(Segunda parte de INQUISICIÓN Y GENOCIDIO)
Cesáreo Jarabo Jordán
GENOCIDIOS LIBERALES………………………………………. 2
Jacobinismo………………………………………………….4
Genocidios británicos………………………………………. 13
Boer………………………………………………… 14
Exterminio de Indígenas……………………………. 15
En Oceanía…………………………………. 19
En la India……………………….................. 25
En Filipinas…………………………………. 27
Los Selkman……………………………….... 31
La ley de Linch…………………………….... 33
Explotación y deportaciones………………… 34
GENOCIDIO ISLÁMICO………………………………………….. 35
El Corán, ¿manual de terrorismo?…………….…………….. 42
GENOCIDIO PROTESTANTE……………………………………...47 Protestantismo y racismo……………………………………..48
Terrorismo protestante………………………………………..53
Contra las brujas………………………………………64
Contra los Indios………………………………………66
Censura y represión……………………………………………72
GENOCIDIO COMUNISTA………………………………………… 78
La toma del poder…………………………………………….. 78
La cultura…………………………………………………….. 80
Mentira y exterminio, arma política..………………………… 82
Las colectivizaciones…………………………………………. 89
El terror rojo…………………………………………………... 91
La Cheka……………………………………………………….95
GULAG………………………………….......................100
Juicios y ejecuciones……………………………………106
El comunismo fuera de la URSS…………………………….... 125
El comunismo en España…………………………….... 125
En el resto del mundo……………………………….… 136
NACIONALSOCIALISMO……………………………………………143
El Nuevo Orden Mundial……………………………………………… 144
Nuevos métodos genocidas del N.O.M……………………….. 146
GENOCIDIO
“Desde el punto de vista bibliográfico sorprende el desequilibrio que existe entre libros dedicados a tratar de la Inquisición, por ejemplo, y los que narran los males del comunismo. Es un fenómeno curioso que apunta a que la cultura está dirigida y que el supuesto debate sólo existe en programas utópicos que nunca llegan a realizarse.”
Se trata de un juicio emitido, evidentemente, por un enemigo del comunismo que voluntaria o involuntariamente desconoce los crímenes de los otros hijos del materialismo y de la Ilustración. Aquí no vamos sino a apoyar lo dicho, pero ampliando horizontes e incluyendo al máximo de genocidas, a quienes además entendemos como responsables de la incultura general que al respecto domina las mentes que “saben” sobre la Inquisición y que “saben” sobre el genocidio.
Ese “conocimiento” que tienen las masas también es genocidio. Genocidio cultural que posibilita el genocidio físico.
Genocidios liberales
El liberalismo justifica sus actuaciones de las formas más inverosímiles; sus víctimas son salvajes (los indígenas norteamericanos que en parte estaban cristianizados por España); o son perezosos (los habitantes hispánicos, criollos, mestizos e indios de California o Texas)… o sencillamente son infrahumanos, como proclama el espíritu británico por boca de Darwin. Ello les permite provocar cualquier tipo de genocidio con la tranquilidad que da el saber que se está llevando a efecto por el interés superior de ellos mismos, a un costo inferior: la vida de los demás.
Las muestras las han ido dando constantemente. No nos vamos a remontar al origen filosófico del liberalismo, a los sofistas griegos, sino que nos vamos a centrar en la Ilustración y en las revoluciones francesa y norteamericana, así como en el desarrollo posterior mundial del espíritu liberal.
Nos llama la atención hoy el hecho de que, quienes siempre se han significado por la más absoluta falta de respeto, tanto al género humano como a la misma naturaleza, se nos presenten hoy, sin rubor, como adalides de aquello que ellos siempre han machacado. Ellos no dudaron nunca en acabar con lo que estorbaba sus intereses. Hace más de dos mil años, los sofistas estaban enfrentados a los filósofos, y ahora da la triste coincidencia que cuando alguien realiza estudios de filosofía, se encuentra con que en la misma se trata de los sofistas, lo que no deja de alarmar a los espíritus atentos. No es admisible que los filósofos sean estudiados en el mismo ámbito que los sofistas, y no es admisible que los sofistas sean estudiados en el ámbito de la filosofía. Sin embargo, tal hecho se produce porque a lo largo de los siglos, los sofistas han sido vencidos ideológicamente por los filósofos, mientras que los filósofos han sido vencidos por los sofistas en el terreno de la influencia, lo que ha motivado que, sin dejar de militar en el sofismo, se hayan puesto piel de cordero para engañar, y pasar como filósofos, cuando ellos mismos desprecian a los filósofos.
Exactamente lo mismo han vuelto a hacer, en este caso, no ya en el ámbito de la filosofía, sino en el resto de ámbitos, al presentarnos como grandes cosas aspectos como la “interculturalidad” en el más amplio espectro del concepto.
La verdad es que los mismos que hoy se presentan como apóstoles y adalides de la “interculturalidad”, han sido a lo largo de los siglos los genocidas más eficientes que se han conocido; han exterminado razas enteras allí donde han ido, y para ello no han dudado en exterminar todo signo de vida, no sólo humana, sino por supuesto las vidas que el humanismo respeta pero sabe ubicar por debajo de los intereses humanos: la vida animal y la vida vegetal… y ahora nos vienen imponiendo la “interculturalidad” a los pueblos que no sabemos qué cosa sea eso de la “interculturalidad”, porque lo que hemos hecho siempre no ha sido otra cosa que el mestizaje, y nos vienen imponiendo un trato a los animales superior en calidad al dado a los humanos; y eso, a quienes siempre hemos respetado la naturaleza, aún cazando y defendiendo la caza aunque no seamos cazadores. Unos humanos a quienes sólo se respeta (es un decir) si logran esquivar ser asesinados en el vientre de su madre y consiguen llegar a nacer. Vamos, que tiene más derechos un huevo de águila real, aunque esté huero, que un niño en el vientre de su madre.
Se olvida que, mientras España conquistaba América y proclamaba que allí todo era distinto menos el hombre, Inglaterra, por boca de sus más preclaras mentes, afirmaba que “En algún periodo del futuro, no muy distante, como en cuestión de siglos, es casi seguro que las razas civilizadas del hombre exterminarán y reemplazarán a las razas salvajes en todo el mundo. Al mismo tiempo, los monos antropomorfos, tal como el profesor Schaaffhausen ha señalado, serán sin duda exterminados. La ruptura entre el hombre y sus aliados más cercanos entonces será más amplia, porque intervendrá en el hombre en un estado más civilizado, como podemos esperar, incluso que el de los caucásicos, y algunos monos tan inferiores como el mandril, en lugar de como ahora [pasa] entre el negro o el australiano y el gorila.”
Pero ese pensamiento, que por supuesto era impuesto en las mentes de los colonizadores británicos que fueron invadiendo el mundo tuvo un desarrollo de siglos. No nos vamos a remitir a los sofistas del siglo IV antes de Cristo, ni vamos a centrarnos en la evolución de la Edad Media en Inglaterra, aunque eso lo tratemos en el capítulo de la Reforma Protestante. Vamos a centrarnos en la evolución del liberalismo desde su aplicación en la política de la Revolución Francesa, al objeto de centrarnos en lo que ahora nos preocupa: el genocidio auspiciado por el liberalismo.
Jacobinismo
En la mañana del 14 de Julio de 1789, “varias decenas de miles de personas, en una ciudad de 700.000 habitantes, (5 de cada 6, pertenecían al mundo popular urbano), y con un regimiento de guardias de 3.500 (desafectos al poder y aliados de las masas) para poner orden en las calles, los manifestantes se dirigieron a los Inválidos y a la Bastilla a conseguir armas, las tropas de la Bastilla dispararon y el resultado fue de 98 muertos y 73 heridos. A las cinco de la tarde la Bastilla se había rendido, ya que soldados que defendían las instalaciones, con las armas de artillería, se habían pasado al lado de los manifestantes. En esos momentos, sólo había 7 presos, de los cuales 2 estaban locos. Los soldados defensores leales fueron fusilados en represalia y el gobernador alcaide de la prisión Launay, fue degollado.”
Era el principio de la gran masacre. La burguesía se organiza, organiza un parlamento, y el tiempo pasa muy deprisa. Ya nada será igual. Pero el parlamento no se pone de acuerdo, y las masas se organizan al margen. El poder de las masas se desboca, y los “representantes populares” manipulan la situación, en un totum revolutum que crea una corriente de alcantarilla que todo lo traga. En esa situación, “El decreto de 26 de Agosto de 1789 concedía a los religiosos 15 días para abandonar Francia. Millares de sacerdotes –tal vez 25.000– se pusieron en ruta hacia los países extranjeros, en los que no encontraron siempre una acogida cordial y solícita.”
Los religiosos que se quedaban, lo hacían a título de servidores de la revolución, sometiendo los principios éticos y religiosos a las órdenes del poder establecido, de la anarquía. Por su parte, los sacerdotes que se mantenían fieles a la doctrina y no habían huido de Francia serían conocidos como “refractarios”, y perseguidos hasta ser ejecutados.
“Sacerdotes refractarios, que eran conducidos a la prisión de la Abadía, fueron asesinados, durante el camino, por su guardia de escolta, compuesta de federados marselleses y bretones. Sólo uno de entre ellos se salvó, el abate Sicard, maestro-instructor de los sordomudos, reconocido por uno de los hombres de la multitud que rodeaba a los prisioneros. Una banda, formada por tenderos y artesanos, federados y guardias nacionales, todos en mezcolanza, se dirigieron a los Carmelitas, en donde estaban encerrados numerosos sacerdotes refractarios. Éstos fueron inmolados a golpes de fusil, de picas, de sable y de palos. Luego, al anochecer, les tocó el turno a los prisioneros de la Abadía. Aquí el Comité de Vigilancia del Ayuntamiento intervino: «Camaradas, se os ordena el juzgar a todos los prisioneros de la Abadía, sin hacer excepción, salvo sólo el abate Lenfant, al que pondréis en lugar seguro.» El abate Lenfant, antiguo confesor del rey, tenía un hermano que pertenecía al Comité de Vigilancia del Ayuntamiento. Un simulacro de tribunal, presidido por Stanislas Maillard, fue improvisado. Maillard, teniendo en sus manos el libro registro de la prisión, llamaba a los en él comprendidos e interrogaba a los comparecientes; consultaba, luego, la pena con sus asesores; en caso de condena, Maillard gritaba: «¡Dadle suelta!» y las víctimas salían y se iban hacinando en el exterior. Pétion, que estuvo en la Force el día 3 de septiembre, nos cuenta que «los hombres que juzgaban y los que ejecutaban lo hacían con la misma seguridad que si las leyes les hubieran llamado a llenar tales funciones. Me hacían notar y alababan –dice– su justicia y la atención que prestaban a distinguir los inocentes de los culpables y a tener en cuenta los servicios que cada uno de los juzgados hubiera podido haber prestado.» La matanza continuó los días siguientes en las otras prisiones: en la Force a la una de la madrugada, en la Conserjería en la mañana del día 3, luego en San Bernardo, en el Châtelet, en San Fermín, en la Salpêtrière, por último, el 4 de septiembre, en Bicètre. La embriaguez de matanza era tal, que indistintamente se daba fin a los presos por delitos comunes que a los de derecho político, a las mujeres que a los niños. Ciertos cadáveres, como el de la princesa de Lamballe, sufrieron afrentosas mutilaciones. La cifra de los muertos varía, según los diversos evaluadores, entre 1.110 y 1.400…Los periódicos girondinos –y en aquellos entonces lo eran casi todos– o hicieron la apología de las matanzas o alegaron en su favor circunstancias atenuantes…el secretario de Danton, Fabre de Églantine, hizo una calurosa apología de las matanzas y las presentó como ejemplo al resto de Francia”
La actitud revolucionaria era de la más pura destrucción; destrucción de lo físico, destrucción de lo espiritual, destrucción de lo humano… destrucción por destrucción. Fieles a la esencia que componía sus pobres mentes, consideraban que todo debía ser reducido a la esencia de la que ellos estaban formados, por lo que destruían arte, bienes y seres humanos sin que ello alterase su espíritu.
“La guerra contra la Iglesia, a partir de 1790-1791, es, en primer lugar, una batalla contra las iglesias, en el sentido físico del término: confesonarios, sillerías de coro y cátedras admirablemente labradas se usan sin remordimiento como leña. Cálices, crucifijos, copones y candelabros se envían a la fundición, sin que importe su antigüedad o finura. (...) Incluso la catedral de Chartres estuvo condenada a la destrucción, con el plácet del administrador local, un tal Cochon-Bobus. Su supervivencia (relativa, puesto que fue terriblemente devastada) se debe a que, de haber sido demolida, sus escombros habrían impedido la circulación de coches de caballos en las calles. (...) y no se deberían silenciar las cuatro hogueras sucesivas encendidas con preciosos archivos en la calle Richelieu hacia 1793. (...)”
Resulta curioso observar que Luis XVI había decretado la abolición de la pena de muerte, pero “El código penal francés revolucionario de 1791 recogió la pena de muerte que Luis XVI había abolido pocos años antes (y que finalmente le fue aplicada a él mismo y su esposa María Antonieta), y ordenó la aplicación general del sistema de decapitación, ya no sólo para los nobles, sino para todos por igual. Las autoridades revolucionarias hicieron un amplio uso de la pena capital con fines políticos (eliminar a los contrarrevolucionarios u opositores). Robespierre, tras abogar por la abolición de la pena de muerte en 1791, posteriormente condenó a muerte a muchísimas personas, antes de ser guillotinado él mismo. Entre 1793 y 1794, durante el periodo del "terror", fueron ejecutadas en Francia, con o sin sentencia judicial, alrededor de 40.000 personas.” Son muchas las estimaciones en cuanto a la cifra de ejecutados. Las más condescendientes la dejan en 16000. Ateniéndonos a la cifra más moderada de ejecutados por los jacobinos, nos encontramos que, en dos años de actuación, sólo en Francia, el número de ejecuciones fue el 2700 por cien de las que en 350 años llevó a cabo la Inquisición en toda la Hispanidad, o lo que es lo mismo, acoplando los plazos y las cifras, 472.500 veces más letal que la Inquisición; con una peculiaridad, cada proceso de la Inquisición era eso, un proceso, con acusación, defensa, pruebas, dilaciones, recursos… y delito comprobado del que el reo no se arrepentía; algo que no se puede aplicar a los procesos jacobinistas.
En 1792, al grito de “¡Que el Terror esté en el orden del día! ¡Es el único medio de despertar al pueblo y obligarle a que se salve a sí mismo !» , la asamblea, que se encuentra inmersa en gritos del populacho reclamando pan, “invita a los obreros a que cesen en su trabajo al siguiente día, para ir en masa con el pueblo a la Asamblea: «Que la rodee como hizo el 10 de agosto, el 2 de septiembre y el 31 de mayo, y no abandone su puesto hasta que la representación nacional haya tomado las medidas adecuadas para nuestra salvación. Que el ejército revolucionario parta en el mismo instante en que aparezca el decreto; pero, sobre todo, que la guillotina siga a cada sector y cada columna de ese ejército! » La mayor parte de las secciones se presentaron ya muy tarde, durante la noche, y una de ellas, la de los « descamisados », se declaró en insurrección contra los ricos.”
Gran invento el de la Revolución Francesa; gran aporte a la Justicia universal; algo que iguala a todos: la guillotina. Pero también demostraron que no era menester la guillotina, que había otros medios más rápidos y cómodos. La guillotina era muy lenta…
El mismo Danton escribiría en una circular: “«El Ayuntamiento de París se apresura a informar a sus hermanos de los departamentos que una parte de los feroces conspiradores detenidos en sus prisiones ha sido condenada a muerte y ejecutada por el pueblo: acto de justicia que le ha parecido indispensable para contener por el terror a la legión de traidores ocultos en sus muros, en el preciso momento en que iba a marchar en contra del enemigo, y, sin duda, la nación entera, después de la larga serie de traiciones que la han conducido al borde del abismo, andará solícita en adoptar este medio, tan necesario a la salud pública... Circular superflua. Las provincias no necesitaban que se les pusiera a París como ejemplo. A veces se habían adelantado a la capital.».
Pero, a pesar de la lentitud, debemos reconocer que, por su espectacularidad, la guillotina se convierte en protagonista principal alrededor del cual, un populacho sediento de sangre conduce sin pausa a todo el que es considerado enemigo, sin atenerse a minucias de juicios, rémoras del antiguo régimen.
Las personas que perseguirían quedan reflejadas en ley: “«Son reputadas personas sospechosas: 1°, aquellos que por su conducta, relaciones, palabras o escritos, se hayan mostrado partidarios de la tiranía o el federalismo y enemigos de la libertad; 2.°, aquellos que no puedan justificar en la forma prescrita por el decreto del 21 de marzo, sus medios de existencia y el cumplimiento de sus deberes cívicos; 3.", aquellos a quienes se haya rehusado los certificados de civismo; 4.°, los funcionarios públicos suspendidos o destituidos de sus funciones por la Convención nacional o sus comisarios, y que no hayan sido reintegrados a sus puestos; 5.°, los anteriormente miembros de la nobleza: maridos, mujeres, padres, madres, hijos o hijas, hermanos o hermanas y agentes de los emigrados, que no hayan manifestado constantemente su afecto a la Revolución ; 6.°, los que hayan emigrado en el intervalo entre el 1.° de julio de 1789 y la publicación del decreto del 30 de marzo de 1792, aunque hayan vuelto a Francia en el plazo señalado en ese decreto o anteriormente. » Ese texto, tan elástico, contenía una terrible amenaza, no sólo para los verdaderos sospechosos, sino para todos los que podían molestar al Gobierno, incluso los indiferentes y los tímidos, puesto que englobaba hasta los ciudadanos cuya única falta era no cumplir sus deberes electorales. Comprendía en la medida a los funcionarios, puesto que a la destitución de los infieles o tibios seguiría instantáneamente su reclusión.”
La clientela de la guillotina era bastante amplia. Resulta curioso que los ilustrados, los padres de la guillotina, se esmeren tanto en denigrar la imagen de la Inquisición española, que en trescientos cincuenta años llevó al patíbulo a un máximo de 1600 personas, todas debidamente procesadas y tras haber sido analizado su caso pormenorizadamente y de acuerdo a una legislación que se aplicaba a todos por igual, mientras que fomentan un estado de terror indiscriminado destinado a segar la vida a un número indeterminado de personas, que se encuentran exentas de todo tipo de garantía procesal.
Tengamos en cuenta que si la Inquisición perseguía a un judaizante, o a un protestante… o a cualquier persona que incurriese en algún delito tipificado, era primero investigado, y cuando había pruebas suficientes, era arrestado y conminado a que se confesase. Si el delito no era confesado, y sí probado, el acusado era reo de la sentencia que se le aplicase según la norma, lo cual daba una garantía procesal que no tenía reflejo en la “ley” de los revolucionarios franceses.
Con esta ley, “El Comité de Salud pública es investido de una preeminencia, de un derecho de inquisición y vigilancia sobre todos los demás Comités que hasta entonces eran sus iguales. En la actualidad posee la realidad del poder, puesto que puede formar los otros Comités a su gusto, depurarlos y dominarlos.”
En principio, unas facultades que podrían equipararse a las que tenía la Inquisición en España, pero con una falta de legislación, de referencia para aplicar el derecho, que convertía al Comité de Salud Pública en el centro de carnicería en que se convirtió la Revolución Francesa.
Y es que, mientras la Inquisición española se tomaba los asuntos con una tranquilidad infinita, analizando todos los pormenores, por ridículos que pudiesen parecer, lo cual limitaba los procesos, que no llevaban a los encausados a la cárcel hasta que era probada lo que los jueces entendían por culpa, en Francia“la ley sobre aceleración de los juicios debía tener como fatal consecuencia un aumento en el número de las condenas. Desde el 6 de agosto al 1° de octubre se habían pronunciado 29 sentencias de muerte, 9 reos de deportación y 24 en libertad, sin contar 130 sobreseimientos. En los meses siguientes, hasta el 1° de enero de 1794, de 395 acusados, 194 fueron puestos en libertad, 24 castigados con deportación, prisión o trabajos forzados, y 177 condenados a muerte, de los cuales 51 lo fueron en octubre, 58 en noviembre y 68 en diciembre.”
Pero no quedaría ahí la cosa, y mientras las Ilustración arremetía contra los métodos de la Inquisición, “a comienzos de 1794 la Convención de Robespierre decidió el exterminio de los vandeanos hasta el último hombre, mujer y niño. Si la Revolución francesa fue la primera ideología moderna, ¿fueron las masacres de la Vendée el arquetipo de los genocidios modernos? Al menos 300.000 personas fueron masacradas durante este tiempo, y aquéllos de los intrusos que se rehusaron a hacer el trabajo fueron fusilados o apresados con salvajismo.” Dividamos la cifra de la Vendée por cuanto queramos; ¿La dividimos por cien?... Recordemos que en 350 años de Inquisición fueron condenados a la hoguera un máximo de 1600 personas, de las cuales, aproximadamente la midad, lo fueron en efigie, y recordemos que, además, todos los condenados por la Inquisición conocieron un proceso minuciosísimo y que siempre se podían salvar arrepintiéndose de la falta que eran acusados.
“El tribunal de París no era suficiente para la represión. En los países entregados a la guerra civil se recurrió a los métodos militares. La ley del 19 de marzo de 1793 dictada contra los vandeanos, creó comisiones militares de cinco miembros, que condenaron a muerte a los rebeldes cogidos con las armas en la mano, sólo con la comprobación de su identidad. En cuanto a los rebeldes detenidos sin armas, fueron llevados, en principio, ante los tribunales ordinarios de lo criminal, donde se les juzgaba revolucionariamente, o sea sin apelación ni recurso de casación.”
Actitud que no tiene parangón. Si la Inquisición fue creada para evitar las matanzas que se habían producido en toda Europa (y también en España) sobre los judíos, la Convención de Robespiere se creó justamente para lo contrario, y unos y otros consiguieron su objetivo.
Para mayor rapidez, “Los fusilamientos y ametrallamientos suplen a la guillotina, considerada como demasiado lenta. El 14 de frimario (4 de diciembre) 60 jóvenes sentenciados fueron blanco de los cañones en la llanura de Brotteaux. Fueron agarrotados de dos en dos y colocados entre dos fosos paralelos cavados para recibir sus cuerpos. La descarga de los cañones sólo mató a la tercera parte, y el resto tuvo que ser rematado a tiros. Al día siguiente, 208 sentenciados fueron fusilados en el mismo lugar; 67 el 18 de frimario y 32 el 23 del mismo mes. No cesaron los fusilamientos hasta el 22 de pluvioso (10 de febrero). La Comisión Parein pronunció 1667 sentencias de muerte…Los prisioneros vandeanos afluían a Nantes por centenares y millares. En las prisiones donde son amontonados se declaran el tifus y el cólera. La epidemia amenaza con alcanzar a los mismos nanteses que prestan el servicio de guardia. Entonces, para acelerar la descongestión de las prisiones, Carrier organiza «la muerte por el agua ».
En gabarras cuyos fondos han sido preparados de antemano, los Marat amontonan primeramente clérigos y después vandeanos, conducen su cargamento humano al centro del Loire y luego desfondan las gabarras y las sumergen. Carrier, por medio de un papel firmado por su mano, ordena los días 27 y 29 de frimario que se dé muerte sin juicio ni formalidad de ninguna clase, la primera vez a 24 «bandidos»—entre ellos dos de 13 y dos de 14 años —y la segunda vez a 27 víctimas de ambos sexos…« Creo necesario aplastar a los habitantes de París por medio del Terror», escribía al conde de La Marche, a partir del 13 de julio de 1792, el antiguo ministro Montmorin, confidente de la reina. « Nada de consideraciones, nada de paliativos —exclamaba el duque de Castries en su Memoria de abril de 1793” Y estos sólo son ejemplos que en 1793 daban los jacobinos…
La Ilustración, para la creación de la leyenda negra, relataba la festividad, fastuosidad y magnificencia de los autos de fe como detalle grotesco de lo que hacían los españoles para celebrar una ejecución, cuando nada tenía que ver una cosa con otra, ya que el autote fe era eso, una declaración pública de fe en Dios. Los penitenciados asistían y eran perdonados. Los eventuales castigos no se desarrollaban en el auto de fe. Por el contrario, en la Francia revolucionaria, “En Angers, los condenados eran llevados al lugar de ejecución… con música, las autoridades vestidas de gran gala y los soldados haciendo valla”. La revolución cortó cabezas por millares en Nantes, en Lyon, en Vendée; sólo en París rodaron 1.376 en nueve días, después del decreto del 22 pradial. Hagamos notar que en Francia contaban entonces con una población que oscilaba entre 25 y 30 millones de habitantes.”
“Muchos de los Comisarios Revolucionarios enviados a La Vendée han pasado a engrosar la galería universal de genocidas. En ella tenemos a Le Bon, que en Pas-de-Calais asistía a las masivas decapitaciones y reía burlonamente ante la chusma sedienta de sangre, porque ninguno de los guillotinados recogía la cabeza como hizo San Dionisio; Albitte, que obligaba a los Sacerdotes, antes de subir al Cadalso del Martirio, a seguir por las calles, en irreverente procesión, a un asno revestido con las vestiduras de Obispo; Carrier, el sádico criminal que inventó como método de ejecución, los ahogamientos de cientos de campesinos en Nantes; el terrible Fiscal de la Revolución, Fouche, sacerdote renegado convertido al Jacobinismo más izquierdista y radical, conocido como "el cañoneador", por idear como rápido procedimiento de exterminio el masacrar a cañonazos a los prisioneros de Lyon. Las matanzas son seguidas de enterramientos sin identificación o simplemente los cadáveres son arrojados a los ríos y a los pozos.”
Los más bajos instintos salieron a la luz en estos tristes días de la historia de Francia y de la Humanidad. Aquí se asentaron las bases de los nuevos genocidios que sacudirán la Humanidad durante los siglos XIX, XX y XXI.
“Oficiales republicanos luciendo botas hechas de pieles curtidas de los campesinos de La Vendée; en el ejército escaseaban las botas, y la idea de utilizar la piel humana fue de Saint-Just. Todavía hoy se puede contemplar en el museo de Historia Natural de Nantes una piel de vandeano debidamente curtida; finos y suaves guantes hechos de mujeres por tener la piel más aterciopelada; centenares de cadáveres hervidos para extraer grasa y jabón, que se empleaba en los hospitales y para engrasar los fusiles, son solo algunas muestras del salvajismo de la revolución. Todos estos sicarios, a las órdenes del Sicario Mayor, Robespierre, fueron los que levantaron la democracia liberal sobre una montaña de cadáveres mutilados.”
“Nadie será dejado con vida.” “Las mujeres son surcos reproductivos que deben ser arados.” “Sólo los lobos deben dejarse para vagar por esa tierra.” “El fuego, la sangre y la muerte son necesarios para preservar la libertad.” “Sus instrumentos de fanatismo y superstición deben ser destruidos.” Éstas fueron algunas de las palabras usadas por la Convención al hablar de la Vendée. Sus científicos domésticos soñaban toda clase de nuevas ideas –el envenenamiento de la harina, el alcohol y los depósitos de agua, el establecimiento de una curtiembre en Angers que se especializaría en el tratamiento de pieles humanas; la investigación de métodos de cremación de grandes números de gente en grandes hornos, de modo que pudiese aprovecharse eficientemente su grasa. Uno de los generales republicanos, Carrier, despreciaba esta investigación: estos métodos “modernos” tomarían demasiado tiempo. Era mejor utilizar métodos más tradicionales de masacrar: el ahogamiento masivo de hombres, mujeres y niños desnudos, frecuentemente atados en lo que llamaban “matrimonios republicanos”; el hundimiento de botes especialmente construidos llenos de gente en medio del Loire; el pasar por las bayonetas a masas de hombres, mujeres y niños; el aplastamiento de cabezas de bebés contra las paredes; el “fusilamiento” de prisioneros usando cañones; las más horribles y desagradables torturas; el incendio y saqueo de aldeas, pueblos e iglesias.”
Lo peor del caso es que éstos no fueron hechos aislados. Otras masacres se produjeron en multitud de lugares, como por ejemplo en Lucs sur Boulogne, donde el 27-2-1794 fueron asesinados sus quinientos sesenta y cuatro habitantes; el hospital del bosque de Vezins donde fueron asesinadas otras mil personas el 25-3-1794.
“La llamada «Humanista, gloriosa y liberadora Revolución Francesa», costó a la Cristiandad más de tres mil sacerdotes asesinados, una multitud de religiosas profanadas, violadas y torturadas hasta la muerte, pueblos enteros destruidos y miles de mártires fusilados, guillotinados, descuartizados, ahogados, incendiados vivos, torturados, por oponerse a la Revolución Liberal y Masónica por fidelidad a la Religión Católica, Apostólica y Romana.”
Como señala Hans Graf Huyn:"…fueron violadas las monjas; cuerpos vivos de muchachas soportaron el descuartizamiento; se formaron hileras con los niños para ahogarlos en estanques y pantanos; mujeres embarazadas se vieron pisoteadas en lagares hasta morir, y en aldeas enteras los vecinos perecieron por beber agua que había sido envenenada. Casi ciento veinte mil habitantes de La Vendée fueron asesinados, y arrasadas decenas de miles de viviendas".
Nunca Francia pidió perdón por la aplicación del Terror.
Pero tras estas matanzas, Robespierre estimaba que debía dar la sensación de moderado, por lo que procedió a eliminar a quienes más habían destacado en seguir su política exterminadora. “Tras la eliminación de los ultrarrevolucionarios (seguidores de Hébert) (24 de marzo de 1794) tildados de "demagogos", y luego de los "Indulgentes" agrupados en torno a Danton y Desmoulins (5 de abril de 1794), Maximilien Robespierre trató de imponer su ideal de república democrática y virtuosa, constituida por pequeños propietarios libres e iguales en derechos, coronándola espiritualmente con la institución del Culto al Ser Supremo.” Pero un culto al ser supremo ateo, a la diosa Razón.
Una diosa Razón que llevaba a Robespierre a afirmar que “bajo el régimen constitucional es suficiente con proteger a los individuos de los abusos del poder público; bajo el régimen revolucionario, el propio poder público está obligado a defenderse contra todas las facciones que le ataquen. El gobierno revolucionario debe a los buenos ciudadanos toda la protección nacional; a los enemigos del pueblo no les debe sino la muerte". Estas son palabras del mismo Robespierre en su obra “La teoría del gobierno revolucionario”. ¿Y quién determina quienes son los enemigos del pueblo?
“Cualquier persona acusada de contrarrevolucionaria, era enviado a la guillotina sin piedad. Así fueron ejecutados desde los extremistas contra la Revolución, hasta los más moderados. Esta situación llegó a límites no imaginados e ilógicos pues más de 35.000 personas fueron ejecutadas por Robespierre, llegando al extremo de ejecuciones sin sentido más que la mínima sospecha de los líderes de este período.”
“La persecución religiosa desatada durante la Revolución francesa, además de causar numerosas víctimas, se cebó con el arte sagrado. En nombre de la Razón, se devastaba la cultura por ser de origen religioso.”
El activismo revolucionario era la excusa. “Éste necesitaba presuponer la omnipresencia, aunque solapada, de la contrarrevolución, como manera de consolidar un discurso en el cual la defensa de la revolución predominaba por sobre los derechos de los individuos… Se trató sin duda de un reinado de la sospecha y la denuncia madrugadora. Hechos por los que esta fase sería asemejada a la mecánica estalinista conducente a las grandes purgas de 1937- 1938.”
“Los comités de vigilancia, los juicios farsa y la inculpación por extensión familiar, así como los certificados de civismo y la sospecha sobre categorías generales como nobles y sacerdotes, por no hablar del exterminio de “todo lo que se mueve” en Lyon y la
Vendée, constituyeron saltos cualitativos del Terror.”
Algún historiador ha descrito al Gran Terror “como un ‘compromiso legalista’: ‘un esfuerzo por ajustar y por definir el campo legal concedido a la violencia inicial de la Revolución en contra del Antiguo Régimen”
“A los Jacobinos ‘se les fue la mano’, calculándose las víctimas del Terror en unos 800.000 ‘sospechosos’ entre presos y ejecutados.” Aquí, a los acusados no les salvaba el arrepentimiento, y el espectáculo público, cubriendo de insultos a los ajusticiados daba una nota de color que es echada en falta en los autos de fe de la Inquisición.
Pero no terminaría ahí el genocidio: “La Comuna de París decreta el cierre de las iglesias, la destrucción de las estatuas y hasta el derribo de los campanarios, que eran, á su juicio, un atentado á la igualdad republicana.” , y “En 1871, tras la derrota de Luis Bonaparte frente a Bismarck, los trabajadores franceses toman el poder en París, instaurando el gobierno de la Comuna. La burguesía francesa y alemana se confabula para reprimir a la clase obrera. El liberal Thiers encabeza la represión. Resultado: cerca de 100.000 trabajadores asesinados, decenas de miles de detenidos y más de 7.000 deportados.”
La Comuna de París, bajo el “terror de los malvados Jacobinos y Blankistas cobró las vidas de 20.000 personas. Después de todo, Weishaupt había explicado a sus discípulos: "¡Usted debe ahogar a todo aquel que no pueda persuadir!”
Alguien se sintió rehabilitado en estos tiempos, después de siglos de haber sido expulsados de Francia. “Con la Revolución Francesa obtuvieron los judíos carta de naturaleza, que se iría extendiendo por toda Europa a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, pero en Rusia continuaron las expulsiones hasta 1909. Desde 1882 hasta 1909 arribaron a EE.UU, procedentes de Rusia “1.397.423 judíos, aparte de los más de 54.000 que alcanzaron el país entre el 1 de Julio de 1908 y el 30 de Junio de 1909.”
Genocidios británicos
La Gran Bretaña es la madre de los grandes genocidios, de cuyos principios se han nutrido otros grandes genocidas.
Así, “mientras esto sucedía en Francia, en Inglaterra se mantenían en pleno vigor las leyes dictadas contra los católicos y contra los disidentes de la Iglesia oficial. Los irlandeses, sobre todo, padecían el yugo más terrible que se ha impuesto jamás á pueblo alguno. Refiriéndose á ellos escribía lord Macaulay: "Se permitió vivir á los católicos de Irlanda; ser útiles; cubrir la tierra; pero fueron sentenciados á suerte parecida á la de los ilotas en Esparta, á la de los griegos en el Imperio otomano, á la de los negros en Nueva York. Todo individuo de la casta sometida fue excluido terminantemente de los empleos públicos; fuera cualquiera el camino que tomase, á cada paso se hallaba detenido por una restricción vejatoria.”
“Entre 1845 y 1849 mueren cerca de 2 millones y medio de irlandeses en la hambruna provocada por la política colonial británica.” Estos mismos métodos serán utilizados por el comunismo, un siglo después en Ucrania.
La historia del genocidio británico es, con mucho, la de mayor recorrido, pero señalemos, a modo tan sólo de ejemplo, que en los cinco años citados, y dividiendo por cien la cifra facilitada por Julián Juderías, resulta que en sólo cinco años, y sólo en Irlanda, los ingleses provocaron 42 veces más muertes que la Inquisición en 350 años y en toda la Hispanidad… o lo que es lo mismo, acoplando los plazos y las cifras, el Imperio británico, en esta ocasión demostró ser 3646 veces más letal que la Inquisición; con una peculiaridad, cada proceso de la Inquisición era eso, un proceso, con acusación, defensa, pruebas, dilaciones, recursos… y delito comprobado del que el reo no se arrepentía; algo que no se puede aplicar a los casos de la hambruna.
Los Boer
“Durante el Guerra de los Bóer, dónde el nombre "campos de concentración" también fue usado. 26.000 mujeres y niños Boer fueron asesinados por hambre en los campos británicos; 20.000 de ellos tenían menos de 16 años de edad.”
Los datos citados son de lo más comedido, y por ese motivo vamos a tomarlos como referencia. Hay otros datos que señalan que “En 1902 los británicos invaden Sudáfrica, para arrebatársela a otros imperialistas, los holandeses. La guerra provoca más de 100.000 muertes. Los británicos utilizaron campos de concentración, que servirían de ejemplo a Hitler para sus campos de exterminio.”
Las dos guerras de los Boer duraron en conjunto tres años. Los británicos no pudieron respetar la vida de los inocentes. sólo en Suráfrica, y acogiendo los datos menos sangrientos, los ingleses provocaron 43 veces más muertes que la Inquisición en 350 años y en toda la Hispanidad… o lo que es lo mismo, acoplando los plazos y las cifras, el Imperio británico, en esta ocasión demostró ser 5055 veces más letal que la Inquisición; con una peculiaridad, cada proceso de la Inquisición era eso, un proceso, con acusación, defensa, pruebas, dilaciones, recursos… y delito comprobado del que el reo no se arrepentía; algo que no se puede aplicar a los casos de la hambruna.
Exterminio de indígenas
“El exterminio de los indígenas con el fin de despejar nuevos lugares para el excedente de población europeo se llevó a cabo en nombre del progreso que reciclaba el excedente de europeos en «emigrantes económicos». Y así, por ejemplo, Theodore Roosevelt concebía el exterminio de los indios americanos como un servicio desinteresado a la causa de la civilización; «En el fondo, los colonos y los pioneros han tenido la justicia de su lado: este gran continente no podía seguir siendo un mero coto de caza para salvajes mugrientos»
Contrasta, y cuando menos llama la atención, que los pueblos que proclaman lo que precede en un momento histórico bastante cercano, se permitan el lujo de difundir una leyenda negra contra quien, cuatro siglos antes de esa proclama terrorífica, “ya en 1501, la reina Isabel mandaba a su visitador Nicolás de Ovando, con instrucciones de revisar el sistema de encomiendas de la isla de La Española, ante las numerosas noticias de maltratos hacia los indios. Las instrucciones contienen recomendaciones de velar por que se dé un buen trato a los indios, de castigar los excesos e, incluso –cosa que no se repetirá en toda la historia del Derecho Indiano-, de ‘convenir con los indios los gravámenes para que ellos sepan que no se les hace injusticia’”
“En los siglos siguientes, los anglosajones llevarían a cabo una política consciente de exterminio de las etnias indígenas americanas, política defendida por personajes tan diversos como el autor de El mago de Oz o Theodore Roosevelt. En el curso de ese proceso incluso se realizó el primer ensayo de guerra química al entregar a los indios mantas contaminadas con viruela para que murieran con más rapidez. No debería extrañar, por ello, que, según su propia confesión, Hitler encontrara inspiración para parte de la política nazi contra los judíos en el ejemplo de la mantenida por los norteamericanos contra los indios. En ambos casos se perseguía el exterminio de una raza con fines de expansión territorial y económica y se tenía la convicción de obedecer a un destino providencial y racialmente superior.”
Porque la colonización británica, “a diferencia de la colonización ibérica, que a pesar de sus errores y horrores llevó a la compenetración de las culturas, la anglosajona llevó al genocidio, al indio aceptable sólo una vez muerto.”
“El general William T. Sherman, al que el ejército norteamericano considera recuerdo tan glorioso que ha dado su nombre a un célebre carro de combate, fue uno de los primeros civilizados en comprender ciertas exigencias de su cultura, y escribía en 1862 -año de un importante alzamiento de los sioux- a un hermano suyo senador: “Hemos de actuar contra los sioux con vengativa seriedad, hasta su mismo exterminio, de hombres, mujeres y niños. Ninguna otra cosa llegará a las raíces de este caso [...]. Cuantos más podamos matar este año, menos tendremos que matar el año que viene, pues cuanto más veo a estos indios, más me convenzo de que hay que matarlos a todos o mantenerlos como una especie de pobres”.”
Y para conseguir sus objetivos no dudaron en utilizar todo tipo de recursos; desde el envenenamiento de indígenas hasta la programación de desastres ecológicos. “De 13 a 15 millones de bisontes habían vagado por las llanuras a mediados de la década de 1860. Entonces comenzó la matanza. Miles fueron liquidados para alimentar a las cuadrillas de obreros del ferrocarril Unión Pacific. Otros miles cayeron bajo los rifles de los cazadores. Las compañías del ferrocarril fletaron trenes para los cazadores; se permitió incluso la vergonzosa costumbre de abatir a los animales directamente desde los vagones. El descubrimiento en 1871 de un modo de usar comercialmente las pieles del bisonte completó la tragedia. Los tres años siguientes fueron muertos unos 9 millones de cabezas; una década después los animales estaban casi extinguidos. No se encontró modo más eficaz de destruir a los indios de las llanuras. (cf. Garraty, A Short History of the American Nation, cap. 17)”
En unas instrucciones dadas al comandante de los Arizona Guards, el año 1862 se decía: “Sé por el teniente J. J. Jackson que los indios han estado en su puesto con objeto de hacer un tratado. El Congreso de los Estados Confederados ha aprobado una ley que dispone el exterminio de todos los indios hostiles. Por lo tanto, utilizará usted todos los modos para persuadir a los apaches o a cualquier tribu de que acudan con objeto de hacer la paz, y cuando los tenga reunidos a todos, matará a todos los indios adultos y tomará a los niños prisioneros y los venderá para cubrir el gasto de matar a los indios. Compre whisky y las demás cosas que puedan ser necesarias para los indios y yo haré librar órdenes de pago para cubrir la suma gastada. No deje nada por hacer para asegurar el éxito y tenga dispuesto alrededor un número de hombres suficiente para que no se escape ni un indio”.
“Pero el dato decisivo para juzgar de la importancia de una voluntad resueltamente genocida, evitando su disimulo por el complicado problema del choque entre culturas, es la ley norteamericana de 3 de marzo de 1871, que declaraba innecesario negociar con los indios para ocupar su territorio.”
Los índios con los que batallaban, que montaban a caballo, usaban armas de fuego y tenían nombres tan hispánicos como Gerónimo, fueron súbditos de la Corona, y más tarde abandonados. Los que quedaron fueron obligados a vivir aparte, arrinconados en las reservas que hoy día quedan en Estados Unidos.
“Unas cifras sobre los apaches: en 1970 se contó a unos pocos y sueltos individuos apaches lipanes y quiovas, 1.000 apaches jicarillas, 8.000 apaches occidentales y 1.100 apaches chiricahuas y mescaleros.” Eso es todo lo que queda tras las campañas de exterminio llevadas a cabo por WASP (Blancos, anglosajones y protestantes).
No debe olvidarse el exterminio de las tribus existentes en California, que habían sido cristianizadas por España. A mediados del siglo XIX fueron exterminados chilucas, chimarikos, urebuses, nipewais, alonas… bajo la inquisición liberal buscadora de oro.
Pero esas actividades que tuvieron lugar en el siglo XIX tuvieron sus prolegómenos. “En 1788 se inició la colonización británica con el desembarco en la actual Nueva Gales del Sur de la Primera Flota, una flota de 11 navíos con casi 1.500 personas a bordo. Eran presos deportados que habían sido autorizados a fundar una primera colonia penitenciaria. Ante la llegada repentina de los colonos británicos, los aborígenes tuvieron reacciones diversas, pero se volvieron inevitablemente hostiles cuando tuvieron que competir por conservar sus recursos vitales, y cuando asistieron a la ocupación y secuestro de sus territorios según iba avanzando la "frontera" hacia el interior del continente. Para los colonos, se podía expulsar a los aborígenes de las tierras que querían destinar a la agricultura y a la ganadería, porque eran nómadas e ignoraban el concepto de posesión de la tierra. Pero la cultura aborigen estaba intrínsecamente relacionada con la tierra en la que vivían, por lo que al tener que abandonar sus territorios tradicionales no podían mantener las prácticas sociales y espirituales que aseguraban la cohesión de los clanes y las interrelaciones entre los grupos. Además de la desestructuración de la sociedad aborigen, la pérdida de sus territorios de caza y de recolección provocó graves hambrunas… Los efectos combinados de las enfermedades, de la pérdida de sus tierras y de la violencia directa redujo la población aborigen en un 90% entre 1788 y 1900.”
Hagamos hincapié en el dato, no vaya a pasar desapercibido: En 112 años exterminaron al 90% de la población aborigen.
En relación a la masacre estadounidense de los indios es interesante saber qué opina Carlos Marx, contemporáneo del asunto. Dice Marx: “Bakunin reprochará a los americanos una “guerra de conquista” que ciertamente asesta un duro golpe a su teoría fundada sobre la “justicia y la humanidad”, pero que fue declarada pura y simplemente en interés de la civilización. ¿O es que acaso es una desgracia que la espléndida California sea arrebatada a los mejicanos perezosos que no sabían qué hacer con ella? La “independencia” de unos cuantos californianos y tejanos españoles puede padecer por ello... Pero ¿qué es todo esto al lado de hechos tan importantes para la historia del mundo?”. (“Neue Rheinische Zeitung”, 15 – Febrero – 1849) (Savater, F. (1978). Panfleto contra el Todo. Barcelona: Dopesa, p. 97-98)” De lo que se deduce que un hermano nunca abandona a su hermano.
Como contrapartida a la forma de entender la vida, veamos la opinión de un soldado norteamericano participante en el expolio de México: “Una cosa en particular me gustó mucho, y era la igualdad de todas las clases ante el altar de Dios. Porque aquí [en México] vi arrodillándose... al orgulloso castellano en cuyas venas corría la pura sangre de Cortés, al amarillo azteca, al estúpido indio y al decrépito negro, juntos, codo con codo; las distinciones de razas, de color, de riqueza, de clase era [sic] dejada de lado o desconocida y todos parecían considerarse mutuamente, al menos en el santuario, como iguales ante Dios. En una ocasión (y me alegro de que fuera un suceso común) vi a una muchacha española, bonita, joven y rubia, evidentemente de la clase superior, arrodillada y enfrente mismo de ella estaba un viejo mendigo negro en la misma posición, mientras que al lado del negro estaba un caballero castellano y su hijito... todos elevando devotamente sus oraciones... sin ni siquiera un pensamiento de “banco para negros” o “asientos de los pobres”, y entonces deseé que fuera así en mi propia tierra nativa, donde presumimos que todos los hombres son libres e iguales. (Un soldado de Ohio) (cf. Slotkin, The Fatal Environment, p. 186). De interés excepcional es el abandono de muchos soldados irlandeses y católicos de su lealtad americana, no simplemente desertando sino transfiriendo su lealtad a México. El famoso batallón San Patricio, que se distinguió en Buena Vista, fue formado por Santa Anna con esos desertores, cuya voluntad de combatir testimoniaba su motivo para desertar. (cf. Slotkin, The Fatal Environment, p. 187). Desde 1845, Irlanda estaba sufriendo la epidemia de la patata. Los irlandeses cultivaban la tierra de los ingleses, pero se alimentaban de pequeños huertos de patatas que, al ser atacados por un insecto, ocasionaron la muerte de cientos de miles y la emigración de otros muchos a Estados Unidos. En Irlanda había comida, cereales y ganado, pero estaba destinada a bocas inglesas. Inglaterra, tras tres siglos de colonización de la isla, había confiscado el 95 por ciento de las tierras a los nativos. Los soldados irlandeses del ejército norteamericano comprendieron que la guerra de Méjico – una guerra ofensiva en pro de la extensión de la esclavitud– era un acto de tiranía, como la que ellos sufrían en su patria, y decidieron ponerse de parte de la justicia, pasándose al bando mejicano.”
