debidas a ninguna acción de guerra... Esas obras de arte, casi en su totalidad, han sido reducidas al estado en que se hallan, de una manera voluntaria, sin objetivo alguno militar, lejos de la zona de combate, y aun a menudo, en momentos en que el Gobierno tenía pleno dominio de las regiones en que se hallaban... Los vándalos no han obrado por un inconsciente y brusco frenesí. Han obedecido órdenes recibidas de los comités".
“Al finalizar la persecución, el número de mártires ascendía a casi diez mil, entre obispos, sacerdotes diocesanos y seminaristas, religiosos, religiosas y laicos de ambos sexos. Durante la persecución religiosa republicana la archidiócesis de Valencia pagó uno de los mayores tributos de sangre.”
Que la persecución no fue obra de descontrolados queda manifiestamente demostrado a través de todo lo relatado; prácticamente las órdenes se transmitían por la prensa. Así, Diario de Barcelona, órgano de ERC, en su edición de 16 de agosto de 1936, manifiesta: "Creemos son exagerados los escrúpulos que hacemos ante la quema de las iglesias. Vale la pena sacrificar el poco patrimonio que eso pueda representar pues si dejamos en pie los templos, a la larga volverán a salir las procesiones".
“Corrían los días aciagos de la guerra civil cuando L´Illustration (Esta revista apareció un poco antes de la segunda mitad del siglo XIX, tuvo una dilatada existencia, de 1843 a 1944), una de las revistas francesas más prestigiosas de Europa, publicaba en enero de 1938 un número monográfico. En él se hacía eco de los destrozos materiales en las iglesias (edificios, retablos, pinturas, esculturas…) de buena parte de la geografía republicana donde tantos estragos ocasionó la persecución religiosa no sólo en las personas sino también en lo material. La revista no ofrece comentarios ya que las fotografías hablan por sí solas. Una vez más una imagen valía más que mil palabras.”
Por su parte, el órgano de la CNT, Solidaridad Obrera, de 26 de julio de 1936 se lamentaba, pero ¿de qué se lamentaba?... "No queda ninguna iglesia ni convento en pie, pero apenas han sido suprimidos de la circulación un dos por ciento de los curas y monjas. La hidra religiosa no ha muerto. Conviene tener esto en cuenta y no perderlo de vista para ulteriores objetivos".
La Batalla, órgano del POUM, edición de 19 de agosto de 1936 señalab cual era el objetivo perseguido: "No se trata de incendiar iglesias y de ejecutar a los eclesiásticos, sino de destruir a la Iglesia como institución social ".
Un testimonio de gran valor es el que dejó reflejado Salvador de Madariaga sobre la persecución religiosa, aun haciendo constar sus disensiones profundas con la España de Franco y con la propia Iglesia española. Dice así: "Nadie que tenga a la vez buena fe y buena información puede negar los horrores de esta persecución. Que el número de sacerdotes asesinados haya sido dieciséis mil o mil seiscientos, el tiempo lo dirá. Pero que durante meses y años bastase el mero hecho de ser sacerdote para merecer pena de muerte ya de los muchos tribunales más o menos irregulares que como hongos salían del pueblo, ya de revolucionarios que se erigían a sí mismos en verdugos espontáneos, ya de otras formas de venganza o ejecución popular, es un hecho plenamente confirmado. Como lo es también el que no hubiera culto católico de un modo general hasta terminada la guerra, y que aún como casos excepcionales y especiales, sólo ya casi terminada la guerra hubiera alguno que otro. Como lo es también que iglesias y catedrales sirvieran de almacenes, mercados y hasta en algunos casos de vías públicas incluso para vehículos de tracción animal».
“La matanza de católicos del 1936 fue planificada… El filólogo catalán Jordi Albertí, que se define catalanista y creyente, ha publicado una crónica analítica de los primeros meses de la Guerra Civil en Cataluña, centrándose en la persecución contra los católicos. Se titula "El silenci de les campanes, la persecució religiosa durant la guerra civil", y lo ha publicado la editorial Proa.”