Lincoln declaraba: «No soy partidario -nunca lo he sido, bajo ningún concepto- de la igualdad social y política entre la raza blanca y la raza negra... Existe una diferencia física entre ellas que les impedirá, siempre, vivir juntas en igualdad social y política. Existe naturalmente una situación de superioridad e inferioridad, y mi opinión es asignar la posición de superioridad a la raza blanca»
En las colonias españolas, los indios adquirieron personalidad jurídica por las Leyes Nuevas desde 1542, que los trataron como súbditos de Castilla: libertad, propiedad, derecho a la vida...
Evidentemente no hay parangón.
Exterminio de los indígenas en Oceanía
Con el Imperio británico, “En algunos casos los negros no solamente fueron segregados, humillados y obligados a trabajar de forma esclava, sino que sencillamente fueron exterminados. Ese fue el caso de los nativos de Australia, conocidos como aborígenes. Estas personas, que habían vivido en la Oceanía durante miles de años, sufrieron uno de los genocidios más grandes en la historia del colonialismo. El fundamento ideológico para este exterminio fue el darwinismo, que había llegado a la conclusión de que los aborígenes eran salvajes y evolutivamente inferiores.”
Señala Darwin que “La selección natural, como se acaba de hacer observar, conduce a la divergencia de caracteres y a mucha extinción de las formas orgánicas menos perfeccionadas.”
Y dice más: “hemos de creer que, si todos los animales y plantas de la Gran Bretaña fuesen puestos en libertad en Nueva Zelandia, una multitud de formas británicas llegaría, en el transcurso del tiempo, a naturalizarse allí por completo, y exterminaría a muchas de las formas indígenas…Por el contrario, por el hecho de que apenas ningún habitante del hemisferio Sur se haya hecho salvaje en ninguna parte de Europa, podemos muy bien dudar de que, en el caso de que todas las producciones de Nueva Zelandia se dejasen en libertad en la gran Bretaña, un número considerable fuese capaz de apoderarse de los puestos actualmente ocupados por nuestros animales y plantas indígenas ”
¿Quién habla de racismo?, ¿quién habla de interculturalidad?
“Más de un autor ha preguntado por qué en unos animales se han desarrollado las facultades mentales más que en otros, cuando tal desarrollo hubiese sido ventajoso para todos; por qué no han adquirido los monos las facultades intelectuales del hombre. Podrían asignarse diferentes causas; pero, como son conjeturas y su probabilidad relativa no puede ser aquilatada, sería inútil citarlas. Una respuesta definitiva a la última pregunta no debe esperarse, viendo que nadie puede resolver el problema más sencillo de por qué, de dos razas de salvajes, una ha ascendido más que la otra en la escala de la civilización, y esto evidentemente implica aumento de fuerza cerebral.”
Dirán que no, que esto no es racismo, ni nacionalsocialismo. Lo que contraría es la posición pública y la actuación llevada por parte de los vencedores de la II Guerra Mundial contra los nacionalsocialistas… ¡Si coinciden en todo y por todo!
“En 1870 el antropólogo evolucionista Max Muller del London Antropological Review había dividido a las razas humanas en siete categorías. Los aborígenes australianos aparecían en la posición inferior, mientras que la raza aria aparecía en la superior. H. K. Rusden, otro darvinista social, decía lo siguiente de los aborígenes:”La supervivencia del más apto significa que la aplicación de la fuerza o poder es lo conveniente o correcto. Por lo tanto acogemos y cumplimentamos sin remordimientos la ley inexorable de la selección cultural al exterminar a sangre fría las razas inferiores Maorí y australiana… apropiándonos de sus patrimonios”. H.K.Rusden. 1876”
El derecho del inglés está, por supuesto, por encima de cualquier otro derecho. Por eso, los restos de aborígenes que milagrosamente sobrevivieron a las cacerías organizadas por los ingleses, “Al iniciarse el siglo XX, … vivían en reservas y en zonas controladas, y sus desplazamientos estaban limitados por ley. Tenían pocas posibilidades laborales y seguían empleándose en las explotaciones agrícolas donde no percibían sueldo (en algunos casos se les daba una pequeña compensación) y recibían comida, ropa y alojamiento a cambio de su trabajo.”
Los aborígenes llevaban en Australia aproximadamente 60.000 años cuando los primeros ingleses desembarcaron en 1770. De 300.000 a 750.000 aborígenes habitaban el continente, pero en 1911 (123 años después de los primeros asentamientos ingleses), solo quedaban 31.000. Concediendo que muchos pudieron morir por contagio de enfermedades que les eran desconocidas, no vamos a decir que todos murieron en cacerías organizadas, porque sería injusto.
Pero no es injusto señalar que la limpieza étnica llevada a efecto fue casi tan extraordinaria como la llevada a cabo en Norteamérica, y casualmente, en el siglo XIX, cuando las masacres alcanzaban cotas dantescas, justamente entonces arreciaron con las falacias de la leyenda negra contra España. Hoy, si un extraterrestre observase la composición del mapa humano de Oceanía y de América, pronto podría determinar en qué lugar dominó España y en qué lugar dominó la Gran Bretaña.
“Los ingleses declararon que Australia era terra nullius--es decir, sin habitantes humanos--y así justificaron el despojo de las tierras indígenas y el saqueo del continente. Arrebataron las tierras fértiles y arrojaron a los aborígenes a las zonas áridas del interior. Llevaron enfermedades desconocidas y en dos años la viruela mató casi la mitad de la población aborigen de la zona donde hoy se encuentra la ciudad de Sydney. Una epidemia de viruela estalló 15 meses de la llegada de los primeros colonos, en abril de 1789. Posteriormente, muchos aborígenes murieron en las epidemias de 1829 a 1831 y 1865 a 1869.”
Para los ingleses, los aborígenes no eran seres humanos. ¡Qué diferencia entre esa declaración y la Controversia de Valladolid!
“A la gran mayoría de las familias aborígenes les quitaron hijos, y en algunos casos eso se repitió varias generaciones. Muchos niños nunca volvieron a ver a sus padres y hoy muchos los buscan. A las familias que opusieron resistencia las sancionaban y castigaban cruelmente a los niños robados por hablar el idioma de sus padres o intentar huir y regresar a su familia…La policía, los pastores o cualquier persona de alta posición social tenía el derecho de entrar a un hogar, decir que descuidaban a los niños y llevárselos.”
“Se calcula que de 1860 a 1930, los colonos del Territorio del Norte mataron a 10.000 aborígenes. Oficialmente, se registró apenas una pequeña parte de las masacres. En la masacre de Myall Creek de 1838, ataron a 28 aborígenes, la mayoría mujeres y niños, los llevaron a unos corrales y los mataron con espadas. Ese mismo año, la policía mató a cientos de aborígenes en la masacre de Slaughterhouse Creek. En 1840, los colonos mataron a unos 80 aborígenes en la masacre de Fighting Hills. En 1868, 30 a 60 cayeron víctimas de un grupo de policías/colonos en la masacre de Jaburrara. En 1886, los mineros balearon a 150 aborígenes. Para los colonos de Queensland, los aborígenes eran "fieras para la caza". De 1824 a 1908, mataron a 10.000.”
Pero, ¿qué importancia tenía matar un aborigen que era considerado como un canguro?
La segregación y degradación de los aborígenes bajo las "leyes de protección" duró hasta el siglo XX, y miles de indígenas pasaron toda la vida en esa condición, en los lugares más apartados del país. El gobierno controlaba la vida cotidiana, el trabajo, el matrimonio, lo que leían, sus actividades de tiempo libre, y sus ritos culturales y religiosos...
“De 1911 a 1964, en el Territorio del Norte, los aborígenes de "raza pura" vivían "bajo la protección del estado" y no podían salir de las reservas sin permiso. Se prohibía el consumo de alcohol, relaciones sexuales entre las razas y matrimonios entre las razas sin permiso oficial. En Queensland, a los "culpables" de "conducta escandalosa" o "desobediencia" los expulsaban a otro estado de 12 meses hasta de por vida. Los metían a la cárcel por tres semanas por "contestar mal", "negarse a trabajar", "decirle cabrón al encargado de higiene", "cometer adulterio", "jugar naipes", "invitar a un hombre a pasar la noche", "dejar sucio el salón de recreo", "negarse a dar una muestra fecal al servicio de higiene, además de destruir la botella que se proporciona para ese fin, la cual es propiedad del departamento". Muchas de esas leyes e instituciones estuvieron en vigor hasta 1972.”
En 1944, durante del proceso de Nuremberg, “la Ley de Derechos de Ciudadanía para los Indígenas les facilitó solicitar la "ciudadanía", pero tenían que demostrar a un magistrado que habían "disuelto sus afiliaciones indígenas y tribales", "adoptado las costumbres de la vida civilizada" durante dos años, y que "hablaban y entendían el idioma inglés", además de ser "muy trabajadores". Les revocaban la ciudadanía por ofensas menores como cortar árboles, ser desordenado, no mantener la lavandería limpia o tomar mucho. Esa ley siguió en vigor hasta 1971.” Y hasta dejaron de organizarse cacerías de aborígenes, no así de canguros.
“En 1997, una comisión nacional de derechos humanos publicó el informe de una investigación de tres años, Bringing Them Home: National Inquiry into the Separation of Aboriginal and Torres Strait Islander Children from Their Families, que examinó la separación de unos 100.000 niños indígenas de sus familias hasta 1970. Los investigadores recabaron información de 535 relatos personales, 1000 escritos personales y 242 testigos, y concluyeron que prácticamente todo aborigen del continente de Australia sufrió las penas de la separación de los niños.”
“Por su parte, el "Protector General" a cargo del Occidente de 1915 a 1940 planteó: 1) que se dejara que los de "raza pura" se extinguieran; 2) que se separara a los "media casta" de su madre; y 3) que el gobierno regulara los matrimonios entre los "media casta" y les mandara casarse con blancos. Según ese racista, a cargo de los asuntos indígenas en el Occidente, eso permitiría "que con el paso del tiempo se olvidara que una vez hubo aborígenes en Australia".”
“Actualmente, hay aproximadamente 400.000 aborígenes, solo el 2.1% de los 19 millones de australianos, pero un porcentaje muy alto de esa población son pobres, desempleados y presos, y mueren muy jóvenes. Los aborígenes tienen una tasa de desempleo de 34%, casi cinco veces el promedio nacional. Según cifras oficiales, el 55% recibe welfare y el 11% no tiene ingresos. Una familia aborigen tiene una probabilidad 20 veces mayor de estar sin casa. El promedio de vida de los aborígenes es de cinco a 20 años menos que el de los australianos blancos. En una comunidad de la isla Tiwi, el suicidio es tan común que han colocado alambre de púas en los postes de alumbrado para que los jóvenes aborígenes no se lancen a los cables de alta tensión. En 12 meses, la policía respondió a 50 llamadas por tentativa de suicidio y en un año cortaron la electricidad en más de 40 ocasiones… Un aborigen tiene una probabilidad 17 veces mayor de ser arrestado que un blanco, y la cantidad de presos indígenas ha aumentado en un 61% en los últimos siete años, casi dos veces la tasa de aumento de presos blancos. Un aborigen tiene una probabilidad 15 veces mayor de ir a la cárcel y 16 veces mayor de morir ahí.”
“En el Territorio del Norte, han sentenciado a chicos de 12 a 15 años a la cárcel porque su familia no pagó multas por infracciones como andar en bicicleta sin casco. En un caso en Australia Occidental, el magistrado dispuso que un chico de 15 años pasara 30 días "bajo observación" en un centro de detención por robarse un helado que costó A$1,90. Después de 18 días, la Corte de Menores ordenó que lo pusieran en libertad... a 600 kilómetros de su casa.”
“Desde la invasión del continente por colonos ingleses en 1770, los aborígenes han sufrido una opresión bárbara bajo la bota del colonialismo capitalista y el imperialismo, que los despojaron de su tierra y masacraron a miles. La política racista del gobierno creó generaciones de niños robados. El genocidio ha continuado por más de 200 años hasta hoy, cuando los aborígenes viven una sistemática y sumamente cruel opresión nacional.”
“El vicepresidente de la Sociedad Real de Tasmania (Australia), James Barnard, escribió en 1890 que “el proceso de exterminio es un axioma de la ley de la evolución y de la supervivencia del más apto”. Por ello concluía que no había ninguna razón para suponer que “hubo alguna negligencia culposa” en el asesinato de los aborígenes australianos. Ante estos planteamientos racistas darvinistas se inició una terrible masacre con el objetivo de exterminar a los aborígenes. A las familias nativas se les daba alimento envenenado, y las cabezas de los muertos eran clavadas a las entradas de los campos. En el transcurso de 50 años la mayoría de los poblados aborígenes de Australia desaparecieron de manera cruel y brutal.”
“Muchos de los aborígenes fueron empleados como animales en experimentos de laboratorio. El Instituto Smithsoniano en Washington DC tenía los restos de 15 mil personas de distintas razas. Al Museo Británico fueron enviados por barco 10 mil aborígenes con el objeto de ver si eran el “eslabón perdido” en la transición de animal a humano. Los museos pagaban muy bien todo este tipo de “muestras de laboratorio”. Esa misma actividad sería llevada a cabo en el exterminio de los fueguinos, llevado a cabo por ingleses y holandeses en connivencia con el gobierno masónico de Argentina.
“En el Museo los aborígenes eran descritos como “animales australianos”. Además instruía a sus colaboradores en la forma de saquear tumbas y en el modo de obturar las heridas de balas de las “muestras” recién asesinadas.
Una científica evolucionista alemana, Amalie Dietrich (apopada “Angel de la Muerte Negra”), llegó a Australia ofreciéndose a los propietarios de las grandes granjas para exterminar a disparos a las “plagas de aborígenes” que asolaban sus campos. De esa manera conseguía “productos típicos” para dotar a los museos europeos.”
La población aborigen de Tasmania fue exterminada por los ingleses.
“La Guerra negra o Genocidio de Tasmania (en inglés conocida como Black War) se refiere al período de guerra no declarada durante la colonización británica entre las fuerzas del gobierno británico junto con los nuevos colonos contra los aborígenes tasmanos en la Tierra de Van Diemen (actualmente Tasmania) a principios del siglo XIX. La colonización se convirtió en un genocidio, promovido y recompensado económicamente por el gobierno británico, que provocó la total destrucción de la población aborigen tasmana. Desde la llegada de los primeros barcos con colonos europeos en 1772 los tasmanos fueron utilizados como fuerza de trabajo esclava y fuente de placer sexual, fueron torturados y mutilados. Se los había cazado y se habían vendido sus pieles a cambio de una recompensa del gobierno. Hacia 1830 el número de tasmanos se había reducido de unos cinco mil a sólo 220 o 72 -según las fuentes- que fueron finalmente recluidos hasta su muerte. En 1860 murió el último hombre tasmano; un miembro de la Royal Society of Tasmania, George Stokell, mandó abrir su tumba para hacerse una petaca con su piel. La última mujer palawa (tasmana), una mujer llamada Truganini o Trugernanner murió en 1876.”
Genocidio completo en Tasmania, los ingleses aquí provocaron 8 veces más muertes que la Inquisición en 350 años y en toda la Hispanidad… o lo que es lo mismo, acoplando los plazos y las cifras, el Imperio británico, en esta ocasión demostró ser 49 veces más letal que la Inquisición; con una peculiaridad, cada proceso de la Inquisición era eso, un proceso, con acusación, defensa, pruebas, dilaciones, recursos… y delito comprobado del que el reo no se arrepentía; algo que no se puede aplicar a este caso. Pero no fue eso lo peor: exterminaron a toda la población. No mataron más sencillamente porque no había más que matar.
“Como represalia por cazar ganado, raptaban a los niños y los ponían a hacer trabajos forzados; violaban y torturaban a las mujeres, y les daban harina envenenada; y ejecutaban a los hombres. En 1824, el gobernador autorizó a los colonos balear a los aborígenes y en 1828 instituyó la ley marcial. Los soldados y colonos arrestaban o mataban a los aborígenes que encontraban en los pueblos. Grupos racistas respondían a todo acto de resistencia con masacres despiadadas. Hacia 1835, el saldo era de 3000 a 4000 muertos. Solo quedaban en la isla 123 aborígenes y a esos los expulsaron a otra isla.”
¿El porcentaje de verdad de lo relatado? Miremos el mapa humano y calculemos. Miremos lo que dice Darwin y demás autoridades inglesas, y convengamos…
Genocidio en la India
Hay quien afirma que “Los campos de concentración nazis se quedan pequeños comparados por ejemplo con los 30 millones de muertos de hambre en la India colonial británica en la década de 1870 ante la mirada indolente y la inacción del gobierno colonial inglés, que veía morir a millones mientras tenía enormes graneros repletos de cereales para la exportación y organizaba los mayores banquetes de la historia de la humanidad celebrando de la coronación de la Reina Victoria (hay datos de que alguno de aquellos banquetes llegó a reunir 60.000 comensales invitados entre las clases altas de distintas naciones ¡y cuya duración llegaba a ser de una semana! )”
Treinta millones de muertos en diez años que, siguiendo la costumbre, siempre exceptuada la Inquisición, dividiremos por 100 a la hora de realizar los cálculos. Nos quedan 300.000 víctimas de su graciosa majestad en el módico plazo de diez años.
“Entre 1876 y 1902 se concatenan una serie de hambrunas, provocadas por el colonialismo británico a través de sus políticas liberales y malthusianas, en India, China, Brasil, Etiopía, Corea, Vietnam, las Filipinas y la isla de Nueva Calcedonia, que provocan cerca de 60 millones de muertos. A destacar la hambruna india de 1876-1879, cuyo responsable directo fue el virrey británico Lytton, que costó la vida a más de 10 millones de personas y la de 1896-1902, principalmente “gracias” a la políticas británicas y a la ideología colonialista y racista del virrey George Curzon, que causaron 19 millones de muertos. También una terrible hambruna asoló la India décadas más tarde, en 1943-1944, costando alrededor de 4 millones de muertos cuya responsabilidad recae sobre el Imperio británico. Esta hambruna sirvió de acicate para la lucha por la independencia en la India.”
Volvamos a calcular. Sesenta millones, dividido 100 son 600.000, más los 300.000 ocasionados en un periodo idéntico inmediatamente anterior, 900.000. Con este dato, los ingleses provocaron 129 veces más muertes que la Inquisición en 350 años y en toda la Hispanidad… o lo que es lo mismo, acoplando los plazos y las cifras, el Imperio británico, en esta ocasión demostró ser 25165 veces más letal que la Inquisición; con una peculiaridad, cada proceso de la Inquisición era eso, un proceso, con acusación, defensa, pruebas, dilaciones, recursos… y delito comprobado del que el reo no se arrepentía; algo que no se puede aplicar a los casos de la hambruna. Y a los muertos de 1943 no los incluimos.
“En la tarde del domingo 13 de abril de 1919. En la ciudad de Amritsar, situada en el Punjab, al norte de la India… Todo transcurría con normalidad, pero las aclamaciones de la multitud hicieron que el comandante inglés de la ciudad, el general Reginald Dyer, perdiera su sangre fría. A las cinco de la tarde ordenó que una tropa de cincuenta soldados se situara a la entrada de la plaza donde se celebraba la reunión. Sin mediar aviso, los soldados se situaron a unos ochenta metros de la multitud y el oficial británico, asustado por algunas increpaciones, ordenó disparar contra la masa indefensa. Más de mil fueron heridos y corrían sorprendidas por la violencia e irracionalida de las tropas británicas.”
En 1948 los ingleses “dividen Pakistán e India asesinando a 300.000 inocentes.”
“Las relaciones comerciales entre China e Inglaterra se inician en 1699. Durante el siglo XVIII el consumo de opio se había extendido por todo el territorio chino. A pesar de encontrarse prohibido por las leyes chinas, el tráfico del opio fue perseguido y monopolizado por los ingleses desde 1799 hasta 1834…Los hijos de Inglaterra tuvieron el raro honor de ser los precursores del narcotráfico a gran escala al introducir masivamente el opio en China envenenando a su pueblo, lo que trajo aparejado las Guerras del Opio y la Rebelión Taiping. Los historiadores estiman que durante este trágico período (1840-1865) fueron muertos cerca de 60 millones de chinos, una cifra equivalente al total de fallecidos en la Segunda Guerra Mundial.”
Dividamos las cifras por cien… ¿600.000 más? La medalla de oro al genocidio se la lleva, sin dudar, la Gran Bretaña.
Genocidio anglosajón en Filipinas
Pero no acaba ahí la labor anglosajona; nos dejamos en el tintero muchos casos, pero por cercanía y volumen debemos tratar el caso de Filipinas. “Entre los años 1899 y 1913 los Estados Unidos de América escribió las páginas más negras de su historia. La invasión de Filipinas por ninguna otra razón que la adquisición de posesiones imperiales, provocó una feroz reacción del pueblo filipino. 126.000 soldados estadounidenses fueron traídos para sofocar la resistencia. Como resultado, 400,000 Filipinos "insurrectos" murieron bajo el fuego estadounidense y un millón de civiles filipinos murieron a causa de las dificultades, los asesinatos en masa y las tácticas de tierra arrasada llevadas a cabo por los estadounidenses.”
A este respecto escribió el general de brigada J. Franklin Bell: "A fin de combatir dicha población, es necesario que el estado de guerra sea lo más insoportable posible, y no hay manera más eficaz de lograr esto que mantener las mentes de la gente en un estado de ansiedad y el temor de que vivir bajo tales condiciones se hará pronto intolerable".
Bernard Fall, se refirió a la conquista de las Filipinas como "la guerra más sangrienta colonial (en proporción a la población) jamás librada por un poder blanco en Asia, que costó la vida a 3.000.000 filipinos. Así mismo, estimamos que matamos a un sexto de la población de la isla principal de Luzón a unas 600.000 personas.”
Para destruir la guerrilla, EE.UU. decidió sacrificar al pueblo filipino: es la destrucción de las ciudades de destino y pueblos, los soldados estadounidenses queman las casas y van a romper la moral de las personas con las violaciones en masa, los fusilamientos y torturas generalizadas copiando métodos chinos y japoneses, tales como el consumo de agua hasta la muerte, a través de un embudo colocado en boca. En 1908, Manuel Arellano Remondo, en Geografía General de las Islas Filipinas, escribió: "La población se redujo debido a las guerras, en el plazo de cinco años desde 1898 hasta 1900, desde el comienzo de la primera insurrección, la población se estimaba en 9.000.000, y en la actualidad (1908), los habitantes del archipiélago no superen 8.000.000 en número". En vista del gran número de bajas civiles sufridas por la población, el historiador filipino E. San Juan Jr., dijo que la muerte de 1,4 MILLONES de filipinos es un claro acto de genocidio por parte de los Estados Unidos”. “Mientras apenas 16.000 insurgentes fueron muertos, fueron muertos un millón de civiles… Los anglosajones protestantes estadounidenses pretendían que toda su cultura, fuertemente influida por la cultura y religiosidad española fuese barrida del mapa.”
"Zinn Historia del pueblo de los Estados Unidos (1980) cita a 300.000 filipinos muertos en Batangas, mientras que el estadounidense William Pomeroy Neo-colonialismo (1970) cita a 600.000 filipinos muertos sólo en Luzón en 1902. La cifra actual de 1,4 millones cubre el período de 1899 a 1905".
Pero es que parece que las instrucciones recibidas por los invasores eran precisas"El comandante dijo que el general Smith le dio instrucciones de matar y quemar, y dijo que cuanto más se mató y quemó más satisfecho estaría, que no era el momento de tomar prisioneros, y que quería hacer de Samar un desierto horrible. Major Waller pidió al general Smith el límite de edad para matar, y él respondió: "todo sobre diez."
La orden de Smith en la campaña de Samar no podría haber sido más explícita: "matar y quemar, matar y quemar, más que matar y cuanto más se queme, mejor". Dijo Smith: "no hay tiempo para tomar prisioneros". La guerra debía ser librada "de la manera más nítida y más decisiva posible. Cuando se le pide que defina el límite de edad para matar, Smith dio su respuesta infame: "Todo sobre diez". Smith ordenó convertir Samar en un "desierto horrible" para que "incluso los pájaros no podiesen vivir allí".
“El genocidio se tornó táctica de guerra… que posteriormente usarían también en Vietnam… Los aldeanos eran internados en campos de concentración rodeados por campos de tiro…que llegaron a tener una tasa de mortandad del 20%. El 25 de Diciembre de 1901, el general Franklin Bell ordenó la detención de dos provincias enteras de Filipinas: Batangas y Laguna. Todo lo que no podían llevar consigo debía quedar atrás, inclñuida la sementera. Todo fue quemado por el ejército de los EUA”.
“Un millón de filipinos murió luchando contra la ocupación estadounidense dirigida por el general Arthur MacArthur. La Guerra comenzó cuando los filipinos, tras la derrota de España, no vieron cumplida la promesa norteamericana de conceder la independencia a las islas. En esta segunda guerra que los filipinos iniciaban por su independencia, Estados Unidos practicó la tortura de las llamadas "curas de agua," que obligaban al prisionero a ingerir cantidades ingentes de líquido, produciéndose muchas veces la muerte por colapso. La derrota de los filipinos frente a la superioridad militar americana representó la anulación de la Primera República de Filipinas y la abolición de la Constitución de Malolos, que establecía el español como lengua oficial de Filipinas. Tras la definitiva victoria norteamericana en aquella Guerra Filipino-Estadounidense, se produjo una importante resistencia de las clases medias hispanoparlantes contra la imposición del inglés y la marginación del español, lengua ésta que los americanos vetaban en la política y la educación.”
"La población disminuyó por razón de las guerras, en el quinquenio de 1895 a 1900, pues al empezar la primera insurrección se calculaba en 9 millones y actualmente (1908) no llegarán a 8 millones los habitantes del archipiélago".
“Siempre se hubo señalado como una existente agenda genocida por parte de los WASP usenses de asesinar disimuladamente a la población filipina de habla-hispana de Manila y cercanías, sopretexto de la guerra de liberación de 1945 en contra de los ocupantes japoneses, viene confirmándose.
El bombardeo, estilo alfombra, que en 1945, adrede se ordenó sobre un Intramuros de habla española (juntamente con los distritos de Ermita y Binondo, donde también se hablaba el idioma criollo, o chabacano del español), queda considerado como una medida genocida tomada, no tan solamente en contra de las existentes iglesias católicas sino en contra también de la población filipina que rezaba en español en esas mismas iglesias.
La resistencia, por parte del piloto usense, Major John A. Cox, de obedecer la orden "de arriba" de bombardear a la iglesia de San Agustin de Intramuros, puesto que en la misma ya no había japoneses sino gente de habla hispana, ya es prueba suficiente del genocidio que se hizo. (Vea la p-gina 34 del libro "San Agustin, Art & History, 1571-200," publicado por "Solutions" en Hong-Kong, ISBN 971-91571-8-6, escrito por Pedro E Galende, OSA, y Regalado Trota José.)
También queda como otra prueba contundente del referido genocidio, el proyecto WASP usense de precisamente aterrizar sus tropas en Filipinas, en vez de Okinawa o Formosa, para destruir al pueblo filipino que hablaba español y establecer una "reocupación neocolonial" de Filipinas con miras de truncar la independencia asegurada por las leyes Tydings MacDuffie y Jones.”
“El Presidente Sacay asumió el poder tras la captura y arresto domiciliar del Presidente Aguinaldo; pero en 1906 fue engañado, mediante políticos filipinos que empezaron a creer en la "benevolencia" norteamericana, con una falsa oferta de amnistía y un puesto a la proyectada Asamblea Nacional. Fue calladamente ahorcado en 1907 de una forma injusta y totalmente criminal en comparación con el caso de José Rizal. ¡Ahorcaron criminalmente al segundo presidente de la República de Filipinas!
El citado Don Luciano de la Rosa nos informa que "es de esperar que una enorme proporción de esas bajas sean filipinos de habla hispana ya que eran los de este habla los que mejor entendían los conceptos de independencia y libertad y los que escribieron obras en idioma español sobre dichas ideas".
“Es de esperarse que este genocidio perpetrado tras la invasión estadounidense fuese cometido mayormente contra la población filipina de habla hispana, ya que eran los que mejor entendían los conceptos de independencia y libertad; los que escribían sus obras y expresaban sus ideas en la lengua de Cervantes.”
”El poeta filipino Fernando María Guerrero exclamaba en 1913 en su poema a Hispania:
"Oh, noble Hispania!
Es para ti mi canción, canción que
viene de lejos como eco de antiguo amor,
temblorosa, palpitante y olorosa a tradición
para abrir sus alas cándidas
bajo el oro de aquel sol que
nos metiste en el alma con el fuego de tu voz
y a cuya lumbre, montando, clavileños de ilusión,
mi raza adoró la gloria del bello idioma español,
que parlan aún los Quijotes de esta malaya región,
donde quieren nuevos Sanchos que parlemos en sajón".
Los Selkman
Otro genocidio del liberalismo es el de los selknam u ona, pueblo amerindio de la Isla Grande de Tierra de Fuego. Fue el exterminio de los fueguinos, que tuvieron la desgracia de ver cómo sus tierras interesaban a los productores ganaderos de Alemania, que “llegaron a pagar una libra esterlina por cada selknam muerto, lo que era confirmado presentando manos u orejas… “En 1890 el gobierno chileno cedió la isla Dawson, en el estrecho de Magallanes a sacerdotes salesianos que establecieron allí una misión, dotada de amplios recursos económicos. Los selknam que sobrevivieron al genocidio fueron virtualmente deportados a la isla, la que en un plazo de 20 años cerró dejando un cementerio poblado de cruces… Se estimó una población antes del proceso colonizador entre 3500 a 4000 personas.”
En 1882, el periódico londinense Daily News publicó un reportaje a un británico interesado en las posibilidades económicas de Tierra del Fuego: “Se piensa que la Tierra del Fuego sería adecuada para ganadería, pero el único problema en este plan es que, según parece, sería necesario exterminar a los fueguinos.”
Gusinde relata cómo los cazadores «enviaban los cráneos de los indios asesinados al Museo Antropológico de Londres, que pagaba ocho libras por cabeza».
Lamentablemente Argentina no fue ajena a esta masacre. Había caído en manos del liberalismo. “El 25 de noviembre de 1886, el capitán Ramón Lista desembarcó en la playa de San Sebastián con el fin de explorar la región. Ese mismo día se topa con una tribu ona. El capitán intenta tomarlos prisioneros, pero éstos se resisten. Lista ordena entonces a sus hombres abrir fuego y matan a 27 onas. Un sacerdote salesiano, José Fangano, que acompañaba a la expedición, enfrenta a Lista y le recrimina por la matanza. Lista amenaza con hacerlo fusilar. Días después los hombres de Lista se ensañan con un joven ona al que encontraron escondido tras unas rocas, armado tan solo con su arco y su flecha: lo asesinan de 28 balazos.”
“Alejandro Maclennan invita a una tribu ona, a la que él había estado hostigando, a un banquete para sellar un acuerdo de paz. Durante el banquete, Maclennan sirve grandes cantidades de vino. Al comprobar que la mayoría de los indígenas se han embriagado, en especial los hombres, Maclennan se aleja del lugar y ordena a sus ayudantes, apostados en las colinas, abrir fuego contra toda la tribu.”
Los cazadores: Julio Popper (judío rumano y masón), Ramón Lista, Alexander McLennan, Alejandro Cameron, Samuel Hyslop, John Mcrae, Montt E. Wales. "Capatazes y peones ingleses, escoceses, irlandeses e italianos, fueron los `cazadores de indios´ que como Mac Lennan o `chancho colorado´, pusieron el precio de una libra por testículos y senos, y media libra por cada oreja de niño.”
“El escocés Alexander McLennan… fue administrador en una estancia sobre la Bahía Inútil. En el exterminio de los indios se destacaba por sus grandes ofensivas. Con una caterva de bandidos inhumanos desplegados en formación dispersa "limpiaba" paso a paso grandes áreas de indígenas. No tomaba prisioneros, sino que disparaba indistintamente sobre cualquier ser que se movía o se ponía delante de sus caños. Estas cacerías le proporcionaban excelentes ganancias, pues estaba al servicio de la estancia más grande. Monseñor Fagnano también lo confirma en J. Edwards: 230 de la siguiente manera: Él "ganó en un año, en premios por tan macabro sport, la suma de 412 esterlinas, lo que quiere decir que en un año había muerto 412 indios. Esta deplorable hazaña fue festejada con champagne, en medio de una incalificable orgía, por algunos miembros de la compañía que brindaron por la prosperidad de la 'Esplotadora' y por la salud del brillante tirador..." Hasta ahora, ¡sólo se ha contado algo parecido de caníbales!
“La cacería tenía más éxito cuando una india en avanzado estado de gravidez caía en manos de los blancos. Clavaban la bayoneta en el vientre de la indefensa, le arrancaban el feto y también a éste le cortaban las orejas. Por los dos pares recibían una recompensa mayor”
El genocidio, destinado a proteger los intereses del capitalismo inglés y alemán, fue apoyado por el presidente argentino, el liberal democrático Miguel Ángel Juárez Celman, que pretendía corregir el "turbio entendimiento" del pueblo argentino. “La ocupación ganadera, comenzó a ser centro de la polémica en la colonia magallánica, las autoridades estaban absolutamente al tanto de la situación de los indígenas, sin embargo, el criterio fue condescendiente con la causa ganadera, y no con los selknam.
“Los empresarios ganaderos actuaron siempre bajo su propio criterio, financiando campañas de exterminio, para lo cual se contrataron a numerosos hombres, extranjeros en su mayoría, importándose considerables cantidades de armamentos, cuyo objetivo era hacer desaparecer bajo cualquier costo a los selknam.”
La ley de Linch
El genocidio tiene muchas facetas; así, en Estados Unidos de Norteamérica, paradigma del liberalismo, “El Instituto Tuskegee ha registrado que 3.446 negros y 1.297 blancos fueron linchados entre 1882 y 1968.”… Y es que, en los años 20 del siglo XX estaban estudiando leyes para enmarcar el linchamiento. “De 1882 a 1968, cerca de 200 proyectos de ley contra el linchamiento fueron presentados en el congreso.” Y era tal la inseguridad que se da una gran migración que se extiende desde 1910 hasta 1970. Seis millones y medio de negros salieron del sur, principalmente en las ciudades del norte y centro-oeste, en busca de empleo y para escapar del riesgo de linchamiento”.
Es de destacar que los destinatarios del linchamiento eran principalmente católicos (mexicanos que quedaron en los territorios usurpados por EE.UU, italianos, e irlandeses), a los que hay que añadir los nativos, prácticamente exterminados, los chinos y los negros. Es de destacar que los WASP (blanco, anglosajón y protestante) consideran negro prácticamente a todo aquel que no es rubio y de ojos azules, por lo que el número total de negros y de blancos víctimas de este genocidio, no puede ser entendido sino sumando ambas cifras y no teniendo en cuenta el extracto racial de las mismas. Tan sólo señalar que ese espíritu racista se encuentra presente de forma especial en los genocidas de corte liberal democrático y protestante, y más concretamente en su versión anglosajona.
“Los métodos usados en el linchamiento no incluían juicio alguno, sino que el reo era torturado y finalmente ejecutado a la vista de unos espectadores que jaleaban los actos de quienes torturaban a la víctima. A menudo se convirtieron en atracción de circo; eran anunciados en los periódicos y programados para que pudiesen realizarse reportajes fotográficos, que posteriormente tenían un mercado importante.”
Explotación y deportaciones
¿Y las explotaciones y las deportaciones llevadas a cabo? Inglaterra es una experta en estos asuntos. En la ciudad de York existe un museo esclarecedor de cómo la legislación británica deportaba a sus propios súbditos a los territorios de Australia y Nueva Zelanda. Al ganado destinado al matadero no se le trata así.
Pero hay más: “El informe de la comisión central comprueba que los fabricantes raramente emplean a niños de cinco años de edad, frecuentemente de seis años, muy a menudo de siete años, en la mayoría de los casos de ocho o nueve años; que la duración del trabajo es con frecuencia de 14 a 16 horas diarias (excluyendo el tiempo de las comidas), que los industriales toleraban que los supervisores golpearan y maltrataran a los niños, y que ellos mismos frecuentemente obraban del mismo modo; se informa incluso del caso de un industrial escocés que persiguió a caballo a un obrero de 16 años que había huido, forzándolo a correr delante de él al trote de su caballo y golpeándolo continuamente con un largo látigo.”
"Las deformaciones de la columna vertebral son muy frecuentes entre los obreros. Algunas de ellas, como consecuencia de exceso de trabajo físico, otras como consecuencia de un trabajo prolongado sobre una constitución originariamente débil o debilitada por una mala alimentación. Los estropeados parecían ser más frecuentes que estas enfermedades; las rodillas estaban torcidas hacia adentro, los tendones de los tobillos muy frecuentemente aflojados y distendidos y los huesos largos de las piernas, torcidos. Eran sobre todo los extremos de esos huesos largos los que se hallaban deformados e hipertrofiados, y esos pacientes provenían de fábricas donde con frecuencia se trabajaba prolongadamente" (Dr. Loudon evid.: p. 16).
Genocidio Islámico
Las persecuciones islámicas tienen un largo recorrido. Cada día tenemos noticias de la feroz actuación del Islam, tanto en aquellos lugares donde está impuesto y directamente es impensable hasta la libertad de santiguarse, como en aquellos lugares donde está en curso la invasión.
Dada la evidencia diaria y la no ocultación del espíritu genocida, como sí ocurre en el caso del liberalismo y del comunismo, vamos a ser más breves en el detalle del genocidio islamista, y vamos a acometer más directamente la justificación que la doctrina de Mahoma da al mismo.
La espiral de víctimas del Islam no para de crecer. Hay estadísticas diarias que miden la cantidad de atentados cometidos (Ver http://www.alerta360.org/secciones/cifras/), en donde quedan registrados desde las ejecuciones individuales hasta las masacres de todo tipo que nos dejan titulares como:”150 niñas afganas envenenadas por extremistas por pretender recibir educación”. Tomando más datos al azar nos encontramos con que en total 22 países han sufrido los ataques de la "guerra santa" del Islam en julio de 2012: Afganistán, Arabia Saudita, Autoridad Palestina, Bulgaria, Daguestán, Egipto, Filipinas, India, Ingusetia, Irak, Jordania, Kenia, Kosovo, Mali, Nigeria, Pakistán, Rusia, Siria, Somalia, Tailandia, Tayikistán y Yemen. La Yihad islámica ha provocado al menos 920 muertos y 2234 heridos graves sólo en mayo de 2012. El total de víctimas contabilizadas en el mes es, por tanto, de 3.154. Lo más llamativo es que se trata de datos tomados al azar; es de señalar que esa actividad es constante.
Otros hitos del genocidio en el Islam.
“En su libro “El crecimiento de la población musulmana en la India”, el profesor Kishori Saran Lal calcula que entre el año 1000 y el 1525, 80 millones de hindúes fueron asesinados (eso sin hablar de hambrunas y otras calamidades engendradas por las guerras). “Sin duda el mayor holocausto de la historia de la humanidad”.
“La historia de la dominación musulmana en la India es la crónica de un genocidio sin precedentes en los anales de la Historia. El fanatismo y la brutalidad de aquellos hombres surgidos del desierto, movilizados por la ciega intolerancia de una ideología dirigida únicamente a la opresión y la esclavitud y lanzados sobre civilizaciones y culturas brillantes y complejas dejó el reguero de destrucción y muerte del cual la mayoría de las tierras que fueron subyugadas por aquella marea no se ha recuperado nunca. Fue arrasado Bizancio y la milenaria presencia griega en Asia Menor y Egipto, el cristianismo desapareció para siempre del norte de África, fue reducido a islotes sometidos al abuso y la arbitrariedad en el resto de Oriente, la magnífica Persia de los Sasanidas entró en la noche de su historia, incluso España vio su suelo hollado durante siglos por la terrible pisada esterilizante del islam, hasta la victoria definitiva de los cristianos. Coincidencia de extraordinaria significación, la India ve la llegada de las avanzadilla mahometanas al Indo en el año 711, un año (o meses apenas) antes que el desembarco de Tarik en las costas del sur de Hispania. A partir de ahí se abre para el subcontinente indio una época terrible de destrucción y opresión para el que acabará con la llegada de los británicos, hecho que marcará el fin de la India musulmana.”
Evidentemente, en cada repunte de genocidio se señala que ése es el más grande de la historia de la Humanidad. Son muchos los genocidios cometidos en la historia de la Humanidad, aunque es en la Edad Moderna cuando se muestra una mayor sensibilización al respecto.
Las matanzas llevadas a cabo por los invasores musulmanes de España se repitieron conforme avanzaba la conquista, tanto contra los naturales como entre los propios invasores. En concreto, durante el reinado de Abderraman I. Los levantamientos contra Abderramán duraron 20 años; los alzamientos fueron constantes… y constantemente ahogados en sangre, y en impiedad. En la sublevación de Al-Ala, en Carmona, decapitó a 7000 hombres. Castigo similar recibió Toledo.
Era implacable: en Sevilla se rebeló Abu Sabbah por haber sido nombrado y posteriormente destituido valí de la ciudad. Lo mandó llamar a Córdoba en son de paz y lo mató. Nuevas sublevaciones en Sevilla significaron nuevas matanzas en 773.
Intentonas de derribar a Abderramán se sucedieron, aportando nuevos contingentes de africanos que se refugiaban en distintos lugares para combatir a Abderramán. Sierra
Elvira, la Alpujarra, la Serranía de Ronda, se llenaron de ellos, y las invasiones de los
valies de África le acosaban. Intentos de desembarco llevaron a poner en grave situación las costas de Tortosa.
No dudó en exterminar a los yemeníes, quienes le habían puesto en el trono… Y quienes siempre pagaban por uno u otro motivo eran los mozárabes, que o bien tomaban las armas por alguno de los partidos contendientes, o sin tomarlas eran masacrados por la ferocidad y codicia de los invasores. Tan es así que según consta en una crónica de la época, el emir Yusuf mandó hacer un nuevo censo de la cristiandad tributaria, haciendo borrar de la misma a un número importante de españoles que habían sido asesinados o habían huido al norte.
En 758, a los habitantes de Castella, capital del cantón de Elvira (en Granada), se les impuso que pagasen anualmente 10.000 onzas de oro, diez mil libras de plata, 10.000 cabezas de los mejores caballos y otros tantos mulos, con más de 1000 armaduras, mil cascos de hierro y otras tantas lanzas (dado en Córdoba a tres de Safar del año 142). Era un impuesto por ser español del que no se libraban los renegados, los muladíes, lo que acabó provocando levantamientos que indefectiblemente eran ahogados en sangre.
“Los renegados del arrabal de Córdoba se levantaron contra Al–Hakem en 805 y 806, siguiendo su ejemplo los toledanos, excitados por los cantos de un poeta de sangre española, Garbîb. Para domeñar a los rebeldes se valió el califa de otro renegado de Huesca, Amrúst quien, con infernales astucias, preparó contra los de su raza la terrible matanza conocida con el nombre de día del foso, en que fueron asesinados más de 700 ciudadanos, los más conspicuos e influyentes de Toledo.”
El año 807, se presentó Abderramán en Toledo al frente de una aceifa y se hospedó en la alcazaba que los mismos toledanos habían elevado, donde recibió a los españoles más principales y les ofreció un magnífico banquete.
“Los españoles fueron recibidos de uno en uno, siendo conducidos al centro de la fortaleza donde se había excavado un gran foso, donde fueron arrojados, previamente degollados, todos los invitados. Cuentan los historiadores árabes Ben Alcutia, Annouairi e Ibn Adari que fueron asesinados entre 700 y 5000 toledanos ante la vista de Abderraman, que contaba catorce años. El trágico día ha pasado a la historia como
“el día de la hoya” . Y es que los invasores seguían al pie de la letra lo que les manda el califa Omar: “Nosotros debemos comernos a los cristianos, y nuestros descendientes se deben comer a los suyos mientras que dure el islamismo” .
La pasión del pueblo español bajo el Islam no se quedó en ese hecho. Pocos años después, el 31 de Agosto del 813 tuvo lugar en Córdoba la revuelta llamada del arrabal. El desorden llegó a tal punto que, cuando se convocaba a la plegaria, el populacho gritaba, dirigiéndose a Al- Hakam: “¡Ven a rezar, borracho, ven a rezar!” Por su parte, Al Hakam hizo crucificar a diez españoles significados cristianos, lo que motivó un levantamiento y la ruina del arrabal. Acto seguido sacó de todas las viviendas a quienes las habitaban y se les hizo prisioneros, luego se detuvo a treinta de los más notables de entre ellos, se les ejecutó y se les crucificó cabeza abajo. Y, durante tres días, los arrabales de Córdoba sufrieron muertes, incendios, pillajes y destrucciones. Parte de los emigrantes del Arrabal se refugiaron en Fez y otros en la isla de Creta, donde formarían un gobierno autónomo hasta el año 961. Al Hakam, después hizo arrasar el arrabal y sembrarlo para que no quedara recuerdo de él. Posteriormente lo convertiría en cementerio. En más de veinte mil hombres útiles disminuyó la población de Córdoba. Y el arrabal quedó arrasado y convertido en campo de siembra.
“Ni después de esta carnicería e incendio cesaron los furores de Al–Hakem. Trescientas cabezas hizo clavar en postes, a la orilla del río, y expulsó en el término de tres días a los renegados del arrabal; 15.000 de ellos no pararon hasta Egipto.”
Las persecuciones no pararon. Se intensificaron o se calmaron, pero sólo desaparecieron cuando definitivamente triunfó España el 2 de Enero de 1492.
Con la invasión almorávide se llevó a cabo la expulsión de los mozárabes el año
1126, que ya habían ido emigrando de manera importante en los últimos años, cuando repoblaron gran parte de los territorios reconquistados por Alfonso I el Batallador. También los judíos vieron en esta ocasión arrasadas sus sinagogas y se vieron forzados a refugiarse en los reinos hispánicos.
Mediado el siglo XII “Los almohades invaden el floreciente reino que en el centro y mediodía de España habían fundado los moros, y ponen a los judíos entre el islamismo y la muerte. Hordas de muzmotos, venidos de África, allanan o queman las sinagogas. Entonces los judíos se refugian en Castilla.”
Al Andalus sufre una nueva invasión que conquistó Cádiz, Málaga y Sevilla, en el curso de una yihad lanzada no sólo contra los españoles, sino incluso contra los mismos musulmanes, lo que les ocasionó importantes resistencias, entre las que no fue menor la del rey Lobo de Murcia, de una antigua familia muladí. Las tropas del 'Rey Lobo', Ibn Mardanish, expandieron las fronteras del reino de Murcia, que se había convertido en un protectorado de la Corona de Castilla.
Pero la historia del genocidio musulmán no se circunscribe a España.