El mismo Alberti señala que “No eran incontrolados y no eran desorganizados. Se organizaron: en unos 200 comités de milicias y patrullas de control en Cataluña. Establecieron centros de detención. Buscaban personas concretas y tenían listas de nombres. Había que hacer la Revolución empezando por la eliminación visible de la Iglesia. Durante medio año, las autoridades republicanas dejarán hacer a milicias y anarquistas. La sensación de impunidad al atentar contra los católicos se había incubado ya años antes, con las quemas de conventos de muchas ciudades españolas del año 1931 y 1932.”
“La persecución a cargo de anarquistas y luego comunistas fue tan eficaz en Barcelona que el 8 de agosto de 1936 Andreu Nin, jefe del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) dice en un discurso: "había muchos problemas en España. El problema de la Iglesia nosotros lo hemos resuelto totalmente, yendo a la raíz; hemos suprimido los sacerdotes, las iglesias y el culto".
El desarrollo de la persecución no se limitó, ni mucho menos, a los inicios de la Guerra por unos llamada Civil y por otros de Liberación; veamos la evolución:
Año 1931 (el 14 de Abril se había proclamado la República): mayo; asaltos, saqueos y quemas de casi 100 iglesias y edificios religiosos en Madrid, Valencia, Alicante, Murcia, Sevilla y Cádiz. La Guardia Civil y los bomberos no intervienen.
“Tras la proclamación de la Segunda República, comenzó una represión feroz contra el Sindicato Libre, auspiciada por el abogado ex-cenetista y presidente de la Generalidad de Cataluña, Luis Companys, del partido ERC que suscribió el llamado Pacto del Hambre, por el cual la patronal acordó con la CNT y la UGT no contratar a ningún trabajador afiliado a los Sindicatos Libres. Unos 4.000 trabajadores catalanes fueron afectados por dicha medida, quedando más de 200 que por edad no pudieron trabajar nunca más condenados a la pobreza y a la marginalidad.”
Un caso concreto: Ramón Sales “fue capturado el 30 de octubre y descuartizado vivo en las Ramblas, ante las oficinas de Solidaridad Obrera: "Encadenaron los pies y las manos de Sales a cuatro camiones. Acto seguido los camiones emprendieron la marcha, en direcciones distintas."
Año 1932: Expulsión de los jesuitas (más de 3.000). Quemas y asaltos de edificios eclesiales en Zaragoza, Córdoba, Cádiz (enero); Sevilla (abril); Granada (julio), Cádiz, Sevilla y Granada (octubre). Sensación de impunidad.
Año 1934: Revolución de Asturias, 33 curas y religiosos asesinados en Mieres, Turón, Oviedo.
Año 1936, antes del 18 de julio, día de la rebelión militar: 17 curas y religiosos asesinados. Del 18 de julio al 1 de agosto: 861 clérigos asesinados. Agosto de 1936: 2.077 asesinatos (más de 70 al día), incluyendo 10 obispos. Asesinatos acumulados a 14 de septiembre: 3.400 sacerdotes y religiosos asesinados (no contamos laicos) en menos de 2 meses. El resto de las víctimas se repartirán durante los siguientes años de la guerra.
En la cheka del ateneo libertario sería asesinado Ramiro Ledesma, intelectual llamado a ser la sucesión de José Ortega y Gasset. Ramiro fue secuestrado en esta cheka “para interrogarlos y descuartizarlo entre todos a navajazos, para ver cual era el mal germen que podía llevar ese hombre dentro para ser tan malo (declaración de Antonio Tormo García, integrante de esta checa).
Joan Peiró (ministro de Industria de la República en el gobierno de Largo Caballero) escribió: "todos los partidos, desde Estat Català al POUM, pasando por Esquerra Republicana y el Partido Socialista Obrero catalán, han dado un contingente de ladrones y asesinos por lo menos igual al de la CNT y la FAI", escribía en 1936 en su libro "Perill a la retaguardia".