En 1480 Otranto fue asediada por los turcos y, después de una larga batalla, cayó bajo el dominio otomano. El comandante de los turcos, bajá Gedik Ahmed, ordenó que todos los hombres sobrevivientes, desde los 15 años para arriba, fuesen obligados a renegar de la fe católica. Antonio Primaldo, un zapatero en nombre de todos los cristianos prisioneros declaró que ninguno de ellos se convertiría. “Ellos consideraban a Jesucristo como Hijo de Dios y querían mil veces morir antes que renegar de Él y hacerse musulmanes”. Frente a esta respuesta, el bajá Ahmed condenó a muerte a los 800 prisioneros. Todos fueron degollados o empalados, excepción hecha de los jóvenes, que fueron cautivados. “É metieron á espada la mayor parte de los cristianos que en ella habia; é despues de apoderado en la Ciudad é fortaleza mató á todos los clérigos que halló, é fizo aserrar por medio al Obispo de Otranto, é fizo matar mil y cuatrocientos hombres atados con sogas, é robaron la Ciudad, é enviaron la presa á Constantinopla donde del gran Turco habian sido enviados; é aquel Bajá, é los otros ordenaron de dejar gente para defender la Ciudad, é dejaron en ella cinco mil turcos y hombres de pelea con todas las cosas que eran menester, é con mucha artillería é fuéronse en Constantinopla, y ansí Otranto quedó con los turcos por suya.”
Masacres concretas en lugares concretos. Ese era y es el método islámico de genocidio, todo conforme a lo que ordena el Corán.
En ese mismo orden, y como sucedió en el siglo VIII en lugares tan distantes como España y la India, los principios del siglo XX se significaron con otro genocidio singular: el armenio.
“El Genocidio Armenio fue planeado y administrado centralmente por el Estado de Turquía contra toda la población Armenia del Imperio Otomano. Fue llevado a cabo durante la Primera Guerra Mundial entre los años 1915 y 1918. Gran número de Armenios fueron masacrados metódicamente a lo ancho y largo del Imperio Otomano. Mujeres y niños fueron raptados y brutalmente abusados. Toda la riqueza del pueblo Armenio fue expropiada.”
“750.000 asirios, también conocidos como Caldeos o Siriacos fueron asesinados por los islámicos otomanos turcos entre 1915 y 1918, durante la Primera Guerra Mundial… La población cristiana asiria en la Turquía otomana era de un millón el 23 de abril de 1915. A finales de 1918 se había reducido a 250.000 por el genocidio. Setenta y cinco por ciento de los cristianos asirios fueron asesinados en tres años.”
Las órdenes de exterminio estaban recogidas en un decálogo: Los 10 mandamientos del COMITÉ DE UNION Y PROGRESO
1. Beneficiarse por Astucia/Artificio: 3 y 4 del Comité de Unión y Progreso, cerrar todas las Sociedades Armenias, y arrestar a todo aquel que trabaje en contra del Gobierno en cualquier momento y enviarlos a las provincias de Bagdad o Mosul, y exterminarlos en el camino o localmente.
2. Recolectar armas.
3. Incitar las opiniones de los Musulmanes por métodos especiales y convenientes, en lugares como Van, Erzeroum, Adana, en donde los Armenios ya se han ganado el odio de los Musulmanes, provocar masacres organizadas como lo hicieron los Rusos en Bakú.
4. Dejar todo ejecutivo a la gente de las provincias como Erzeroum, Van, Mumuret ul Aziz, y Bitlis, y utilizar métodos disciplinarios Militares (por ejemplo Gendarmería) para aparentar el cese de las masacres, mientras en lugares como Adana, Sivas, Broussa, Ismidt y Smyrna ayudar en forma activa a los Musulmanes con fuerzas militares.
5. Aplicar medidas para exterminar a todos los hombres menor de 50, sacerdotes y maestros, dejar niños y mujeres para que se Islamicen.
6. Deportar a las familias que lograron escapar y aplicar medidas para cortar todas las conexiones con sus regiones autóctonas.
7. En aquellos lugares en donde los oficiales Armenios pueden ser espías, expulsarlos completamente de cualquier departamento o cargo gubernamental.
8. Exterminar de manera apropiada a todos los Armenios del ejército – esta tarea se dejará a los militares.
9. Las medidas comenzaran en forma simultanea en todos los territorios, de esta manera no se deja tiempo para preparar medidas defensivas.
10. Prestar atención a la característica de estrictamente secreta de estas medidas, la cuales no van mas allá de dos o tres personas.
– fecha diciembre 1914 o enero 1915.”
Pero los males de Armenia no acabarían ahí. Los aliados de la 1ª Guerra mundial “reconocieron” la existencia de Armenia, pero dieron toda la colaboración a la Turquía musulmana para acabar con la Armenia cristiana. Iglaterra, Estados, Unidos, Francia, Alemania, dieron su beneplácito, y “Kemal Atatürk fallece en Estambul el 10 de Noviembre de 1938 dejándole a la “refundada y moderna” República de Turquía, una nefasta carga: ser el Estado que directamente debe responder por el genocidio de un millón y medio de armenios.”
Los bailes de cifras no deben asustarnos. Lógicamente, cuando se producen genocidios, el número de víctimas crece o decrece de acuerdo con la voluntad de quién lo cuenta. Lo que es lamentable es que “la muerte de una persona es una tragedia pero la muerte de un millón es una simple estadística”, tal como lo parafraseaba el dictador comunista José Stalin.
Pero prosigamos con los genocidios musulmanes:
“En 1958, Pakistán se convirtió en una dictadura y la oposición en la franja oriental creció. Las tensiones desembocarían finalmente en la Guerra de Liberación de Bangladesh que estalló en 1971 después de que la Liga Awami ganara las elecciones nacionales el año anterior. El 25 de marzo de 1971, el ejército pakistaní lanzó la operación Searchlight con el objetivo de acabar con la Liga y sus seguidores. Los militares asaltaron la universidad de Dacca y en las calles de la principal ciudad de Bangladesh fueron asesinadas unas 30.000 personas. El 10 de abril, la Liga Awami declaró la independencia del país.
La guerra continuaría, sin embargo, durante los nueve meses siguientes, periodo en el que se calcula que murieron entre 1 y 3 millones de bengalíes (Rummel, 1994). El 16 de diciembre de 1971 el ejército indio y el Mukti Bahini (o luchadores por la libertad de Bangladesh) vencieron a los militares pakistaníes y tomaron más de 90.000 prisioneros de guerra. La venganza de los bengalíes costaría la vida a unos 150.000 pakistaníes.”
Hemos ido avanzando en la historia, dando pinceladas de algunos genocidios, y nos situamos en el momento actual, que no es sino el permanente presente del medievalismo islámico.
“El llamado integrismo o fundamentalismo islámico, que en nombre de la religión comete crímenes que harían palidecer a los mercenarios de la Guerra de los Treinta Años, es la encarnación actual del odio teológico y una amenaza real para la civilización. El día 30 de agosto de 1997, ayer mismo, cerca de 300 personas eran asesinadas en la aldea de Rais, a 20 kilómetros de Argel, por un ejército de 400 terroristas vinculados al extremismo islámico. La suspensión de las elección en 1992 para evitar la victoria del Frente Islámico de Salvación (FIS), desencadenó en Argelia una guerra, con el fanatismo religioso como telón de fondo, en la que han muerto cerca de cien mil personas. "En mi país, los ciudadanos son degollados sin piedad, cortados en mil pedazos con hachas y destripados por bombas y coches atiborrados de explosivos", relata en enero de 1997 un periodista argelino -director del diario El Watan-, que en 1991 fue amenazado de muerte por los terroristas, él y toda su familia. "Niños, mujeres y viejos, nadie está libre de esta terrible barbarie. Estos últimos días, una serie de atentados terroristas, especialmente horribles y de una violencia inexplicable y, hasta ahora, desconocida, han sumido todavía más si cabe a Argelia en el drama, la sangre y las lágrimas. Y todo parece indicar que la situación tiende a agravarse. Nada indica, en efecto, que este terror vaya a desaparecer o mitigarse a corto plazo". Su previsión fue tan certera que, sólo en este mes de agosto de 1997, han sido bárbaramente asesinadas un millar de personas.” Y lo que es más triste, en 2013, como en 1013, se sigue la misma dinámica.
“En total, durante una sola década no menos de medio millón de víctimas árabes y musulmanas fueron asesinados por árabes y musulmanes.”
En los años noventa, más de 200.000 ciudadanos fueron muertos en Argelia - la mayoría de ellos por grupos islámicos extremistas. ¿Cuál fue la respuesta de la mayoría de los árabes y musulmanes? Una mezcla de entretenimiento y de presentar justificativos para los asesinos y terroristas. Durante esos años, el movimiento Taliban abusó también de los chiítas, azeríes, tayakos, y otras minorías, y nadie hizo nada por detenerlo.
Y en 1991, Saddam asesinó a centenares de miles de chiítas iraquíes y kurdos.
Y el Islam sigue ejecutando a quién le place y cuando le place. Para ello le basta ser fiel al Corán.
El Corán, ¿manual de terrorismo?
Vamos a analizar los sentimientos manifestados en el Corán, sin prejuicios, ateniéndonos exclusivamente a la literalidad de los textos, y siguiendo el escrito de Mahoma, teniendo en cuenta que el Corán es inmutable; no admite interpretaciones: no es permisible interpretar el Corán excepto con la Sunnah que vino en una forma mutawaatir (palabra que se deriva de la palabra tawaatur, lo que significa la sucesión, uno después del otro), significando que no es permitido interpretar lo mutawaatir excepto con lo mutawaatir”, nos recuerda Muhammad Naasir-ud-Deen-Al-Albaanee. Resumiendo, si en una sura dice “a” sobre un asunto, y en otra posterior dice “j” sobre el mismo asunto, no hay contradicción; sencillamente vale “j” y no “a”.
Por otra parte, es sumamente difícil abstraerse del estudio del Corán a la hora de abordar cualquier aspecto de cualquier tipo de legalidad islámica, ya que todo se inspira, inexorablemente, en el texto “revelado”, que fue dictado por Mahoma a lo largo de 20 años, recogido de memoria y posteriormente escrito por sus primeros compañeros. El califa Otmán estableció un texto único con 114 suratas o capítulos, a los que hay que añadir las palabras, gestos o silencios del profeta.
La inamovilidad del Corán queda manifiesta por el hecho de, a pesar de que el mundo árabe fue conocedor de la cultura griega mucho antes que el mundo cristiano, que había perdido su referencia en el siglo V, con el retroceso que significó la caída en la Edad Media, no encontró en ella enseñanzas que pudiesen ser compatibles con el Corán. Sí es de agradecer al mundo árabe la salvaguarda de estos textos.
No debemos extrañarnos de la concepción jurídica inamovible de los textos si tenemos en cuenta que para los musulmanes el lenguaje no es una mera convención humana, sino algo creado por Dios para adecuarse a los objetos, y el Corán, como palabra de Dios, es el vehículo perfecto para transmitir al hombre exactamente lo que aquel quería transmitir.
Así, la tarea principal del estudioso musulmán es comprender lo que Dios quiso decir en el Corán y el significado de las palabras de Mahoma… Comprender, no interpretar, llevando el asunto hasta términos como saberse de memoria el Corán; hasta el extremo de transmitir con precisión la forma verbal exacta del mismo. Aspecto que, aunque en principio caiga fuera de la doctrina del Islam, lleva inexorablemente a un colonialismo cultural del mundo árabe sobre los pueblos que domina.
La ley del Talión, tomada del código de Amurabi, es fundamento del derecho penal islámico “Sura 2, La Vaca aleya 173. ¡Oh creyentes! os está prescrita la pena del talión por el asesinato. Un hombre libre por un hombre libre, un esclavo por un esclavo, una mujer por una mujer. Aquel a quien le sea aplazada esta pena (del talión) por su hermano, debe ser tratado con humanidad, y se debe a su vez obrar generosamente respecto de aquel que le haya hecho el aplazamiento”.
Lo que marca el carácter del Islam es la pena de muerte: es condenado a muerte el ateo, el brujo, a los que no se admite el arrepentimiento; y sobre todo, el que reniegue de su fe musulmana (aunque en este caso sí se admite el arrepentimiento). Y lo mismo sucede con quién no rece. Parece que lo único que se halla libre de pena humana es el hecho de no realizar el peregrinaje a la Meca.
Se permite matar a los prisioneros bárbaros. No se matará a las mujeres ni a los niños, y se evitará matar a los monjes, salvo que hayan combatido. (Al Qayrawani).
El odio queda reiteradamente manifiesto a lo largo del Corán. Así, la sura 2 dice en su aleya 92: El que sea enemigo del Señor, de sus ángeles, de sus enviados, de Gabriel y de Miguel, tendrá a Dios por enemigo; porque Dios odia a los infieles.
A continuación afirma algo terrible: Dios odia a los infieles. Eso es algo sumamente significativo, que justifica todas las barbaridades imaginables.
Mahoma dice en la sura 2 La Vaca versículo 187: Matadles doquiera que los halléis y expulsadles de donde ellos os hayan expulsado.
La tentación de la idolatría es peor que la carnicería en la guerra. No les libréis combate junto al oratorio sagrado, a no ser que ellos os ataquen. Si lo hacen, matadlos. Tal es la recompensa de los infieles.
El odio es manifiesto. El desarrollo de la doctrina sigue por los mismos derroteros; así, en las oraciones relatan: “abandonamos a quienes no creen en ti”… “tu castigo alcanzará a los incrédulos” (Al Qayrawaní”)
Pero en cualquier caso, los mejores alegatos contra el Islam están en la lectura literal del Corán. Así, por ejemplo, también en la Sura La Familia de Imran dice en la aleya 27: Que los creyentes no tomen por amigos (o aliados o patronos) a infieles más bien que a creyentes. Los que lo hiciesen no deben esperar nada de parte de Dios, a menos que no tengan que temer algo de su parte. Y en la aleya 29. Sabed que Dios no ama a los infieles.
Al tanto, el Corán prohíbe a los musulmanes ser amigos, aliados o criados de no musulmanes.
También es destacable la aleya 114. ¡Oh creyentes! No forméis uniones íntimas más que entre vosotros; los infieles no dejarían de corromperos: desean vuestra pérdida. Su odio se deja ver en sus palabras; pero lo que sus corazones ocultan todavía es peor. Ya os hemos hecho ver pruebas evidentes de ello, si es que sabéis comprender.
La reiteración que queda aquí expresada es un resumen minucioso del texto coránico, donde se insiste una y otra vez en los mismos conceptos.
He marcado hasta el momento el sentimiento de odio que caracteriza el Corán, y quiero pasar a otros aspectos, pero me resulta dificultoso, porque el odio es la amalgama de todo el texto.
Así, en la Sura Las Mujeres, hace un alegato contra el arrepentimiento.
La Aleya 22 dice: El arrepentimiento no le sirve de nada al que hace constantemente malas acciones y al que, al acercarse la muerte, exclama: Me arrepiento. No les sirve de nada a los que mueren infieles. Para éstos hemos preparado un castigo doloroso.
Hemos hablado del perdón y del arrepentimiento como dos extremos que no tienen cabida en el Corán, y hemos hablado que las leyes se basan en el Corán. El resultado legislativo es obvio, y las relaciones que marca el Corán para los no creyentes, también resultan obvias, pero veamos que nos dice exactamente el Corán al respecto:
La Sura Las Mujeres, en su Aleya 91 reza: Han querido haceros infieles como a ellos, a fin de que seáis todos iguales. No forméis uniones con ellos hasta que hayan dejado su país por la causa del Señor. Si vuelven, realmente, de una manera manifiesta, a la infidelidad, cogedles y condenadles a muerte dondequiera que los halléis. No busquéis entre ellos protector ni amigo.
Se trata de una ideología terrorista sin humanidad que incita al asalto, a la violencia; así, la aleya 102 de ésta misma sura dicta: Cuando entréis en campaña, no habrá ningún pecado en abreviar vuestras oraciones, si teméis que los infieles os sorprendan: los infieles son vuestros enemigos declarados.
Y se previene frente a aquellos que puedan relajar esta postura; así, en la misma Sura Las Mujeres, la aleya 143: ¡Oh creyentes! No toméis amigos entre los infieles más bien que entre los creyentes ¿Queréis suministrar a Dios un argumento contra vosotros, un argumento irrefragable?, y lo que espera a los infieles lo refleja en la aleya 150. Aquéllos son verdaderamente infieles. Hemos preparado para los infieles un suplicio ignominioso.
¿Y quienes son los infieles? La amalgama de ideas contradictorias, de forma deshilvanada, va apareciendo a lo largo del texto; así, mientras en la Sura La Mesa, en la Aleya 73 relata que “Los que creen y los judíos, los sabeos, los cristianos, en una palabra, todo el que cree en Dios y en el día final y haya obrado el bien, ésos estarán exentos de todo temor y no serán afligidos”, tres aleyas después, en la 76, relata que “Infiel es el que dice: Dios es el Mesías, hijo de María”, y ¿qué actuación deberá tener el creyente respecto a ellos?. La historia nos lo relata. Evidentemente, las aleyas que ya hemos ido relatando, las que relataremos a continuación, y las que he obviado dictan el modo de actuar con los infieles.
La falta de misericordia no es algo que tenga que ser rebuscado en el texto; bien al contrario es explícita. Así en Sura VI El Ganado, aleya 91 dice: Choaib se alejó diciendo: ¡Oh pueblo mío! Os predicaba los mandatos de Dios y os daba consejos saludables. Pero, ¿por qué he de afligirme por la suerte de los infieles?
Dice Mahoma en la sura VIII El Botín, en la aleya 12: Yo sembraré el terror en el corazón de los infieles. Y vosotros, golpeadles en las nucas y en los extremos de los dedos.
Y en la aleya 52: ¡Qué espectáculo cuando los ángeles les quitan la vida a los infieles! Les golpean las caras y los riñones, y les gritan: Id a probar la pena del fuego.
En la Sura VIII, La Inmunidad o el Arrepentimiento, deja manifiesto en la aleya 123: ¡Oh creyentes! Combatid a los infieles que os rodean; que hallen siempre en vosotros una acogida ruda. Sabed que Dios está con los que le temen.
El enemigo, en el Corán, no parece ser el mal, sino los infieles; así, en la Sura XIX María, versículo 86 dice: ¿No ves que enviamos hacia los infieles demonios para excitarlos al mal? Y en la 87:No procures, pues, apresurar su suplicio; nosotros mismos les contamos sus días.
La Sura XXII, La Peregrinación a la Meca, proclama en la Aleya 20: Los fieles y los infieles son dos adversarios que disputan respecto de Dios; pero los trajes de los infieles serán cortados de fuego y el agua hirviendo será derramada sobre sus cabezas.
Llegados a este punto, veamos las referencias que se hacen en los textos a algunos aspectos:
La referencia a los infieles en El Corán se repite 252 veces, y siempre cargando de forma inmisericorde.
Así, por ejemplo, la Sura XXXIV Saba aleya 32 Cargaremos de cadenas el cuello de los infieles. ¿Iban a ser retribuidos de distinto modo que como han obrado?
La referencia a los Enemigos se repite 48 veces en el Corán
La palabra “Castigo” es citada 371 veces en el Corán
La palabra “Amor” es citada 14 veces en el Corán.
La palabra “Amar”: 4 veces en el Corán.
La palabra “Perdón” es citada 167 veces en el Corán, pero, ¿en qué contexto?... Veamos un ejemplo:
Sura 9 Aleya 80: Da lo mismo que pidas o no que se les perdone. Aunque lo pidieras setenta veces, Alá no les perdonaría, porque no han creído en Alá y en Su Enviado. Alá no dirige al pueblo perverso. (De remarcar es la cifra que da de setenta veces que se pida perdón y que Alá no perdonará. Recordemos que Jesús dice que hay que perdonar no ya siete veces, sino setenta veces siete), y por supuesto ese principio es recogido por los legisladores.
Un ejemplo el de la negación del perdón por parte del Islam, que se repite hasta en 19 ocasiones, siendo las reiteraciones, en ocasiones hasta con las mismas palabras, en torno a cincuenta.
No obstante, los legisladores ven la existencia del perdón, en concreto en la sura 99 versículo 7, si bien la redacción es “Quien haya hecho el peso de un átomo de bien, lo verá” y la del versículo 8: “Y quien haya hecho el peso de un átomo de mal, lo verá.”
Proseguimos con la contabilidad.
Amor y amar… Total… 18 citas, pero qué podemos esperar de quién afirma que: Los infieles oirán en ese día una voz que les gritará: El odio de Dios contra vosotros es mayor que ha sido vuestro odio contra vosotros mismos, cuando, invitados a la fe, no habéis creído. Sura XL El Creyente, Aleya 10.
Un odio que les lleva a proclamar: Haremos sufrir a los infieles un castigo terrible. Sura XLI Los Desenvueltos. Aleya 26. Y como cada concepto, este principio es reiterado a lo largo del texto; un texto que lleva el odio in crescendo: Sura XLVII Mahoma Aleya 4. Cuando encontréis infieles, matadles hasta el punto de hacer con ellos una carnicería y estrechad fuertemente las trabas de los cautivos.
Y la aleya 5: Luego ponedlos en libertad o entregadlos mediante un rescate, cuando la guerra haya cesado. Obrad así. Si Dios quisiese, triunfaría de ellos por sí mismos; los exterminaría, pero os hace luchar para probaros a unos por otros. Los que hayan sucumbido en el camino de Dios, Dios no hará perecer sus obras.
En esta misma sura, la aleya 8 dicta: ¡Oh creyentes! Si asistís a Dios en su guerra contra los malvados, él también os asistirá y dará firmeza a vuestros pasos.
Y en la aleya 37: No mostréis cobardía y no llaméis a los infieles a la paz cuando sois los más fuertes y Dios está con vosotros; no os privará del premio de vuestras obras.
Y en la Sura XLVIII La Victoria, aleya 13: Hemos preparado un brasero ardiente para los infieles que no han creído en Dios y en su apóstol.
Y en la Sura LXVI La Prohibición, aleya 9: ¡Oh profeta! Haz la guerra a los infieles y a los hipócritas; sé severo con ellos. La gehena será su morada. ¡Qué detestable mansión!
Y en la Sura LXXIII El Envuelto, Aleya 12: Tenemos para ellos pesadas cadenas y un brasero ardiente. Este juicio es exactamente reproducido en la Sura LXXVI El Hombre, aleya 4.
Las constantes repeticiones que podemos encontrar en el Corán nos indican en esencia dos cosas: El odio y la nulidad intelectual emanados por su autor.
La sura 5:33 Retribución de quienes hacen la guerra a Alá y a Su Enviado y se dan a corromper en la tierra: serán muertos sin piedad, o crucificados, o amputados de manos y pies opuestos, o desterrados del país. Sufrirán ignominia en la vida de acá y terrible castigo en la otra, y en la Sura 8:12: ¡Cortadles del cuello, pegadles en todos los dedos!»… y en la Sura 47:4 Cuando sostengáis, pues, un encuentro con los infieles, descargad los golpes en el cuello hasta someterlos. Entonces, atadlos fuertemente. Luego, devolvedles la libertad, de gracia o mediante rescate, para que cese la guerra.
Sura 9:5 Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los asociadores (los idólatras, los cristianos) dondequiera que les encontréis. ¡Capturadles! ¡Sitiadles! ¡Tendedles emboscadas por todas partes!
Tras la batalla de Badr, donde se produjo tal matanza que el propio Mahoma tuvo que intervenir a fin y efecto de que la misma no le impidiese hacerse con esclavos, manifestó su deseo de que lo librasen de Asmä bint Marwan que componía versos que le desagradaban. Un acólito se encargó de asesinarla y no dudó en presentarse ante su amo para comunicárselo, a lo que Mahoma le respondió: <¡Tú has ayudado a Alá y a su Enviado, oh Omayr>".
Más ejemplos singulares han pasado a la historia, como el asesinado del poeta Abú Àfak o el de Kaab ibn 'Áshraf que fueron condenados a muerte por Mahoma por haber manifestado diferencia de criterio. La biografía que de Mahoma escribió Ibn Is´háq, trata ampliamente las campañas y expediciones de los musulmanes en la época del profeta. Entre las expediciones cuenta numerosos asesinatos políticos.
Eso es la génesis de la doctrina musulmana. Más adelante, en el siglo VIII, los califas abasíes harían de Mahoma un profeta rodeado de toda perfección y convirtiendo su violencia en mística religiosa.
El Corán más parece un tratado de terrorismo que una doctrina religiosa. Cierto es que a lo largo de la obra, que tiene un total de 127136 palabras se cita 1650 veces a Alá; 104 veces la palabra “dios”…y 167 veces la palabra “perdón”… pero relativa a la negación del mismo se repite hasta en 19 ocasiones, siendo la reiteración de ideas, en ocasiones hasta con las mismas palabras, en torno a cincuenta.
GENOCIDIO PROTESTANTE
“El origen de los sistemas modernos de organización política aparece ligado a la reforma protestante y a las guerras de religión. Es un principio de la eclesiología protestante la concepción del Estado como único y supremo garante del orden y la paz, necesarios para que el cristiano pueda desarrollar su espiritualidad, junto con la incondicional obediencia a la autoridad temporal, a quien se atribuye carácter divino.”
Lutero decía: “Los artículos de doctrina sediciosos deben ser castigados por la espada, sin necesidad de pruebas”, mientras Carlos I dictaba conforme al derecho español: “Se debe mirar si se puede proceder contra ellos como contra sediciosos, escandalosos, alborotadores e inquietadores de la república y que tenían fin de incurrir en caso de rebelión.” Ligero matiz que conviene destacar.
Esos matices son los que significaron las diferentes actuaciones habidas en la Edad Moderna, cuyas diferencias destacan principalmente entre la Europa protestante y la España católica. “Las doctrinas de Lutero han sido responsables de las guerras de religión que asolaron Europa durante un siglo, desde mediados del XVI hasta mediados del XVII, y no cabe duda de que, de haber existido en Francia una Inquisición como la de España, no se hubieran producido los estragos de la Revolución de 1789.”
Un aspecto que llama sobremanera la atención es el desarrollo que tuvieron las doctrinas protestantes, apoyadas por los poderosos, primero de Alemania y luego del resto de Europa, agrupados para defender sus derechos medievales y para combatir al Imperio Español, cuyo humanismo propició el error del que luego se arrepentiría el Emperador Carlos: Haber dejado libre a Lutero cuando lo tuvo en su poder. “En 1527, apenas una década después de las famosas tesis, el luteranismo se había convertido en la religión estatal en Dinamarca y Suecia. Al año siguiente, la Reforma se extendía triunfal por Basilea, Saint-Gall, Schaffhouse y Mulhouse, mientras Lutero y Zuinglio se reunían en Marburgo con la intención de llegar a un acuerdo - que no se alcanzó - entre todas las iglesias reformadas. Antes de que acaba la década, la Reforma se había extendido también a España, Italia y Francia, y la siguiente comenzó con la clara ruptura entre Inglaterra y el papado.”
Protestantismo y racismo
Martín Lutero, en el capítulo primero del libro sobre "Von den Juden und ihren Lügen" (Los judíos y sus mentiras) proclama "...Contra los judíos hay que realizar acciones como quemar sus sinagogas, destruir sus libros de oración, prohibir predicar a los rabinos, aplastar y destruir sus casas, incautarse de sus propiedades, confiscar su dinero y obligar a esos gusanos venenosos a realizar trabajos forzados o expulsarlos para siempre. Yo les sacaría la lengua de la garganta. Los judíos, en una palabra, no deben ser tolerados...", o otras tan desgarradoras como "...sus alientos apestan por el oro y la plata de los infieles; porque no hay gente sobre la tierra que sea, haya sido o será, más avara que ellos, como pueden ser vistos en su maldita usura. Entonces sepan, mis queridos cristianos, que después del diablo, no hay nada más agrio, más ponzoñoso, mas vehemente y enemigo que un verdadero judío que realmente desea ser judío... ¿Acaso no es su Talmud y sus rabinos que escriben que no es pecado si un judío mata a un infiel, pero que si es pecado si mata a un hermano en Israel? No es pecado si no mantiene su juramento a un infiel. Entonces, el robar y asaltar -como lo hacen con sus prestamos - a un infiel, es un servicio divino... ¿Qué debemos de hacer con este rechazado y condenado, pueblo judío?… Para el historiador británico Paul Johnson, "Sobre los judíos y sus mentiras" es el "...primer trabajo del antisemitismo moderno y un paso de gigante en el camino hacia el holocausto..."
Esta doctrina fue asumida por los nobles europeos desde el siglo XVI, y esa doctrina no ha sido denunciada ni rechazada desde entonces; sencillamente ha sido acallada en los últimos tiempos, utilizando los mismos métodos seguidos para incluir a los sofistas en la historia de la filosofía. Sin embargo, es manifiesto el uso que de la misma han hecho naciones como Inglaterra a lo largo y ancho de todo su imperio, y nadie puede negar que esa doctrina, es un fuerte vínculo de unión entre el imperialismo británico y el nacionalsocialismo alemán, habiendo aplicado ambos los mismos métodos genocidas a lo largo de la historia, si bien hay que reconocer que el Imperio Británico ha tenido bastante más éxito.
Sobre los judíos decía Lutero en sus famosas “Charlas de sobremesa”: “Arrójeles quienquiera que pueda azufre y alquitrán, si uno pudiera echarles fuego del infierno tanto mejor….y esto debe hacerse en honor a Nuestro Señor y del cristianismo. Sean sus casas astilladas y destruidas…Séanles quitados sus libros de oraciones y Talmudes y también toda su Biblia; prohíbase a sus rabinos la enseñanza, so pena de muerte, de ahora en adelante. Y si todo esto fuera poco, sean expulsados del país como perros rabiosos”.
Y decía más Lutero: “Destruyan y destrocen sus casas. Quítenles sus libros de oración y Talmuds, sus Biblias también. Prohíbanles a sus rabinos, bajo pena de muerte, el volver a enseñar. Prohíbanles el paso por calles y carreteras. Prohíbanles que ejerzan la usura y quítenles todo su dinero y sus tesoros de oro y plata. Y si esto no fuera suficiente, destiérrenlos, como si fuesen perros rabiosos. (EA, XXXII, 217-233; Durant, 422; About the Jews and Their Lies, 1543; Durant cites as his source Janssen, III, 211-212)”.
Lutero no era precisamente un pensador progresista que se pusiera del lado del pueblo frente a la injusticia social imperante; la reforma triunfó porque fue apoyada por nobles y príncipes que les convenía tener una religión que ellos mismos pudiesen controlar. Contrariamente a lo que sucedía en el Imperio Español, la situación continuó con gran desigualdad social, con los ricos más ricos y con los pobres más pobres, y ante las revueltas que se ocasionaron por las injusticias sociales, los príncipes protestantes asesinaron a miles de campesinos que se rebelaron, y sus crímenes fueron apoyados y alentados por Lutero.
Pero la faceta más sensible del reformador alemán, que hoy tratan de ocultar sus seguidores, es lo que ya hemos señalado anteriormente: su mas profundo y visceral antisemitismo... Desde el final de la II Guerra Mundial se ha tratado de ocultar esta seña de identidad del protestantismo, justificándolo con argumentos supuestamente teológicos. Lo cierto es que Lutero siempre se significó como propagandista antisemita (y en esto debemos señalar justamente el cariz racista, tan distinto de la forma de actuar de la Inquisición, que no perseguía la raza, sino las desviaciones religiosas). Contra los argumentos de quienes quieren ocultar esa característica, hay que señalar que su escrito antijudío llamado "los judíos y sus mentiras" fue escrito en 1543, siendo que murió el 18 de febrero de 1546.
En el libro "Sobre los judíos y sus mentiras" citado, escribió auténticas barbaridades que, decía, debían realizarse contra los judíos: quemar las sinagogas, destruir sus libros de oración, prohibir predicar a los rabinos, aplastar y destruir sus casas, incautarse sus propiedades, confiscar su dinero y obligar a esos "gusanos venenosos" a realizar trabajos forzados… o expulsarlos para siempre.
Más frases polémicas de Lutero:
"Los judíos son pequeños diablos condenados al infierno (E: 32, p: 276) tal vez los cristianos delicados y blandos de corazón creerán que soy demasiado drástico y riguroso contra los pobres, afligidos judíos, y crean que los ridiculizo y los trato con mucho sarcasmo. Por mis palabras, soy demasiado débil para ser capaz de ridiculizar tan satánicos engendros. Estaría contento de poder hacerlo, pero ellos son mucho más adeptos de la burla que yo y poseen un Dios que es un maestro en este arte, o sea el mismísimo diablo (E. 32, p. 286).
Aunque no hubiera otra evidencia que el Antiguo Testamento yo mantendría, y ninguna persona podría cambiar mi opinión, de que los judíos tal como son hoy, son una verdadera mezcla de todos los malévolos y depravados bribones que hay en este mundo, que se han dispersado en todos los países, al igual que los tártaros, gitanos y gente así, para afligir a todas las diferentes naciones con su usura, escupir sobre los demás y traicionar, envenenar, embaucar y raptar niños, abreviando, para practicar toda clase de injurias y actos deshonestos."
También dijo:
"Aquellos judíos que profesan la carrera de cirujanos o doctores despojan de salud y bienestar a los cristianos que usan de sus medicamentos, por que tales doctores judíos hacen con ello un favor especial a su Dios si atormentan y asesinan furtivamente a los cristianos, y nosotros como ingenuos que somos, todavía socorremos a nuestros enemigos y a sus diabólicos usos en el momento en que nuestras vidas están en peligro, lo cual es probar la paciencia de Dios."
"Tan pronto como mi principal asunto (advertiros de los judíos) haya sido efectuado, me consagraré a la expulsión de los judíos. El conde Albrecht es hostil hacia ellos y los ha abandonado ya, pero no son molestados por nadie. Con la ayuda de Dios ayudaré al conde con los sermones que hago desde el púlpito para que los abandonen."
Y más:
"A vuestro lado también hay muchos judíos viviendo en el país, haciendo mucho daño... deberíais saber que los judíos blasfeman y violan día a día el nombre de Nuestro Salvador... por esta razón, señores y hombres con autoridad, no deberíais tolerarlos, sino expulsarlos. Ellos son nuestros enemigos públicos e incesantemente blasfeman de Nuestro Señor Jesucristo, llaman una prostituta a Nuestra Virgen María y un bastardo a su Hijo Sagrado y a nosotros nos dan el epíteto de imbéciles y engendros. Si pudieran asesinarnos, lo harían alegremente y de hecho muchos de ellos matan a cristianos , especialmente aquellos que profesan como cirujanos y doctores. Saben como tratar los medicamentos a la manera de los italianos -los Borgia y los Médicis- que daban venenos a la gente proporcionándoles la muerte en una hora o en un mes. Por lo tanto, combátelos severamente porque no hacen sino blasfemar extremadamente al Señor, tratan de robar nuestras vidas, nuestra salud, nuestro honor y pertenencias...Por esta razón no puedo tener paciencia ni tener una conversación con estos blasfemos y delirantes violadores del Salvador. Como buen patriota quiero daros esta advertencia por última vez para que no participéis en pecados ajenos. Deberíais estar seguros de que solo deseo lo mejor para vosotros, príncipes y súbditos (E. 62, p. 189)".”
Eso en cuanto a los judíos. No parece extraño que con esas doctrinas influyendo durante cuatro siglos se produjese, justamente dentro del mundo protestante, la persecución de los judíos. En definitiva no era sino la aplicación de los mismos métodos que estaban aplicando los europeos en sus colonias, sobre los indígenas.
Es el caso que, tampoco en el asunto de los judíos, los protestantes se distinguieron por ser los campeones de la “libertad de opinión”. Y es que, en otros ámbitos, clamaban por la libertad religiosa en los países católicos mientras en sus territorios prohibían la celebración de la Santa Misa, al tiempo que obligaban por ley a asistir a los cultos reformados; destruían Iglesias católicas, imágenes, y asesinaban Obispos, sacerdotes y religiosos. Pongamos algunos ejemplos:
”- Siglo XVI, Abadía de San Bernardo de Bremen. Los monjes fueron asesinados, desollados y se les hecho sal en la carne viva siendo después colgados del campanario por turbas protestantes.
- El ahorcamiento de seis monjes cartujos y del Obispo de Rochester en la Inglaterra Protestante en 1535.
-La quema de miles de católicos y anabaptistas por Enrique VIII en el siglo XVI siendo su hija católica Maria la que heredó el título de “Maria la sanguinaria”
-La quema en la hoguera de Miguel Servet, el descubridor de la circulación de la sangre, en Ginebra por orden de Calvino, sin embargo solo se recuerda el “caso Galileo” que no fue ajusticiado.
-Cuando Enrique VIII comenzó la persecución católica en Irlanda existían mas de 1,000 monjes Dominicos, de los cuales solo DOS sobrevivieron la persecución.
- En la época de la protestante Isabel alrededor de 800 católicos eran asesinados por año.
- El historiador protestante Henrry Hallam dice “la tortura y la ejecución de los Jesuitas en el reinado de Isabel Tudor fue caracterizado por el salvajismo y el prejuicio”
- Un acto del Parlamento Inglés decretó en 1652 que “cada sacerdote romano debe ser colgado, decapitado y desmembrado y después quemado y sus cabezas expuestas en un poste en lugar público”
- En la Alemania Luterana los Anabaptistas era cosidos en sacos y echados en ríos.
-En la Escocia Presbiteriana de Juan Knox en un periodo de seis años se quemaron mas de 1000 mujeres acusadas de hechicería.
- En las ciudades tomadas por el Protestantismos, los católicos tenían que abandonarlas dejando en ellas todas sus posesiones o convertirse al Protestantismo, si se les descubría celebrando la misa eran castigados con la muerte.
Es un mito que la táctica de la tortura fue un arma católica de la Inquisición. Janssen un escritor de esta época cita a un testigo el cual dice “ el teólogo protestante Meyfart describe la tortura que el personalmente presenció ..:Un español y un Italiano fueron los que sufrieron esta bestialidad y brutalidad. En los países católicos no se condena a un asesino, a un incestuoso o a un adúltero a mas de una hora de tortura, pero en Alemania la tortura se mantiene por todo un día y una noche y hasta por dos días … algunas veces hasta por cuatro días después de los cuales se comienza de nuevo…es una historia exacta y horrible que no pude presenciar sin aún estremecerme”
- El mismo Janssen nos da este dato “ en Augsburg en el año 1528 cerca de 170 Anabaptistas de ambos sexos fueron puestos en prisión por orden del ayuntamiento, muchos de ellos fueron quemados vivos, otros fueron marcados con hierros candentes en la mejilla o sus lenguas fueron cortadas.
- en Aubsburg el 18 de enero de 1537 el consejo municipal publicó un decreto donde se prohibía el culto católico y se les daba 8 días para que los católicos abandonaran la ciudad, pasado ese término se envió a los soldados a perseguir a los que no aceptaron la nueva fe; se tomaron las Iglesias y monasterios se destruyeron las estatuas y los altares. Frankfor emitió una ley parecida y la total suspensión del culto católico se extendió a todos los estados alemanes y después se tacha a la Iglesia Católica de intransigente!
- En 1530 en sus comentarios al Salmo 80 Lutero aconsejaba a los gobiernos que aplicaran la pena de muerte a todos los herejes.
-En el distrito de Thorgau (Suiza) un misionero Zuingliano al frente de una turba protestante saqueó, masacró y destruyó el monasterio local. El mismo Erasmo se aterró de ver a piadosos fieles excitados por sus predicadores protestantes “salir de la Iglesia como posesos con la ira y la rabia pintadas en el rostro, como guerreros animados por un general” . El mismo Eramos le comenta en una carta a Pirkheimer lo siguiente “ Los herreros y obreros quitaron las pinturas de las Iglesias y lanzaron tales insultos a las imágenes de los santos y al mismo crucifijo que es harto sorprendente que no hubiese un milagro. No quedó ni una estatua en Iglesias ni monasterios... todo lo que podía arder fue arrojado al fuego y el resto reducido a fragmentos, nada se salvó”
-En la Zurich Protestante se ordenó quitar todas las imágenes religiosas, reliquias y adornos de las Iglesias y hasta el órgano fue desterrado, la catedral quedó desnuda como lo está hasta hoy. A los católicos se les inhabilitó para ocupar cargos públicos, la asistencia a Misa se castigaba con una multa la primera vez y penas mas severas a los reincidentes
- En Leiphein el 4 de Abril de 1525 3000 campesinos guiados por un ex sacerdote tomaron la ciudad, saquearon la Iglesia, asesinaron católicos e hicieron sacrilegios en el altar con profanación de los sacramentos.
- Un hecho que totalmente pareciera que nunca hubiera ocurrido si no estuviera bien documentado fue el Saqueo de Roma, ni siquiera los católicos saben que este hecho ocurrió.”
Terrorismo protestante
El momento era muy convulso en Europa; “las guerras de religión en Europa causaron miles de muertos; los hugonotes asesinados en París en un solo día fueron como mínimo tres mil, sin contar los que murieron en los días siguientes en otras ciudades de Francia.” Los muertos fueron hugonotes, pero la realidad es que fue por pura lotería; quién propició la matanza iba del bando católico al hugonote con la facilidad que cambiaba de camisa.
“El mismo Voltaire dice que el mayor ejemplo de fanatismo lo dieron los burgueses de París, que asesinaron, destriparon y tiraron por las ventanas á los hugonotes en la noche de San Bartolomé… cuatro mil hugonotes. Y proseguidas las matanzas en Meaux, Troyes, Orleans, Bourges, Lyon, Rouen, Toulouse y otras poblaciones, murieron asesinados quince mil protestantes,”
Los apologistas de la causa hugonote señalan: “Ninguna crónica ha indicado el número de los que entonces fueron inscriptos en el libro de la vida. Con todo, se puede calcular que en el período comprendido entre 1530 y 1560, no sucumbieron menos de cincuenta mil víctimas de su fe.” En cualquier caso, parece que se trata de una exageración.
La barbarie mostró su rostro y el cronista europeo, con toda seguridad, contabiliza las cifras en el balance de la Inquisición: “El palo, el sable, el agua, el fuego, todo les servía para atormentar a sus víctimas. Arrancaban los vestidos a las mujeres, y las golpeaban hasta romperles las costillas y llenar sus espaldas de heridas sangrientas. Laceraban a golpes de sable el rostro de los jóvenes y derramaban vinagre en las llagas. Un día arrojaron por tierra a un labrador llamado Charpentier, y le introdujeron agua en la boca por medio de un embudo, conminándolo para que abjurase de su fe. A cada negativa suya, le echaban un nuevo chorro de líquido, hasta que el infeliz murió ahogado entre sus manos. Una viuda noble fue sumergida hasta el cuello en un pozo de agua helada, y después, atada medio desnuda a una estufa candente.
Las crueldades iban acompañadas a menudo de burlas degradantes; así, unos soldados apresaron un día a un anciano, llamado Pasquet; lo despojaron de todos sus vestidos, lo envolvieron en pañales, lo metieron en una cuna y le hicieron tragar un caldo tan caliente, que el desgraciado murió; los pañales le sirvieron de sudario. Se impedía a las madres dar el pecho a sus niños, durante horas y días enteros, hasta que, vencidas por los gritos de aquellas criaturitas que se morían de inanición, prometían hacerse católicas. A veces, los hombres que se negaban a ir a misa eran conducidos a ella atados a la cola de los caballos.”
Estas barbaridades, justo estas barbaridades son las que aniquiló la Inquisición… y no sólo la Inquisición Española, sino la creada en el siglo XIII, y parece indecente que algún novelista que quiere hacer pasar su novela por historia, asigne a la Inquisición, justamente, la aplicación de estos métodos.
“En dos meses (Agosto y Septiembre de 1687), las solas fronteras de Suiza fueron franqueadas por 11.000 emigrantes. Lo mismo aconteció en Inglaterra; la ciudad de Londres recibió primero 18.000 y más tarde 27.000, a los cuales proveyó de los medios de existencia. El número de obreros franceses que se refugió más allá de la Mancha se ha calculado en 70.000. Un número igual o acaso más considerable, buscaron un asilo en Holanda y en los Estados alemanes del Rhin. En todas partes fueron recibidos con los brazos abiertos y recibieron eficaces socorros.”
La matanza se produjo tras un enfrentamiento entre Catalina de Médicis, reina madre de Carlos IX y el calvinista Coligni, que había llegado a obtener los favores del rey Carlos IX, que convino el matrimonio del calvinista Enrique de Navarra con Margarita de Valois, hermana del rey. Coligni amenazó a Catalina, y ésta promovió el alzamiento contra los calvinistas, que sufrieron grandes matanzas. El baile de muertos está servido, pero “la cifra más exacta parece ser la del calvinista La Popelinière, quien la hace ascender a 2.000 y algo más para toda Francia, y a 1.000 solamente para París.” Otros hablan de 20.000.
Fue una guerra de religión donde no estaba muy claro el bando que tomaba cada uno. Ahí “tocó” que los perseguidos fueran los hugonotes; lo que no está tan claro es afirmar que los perseguidores fuesen católicos, y lo que es infame es que, aunque fuesen católicos, se pretenda acoplar su actuación a algo distinto de su adscripción política, ya que, contrariamente a la Inquisición, ningún vínculo, salvo su declarada (y alternativa) catolicidad, les unía a la Iglesia.
He querido iniciar este apartado con la barbaridad efectuada sobre los hugonotes, primero para desvincularlos de la Inquisición, como arteramente pretenden algunos, y luego, para desvincularlos de la religión católica, dada la actuación literal que en ese sentido, y no sólo ideológicamente, sino físicamente, llevaron a cabo Catalina de Médicis y Carlos IX de Francia, que unas veces eran aliados de los hugonotes, y otras sus enemigos.
Hecha esa introducción en cuanto a la actividad genocida europea, vamos a tocar otros aspectos de la misma.
Calvino escribe al frente de su Institución cristiana: "He venido á daros la espada y no la paz;" Lutero pide la proscripción de los católicos y cree que la hoguera es el mejor castigo para los disidentes de su secta; el dulce Melanchton reclama castigos ejemplares para los papistas; Zwinglio se inclina á asesinar á los Obispos; y Martín Bucer, considerando que "el Papa y los Obispos conducen derechamente á Satanás y á la condenación eterna", entiende que su idolatría debe extirparse por la violencia. A juicio de estos reformadores, la autoridad debía desembarazarse por el hierro y el fuego de los adeptos de una religión perversa y hasta matar á las mujeres y á los niños de esta religión como lo había mandado Dios en el Antiguo Testamento. Estos eran los pacíficos y tolerantes principios en que se inspiraba la Reforma”
Muy pacíficos y tolerantes; lógicamente debían enfrentarse a los métodos y los principios usados por la Inquisición Española.
“Melanchton, el Teólogo de la Reforma aceptó ser el presidente de la Inquisición Protestante que persiguió a los Anabaptistas. Como justificación dijo “¿Por que tenemos que tener con esa gentes mas piedad que Dios?” esto lo dijo convencido de que los Anabaptistas arderían en el infierno. La Inquisición Luterana se implantó con sede en Saxon, con Melanchton como presidente. Al final de 1530 este presentó un documento donde defendía el derecho a reprimir por la espada a los Anabaptistas, Lutero escribió de su mano una nota que decía “esto es de mi agrado”
Pero es que Lutero iba mucho más allá. Los principios ideológicos del protestantismo parecen haber sido redactados para justificar la tiranía de los poderosos. En ese sentido escribía Lutero en Julio de 1525 en su “Carta abierta sobre el libro duro contra los campesinos”:“Si creen que esta respuesta es demasiado dura y que su solo fin es hacerles callar por la violencia, respondo que esto es verdad. Un rebelde no merece que se le conteste con razones, porque no las acepta. La respuesta adecuada es un puño que haga sangrar la nariz. Los campesinos no quieren escuchar….hay que abrirles los oídos con balas hasta que salten sus cabezas. El que no quiere escuchar la Palabra de Dios cuando se le dice con bondad ha de escuchar al verdugo cuando este llega con su hacha. No quiero oir ni saber nada de misericordia”.