Pero no sería el último genocidio llevado a cabo por el comunismo en España en estas fechas. Faltaba lo peor, el robo de miles de niños que fueron enviados a Rusia.
La Iglesia, como colectivo organizado, ha perdonado a los asesinos de esas fechas en varias ocasiones: en documentos colectivos de los obispos ya en su carta de 1 de julio de 1937, en el documento "Constructores de la Paz" de 1986, en el documento "La fidelidad de Dios dura siempre" de 1999... sin embargo, ninguna de las organizaciones entonces implicadas han pedido perdón.
Entidades que existían entonces y ahora como el PSOE, el PCE, el POUM, la CNT, la FAI, Estat Català... ¿pedirán perdón algún día? ¿Condenarán al menos algunos de los actos de sus militantes –y no de incontrolados- contra 10.000 civiles cristianos desarmados y odiados por su fe?
En el resto del mundo
En el crescendo de la vorágine genocida del marxismo, el año 1943, en el bosque de Katyn, cercano a la ciudad rusa de Smolensk, el ejército alemán de ocupación descubrió una gran cantidad de sepulturas que contenían en principio los cuerpos de 4.400 oficiales polacos. Las víctimas habían recibido un tiro en la nuca cuando estaban arrodilladas. Los nazis culparon a los soviéticos y éstos acusaron a los nazis, diciendo que las mismas ocurrieron cuando alemania ocupaba la zona, invadida dos años atrás. Pero investigaciones hechas por la cruz roja confirmaron luego que los hombres habían muerto en 1940, asesinados por la policía secreta soviética.
“Los hombres que murieron en Katyn fueron hechos prisioneros tras la invasión soviética de Polonia en septiembre de 1939, una semana después de la firma del pacto secreto soviético-alemán Ribbentropp-Molotov, un acuerdo de no agresión que preveía con minuciosidad carnicera el ‘despiece’ y reparto de Polonia entre ambos regímenes totalitarios. El 5 de marzo de 1940 Lavrenti Beria, jefe de la policía secreta soviética o NKVD (precursor del KGB), firmó una orden para ejecutar a 25.700 polacos de los campos de Kozelsk, Ostashkov y Starobels, así como de ciertas prisiones de Ucrania occidental y Bielorrusia. La orden, firmada por Stalin y otros miembros del Politburó, fue desclasificada y entregada por Boris Yeltsin a Polonia junto a otros documentos en 1992.”
Pero, por supuesto, no sería el último acto genocida. También en Lituania, en Estonia, en Letonia… como en España, el gobierno comunista envió a Rusia miles de niños que eran arrancados de sus familias, muchas de las cuales acabaron sus días en Siberia. Ni los que iban a Siberia ni los que iban a las checas tenían ningún tipo de comunicación con el mundo exterior.
Pero el genocidio comunista, cuya orquilla de víctimas en cualquier caso se cuenta en millones, tiene otras facetas que sólo vamos a citar casi de pasada. Y es que, en el comunismo, como en el liberalismo, hablar de muertos resulta tedioso, y se cumple lo anunciado por Stalin relativo a que un muerto es una tragedia y lo que ellos han hecho no es sino una estadística.
Tras la primera matanza comunista llevada a cabo en China, centrada entre 1949 y 1952, y que es cifrada por el propio régimen comunista en 7 millones de víctimas, llegó “el gran salto adelante”, donde con la voluntad de convertir China en el primer productor mundial de acero se forzó a los labradores a convertirse en obreros de altos hornos caseros. Llegaron a construir altos hornos caseros que obligaban a las familias a proveer de unos cupos de acero que no podían atender, ni en cantidad ni en calidad de producto, al tiempo que desatendían la producción de cereal, lo que unido a una técnicas de producción “novedosas” ocasionaron la pérdida masiva de cosechas, todo lo cual ocasión una hambruna que se cobró varios millones de víctimas.