En este mismo orden de cosas, otro reformador protestante, Zuinglio, en 1525 comenzó la persecución de los Anabaptistas en Zurich, las penas iban desde ahogamiento en el lago o en los ríos hasta la hoguera, mientras John Knox, padre del Presbiterianismo quemó en la hoguera a mil mujeres acusadas de brujas en Escocia.
“La violencia no solo se ejerció con los Católicos, los Reformadores fueron entre si enormemente violentos, veamos la opinión que se merecían entre si: Lutero dijo de “Oecolampaius y Calvino y otros herejes similares tiene demonios sobre demonios, corrompido el corazón y la boca mentirosa”. Lutero a la muerte de Zwinglio (1531) dijo “Esta bien que Zwinglio haya muerto en el campo de batalla, que clase de triunfo y que bien Dios lleva sus negocios!” también dijo “Zwinglio esta muerto y condenado y se lo merece por ladrón y rebelde y por llevar a otros a seguir sus errores”. Zwinglio no se quedó atrás y decía de Lutero “el demonio se ha adueñado de Lutero a tal grado que hasta nos hace creer que lo tiene en total posesión, cuando se le ve entre sus seguidores totalmente parece que una legión lo ha poseído.”
Consecuencia de todo ello, y con el objetivo de reforzar el poder de los señores que amparaban la reforma, “Europa, desde los Pirineos hasta el Báltico y desde el Atlántico hasta los Urales, se convierte en campo de batalla, iluminado por los incendios y por las piras vengadoras. La enemistad, el odio y el sectarismo dividen los pueblos, promueven la guerra civil y penetran hasta en las familias, convirtiendo á sus individuos en enemigos unos de otros. Mientras en España trabaja la Inquisición, en el extranjero hay cien inquisiciones que persiguen y destruyen á sus adversarios. M. Guizot. Protestante convencido, declara que la revolución religiosa no conoció los verdaderos principios de la libertad individual, y que incurrió, por tanto, en un doble error; ''no respetó los derechos del pensamiento humano, porque á la par que los reclamaba para sí los violaba ella misma, y no supo medir los derechos de la autoridad puramente espiritual que actúa sobre los espíritus y sólo por medio del influjo moral''
España se vio libre de estas masacres, y todo gracias a un poder imperial que el Cesar Carlos no supo mantener en Europa, y a un instrumento esencial que en España estaba bajo unas estrictas normas y una estricta doctrina católica: la Inquisición.
Por el contrario, las inquisiciones protestantes resultaron letales para los europeos.
“La lectura de la Historia de Francia en los siglos XVI y XVII produce el escalofrío del horror: el Barón des Adrets, hugonote fanático, mató de diversos modos á cuatro mil católicos; los católicos se vengaron en Orange y en Mont de Marsan, y por espacio de muchos años las bellas campiñas francesas fueron teatro de horrores y saqueos, sólo superados por los saqueos y los horrores de que fueron teatro sus ciudades.”
La intransigencia del protestantismo es sideral, y resulta curioso que se olvide este detalle cuando se habla de estos temas, porque “En la Historia no hay nada más incorrecto que aseverar que la Reforma Protestante fue un movimiento a favor de la libertad intelectual. La verdad es que fue todo lo contrario. Para los luteranos y calvinistas, es cierto, representó su libertad de conciencia, pero el concederles esto a los demás, es falso, no mientras ellos dominaran la escena. La eliminación completa de la Iglesia Católica y de todo lo que se les oponía en su camino fue considerado por los reformadores como algo perfectamente natural. (Grisar, VI, 268-269; Dollinger: Kirche und Kirchen, 1861, 68)”
En su absoluta intransigencia, “las Iglesias surgidas de la Reforma protestante aceptaron sin problemas la pena capital y habitualmente procedían a llevar a cabo directamente sus propias sentencias de muerte sin confiar al reo a la autoridad civil para su ejecución. Es más, así como para la Iglesia católica el verdugo era un mal necesario, en la jerarquía de la «Ciudad Cristiana» que Calvino instauró en Ginebra, el verdugo era un personaje de rango, un notable respetado que recibía el título de «Ministro del Santo Evangelio». Entre 1542 a 1546 Calvino condenó a muerte a cuarenta personas sólo por razones de fe.”
Que el protestantismo no era un paraíso de libertad cristiana resulta evidente cuando “La asistencia a los sermones era obligatoria bajo pena de castigo, toda enseñanza y práctica religiosa que se desviara de las regulaciones prescritas, se castigaban. Incluso fuera del distrito de Zurich, a los clérigos no se les permitía oficiar misa ni se permitía a los feligreses asistir a ésta. Y fue prohibido, bajo pena de castigo severo, el tener imágenes y esculturas religiosas, aún dentro de las casas. El ejemplo de Zurich fue seguido por otros cantones suizos. (Janssen, V, 134-135)”
El primer cuarto de siglo en Europa conoció tensiones de mucha envergadura, incluso más peligrosas que las representadas por los protestantes; “en 1521, ante el clamor de los húngaros por la amenaza turca, Lutero replicaba que oponerse a ella era contrariar los designios de Dios, que así castigaba los pecados de los cristianos. Tal idea sólo podía escandalizar a los españoles… La unidad cristiana le parecía (a España) una necesidad urgente frente a un islamismo a la ofensiva, pero no lo sentían de igual modo los "herejes", que sentían la amenaza otomana mucho más remota. Por ello los protestantes, sobre todo los holandeses y los ingleses, buscaron constantemente aliarse con Constantinopla para atacar juntos a la católica España, cuya lucha en dos frentes, agotadora de por sí, se complicaba en sumo grado… Y por si fuera poco, también la católica y poderosa Francia siguió la misma estrategia, convirtiéndose en una plaga para el esfuerzo hispano. Cuando el rey francés Francisco I fue apresado en Pavía, en 1525, se las ingenió, desde Madrid, para mandar emisarios a Solimán el Magnífico e instarle a atacar a los Habsburgo. Al año siguiente, Solimán invadió Hungría y aniquiló literalmente al ejército húngaro, y tres años más tarde estaba ante Viena, por cuya salvación combatieron también los españoles. La alianza entre franceses, protestantes y turcos fue también visible en la guerra de las Alpujarras, o en la constante piratería y tráfico de cautivos desde las costas magrebíes, desde donde operaban corsarios ingleses y otros, o en los intentos de Guillermo de Orange por organizar ofensivas conjuntas y simultáneas. Francia cedió a los turcos bases en su costa mediterránea, para el saqueo de las costas y el comercio españoles, y el tráfico de esclavos cristianos.”
España, y sólo España fue capaz de enfrentarse al turco, que avanzaba peligrosamente en todos los frentes. Así, tras la victoria de Pavía surge la Liga de Cognac, una liga compuesta por potencias unidas sólo con el fin de acogotar al Imperio Español, en ella se encuentra Francia, Inglaterra, Venecia, Milán, Florencia y el papado el cual era liderado por el Papa Clemente VII. La "traición" del Papa no sentó nada bien en el seno del Imperio Español.
La situación estaba candente, y en 1527, entre unas cosas y otras, pasó lo irremediable. El ejército español que estaba librando a Europa de la invasión estaba luchando también contra la liga, y en parte importante estaba compuesto por soldados alemanes, simpatizantes con el protestantismo. “Todo soldado debía cobrar y los más de 34.000 soldados imperiales, entre españoles, alemanes y reclutados italianos, hacía meses que no percibían sus honorarios y estaban al borde de la rebelión. A su mando se encontraba el condestable Carlos III de Borbón al que pronto sus hombres forzaron a marchar hacia Roma. El general, tampoco se opuso a la idea pues vio la ocasión perfecta de saquear la ciudad para calmar a base de botines a las tropas y además de dar un escarmiento al Papa por su apoyo a la Liga de Cognac y en especial a Francia.” Al morir Carlos en combate nadie tomó el mando, y las tropas, en gran parte protestantes, se desmandaron. El emperador mostró su disgusto y pidió las oportunas disculpas, pero el Papa ya no se alió más con los enemigos de España.
La conflictividad protestante llevaba su marcha, replesaliando a todo aquel que no se aviniese a las instrucciones. Algo que podemos equiparar a lo acaecido en España con los protestantes, por ejemplo. Hasta ahí, quedaban a la recíproca. Pero existía una diferencia esencial: La juridicidad de los asuntos. En España, la Inquisición siempre iniciaba procesos en los que se dirimía el nivel de responsabilidad de los reos, lo cual daba una garantía jurídica que era totalmente desconocida en la Europa protestante, donde “en una convención luterana en Hamburgo, en abril de 1535, los poblados de Lubeck, Bremen, Hamburgo, Luneburg, Stralsund, Rostock y Wismar, votaron en forma unánime para colgar a los Anabaptistas y azotar a los Católicos y Zwinglianos antes de desterrarlos. (Janssen, V, 481)… En 1522, una muchedumbre entró por la fuerza en la iglesia de Wittenberg, la misma en la que Lutero había clavado su tesis, destruyeron sus altares y estatuas y expulsaron a sus clérigos. En Rotenburg, en 1525, la figura de Cristo fue decapitada. El 9 de febrero de 1529, todo lo venerado en el pasado en la preciosa catedral de Basilea, Suiza, fue destruido. Tales casos de brutalidad y fanatismo pueden citarse por decenas. (Stoddard, 94)… En Escocia, John Knox y sus seguidores aprobaron la siguiente legislación: fue prohibida la Misa así como asistir a ésta, bajo la pena de perder todos los bienes y el azotamiento si es la primera infracción, para la segunda, el destierro; si la tercera, la muerte. (Hughes, 300)… En contra de nuestros malditos oponentes (es decir los católicos), todos los medios están justificados, mentiras, traición (Ibíd., I, 194 and note 2), manipulación de las leyes aunque sean contradictorias. (Durant, 610; Knox, ibid. Introduction, 44. See also Edwin Muir, John Knox, London: 1920, 67, 300)”
Nada que se pueda equiparar a los medios y la seguridad jurídica que garantizaba la Inquisición española. Por el contrario, algo destaca que resulta reincidente a lo largo de la historia entre el materialismo: La asunción de la mentira como arma para usarla en beneficio propio. Aunque sólo sea esa la cuestión, tendría que haber suficiente para descalificar a quién tal hace. El español, el católico, jamás, como los filósofos, ha usado ese arma. Es lo que diferencia a los filósofos de los sofistas desde hace milenios, y resulta inaceptable admitir a discusión a quién usa esos métodos… Sin embargo, en la Historia de la Filosofía se estudia a los sofistas, y el vulgo conoce más las mentiras que defienden los protestantes europeos que las verdades de la historia.
¿Y en cuanto a la imposición?... Cierto que en la Edad Moderna se imponía qué religión debían seguir los súbditos, pero eso sólo se le achaca a España, cuando la realidad es muy otra. Por ejemplo, “Lutero decidió en 1527 que el hombre despreciaba el Evangelio e insistió en que fuera obligado por la fuerza de la ley y la espada. (Grisar, VI, 262; EA, III, 39; letter to Georg Spalatin).”
¿Y en cuanto a la mera asistencia a los templos? “Los estados Protestantes no cuestionan que la enseñanza de doctrinas desaprobadas por ellos sean prohibidas. Tampoco cuestionan que el estado promulgue leyes para estimular la asistencia a las iglesias. En la Inglaterra anglicana, en la Alemania luterana y en la Holanda reformada, los ciudadanos son merecedores de castigos si, a menos que tengan alguna buena razón, fallan en la asistencia a sus iglesias parroquiales. (Chadwick, 398).”
Pero llegan más allá. “La tercera ley de las providencias de la real provisión inglesa de 18 de Octubre de 1591 impone la pena de general confiscación de bienes a todo eclesiástico que no abjure la religión católica. La 10ª impone prisión rigurosa de por vida y confiscación de todos sus bienes al que tuviere rosario, cruz medalla u otra cosa de religión o devoción. La 16ª impone pena de confiscación y prisión perpetua a cualquiera que diere consejo, favor o ayuda para que el Papa sea obedecido, y lo mismo a los que entendieren o supieren esto, y en el término de veinte días no denunciasen a los tales y sus cómplices.”
Estudios sobre la Inquisición protestante en Inglaterra, señalan que “en las infinitas casas que antes habían sido de religiosos, no cabía ya la multitud de católicos que había presos de uno y otro sexo… Por este género de causas, el hijo acusaba al padre, y éste al hijo; el hermano al hermano, la mujer al marido, y al contrario; y que aún por solas las sospechas de haberse dicho misa ó predicado en una casa, eran los de ella y los vecinos castigados con el último rigor.”
Si la denuncia en la Inquisición española se hacía para procurar la salvación del alma del denunciado, no parece colegirse el mismo objetivo de la Inquisición protestante.
Con una particularidad, sólo en Inglaterra, y sólo en un periodo de 46 años, se produjeron muchas más torturas que en la Inquisición española, en 350 años y en toda la Hispanidad, siendo que, además, no contaban con las garantías jurídicas y de control médico existentes en la Inquisición española, que por cierto, además de aplicar la tortura en casos sumamente extraordinarios y contados, abolió la misma un siglo antes que lo hicieran en Europa. “Entre 1535 y 1681, durante las persecuciones bajo Enrique VIII, Isabel I, Jacobo I, Carlos I, la República de Cromwell y Carlos II fueron martirizados en Inglaterra unos 600 católicos, sin contar los que fueron martirizados en Irlanda en la misma época.
Pero es que el asunto va mucho más allá. “Según Tomás Moro “durante el reinado de Enrique VIII fueron ejecutados (en Inglaterra) 70.000 ladrones, chicos y grandes”. Durante el reinado de Isabel I se ahorcaba a los vagabundos a razón de trescientos o cuatrocientos al año.”
Es el caso que la Europa protestante, y siguiendo a Lutero, incita a la violencia: “Los poderes espirituales, así como los temporales, tendrán que sucumbir al Evangelio, ya sea por las buenas o por las malas, como se puede ver el ejemplo en la historia bíblica. (Janssen, III, 267; letter to Frederick, Elector of Saxony, 1522)…. Y Zwinglio declararó que la masacre de obispos era necesaria para el establecimiento del Evangelio purificado. En 4 de mayo de 1528 escribió: Los obispos no desistirán a su fraude, hasta que el segundo Elías aparezca y una lluvia de espadas caiga sobre ellos. Es más prudente arrancarse un ojo inútil que dejar el cuerpo sujeto a la corrupción. (Janssen, V, 180; Zwingli’s Works, VII, 174-184)”
Lutero incita a la persecución: “Los artículos de doctrina sediciosos deben ser castigados por la espada, sin necesidad de pruebas. En cuanto a los Anabaptistas, que niegan el bautismo en la infancia, el pecado original y la inspiración, lo que no tiene relación con la Palabra de Dios y con certeza se opone a ésta, las autoridades civiles también están obligadas a limitar y castigar sus falsas doctrinas. Tan solo piensen ¿qué desastre resultaría si los niños no fuesen bautizados? Además, los Anabaptistas se separaron de las iglesias y crearon un ministerio propio, lo cual es contrario al mandamiento de Dios. Por todo lo anterior, resulta claro que las autoridades civiles están obligadas a imponer un castigo corporal a estos agresores. También, cuando se trata de un sólo caso de defensa de algunos postulados espirituales, tales como el bautismo infantil, el pecado original y la separación innecesaria, entonces, llegamos a la conclusión de que, los obstinados sectarios deben de ser aniquilados. (Janssen, X, 222-223; pamphlet of 1536)”
Habla de aniquilación, de exterminio. No se necesitan pruebas. Lutero dixit… y los reinos protestantes y europeos cumplieron…
“Una Inquisición ordinaria se creó en la Sajonia, con Melanchthon a la cabeza, bajo la cual, muchas personas fueron castigadas, algunas con la muerte, otras con prisión de por vida y varias con el exilio.”
“Hacia finales de 1530, Melanchthon elaboró un memorando en el cual se defendía un sistema de coerción con la espada (esto es, muerte para los Anabaptistas), Lutero lo firmó con las palabras “esto me complace” y agregó: Aunque pueda parecer cruel el castigarlos con la muerte, es más cruel para ellos el no enseñar ninguna buena doctrina y perseguir a la doctrina verdadera. (Grisar, VI, 251)”
“La persecución de los Anabaptistas comenzó en Zurich. Los castigos ordenados por el Consejo de Zurich consistían en ahogar, quemar o decapitar, de acuerdo a lo que pareciera más recomendable. “Es nuestra voluntad”, declaró el Consejo, “que en cualquier lugar que se encuentren, sea uno o varios, sean ahogados a morir y ninguno de ellos sea perdonado” (Janssen, V, 153-157),…En sus diálogos de 1535, Bucero llamó a los gobiernos a exterminar por medio del fuego y la espada toda profesión de falsa religión, ya sean mujeres, niños o ganado.” (Janssen, V, 367-368, 290-291)… (para Nox) Cada hereje debía ser condenado a muerte, las ciudades con predominio de los herejes debían ser golpeadas con la espada y destruirlas al final.”
Aquí no había lugar para cárceles secretas ni para penas de carcel “irremisibles”, ni para perdón y levantamiento del castigo. Todo eso era privativo de la Inquisición española.
“Elizabeth, en 1575, condenó a la hoguera a dos Anabaptistas holandeses. En 1535, Enrique VIII ejecutaba en un solo día a una veintena de ellos. (Hughes, 143). Seis monjes cartujos y uno de la orden Brigidina fueron colgados, el obispo de Rochester, san Juan Fisher, fue decapitado. En mayo y junio de 1535, otros fueron desollados en vida, ahogados y descuartizados, por negar que Enrique VIII fuera la Cabeza Suprema sobre la tierra de la Iglesia de Inglaterra. (Hughes, 181-182). Hugh Latimer, un reformista inglés, empañó su elocuente carrera al aprobar la quema de los Anabaptistas y los obstinados Franciscanos bajo el reinado de Enrique VIII, enfatiza Durant. (Durant, 597)”
En Inglaterra, “Las ejecuciones comenzaron con rapidez, alrededor de 800 al año durante casi la última mitad del siglo XVI. Hallam, protestante, relata que las ejecuciones de sacerdotes jesuitas, en el reinado de Elizabeth, estaban caracterizadas por el salvajismo y el fanatismo, que no estoy seguro que la Inquisición haya sobrepasado. Los detalles de tales atrocidades no complacerían a los lectores Protestantes, acostumbrados a pensar que todas las persecuciones religiosas han sido llevadas a cabo por los católicos.”
Ochocientos al año por 50 años… 40.000 personas. Lo dividiremos por 100… Siguen dando más muertes en 50 años, en Inglaterra, que 350 años en toda la Hispanidad.
“En un acta firmada por los Comisionados del Parlamento de Inglaterra, decretaron que cada “sacerdote romano” debería ser colgado, decapitado, descuartizado, sacarle las entrañas y quemarlas, colocar su cabeza sobre un poste en un lugar público. Al final, fueron escasísimos los sacerdotes que quedaron en toda la isla. (Stoddard, 206). Opositores en Irlanda también soportaron horribles sufrimientos. Hubo casos registrados en los que se les arrancaron a tirones sus dedos, a los que se les chamuscó el cuerpo por medio de hierros candentes, a los que se les rompían las piernas. Sus esposas también eran azotadas en público. (Stoddard, 207)”
“De hecho, la realidad coloca a la Inquisición Española en una situación cuanto menos favorable en comparación con las Guerras de Religión Francesas, la conquista de Irlanda por parte de Oliver Cromwell o la quema de brujas en muchos países protestantes. Reconocido como cabeza de la iglesia anglicana, Enrique VIII obligó a sus súbditos a convertirse al anglicanismo. Se calcula que “ajustició” a unas 200.000 personas.
Tampoco Calvino se queda corto; en sus “institutos” declara que “las personas que persisten en las supersticiones del anticristo romano deben ser reprimidas por la espada”. “En 1547 James Gruet se atrevió a poner una nota criticando a Calvino y fue arrestado, torturado en el potro dos veces al día por un mes y finalmente sentenciado a muerte por blasfemia, se le clavaron los pies a una estaca y se le cortó la cabeza… en 1555 los hermanos Comparet fueron acusados de libertinos y fueron ejecutados y desmembrados para exhibir sus partes en diferentes sitios de Ginebra”.
En las contadas torturas que practicó la Inquisición española se contaba con la asistencia de un médico que impedía excesos (situémonos en la época comparando con la inquisición protestante), y sólo se podía dar una sesión de tortura.
“Durante el gobierno de Calvino en Ginebra, entre 1542 y 1546, cincuenta y ocho personas fueron condenadas a muerte por herejía. (Durant, 473).”
En 1547, en Ginebra, “(James) Gruet había escrito en uno de los panfletos de Calvino: “son tonterías”. Los enjuiciadores lo torturaron en el potro dos veces al día, mañana y noche, por todo un mes, fue sentenciado a muerte por blasfemia y decapitado el 26 de julio de 1547. ¡La libertad evangélica había llegado al punto de que sus campeones habían tomado la vida de un hombre por el simple motivo de una sátira! (Huizinga, 176; cf. Daniel-Rops, 82-83).
“La ejecución más infame en Ginebra fue la de Miguel Servet, un médico español que negaba la Trinidad, fue una especie de gnóstico panteísta. Había conocido a Calvino y éste último declaró, el 13 de febrero de 1547, en una carta a Farel: Si él viene (a Ginebra), prevalecerá mi autoridad y no permitiré que vuelva a casa con vida. (Daniel-Rops, 186).” Lo curioso es que los ahistóricos enemigos de la Inquisición no sólo obvian estas realidades, sino que no dudan en incluir como víctimas del Santo Oficio a personajes como Miguel Server, que ciertamente, de haber sido apresado por la Inquisición, con toda seguridad hubiese tenido un proceso. Pero… ¡hubiese tenido un proceso!, algo que no conoció en la Europa protestante.
“El teólogo protestante Meyfart, fue testigo de las torturas que más tarde describió. El ingenioso español y el astuto italiano se horrorizan ante estas bestialidades y brutalidades. En Roma no se acostumbra someter ni a un asesino, una persona incestuosa o a un adúltero a tortura por espacio de más de una hora, pero en Alemania, se mantiene la tortura por un día completo, día y noche, por dos días, incluso cuatro días, después de lo cual, todo vuelve a comenzar. Hay historias tan horribles y repugnantes que ningún hombre puede escucharlas sin estremecerse. (Janssen, XVI, 516-518, 521).”
Pero es que las formas vienen dictadas por la doctrina. “Lutero, fundador del protestantismo: En 1525 escribe a los nobles: "Matad cuantos campesinos podáis: hiera, pegue, degüelle quien pueda. Feliz si mueres en ello, mueres en obediencia a la Palabra divina". Más de cien mil labriegos perecieron.”
“Las comunidades calvinistas de París, Orleans, Ruan, Lyon, Angey en sínodo general en 1559, decretan pena de muerte a los herejes. En Alemania fueron quemadas más de 100.000 brujas. Hasta niños de siete años y ancianos moribundos. Un juez solo, quemó en 16 años a 800 brujas (un promedio de 50 personas al año).”
En 1701 la operación sería llevada a cabo, a partes iguales, por ellos y por sus adversarios: los calvinistas franceses fueron dispersados más lejos que los judíos." Los que no se resignaban á emigrar lucharon en el Languedoc, en el Delfinado y en las Cévenas. El grito de guerra es: "Abajo los impuestos y viva la libertad de conciencia". Tres mariscales de Francia intervinieron sucesivamente en la lucha. El Duque de Berwick mandó ejecutar á doscientos protestantes; los que caían en sus manos iban á la horca ó á la hoguera. Los camisards, capitaneados por Cavalier, cometieron, por su parte, horrores análogos”
Terrorismo protestante contra las brujas
Ya se hablaba en Europa de los derechos del hombre (en la Hispanidad hacía siglos que habían sido proclamados) y todavía se quemaban brujos. “En Burdeos fue ejecutado uno en 1718; en 1749 fue decapitada por bruja la priora de un monasterio de Untergell; en 1785 quemaron á varias hechiceras en Glaris; en 1793 se hizo otro tanto en Posen; á mediados del siglo XVIII, la aldea de Mohra, en Suecia, presenció escenas demoníacas que acarrearon la muerte de 23 personas y el castigo de 36, y acusadas más tarde por unos niños, fueron condenadas á muerte 84 personas sospechosas de pacto tácito y expreso con el demonio (Walter Scout, Demonology).
“Lutero, Calvino y sus seguidores acentuaron la creencia popular en el poder del demonio en la brujería y otras prácticas mágicas. Lutero, basado en su interpretación del mandamiento bíblico, abogó por la exterminación de las brujas. "La Historia del Pueblo Alemán" de Janssen, argumenta con muchas pruebas (capítulos IV y V, del último volumen -vol. XVI de la edición inglesa), que una gran responsabilidad por la caza de brujas recae en los Reformadores. En toda Europa se había desatado una fiebre feroz contra la brujería. “Se calcula que entre los siglos XV y XVIII habrá cien mil juicios por brujería, de los que la mitad terminaron con la quema del acusado… En países tan pequeños como Liechtenstein, las quemas alcanzarán al 10% de la población” Por su parte, la Inquisición española condenó a la pena capital, en tres siglos y medio, “un 2 por 100 del total de los procesados" , de los cuales, una parte importante solo fue en efigie. En 1600, los perseguidores de la brujería veían brujería “en el juego de pelota, en los bailes regionales, en los curanderos rurales… muchos amenazados buscarán refugio en el lado español del Pirineo… Es entonces cuando se dispara el fenómeno en el norte de España”
“Cuando el Inquisidor Salazar, a principios de siglo XVII, demostró que la brujería no era sino muestra de debilidad mental o sencillamente artimaña para relaciones sexuales, en Europa seguían quemando brujas; en Inglaterra, entre 1644 y 1646 quemarán a 200 mujeres por brujería; Norteamérica vivirá en 1692 la matanza de brujas de Salem.”
El código penal conocido “como "Carolina" (1532), decretó que la hechicería debe ser tratada como una ofensa criminal en el imperio Alemán, y si causó daño a alguna persona la bruja debía ser quemada. Hubo mayor actividad de cacería de brujas en los distritos protestantes de Alemania que en las provincias católicas. Ejemplos de ello son Osnabruck y Wolfenbuttenl. En Osnabruck, en 1583, se quemaron 121 personas en tres meses. En Wolfenbuttenl en 1593 se llegaron a quemar hasta diez brujas en un día. Pero hasta el 1563 no se hizo una resistencia eficaz a la persecución, y fue a través de un protestante de Cleues, Juan Weyer. Se le unieron las protestas de Ewich y Witekind.”
“La persecución de brujas se extendió por muchos países. En el siglo XVI los tribunales seculares en Roma llevaron a cabo enjuiciamientos. En Inglaterra y Escocia también hubo persecuciones pero no hay cifras precisas sobre las ejecuciones. Según escribió Howell en 1648, sólo en Essex y Suffolk hubo cerca de 300 brujas procesadas en dos años, la mayoría ejecutadas.”
“La persecución de las brujas se inicia en Alemania, en Estrasburgo, á mediados del siglo XV, y desde entonces hasta los últimos años del siglo XVIII no se interrumpe.”
“En Bamberg se quemaron seiscientas personas acusadas de brujería; novecientas en Wurzburgo, quinientas en Ginebra, y en Lorena un solo juez se vanaglorió de haber condenado á muerte á ochocientas brujas. La multitud presenciaba impávida estas hecatombes, creyendo que así cesarían las heladas, mejoraría el ganado y sería más abundante la cosecha.” ¡Y todo, en la Europa protestante y liberal de finales del siglo XVIII!
“En Inglaterra esta persecución revistió caracteres extraordinarios. Mr. Mackay (2) ha calculado que desde la aprobación de la ley contra las brujas en tiempo de María la Sanguinaria hasta el advenimiento de Jacobo I, autor de un tratado de demonología, fueron quemadas en Escocia 17.000 personas y 40.000 en Inglaterra. En los tiempos de Jacobo I se calcula que las ejecuciones por brujería no bajaron de quinientas al año y el famoso Mateo Hopkins, descubridor de hechiceras, cobraba una cantidad de los Ayuntamientos por denunciarlas. En Inglaterra perecieron por brujos el Duque de Buckingham, lord Humperford y la Duquesa de Glocester. Más tarde, los puritanos, relacionando las prácticas de brujería con la Iglesia romana, persiguieron sañudamente estos delitos. Bien es verdad que lo mismo se hizo en otras partes, por ejemplo, en Holanda”
En el puritanismo, “el falso testimonio, la blasfemia y el adulterio se castigaban con la pena de muerte.” La brujería se apoderó de Nueva Inglaterra. “Las persecuciones, acusaciones y ejecuciones habidas sin pruebas de ningún género se multiplicaron casi sin término.”
“En Francia, los jueces y los Parlamentos quemaron brujos y brujas á porfía. No hablemos siquiera del proceso de Urbain Grandier, ni del de Gaufridi, ni del de la Cadiére, ni del asunto de las poseídas de Louviers, ni de las misas negras, ni del asunto de los venenos, en el que se vio comprometida parte no pequeña de la aristocracia francesa; recordemos nada más que el Parlamento de Tolosa quemó de una vez á 400 brujas; que el magistrado Remy confiesa haber hecho lo propio con 800 y que sería larga la enumeración de estas matanzas.”
Terrorismo protestante contra los indios
Calvinistas y presbiterianos llegaron a Norteamérica, y aquí pusieron en funcionamiento sus principios racistas. “A principio del siglo XVII, algunos historiadores atribuyen aproximadamente entre 8 y 10 millones de habitantes indígenas para Estados Unidos, aunque no existe coincidencia en las cifras. Los mismos autores sitúan esa población entre 850 mil y un millón y medio en 1800 (24 años después de haberse proclamado la independencia norteamericana). Enfermedades desconocidas, el deterioro económico y social, las hambrunas, el alcohol, las matanzas y deportaciones acabaron en tres siglos con casi el noventa por ciento de los indios norteamericanos. Y si la etapa colonial fue dura, los años posteriores de expansión de los colonos norteamericanos fueron aún más crueles y disgregadores para los indígenas.”
“La primera población colonial fundada en tierras norteamericanas fue Jamestown (en el actual estado de Virginia) en 1607. Tenía aproximadamente 6.000 habitantes, en su gran mayoría ingleses ambiciosos, cuya principal obsesión fue la búsqueda afanosa de metales preciosos, sin detenerse a formar la mínima trama social entre sus pobladores para construir una colonia con visión de futuro. Las guerras con los indios, las enfermedades y los conflictos internos fueron diezmando la población hasta quedar reducidos a mil habitantes en 1624.”
“El año 1614 una expedición inglesa arribó a las costas de Virginia, asesinando su tripulación a considerable número de nativos y capturando a otros para venderlos posteriormente como esclavos; pero, además, expandieron entre la población india una epidemia de viruela, entonces incurable entre los nativos, que arrasó numerosas aldeas para fundar los ingleses allí lo que entonces comenzó a ser conocido como Nueva Inglaterra, y el 11-11-1620 establecieron sus primeras colonias en Playmouth y Mayflower. En 1625 los indios Pemaquids acogieron con buena voluntad a los colonizadores británicos, entregándoles sus tierras en lo que fue su primera cesión como gesto de acogimiento y de paz. En 1637 hubo una masacre de indios Pequot en Connecticut (Nueva Inglaterra), a mano de los colonos puritanos ingleses, por negarse los nativos a formar alianzas con otras tribus de su raza menos hostiles a los europeos y porque negaban el paso a los británicos cuando éstos pretendían secuestrar indios para venderlos como esclavos.”
Podremos pensar que la epidemia de viruela fue un contagio accidental del que nadie es culpable, pero para el caso parece que no es esa la verdad; el proceso general llevado a cabo por los europeos protestantes, los WASP, fue el de exterminio programado. Las excepciones a este proceso general - en el que se realizó el primer ensayo de guerra química al entregar a los indios mantas contaminadas con viruela para que murieran con más rapidez – “fueron muy escasas y, a diferencia de lo sucedido en Iberoamérica con Las Casas y otros defensores de los indios, jamás contaron con respaldo oficial. Así, por ejemplo, el bautista Roger Williams tuvo que alejarse de los demás colonos para fundar un enclave en el que ni se asesinara a los indígenas ni se persiguiera a nadie por denunciar aquellas atrocidades. Pero nunca estuvo bien visto por el resto de los colonizadores. En cuanto a los cuáqueros de Pensilvania, los creadores del primer ente político dotado de tolerancia hacia todas las creencias, fueron los únicos colonos blancos que insistieron, pese a la concesión regia, en pagar a los indios las tierras que ocupaban y también resultaron los firmantes del único tratado con los pieles rojas que jamás fue violado. Sin embargo, cuando perdieron la mayoría en la asamblea de Pensilvania, el nuevo gobierno no tardó en enzarzarse en una guerra de expansión contra los indios… En los siglos siguientes, las tribus indígenas de América del norte - con las que jamás se produjo un mestizaje - desaparecieron por docenas o fueron diezmadas y recluidas en reservas. No debería extrañar que, según su propia confesión, Hitler inspirara parte de la política nazi seguida contra los judíos en el ejemplo de la mantenida por los norteamericanos contra los indios. En ambos casos se perseguía el exterminio de una raza con fines de expansión territorial y económica y en ambos casos se tenía la convicción de obedecer a un destino providencial y racialmente superior.”
“En 1644 una rebelión indígena en Virginia, capitaneada por el jefe indio Opchanacanough que intentó recuperar el territorio que antes les había sido arrebatado por los ingleses, pero las represalias por parte de éstos llegaron casi a la total destrucción de aquella confederación de nativos. En 1675 estalló la llamada “Guerra del rey Phillip” (Metacomet), y unos 12.000 indios de las tribus Wampanoag y Narragaset atacaron los poblados de Nueva Inglaterra, arrasando nueve de ellos y asesinando a unos mil colonos ingleses. Como represalia por tal acción, estos últimos los derrotaron con una potente fuerza inglesa en Swansea. Tras haber capturado al jefe indio Metacomet, fue ejecutado y, como ejemplo de odio y mano dura hacia los pieles roja, su cabeza fue públicamente expuesta durante 20 años en Playmouth y Massachussets, y toda su familia enviada como esclavos a las Antillas. En 1695 fue aprobada una ley en la segunda de dichas ciudades por la que se permitía disparar contra cualquier indio sospechoso, su texto dispositivo era el siguiente: “Cualquier persona, inglés o indio, que encuentre a indios viajando o escondiéndose en cualquier pueblo, puede ordenarles que se acerquen, examinarlos o matarlos como puedan”. O sea, que eran tratados como si de cazarlos como animales se tratara.” En definitiva, una práctica habitual en el imperio británico, que ha perdurado hasta el siglo XX.
“En 1624 los holandeses fundaron Nueva Ámsterdam (hoy Nueva York). En 1641 el quinto gobernador holandés en dicha ciudad, William Kieft, ofreció una recompensa dineraria por la entrega de cabezas de los indios. Su afán fue eliminar cualquier vestigio nativo. En sus violentos raids, o cacerías, contra los nativos mohicanos llevó a cabo un ataque nocturno sobre varios poblados de indios mohicanos, cogiéndoles por sorpresa de noche y asesinando a todos, sin tener en cuenta su edad ni sexo, o sea, barrieron con ancianos, mujeres y niños, con los que cometieron una verdadera masacre. Pero una realidad es innegable; y es que lo verdaderamente cierto fue que desde que las potencias europeas comenzaron a colonizar América del Norte, millones de amerindios fueron desapareciendo misteriosamente sin apenas dejar rastro.”
No hay parangón. España peleó con los indios; España hizo intercambio de enfermedades que resultaron letales por falta de medios para combatirlas, pero lo que relata la leyenda negra europea contra España no es precisamente lo que hizo la España católica, sino lo que hicieron los europeos protestantes, y la realidad humana de América, hoy, es muestra evidente de ello. “El choque microbiano y viral que en pocos años causó la muerte de la mitad de la población autóctona de Iberoamérica fue estudiado por el grupo de Berkeley, formado por expertos de esa universidad. El fenómeno es comparable a la peste negra que, procedente de India y China, asoló Europa en el siglo XIV. Las enfermedades que los europeos llevaron a América como la tuberculosis, la pulmonía, la gripe, el sarampión o la viruela eran desconocidas en el nicho ecológico aislado de los indios, por lo tanto, éstos carecían de las defensas inmunológicas para hacerles frente.”
Los protestantes europeos siempre han sido expertos en cargar con sus barbaridades a los demás. Lo hicieron con España y con la Inquisición, y no podían hacer menos cuando trataron sus relaciones con los indios americanos, a los que, después de engañarlos y aprovecharse de ellos, los llevaron al exterminio; pero después de todo, lo curioso es que han vendido la imagen de los indios cortando cabelleras de los muertos como trofeo, cuando la realidad es muy otra. «La práctica de arrancar el cuero cabelludo se difundió en el territorio de lo que hoy es Estados Unidos a partir del siglo XVII, cuando los colonos blancos comenzaron a ofrecer fuertes recompensas a quien presentara el cuero cabelludo de un indio fuera hombre, mujer o niño.» Algo que luego repetirían en otros lugares, como en Patagonia, cuando exterminaron a los selkman. Lo único, que los indios aprendieron la lección y pagaban con la misma moneda.
La verdad cruda es que “en 1703 el gobierno de Massachusetts pagaba doce libras esterlinas por cuero cabelludo, cantidad tan atrayente que la caza de indios, organizada con caballos y jaurías de perros, no tardó en convertirse en una especie de deporte nacional muy rentable. El dicho «el mejor indio es el indio muerto», puesto en práctica en Estados Unidos, nace no sólo del hecho de que todo indio eliminado constituía una molestia menos para los nuevos propietarios, sino también del hecho de que las autoridades pagaban bien por su cuero cabelludo. Se trataba pues de una práctica que en la América católica no sólo era desconocida sino que, de haber tratado alguien de introducirla de forma abusiva, habría provocado no sólo la indignación de los religiosos, siempre presentes al lado de los colonizadores, sino también las severas penas establecidas por los reyes para tutelar el derecho a la vida de los indios.”
Con toda seguridad, esta aseveración sería respondida con una sonrisa de suficiencia por parte de las mentes iletradas y deseducadas en la Ilustración, a las que les convendría repasar las Leyes de Burgos, redactadas siglo y medio antes de que los protestantes llevasen a cabo ese genocidio.
La actividad de limpieza étnica llevada a cabo en Norteamérica por los europeos protestantes tuvo unos resultados extraordinarios; “a partir de 1780 los trece estados de la Unión (embrión político de lo que serían los Estados Unidos) quedaron libres de indios. Los mahican y los delaware fueron deportados al oeste de los montes Alleghanys; la Nación iroquesa obligada a ceder porciones de sus tierras a los Estados de Nueva York, Pennsylvania y Ohio en 1784. A partir de 1790 se produjo la guerra con los Shawnee como consecuencia de la negativa de éstos a renunciar a sus tierras en beneficio de los colonizadores. Finalmente fueron derrotados y debieron resignar dos tercios de los territorios de Ohio y parte de Indiana.”
“Los primeros 20 años del siglo XIX el flamante Estado norteamericano seguía conquistando silenciosamente los territorios de la costa atlántica sin contemplaciones con los indígenas.
En 1813 concluye la guerra anglo-norteamericana con la derrota británica y el sometimiento de numerosas tribus: los kickapoos, los wyandot, los peoria, los winnebago, los sauk, los cherokees, los creek y los semínolas de la Florida. La mayoría fueron deportados a reservas en Kansas, donde cada sublevación se pagaba con una matanza; otros pueblos huyeron hacia las montañas y pantanos, totalmente desperdigados, para sobrevivir clandestinamente… Centenares de miles de indios son privados de sus tierras y bienes y trasladados al llamado Territorio Indio (actualmente Oklahoma): los choctaw en 1831, los creek en el 36, los cherokees entre el 38 y el 39. No sin haber sido saqueados y vejados previamente por los colonos, ante la pasividad de las autoridades, a lo largo de la Pista de Lágrimas, en la que muchos murieron antes de llegar a su destino".
¿Se puede equiparar eso con la actividad llevada a cabo por España? “Los españoles no tuvieron el menor escrúpulo en mezclar su propia sangre para hermanarse con la de los aborígenes de aquellas tierras, lo que pronto daría lugar al mestizaje, razón por la que casi todos los apellidos que todavía hoy llevan los ciudadanos de los países de Hispanoamérica son españoles, y en su gran mayoría de clara descendencia extremeña, como prueba bien patente de que también extremeños fueron el grueso de los conquistadores y las figuras más estelares de aquella gesta, por más que algunos se empecinen en verla de otra manera, que parece como si tuviéramos ahora que avergonzarnos de la obra de España en América. Las demás potencias colonizadoras, en cambio, lo que hicieron de forma sistemática fue practicar el “apartheid”, la purificación a toda costa de su sangre de raza blanca y la más deshumanizadora discriminación basada en el predominio y la superioridad del hombre blanco sobre los indígenas, como se ha visto en Sudáfrica hasta que hace pocos años se hizo con el poder la gente de color.”
“Es muy significativo que hace unos 15 años los pocos indios norteamericanos que quedan solicitaran del gobierno norteamericano que se les reconocieran los mismos derechos, idénticas prerrogativas y las tierras y propiedades que el rey español Felipe II les había otorgado en el siglo XVI. Y es que los ingleses cuando llegaron a América del Norte, lo mismo que los holandeses y los franceses, comenzaron a arrasar el espacio, las tierras, la cultura, los medios de vida, y hasta hicieron desaparecer a los propios indios.”
“De unos 150 millones de indios de todo el norte de América que había en el siglo XV, sólo quedan ya unos cuantos centenares como último vestigio de todo un pueblo y raza humana que fue exterminada casi por completo, sin piedad ni compasión. Y así como de los indios de Hispanoamérica queda todavía una fuerte presencia en numerosos países como Méjico, Perú, Colombia, Bolivia, Guatemala, etc, de los indios USA, en cambio, sólo quedan las películas de comanches que tan de moda estuvieron en el siglo pasado.”
“La cultura norteamericana careció, en razón del menosprecio puritano del indio por pagano y salvaje, del interés demostrado por los españoles hacia las culturas nativas. No encontraremos en los primeros tiempos de la colonización ningún equivalente a lo que supuso Bernardino de Sahagún respecto a los aztecas o Bernabé Cobo, Garcilaso de la Vega, Polo de Ondegardo... o el indio Felipe Guamán Poma de Ayala respecto a los incas.”
Por el contrario, “[Los sioux] deben ser obligados a trabajar y requeridos a asumir su lugar en el nuevo orden de vida al que es preciso que se conformen por la fuerza y no sólo por persuasión moral. Si va a la guerra, lo único para él y para su tribu es la exterminación. Ha sido evidente durante mucho tiempo que ninguna otra política acabaría con la cuestión india. (“New York Herald”, editorial del 29 de mayo de 1876: “Los hostiles sioux”) (cf. Slotkin, The Fatal Environment, p. 446)”
Pero para los reyes del materialismo había algo más importante en todo ese genocidio.“Se ha estimado que el gobierno gasta un millón de dólares por cada indio muerto en la batalla, sin contar las squaws ni los papooses. (“New York Herald”, 19 de junio de 1876) (cf. Slotkin, The Fatal Environment,” p. 447)
Tal vez para contrarrestar ese gasto, la prensa alentaba el expolio de los indios: “Es inconsistente con nuestra civilización y con el sentido común permitir que los indios vaguen en una región tan buena como la de los Black Hills, impidiendo su desarrollo para que puedan cazar y cortar la cabellera a sus vecinos. Eso no puede ser. Esa región ha de ser tomada a los indios tal como les quitamos Pensilvania e Illinois. (“New York Herald”, editorial de 22 de junio de 1876.) (cf. Slotkin, The Fatal Environment, p. 450)
Por eso, “En 1890, el presidente Harrison decide acabar de una vez por todas con el movimiento indio, deteniendo a sus cabezas visibles. Entre ellos está Sitting Bull, el viejo jefe sioux, que es asesinado el 15 de diciembre en el momento de su arresto. Pocos días después la violencia estalla: en una algarada, las tropas gubernamentales exterminan a trescientos indios, hombres, mujeres y niños, en Wounded Knee Creek.”
Y así, hasta el exterminio total, del que en el siglo XX se muestran tan orgullosos al producir centenares de películas en las que dejan manifiesto el genocidio, no sin achacar a los indios todas las maldades y todas las culpas de su situación.
Censura y Represión
“En las ciudades protestantes, numerosos predicadores con gran celo y con la ayuda de las autoridades municipales se movilizaron para suprimir los escritos de las corrientes opositoras. Cuando Lutero comenzó a escribir sus libros se decía, recordando a Frederick Staphyllus (1560), que “sería contrario a la libertad cristiana si los cristianos y la gente común no tuvieran la posibilidad de leer toda clase de libros”. Ahora, sin embargo, los luteranos mismos estaban prohibiendo que se adquirieran y leyeran los libros de sus oponentes, miembros apostatas y de las sectas. (Janssen, XIV, 506-507).”
“Lutero puso en movimiento su pluma con motivo de la traducción de la Biblia católica. “La libertad del mundo”, que proclamaba para sí mismo, no la compartía con su oponente Emser. Cuando se enteró que la traducción de Emser estaba por ser impresa en Rostock, no sólo apeló a su seguidor, el duque Enrique de Mecklenburg, con la solicitud de que, “por la gloria del evangelio de Cristo y las salvación de todas las almas”, detuviera esa impresión, sino que también logró que los consejeros del Elector de Sajonia respaldaran esta acción. Lutero negó el poder de las autoridades católicas para prohibir sus libros, pero, por otra parte, invocaba a las autoridades civiles para impedir los escritos que le disgustaban. (Janssen, XIV, 503-504).”
“Melanchthon exigió de la manera más severa y exhaustiva, la prohibición de libros que se opusieran a las enseñanzas luteranas. Los escritos de Zwinglio y sus seguidores fueron puestos de manera formal en el índice de Wittenberg (lista negra). (Janssen, XIV, 504; cf. Durant, 424).”
“Durante 1536-40 se suscitó un cambio. La tentación de saquear bienes de la Iglesia y el hábito de hacerlo habían aparecido y estaban creciendo. Esto creó con rapidez un interés personal para promover cambios en la religión. Los que atacaron a la doctrina católica, por ejemplo, el celibato en las órdenes monásticas, les abrieron la puerta a los príncipes para tomar los cuantiosos bienes de la Iglesia. Las propiedades de los conventos y monasterios fueron saqueados en grandes cantidades en muchas partes de la cristiandad, en Escandinavia, las Islas Británicas, el norte de Holanda, gran parte de Alemania y en muchos cantones en Suiza. Los bienes de los hospitales, colegios, escuelas, gremios, no fueron incautados en su totalidad. Sin embargo, un cambio económico de esa magnitud en tan corto tiempo, es algo que la civilización no ha vuelto a ver.”
En 1525 se produjo La Guerra de los campesinos alemanes, organizada por “la secta de los anabaptistas, acaudillada por Nicolás Storck y Tomás Munzer, secta milenaria de iluminados, profetas y reveladores, que, como otras de la Edad Media, planteó, a la vez que la cuestión religiosa, la social, lanzando a los campesinos alemanes a una guerra contra sus señores, semejante a la de la Jacquerie en Francia o a la de los Pagesos de Remensa en Cataluña.” Se movilizó “un total estimado de 300.000 campesinos insurgentes y dejó un saldo de 130.000 víctimas entre los sublevados (100.000 según otras estimaciones).” Unos murieron en el campo de batalla; otros “fueron cruelmente asesinados, descabezados, clavados en palos, quemados vivos y cegados.”
Lutero se puso de parte de los señores feudales y proclamó que ''contra las hordas asesinas y ladronas mojo mi pluma en sangre: sus integrantes deben ser aniquilados, estrangulados, apuñalados, en secreto o públicamente, por quien quiera que pueda hacerlo, como se matan a los perros rabiosos''
“Empréndese la lucha con entusiasmo digno de mejor causa, hasta que, derrotados los campesinos en Frankenhausen, mueren cinco mil. La reacción es tremenda; en Wurzburg perecen ahorcados setenta de los principales cabecillas; en Kitzingen, á otros cincuenta y siete, que declararon que no querían ver más nobles, les sacaron los ojos para que, en efecto, no los vieran. La lucha prosigue. A la barbarie campesina, excusable al fin y al cabo, sucede la barbarie aristocrática: en Suabia, en Turingia, en Franconía, en Alsacia, pierden la vida cien mil individuos. Pocos años después implantan los anabaptistas en Munster un régimen del Terror. Los nuevos evangelistas resuelven que todo ha de ser común, y los vecinos tienen que traer su dinero á los gobernantes. Juan de Leyde, sastre per se y evangelista per accidens, se convierte en dictador de Munster.”
“La Reforma tuvo en Alemania consecuencias admirables desde el punto de vista de la libertad del pensamiento. Por ejemplo: en 1563, el elector Federico III abraza el calvinismo y al punto ordena que sus vasallos hagan lo propio, so pena de destierro. Trece años después, su hijo Luis hácese luterano y, en nombre de la libertad de pensamiento seguramente, ordena que sus vasallos le imiten.”
En los campesinos ve ahora Lutero al diablo en acción; su represión es servicio de Dios. «Un hombre sedicioso está proscrito de Dios y del emperador, de forma que el primero que puede y quiera estrangularlo hace bien y rectamente. Y es así que, respecto de un público sedicioso, cualquiera es a par juez y verdugo... Por eso, todo el que pueda, tiene aquí que cortar, estrangular, punzar, secreta o públicamente, y pensar que nada hay más ponzoñoso, más dañoso y diabólico que un hombre sedicioso. Lo mismo que ha de matarse a un perro rabioso. Si tú no lo matas, te mata él a ti y contigo a un gran país». «Por eso, queridos señores, socorred aquí, salvad aquí, ayudad aquí. Habed lástima de la pobre gente. Clave aquí, mate aquí, estrangule aquí quien pueda. Si caes en la demanda, dichoso de ti: jamás podrás morir de más bienaventurada muerte, pues mueres por obedecer a la palabra y mandato divino (Rom 13) y en servicio de la caridad, para salvar del infierno a tu prójimo y arrancarlo de las cadenas del diablo»
De Tomás Müntzer, instigador de la guerra de los campesinos dice Lutero: “Es un personaje contestado, controvertido, perennemente en fuga. Lutero nos ha transmitido la imagen de un hombre faccioso, sedicioso, fanático, loco, borracho, digno de ser condenado por Dios y por los hombres, .profeta perverso y sanguinario, que osó instigar a los campesinos pretendiendo «usar la espada para llevar a cabo sus empresas». Después de la ejecución de Müntzer, Lutero exclamó: «Estoy particularmente contento de la caída de Tomás Müntzer, porque quien ha visto a Müntzer, puede decir que ha visto al mismo diablo».
“Después de 1525, el protestantismo perdió toda traza de espíritu revolucionario y cimentó, también apoyado por Lutero, las instituciones dominantes de la sociedad señorial, con la doctrina de la sumisión a la autoridad''.
El historiador Kid dice: "La tolerancia religiosa, dice, estaba proscrita en Ginebra. Ejercíase la más estrecha vigilancia en la vida privada y moral de los ciudadanos. Cualquier desviación de la verdadera fe se castigaba como un crimen contra el Estado. Las personas convictas de herejía eran castigadas por la autoridad civil. Rebeliones como la de Ami Pirrin, se reprimen con la mayor severidad. Para la heterodoxia teológica, como la de Servet, existe la pena de muerte en la hoguera, con la aprobación de Calvino. En cinco años se dictaron cincuenta y ocho sentencias de muerte y setenta y seis de destierro contra los habitantes de Ginebra, que no excedían de veinte mil. El Consistorio desempeñaba las funciones de celosa policía, desplegando atroz vigilancia y aplicando el principio de Calvino de que es preferible que sean castigados muchos inocentes á que se escape un solo culpable". Esto era en Suiza.
“¿Por qué no se cita hoy día como ejemplo de intolerancia aquel esfuerzo de los puritanos para implantar en Inglaterra los principios calvinistas llevados á la exageración, destruyendo las obras de arte, incluso los sepulcros; prohibiendo las diversiones públicas, incluso el teatro; castigando con severas penas á los que rezaban en forma diferente de la prescrita ó se atrevían á decir algo en contra de la secta imperante? ¿Por qué no se cita asimismo la reacción que siguió al Gobierno
de los puritanos y que motivó castigos tan horribles como el del doctor Leighton, que después de azotado en público, sufrió la pérdida de las orejas, la fractura de la nariz y la marca con un hierro candente de las letras s. s. (sembrador de sediciones), y el del puritano Pryne, autor del Hystriomastix, sátira contra el teatro,, que también fué azotado y perdió las orejas? ¿Acaso la emigración forzosa de los puritanos á América y la persecución, tortura y destierro de los presbiterianos á las islas Barbados no fueron hechos similares á la expulsión de los judíos ó de los moriscos? ¿Acaso las predicaciones de John Knox no dieron lugar á la caza y al suplicio de éste y de sus discípulos?
“¿Cuántas víctimas había hecho en los Países Bajos la supresión del anabaptismo algunos años antes? "Los protestantes no los odian menos que los católicos. Las ciudades, cuyos Municipios aplican con dolor los bandos contra los luteranos, se muestran implacables con los anabaptistas. Es que, gracias á ellos, la cuestión religiosa es una cuestión social. Su comunismo exaspera y aterroriza á los que poseen algo y cierra sus corazones á la piedad. Contra los secta ríos de Mattijs y de Juan de Leyde, una justicia expeditiva condena invariablemente á muerte: el fuego ó la cuchilla para los hombres; las mujeres al agua.En Junio de 1535 un bando condena á muerte á todos los anabaptistas, aun aquellos que abjuren de sus errores. Si las matanzas fueron menos numerosas en el Sur de los Países Bajos que en Holanda, esto se debió á que los sectarios estaban más esparcidos y eran menos peligrosos, pero no menos odiados"
En Inglaterra fue prohibido el catolicismo, y “por la ley de Supremacía, los católicos que ofendían al estatuto eran condenables a la pena de muerte como traidores… En 1581 esta ofensa de traición espiritual fue el tema de una ley que abarcaba mucho más (23 Eliz., c. 1). Calificaba de traidores a todos los que absolvían o se reconciliaban con al Sede de Roma o deseaban ser absueltos o reconciliados.”
Pero los asuntos en este terreno fueron más allá. “La Reina”, escribe Lingard, “ya buscara satisfacer las animosidades religiosas de sus súbditos o mostrar su gratitud al Todopoderoso por castigar a los supuestos enemigos de Su culto, celebró su triunfo con la inmolación de víctimas humanas” (History of England, VI, 255)… En los cuatro meses entre el 22 de julio y el 27 de noviembre de 1588, fueron ajusticiados por su fe 22 sacerdotes del seminario, 11 laicos y una mujer. Durante el resto de la vida de Isabel, sus súbditos católicos gimieron bajo la incesante persecución, en la que se torturaba sistemáticamente. El potro de tormento no tuvo descanso en la Torre durante la última parte de su reinado”, nota Hallam. El número total de católicos que sufrieron bajo su reinado es de 189, de los que 128 eran sacerdotes, 50 laicos y tres mujeres. A los que hay que añadir, con dice Law en su “Calendario de los Mártires Ingleses” (Londres 1870) 32 franciscano a los que dejaron morir de hambre.”
“En 1598 sólo en la prisión de Exeter, Inglaterra, fueron ajusticiadas 74 personas, muchos por haber robado una oveja (Hamilton). Sir James Stephen calcula que en 300 años hubo en Inglaterra 264.000 condenados a muerte por diversos delitos. Unos 800 por año (más de dos por día).”
¿Comparamos esto con lo que sucedía en la Monarquía Hispánica en aquellos mismos momentos?
Con el ascenso al trono de Jaime I, el año 1603, “se incorporó a la “ley para el mejor descubrimiento y represión de los “recusantes” papales (un recusante católico era uno que rehusaba estar presente en los nuevos servicios de la religión protestante en las iglesias parroquiales) e iba dirigido contra el poder papal perdido. La santa Sede lo prohibió, pero algunos católicos lo aceptaron, entre ellos el arcipreste Blackwell. 28 católicos, 8 de ellos laicos, sufrieron bajo Jaime I, aunque ese príncipe estaba más interesado en sacarles el dinero a sus súbditos católicos que en asesinarlos. Según sus propias cuentas recibió una cantidad neta de 36.000 al año de las multas a los recusantes papistas (Hardwick Papers, I, 446)”. Con su sucesor, Carlos I, sólo serían ajusticiados dos católicos, y 24 bajo el poder de Cromwell.
“En 1679 se repitieron los horrores de 1588: 8 jesuitas, 2 franciscanos, 5 sacerdotes seculares y 7 laicos murieron a manos del verdugo mientras que muchos más fallecían en las horribles prisiones… En 1681 Oliver Plunket, arzobispo de Armagh, fue ejecutado en Tyburn, tras un juicio ridículo. La suya fue la última sangre derramada por la religión católica en Inglaterra. La persecución que había comenzado con la ejecución de tres santos cartujos en el año 26 de Enrique VIII había durado, sin casi intermisión, durante un siglo y medio. 342 mártires habían dado testimonio de su fe con sangre, mientras que unos 50 confesores, en el reinado de Isabel y sus sucesores, acabaron sus vidas en prisión.”
La Carta de Derechos “cerraba a los católicos el acceso a profesiones como consejeros legales, abogados, procuradores etc. y declaraba que cualquier persona que rehusara jurar la fidelidad y supremacía, cuando se le pidiera legalmente, podría sufrir como un recusante papista convicto. Y que ninguna persona que se negase a pronunciar dicho juramento fuera admitido a votar en ninguna de las elecciones a miembros del parlamento.”
“En 1700 pasó una ley que, como observa Sir Erskine May "no puede leerse sin asombro”: incapacitaba a todo católico romano para heredar y comprar tierra, a no ser que abjurase de su religión con un juramento; y si se negaba, su propiedad pasaba, durante su vida al siguiente familiar que fuera protestante. Se le prohibía enviar a sus hijos al extranjero para que fueran educados en su propia fe. Y mientras se prohibía así su religión, los derechos civiles eran cada vez más restringidos por el juramente do abjuración. Prescribía prisión de por vida para todos los sacerdotes católicos y que un informador, en el caso de que fuera convicto por decir misa, debía recibir cien libras como premio.”
La católica “Eran una pequeña y muy impopular minoría en una edad en la que un credo común era considerado, en todos los países europeos, como el principal lazo de unión civil del estado y los disidentes eran más o menos rigurosamente reprimidos.”
“Algunos artículos del código inglés para Irlanda: "El Católico que enseña a otro católico o protestante será ahorcado". "Si un católico adquiere tierras, todo protestante tiene el derecho de despojarle". "Destierro perpetuo a todo sacerdote católico; quienes lo eludan, sean medio ahorcados vivos y luego descuartizados".
“Multitud de inconformes huyeron de Irlanda e Inglaterra hacia América; lo que es sorprendente de este hecho es que, después de sus experiencias, esos fugitivos no aprendieron la lección de tolerancia y no le otorgaron libertad a aquellos con quienes diferían. Cuando se encontraron ellos mismos en la posición de perseguidores, fueron aún más duros que lo que vivieron como perseguidos. Entre los que atacaron estaba la sociedad de Amigos, mejor conocidos como Cuáqueros. (Stoddard, 207)”
“En Massachussets, por ser reincidente en las faltas, un Cuáquero podía sufrir la pérdida de una o de las dos orejas, la perforación de la lengua con un hierro candente y algunas veces, la muerte. En Boston, unos cuáqueros, tres varones y una mujer, fueron ejecutados en la horca. El bautista Roger Williams fue desterrado de Massachussets en 1635, después fundó la tolerante Rhode Island (Stoddard, 208).”
“La tolerancia fue menor después de la Reforma que antes de ésta. (Durant, 456; referring to the year 1555).”
“La América inglesa se colonizó por obra de la persecución religiosa, huyendo primero de la intolerancia de la metrópoli ; huyendo después del fanatismo de las sectas que allí se establecieron; acabando, por último, con razas indígenas mucho más belicosas é inteligentes que las que hallaron los españoles en sus nuevos territorios. Y lo mismo hicieron los ingleses en la India y los holandeses en sus colonias y los franceses
en las suyas.”
Pero, ¿y el trato con los indígenas?... “William Bradford, uno de los ingleses pertenecientes a los Padres Peregrinos de EEUU, describió, por ejemplo, de manera bastante realista los sentimientos de entusiasmo que el exterminio de los indios que los habían ayudado a sobrevivir a su llegada a América despertó en los colonos diciendo: «Fue una terrible visión contemplarlos friéndose en el fuego y los ríos de sangre que apagaban éste, y lo horrible que eran la peste y el olor que salían; pero la victoria pareció un dulce sacrificio, y dieron la alabanza por ello a Dios, que había actuado de una manera tan maravillosa en su favor, encerrando a sus enemigos en sus manos y dándoles una victoria tan rápida sobre un pueblo tan orgulloso e insolente».
En Inglaterra, en “1778 se aprobó la primera ley de libertad de los católicos. Anulaba las peores partes del estatuto de 1699 mencionado arriba y proponía un nuevo juramento de fidelidad que un católico podía emitir sin renunciar a su religión.”
“Sería un error creer que la actitud más tolerante hacia los católicos en este período se debe a que hubiera más simpatías hacia el catolicismo. Surgió más bien de la relajación de las creencias dogmáticas, el latitudinarismo, el indiferentismo, que son signos notables de estos días y que infectaban tanto a católicos como a protestantes por toda Europa.”
GENOCIDIO COMUNISTA
La Toma del Poder
Señala Trotsky que “la conquista del poder por los Soviets a principios de noviembre de 1917 (nuevo calendario) se efectuó a costa de pérdidas insignificantes. La burguesía rusa se sentía tan alejada de las masas populares, tan impotente, tan comprometida por el curso y la terminación de la guerra, tan desmoralizada por el régimen de Kerensky, que no se arriesgó, por decirlo así, a resistir. En Petrogrado, el gobierno de Kerensky fue derribado casi sin lucha. En Moscú se prolongó la resistencia, sobre todo por el carácter indeciso de nuestras propias acciones. En la mayor parte de las capitales de provincia, el poder pasó a manos de sus Sóviets sólo con la llegada de un simple telegrama de Petrogrado o Moscú.”
En las elecciones democráticas celebradas el 30 de Diciembre de 1917, donde los socialistas revolucionarios obtuvieron mayoría absoluta, la decisión de acabar con el sistema por parte de los bolcheviques era manifiesta. Relata uno de los elegidos: “Muchos de nosotros, diputados, nos acercábamos a preguntar a nuestros líderes: ‘¿Qué haremos si los bolcheviques recurren a la violencia, si nos golpean, si llegan hasta matarnos?’ Y se nos contestaba de una manera clara, que define admirablemente la ideología de la fracción: ‘Recordemos que somos los elegidos del pueblo, y estemos listos al sacrificio de nuestras vidas.’ Los diputados resolvieron no separarse, en caso de que los acontecimientos tomaran un sesgo trágico. E hicieron provisión de... bocadillos y de velas, en previsión de que los bolcheviques les cortasen la electricidad y los abastecimientos.”
Lógicamente, los comunistas actuaron de una forma decisiva; en principio nada hay que se les pueda recriminar; acabaron con la farsa democrática: “Finalmente, Raskolnikov dio lectura, entre el aplauso de las tribunas y las injurias de la mayoría, a una declaración de los bolcheviques, que había sido redactada por Lenin: “Deseando no contribuir ni por un solo minuto a ocultar los crímenes de los enemigos del pueblo, declaramos que nos retiramos de la Asamblea Constituyente y que confiarnos al poder de los Soviets la decisión definitiva acerca de la actitud que han de adoptar con relación a la parte contrarrevolucionaria de esta Asamblea.” La asamblea fue disuelta a punta de fusil.
No obstante, algo que en principio parecía ser puro, fue señalado por el escritor Máximo Gorky, que era bien consciente de la intolerancia de Lenín, de forma preocupante: "Lenín no fue ningún mago todo poderoso, sino un fanfarrón de sangre fría que no le importaba ni el honor ni la vida de los proletarios." La fuente: El artículo de Gorky "A la Democracia", publicado en el periódico Novaya Zhizn, No. 174, 7 (20) de noviembre de 1917.”
La realidad quedaría en su cruda realidad en escasísimo espacio de tiempo, y no sólo por la realidad sangrienta, sino por las normas emanadas por los ideólogos: “En su "Catecismo de la Revolución" Nechayev enfatizaba que un revolucionario debe ser despiadado contra toda la sociedad, sobre todo contra los intelectuales. Pero también debe aprovecharse del fanatismo de los terroristas individualistas. Estos se dejarían o se destruirían después según la necesidad. Tal como sabemos, Stalin comenzó a liquidar a los terroristas socialrevolucionarios - todo en línea con las instrucciones de Lenín.”
El énfasis puesto en el terrorismo marcó siempre el marchamo del comunismo; en territorio “enemigo”, cierto, pero sobre todo en el propio territorio. Separar marxismo, socialismo, comunismo, anarquismo… de terrorismo, es, francamente negar la realidad. Negación de la realidad, negación de la verdad, que por otra parte encaja a la perfección dentro de las formas proclamadas por el propio régimen comunista, en esto tan parecido a los principios que ya hemos visto en el protestantismo.
Y en cuanto a la libertad…“Lenín enfatizó ya en 1917 que los obreros no necesitaban ninguna libertad, igualdad o fraternidad. (Lenín, "Collected Works", Vol. 26, pág. 249.)”
Ni libertad ni igualdad ni fraternidad; en su lugar, terrorismo:“Entre otros documentos descubiertos en los archivos de Trotsky, había una carta de Lenín al judío Yefraim Shklansky, Comisario del Pueblo para los Asuntos Militares, escrita en agosto de 1920. Lenín supo que en Estonia, voluntarios se estaban uniendo al ejército polaco. El plan era enviarlos a Polonia vía Riga en Letonia. Así que Lenín decidió: "No es suficiente con enviar una protesta diplomática... Use los medios militares, es decir debe castigar a Letonia y Estonia militarmente (siga, por ejemplo, a Balakhovich por la frontera y cuelgue de 100 a 1000 oficiales y personas adineradas)". Lenín prometió pagar 100.000 rublos por cada persona colgada.”
La cultura
Resulta curioso en el mundo actual, cómo los comunistas utilizan el término de “cultura” como arma arrojadiza y excluyente, y resulta todavía más curioso constatar que ellos son, justamente, los miembros del sistema más acumuladores de incultura y sordidez. Sin desmerecer con ello a los otros miembros del N.O.M., naturalmente.
Pero ciñéndonos al inicio de la asonada comunista, y citando a los cantores de sus gestas, “la dictadura del proletariado vaciló durante largo tiempo en suprimir la prensa enemiga. Inmediatamente después de la insurrección fueron suprimidos únicamente aquellos periódicos burgueses que preconizaban descaradamente la resistencia armada contra la “usurpación bolchevique”, contra “la anarquía sangrienta”, contra el “golpe de fuerza de los agentes del Káiser”. Los últimos órganos de la burguesía y de la pequeña burguesía no fueron suprimidos hasta el mes de julio de 1918. La prensa legal de los mencheviques no desapareció hasta 1919; la de los anarquistas hostiles al régimen y la de los maximalistas continuó publicándose hasta 1921; la de los socialistas-revolucionarios de izquierda no desapareció aún hasta más adelante.” …” Sin duda alguna, hay que atribuir a inexperiencia entre otras causas, esta peligrosa mansedumbre de los rojos.”
El largo tiempo que estuvieron para suprimir la prensa no marxista queda explícitado en que “fue Lenín el que prohibió los periódicos de oposición. Dos días después de tomar el poder, emitió un decreto que abolía la libertad de la prensa. Durante la primera semana cerró diez periódicos y diez más en la semana siguiente, hasta que todos los periódicos que él detestaba habían cesado de existir.”
Pero evidentemente pronto supieron suprimir esa mansedumbre, siendo que en los lugares donde los comunistas han tenido una posición de autoridad se han dedicado bien a fondo a su labor, procediendo a un metódico genocidio que generalmente ha sido seguido o acompañado por la destrucción cultural. Así, una cita, de momento nos servirá “En Estonia durante los años inmediatamente posteriores a la guerra, unos 150.000 títulos fueron quitados y destruidos sólo de la biblioteca principal de Tallin.” Ciertamente podría tratarse de una excepción, de una acción errónea; de una mácula en el excelente expediente del informado… Pero desgraciadamente, como iremos viendo, no es precisamente así.
Pensaremos que, al menos, las obras destruidas serían, como en el caso de los libros perseguidos por la Inquisición, obras que dañasen el espíritu. Bien, “Entre los prohibidos y destruidos estaban obras como la "Enciclopaedia Estonia" y libros de referencia biográfica, "Historia del arte estonio", "Historia general del arte" y series como "Ganadores del premio Nóbel", "La novela nórdica", "Los grandes maestros de la palabra escrita", las obras de Dostoyevsky, "Novela de hoy", las series de libros económicos publicados por la editorial Loodus y "Ciencia viva". También destruyeron cientos de libros infantiles y obras para jóvenes que se encontraban entre los clásicos de la literatura mundial o local.”
Pensaremos que, al menos, los monumentos serían respetados por estos autodenominados defensores de la cultura; pero no fue así. “Junto a ese ataque cultural masivo, los cementerios y monumentos estonios también fueron destruidos. Entre otros, en el Cementerio Militar de Tallin la mayor parte de las lápidas de 1918 a 1944 fueron destruidas por las autoridades soviéticas. Ese cementerio fue entonces reutilizado por el Ejército Rojo tras la Segunda Guerra Mundial.”
Al menos, el acto de genocidio cultural sería cosa fácil, sin una importancia excesiva… Pero tampoco fue así… "Para realizar los trabajos de demolición, 15 activistas del Partido y 275 personas del Batallón de Destrucción deben ser movilizados. Se necesitan 15 trabajadores para la ejecución de cada demolición y 10 personas para protección... Para realizar los trabajos de demolición, 225 kg. de TNT, 150 metros de cuerda/fusible y 100 cartuchos son necesarios, porque no hay material de demolición en el punto. 11 camiones, disponibles pero con carencia de petróleo, son necesarios para acarrear las ruinas" (Informe del Presidente del Comité EC(b)P Võrumaa, Tamm, No. 101/s to the EC(b)P CC 1st secretary Nikolai Karotamm. 06.04.1945. ERAF Archives depot 1, ref. 3, unidad de depósito 501. L. 37.)”
Mientras los bolcheviques se afanaban en el desarrollo de su sistema terrorista, la guerra europea seguía su curso. Los alemanes vieron la posibilidad de un tratado que les diese ventaja, y acabaron firmando el tratado de Brest-Litovsk. “Se firmó el 3 de marzo de 1918. En la ciudad bielorrusa de Brest-Litovsk (bajo la soberanía rusa) entre el Imperio Aleman, Bulgaria, el Imperio austro-húngaro, el imperio otomano y la Rusia soviética. En el tratado Rusia reconoce la independencia de sus antiguas “provincias” de Polonia, Finlandia, Curlandia, Estonia, Letonia, Lituania y Ucrania, cede a Turquía territorios del Caucaso, se compromete a pagar una indemnización de la guerra de 300 millones de rublos de oro y reconoce el derecho de las tropas alemanas a ocupar provisionalmente la Rusia blanca como garantía de ejecución del tratado.”
Mentira y exterminio, arma política
“Lenín se expresó así: "¡Que el 90 por ciento del pueblo ruso perezca si el 10 por ciento puede experimentar la revolución mundial!” ("Trabajos Seleccionados", Vol. 2, pág. 702.) Lenín enfatizó: "Debemos utilizar todas las destreza y los métodos ilegales posibles, debemos negar y debemos ocultar la verdad." Lenín afirmaba: "El pueblo será enseñado a odiar. Comenzaremos con los más jóvenes. Los niños serán enseñados a odiar a sus padres. Podemos y debemos crear un nuevo lenguaje, que siembre odio, aborrecimiento y sentimientos similares entre las masas contra aquellos que no están de acuerdo con nosotros…Lenín declaró: "Paz significa, muy simplemente, el dominio del Comunismo sobre el mundo entero". (Lenín, "Tesis sobre las Tareas de la Juventud comunista".)"
Y esa técnica utilizaron. Esa, y la propaganda diciendo lo contrario; así, la lucha por el control de Finlandia en 1918 es relatada como sigue:”Los vencedores degollaban a los vencidos. Desde los tiempos antiguos es cosa sabida que las guerras más espantosas son las guerras de clases. No hay victorias más sangrientas, más atroces, que las que obtienen las clases reaccionarias. Desde la sangría con que la burguesía francesa liquidó a la Comuna de París, no había presenciado el mundo nada que pudiera compararse en horror a lo que ocurrió en Finlandia. Desde los comienzos de la guerra civil “bastaba para ser encarcelado, en la zona ocupada por los blancos, el pertenecer a una organización obrera, para ser fusilado, el haber desempeñado en ella algún cargo… No existe ninguna estadística acerca del número total de las víctimas de aquellas matanzas; los cálculos corrientes fijan su número entre 10 y 20000 personas.”
El palmero del comunismo relata alarmado las matanzas de sus competidores en el genocidio, los liberales, a quienes acaba no reprochando la barbaridad en sí, sino que ésta esté llevada a cabo no por odio, sino por mero cálculo. “Todos los obreros organizados han sido fusilados o están en la cárcel”, escribían unos comunistas finlandeses a principios de 1919. Este hecho nos permite dejar sentada una importante deducción teórica acerca del terror blanco, deducción que el tiempo ha confirmado con los acontecimientos ocurridos en Hungría, Italia, Bulgaria, etcétera. El terror blanco no se explica por el frenesí de la lucha, por la violencia de los odios de clases ni por otros factores de orden psicológico. La psicosis de guerra civil no tiene más que un papel secundario. Es, en realidad, el resultado de un cálculo y de una necesidad histórica. Las clases posesoras victoriosas saben muy bien que no son capaces de conservar su dominio, después de una batalla social, más que derramando sangre de la clase obrera para debilitarla durante decenas de años. Y como se trata de una clase mucho más numerosa que las clases ricas, “es forzoso” que el número de víctimas sea muy elevado.”
Al fin aprendieron la técnica, que acabaron desarrollando y llevándola a cabo a lo largo de los años; así, tras la segunda guerra mundial cargaban sobre las espaldas de los vencidos, no sólo las barbaridades que efectivamente eran propias de los vencidos, sino alguna de las barbaridades llevadas a cabo por el marxismo. Tan es así que genocidio como el cometido en Katin no dudaron en intentar acoplarlo a los alemanes, pero resultó tan burdo el intento que quedó en eso, en intento.
En 1940 se plantearon el exterminio de la oficialidad del ejército polaco. “Las ejecuciones se reproducían con rapidez pues a los verdugos soviéticos se les había impuesto la disposición de “ejecutar entre 250 a 390 prisioneros cada 12 horas”. Cada ejecutado recibía un balazo en la nuca y después era lanzado a una fosa común. En total se reportaron “22 mil asesinatos”, la mayoría de origen polaco y aproximadamente 7 mil prisioneros políticos de los gulags extranjeros… El gobierno soviético y los negacionistas pro-comunistas, le endosaron la responsabilidad de estos crímenes a los alemanes. Sin embargo los documentos desclasificados de la NKDV proporcionados por el mismo Boris Yeltsin en 1990 revelaron la responsabilidad exclusiva del ejército rojo y de la policía política soviética en todos estos crímenes cometidos para privar a Polonia de sus ciudadanos más cualificados… Millones de polacos habían muerto durante los casi 6 años que duró la guerra. Unos bajo el fuego Alemán y otros bajo los fusilamientos y las deportaciones soviéticas. Pero el drama iba más allá puesto que la infraestructura agrícola, industrial y urbana del país había quedado destruida casi en su totalidad.”
Otros genocidios similares a los de Katin trufan la historia genocida del comunismo. En la misma Unión Soviética, dentro del maremagno genocida, podemos destacar la masacre llevada a cabo en Lvov, en Ucrania, cuando en 1941 iba a ser tomada por las tropas alemanas. “En la prisión de la policía 20 prisioneros fueron hacinados en el interior de cada una de las celdas más pequeñas; entonces, a través de las ventanillas fueron ejecutados. Entre 2000 y 2500 personas fueron asesinadas de esta manera… Poco antes de retirarse prendieron fuego a la prisión de Brigidky. En los sótanos los comunistas apilaron los cadáveres de los asesinados como montones de leña… No se pudo encontrar ni un superviviente entre los prisioneros.”
Lo que parece que la evidencia ha dejado demostrado es que en las denuncias de los genocidios o supuestos genocidios ajenos, el marxismo quiere transmitir cómo deben actuar sus prosélitos; así, es necesario saber leer qué quiere decir el autor cuando afirma que “En resumidas cuentas, el objetivo racional del terror blanco no es otro que el exterminio total de todos los elementos avanzados y conscientes del proletariado.”
El uso de la mentira da lugar a que los cronistas del comunismo señalen que “las matanzas de Finlandia tuvieron lugar en abril de 1918. La revolución rusa ha mostrado hasta ese momento y casi en todas partes una gran magnanimidad frente a sus enemigos. No ha recurrido al terror. Hemos mencionado algunos episodios sangrientos de la guerra civil en el sur, pero sólo fueron una excepción.”
Si a todo esto añadimos que Lenin opinaba que la mentira era un arma política que debía ser utilizada por el partido, el cóctel lo tenemos servido. Una de las ocasiones en que con más suavidad propone la utilidad de la mentira, es cuando afirma: “escuche, camarada de Tiflis, se puede mentir, pero hay que saber hasta dónde…” En otra ocasión, tras denunciar las mentiras del liberalismo, y mientras comenta el desastroso tratado de paz firmado con Alemania, dice: “Ante el pueblo, en un país en que impera la libertad política, el problema de la paz no puede plantearse sino como una paz sin anexiones. Es necesario, pues, manifestarse por una paz sin anexiones, y no queda sino mentir, enturbiando el concepto de anexión o eludiendo el punto.”
Las citas pueden reproducirse hasta el infinito en los distintos autores del genocidio versión marxista; así Trostki en “su moral y la nuestra” señala: "¿Cuál es nuestra relación con la revolución? La guerra civil es la más severa de todas las formas de guerra. Es impensable no sólo sin violencia contra figuras terciarias sino, bajo la técnica contemporánea, sin asesinar ancianos, mujeres y niños... No hay una demarcación impermeable entre la lucha de clases 'pacífica' y la revolución. Cada huelga encarna de una forma sin dilación todos los elementos de la guerra civil".
Como muestra un botón. En el genocidio que cometió con los kulaks (agricultores), éstos, lógicamente, no estaban de brazos cruzados, lo que motivó que un rojo expusiese el conflicto a Lenin, que “le escuchó con la risa maliciosa que iluminaba sus ojos cuando los hechos venían a darle la razón: Al asegurarle yo que los campesinos nos iban a zurrar, Vladimir-Ilich rompió a reír: Claro que sí, camarada, que os zurrarán, y no será la primera vez si no dejáis molidos a los kulaks antes de que ellos os muelan a golpes a vosotros. Y Lenin, tomando una hoja de papel, trazó algunas frases urgentes, dirigidas a los obreros de Petrogrado, rogando a su interlocutor que se encargase él mismo de trasmitírselas. He aquí los principales párrafos de este breve mensaje:
“El camarada K... ha estado en el gobierno de Simbirsk; ha podido ver la actitud de los kulaks frente a los pobres y frente a nuestro poder. Y ha comprendido lo que ningún marxista, ningún obrero consciente debe poner en duda: que los kulaks execran el poder de los Soviets, el poder de los obreros, y que lo derribarán infaliblemente si los obreros no reúnen en el acto todas sus fuerzas para prevenir su ataque contra los Soviets y no los reducen a la impotencia antes de que hayan tenido tiempo de reunirse.” Diría que es sintomático.
Pero, para redondear el principio leninista del uso de la mentira, no hay sino recurrir, al azar, a otra obra de Lenin para encontrarlo con la siguiente perla: “este partido veía un signo particular de su "revolucionarismo" o de su "izquierdismo" en el
reconocimiento del terror individual, de los atentados, que nosotros, los marxistas, rechazábamos categóricamente… Claro es que nosotros condenábamos el terror individual únicamente por motivos de conveniencia.”
Terrorismo y mentira son, así, elementos consubstanciales del comunismo.
Y los obreros… carne de cañón, argumentos… Así, mientras antes del triunfo de la revolución bolchevique, Lenin demostraba su extremo disgusto por los resultados de la agitación llevada a cabo para la revuelta campesina de 1905 porque: "Desgraciadamente, los campesinos destruyeron sólo una decimoquinta parte de las propiedades; sólo un decimoquinto de lo que ellos deberían haber destruido." (Lenín, "Collected Works", 2da edición, Vol. 19, pág. 279” , catorce años más tarde, cuando él estaba en el poder, “dio las órdenes para disparar contra los obreros si era necesario, lo cual realmente sucedió cuando pacíficos demostrantes en Astracán fueron baleados en marzo de 1919. Dos mil obreros fueron asesinados. (Igor Bunich, "El Partido del Oro", St. Petersburgo, 1992, pág. 58-59.) En Yekaterinoslavl, cien obreros que construían el tendido del ferrocarril fueron asesinados a tiros por haber intentado organizar una huelga. El tiroteo de obreros de esta forma continuó hasta la mitad de abril de 1919.”
Terrorismo y mentira. “Es el error más grande creer que la NEP significa el fin del terror. Continuaremos el terror después, y también el terror económico, escribió Lenín a León Kamenev (en la realidad Rosenfeld) el 8 de marzo de 1922.”
Pero dentro de ese terror, es de destacar la gran mortalidad que hubo en Ucrania siete años antes; los palmeros comunistas señalan que fue provocada por las malas cosechas y por una gripe que se extendió por toda Europa. No obstante, tanto el régimen nazi como el liberalismo presentaron el asunto como un genocidio. “El periodista canadiense Douglas Tottle, demostró con rigor esa falsificación en su libro "Fraud, Famine and Fascism; The Ucrainian Genocide Myth From Hitler hot Harvard ", editado en Toronto en 1987. Entre otras cosas, Tottle demostró que el material fotográfico presentado (fotografías horribles de niños desnutridos), fue sacado de publicaciones del año 1922 cuando millones de personas murieron en la guerra y por el hambre cuando 14 ejércitos extranjeros invadieron la URSS durante la guerra civil de 1918 a 1921.” Al final, ¿qué hay de verdad en el asunto? ¿Hubo gripe mortal llamada “española? Parece que sí. ¿Hubo malas cosechas?... Parece que sí. ¿Hubo intervención directa del régimen comunista tanto en la matanza como en la falta de suministro de alimentos?... Parece que sí.
En cualquier caso, aquí lo que vamos a tratar es el genocidio marxista, no los aspectos que le restaron clientela, tanto en la guerra civil como en las purgas posteriores.
El comunista Mario Sousa, en su alegato a favor de Stalin nos dice algunas cosas que son más que razonables, y alguna de ellas extrapolables: “Los hechos aquí presentados del periódico The Guardian de enero de 1978 nos da una indicación de como la policía política dirige las noticias que llegan al gran público. Robert Conquest fue agente del IRD desde los comienzos de esta sección de la policía secreta y hasta 1956. El ”trabajo” de Conquest era escribir las así llamadas ”historias negras” de la URSS, historias falsas consideradas como hechos verídicos para ser distribuidas a los periodistas y a otras personas con influencia en la opinión pública. .... El libro de Conquest ha sido utilizado como obsequios a los llamados ”tontos útiles”, para profesores universitarios y gente que trabaja en la prensa, la radio y la televisión para así garantizar que las mentiras de Conquest y de la extrema derecha sean apoyadas en bastos sectores de la población.” Algo, al cabo, en lo que el sistema comunista tiene amplia experiencia: desde el genocidio que organizó en España en 1936 al genocidio que organizó en Katin, cuya autoría, para mayor inri, pretendió cargar sobre las repletas espaldas del nacionalsocialismo alemán.
“Entre los numerosos crímenes cometidos por Stalin se cuenta el de la hambruna forzosa de Ucrania durante los años 1932-1933. Como es común en los países en los que reina el socialismo, las hambrunas intencionadas se han usado como arma política utilizada para alcanzar los deseados objetivos contra varias clases. Las víctimas señaladas en esta ocasión fueron los kulaks, los agricultores campesinos que tenían propiedad y contrataban a trabajadores. Cuando Stalin alcanzó el poder en 1924, vio el nacionalismo ucraniano como una amenaza al poder soviético, creyendo que cualquier insurrección futura podría provenir probablemente de los kulaks. Así que decidió aplastarles utilizando los métodos que tan exitosos habían sido en la URSS durante la política de “liquidación como clase”. En 1929, arrestó a miles de intelectuales ucranianos bajo falsos cargos y o bien los fusiló o bien los envió a campos de trabajo en Siberia. Llevó a cabo la colectivización de las explotaciones ucranianas requisando todas las tierras y el ganado privados, lo que afectó aproximadamente al 80% de la población de Ucrania, anteriormente conocida como el granero de Europa. Declaró a los kulaks enemigos del pueblo.”
“Para cumplir con las metas establecidas en los planes quinquenales, el Estado empleó métodos violentos que generaron grandes resistencias en distintos sectores. A menudo los campesinos preferían matar animales y quemar cosechas antes que permitir colectivización forzosa. El Estado respondía arrestando y deportando a rebeldes a campos de trabajo forzado o bien optaba por fusilarlos.”
“En 1932, con la mayoría de las explotaciones ucranianas colectivizadas a la fuerza, Stalin ordenó un aumento en las cuotas de producción de comida. Lo hizo en múltiples ocasiones hasta que no quedó comida para los ucranianos. La cosecha de trigo de 1933 se vendió en el mercado mundial a precios por debajo del mercado. Los historiadores han calculado que dicha cosecha podría haber alimentado a los ucranianos por dos años.” Aquí es cuando se produjo la terrible hambruna que combinada con la gripe y con la acción del PCUS diezmó la población ucraniana. No en vano los kulaks habían sido declarados enemigos del pueblo.
“El hambre de 1932-1933 se extendió prácticamente a todas las regiones de Ucrania que en aquel entonces era la parte integrante de la URSS. El hambre no fue provocado por la sequía, catástrofe natural u otras causas de carácter objetivo, sino por razones políticas y fue provocado intencionalmente. El régimen totalitario de Stalin quería de este modo aniquilar a la población que se oponía al régimen y deseaba desarrollar su producción agrícola independientemente del estado. La hambruna artificial de 1932-1933 no fue un fenómeno natural sino una acción administrativa cínica ejecutada en forma consciente como atestiguan los documentos de la época. Ucrania disponía de suficiente cantidad de trigo, pero este fue vendido al exterior. Por órdenes del gobierno estaba prohibido cualquier comercio en zonas rurales, se prohibió abastecer las aldeas de alimentos, fueron perseguidos y condenados a 10 años de cárcel, incluso se fusiló a aquellos que usaban el trigo para el pago de salarios. Estos hechos están documentados en los archivos oficiales de los organismos del gobierno de aquellos tiempos. Consecuencias de la hambruna. Tomando en consideración las perdidas de la población como consecuencia de agotamiento físico extremo, las diferentes enfermedades producidas por la inanición, actos de canibalismo, represiones, suicidios debidos a traumas psíquicos y el colapso social la cantidad de víctimas de la hambruna constituye cerca de 7 millones de personas ( 20% por ciento de la población del país). Cada día morían aproximadamente 25 mil personas, cada hora - mil, cada minuto -17 personas, La aniquilación física masiva de los campesinos ucranianos fue un acto terrorista planificado por el sistema político contra la población pacifica, a consecuencia de la cual desapareció toda una generación de agricultores. Sin embargo, en 1937 se produjeron las mayores purgas y asesinatos de Stalin que tuvieron como consecuencia la muertes de millones de seres humanos.”
Otros autores abonan estos extremos: “El gobierno de Stalin ordenó un irrazonable aumento de las cuotas de cosechas que Ucrania debía otorgar al estado soviético. Si un campesino cosechaba 25 fanegas debía entregar 20, lo que le restaba era insuficiente para sobrevivir, pero incluso esa parte, en ocasiones, le era confiscada.”
Los campesinos ucranianos se rebelaron contra la tiranía soviética quemando las cosechas, matando el ganado y destruyendo la maquinaria. La respuesta dada por el régimen marxista fue el conocido “Holodomor”. “Holodomor es una palabra ucraniana que significa “holod”, hambre, y “moryty”, muerte entre sufrimientos, y es también el calificativo preciso que se le dio al plan de Stalin para frenar las revueltas y darles un duro escarmiento a los insurrectos.”
“Las autoridades locales se apresuraron a cumplir las disposiciones de Moscú, requisaban la comida que se encontraba escondida en las casas de campo y que era lo único que estas familias tenían para comer. Muy pronto sobrevino una aguda “escasez inducida” de alimentos. Este país, de tierras fértiles, considerado el granero de Europa, se enfrentaba a una “hambruna artificial”, una hambruna creada adrede para matar, un plan siniestro que provenía de los estómagos satisfechos y llenos de los comunistas del kremlin para dejar sin algo que comer al pueblo ucraniano. Se comenzaban a alcanzar los objetivos sádicos de Stalin al infringir a la población ucraniana, uno de los mayores sufrimientos que pueda experimentar el ser humano como es la “muerte por inanición”, una de las más pavorosas.”
De nada sirvió el enfrentamiento de los ucranianos: “Los combatientes ucranianos se enfrentaron a los rojos con decisión provocando la prolongación del conflicto durante 4 años. El general-jefe de la caballería del ejército negro, Alexis Martchenko, que durante muchos meses combatió junto a los bolcheviques, ahora era perseguido y duramente atacado por esos mismos camaradas. Años antes, en buena parte de Rusia y en sus alrededores, la revolución no hubiese triunfado, de no haber sido por la efectiva colaboración del ejército insurreccional ucraniano como también se conocía al Ejército Negro, pero ahora la orden de Lenin era clara; acabarlos y recuperar Ucrania. No por gusto el general Martchenko, luego de haber perdido a buena parte de sus tropas, pronunció decepcionado estas palabras: "Sí, hermanos. Ahora sabemos bien lo que son los comunistas".
Lo peor del caso es que Ucrania no es más que un ejemplo en el genocidio comunista: “En la segunda mitad del Mayo de 1944 por un decreto del comité de Defensa del estado soviético, los Tártaros de Crimea fueron expulsados de su tierra y dirigidos a campos de trabajo y concentración donde murieron por miles. Los Generales Serov y Kobulov coordinaron la operación y utilizaron más de 30.000 tropas de NKVD.Más de 200.000 Tártaros fueron despojados de toda pertenencia y apilados en vagones y camiones donde se les trasladó a los campos de exterminio del Este de la Unión Soviética, Uzbekistan, Kazakhstan etc. en el trámite los NKVD fusilaron sumariamente a numerosos seres humanos que se resistieron al tratamiento Stalinista.”
Las Colectivizaciones
Pero en la Rusia de 1914“la situación del campesinado era similar a la esclavitud feudal zarista, sobre todo en las granjas estatales, los Kolzsjos; los obreros industriales estaban obligados a jornadas de trabajo extenuantes, dada la caída en picado de sus salarios, que sin embargo no les procuraban medios suficientes de subsistencia. Los sindicatos también estaban controlados y las protestas eran reprimidas como actos de traición.”
Y la esclavitud se extendió no sólo al mundo agrícola, y el exterminio no se limitó a Ucrania. En 1918, “Desde la socialización de las pesquerías y la ejecución de los principales piscicultores, esta ciudad rica en pescado (Astrakán) –la desembocadura del Volga proveía ella sola decenas de millones de libras anuales- llegó incluso a carecer de arenques, cuyo comercio fue prohibido bajo pena de detención tanto de vendedores como de compradores… Los víveres eran confiscados, vendedores y compradores fusilados. Astrakán, rodeado de trigo y de pescado, perecía de hambre. La ciudad era como una isla cuyos habitantes mueren de sed en medio de un mar de agua potable…”
No era sólo Astrakán; todo el imperio soviético estaba sumido en el hambre, siendo que había reservas suficientes para alimentar a toda la población. Los culpables, según la propaganda soviética, eran otros… “Los campesinos acaudalados negaban el trigo a las ciudades.” El caso es que estaba en vigor la nueva ley “¡el que no trabaja no come!”
El 10 de Marzo de 1919 se declaró huelga en Astrakán. “El mitin de diez mil obreros que deliberaban pacíficamente sobre su penosa situación material fue rodeado de ametralladoras, marinos y granaderos. Los trabajadores se negaron a disolverse y entonces se hizo fuego contra ellos. De inmediato, las ametralladoras crepitaron, dirigidas sobre la multitud compacta reunida, y las granadas de mano empezaron a estallar… De pronto resuena un cañonazo y luego una explosión sorda… Un obús estalla y luego otro y otro… Dos mil víctimas han caído en las filas obreras… Telegramas que hablaban de insurrección fueron enviados a la metrópolis. El presidente del consejo de guerra revolucionario de la República de los soviets respondió con un telegrama lacónico: ‘Reprimid sin piedad’… Se fusilaba en los sótanos…Muchos hombres fueron precipitados al Volga, atados… Fue a principios de abril cuando las ejecuciones empezaron a decrecer en número.”
Los habitantes de Astrakan resistieron como pudieron. Cuarenta y siete comunistas murieron en las revueltas, y los comunistas obligaron a asistir a las exequias a los supervivientes de Astrakan mientras el verdugo Mieknochin decía a las tropas: “Habéis cumplido con vuestro deber revolucionario con mano de hierro, sin un estremecimiento… Los obreros son los responsables por haberse dejado impulsar por la provocación.”
El terror rojo
La historia del terrorismo la vamos a iniciar por quienes le dieron tal nombre y lo usan como arma ideológica: el marxismo leninismo.