“Millones de chinos hambrientos se agolparon alrededor de los silos donde se almacenaban granos pero para exportación en un episodio absurda y cruelmente anecdótico…alimentos para exportar mientras que su propia gente moría de hambre. Las autoridades chinas no permitieron que ni un solo grano sea entregado a la población local por lo que sobrevino la tragedia; millares de mujeres y hombres empezaron a morir al pie de estos centros de almacenamiento, es decir, morían de hambre al pie de la comida. Algunos desesperados se arriesgaron a sustraerse unos cuantos puñados de granos, pero eran descubiertos por los militares quienes en el acto les disparaban a matar. Tanta era la crueldad que ni siquiera se les permitió migrar a otros lugares para escapar de esta hambruna. El ejército popular bloqueó todas las carreteras para impedir el éxodo del campesinado pues esto habría ocasionado ‘un deterioro en la imagen’ del partido comunista”.
La situación llegó a tal punto que las autoridades prohibieron cocinar. “Los cálculos más conservadores desprendidos de las mismas autoridades y registros chinos hablan de 15 millones de personas muertas por hambre entre 1959 y 1962. Sin embargo otro dato que preocupa y levanta sospechas sobre la realidad de este número son los censos poblacionales de la época que daban cuenta de 29 millones de chinos menos en relación a las cifras del censo anterior.”
“En agosto de 1966, la legendaria plaza de Tiananmen sirvió como lugar de consagración para los guardias rojos. En una concentración multitudinaria de un millón de estudiantes, Mao los hizo parte activa de la revolución cultural e inmediatamente les encargó varias misiones que se resumían en 4 puntos: arrasar con las costumbres antiguas, con la cultura antigua, con hábitos antiguos y con las ideas antiguas. El legado de 5 mil años de sabiduría oriental, según Mao, debía desaparecer para darle espacio a las foráneas ideas marxistas…Las primeras víctimas fueron los libros y la literatura; millares de textos eran quemados en pilas públicas y con ellos buena parte de la historia de China. Los museos eran saqueados, las calles rebautizadas con nombres de líderes comunistas.”
Finalmente los guardias rojos resultarían molestos a Mao, que acabaría masacrando a unos y exiliando a otros.
Camboya seguiría el ejemplo de China. Las máximas de los Kmeres Rojos señalaban que "En la nueva Kampuchea, un millón es todo lo que necesitamos para continuar la revolución. No necesitamos al resto. Preferimos matar a diez amigos antes que mantener a un enemigo vivo". Iniciaron su actividad en Abril de 1975, al amparo de su enfrentamiento con Lon Nol, aliado de los EE.UU, que con su apoyo habían hecho unas incursiones criminales en las aldeas al objeto de impedir el avance del Vietkong.
“Durante el tiempo del gobierno de los Jemeres Rojos desaparecieron entre dos y tres millones de personas, por lo cual se constituyó en 2006 un Tribunal internacional para llevar a cabo el Juicio a los Jemeres Rojos en 2007.
“Se estima que fueron asesinadas mas de 2.000.000 personas, es decir una proporción mayor que uno de cada cuatro Camboyanos, lo primero que quería hacer era acabar con la población urbana, por lo que no se le ocurrió otra cosa que deportar a todo el mundo al campo, y el que osaba tan siquiera tener mala cara era fulminado al instante, hubo ciudades enteras que al no poder ubicarlas en ningún sitio se les decidio exterminar en campos de concentración.” Pero, las ejecuciones, “para ahorrar balas sólo un 29% eran disparados. El 53% moría con el cráneo aplastado, el 6% ahorcado, el 5% apaleado.”
“Progresivamente los comunistas iban encontrando más razones por las que se podía detener a algún sospechoso de contrarrevolución. Políticos, religiosos, militares, periodistas y profesores fueron detenidos y ejecutados. Después se comenzó a perseguir a todos aquellos que simplemente habían cruzado la primaria. Hablar un idioma extranjero se convirtió en otra razón para desaparecer pues denotaba cierta inteligencia que podía devenir en resistencia al cambio. Muy pronto estas razones pasaron a convertirse en simples pretextos para un exterminio masivo de hombres, mujeres y niños que por haber nacido previo a la revolución merecían morir. No se puede pensar de otra forma cuando se ordenaba matar a quienes tengan “manos suaves” puesto que era una clara señal de realizar trabajos intelectuales catalogados por la paranoia comunista como “peligrosos y de status superior”.
En definitiva ninguna de las razones eran nuevas. Todas habían sido ya aplicadas por los regímenes comunistas desde la llegada de Lenin al poder en la Unión Soviética.
“Pol Pot anunciaba un futuro radiante en sus discursos. Prometía pasar de la tonelada de arroz por hectárea y año a tres en breve sucesión. El arroz se convirtió en el monocultivo. Los mandos obligaban a trabajar sin descanso a los esclavos a su mando, para mejorar su reputación entre sus superiores. En algunos extremos se llegaba a jornadas de 18 horas, en la que los hombres más robustos eran los que padecían mayores exigencias y, en consecuencia, morían antes… el canibalismo se convierte en costumbre. ”
”Las familias eran separadas y la autoridad paterna castigada: la educación era responsabilidad exclusiva del Angkar. Los sentimientos humanos eran despreciados y considerados un pecado de individualismo. Al intentar ayudar a una vecina, Pin Yatay se ganó esta reprimenda: "No es su deber ayudarla, al contrario, esto demuestra que todavía tiene usted piedad y sentimientos de amistad. Hay que renunciar a esos sentimientos y extirpar de su mente las inclinaciones individualistas."
“Fueron prohibidas la enseñanza, la libertad de desplazamiento, los médicos, pues se afirmaba que si una persona estaba tan enferma para necesitar un médico, era una lacra para el país y merecía morir, las creencias religiosas y filosóficas, la escritura, llevar gafas, ver a tus familiares, porque suprimió las familias como tal (y la autoridad paterna si se daba el soplo de que existía se mataba a toda la familia), se mataba a la gente que sabia leer, no estaban permitidas las relaciones sexuales extramatrimoniales, estaban prohibidas las manifestaciones públicas de afecto, castigaban con torturas inimaginables incluso a los niños que descubrían robando porque se morían de hambre. ”
“La población de la capital fue aniquilada, casi en su totalidad, utilizando un método barato y efectivo de exterminio como la asfixia con bolsas plásticas. Otra forma de exterminio fue el de llevar a centenares de parejas amarradas de los codos, espalda contra espalda, los formaban en una fila al borde de una zanja, en ese momento entraban en acción verdugos experimentados que con un madero asestaban golpes secos y mortales en la nuca. Estos asesinos actuaban con una frialdad sorprendente por una explicación muy simple; habían sido adoctrinados y convencidos que los condenados eran “no seres”, entidades que no eran personas y que estaban despojadas de toda humanidad, consecuentemente eliminarlos no provocaba el más mínimo reproche de conciencia. Matar bajo este concepto se hacía más fácil que matar a un enemigo.”
“En solo tres años, (1975-1978) Pol Pot asesinó a más del “30 % del total de la
población camboyana”, dos millones de personas murieron o por ejecución directa, por hambre, o por torturas. Otros cientos de miles fueron expulsados del país y alejados de sus familias, en muchos de los casos, para siempre, lo que constituye otro tipo de muerte. Porcentualmente Pol Pot supera a sus coidearios Stalin y Mao TseTung en número de crímenes masivos.”
“Pero sin duda el más entusiasta promotor del terror rojo lo encontramos en la trascendental figura de Vladimir Lenin. No son pocas las cartas en las que Lenin recetaba el terror como un componente infaltable de la revolución. En una conversación con el camarada Adoratsky, historiador marxista, Lenin con la tranquilidad que lo peculiarizaba, señalo que: “El sistema consistía en fusilar a todos los que se mostraran contrarios a la revolución”. Inmediatamente conminaba, a todas las seudo-instituciones revolucionarias, a no hacerse “ilusiones pacifistas”, afirmado al mismo tiempo, que no toleraría “debilidades inadmisibles”en quienes lo rodeaban, en una claro patrocinio de la impiedad con el adversario.”