“La revolución —se lamenta Kautsky— nos ha traído el más sangriento terrorismo ejercido por gobiernos socialistas. Comenzaron los bolcheviques rusos, que fueron severamente juzgados por los demás socialistas no partidarios del bolchevismo, entre ellos los mayoritarios alemanes. Pero apenas estos sintieron amenazado su poder, acudieron a los mismos medios que tan duramente habían condenado en Oriente”.
Trostki anunció:"En no más de un mes de tiempo el terror asumirá formas muy violentas, tras el ejemplo de la gran Revolución Francesa; la guillotina... estará lista para nuestros enemigos... esa notable invención de la Revolución Francesa que acorta al hombre por una cabeza". Y que Lenin incluso fomentaría: “"El uso de rifles, revólveres, bombas, cuchillos, manoplas, garrotes, trapos empapados en keroseno para iniciar incendios... alambres de púas, clavos (contra la caballería)... o ácidos para arrojar sobre la policía... El asesinato de espías, policías, gendarmes, volar estaciones policiales... debe comenzar en cualquier momento". Algo que no es creación exclusiva de Lenin, sino que procede de Marx: “"Nosotros no tenemos compasión y no pedimos compasión de ustedes. Cuando llegue nuestro turno, no pondremos excusas para el terror".
El primer acto de la “organización de combate” de Guerchuni, en 1902, fue el asesinato del ministro de Instrucción Pública en Rusia; el segundo acto, en 1903, el asesinado sería el gobernador de Ufa. El léxico utilizado en la relación de estos hechos es también sintomático del marxismo-leninismo. Dice Victor Serge: “Al día siguiente del atentado publicó el partido socialista revolucionario un documento en que justificaba aquella ejecución”.
Pero es de significar que no tienen los ideólogos marxistas el menor apuro en reconocer su situación real en este sentido; así, manifiesta: “Al ser encarcelado Guerchuni, vendido por Azev, quedó este último a la cabeza de la organización terrorista.” Y esa es la trayectoria normal del marxismo leninismo durante su existencia, hasta que le ha interesado, curiosamente, significarse verbalmente contra el terrorismo, mientras por otra parte continúa ejerciéndolo, como le exige sus principios ideológicos.
“A las órdenes del agente provocador estuvo un terrorista de vocación y de un valor a toda prueba: Boris Savinkov. En 1904 caía despedazado por la bomba de Egor Sazonov el presidente del Consejo, Plevhe. El organizador de este acto había sido Savinkov, que trabajaba a las órdenes de Azev. Llególe luego el turno al sátrapa de Moscú, el gran duque Sergio Alexandrovich, ejecutado por Ivan Kaliaev. Los terroristas Sazonov y Kaliaev merecen ser contados entre las más formidables figuras de la Revolución rusa. Los atentados se fueron sucediendo cada vez en mayor número. Durante la revolución de 1905, después de la publicación del rescripto imperial del 17 de octubre, el partido socialistarevolucionario, completamente desorientado, decretó el fin de la acción terrorista.”
“Los atentados cometidos por el partido socialista-revolucionario durante el año 1905 fueron 58; 93 durante el año 1906, y 74 durante el año 1907.”
Luego empezarían a matarse entre sí, costumbre que también han exportado a sus filiales. Si en España asesinaron a Nin y a sus compañeros del POUM, ya habían iniciado la saga con el intento de asesinato de Lenin y el jefe de la cheka de Petrogrado en 1918. En cualquier caso, ni fueron los primeros en ser víctimas de sus propias purgas, ni por supuesto fueron los últimos. Pensemos en Yoyes y en los otros purgados de la ETA. Lo curioso es que son tan hábiles que son capaces de usar como arma arrojadiza contra sus enemigos a las víctimas de sus filas asesinadas por ellos mismos.
El intento de asesinato de Lenin, llevado a cabo por sus mismos correligionarios, pero de otro sector, significó que se recrudeciese la carnicería de inocentes: “Ya es hora de que también nosotros empecemos... Decíamos en otra ocasión que a la muerte de uno contestaríamos con la muerte de un millar; henos aquí forzados a llevarlo a efecto.
¡Que dejen libre el camino aquellos sentimentales que tienen miedo de derramar sangre inocente! ¿Cuántas vidas de mujeres y niños pesan en la conciencia de cada burgués? Cada gota de sangre de Lenin debe costar a los burgueses y a los blancos centenares de muertos... El interés de la revolución exige el exterminio físico de la clase burguesa. Ellos no tienen compasión, no la tengamos nosotros tampoco.” (31 de agosto.)
Las instrucciones eran determinantes: “Los Soviets locales deben detener en el acto a todos los socialistas-revolucionarios de derecha que conozcan. Tómense rehenes en gran número entre la clase burguesa y los oficiales. A la menor resistencia o a la menor actividad de los blancos, se contestará, sin discusiones, por medio de fusilamientos en masa. Corresponde a los comités ejecutivos de provincia tomar la iniciativa en este sentido... Estas medidas serán tomadas en el acto; infórmese inmediatamente a esta comisaría de todos los casos en que las autoridades locales muestren indecisión.”
“En Cronstadt fueron pasados por las armas 500 contrarrevolucionarios, según un informe oral pronunciado a mediados de septiembre en la conferencia de comisiones extraordinarias de la Comuna del norte. Las ejecuciones fueron en número mucho menor en Moscú, en donde las listas de fusilados fueron publicadas…Es difícil hacerse una idea, ni siquiera aproximada, de lo que fue el terror en las provincias. Los periódicos sólo daban informaciones fragmentarias y en cierto sentido ocasionales. En Perm se fusiló la primera vez a 50 rehenes, luego a 36; en Tver se limitaron a encarcelar a 150 rehenes; de Penza, donde primero se fusiló a un noble y algunos oficiales, telegrafían el 25 de septiembre: “El asesinato del obrero Egorov ha sido pagado con 152 vidas”. Y así, población por población.
“Después de las jornadas de septiembre el terror no cesa, se, hace más lento su ritmo, se convierte en sistema…“La Comisión Extraordinaria -escribe uno de los hombres que dirigen el terror no es ni una comisión de instrucción ni un tribunal. Es un órgano de combate que actúa en el frente interior de la guerra civil por medio de la instrucción, de los tribunales y de las fuerzas armadas. No juzga al enemigo, descarga sobre él sus golpes.” No se preocupa de fijar y dosificar las culpas; se pregunta a qué clase social, a qué medio pertenece el adversario, si es peligroso y hasta qué punto. Las comisiones procedían a realizar instrucciones a veces sumarias, a veces largas y complicadas, en un secreto casi absoluto, sin admitir defensa. El juez instructor formulaba sus conclusiones bajo su propia responsabilidad; la comisión sentenciaba sin oír al acusado. Tratándose de la pena capital, debía tomarse el veredicto por unanimidad (las comisiones se hallaban integradas al principio por doce miembros, bastando un solo voto para que no se condenase a muerte al acusado). Las ejecuciones se realizaban por lo regular en el mayor secreto, a fin de evitar a la población emociones malsanas. En las grandes ciudades se empleaba a veces el revólver, y la ejecución tenía lugar en sótanos.”
Pero el asunto no termina en la Unión Soviética ni en Lenin. Mao Tse-Tung proclama que "Si tuviéramos que sumar a todos los terratenientes, campesinos ricos, contrarrevolucionarios, malos elementos y derechistas, su número alcanzaría los treinta millones... de nuestra población total de seiscientos millones de personas, estos treinta millones son sólo uno de cada veinte. Entonces, ¿de qué tenemos miedo?... ¡Tenemos tanta gente! Podemos permitirnos perder unos pocos. ¿Qué diferencia hace?".
La versión maoísta del comunismo no ha sido la menos destacada en el campo del genocidio; no en vano Mao opina que "Las muertes tienen beneficios. Fertilizan la tierra". Y más…:”Deberían haber mítines de celebración cuando muere la gente... Creemos en la dialéctica, así que no podemos no estar a favor de la muerte".
En los bailes de cifras de víctimas del comunismo, uno de los más moderados lo deja en 100 millones, correspondiendo a China el 50% de esta cifra. Los métodos utilizados, desde su instauración en 1952, al parecer, fueron los habituales: ejecuciones masivas, los “laogais” o GULAG chinos, las hambrunas intencionadas… “A finales del 1952 era el propio partido comunista chino el que mostraba con satisfacción las cifras de “2 millones de reaccionarios y 5 millones de terratenientes ejecutados” .
Tampoco termina ahí la ramificación del terrorismo. No olvidemos que el terrorismo no es sino un elemento más del marxismo, y esa afirmación no es deductiva, sino explícita en la doctrina de los grandes pensadores del comunismo. En el desarrollo de esa actividad, llegó un momento que al comunismo le interesó desvincular de alguna forma los métodos terroristas de la primera línea de su política, por lo que a nivel mundial, desvió el centro del control terrorista a Rumanía, al tiempo que hacía que éste país mostrase aperturismo hacia el sistema capitalista occidental. Luego, en 1956, llegó la masacre de Hungría… y la de Checoslovaquia en 1968. Aquí el terror rojo mostró sus colmillos. “Trescientas mil personas huyeron a otros países” .Fueron pocos los muertos, 72, y 266 heridos.
José Antonio Sáenz de Santa María emitió en 1972 un informe en el que proponía la creación de un grupo de asesinos para acabar con el terrorismo etarra. Fue desestimado. Ese informe sería llevado a efecto por el gobierno de Felipe González. Se trata del famoso GAL.
La Cheka
“En la Unión Soviética la tortura física era llamada "medios de influir físicamente". El reglamento CC20 del PCUS de enero de 1939, firmado por Stalin, enfatizaba que "los medios de influencia física" no eran un crimen sino que por el contrario debían ser usados más frecuentemente "contra los enemigos públicos que se rehúsan a cooperar durante los interrogatorios y no revelan a los culpables y conspiradores que todavía continúan sus actividades anti-soviéticas". "Tales medios de influencia deberían ser usados en el futuro para destruir a la clase enemiga, y aunque algunos han mancillado esos medios, deben ser usados para conseguir confesiones. Los líderes del Partido deben asegurar la necesaria amplitud y extensión del uso de estos medios".
Un elemento indispensable a tener en cuenta en los métodos de influir físicamente son las checas, elemento de tortura y terrorismo que también fue usado en España, en los años treinta, como era usado en el resto del mundo soviético.
A continuación la descripción de la cheka existente en la antigua sede del KGB en Lituania: Existen habitáculos con capacidad máxima para una persona donde sólo se puede permanecer erguido o sentado en una gruesa tabla con una superficie que no llega a los 20 centímetros, disponiendo, para él solo de una estancia oscura de cerca de tres metros de alto.
Otra estancia de la cheka está amueblada con un camastro, y frente a él lo que podemos calificar de conserjería. Un largo pasillo da acceso a una serie de celdas entre la que hay una sala de torturas debidamente acolchada; otra especialmente diseñada para duchas frías, un patio de unos diez metros cuadrados anexo a unas celdas sin techo, y en un sótano, una sala de tiro para la ejecución de los reos.
Se trata de una lección de historia, abierta a cualquiera que quiera recibirla si viaja a Vilna.
Pero, ¿Cuál es el origen de la cheka? “La victoria de los bolcheviques sobre sus adversarios en la guerra civil no se llevó a cabo exclusivamente con las victorias de su ejército, fue necesario un esfuerzo monumental para controlar de una manera férrea toda la economía y la sociedad dominada por ellos, y ello no fue fácil pues las fuerzas opositoras eran abundantes y poderosas. Para ello fue necesario exterminar al enemigo político a través del exterminio físico, político o bien atemorizarlo a través de un calculado terror. Sólo así se entiende, entre otras cosas, las requisas a los campesinos. Para llevar a cabo su empresa el Partido contó con una herramienta de incalculable valor: la policía secreta o Checa.”
Así, aunque cuando oigamos hablar de “cheka” nos venga a la cabeza un sitio lúgubre y terrorífico destinado a torturar y asesinar a la gente, debemos ser conscientes que eso tan sólo era la cárcel de la cheka, ya que la cheka en sí era un “cuerpo policial creado por Dzierzynski siguiendo las órdenes de Lenin el día 20 de diciembre de 1917 y recibió el nombre de “cheka”que son las siglas de “Comisión Especial”. A partir de ese momento la cheka se convirtió en una herramienta formidable en manos de Lenin y sus allegados. Lenin, Trotski y Dzierzynski eran partidarios de “matar más de la cuenta que correr el riesgo de ser derrocados”, con esta frase comprendemos cómo utilizaron los bolcheviques a la cheka para conservar el poder. En ese contexto debemos inscribir la orden de asesinar a Nicolás II y su familiar en Ekaterimburg, en la noche del 16 al 17 de julio, en un momento en que los ejércitos blancos se aproximaban a la zona y que podían convertir al zar en una fuente legitimadora de su política. Aunque Lenin achacó la orden a los bolcheviques locales, hoy tenemos evidencias de que partió del Comité Central del partido. ”
“Esta organización del terror se había fundado el 7 de diciembre de 1917, pero oficialmente no existía. Sólo el 18 de diciembre de 1927, Pravda publicó el decreto que establece la cheka oficialmente.”
No obstante, la cheka existe desde el 10 de Diciembre de 1917, por decreto del Soviet de los comisarios del pueblo del día 7 de Diciembre, publicado en “Izvestia” nº 248 de 18 de Diciembre, a partir de la cual se crean nuevas checas locales el 22 de Marzo de 1918.
Y desde que la cheka fue constituida, “las listas de ejecuciones aparecían publicadas en el diario "Semanario Cheka" y otra prensa oficial. Los medios de difusión empezaban a utilizarse como una efectiva arma psicológica como lo demuestra este párrafo transcrito en una de sus ediciones: “Por el asesinato del camarada Egorov, obrero de Petrogrado en misión en un destacamento de requisa, 152 “guardias blancos” han sido ejecutados por la Cheka. En el futuro se adoptarán medidas aún más rigurosas contra aquellos que levanten su mano contra el brazo armado del proletariado”.
Podemos hacernos cargo de las primeras actuaciones llevadas a cabo por la cheka remitiéndonos a“Un número de Izvestia (del 24 de octubre de 1918), que sólo citamos a título de ejemplo, da dos columnas de informaciones de esta clase. Examinémoslas. La cheka del distrito de Egorievsk condena a cinco semanas de cárcel y a treinta mil rublos de multa a especulador que ha insultado a un comisario durante el registro… La del barrio de Meschovsk fusila a un expolicía “diligente cien-negro”, y añade: “La población está tranquila”. La de Kozel anuncia simplemente que se ocupa de reprimir la agitación de los popes y los kulaks. En Mineevsk un socialista-revolucionario es pasado por las armas. En Perm se recurre sobre todo a la aplicación de multas. La comisión publica un boletín a fin de tener a la población al corriente de sus actividades… Sigue la nueva rúbrica: “Guerra a la corrupción”. Ha sido fusilado un juez de instrucción de la Comisión Central Panrusa y su escribiente, convictos de haber aceptado dádivas. Sigue una lista de dieciséis criminales que han sido pasados por las armas por orden de la Comisión Central: se trata de monederos falsos, de bandidos, de un soldado rojo de la cheka que había confeccionado una estampilla falsa de una cooperativa, de un comisario de la cheka que había intentado vender un revolver. La Comisión de Koalas fusila a un ciudadano culpable de haber se entregado a manejos contrarrevolucionarios. La Comisión de Chui anuncia la ejecución de siete “ladrones, asesinos y provocadores”.
La cheka jugaría un papel de primer orden en el desarrollo del sistema policial-jurídico comunista, como hemos señalado, basado en el terror. Así es que el 26 de Junio de 1918 Lenin escribía una carta a los miembros del Comité central en la que recalcaba: ”Hay que estimular la energía y el carácter de masa del terror contra los contrarrevolucionarios.”
Existía una cheka superior, la cheka Panrusa; de ella dependían las checas provinciales, y de éstas, las checas de distrito, siendo independientes de otros poderes. La acusación debía formalizarse dentro de los cinco días siguientes a la detención (Izvestia 25-4-1919).
Las instrucciones emanadas señalaban el imperio del terror: “Deben tomarse considerable número de rehenes entre la burguesía y los oficiales. De modo que, a la menor tentativa de resistencia, debe fusilarse en masa a esos rehenes. Los comités ejecutivos provinciales de los soviets deben hacer en este aspecto gala de una iniciativa particular… Deben fusilar sin vacilaciones a todos aquellos que mantienen relaciones con los guardias blancos… Ni la menor vacilación, ni la menor indecisión en la aplicación del terror de masas. (periódico de la cheka 22-9-1918)”
“Las checas deben rendir cuentas a los soviets, pero éstos, o las secciones pertenecientes a estos, no pueden en ningún caso diferir o detener las órdenes dadas por la cheka Panrusa. (periódico de la cheka 22-9-1918)”
“Los comisarios para la Justicia y Asuntos Interiores no pueden intervebnir en los asuntos de la checa. (periódico de la cheka 29-9-1918)
“Que al exterminar a los contrarrevolucionarios no tiemble su brazo (Krasny Match 18-8-1919)
Las personas detenidas no deben ser consideradas como castigadas, sino como aisladas provisionalmente de la sociedad en interés de la revolución, y las condiciones de su internamiento no deben revestir carácter punitivo. (Orden 186 de 30-12-1921)
“Fue Lenín quien comenzó los primeros juicios-farsas. Así, sometió a doce social revolucionarios en un juicio en 1922. El propio Lenín había propuesto todo tipo de engaños necesarios para provocar este caso. Stalin usó métodos similares durante los años 1936-37. Fue Lenín quien pidió los arrestos de socialistas y comunistas extranjeros en Rusia. Le dio rienda suelta a la Cheka.”
“Para los años 1937-38 varios testimonios coinciden en contabilizar entre seis y ocho millones de presos políticos. Sólo en Moscú existían 3.000 interrogadores. El físico Alexander Weissberg, que estuvo preso en la cárcel de Kharkov de marzo de 1937 a febrero de 1939, estima que el 5,5 por ciento de la población de la región pasó por la cárcel; en esta proporción coinciden otros testimonios, lo que supone, consultando el censo de 1939, un total de 8,5 millones de detenciones. Otros cálculos, el del yugoslavo Dedijer, y de Uralov, funcionario del Partido, lo rebajan a 7 millones.”
Autores contrarios al régimen leninista señalan que “Lenín pensaba que los rusos no eran lo suficientemente capaces de llevar a cabo su terror ya que eran demasiado bien intencionados. Por ello es que prefería a los judíos. Naturalmente, no todos los judíos se unieron, sólo los peores, los más llenos de odio y los más fanáticos. Este hecho, que Lenín creyera que los judíos eran mucho más eficaces en la "lucha revolucionaria" fue guardado como 'secreto estatal' por orden de Joseph Stalin, a pesar del hecho que María Ulyanova quería hacerlo público unos años después de la muerte de Vladimir Lenín. La hermana de Lenín creyó que este hecho habría sido útil en la lucha contra el antisemitismo (Dagens Nyheter, 15 de febrero de 1995).
Según informa el mismo autor, en esta época“La Cheka estaba bajo el control de judíos. Mucho de esto ya era conocido en 1925. El investigador Larseh escribió en su libro "La Sed de Sangre del Bolchevismo" (Wurttemberg, pág. 45) que el 50 por ciento de la Cheka lo formaban judíos con nombres judíos, el 25 por ciento eran judíos que habían tomado nombres rusos. Todos los jefes eran judíos.” Y afirma que “El judío extremadamente cruel, Mikhail Kedrov (en la realidad Zederbaum) ahogó a 1.092 funcionarios rusos en el Mar Blanco en la primavera de 1920.” Datos que son facilitados por un autor letón que debió huir de la dominación soviética.
Se establecieron 1000 tribunales de la checa, en los que durante 1920, se ejecutaba una media de cinco personas por día.
Llegamos a un punto que la duda nos invade, y sólo el conocimiento de que el relativismo más absoluto es la base de la ideología marxista-leninista y que ahí cabe absolutamente todo nos hace reproducir lo que leemos, aunque quedemos un tanto escépticos: “Lenín dio órdenes para matar a tantos estudiantes como fuese posible en varios pueblos. La Cheka arrestaba a cada joven que llevara una gorra escolar. Ellos fueron liquidados porque Lenín creía que los próximos intelectuales rusos serían una amenaza para el régimen soviético. (Vladimir Soloukhin, "A la Luz de Día", Moscú 1992, pág. 40.)” Una cuestión sí es incuestionable: la persecución de quién vistiera sombrero, gafas o bastón, aspecto que se repetiría con Pol Pot.
Otro caso que también parece incuestionable, al menos teniendo como referencia lo que hicieron en España en 1936, reforzado por lo expresado a miles de kilómetros, en la sede del KGB en Vilna, es que“Las detenciones no tenían garantías jurídicas, y, en caso de juicios, éstos eran llevados de forma arbitraria, y con la sola presencia del jefe de la Cheka y un juez, sin tener derecho el detenido a un abogado, y si no tenían pruebas, no importa, se inventaban, o bien, obligaban mediante tortura al acusado a confesar delitos y crímenes que no había cometido (tenían 52 "procedimientos materiales" métodos de tortura física o psicológica ,con los cuales abatir la resistencia del acusado), colocaban también testigos falsos, u otros a los cuales habían obligado a confesar por los métodos anteriormente señalados.”
“Varias fuentes cuentan cómo los Chekistas en Kharkov pusieron a las víctimas en una fila y clavaron sus manos a una mesa, hacían un corte en las muñecas con un cuchillo, vertían agua hirviente sobre las manos y tiraban de la piel. Esto era llamado "sacar el guante". En otros lugares, la cabeza de la víctima era puesta sobre un yunque y era lentamente aplastada con una prensa a vapor. Aquellos que deberían sufrir el mismo castigo al día siguiente eran obligados a mirar. Los ojos de dignatarios de la iglesia eran arrancados fuera de sus orbitas, sus lenguas eran cortadas y los enterraban vivos. Hubo Chekistas que acostumbraban a abrir el abdomen de sus víctimas, seguido de lo cual, cortaban un trozo de su intestino delgado sacando una pequeña porción y esta la clavaban a un poste del telégrafo y, con un látigo, forzaban a la desafortunada víctima a caminar en círculos alrededor del poste hasta que todo el intestino había sido desenredado y la víctima moría.”
Estos extremos, expuestos por Jüri Lina le parecen a este comentarista un tanto sospechosos, y hasta parece que han sido producidos por los mismos que llevaron a efecto las verdaderas torturas y genocidios bajo el comunismo, a fin y efecto de que quienes los lean acaben desconfiando, no ya de la fuente sino de que tales actos de genocidio hayan sido llevados jamás a cabo. No obstante, quedan relatados. El motivo de no eliminarlos, sean ciertos o falsos, y a falta de conocimiento cierto sobre el asunto, es que, aunque es difícil llegar a creer que tales actos de crueldad puedan ser llevados a efecto por ninguna persona, por muy malvada que sea, sí son plausibles desde la órbita de la doctrina comunista.
La Unión Soviética fue la creadora de la cheka, pero la idea la exportaron allí donde el comunismo iba teniendo adeptos. Y en España, ¿cómo influyó el invento? Sobre las chekas en España, señala César Alcalá que, durante la guerra civil "estas sólo se crearon en aquellas ciudades donde el Gobierno de la República se fue asentando. Así, se crearon en Madrid, Comunidad Valenciana y Barcelona".
Gulag
Los GULAG son campos de trabajo en régimen de esclavitud con alimentación insuficiente donde los presos tenían un día de fiesta al año, el 1 de Mayo, y días de reposo parcial tales como el aniversario de la muerte de Lenin, de la comuna de París y de la Revolución de 1917. Asistencia médica sólo cuando el reo no podía mantenerse de pie. Suplicios sin nombre del que es a destacar el de ser expuestos, en los meses de calor, desnudos, a los enjambres de mosquitos, y en invierno, al frío…
“A principios de los 1920, ya había 70.000 prisioneros en 300 campos de concentración, según "La Revolución Rusa" de Richard Pipes en la Universidad de Harvard, aunque en la realidad había probablemente muchos más. Fue de esta forma que Lenín construyó su archipiélago de GULAG.”
Parece que para imponer el socialismo, se utilizaban métodos oportunos, que en el GULAG alcanzaba un mayor refinamiento. “Los principales medios de violencia eran asesinatos masivos, deportaciones, tortura y amenazas. La tortura puede dividirse en física y psicológica. En la Unión Soviética ambas eran consideradas justificadas y se usaban rutinariamente para extraer información, confesiones y denuncias de personas.” Esta afirmación viene corroborada por afirmaciones, suscritas principalmente por Lenin, que pueden ser encontradas en este mismo relato.
“Los prisioneros también eran forzados a mirar la tortura de otros prisioneros o personas cercanas, tomar parte en humillarlos (por ejemplo, un prisionero fue obligado a arrodillarse con su boca abierta y el otro, que tenía una pistola apuntando su nuca, tuvo que orinar en la boca del primero para que el interrogador pudiera extraerle la deseada confesión.” Sí, son relatos en extremo violentos, pero que, a la vista de lo dictado por Lenin, y con experiencias relatadas por españoles que padecieron en terror rojo de 1936, se ciñen a la realidad.
“En Estonia y entre estonios que fueron enviados a campos de trabajo forzado a otras partes de la gran red carcelaria comunista se encontraron numerosos desórdenes de salud causados por medidas represivas directas. Algunos de ellos fueron:
- Inanición, marasmo nutricional, distrofia alimentaria, deficiencias vitamínicas crónicas, pelagra, escorbuto y los síntomas causados por estas y sus resultados indirectos.
- Neumoconiosis crónica, causada por trabajar sin medidas protectoras en minas subterráneas de cobre, oro, níquel, carbón, etc.
- Enfermedades por radiación con neumoconiosis causada por explotación de minerales radiactivos (uranio, etc.) en Kolyma, Norilsk y otros campos de prisioneros. Muchas de las víctimas murieron en Estonia poco después de regresar a casa.
- Enfermedades infecciosas, como tuberculosis pulmonar u ósea y los síntomas causados por ellas, tifus - que se esparce a través de la pediculosis - fiebre tifoidea, etc. Una de las enfermedades específicas que afectaron a los reprimidos fue la brucelosis. Muchas mujeres que fueron deportadas en 1949 estaban infectadas debido a que fueron forzadas a trabajar sin protección en granjas de ganados vacunos, ovejas y renos infestados por gérmenes de brucelosis. Muchas de ellas quedaron discapacitadas de por vida, sufriendo serias inflamaciones múltiples en las articulaciones, causadas por la brucelosis crónica.
- Los daños permanentes de salud también se manifestaron como síndromes de maltrato, como por ejemplo como resultado de la exposición forzada excesiva al frío natural, siendo dejados sin comida y/o agua potable. Fracturas de huesos y otros daños físicos de los reprimidos eran el resultado de las heridas recibidas durante tortura y/o trabajar bajo condiciones peligrosas para la salud.
- Endarteritis de las extremidades inferiores es una enfermedad terminal que resulta de el estrangulamiento de las arterias de las extremidades inferiores, lo que suele terminar en gangrena y la amputación de miembros, o la muerte. Este tipo de daño a la salud solía suceder entre los convictos de largo término que tenían que trabajar en minas de la región polar (Vorkuta, Inta).
A todo esto se agregarían los traumas mentales por la represión y diversos problemas derivados de esto: estrés continuado, crisis nerviosas, angustia y pánico, alta presión arterial, úlceras gastrointestinales, asma, colitis ulcerosa crónica, etc.”
En 1941 se produjeron inmensas deportaciones de poblaciones bálticas a Siberia, separando las familias, gran parte de las cuales nunca volverían a reunirse. El “60% de las mujeres y niños murieron de hambre, frío y enfermedad, y más del 90% de los hombres arrestados y enviados al Gulag fueron asesinados o murieron en los campos de trabajo.”
En Letonia, en un solo día, el 14 de Junio de 1941 fueron deportadas a zonas remotas de Unión Soviética alrededor de 15.500 personas; “de ellos 5154 era mujeres y 3225 niños menores de diez años… Unos 5000 perecieron en Oriente o en el viaje allí, o fueron ejecutados. Las listas de deportaciones fueron realizadas con la ayuda de secuaces locales.”
Orden respecto al procedimiento de deportación de elementos antisoviéticos de Lituania, Letonia y Estonia. (Estrictamente secreto). Comisario del Pueblo Adjunto de Seguridad Pública de la URSS. Comisario de Seguridad Pública de la tercera Fila (firmado): Serov. “En vista del hecho de que gran número de deportados deben ser arrestados y distribuidos en campos especiales y que sus familias deben proceder a asentamientos especiales en regiones distantes, es esencial que la operación de remoción tanto de la familia de los deportados como su cabeza se realice simultáneamente, sin notificarles de la separación confrontándolos... La escolta de toda la familia a la estación debe efectuarse en un vehículo y sólo en la estación de partida debe colocarse a la cabeza de la familia separadamente de su familia en un carro especialmente destinado para cabezas de familia.”
“Durante el primer año de gobierno soviético más de 52.000 ciudadanos estonios fueron ejecutados, deportados o movilizados por el Ejército Rojo. Tras el ataque alemán a la Unión Soviética del 22 de junio de 1941, a inicios de julio 33.000 estonios fueron conscriptos a la fuerza en el Ejército Soviético. El 10 de julio de 1941, los reclutados de los territorios anexados fueron declarados no confiables y enviados a campos de trabajo forzado, donde muchos morirían por los malos tratos y pésimas condiciones de vida. De esta forma se forzaron a 5.600 más a luchar, pero pronto gran cantidad de ellos desertaría“
En julio de 1941 Estonia fue conquistada por Alemania nazi, que fue forzada a su vez a retirarse por el avance de las tropas soviéticas que retornaron en 1944. “Apenas el gobierno soviético recuperó el control, unas 70.000 personas huyeron al extranjero, a refugiarse a Alemania, Suecia y Finlandia. Miles murieron durante la huída y otros miles fueron repatriados. Alrededor de 31.000 personas fueron enviadas de regreso a Estonia (más de 12.000 eran prisioneros de guerra y casi 19.000 eran civiles), de acuerdo a información soviética…Los peores temores de los refugiados se cumplirían.
10.000 personas fueron encarceladas entre 1944 y 1945, la mitad de las cuales murieron en los dos años siguientes”
“Antes de la segunda ocupación soviética en el otoño de 1944, unos 217.000 refugiados huyeron (de Letonia) hacia Occidente, esto es, el 12% de la población.” Muchos murieron en la huída, y otros muchos fueron capturados.
“Tras la guerra y hasta la muerte de Stalin, 30.000 personas fueron arrestadas en el país, de las cuales alrededor de un tercio pereció. Unas 23.000 personas más fueron deportadas en ese mismo período, de las cuales al menos 3.000 murieron por las duras condiciones a que fueron sometidas. Además, unos 2.000 combatientes de la resistencia murieron en Estonia en combates contra las fuerzas de ocupación.”
Algo similar sucedió en Letonia y en Lituania. “Los ‘hermanos del bosque’ letones (llamados bandidos por los soviéticos) lucharon y la campaña contra ellos tomó muchas vidas.” Se calcula que fueron unos 20.000 combatientes que contaban con unos 80.000 colaboradores directos. Engañados con falsas amnistías, fueron deportados en 1949. “del 25 al 29 de marzo de 1949, 9.147 familias, o 29.252 individuos fueron deportados de Letonia. Había 28.107 letones, 482 rusos y 663 representantes de otras nacionalidades.” Pero habría más deportaciones en años sucesivos. El desastre poblacional provocado por el marxismo en Estonia Letonia y Lituania se cifra en la pérdida del 30% de su población sólo en la década de 1940. Pero no hay problema, los comunistas, junto a los capitalistas era los vencedores de la guerra. Lógicamente, los genocidas eran los nazis.
En Estonia, “El 13 de marzo de 1949, el Primer Viceministro del Ministerio de Seguridad de la URSS aprobó el nuevo plan de deportaciones de 7.500 familias…19 trenes militares y de ganado se formaron para transportar a los que serían deportados. De aquellos, 9 trenes fueron dirigidos al Óblast Novosibirsk, 6 fueron a Krasnoyarsk Krai, 2 al Óblast Omsk y 2 al Óblast Irkutsk, en Siberia.”
En esta segunda ola de deportaciones, de 1949, fueron deportadas 94.799 personas entre Estonia, Letonia y Lituania, con una media de edad joven-muy joven, siendo que se estima una mortandad del 20% en el plazo de un año, por motivos variados.
“De todas las personas deportadas el 14 de junio de 1941 (de Letonia), 6.081 (más del 39% del total de deportados) murieron por las terribles condiciones de vida. De ellos, 46,5% eran mujeres (13,7% de ellas eran esposas), 27,9% eran menores de 20 años y 15% eran niños menores de 10 años.”
¿Qué dicen las revisiones de los procesos soviéticos?: “Después de 1930, el sistema correccional soviético contaba con prisiones, campos y colonias de trabajo de los Gulag, zonas especiales abiertas y pago de multas. Las personas que eran arrestadas generalmente eran enviadas a las cárceles comunes en tanto se hacían las investigaciones que podían demostrar su inocencia recuperando la libertad, o bien, eran llevadas al tribunal de justicia. En caso de ser pasado al tribunal, el acusado podía ser declarado inocente y quedar en libertad o, en caso de que fuera declarado culpable podía ser condenado a una pena de multa, de prisión o, en casos más excepcionales, a la pena de muerte. Las multas podían ser un cierto porcentaje del salario durante un cierto tiempo. Los condenados a prisión podían ser enviados a diferentes tipos de cárceles dependiendo del tipo de delito cometido. A los campos de trabajo Gulag iban los criminales por delitos graves (homicidios, robos, violaciones, delitos económicos, etc) y una gran parte de los condenados por actividades contrarrevolucionarias. Otros delincuentes con penas superiores a 3 años podían ser también recluidos en esos campos. Después de un tiempo en un campo de trabajo, el preso podía ser trasladado a una colonia de trabajo, o bien, a una zona especial abierta. Los campos de trabajo eran zonas muy extensas donde los condenados vivían y trabajaban bajo gran control. Trabajar y no ser un peso para la sociedad era otra cosa evidente. Ninguna persona se lo pasaba sin trabajar. Puede ser que alguien hoy en día piense que esto es terrible, pero la realidad era así. Existían 53 campos de trabajo y 425 colonias de trabajo Gulag en 1940.
Estas últimas eran unidades más pequeñas que los campos de trabajo, con un régimen más liberal y con menos control. Allí iban los presos con penas de prisión más cortas. Tanto delincuentes comunes como políticos trabajaban en libertad en las fábricas y en la agricultura que era una parte de la economía de la sociedad civil. En la mayoría de los casos el salario de esos trabajos transformaba por entero a los condenados igualándolos a los otros trabajadores. Las zonas especiales abiertas eran generalmente zonas agrícolas donde se exiliaba a los Kulakos que habían sido expropiados durante la colectivización de las tierras. Otros condenados por penas menores o actividades contrarrevolucionarias podían también cumplir las penas en estas zonas. ¡450 mil y no 9 millones! Los muertos en los campos de trabajo desde 1937 a 1939 fueron cerca de 160.000… En el año 1950 había en los campos de trabajo 578 mil presos por delitos políticos… (en los años 30) estaba en el sistema correccional el 2,4% de la población adulta…(mientras que) en EEUU,… en 1996… el 2,8% de la población adulta.”
“En lo que respecta a los campos de trabajo soviéticos, es verdad que era un régimen duro y difícil para los presos, pero debemos ver cómo es hoy la situación en las cárceles de los EEUU donde existe violencia, drogas, prostitución y esclavitud sexual (290.000 violaciones al año entre los presos). ¡Nadie se siente seguro en las prisiones de los EEUU!”
Algo dice este marxista con gran razón: ¿en qué se diferencia el sistema democrático del sistema marxista?, ¿qué porcentaje de presos existe hoy en la sociedad occidental?... ¿Y los suicidios?, ¿qué porcentaje de suicidios existe hoy en la sociedad del Nuevo Orden Mundial?
“¿Cuántos fueron los muertos en los campos de trabajo? Los casos de muerte en los campos varían mucho de año a año, de 5,2% en 1934 a 0,3% en 1953. Estas muertes en los campos eran causadas por la falta de recursos en la sociedad. En primer lugar, por la falta de medicinas para combatir las epidemias.”
“La rusa Olga Shatunovskaja por ejemplo, nos da una cifra de ¡7 millones de muertos en las depuraciones de 1937 y 38! Pero los documentos que ahora son publicados sacados de los archivos soviéticos nos dan una información diferente. En primer lugar, es preciso decir que las cifras de los condenados a muerte se encontraron en varios archivos y los investigadores se vieron obligados a recoger datos con un cierto riesgo de contar doble y darnos una cifra mayor de lo que fue en la realidad. Según Dimitri Volkogonov, nombrado por Jeltsin como jefe de los antiguos archivos soviéticos, fueron condenados a muerte 30 514 personas por los tribunales militares desde el primero de octubre de 1936 al 30 de septiembre de 1938.”
“Según una información en la prensa (en febrero de 1990), habían sido condenadas a muerte 786.000 personas por delitos contra la revolución durante los 23 años del período que comprende desde 1930 hasta 1953. De esos habían sido condenados 681.692 en 1937 y 38. No hay posibilidades de hacer un control de las informaciones que la KGB nos entrega, pero esta última afirmación es dudosa. Sería muy extraño tantos condenados en 2 años. ¿No será que la actual KGB pro-capitalista nos da una información correcta de la KGB pro-socialista?” Son preguntas que se hace un panegirista del genocidio soviético, que le parecen muchos condenados en el periodo citado. Personalmente propongo que dividamos por cien, a ver si así queda contento en cuanto a las cifras del genocidio.
“Los delincuentes políticos condenados en los tribunales civiles en 1936 recibieron las siguientes penas de prisión: Hasta 5 años: 44,2 por ciento. De 5 a 10 años: 50,7 por ciento. En lo que respecta a los condenados en los Gulag donde las penas mayores eran cumplidas, la estadística de enero de 1940 era la siguiente: Hasta 5 años: 56,8 %. De 5 a 10 años: 42, 2 % Más de 10 años: 1,0 % Para el año 1939 tenemos estadísticas de los tribunales de la Unión Soviética. La distribución de las penas de prisión es la siguiente: Hasta 5 años: 95,9 % De 5 a 10 años: 4,0 % Más de 10 años: 0,1 % “
Pero no podemos hablar sólo del genocidio cometido sobre personas que eran directamente asesinadas. El marxismo leninismo conocía otros métodos más sofisticados. Así, el GULAG era un método excepcional donde cabía todo tipo de posibilidades: desde la muerte por inanición, por frío... hasta por cansancio, como por ejemplo el aplicado “en la construcción del canal del mar blanco-báltico, monumental obra por su dimensión y monumental por su inutilidad, puesto que su profundidad era de apenas 4 metros lo que impedía el tránsito de naves de gran calado. Sin embargo cerca de once mil prisioneros murieron en la participación forzosa de este proyecto” .
Juicios y Ejecuciones
La población del imperio ruso según censo de 1897 era la siguiente: ”grandes rusos, 56.000.000; ucranianos, 22.300.000; rusos blancos, 6.000.000 aproximadamente; polacos, 8.000.000; lituanos, 3.100.000; judíos, 5.100.000; alemanes, 1.800.000; moldavos, 1.100.000; finlandeses, 2.600.000; pueblos del Cáucaso, 1.100.000; pueblos de origen finlandés (estonianos, karelianos, etc.), 3.500.000; pueblos turcotártaros, 13.600.000.” Total, en números redondos, 124 millones de habitantes tenía el imperio ruso en 1897. Veinte años después, es de suponer que la población sería sensiblemente superior. En Julio de 1990, un siglo después del censo referido, la Unión Soviética poseía una población de 290 millones de personas.
En 1900, la población mundial era de 1650 millones de personas, y en 1990 era de 5.263.593.000 personas, por lo que, aplicando el crecimiento tenido por todo el mundo, llegamos a la conclusión que, habiendo pasado todos por guerras, pestes y genocidios varios, partiendo de la población con la que contaba en 1897, la población que, en circunstancias normales hubiese tenido en 1990 la Unión Soviética, tendría que haber sido en torno a los 400 millones de personas; más o menos cien millones más de los que en realidad tenía, lo que se puede corresponder con el genocidio llevado a término por el comunismo durante el siglo XX.
Pero centrándonos en San Petersburgo, año 1918, “La población de Petrogrado ha caído de 2.319.000 habitantes que tenía el 1º de noviembre de 1905, a 1.480.000 habitantes el 1º de julio, y continúa descendiendo rápidamente… En 1919-1920 llegará a descender a menos de 750.000 habitantes.” ¿Debido a la emigración?, ¿debido a la deportación?, ¿debido a la ejecución?
“El obispo de Voronezh fue hervido vivo en una olla grande, después de esto se obligó a los monjes, con revólveres apuntados a sus cabezas, a que bebieran esta sopa.”
Una nueva cita de Jüri Lina… que suena a factible cuando escuchamos los relatos de las torturas que hicieron también en España.
“El profesor Farolea ha publicado… las estadísticas de la muerte (noviembre de 1923). He aquí la cifra de los crímenes bolcheviques que aporta: 28 obispos, 1219 sacerdotes, 6000 profesores y maestros, 9000 médicos, 54.000 oficiales, 260.000 soldados, 70.000 policías, 12.950 propietarios, 355.250 intelectuales y profesionales liberales, 193.000 obreros, 815.000 campesinos. El autor no cita la fuente de estos datos.” Pero son datos factibles si los comparamos con los acaecidos en España trece años más tarde.
“El Consejo de los Comisarios del Pueblo proclamó el terror rojo como política oficial el 5 de septiembre de 1918. Esta política nunca fue cancelada.”
“Aquellos que eran imposibles de controlar fueron liquidados. Listas de aquellas personas fueron compiladas inmediatamente después de la toma del poder, pero la máquina de las ejecuciones comenzó a rodar indiscriminadamente sobre Rusia. Por ejemplo, 20 doctores fueron ejecutados en Kronstadt, simplemente porque habían llegado a ser muy populares entre los obreros. Ésa fue una razón suficiente. Se dictaban sentencias de muerte por la menor ofensa. Los Chekistas sólo necesitaban un pretexto. Ellos quisieron asesinar a tantas personas como fuese en la práctica posible. Inmediatamente después de la toma del poder, Lenín había amenazado a sus secuaces con la ejecución si ellos no seguían sus instrucciones a la carta. Las circunstancias anormales en la Rusia soviética llevó a personas mentalmente desquiciadas - asesinos en masa - al frente. El Comunismo se transformó en un tipo de rabia mental. Incluso personas buenas compartieron una parte de la responsabilidad para este proceso de destrucción, ya que ellos no hicieron nada para impedir el avance de esta Mafia política y criminal.”
La brutalidad de la cheka, al parecer, no conocía límites. Cualquier disidencia, por menuda que fuese, conducía al castigo ejemplar. Así acontecería con el caso de Kronstadt. “Los rebeldes( de Kronstadt) no tenían relación alguna con el "complot de los Guardias Blancos" pero los bolcheviques, para justificar su brutal represión, iniciaron campañas divulgativas con el propósito de relacionarlos y calificarlos finalmente como “contrarrevolucionarios” o “enemigos del pueblo” sin considerar, en un claro ejercicio de cinismo, que estos enemigos del pueblo eran parte intrínseca de ese mismo pueblo, tanto así, que la gran mayoría de los protestantes eran abiertamente socialistas y convencidos de que la revolución traería libertad, democracia y justicia social a Rusia. Sus exigencias principales estaban dirigidas a lograr votaciones secretas, (para evitar presiones y persecuciones) derecho de asamblea, la liberación de presos que pertenecían a las clases trabajadoras de la sociedad o que pertenecían a los partidos socialistas y la reactivación de los soviets sin injerencias del Partido.” Esta candidez de pensamiento les reportaría la muerte.
La persecución se llevaba a cabo en todas las latitudes. “En Azerbaiyán duró casi continuamente desde la sovietización del país hasta la Segunda Guerra Mundial en unas tres etapas. La temprana década de 1920 fue testigo del intento de aplastar la oposición inicial al gobierno soviético y el Partido Comunista. Miles de individuos sin prominencia especial en política o sociedad, así como miembros del antiguo gobierno y aquellos en el movimiento de resistencia en Ganje y otros lugares fueron asesinados o exiliados. Otras víctimas fueron los campesinos rebeldes, "kulaks", y líderes religiosos.”
Los kulaks (labradores) y el clero, fueron los sectores recurrentes en los genocidios llevados a cabo en la URSS.
“De los 10 millones de Kulakos, 1,8 millones fueron condenados. Hubo tal vez injusticias en esta enorme lucha de clases que incluyó a 120 millones de personas en el campo soviético. Pero ¿podemos acusar a los pobres y oprimidos en su lucha por una vida que valga la pena de vivir? ¿Podemos acusarlos de no ser civilizados o no tener clemencia en sus juicios durante su lucha para que sus hijos no fuesen analfabetos con hambre? ¿Acaso se puede acusar de ser no ser civilizados a los que durante centenas de años nunca tuvieron acceso a los avances de la civilización? Y digamos ¿Cuándo fue la clase explotadora de los Kulakos civilizada o clemente para con los campesinos pobres durante los años de la explotación?
Sí, en esta ocasión no es un anticomunista quién habla, sino uno del sistema. Su relato es el que permite mantener las citas de Jüri Lina, haciéndolas más plausibles.
Las persecuciones se centraron en el pueblo, pero también en grupos políticos; no fueron víctimas sólo los “blancos”, sino también los mencheviques y los anarquistas.
“Después de la primera gran redada de anarquistas en la primavera de 1918, las persecuciones se sucedieron en cadena ininterrumpida, en toda Rusia, durante los años siguientes.”
Pero las represiones sobre los disidentes llevan larga cola. “La comunidad internacional protestó airadamente y llevó una delegación a Moscú para presenciar las sesiones de los juicios que se llevaban contra mencheviques y socialistas revolucionarios. Fueron recibidos por masas enfervorizadas que les acusaban de traidores. Masas que fueron reclutadas en las fábricas, que fueron cerradas y los trabajadores obligados a asistir a la manifestación junto a miembros del ejército vestidos de paisano y funcionarios del gobierno encargados de dar carácter enfervorizado a la manifestación. Tras situaciones inverosímiles, los juzgados se quedaron sin defensa de ningún tipo.
Nuevamente Jüri Lina nos dice algo llamativo en exceso; ¿será cierto, o tal vez corresponde sólo a la contrapropaganda soviética?: “Los judíos normalmente dirigían a los Chekistas rusos. Yelena Stasova y Varvara Yakovleva trabajaron especialmente brutal en Petrogrado. Revekka Plastina (Maizell) fue tristemente famosa en Arkhangelsk, Yevgenia Bosh en Penza, y la Judía húngara Remover en Odessa. La Judía María Khaikina que cometió terribles atrocidades, encabezó el Tribunal Revolucionario en Kiev.”