En conjunto, el número de víctimas del comunismo en el mundo y en el siglo XX se encuentra enmarcado en una horquilla de entre 100 y 300 millones de personas.
A continuación una relación cuyo total de unos 105,368,000 incluye solamente a los regimenes marxistas leninistas. Pero debemos tener conciencia que se trata de un total parcial. Por ejemplo, falta contabilizar las víctimas que ocasionó en España, desde la instauración del comunismo hasta nuestros días, con el terrorismo.
Su distribución es la siguiente:
País Desde Victimas Data
Afganistán 1978 a 1987 225,000 Invasión y ocupación Soviética
Albania 1944 a 1987 100,000 Invasión, ocupación Soviética e instalación de un régimen títere comunista
Alemania Oriental 1946 a 1987 70,000 Régimen comunista títere de la Unión Soviética.
Angola 1975 a 1987 120,000 Guerra civil, el régimen comunista apoyado por la Unión Soviética con tropas de Cuba.
Bulgaria 1944 a 1987 220,000 Invasión, ocupación Soviética e instalación de un régimen títere comunista
Camboya - Cambodia 1975 a 1979
1979 a 1987 2,000,000
200,000 Régimen comunista de los Khmer Rouge - Jemeres Rojos.
Régimen comunista de Heng Samrin.
Checoslovaquia 1948 a 1968 65,000 Régimen comunista. En 1968 fue la Primavera de Praga, donde los soviéticos invadieron para apoyar el gobierno títere. Cuba fue uno de los pocos países que favoreció dicha invasión.
China 1949 a 1987 35,000,000 Régimen comunista de Mao Tse-Tung (Mao Zedong 1976). Después se siguió asesinando como la masacre de la Plaza de Tiananmen (1989). Aun el régimen comunista continúa asesinando aunque en menor escala que Mao.
Corea del Norte 1948 a 1987 1,600,000 Régimen comunista. Después de 1987 han seguido asesinando.
Cuba 1959 al 2000 70,000 Régimen comunista de Fidel Castro. Desde el año 2,000 siguen muriendo presos por motivos políticos en las prisiones, desaparecidos, asesinados, etc., aunque en menor escala. Hasta el año 1987 fue régimen títere de la desaparecida Unión Soviética.
Etiopia 1974 a 1987 700,000 Régimen comunista
Hungría 1948 a 1987 27,000 Régimen comunista títere de la Unión Soviética.
Laos 1975 a 1987 55,000 Régimen comunista. Después de 1987 continuaron los asesinatos y desaparecidos
Mongolia 1926 a 1987 90,000 Régimen comunista.
Mozambique 1975 a 1987 195,000 Régimen comunista
Nicaragua 1979 a 1987 5,000 Régimen Sandinista (comunista). Aquí se incluye la masacre a los indios Misquitos.
Polonia 1948 a 1987 25,000 Régimen comunista
Rumania 1948 a 1987 430,000 Régimen comunista
Unión Soviética 1917 a 1987 62,000,000 Donde se inició todo el genocidio por parte de los comunistas..