Pero el correligionario leninista Victor Serge nos saca de dudas cuando señala que Lenin dirigía un telegrama a la citada, la tristemente famosa Eugenia Bosch: “9 de julio de 1918. Urgente. Penza. Ejecutivo, copia a Eugenia Bogdanovna Bosch: “Recibido telegrama, es necesario organizar una guardia seleccionada. Ejercer contra los kulaks, los popes y los blancos un terror implacable por medio de las masas, encerrar a los sospechosos en los campos de concentración, fuera de las poblaciones. Telegrafiad ejecución. Presidente del Consejo Com. del pueblo, LENIN”. Este relato acaba dando credibilidad a las posiciones increíbles relatadas por Jüri Lina.
“Un total de 10.180.000 de "enemigos de clase" fueron asesinados entre 1918 y 1920. Otros 15 millones de personas murieron durante la guerra civil.” Podemos dividir, es un ejercicio que, excepto cuando hablamos de la Inquisición, me gusta realizar.
“Durante el hambre de 1921-22, otros 5.053.000 personas perecieron. Los Bolcheviques, encabezados por Lenín, lograron destruir más de 30 millones de personas durante sus primeros cuatro años en el poder. En 1917, 143.5 millones de personas vivían en la parte de la Rusia Imperial que después se transformó en la Rusia Soviética. Rusia había perdido más del 20 por ciento de su población en 1922. Sólo 131 millones vivían allí en 1923. Ha sido calculado que la población de Rusia, bajo circunstancias normales, debería haber aumentado a 343 millones a mitad de los años cincuenta, eso es, si el desarrollo hubiese continuado como había comenzado en la era Zarista. 165 millones de personas desaparecieron. ¿Quién en occidente lo lamenta por ellos? Dejaron sólo 178 millones.”
El motivo no era otro que “miles de campesinos rusos comenzaron a revelarse por el sistema centralizado y planificado de las llamadas “requisas” que no eran otra cosa que especies de tributos que debían darle al Estado “por adelantado” en función de las cosechas previstas. De 1918 a 1920 las requisas se multiplicaron por tres y las compensaciones recibidas por el Estado no se equiparaban, ni de lejos, a lo aportado. La economía de las familias campesinas comenzó a colapsar rápidamente. Pero tal vez la tragedia más pavorosa que sufrieron los sencillos hombres del campo, fue el reclutamiento forzoso en el ejército rojo. Esto produjo, como era de esperarse, no menos de 3 millones de deserciones durante el lapso de 1919 a 1920. Los desertores que la cheka lograba detener eran fusilados y sus familias convertidas en rehenes.”
“Los asesinos en masa judíos más brutales fueron Roza Zemlyachka (en realidad Rozalia Zalkind) y Bela Kun (Aaron Kohn). El último vino de Hungría. Roza Zemlyachka era llamada " La furia del terror Comunista". Roza nació el 1º de abril de 1876 y murió el 21 de enero de 1947. Llegó a ser la Secretaria del Parido en el Kremlin y, en 1939, vicepresidenta del Concejo de los Comisarios del Pueblo (esto es: Vice Primer Ministro).”
“Era una parte integrante de la crueldad de Bela Kun que violara a sus víctimas mujeres. Este par logró asesinar a 8.364 personas en Sevastopol durante la primera semana de noviembre de 1920. Asesinaron a 50.000 "enemigos del pueblo" en Crimea, según fuentes oficiales (12.000 en Simferopol, 9.000 en Sevastopol, 5.000 en Yalta). El escritor Shmelev, sin embargo, declara que por lo menos 120.000 personas fueron asesinadas en Crimea.”
Estadísticas, como le gustaba decir a Stalin. Es el caso que en 1937 se realizó un censo de población, pero sus resultados fueron destruidos y sus organizadores fueron enviados a campos de trabajos forzados del sistema acusados de haber sido “saboteadores”, debido a que el recuento arrojó cifras de población bastante menores a las que se podía esperar del crecimiento vegetativo, y ponía en evidencia el genocidio llevado a cabo por el comunismo. El citado censo daba una población que no llegaba a los 162 millones de habitantes, lo cual nos permite hacer unos cálculos. En 54 años (1937 a 1990), la población creció en 128 millones de personas, o lo que es lo mismo, el 79,01%. Sin embargo, en el periodo anterior, el que va de 1897 a 1937, la población creció en 38 millones, o lo que es lo mismo, un 30,61%. Como se trata de periodos distintos, 54 años en el primer caso y 40 años en el segundo, podemos estimar que al crecimiento constatado en el periodo de 1937 a 1990 le correspondería en 1897-1937 un crecimiento del 58,52%, o lo que es lo mismo, sin genocidio, la Unión Soviética hubiese tenido una población de, aproximadamente, 197 millones el año 1937. La pregunta que surge es ¿dónde están los 35 millones de personas que faltan?
Por supuesto no vale decir que en el frente de batalla, porque si antes de 1937 hubo una guerra mundial, después de 1937 hubo otra, con resultados mortales mucho más significativos que la primera. Hay quien estira mucho más las cifras del genocidio soviético, pero si no hay datos para avalar una opinión, lo mejor es reservársela.
“No acababa el año y ya se contabilizaban diez mil ejecuciones en la parte rusa. En menos de un año los comunistas habían sentenciado a muerte a más personas de lo que el régimen zarista fusiló en 92 años. Las condenas de muerte en el período zarista, calificadas como crímenes políticos, fueron 6.321 durante un siglo, con la mayor cifra de 1.310 en 1906, el año de la reacción contra la revolución de 1905. Además, las penas de muerte bajo el régimen zarista se pronunciaron siguiendo ciertos procedimientos legales (incluyendo cortes marciales) y con frecuencia fueron conmutadas con sentencias de cárcel y trabajo forzado.”
“La comisión extraordinaria -escribe uno de los hombres que dirigen el terror- no es ni una comisión de instrucción ni un tribunal. Es un órgano que combate que actúa en el frente interior de la guerra civil por medio de las instrucciones de los tribunales y de las fuerzas armadas. No juzga al enemigo, descarga sobre él los golpes. No se preocupa de fijar y dosificar las culpas; se pregunta a qué clase social, a qué medio pertenece el adversario, si es peligroso y hasta qué punto. Las comisiones procedían a realizar instrucciones a veces sumarias, a veces largas y complicadas, en un secreto casi absoluto, sin admitir defensa. El juez instructor formulaba sus conclusiones bajo su propia responsabilidad; la comisión sentenciaba sin oír al acusado. Tratándose de la pena capital, debía tomarse el veredicto por unanimidad (las comisiones se hallaban integradas al principio por doce miembros, bastando un solo voto para que no se condenara a muerte al acusado). Las ejecuciones se realizaban por lo regular en el mayor secreto, a fin de evitar a la población emociones malsanas. En las grandes ciudades se empleaba a veces el revolver, y la ejecución tenía lugar en sótanos.”
Recordemos que quien tal informa es miembro activo del entorno de Trotsky, que acabaría enfrentado a Stalin… no a Lenin.
“Sabemos ya que las comisiones extraordinarias se fundaron en diciembre de 1917. Durante los seis primeros meses de su actividad sólo ejecutan a veintidós personas. En el transcurso de la segunda mitad de 1918 se llevan a cabo sesenta mil ejecuciones.”
“Antes de que los bolcheviques tomaran el poder había 360.000 sacerdotes en Rusia. Al final de 1919 sólo 40.000 permanecían vivos. (Vladimir Soloukhin, "A la Luz de Día", Moscú, 1992, pág. 59.) Voslensky afirma que Lenín fue personalmente responsable de los asesinatos de 13 millones de personas. Él cree que Lenín expresó claramente el verdadero valor del Marxismo. Él dijo: ¿Qué puede uno extraer de plantas venenosas excepto veneno?”
“Lenín había adoptado los métodos del terror de Maximilien Robespierre. Este último había sido despiadado, sobre todo con la aristocracia espiritual. Ya el 24 de enero de 1918, Lenín dijo que el terror comunista debería haber sido mucho más implacable ("Hay un largo camino para ir al terror real" dijo).”
Nuevamente, constantemente, las denuncias efectuadas por el enemigo del comunismo, Jüri Lina son reivindicadas por Victor Serge: “Los rencores maduran y están al acecho. El Consejo de Comisarios del Pueblo declara el antisemitismo fuera de la ley. Se fusila cada vez con mayor frecuencia, por grupos enteros de cinco, diez, quince, a los contrarrevolucionarios (casi todos oficiales), a los funcionarios ladrones y a los bandidos. No es todavía el terror, pero es un preludio bien marcado. Las ciudades cierran sus ojos al anochecer en medio de tinieblas angustiosas, plagadas de acechanzas y de complots. Los jefes de la guarnición de Petrogrado tienen que publicar un mandato especial a la guarnición ordenándole que “economice las municiones”, porque las patrullas hacen fuego desordenadamente durante la noche en la oscuridad impenetrable de las calles (17 de agosto).”
Por su parte, Trostki, en su obra “Terrorismo y comunismo” escribe: “El terror rojo no se distingue en principio de la insurrección armada, cuya continuación es. Sólo aquél que condena (verbalmente) por principio toda violencia, puede condenar desde un ‘punto de vista moral’ el terror gubernamental de la clase revolucionaria”.
No es sólo Victor Serge. También el mismo Trostki corrobora lo que nos parece una barbaridad en pluma de Jüri Lina.
Y sigue afirmando: “La burguesía hoy es una clase en caída… Estamos forzados a arrancarla, a cortarla. El Terror Rojo es un arma utilizada contra una clase, condenada a la destrucción, que no desea perecer... El Terror Rojo acelera la destrucción de la burguesía”.
“La revolución exige que la clase revolucionaria haga uso de todos los medios posibles para alcanzar sus fines: la insurrección armada, si es preciso; el terrorismo si es necesario… el terror es eficaz contra la clase reaccionaria, que no se decide a abandonar el campo de batalla.”
Y Lenin sentencia: “El marxismo admite las formas más diversas de lucha; además, no las "inventa", sino que generaliza, organiza y hace conscientes las formas de lucha de las clases revolucionarias que aparecen por sí mismas en el curso del movimiento. El marxismo, totalmente hostil a todas las fórmulas abstractas, a todas las recetas doctrinas, exige que se preste mucha atención a la lucha de masas en curso que, con el desarrollo del movimiento, el crecimiento de la conciencia de las masas y la agudización de las crisis económicas y políticas, engendra constantemente nuevos y cada vez más diversos métodos de defensa y ataque. Por esto, el marxismo no rechaza categóricamente ninguna forma de lucha. El marxismo no se limita, en ningún caso, a las formas de lucha posibles y existentes sólo en un momento dado, admitiendo la aparición inevitable de formas de lucha nuevas, desconocidas de los militantes de un período dado, al cambiar la coyuntura social. El marxismo, en este sentido, aprende, si puede decirse así, de la práctica de las masas, lejos de pretender enseñar a las masas formas de lucha inventadas por "sistematizadores" de gabinete.”
Hay que dejar que ellos mismos hablen. No es menester acusar de nada; basta con su palabra.
“Los consejos de guerra no conseguían mantener la disciplina en el ejército sino recurriendo a la pena de muerte, es decir, al terror legal ejercido sistemáticamente… El general Denisov da una estadística interesante de los oficiales rematados por sus soldados sólo en la región del Don, entre el 13 de febrero y el 14 de abril de 1918: catorce generales, veintitrés coroneles, doscientos noventa y dos oficiales de carrera… (un) testigo relata la ejecución de oficiales de marina que tuvo lugar en Sebastopol. Los marinos rojos ocupaban la estación. Todos los oficiales de marina que llegaban eran sometidos a un interrogatorio muy breve. Si ocurría que el oficial interrogado se hallaba en servicio durante los años 1905-1906, época en la que los consejos de guerra se distinguieron por su rigor, lo ponían de espaldas contra la pared. Los oficiales que no se hallaban en este caso pasaban sin ser molestados por entre aquellas sangrientas encrucijadas, bajo la mirada severa de los marinos. Pero después de los combates de la guerra civil, después de las traiciones del frente rumano, de los complots y de las sublevaciones de Ucrania, del Don, del Kuban, del Ural y de Crimea, el furor de los marinos y de los soldados no estableció ya distinciones entre los oficiales.”
“Para que una clase social afectada en sus intereses vitales se dé por vencida, es necesario infligirle pérdidas terribles. No lo hará antes de que sus hijos más vigorosos, más inteligentes, más valerosos, hayan sido segados. Es preciso que corra lo mejor de su sangre.”
“El sub jefe de la Cheka, Martyn Lacis (en realidad Janis Sudrabs, un judío Letón) escribió lo siguiente en su libro "La guerra de la Cheka contra la Contrarrevolución" (Moscú, 1921, pág. 8): "Nosotros los Israelitas debemos construir la sociedad del futuro en base al miedo constante". Lenín escribió una carta en 1918, dónde comenta la naturaleza crítica de la situación. Está claro que Lenín movilizaba a 1.400.000 judíos, la mayoría de ellos trabajaban para la Cheka. Ellos tenían total libertad.
Después, Lenín escribió: "Estos elementos judíos fueron movilizados contra los saboteadores. Tuvieron éxito en salvar la revolución en esta crítica fase". (Todor Dichev, "La Terrible Conspiración", Moscú, 1994, Pág. 40-41.)”
“El 26 de junio de 1918, Lenín dio órdenes para "extender el terror revolucionario". En la opinión de Lenín, era imposible provocar una revolución sin ejecuciones. Deseaba disparar especialmente contra aquellos responsables de contra propaganda. Según el testimonio de León Trotsky, Lenín habría gritado aproximadamente diez veces al día durante el mes de julio de 1918: "¡¿Es ésta una dictadura?! ¡Esto es sólo un budín de sémola!". En el mismo año, ordenó la ejecución de 200 personas en Petrogrado por la única razón que ellos habían asistido a la iglesia, estaban trabajando en artes manuales o habían vendido algo.”
“Se han conservado algunas notas y telegramas ordenando las matanzas. Uno de estos
telegramas confidenciales es el dirigido por Lenin a los comunistas de Penza, en él se dice literalmente: colgad a no menos de un centenar de kulaks, ricachones y chupadores de sangre conocidos, y aseguraos de que los colgáis a la vista de todo el mundo.”
Izvestia de 10 de Septiembre de 1918 publicaba una serie de instrucciones que concluían: “Todas las personas relacionadas con organizaciones de guardias blancos, con complots o rebeliones, deben ser fusilados.”
“No hacemos la guerra contra las personas en particular, escribe Latáis en el “terror rojo” de 1 de Noviembre de 1918. Nosotros exterminamos la burguesía como clase.”
En todas las ciudades, en todos los pueblos, se repetían las masacres desde el inicio de la guerra en 1918, un número que el comisario Latáis sitúa en 9641 entre los años 1918 y 1919, número que le parece exiguo y que considera debe ser incrementado.
“Entre el 12 y el 14 de marzo de 1919, vencida ya la resistencia de los "Guardias Blancos", se ejecutó a unos dos mil obreros de Astraján -cerca de la desembocadura del Volga que estaban en huelga. Para que el escarmiento sea mayor, se embarcó a los huelguistas junto a prisioneros blancos, se les colgó una piedra al cuello y se les arrojo a las profundidades del Volga.” 22
“El terror rojo se describe como se anunció oficialmente el 2 de septiembre de 1918 por Yákov Sverdlov y terminó hacia octubre de 1918. Sin embargo muchos historiadores, empezando por Serguéi Melgunov, aplican este término a la represión perpetrada durante todo el período de la Guerra Civil Rusa, de 1918–1922. Las represiones masivas se llevaron a cabo sin un proceso judicial por la policía, la Checa, junto con elementos de la agencia de inteligencia militar bolchevique, el GRU”.
“El anuncio oficial sobre la implementación y práctica total del Terror Rojo la hace el líder bolchevique Yakov Sverdlov, el 2 de septiembre de 1918. Se comenzaba a utilizar, públicamente, el lenguaje virulento y la instigación a la violencia como la principal arma propagandística de la evolución:"Llamamiento a la clase obrera", el 3 de septiembre de 1918: "Aplastar la hidra de la contra-revolución con terror masivo!... cualquiera que se atreva a propagar el más ligero rumor contra el régimen soviético será arrestado inmediatamente y enviado a un campo de concentración" . 18
“En los barrios obreros, fueron los mismos trabajadores quienes procedieron a crear sus tribunales… El público participaba en las deliberaciones, y se tomaba de entre ese mismo público el acusador y el defensor. La misma concurrencia era la que dictaba el veredicto.”
Ese mismo año, el informe de las enfermeras de la Cruz Roja establece que sólo en Kiev se cometieron 3000 ejecuciones… En Odessa, 2.200… En Turquestán, 2.500… (Luego seguirían los crímenes en 1920, 1921…) En Crimea, 3000… En Kuban, en un solo día, 2000…En Ekaterinodar, 1600… En Sebastopol 8000… En Tiflis… En tantísimas ciudades y pueblos. Las cifras se suceden y se incrementan de manera inenarrable. Tanto, que la carnicería de Crimea de 1920-1921 originó una inspección especial del
Comité Central Ejecutivo Panruso. La matanza duró varios meses. Se fusilaba, y se ahorcaba utilizando todos los postes, todos los árboles, incluso los monumentos.
“Entre septiembre y octubre de 1918 se efectuaron Ejecuciones masivas de
"rehenes burgueses" en Moscú, Petrogrado, Tver, Nijni-Novgorod, Viatka, Perm,
Ivano-Voznessensk, Tula... etc. Número estimado de víctimas: 10.000 a 15.000
ejecutados sumariamente.”
El terror rojo, como por otra parte no tenía intención en disimular, era la acción terrorífica, extremadamente violenta, indiscriminada y criminal, ya concebida por el propio Marx, y perfectamente llevada a ejecución por los genocidas marxistas.
Parece que las autoridades soviéticas no eran inconscientes del genocidio que estaban llevando a cabo; por eso se defendían afirmando que “el terror del zarismo estaba dirigido contra el proletariado. La policía zarista estrangulaba a los trabajadores que luchaban por el régimen socialista. Nuestras Comisiones Extraordinarias fusilan a los grandes propietarios, a los capitalistas, a los generales que intentan restablecer el régimen capitalista. ¿Percibís este... matiz? ¿Sí? Para nosotros, los comunistas, es por completo suficiente.” A lo que parece, en el régimen comunista había más grandes propietarios, capitalistas y generales que obreros en la Rusia zarista.
“Los primeros telegramas del sur que daban cuenta de las ejecuciones en masa de oficiales fueron publicados en Petrogrado durante la segunda quincena de enero. En ellos se describía los acontecimientos de Crimea. Algunos oficiales, puestos al frente de destacamentos tártaros, se habían apoderado de la Península y habían fusilado a sus prisioneros bolcheviques. La llegada de los marinos rojos restableció la situación.
Uno de los telegramas del 20 de enero, en el que se relata el bombardeo de Yalta por dos torpederos rojos, termina con estas líneas: “Han sido pasados por las armas varias decenas de oficiales. Fueron rematados en la orilla del mar; se les ahogó lanzándolos al agua con una piedra al cuello. Sus cadáveres flotan en el puerto; dos grandes comerciantes han sido fusilados. Hechos análogos ocurrieron en casi todas las poblaciones de Crimea. El terror rojo brotaba en aquellos paisajes, que son los más hermosos y apacibles de Rusia.” Lo que es de destacar es que la noticia es facilitada por los mismos que hacían estas barbaridades.
Pero esta actuación no surge de manera espontánea. Ya en 1906 escribe Lenin: “Tengamos presente que se acerca la gran lucha de masas. Esta lucha equivale a la insurrección armada. Dentro de lo posible, deberá ser simultánea en todo el país. Las masas deben saber que marchan a una lucha armada, sangrienta, desesperada. Deben compenetrarse del desprecio a la muerte, que es el que ha de asegurarles la victoria. Hay que llevar adelante la ofensiva con la mayor energía; el santo y seña de las masas ha de ser la agresión y no la defensa; el exterminio implacable del enemigo ha de constituir su objetivo; la organización de la lucha será flexible y de gran movilidad; se arrastrará a la acción a los elementos vacilantes del ejército. El partido del proletariado consciente debe cumplir su deber en esta gran lucha.”
El manifiesto divulgado en 1920 por el enviado especial de la cheka del norte, K. Lander a los distritos del Don y de Kuban y del litoral del Mar Negro, muestran que las carnicerías enunciadas (simples muestras de lo que se relata en diversos escritos, alguno de los cuales apócrifo), tienen, no obstante bastante verosimilitud. Dice el bando en cuestión: “Los pueblos y ciudades que oculten a los “blancos” y a los “verdes” serán destruidos; toda la población adulta será fusilada y todos sus bienes confiscados. Todas las personas que hayan prestado auxilio a las bandas serán fusiladas. La mayoría de los que se hallan en las montañas han dejado parientes en los pueblos. De todos estos se hará un censo y, en caso de ataque de las bandas, todos los familiares adultos de los que combatan contra nosotros serán fusilados y los niños enviados al centro de Rusia. En caso de ataque general contra pueblos y ciudades nos veremos obligados a aplicar en estas zonas el terror de masas; por cada agente soviético muerto serán ejecutados centenares de habitantes de estas aldeas y pueblos.”
“Zinoviev presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la Comuna del Norte,
publica finalmente un aviso anunciando que los enemigos de la República serán, de allí en adelante, pasados por las armas. La agitación contrarrevolucionaria, la excitación de los soldados rojos a la desobediencia, la ayuda prestada a los blancos o a los extranjeros, el espionaje, a corrupción, los pogroms, los robos, el bandidaje, el sabotaje y “demás crímenes”, serán castigados “con la ejecución inmediata”. La cheka fusilará; serán comunicados a la prensa los nombres de los culpables (18 de agosto). No está prevista la celebración de ningún juicio previo; la lista de los crímenes es tan larga y tan vaga que la terrible Comisión disfruta, en realidad, de poderes ilimitados. El arma del terror está amartillada; pero la revolución no se servirá de ella sino después de los atentados que se preparan.”
La orden nº 69 del distrito de Kiev, de 1920 prescribe la ejecución de cualquier individuo en cuya casa sea encontrado un solo cartucho después del plazo señalado para la entrega de armas.
Pero tras la guerra civil cambiaron los métodos: “Basta con denunciar que en una familia ha habido un miembro de la misma que servía en el Ejército voluntario, para que la casa sea saqueada y sean detenidos todos los individuos de la familia. Contrariamente a como actuaron en años anteriores, ahora los bolcheviques se deshacen rápidamente de sus víctimas sin publicar listas.”
“Aquí hay algunos ejemplos de los "dulces" telegramas de Lenín en 1918:
"Una troica de dictadores debe ser establecida y el terrorismo masivo debe comenzar de inmediato. Las prostitutas que beben con los soldados y los ex funcionarios deben ser fusiladas o deportadas en seguida. ¡No podemos esperar un solo minuto! ¡A toda velocidad con los arrestos masivos! ¡Ejecute a los poseedores de armas! ¡Comience la deportación masiva de los Menshevikes y de los otros sospechosos! “("Collected Works", 3a edición, Vol. 29, pág. 489.) "En la lucha de clases, hemos apoyado siempre el uso de terrorismo." ("Collected Works", 4ta edición, Vol. 35, pág. 275.) "¡Las ejecuciones deben aumentarse!” ("Collected Works", 5ta edición, Vol. 45, pág. 189.) El historiador de guerras, Dmitri Volgokonov, encontró en los archivos del KGB un terrible decreto que publicó en su libro. En este decreto, Lenín ordenaba que se debiera colgar a todos los campesinos que se resistieran a los bolcheviques. El tirano especificó: "¡Por lo menos cien de ellos, para que todos los puedan ver!”
“Las listas de aquéllos fusilados y ejecutados de otras formas, fue publicada en el periódico semanal de la Cheka. De esta manera puede demostrarse que 1.7 millones de personas fueron ejecutadas durante el período 1918-19.”
“Cuando el general blanco Yudenich se aproximaba peligrosamente a San Petersburgo,
Lenin envió el siguiente mensaje: Si el ataque empieza, ¿sería posible movilizar a otros 20.000 obreros de Petrogrado (San Petersburgo) y a 10.000 trabajadores de la burguesía, colocar los cañones detrás de ellos y disparar a unos cuantos centenares para lograr un auténtico impacto masivo sobre Yudenich. Como resultados de toda esta política podemos decir que el número oficial de ejecutados por la cheka entre 1918 y 1920 fue 12.733, la cifra oficiosa puede subir hasta los 300.000.”
En 1921 la guerra civil estaba prácticamente terminada; el ejército blanco había sido derrotado, el gobierno menchevique de Georgia estaba sometido y los anarquistas ucranianos estaban en retirada.
“Algunos destacamentos rojos desacreditaban la autoridad de los Soviets entre las poblaciones; indisciplinados, con frecuencia borrachos, eran mandados por aventureros que hubo necesidad de fusilar, andando el tiempo. Se fusilaba, se desvalijaba, se asesinaba casi en todas partes.”
“Según los informes soviéticos oficiales de mayo de 1922, 1.695.904 personas fueron ejecutadas entre enero de 1921 hasta abril de 1922. Entre estas víctimas hubo obispos, profesores, doctores, oficiales, policías, gendarmes, abogados, funcionarios civiles, periodistas, escritores, artistas, enfermeras, obreros y granjeros... Su crimen era: "...pensamiento anti-social..."
Es curioso cómo historiadores soviéticos, como Victor Serge, acusan a otros de las atrocidades cometidas por los rojos, en este caso en Ucrania, donde, relata, “corrió la sangre hasta en los caseríos más pequeños.”
“Las persecuciones sufridas por los ferroviarios tenían su justificación: “Los elementos dirigentes de los sindicatos de ferroviarios y de correos y telégrafos son
antibolcheviques.”
“En los primeros tres meses de 1919, 138.000 obreros fueron fusilados. Los Bolcheviques finalmente, lograron aniquilar a casi todos los mejores trabajadores.”
Lenin “Clasificó a los hombres de negocios rusos como enemigos del pueblo y entonces dio las órdenes para que ellos fueran muertos a tiros por especuladores. Los Chekistas usaron ciertos trucos para atraer a sus víctimas a su lugar de ejecución. 2.000 oficiales zaristas fueron llamados a un teatro en Kiev para un control de papeles de identidad. Todos fueron ejecutados sin misericordia. Otros 2.000 fueron ejecutados en el acto en Stavropol. Lenín animaba que los soldados mataran a sus oficiales, que los obreros mataran a sus ingenieros y directores, que los campesinos mataran a sus hacendados.”
En 1929, Stalin arrestó a miles de intelectuales ucranianos bajo falsos cargos y o bien los fusiló o bien los envió a campos de trabajo en Siberia. Se han estimado en diez millones de personas las que fueron desposeídas de sus hogares y pertenencias y enviadas a Siberia en trenes de mercancías.
“El gran terror de Stalin fue impartido centralmente en una situación de dominio monolítico,” y “cualquier persona ‘socialmente peligrosa’ fue perseguida de forma sistemática” ; y se sucedieron “las persecuciones en masa, los métodos crueles utilizados contra los llamados ‘enemigos del pueblo’, cuya única prueba de culpabilidad era la confesión, obtenida por medio de torturas físicas y psicológicas.”
“Millones de funcionarios, miembros del partido y personas comunes fueron arrestados, torturados y obligados a confesar toda clase de crímenes de los que en su mayoría eran inocentes. Se organizaban juicios simulados en los que invariablemente eran encontrados culpables y sentenciados a muerte o recluidos en campos de trabajo. Algunos historiadores calculan que hasta 1938 el número de víctimas del stalinismo ascendía a ocho millones. Entre ellas se encontraban los “viejos bolcheviques”, dirigentes de la revolución de octubre de 1917, y muchos de los mejores intelectuales y hombres de la cultura. Se trataba de pérdidas muy graves para un país en el que la clase educada era aún reducida.”
En 1940 Estonia, Letonia y Lituania fueron ocupadas por la URSS tras el pacto Molotov Ribbentrop de 1939. A partir de ese momento, “los campesinos eran forzados a abandonar su tierra y medios de producción para unirse a esas granjas colectivas. No había alternativas y la resistencia era castigada… Los granjeros colectivizados trabajaban casi sin compensación, llegando al ridículo estado de sufrir hambre en medio de su producción.”
“Para lograr que se produjera el resultado comunista buscado, entonces, se iniciaron las deportaciones de marzo de 1949. Forzar a los agricultores a plegarse a las granjas colectivas era la meta principal de esas deportaciones, y se consiguió exitosamente. Tales deportaciones producirían una atmósfera total de terror, muy útil para los designios de las autoridades…La elección era simple y clara: “a una granja colectiva aquí o a Siberia”.
Pero esta situación era común a todos los agricultores de la Unión Soviética. “Estas granjas colectivas debían aportar con cuotas sumamente altas exigidas desde Moscú. Casi desde el inicio, las aportaciones debieron convertirse en “confiscaciones” pues nadie estaba dispuesto a entregar sus cosechas a cambio de nada. Las autoridades locales entraban y arrebataban todo cuanto encontraban en las bodegas clandestinas que los campesinos habían construido para esconder unos cuantos granos que le permitieran sobrevivir durante los fríos inviernos.”
En Estonia, “ya en el comienzo de la primera ocupación 300 personas fueron sentenciadas a muerte por cortes populares soviéticas. La mayoría de las ejecuciones tuvieron lugar en Tallin o zonas cercanas. Además de los ejecutados por la orden de tribunales y Consejos Especiales, un buen número de personas fueron simplemente ejecutadas sin decisión de la corte…Los nombres de 2.199 personas que fueron ejecutadas durante el período de junio a octubre de 1941 han sido detalladamente comprobados.”
En Estonia, “Civiles que fueron asesinados por el Ejército Rojo y las tropas del Batallón Destructor del NKVD/NKGB. 1.000 personas fueron encarceladas en Estonia en 1940 y luego 6.000 más en 1941. La mayoría de ellos fueron declarados culpables y enviados a campos de prisioneros en la Unión Soviética, donde casi todos perecieron o fueron ejecutados. De acuerdo a los registros disponibles, al menos 250 personas arrestadas en 1940 fueron ejecutadas y cerca de otras 500 murieron durante su encarcelamiento. Más de 1.600 de los arrestados en 1941 fueron ejecutados, y casi 4.000 murieron en su confinamiento.”
“El 2 de julio se levantaron cargos criminales contra Andres Raska “por haber distribuido cintas azules, negras y blancas para prender en las solapas: el tricolor de la bandera de estado estonio”.
Los “hospitales psiquiátricos usados con frecuencia para fines punitivos. Las autoridades los utilizaban como cárceles para aislar prisioneros políticos del resto de la sociedad, desacreditando sus ideas debido a “su locura” y quebrantándolos física y mentalmente, por lo que se considera como una forma de tortura.”
“La lucha de la guerrilla báltica contra las fuerzas de ocupación soviética – como las guerrillas que lucharon contra los nazis - fue una consecuencia del terror contra civiles perpetrado por los ocupantes ya desde su llegada. En villas como Kabala y Kautla, por ejemplo, los miembros de batallones de aniquilación soviéticos torturaron a cada persona que encontraron hasta su muerte. El más joven tenía dos meses de edad y el mayor, 78 años.”
“Las ejecuciones serían algo así: después de firmar los documentos de identificación, los oficiales eran llevados con sus brazos atados a una pequeña habitación que estaba equipada con paredes insonorizadas, un desagüe, una manguera, y una puerta o escotilla – sin duda, era una habitación diseñada para ejecuciones. Eran obligados a arrodillarse y un miembro de la Kommandatura daría un solo disparo en la parte posterior de la cabeza de los prisioneros, matándolos instantáneamente. Sus cuerpos serían arrastrados por la segunda puerta o escotilla en el techo, la habitación sería lavada con la manguera, y el preso siguiente sería llevado al sitio.”
“En 1939, el 70 por ciento de los miembros del Comité Central del partido en 1934 habían sido purgados. Entre los oficiales de las fuerzas armadas, el 90 por ciento de los generales fueron ejecutados o deportados a campos del gulag. En la “purga” de 1937-1938, más de un millón setecientas mil personas fueron arrestadas por acusaciones de índole política. El número de personas “purgadas” de sus cargos superó los dos millones. Se calcula que más de 700.000 soviéticos fueron ejecutados.” Los bailes de cifras llevan más allá: “los más conservadores le atribuyen a Stalin alrededor de veinte millones de víctimas y los más altos, alrededor de 60, incluyendo las muertes por hambrunas innecesarias, en campos de concentración, ejecuciones por motivos políticos, etc.”
Primero fueron las élites, pero pronto las “purgas fueron más allá de las elites para dirigirse a todos los niveles de la sociedad, abarcando "saqueadores", "saboteadores" y "espías", como fueron representados por la prensa contemporánea. Esas campañas tuvieron lugar durante la segunda mitad de la década de 1930, coincidiendo con el "Gran Terror" de Rusia e incorporando algunos antiguos bolcheviques a los juicios en Moscú.”
Nikolai Yezhov, mano derecha de Stalin controló las purgas. “Durante el período bajo su poder tuvieron lugar alrededor de 700.000 asesinatos extrajudiciales por parte del estado y hubo 1,5 millones de arrestos por orden del NKVD. Por orden directa de Yezhov, que participaba personalmente, los prisioneros fueron torturados para hacerlos "confesar". El uso de la tortura estaba aprobado por Stalin y el Politburó. En el verano de 1938 el propio Yezhov inició su camino de sospechoso del sistema y fue relegado al puesto de comisario para el agua. En diciembre fue destituido como jefe de la NKVD y reemplazado por Lavrentii P. Beria, nuevo favorito de Stalin. En enero Yezhov fue visto por última vez en público.” Sería fusilado, como fusilada fue su mujer y otros familiares. Su madre desapareció. Stalin cargó sobre él las culpas de las purgas, pero existen documentos que certifican que no fue juzgado por ellas sino por colaboracionista con potencias enemigas de la URSS.
Pero, ¿qué decir de las purgas? “Los socialistas extremos gustan de diferenciarse, acusándose unos a otros de ‘desviados’ cuando no concuerdan en algún aspecto de su ideario revolucionario, hasta llegar a perpetrar verdaderas cacerías de brujas dentro de los mismos Partidos. De esta manera ha habido divisiones en su seno desde mucho antes ya de que el comunismo bolchevique llegara al poder en la Rusia de 1917.”
“Sin importar lo esgrimido como defensa, una supuesta “crítica aislada” de un periódico institucional llevaba al "desenmascaramiento" de "contrarrevolucionarios"
En Azerbaiján, “El número total de víctimas durante el período completo es desconocido, aunque se ha llegado a estimar, como ya dijimos, que hubo unas 120.000 muertes por culpa de las represiones del régimen en las primeras décadas. Se trata de una cifra devastadora, en el punto más alto de la colectivización y las purgas, para una nación cuya población en 1926 era sólo de 2,6 millones.”
Ese genocidio, sacado a la luz por Kruchov no le exculpa a él mismo, ya que siempre fue un fiel colaborador, al tiempo que excelente amigo y proveedor de Fidel Castro.
“Los archivos desclasificados durante la Perestroika avalan la conciencia del carácter arbitrario de las purgas al voleo, doblemente “preventivas” por el terror que suscitaban. Estos materiales revelan la existencia de cuotas de detenciones obligatorias para los poderes comarcales... Los cupos determinaban para cada república un número de condenados a prisión y otro de condenados a muerte con independencia de la presunción de delitos contra el Estado.”
“Sin embargo Kruschev, en una muestra de omisión deplorable, sólo se espanta por la muerte de quienes eran comunistas, mientras que el asesinato de los millones que no lo eran lo pasa por alto y con su silencio parecería que hasta justifica la barbarie.”
Alexander Soljenitsyn, en entrevista concedida a TVE en 1976 manifestaba que en la Rusia soviética habían exterminado, al menos, a 110 millones de personas, y añadía: “Conozco solamente un lugar en donde no hay libertad, ese lugar es Rusia.” Esa información es traducida por los marxistas: “Las declaraciones de Solzhenitsyn en la TV española fueron un apoyo directo al fascismo español (una ideología que él aún mantiene). Esta es una de las causas por las cuales Solzhenitsyn desapareció cada vez más de los discursos públicos durante sus 18 años de exilio en los EEUU y uno de los motivos por los cuales los gobiernos capitalistas no le dieron total apoyo político.”
Artur London, en su obra “la Confesión”, relata los métodos aplicados por el régimen comunista: “El relator toma otros folios y empieza a leer extractos de las declaraciones sin decirme quienes son sus autores… Hasta el amanecer el relator me lee nuevas declaraciones y denuncias… sin revelarme el nombre de sus autores.”; además, “a los familiares del disidente se les echaba del piso en que vivían; perdían todos los privilegios de que disfrutaban antes; se les reducía a la condición laboral más baja, sin contar con la afrenta continua a que se exponían la viuda, o la esposa o los hijos de un traidor…” Pero había más, en Lituania explicaron al autor de éste relato, que las personas desaparecían de la circulación. Cuando no eran asesinados, eran enviados a Siberia y no se comunicaba nada a los familiares; los hijos eran arrancados de las familias y enviados a Rusia…; en otro lugar expongo cómo era la cheka, hoy museo, existente en la sede del partido comunista en Vilna.
“Los que habían luchado en las Brigadas Internacionales durante la guerra civil española, se volvían sospechosos por haber tenido la oportunidad de conocer a militantes antifascistas que no eran comunistas y que ahora eran denunciados como agentes de la CIA.”
Lo curioso es que el comunismo, enfundado en su propia esencia de la mentira, siguiendo al fin las instrucciones de Lenin, achaca las matanzas a Stalin, exculpando a Lenin. Como hemos visto, nada más alejado de Lenin que la inocencia, porque además, “fue Lenín, no Stalin quien comenzó a deportar a los familiares de sus antagonistas políticos. Debe apuntarse aquí que la toma de rehenes fue una política estatal que había sido planeada por Lenín y Trotsky y no simplemente un resultado de la crueldad de despiadados terroristas individuales. Fue Lenín quien comenzó las expediciones de saqueos y asesinatos masivos. Lenín incluso ordenó ejecutar a todas las personas sin hogar, en el acto.”
En este sentido deben señalarse las instrucciones emanadas de Lenin: “La lucha armada persigue dos fines diferentes, que es preciso distinguir rigurosamente : en primer lugar, esta lucha se propone la ejecución de personas aisladas, de los jefes y subalternos de la policía y del ejército; en segundo lugar, la confiscación de fondos pertenecientes tanto al gobierno como a particulares… Las grandes expropiaciones (la del Cáucaso, de más de 200.000 rublos; la de Moscú, de 875.000 rubios) estaban destinadas precisamente a los partidos revolucionarios ante todo; las pequeñas expropiaciones sirven en primer lugar, e incluso a veces enteramente, al sostenimiento de los expropiadores.” Todo un manual de actuación…
Y las instrucciones de Trostki eran del siguiente tenor: “Os advierto: si una unidad se retira, será fusilado primero el comisario, luego el comandante… Los cobardes, los ventajistas y los traidores no se salvarán de las balas.” Pero iba más allá la amenaza: “Nadie tiene el derecho de invocar la violencia de los invasores para justificar actos de traición al poder de los obreros y campesinos. “Todo aquel que haya prestado ayuda al enemigo durante la dominación de los checos blancos, será fusilado. Serán confiscados los bienes muebles e inmuebles de cuantos participen en la sedición burguesa y de todos sus cómplices. Ordenaba, bajo pena de muerte, a los trabajadores movilizados por los blancos que desertasen y se pasasen a los rojos. (Orden del 27 de agosto sobre la movilización.)”
“Un marxista no puede considerar en general anormales y desmoralizadoras la guerra civil o la guerra de guerrillas, como una de sus formas. Un marxista se basa en la lucha de clases y no en la paz social. En ciertos períodos de crisis económicas y políticas agudas, la lucha de clases, al desenvolverse, se transforma en guerra civil abierta, es decir, en lucha armada entre dos partes del pueblo. En tales períodos, el marxista está obligado a tomar posición por la guerra civil. Toda condenación moral de ésta es completamente inadmisible desde el punto de vista del marxismo.” Parece que está bastante clara la posición.
“Se dice que la guerra de guerrillas aproxima al proletariado consciente a la categoría de los vagabundos borrachines y degradados. Es cierto. Pero de esto sólo se desprende que el partido del proletariado no puede nunca considerar la guerra de guerrillas como el único, ni siquiera como el principal procedimiento de lucha; que este procedimiento debe estar subordinado a los otros, debe ser proporcionado a los procedimientos esenciales de lucha, ennoblecido por la influencia educadora y organizadora del socialismo.”
De todo lo relatado hasta aquí parece que puede inferirse que“por supuesto, Stalin fue el tirano más sangriento en la historia de la humanidad, pero él estaba siguiendo simplemente el camino Leninista. Stalin fue el verdugo que ejecutó las sentencias del Juez Lenín y llevó a cabo sus planes de esclavitud. Una vez más es posible citar una orden correspondiente de Lenín: "Comience una implacable campaña de terror y guerra contra los granjeros y otros elementos burgueses que están escondiendo un exceso de grano."
Materiales y documentos sobre el terror bolchevique recogidos por el Buró Central del Partido socialista-revolucionario ruso:
“Aniquilar al adversario y, después de reducirlo a la impotencia, aplicarle todas las represalias de una justicia sumaria” Eran las instrucciones emanadas de la autoridad soviética en Octubre de 1917.
“Las numerosas dependencias de la Seguridad General ocupan en Moscú todo un barrio situado entre las calles de la Lubianka grande y la Lubianka pequeña, y en una serie de calles y callejuelas adyacentes… Se trata de una auténtica ciudad dentro de la ciudad, que funciona día y noche, gracias a los esfuerzos conjuntos de la Vetcheca y de la cheka de Moscú.”
Los métodos de genocidio estalinistas se diferencian de los métodos de genocidio leninistas en que su aplicación se llevó por delante históricos genocidas que habían servido a los intereses de Lenin, pero que resultaban contrarios para los intereses de Stalin. Stalin no hizo otra cosa que señalar el rumbo que posteriormente ha seguido aplicando en el mundo los seguidores de este sistema genocida. Las muestras las tenemos en la misma España, donde la ETA se ha llevado por delante a algunos elementos que por algún motivo habían discrepado de los intereses de la banda, y a la postre les sirven como argumento. ¿En quién piensa la gente hoy cuando por cualquier circunstancia le interesa al sistema decir algo contra la ETA? En aquellas pocas víctimas de ETA que pueden considerarse como tales porque, efectivamente han sido asesinadas por ETA, pero que en caso de confrontación bélica, sin lugar a dudas hubiesen estado enfrentadas, no a la ETA, sino al resto de las víctimas. Es una paradoja que entre las víctimas de ETA o del marxismo en general se encuentren algunos nombres, pero es, al cabo, algo que el propio marxismo utiliza como victimario propio. Es una vertiente curiosa del genocidio, que se da armas ideológicas a sí mismo para justificarse y perpetuarse.
“Para comienzos de 1939 todos los bolcheviques que participaron junto a Stalin en
la revolución habían sido condenados a muerte, este proceso de depuración del
Politburó concluyó con un trofeo codiciado por José Stalin, el asesinato de León
Trotsky en México, el brazo criminal de Stalin cruzó el atlántico para matar a quien
había sido su mayor opositor y más vehemente crítico.”
Por su parte la tortura, que ya era evidente con el régimen leninista, cobró con Stalin especial importancia, ya que no en vano era utilizada, no sólo en el genocidio sobre el pueblo, sino también en la purga. Se especializaron en los “hospitales psiquiátricos”. “Casi todos los internados en estos hospitales no padecían de ninguna enfermedad mental, sin embargo, eran diagnosticados con esquizofrenia y sometidos a electrochoques, sesiones de radiación y obligados a usar drogas psicotrópicas y anti-psicóticos. Esto repercutía en la psiquis del individuo y alteraba su equilibrio mental. Era la excusa que precisaban los “psiquiatras” de estos centros para tranquilizarlos con demoledoras palizas. .
Pero, ¿hasta dónde llega la tortura?, porque, ¿cómo se puede catalogar el genocidio marxista llevado a cabo sobre la población ucraniana durante la represión por hambre llevada a cabo a partir de 1924? ”Ante el acostumbrado hermetismo de los regímenes comunistas no se pudo precisar exactamente el número de muertos puesto que eran recogidos de las calles y enterrados en fosas sin ningún tipo de registro. Los propios comunistas hablan de un millón y medio de víctimas, mientras que el gobierno ucraniano afirma que fueron no menos de 10 millones de personas las que murieron de inanición.”
Si el hambre era arma del genocidio soviético, también lo eran las deportaciones. “Se trataba de arrancar de raíz a familias enteras de la tierra donde habían vivido por generaciones y trasladarlos hacia Siberia en condiciones, por demás, miserables. Centenares de miles de familias fueron separadas; padres, hijos y abuelos, de repente, se vieron embarcados en trenes diferentes, con rumbos distintos y muy distantes entre sí, lo que provocó que muchos de ellos no volvieran a verse nunca más… Las familias eran sorprendidas en sus casas, sin ningún aviso previo, por la policía política soviética, apenas les daban 30 minutos para que se preparasen. Lo tétrico es que ni siquiera fueron sometidos a esos graciosos tribunales titiritescos, tampoco se les dijo las razones por las que eran trasladados ni al lugar donde iban. Es fácil imaginarse el pánico del que fueron objeto los deportados y la conmoción mental que debieron padecer al enterarse, que no sólo dejaban sus bienes y su casa, sino que además, hijos y padres eran separados
El comunismo fuera de la U.R.S.S.
El comunismo en España
Pero el marxismo no estaba sólo en Rusia. En 1936, las matanzas se sucedían en España. En ocasiones sin necesidad de inventar una mentira, sencillamente se asesinaba a quién se decidía que era adversario; otros casos, fieles a las consignas del comunismo, se creaba una mentira; así, “La llamada ‘quinta columna’ fue más un mito de la propaganda que una realidad (alentada en muchas ocasiones por los propios republicanos para justificar sus desmanes). El terror reinó en el Madrid del Frente Popular bajo el amparo y como instrumento de represión del gobierno de la II República, y se dirigió contra todo aquel considerado arbitrariamente desafecto, espía o enemigo.”
Se insiste en que, en toda guerra, todos cometen excesos. Será cierto, pero en 1936, en España, “la represión en el bando republicano tras el estallido de la Guerra Civil no fue una reacción descontrolada. Todo lo contrario. Fue la acción institucionalizada del gobierno de la II República contra los que consideró sus enemigos… No existieron –salvo contadas excepciones y siempre por motivos ajenos a la política- persecución, juicio ni castigo contra los responsables de los excesos y asesinatos. Todo lo contrario. Son los mismos sujetos (con nombres y apellidos) quienes cometieron los primeros asesinatos (inaugurando los paseos), y los que participaron en las sacas y matanzas de las cárceles madrileñas de octubre y noviembre de 1936. Aún más: después de todo el escándalo internacional provocado por la masacre de Paracuellos, los principales matarifes siguieron siendo peones y piezas claves en el organigrama institucional policial-represor del Gobierno del Frente Popular”.