Vietnam del norte 1945 a 1987 1,600,000 Régimen comunista
Yemen del Sur 1967 a 1987 1,000 Régimen comunista
Yugoslavia 1944 a 1987 1,070,000 Régimen comunista
El terror rojo siguió a lo largo y ancho del mundo. En Guinea Ecuatorial, tras su independencia, tomó el poder Francisco Macías Nguema, que “aplastó las plantaciones de cocoa, ilegalizó la pesca en una nación isla y destruyó el resto de la industria local. Asesinó a 10 de sus 12 ministros de gabinete originales, prohibió la medicina occidental y permitió que el cólera causara estragos en las regiones en que dudaba del apoyo político. Declaró que "los intelectuales son el mayor problema que enfrenta África hoy" y luego prohibió, de hecho, la palabra "intelectual". Estableció lazos con la Unión Soviética y secuestró extranjeros para pedir rescate… fue responsable del asesinato sistemático y/o destierro de la minoría educada perteneciente a la etnia Bubi…Cuando fue depuesto en 1979, un tercio de la población del país había sido asesinada y otro tercio había huido del país.”
“Las despiadadas matanzas comenzaron a sucederse cada vez con mayor frecuencia y muchas veces en público para que sirviesen de "escarmiento". Algunas fuentes indicaron que se llegaban a amontonar hasta 6.000 prisioneros en las cárceles, aunque lo normal era matar a los detenidos más antiguos para hacer lugar a los nuevos. El 26 de junio de 1974 - y valga este hecho como ejemplo para no seguir enumerando otros - Macías ordenó ejecutar a 118 prisioneros políticos. Pero antes de hacerlo, obligó a los familiares a que diesen su consentimiento y acuerdo a las sentencias sumarias. Quienes se negaron a hacerlo fueron asesinados aún antes que sus seres queridos acusados.”
“La presencia soviética, norcoreana, cubana y china ya era muy importante a esta altura de los acontecimientos. Guinea Ecuatorial era una cárcel aislada del exterior - como es natural en los estados comunistas- y subsistía gracias a la ayuda de estos países.”
“En 1975 un decreto prohibiendo toda educación privada llevó al cierre de todas las escuelas católicas, y la población fue advertida de que el contacto con la iglesia podría conducirla a un castigo severo. Mientras tanto, el mismo año Macías se proclamó a sí mismo un "Milagro Único"
“Entre 1969 y 1976 unos 75 maestros o funcionarios de educación fueron ejecutados, incluyendo tres ministros. Cientos de maestros fueron expulsados, causando el cierre de similar número de escuelas.” Macías declaró que la educación privada era subversiva y la prohibió. “Los niños ya no iban al colegio porque los maestros habían muerto o huyeron. Lo único que debían aprender era a gritar "¡Nada sin Macías, todo por Macías! ¡Abajo el colonialismo! ¡Abajo el imperialismo!”
Un tercio de la población de Guinea acabó exiliada huyendo de la literal esclavitud a que estaba sometida. “El sanguinario dictador sería al fin depuesto el 3 de agosto de 1979, en un golpe militar de su sobrino y entonces Ministro de Defensa, Teniente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, después de que el presidente ordenara el asesinato de uno de sus hermanos.” Macías sería condenado a muerte y ejecutado el 29 de Septiembre de 1979. Pero Teodoro Obiang no resultó ser mejor; no en vano era el jefe de la represión durante Macías.
“Como presidente, Obiang continuó la tradición de consolidar el poder absoluto y de auto-engrandecimiento. La radio estatal anunció en julio de 2003 que Obiang era "como Dios en el cielo... Él tiene poder sobre todos los hombres y las cosas... Él puede decidir matar sin que nadie le pida cuentas y sin ir al infierno porque es Dios mismo, con quien está en contacto permanente, quien le da la fuerza.”
“El acaudalado Obiang ha depositado más de 700 millones de dólares en cuentas especiales en bancos norteamericanos. Mientras tanto, la mayor parte de su pueblo subsiste con menos de 1 dólar al día. De hecho, el 65% de los ecuatoguineanos malviven en la más absoluta pobreza. De esta forma, el presidente de uno de los países más pobres de África, es uno de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes.”
¿Es hoy achacable al comunismo la actividad de Obiang?... Difícilmente. Hoy parece más cercano al N.O.M. (Nuevo Orden Mundial), donde en definitiva confluyen todos los genocidas excepto, curiosamente, el nacionalsocialismo, que incomprensiblemente queda marginado.
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