“Las llamadas matanzas de Paracuellos fueron una serie de episodios de asesinatos masivos organizados durante la Batalla de Madrid, en el transcurso de la Guerra Civil Española, y que llevaron a la muerte de varios miles de prisioneros considerados opuestos al bando republicano. Los hechos se desarrollaron en los parajes del arroyo de San José, en Paracuellos de Jarama, y en el soto de Aldovea, en el término municipal de Torrejón de Ardoz, ambos lugares cercanos a la ciudad de Madrid. Los asesinados se realizaron aprovechando los traslados de presos de diversas cárceles madrileñas, conocidos popularmente como sacas, llevados a cabo entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936, mientras se enfrentaban las tropas gubernamentales y franquistas por el control de la ciudad. Del total de 33 sacas de presos que tuvieron lugar en las fechas citadas, 23 de ellas terminaron en asesinatos: las de los días 7, 8, 9, 18, 24, 25, 26, 27, 28, 29 y 30 de noviembre y las del 1 y el 3 de diciembre. Entre el 10 y el 17 de noviembre no hubo extracción alguna, y desde el 4 de diciembre cesaron. Las matanzas de Paracuellos son consideradas las de mayor dimensión que tuvieron lugar en la retaguardia de la zona republicana. El número de asesinados ascendió a unas 2.500 personas, si bien la cifra exacta sigue siendo objeto de discrepancia y controversia. También son objeto de enconadas discusiones aspectos como quién dio la orden de ejecutar a los evacuados de las cárceles.”
“Antes de Paracuellos ocurrieron otros muchos asesinatos, más de 6000 en todo Madrid (una media semanal de 375 asesinatos)… y terminaron en el sangriento noviembre de aquel año con la traca final de Paracuellos (2.500 asesinados). Para entonces estaban todos a las órdenes del organismo del que era responsable Santiago Carrillo.” La Hermandad de Paracuellos sube la cifra hasta 5200, y la propaganda del régimen la subió hasta 12000. Sólo en Madrid, sin proceso alguno y sólo en un cortísimo plazo. Recordemos que la Inquisición condenó a muerte, previo proceso, a un máximo de 1500 personas, en toda la Hispanidad, y en un plazo de 350 años. No parece que exista parangón.
“Una de las comunidades más perseguidas por los comunistas fue la de los salesianos. Estos seguidores del santo italiano Juan Bosco, se caracterizaban por emprender grandes obras misioneras y educativas al lugar que iban. En España establecieron 3 inspectorías, en una de ellas, conocida como la casa salesiana de Valencia, las fuerzas rojas republicanas descargaron durante buena parte de la noche miles de proyectiles, el amanecer del 27 de julio de 1936 no fue menos trágico. Una vez producido el ablandamiento de la resistencia (claro está que la única resistencia que hubo fue la de la oración), los rojos allanaron violentamente la casa y encontraron a varios religiosos en posición orante bajo la dirección del padre José Calasanz… El Padre José Calasanz (1872-1936) nació en Azanuy. En 1886 vio a Don Bosco en Sarriá, quien ya se encontraba en esa época cansado y sufriendo. Se convirtió en Salesiano en 1890 y en sacerdote cinco años más tarde. Fue secretario de Don Rinaldi y superior provincial en Perú y Bolivia. Después regresó a España para convertirse en Provincial de Tarraconense (Barcelona – Valencia). Era un hombre de gran corazón y muy trabajador, desde el inicio interesado en la salvación de sus cofrades. Fue capturado junto con otros Salesianos mientras llevaba a cabo un Retiro en Valencia. Fue asesinado mientras lo llevaban, con un solo disparo en la cabeza.”
Es el caso que, casi ochenta años después de estas atrocidades, “Mientras la Iglesia pide perdón por sus errores, otros niegan sus crímenes o se jactan de ellos. Y cuando digo la Iglesia, no digo únicamente la jerarquía, sino también infinidad de víctimas y familiares de víctimas que, en la hora del dolor, perdonaban a sus victimarios. Y no porque fueran mejores personas que ellos sino porque seguían las enseñanzas de quien les prescribía el amor a los enemigos y el perdón a las ofensas.”
Escribe el hispanista americano Stanley G. Payne. "En ninguna época de la historia de Europa y probablemente del mundo se ha manifestado un odio tan apasionado contra la religión", afirma el historiador inglés Hugh Thomas. Antes de empezar la guerra, de 1931 al 18 de julio de 1936, ya habían asesinado a unos 50 clérigos, entre ellos 33 religiosos en la Revolución de Asturias del año 34.
"Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano", dijo el Ministro de Guerra, Manuel Azaña. Según el historiador Cárcel Ortí, en 1936 existían en España 146 diarios antirreligiosos. En 1931 aplaudieron la quema de conventos porque "había polvorines en ellos". El Heraldo de Madrid decía que los frailes empezaron disparando contra los obreros, bulo que circularía muchos años. En fin, por algo Lenin había señalado que la mentira era un arma que debía ser usada por los comunistas.
En 1933 aparece la férrea Ley de Confesiones y Congregaciones religiosas, que nadie consideraría hoy ejemplo de libertad religiosa. En la Revolución de Asturias de octubre de 1934 se destruyen 58 iglesias y mueren 33 clérigos, casi todos maestros de niños de familias obreras.
Poco antes de empezar la Guerra, políticos como la diputada socialista Margarita Nelken, incitaban a la violencia: "Necesitamos una revolución gigantesca. Ni siquiera la rusa nos sirve. Queremos llamaradas que enrojezcan los cielos y mares de sangre que inunden el planeta".
El 18 de julio estalla la Guerra Civil. Los eclesiásticos, personas desarmadas, no combatientes, son exterminados al ritmo de 70 personas al día en agosto. No son asesinados por descontrolados: en Cataluña hay 200 comités y patrullas, dependientes de distintos organismos, que los cazan.
“A partir del 23 de agosto de 1936 Madrid va ser escenario de las matanzas más terribles acaecidas en ambos bandos de la guerra civil española, y que concluirían en noviembre de 1936 con la masacre de Paracuellos del Jarama, en cuyas fosas comunes descansan unas 8.000 víctimas asesinadas por el gobierno republicano del Frente
Popular. El balance del terror rojo desatado en Madrid durante aquellos cuatro meses se cierra con la terrible cifra de más de 12.000 personas asesinadas. El mayor número de víctimas represaliadas durante toda la guerra civil.”
El órgano informativo de la en teoría moderada Izquierda Republicana, “Madrid Política”, definía así a los encarcelados en la cárcel Modelo: «… varios curas, castrenses o civiles, y como cumple a su oficio, gordos y lustrosos, salvo rara excepción… Sin afeitar la mayoría, no se diferencian gran cosa de los presos vulgares. El aire distinguido se lo daba la ropa o el uniforme… Hablan poco, meditan mucho y sollozan bastante… En otras galerías… albergan más fascistas de los comprometidos en la rebelión y otros que fueron apresados antes de que aquélla estallase, como los directores falangistas Ruiz de Alda y Sánchez Mazas. Y existen, por fin, los presos políticos. Antiguos y recientes. Los más notorios, de los últimos, son el Dr. Albiñana, D. Melquíades Álvarez y Martínez de Velasco. El tercero sólo ha pasado—con la de hoy—tres noches en el «abanico». ¡Lástima que Lerroux y Gil Robles no les puedan hacer compañía!…».
“Entre los “valerosos luchadores por la libertad que se enfrentaban a los fascistas” cabe destacar al miliciano anarquista Santiago Aliques Bermúdez, conocido malhechor, de quien obran los siguientes antecedentes: Reclamado por la Autoridad judicial desde el año 1920, nueve veces por hurto, tres por estafa, dos por atentado, dos por usurpación de funciones, uno por lesiones, uno por malos tratos, uno por abusos deshonestos y uno por robo a mano armada, habiendo sido condenado en el año 1925 a ocho años, cuatro meses y ocho días de presidio por hurto, atentado y usurpación de funciones.”
“En contraste, entre los “delincuentes fascistas” confinados estaban Melquíades
Álvarez, de 72 años, Decano del Colegio de Abogados de Madrid, fundador del partido de centro-derecha Partido Republicano Liberal Demócrata y ex Presidente del
Parlamento; Ruiz de Alda, fundador de Falange y héroe del “Plus Ultra”; Fernando
Primo de Rivera, militar y médico que había cometido el grave delito de ser hermano de José Antonio y creer en el falangismo; Manuel Rico Avello, ex Ministro y ex Alto
Comisario de España en Marruecos durante la República y Diputado a Cortes en 1936;
Ramón Álvarez Valdés y Castañón, ex Ministro de Justicia de la República, miembro
del Partido Republicano Liberal Demócrata y Diputado a Cortes en 1936; José María
Albiñana, Abogado, Médico y Diputado a Cortes en 1936; Martínez de Velasco, ex ministro de la monarquía y diputado. Ninguno de ellos sobrevivió al “ansia de democracia” que los milicianos republicanos iban a demostrar los días 22 y 23 de agosto.”
“Expulsados los funcionarios de Prisiones, los milicianos encabezados por el socialista Enrique Puente, hicieron una selección de unos treinta y dos presos, que durante la tarde del 22 y madrugada del 23 fueron siendo asesinados en atención a su condición de militares o significación política, por un comité revolucionario integrado por socialistas, comunistas y anarquistas Hasta el día 25 de agosto no se autorizó por parte del gobierno republicano la vuelta de los funcionarios de prisiones, y aún así con la orden expresa de estar subordinándolos en todo, al criterio del comité revolucionario de los milicianos… Las operaciones de “limpieza de fascistas” de la Modelo sólo terminaron tras el escándalo de las fosas comunes de Paracuellos de Jarama.”
Andrés Nin, jefe del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), en un discurso pronunciado en Barcelona el 8 de agosto de 1936, no tuvo inconveniente alguno en declarar: «Había muchos problemas en España... El problema de la Iglesia... Nosotros lo hemos resuelto totalmente, yendo a la raíz: hemos suprimido los sacerdotes, las iglesias y el culto". El secretario general de la sección española de la III Internacional, José Díaz, afirmaba en Valencia el 5 de marzo de 1937: "En las provincias en que dominamos, la Iglesia ya no existe. España ha sobrepasado en mucho la obra de los soviets, porque la Iglesia, en España, está hoy día aniquilada. Al ser preguntado el Presidente de la Generalitat de Cataluña, Lluís Companys, a finales de agosto de 1936, por una periodista de L'Oeuvre, sobre la posibilidad de reanudar el culto católico, respondió: "¡Oh!, este problema no se plantea siquiera, porque todas las iglesias han sido destruidas". El diario socialista-anarquista, Solidaridad Obrera, el 15 de agosto de 1936, incitaba en estos términos: "Hay que extirpar a esa gente. La Iglesia ha de ser arrancada de cuajo de nuestro suelo", y en el número correspondiente al 25 de mayo de 1937, publicaba lo siguiente: "¿Qué quiere decir restablecer la libertad de cultos? ¿Qué se puede volver a decir misa? Por lo que respecta a Barcelona y Madrid, no sabemos dónde se podrá hacer esta clase de pantomimas. No hay un templo en pie ni un altar donde colocar un cáliz... Tampoco creemos que haya muchos curas por este lado... capaces de esta misión".
El 8 de agosto de 1936, Andreu Nin, líder del POUM, dice: "El problema de la Iglesia lo hemos resuelto yendo a la raíz; hemos suprimido los sacerdotes, las iglesias y el culto". Cuando dice esto, ya hay unos 1.400 clérigos asesinados.
“La publicación catalana, L 'Esquella de la Torratxa, en julio de 1937 proclamaba: «¡Ya vivimos tranquilos! Porque hemos matado a todos los curas, a todos los que parecían curas, y a todos aquellos que nos parecían curas».
El ministro anarquista Joan Peiró, en su libro "Perill a la retaguardia", es de los pocos que lamentan la matanza y reparte culpas: "Todos los partidos, desde Estat Català al POUM, pasando por Esquerra Republicana y el Partido Socialista Obrero catalán, han dado un contingente de ladrones y asesinos por lo menos igual al de la CNT y la FAI". Ninguno de ellos ha pedido aún perdón.
“Otras de las terribles escenas de esa vorágine antirreligiosa fueron las innumerables ejecuciones en masas, sin discriminación de sexo, edad o condición de las víctimas, sin ninguna connotación política o social que pudiera, si no justificarlas, por lo menos explicarlas. En los meses de julio y agosto de 1936 ocurrieron casos bien significativos de esos asesinatos masivos, tales como los ocurridos en Barbastro (Huesca) donde exterminaron el teologado de los claretianos, tras ejecutar a 45 estudiantes menores de veinticuatro años y a seis superiores. En Barcelona asesinaron juntos a 45 hermanos maristas, 39 de la congregación de San Gabriel y siete monjes de Montserrat. En el cementerio de Lérida, fueron asesinados a la vez 74 sacerdotes diocesanos. En Calafell, población costera de la provincia de Barcelona, quince hermanos de San Juan de Dios fueron inmolados por no haber querido abandonar a los enfermos del Hospital Marítimo de dicha población. En Rafelbuñol (Valencia), los nueve hijos de un matrimonio muy católico fueron asesinados a la vez, y en la misma diócesis fueron ejecutadas 17 hermanas de la Doctrina Cristiana. En El Escorial fueron inmolados juntos 51 agustinos.”
El genocidio comunista llevado a cabo en España”fue una persecución anticristiana y antireligiosa, ya que matando a los sacerdotes, creían eliminar todo lo sagrado. De ahí los sacrilegios, profanando la Eucaristía, disparando contra el Santísimo Sacramento, bebiendo con cálices, esparciendo y pisando por las calles las Sagradas Formas, destrozando todo lo que tuviese un carácter sacro, tesoros artísticos e históricos, retablos, imágenes de grandes escultores, tapices, custodias, vasos.”
Y resulta grotesco que tal actuación, casi un siglo después pretenda presentarse como ajena al marxismo, cuando un mínimo de cultura abona justamente la consubstancialidad de materialismo marxista con el genocidio. Lenin afirma: “Llego a la categórica conclusión de que precisamente en este momento debemos dar batalla al clero de la manera más decisiva y despiadada, y destruir su resistencia con tal brutalidad que no se olvidará en las décadas por venir... Cuanto mayor sea el número de representantes del clero reaccionario y burguesía reaccionaria que tengamos éxito en ejecutar por esta razón, mejor".
"La religión es el opio del pueblo: este dicho de Marx es la piedra angular de toda la ideología del Marxismo sobre la religión. Todas las religiones modernas e iglesias, todas y cada una de las organizaciones son siempre consideradas por el Marxismo como los órganos de la reacción burguesa, usados para la protección de la explotación y la estupefacción de la clase trabajadora".
Sobre las salvajadas llevadas a cabo en España, un testimonio elocuente es el de Manuel de Irujo Ollo, dirigente del Partido Nacionalista Vasco, que fue ministro sin cartera entre septiembre 1936 y mayo 1937 en los dos Gobiernos de Largo Caballero, y ministro de Justicia en el gabinete de Negrín. En una reunión del gobierno celebrada en Valencia el 9 de enero de 1937, presentó el siguiente Memorándum sobre la persecución religiosa: "La situación de hecho de la Iglesia, a partir de julio pasado, en todo el territorio leal, excepto el vasco, es la siguiente: a) Todos los altares, imágenes y objetos de culto, salvo muy contadas excepciones, han sido destruidos, los más con vilipendio. b) Todas las iglesias se han cerrado al culto, el cual ha quedado total y absolutamente suspendido. c) Una gran parte de los templos, en Cataluña con carácter de normalidad, se incendiaron. d) Los parques y organismos oficiales recibieron campanas, cálices, custodias, candelabros y otros objetos de culto, los han fundido y aun han aprovechado para la guerra o para fines industriales sus materiales. e) En las iglesias han sido instalados depósitos de todas clases, mercados, garajes, cuadras, cuarteles, refugios y otros modos de ocupación diversos, llevando a cabo -los organismos oficiales los han ocupado en su edificación obras de carácter permanente. f) Todos los conventos han sido desalojados y suspendida la vida religiosa en los mismos. Sus edificios, objetos de culto y bienes de todas clases fueron incendiados, saqueados, ocupados y derruidos. g) Sacerdotes y religiosos han sido detenidos, sometidos a prisión y fusilados sin formación de causa por miles, hechos que, si bien amenguados, continúan aún, no tan sólo en la población rural, donde se les ha dado caza y muerte de modo salvaje, sino en las poblaciones. Madrid y Barcelona y las restantes grandes ciudades suman por cientos los presos en sus cárceles sin otra causa conocida que su carácter de sacerdote o religioso. h) Se ha llegado a la prohibición absoluta de retención privada de imágenes y objetos de culto. La policía que practica registros domiciliarios, buceando en el interior de las habitaciones, de vida íntima personal o familiar, destruye con escarnio y violencia imágenes, estampas, libros religiosos y cuanto con el culto se relaciona o lo recuerda".
El historiador Stanley G. Payne escribe, a propósito del terror rojo que "éste no fue el producto ciego y espontáneo de la furia popular, sino que fue ejercido por pequeños grupos de los partidos revolucionarios que se constituyeron específicamente para esta tarea, con la aprobación en muchos casos, y la iniciativa algunas veces, de los dirigentes de las organizaciones. Tampoco todas las 'escuadras de la muerte' estaban constituidas por elementos de las organizaciones revolucionarias. En Madrid, por ejemplo, algunas fueron organizadas como unidades regulares de policía, dependientes del Ministerio de la Gobernación, dirigido por la Izquierda Republicana durante los meses de julio y agosto de 1936". Dicho Ministerio "apenas hizo nada, de julio a septiembre de 1936, por detener el terror... En Madrid, nunca se apeló a las unidades de policía todavía disponibles para defender a las víctimas del terror. En Barcelona, Companys ni siquiera se atrevió a proteger a su propio ministro de Orden Público, Escofet, ex capitán del ejército, a quien la FAI obligó a huir a Francia por haberse manifestado públicamente contra el terror". "El terror en España se parecía al de la guerra civil rusa en cuanto, en ambos casos, el clero fue una de las víctimas principales de la violencia. La persecución de la Iglesia católica fue la mayor jamás vista en Europa occidental, incluso en los momentos más duros de la Revolución francesa... Los anarquistas tenían la reputación de ser los más violentos anticlericales entre los revolucionarios, pero hubo también matanzas en zonas, como el centro-sur, en que los anarquistas eran débiles... Los socialistas no se mostraron renuentes a hacer su aportación a la hecatombe".
Los perseguidores mataron a casi 300 monjas y a muchas laicas: sólo valencianas de Acción Católica ya suman 93, pero los últimos recuentos hablan de 7.000 eclesiásticos y 3.000 laicos asesinados por su fe. Para asombro de historiadores, no se registró ni un sólo caso de apostasía, ni un sólo cristiano renunció a su fe por salvar su vida o propiedades.
“En solo seis meses, casi 7000 miembros del clero, entre ellos 13 obispos, fueron martirizados en España por los comunistas. La persecución arrasó también con conventos, tantos de hombres como de mujeres. Los laicos comprometidos también fueron víctimas. España volvió a ser tierra de mártires desde esa fecha hasta el 1 de abril de 1939, pues en la zona republicana se desencadenó la mayor persecución religiosa conocida en la historia desde los tiempos del Imperio Romano, superior incluso a la Revolución Francesa.”
“Otras de las terribles escenas de esa vorágine antirreligiosa fueron las innumerables ejecuciones en masas, sin discriminación de sexo, edad o condición de las víctimas, sin ninguna connotación política o social que pudiera, si no justificarlas, por lo menos explicarlas. En los meses de julio y agosto de 1936 ocurrieron casos bien significativos de esos asesinatos masivos, tales como los ocurridos en Barbastro (Huesca) donde exterminaron el teologado de los claretianos, tras ejecutar a 45 estudiantes menores de veinticuatro años y a seis superiores. En Barcelona asesinaron juntos a 45 hermanos maristas, 39 de la congregación de San Gabriel y siete monjes de Montserrat. En el cementerio de Lérida, fueron asesinados a la vez 74 sacerdotes diocesanos. En Calafell, población costera de la provincia de Barcelona, quince hermanos de San Juan de Dios fueron inmolados por no haber querido abandonar a los enfermos del Hospital Marítimo de dicha población. En Rafelbuñol (Valencia), los nueve hijos de un matrimonio muy católico fueron asesinados a la vez, y en la misma diócesis fueron ejecutadas 17 hermanas de la Doctrina Cristiana. En El Escorial fueron inmolados juntos 51 agustinos.”
“El 20 de julio de 1936, por Radio Barcelona se dio la siguiente consigna: "Hay que destruir la Iglesia y todo lo que tenga rastro de ella. ¿Qué importa que las iglesias sean monumentos del arte? El buen miliciano no se detendrá ante ellos. Hay que destruir la Iglesia". Fue tan impresionante la destrucción del patrimonio histórico-artístico eclesiástico y de toda clase de bienes de la Iglesia, que la revista francesa L 'Illustration del 5 de febrero de 1938, escribía lo siguiente: "Su carácter religioso es precisamente lo que desencadenó un vandalismo destructor contra esas grandes obras de arte. Las degradaciones, mutilaciones, profanaciones que en ellas contemplamos manifiestamente, no son debidas a ninguna acción de guerra... Esas obras de arte, casi en su totalidad, han sido reducidas al estado en que se hallan, de una manera voluntaria, sin objetivo alguno militar, lejos de la zona de combate, y aun a menudo, en momentos en que el Gobierno tenía pleno dominio de las regiones en que se hallaban... Los vándalos no han obrado por un inconsciente y brusco frenesí. Han obedecido órdenes recibidas de los comités".
“Al finalizar la persecución, el número de mártires ascendía a casi diez mil, entre obispos, sacerdotes diocesanos y seminaristas, religiosos, religiosas y laicos de ambos sexos. Durante la persecución religiosa republicana la archidiócesis de Valencia pagó uno de los mayores tributos de sangre.”
Que la persecución no fue obra de descontrolados queda manifiestamente demostrado a través de todo lo relatado; prácticamente las órdenes se transmitían por la prensa. Así, Diario de Barcelona, órgano de ERC, en su edición de 16 de agosto de 1936, manifiesta: "Creemos son exagerados los escrúpulos que hacemos ante la quema de las iglesias. Vale la pena sacrificar el poco patrimonio que eso pueda representar pues si dejamos en pie los templos, a la larga volverán a salir las procesiones".
“Corrían los días aciagos de la guerra civil cuando L´Illustration (Esta revista apareció un poco antes de la segunda mitad del siglo XIX, tuvo una dilatada existencia, de 1843 a 1944), una de las revistas francesas más prestigiosas de Europa, publicaba en enero de 1938 un número monográfico. En él se hacía eco de los destrozos materiales en las iglesias (edificios, retablos, pinturas, esculturas…) de buena parte de la geografía republicana donde tantos estragos ocasionó la persecución religiosa no sólo en las personas sino también en lo material. La revista no ofrece comentarios ya que las fotografías hablan por sí solas. Una vez más una imagen valía más que mil palabras.”
Por su parte, el órgano de la CNT, Solidaridad Obrera, de 26 de julio de 1936 se lamentaba, pero ¿de qué se lamentaba?... "No queda ninguna iglesia ni convento en pie, pero apenas han sido suprimidos de la circulación un dos por ciento de los curas y monjas. La hidra religiosa no ha muerto. Conviene tener esto en cuenta y no perderlo de vista para ulteriores objetivos".
La Batalla, órgano del POUM, edición de 19 de agosto de 1936 señalab cual era el objetivo perseguido: "No se trata de incendiar iglesias y de ejecutar a los eclesiásticos, sino de destruir a la Iglesia como institución social ".
Un testimonio de gran valor es el que dejó reflejado Salvador de Madariaga sobre la persecución religiosa, aun haciendo constar sus disensiones profundas con la España de Franco y con la propia Iglesia española. Dice así: "Nadie que tenga a la vez buena fe y buena información puede negar los horrores de esta persecución. Que el número de sacerdotes asesinados haya sido dieciséis mil o mil seiscientos, el tiempo lo dirá. Pero que durante meses y años bastase el mero hecho de ser sacerdote para merecer pena de muerte ya de los muchos tribunales más o menos irregulares que como hongos salían del pueblo, ya de revolucionarios que se erigían a sí mismos en verdugos espontáneos, ya de otras formas de venganza o ejecución popular, es un hecho plenamente confirmado. Como lo es también el que no hubiera culto católico de un modo general hasta terminada la guerra, y que aún como casos excepcionales y especiales, sólo ya casi terminada la guerra hubiera alguno que otro. Como lo es también que iglesias y catedrales sirvieran de almacenes, mercados y hasta en algunos casos de vías públicas incluso para vehículos de tracción animal».
“La matanza de católicos del 1936 fue planificada… El filólogo catalán Jordi Albertí, que se define catalanista y creyente, ha publicado una crónica analítica de los primeros meses de la Guerra Civil en Cataluña, centrándose en la persecución contra los católicos. Se titula "El silenci de les campanes, la persecució religiosa durant la guerra civil", y lo ha publicado la editorial Proa.”
El mismo Alberti señala que “No eran incontrolados y no eran desorganizados. Se organizaron: en unos 200 comités de milicias y patrullas de control en Cataluña. Establecieron centros de detención. Buscaban personas concretas y tenían listas de nombres. Había que hacer la Revolución empezando por la eliminación visible de la Iglesia. Durante medio año, las autoridades republicanas dejarán hacer a milicias y anarquistas. La sensación de impunidad al atentar contra los católicos se había incubado ya años antes, con las quemas de conventos de muchas ciudades españolas del año 1931 y 1932.”
“La persecución a cargo de anarquistas y luego comunistas fue tan eficaz en Barcelona que el 8 de agosto de 1936 Andreu Nin, jefe del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) dice en un discurso: "había muchos problemas en España. El problema de la Iglesia nosotros lo hemos resuelto totalmente, yendo a la raíz; hemos suprimido los sacerdotes, las iglesias y el culto".
El desarrollo de la persecución no se limitó, ni mucho menos, a los inicios de la Guerra por unos llamada Civil y por otros de Liberación; veamos la evolución:
Año 1931 (el 14 de Abril se había proclamado la República): mayo; asaltos, saqueos y quemas de casi 100 iglesias y edificios religiosos en Madrid, Valencia, Alicante, Murcia, Sevilla y Cádiz. La Guardia Civil y los bomberos no intervienen.
“Tras la proclamación de la Segunda República, comenzó una represión feroz contra el Sindicato Libre, auspiciada por el abogado ex-cenetista y presidente de la Generalidad de Cataluña, Luis Companys, del partido ERC que suscribió el llamado Pacto del Hambre, por el cual la patronal acordó con la CNT y la UGT no contratar a ningún trabajador afiliado a los Sindicatos Libres. Unos 4.000 trabajadores catalanes fueron afectados por dicha medida, quedando más de 200 que por edad no pudieron trabajar nunca más condenados a la pobreza y a la marginalidad.”
Un caso concreto: Ramón Sales “fue capturado el 30 de octubre y descuartizado vivo en las Ramblas, ante las oficinas de Solidaridad Obrera: "Encadenaron los pies y las manos de Sales a cuatro camiones. Acto seguido los camiones emprendieron la marcha, en direcciones distintas."
Año 1932: Expulsión de los jesuitas (más de 3.000). Quemas y asaltos de edificios eclesiales en Zaragoza, Córdoba, Cádiz (enero); Sevilla (abril); Granada (julio), Cádiz, Sevilla y Granada (octubre). Sensación de impunidad.
Año 1934: Revolución de Asturias, 33 curas y religiosos asesinados en Mieres, Turón, Oviedo.
Año 1936, antes del 18 de julio, día de la rebelión militar: 17 curas y religiosos asesinados. Del 18 de julio al 1 de agosto: 861 clérigos asesinados. Agosto de 1936: 2.077 asesinatos (más de 70 al día), incluyendo 10 obispos. Asesinatos acumulados a 14 de septiembre: 3.400 sacerdotes y religiosos asesinados (no contamos laicos) en menos de 2 meses. El resto de las víctimas se repartirán durante los siguientes años de la guerra.
En la cheka del ateneo libertario sería asesinado Ramiro Ledesma, intelectual llamado a ser la sucesión de José Ortega y Gasset. Ramiro fue secuestrado en esta cheka “para interrogarlos y descuartizarlo entre todos a navajazos, para ver cual era el mal germen que podía llevar ese hombre dentro para ser tan malo (declaración de Antonio Tormo García, integrante de esta checa).
Joan Peiró (ministro de Industria de la República en el gobierno de Largo Caballero) escribió: "todos los partidos, desde Estat Català al POUM, pasando por Esquerra Republicana y el Partido Socialista Obrero catalán, han dado un contingente de ladrones y asesinos por lo menos igual al de la CNT y la FAI", escribía en 1936 en su libro "Perill a la retaguardia".
Pero no sería el último genocidio llevado a cabo por el comunismo en España en estas fechas. Faltaba lo peor, el robo de miles de niños que fueron enviados a Rusia.
La Iglesia, como colectivo organizado, ha perdonado a los asesinos de esas fechas en varias ocasiones: en documentos colectivos de los obispos ya en su carta de 1 de julio de 1937, en el documento "Constructores de la Paz" de 1986, en el documento "La fidelidad de Dios dura siempre" de 1999... sin embargo, ninguna de las organizaciones entonces implicadas han pedido perdón.
Entidades que existían entonces y ahora como el PSOE, el PCE, el POUM, la CNT, la FAI, Estat Català... ¿pedirán perdón algún día? ¿Condenarán al menos algunos de los actos de sus militantes –y no de incontrolados- contra 10.000 civiles cristianos desarmados y odiados por su fe?
En el resto del mundo
En el crescendo de la vorágine genocida del marxismo, el año 1943, en el bosque de Katyn, cercano a la ciudad rusa de Smolensk, el ejército alemán de ocupación descubrió una gran cantidad de sepulturas que contenían en principio los cuerpos de 4.400 oficiales polacos. Las víctimas habían recibido un tiro en la nuca cuando estaban arrodilladas. Los nazis culparon a los soviéticos y éstos acusaron a los nazis, diciendo que las mismas ocurrieron cuando alemania ocupaba la zona, invadida dos años atrás. Pero investigaciones hechas por la cruz roja confirmaron luego que los hombres habían muerto en 1940, asesinados por la policía secreta soviética.
“Los hombres que murieron en Katyn fueron hechos prisioneros tras la invasión soviética de Polonia en septiembre de 1939, una semana después de la firma del pacto secreto soviético-alemán Ribbentropp-Molotov, un acuerdo de no agresión que preveía con minuciosidad carnicera el ‘despiece’ y reparto de Polonia entre ambos regímenes totalitarios. El 5 de marzo de 1940 Lavrenti Beria, jefe de la policía secreta soviética o NKVD (precursor del KGB), firmó una orden para ejecutar a 25.700 polacos de los campos de Kozelsk, Ostashkov y Starobels, así como de ciertas prisiones de Ucrania occidental y Bielorrusia. La orden, firmada por Stalin y otros miembros del Politburó, fue desclasificada y entregada por Boris Yeltsin a Polonia junto a otros documentos en 1992.”
Pero, por supuesto, no sería el último acto genocida. También en Lituania, en Estonia, en Letonia… como en España, el gobierno comunista envió a Rusia miles de niños que eran arrancados de sus familias, muchas de las cuales acabaron sus días en Siberia. Ni los que iban a Siberia ni los que iban a las checas tenían ningún tipo de comunicación con el mundo exterior.
Pero el genocidio comunista, cuya orquilla de víctimas en cualquier caso se cuenta en millones, tiene otras facetas que sólo vamos a citar casi de pasada. Y es que, en el comunismo, como en el liberalismo, hablar de muertos resulta tedioso, y se cumple lo anunciado por Stalin relativo a que un muerto es una tragedia y lo que ellos han hecho no es sino una estadística.
Tras la primera matanza comunista llevada a cabo en China, centrada entre 1949 y 1952, y que es cifrada por el propio régimen comunista en 7 millones de víctimas, llegó “el gran salto adelante”, donde con la voluntad de convertir China en el primer productor mundial de acero se forzó a los labradores a convertirse en obreros de altos hornos caseros. Llegaron a construir altos hornos caseros que obligaban a las familias a proveer de unos cupos de acero que no podían atender, ni en cantidad ni en calidad de producto, al tiempo que desatendían la producción de cereal, lo que unido a una técnicas de producción “novedosas” ocasionaron la pérdida masiva de cosechas, todo lo cual ocasión una hambruna que se cobró varios millones de víctimas.
“Millones de chinos hambrientos se agolparon alrededor de los silos donde se almacenaban granos pero para exportación en un episodio absurda y cruelmente anecdótico…alimentos para exportar mientras que su propia gente moría de hambre. Las autoridades chinas no permitieron que ni un solo grano sea entregado a la población local por lo que sobrevino la tragedia; millares de mujeres y hombres empezaron a morir al pie de estos centros de almacenamiento, es decir, morían de hambre al pie de la comida. Algunos desesperados se arriesgaron a sustraerse unos cuantos puñados de granos, pero eran descubiertos por los militares quienes en el acto les disparaban a matar. Tanta era la crueldad que ni siquiera se les permitió migrar a otros lugares para escapar de esta hambruna. El ejército popular bloqueó todas las carreteras para impedir el éxodo del campesinado pues esto habría ocasionado ‘un deterioro en la imagen’ del partido comunista”.
La situación llegó a tal punto que las autoridades prohibieron cocinar. “Los cálculos más conservadores desprendidos de las mismas autoridades y registros chinos hablan de 15 millones de personas muertas por hambre entre 1959 y 1962. Sin embargo otro dato que preocupa y levanta sospechas sobre la realidad de este número son los censos poblacionales de la época que daban cuenta de 29 millones de chinos menos en relación a las cifras del censo anterior.”
“En agosto de 1966, la legendaria plaza de Tiananmen sirvió como lugar de consagración para los guardias rojos. En una concentración multitudinaria de un millón de estudiantes, Mao los hizo parte activa de la revolución cultural e inmediatamente les encargó varias misiones que se resumían en 4 puntos: arrasar con las costumbres antiguas, con la cultura antigua, con hábitos antiguos y con las ideas antiguas. El legado de 5 mil años de sabiduría oriental, según Mao, debía desaparecer para darle espacio a las foráneas ideas marxistas…Las primeras víctimas fueron los libros y la literatura; millares de textos eran quemados en pilas públicas y con ellos buena parte de la historia de China. Los museos eran saqueados, las calles rebautizadas con nombres de líderes comunistas.”
Finalmente los guardias rojos resultarían molestos a Mao, que acabaría masacrando a unos y exiliando a otros.
Camboya seguiría el ejemplo de China. Las máximas de los Kmeres Rojos señalaban que "En la nueva Kampuchea, un millón es todo lo que necesitamos para continuar la revolución. No necesitamos al resto. Preferimos matar a diez amigos antes que mantener a un enemigo vivo". Iniciaron su actividad en Abril de 1975, al amparo de su enfrentamiento con Lon Nol, aliado de los EE.UU, que con su apoyo habían hecho unas incursiones criminales en las aldeas al objeto de impedir el avance del Vietkong.
“Durante el tiempo del gobierno de los Jemeres Rojos desaparecieron entre dos y tres millones de personas, por lo cual se constituyó en 2006 un Tribunal internacional para llevar a cabo el Juicio a los Jemeres Rojos en 2007.
“Se estima que fueron asesinadas mas de 2.000.000 personas, es decir una proporción mayor que uno de cada cuatro Camboyanos, lo primero que quería hacer era acabar con la población urbana, por lo que no se le ocurrió otra cosa que deportar a todo el mundo al campo, y el que osaba tan siquiera tener mala cara era fulminado al instante, hubo ciudades enteras que al no poder ubicarlas en ningún sitio se les decidio exterminar en campos de concentración.” Pero, las ejecuciones, “para ahorrar balas sólo un 29% eran disparados. El 53% moría con el cráneo aplastado, el 6% ahorcado, el 5% apaleado.”
“Progresivamente los comunistas iban encontrando más razones por las que se podía detener a algún sospechoso de contrarrevolución. Políticos, religiosos, militares, periodistas y profesores fueron detenidos y ejecutados. Después se comenzó a perseguir a todos aquellos que simplemente habían cruzado la primaria. Hablar un idioma extranjero se convirtió en otra razón para desaparecer pues denotaba cierta inteligencia que podía devenir en resistencia al cambio. Muy pronto estas razones pasaron a convertirse en simples pretextos para un exterminio masivo de hombres, mujeres y niños que por haber nacido previo a la revolución merecían morir. No se puede pensar de otra forma cuando se ordenaba matar a quienes tengan “manos suaves” puesto que era una clara señal de realizar trabajos intelectuales catalogados por la paranoia comunista como “peligrosos y de status superior”.
En definitiva ninguna de las razones eran nuevas. Todas habían sido ya aplicadas por los regímenes comunistas desde la llegada de Lenin al poder en la Unión Soviética.
“Pol Pot anunciaba un futuro radiante en sus discursos. Prometía pasar de la tonelada de arroz por hectárea y año a tres en breve sucesión. El arroz se convirtió en el monocultivo. Los mandos obligaban a trabajar sin descanso a los esclavos a su mando, para mejorar su reputación entre sus superiores. En algunos extremos se llegaba a jornadas de 18 horas, en la que los hombres más robustos eran los que padecían mayores exigencias y, en consecuencia, morían antes… el canibalismo se convierte en costumbre. ”
”Las familias eran separadas y la autoridad paterna castigada: la educación era responsabilidad exclusiva del Angkar. Los sentimientos humanos eran despreciados y considerados un pecado de individualismo. Al intentar ayudar a una vecina, Pin Yatay se ganó esta reprimenda: "No es su deber ayudarla, al contrario, esto demuestra que todavía tiene usted piedad y sentimientos de amistad. Hay que renunciar a esos sentimientos y extirpar de su mente las inclinaciones individualistas."
“Fueron prohibidas la enseñanza, la libertad de desplazamiento, los médicos, pues se afirmaba que si una persona estaba tan enferma para necesitar un médico, era una lacra para el país y merecía morir, las creencias religiosas y filosóficas, la escritura, llevar gafas, ver a tus familiares, porque suprimió las familias como tal (y la autoridad paterna si se daba el soplo de que existía se mataba a toda la familia), se mataba a la gente que sabia leer, no estaban permitidas las relaciones sexuales extramatrimoniales, estaban prohibidas las manifestaciones públicas de afecto, castigaban con torturas inimaginables incluso a los niños que descubrían robando porque se morían de hambre. ”
“La población de la capital fue aniquilada, casi en su totalidad, utilizando un método barato y efectivo de exterminio como la asfixia con bolsas plásticas. Otra forma de exterminio fue el de llevar a centenares de parejas amarradas de los codos, espalda contra espalda, los formaban en una fila al borde de una zanja, en ese momento entraban en acción verdugos experimentados que con un madero asestaban golpes secos y mortales en la nuca. Estos asesinos actuaban con una frialdad sorprendente por una explicación muy simple; habían sido adoctrinados y convencidos que los condenados eran “no seres”, entidades que no eran personas y que estaban despojadas de toda humanidad, consecuentemente eliminarlos no provocaba el más mínimo reproche de conciencia. Matar bajo este concepto se hacía más fácil que matar a un enemigo.”
“En solo tres años, (1975-1978) Pol Pot asesinó a más del “30 % del total de la
población camboyana”, dos millones de personas murieron o por ejecución directa, por hambre, o por torturas. Otros cientos de miles fueron expulsados del país y alejados de sus familias, en muchos de los casos, para siempre, lo que constituye otro tipo de muerte. Porcentualmente Pol Pot supera a sus coidearios Stalin y Mao TseTung en número de crímenes masivos.”
“Pero sin duda el más entusiasta promotor del terror rojo lo encontramos en la trascendental figura de Vladimir Lenin. No son pocas las cartas en las que Lenin recetaba el terror como un componente infaltable de la revolución. En una conversación con el camarada Adoratsky, historiador marxista, Lenin con la tranquilidad que lo peculiarizaba, señalo que: “El sistema consistía en fusilar a todos los que se mostraran contrarios a la revolución”. Inmediatamente conminaba, a todas las seudo-instituciones revolucionarias, a no hacerse “ilusiones pacifistas”, afirmado al mismo tiempo, que no toleraría “debilidades inadmisibles”en quienes lo rodeaban, en una claro patrocinio de la impiedad con el adversario.”
En conjunto, el número de víctimas del comunismo en el mundo y en el siglo XX se encuentra enmarcado en una horquilla de entre 100 y 300 millones de personas.
A continuación una relación cuyo total de unos 105,368,000 incluye solamente a los regimenes marxistas leninistas. Pero debemos tener conciencia que se trata de un total parcial. Por ejemplo, falta contabilizar las víctimas que ocasionó en España, desde la instauración del comunismo hasta nuestros días, con el terrorismo.
Su distribución es la siguiente:
País Desde Victimas Data
Afganistán 1978 a 1987 225,000 Invasión y ocupación Soviética
Albania 1944 a 1987 100,000 Invasión, ocupación Soviética e instalación de un régimen títere comunista
Alemania Oriental 1946 a 1987 70,000 Régimen comunista títere de la Unión Soviética.
Angola 1975 a 1987 120,000 Guerra civil, el régimen comunista apoyado por la Unión Soviética con tropas de Cuba.
Bulgaria 1944 a 1987 220,000 Invasión, ocupación Soviética e instalación de un régimen títere comunista
Camboya - Cambodia 1975 a 1979
1979 a 1987 2,000,000
200,000 Régimen comunista de los Khmer Rouge - Jemeres Rojos.
Régimen comunista de Heng Samrin.
Checoslovaquia 1948 a 1968 65,000 Régimen comunista. En 1968 fue la Primavera de Praga, donde los soviéticos invadieron para apoyar el gobierno títere. Cuba fue uno de los pocos países que favoreció dicha invasión.
China 1949 a 1987 35,000,000 Régimen comunista de Mao Tse-Tung (Mao Zedong 1976). Después se siguió asesinando como la masacre de la Plaza de Tiananmen (1989). Aun el régimen comunista continúa asesinando aunque en menor escala que Mao.
Corea del Norte 1948 a 1987 1,600,000 Régimen comunista. Después de 1987 han seguido asesinando.
Cuba 1959 al 2000 70,000 Régimen comunista de Fidel Castro. Desde el año 2,000 siguen muriendo presos por motivos políticos en las prisiones, desaparecidos, asesinados, etc., aunque en menor escala. Hasta el año 1987 fue régimen títere de la desaparecida Unión Soviética.
Etiopia 1974 a 1987 700,000 Régimen comunista
Hungría 1948 a 1987 27,000 Régimen comunista títere de la Unión Soviética.
Laos 1975 a 1987 55,000 Régimen comunista. Después de 1987 continuaron los asesinatos y desaparecidos
Mongolia 1926 a 1987 90,000 Régimen comunista.
Mozambique 1975 a 1987 195,000 Régimen comunista
Nicaragua 1979 a 1987 5,000 Régimen Sandinista (comunista). Aquí se incluye la masacre a los indios Misquitos.
Polonia 1948 a 1987 25,000 Régimen comunista
Rumania 1948 a 1987 430,000 Régimen comunista
Unión Soviética 1917 a 1987 62,000,000 Donde se inició todo el genocidio por parte de los comunistas..
Vietnam del norte 1945 a 1987 1,600,000 Régimen comunista
Yemen del Sur 1967 a 1987 1,000 Régimen comunista
Yugoslavia 1944 a 1987 1,070,000 Régimen comunista
El terror rojo siguió a lo largo y ancho del mundo. En Guinea Ecuatorial, tras su independencia, tomó el poder Francisco Macías Nguema, que “aplastó las plantaciones de cocoa, ilegalizó la pesca en una nación isla y destruyó el resto de la industria local. Asesinó a 10 de sus 12 ministros de gabinete originales, prohibió la medicina occidental y permitió que el cólera causara estragos en las regiones en que dudaba del apoyo político. Declaró que "los intelectuales son el mayor problema que enfrenta África hoy" y luego prohibió, de hecho, la palabra "intelectual". Estableció lazos con la Unión Soviética y secuestró extranjeros para pedir rescate… fue responsable del asesinato sistemático y/o destierro de la minoría educada perteneciente a la etnia Bubi…Cuando fue depuesto en 1979, un tercio de la población del país había sido asesinada y otro tercio había huido del país.”
“Las despiadadas matanzas comenzaron a sucederse cada vez con mayor frecuencia y muchas veces en público para que sirviesen de "escarmiento". Algunas fuentes indicaron que se llegaban a amontonar hasta 6.000 prisioneros en las cárceles, aunque lo normal era matar a los detenidos más antiguos para hacer lugar a los nuevos. El 26 de junio de 1974 - y valga este hecho como ejemplo para no seguir enumerando otros - Macías ordenó ejecutar a 118 prisioneros políticos. Pero antes de hacerlo, obligó a los familiares a que diesen su consentimiento y acuerdo a las sentencias sumarias. Quienes se negaron a hacerlo fueron asesinados aún antes que sus seres queridos acusados.”
“La presencia soviética, norcoreana, cubana y china ya era muy importante a esta altura de los acontecimientos. Guinea Ecuatorial era una cárcel aislada del exterior - como es natural en los estados comunistas- y subsistía gracias a la ayuda de estos países.”
“En 1975 un decreto prohibiendo toda educación privada llevó al cierre de todas las escuelas católicas, y la población fue advertida de que el contacto con la iglesia podría conducirla a un castigo severo. Mientras tanto, el mismo año Macías se proclamó a sí mismo un "Milagro Único"
“Entre 1969 y 1976 unos 75 maestros o funcionarios de educación fueron ejecutados, incluyendo tres ministros. Cientos de maestros fueron expulsados, causando el cierre de similar número de escuelas.” Macías declaró que la educación privada era subversiva y la prohibió. “Los niños ya no iban al colegio porque los maestros habían muerto o huyeron. Lo único que debían aprender era a gritar "¡Nada sin Macías, todo por Macías! ¡Abajo el colonialismo! ¡Abajo el imperialismo!”
Un tercio de la población de Guinea acabó exiliada huyendo de la literal esclavitud a que estaba sometida. “El sanguinario dictador sería al fin depuesto el 3 de agosto de 1979, en un golpe militar de su sobrino y entonces Ministro de Defensa, Teniente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, después de que el presidente ordenara el asesinato de uno de sus hermanos.” Macías sería condenado a muerte y ejecutado el 29 de Septiembre de 1979. Pero Teodoro Obiang no resultó ser mejor; no en vano era el jefe de la represión durante Macías.
“Como presidente, Obiang continuó la tradición de consolidar el poder absoluto y de auto-engrandecimiento. La radio estatal anunció en julio de 2003 que Obiang era "como Dios en el cielo... Él tiene poder sobre todos los hombres y las cosas... Él puede decidir matar sin que nadie le pida cuentas y sin ir al infierno porque es Dios mismo, con quien está en contacto permanente, quien le da la fuerza.”
“El acaudalado Obiang ha depositado más de 700 millones de dólares en cuentas especiales en bancos norteamericanos. Mientras tanto, la mayor parte de su pueblo subsiste con menos de 1 dólar al día. De hecho, el 65% de los ecuatoguineanos malviven en la más absoluta pobreza. De esta forma, el presidente de uno de los países más pobres de África, es uno de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes.”
¿Es hoy achacable al comunismo la actividad de Obiang?... Difícilmente. Hoy parece más cercano al N.O.M. (Nuevo Orden Mundial), donde en definitiva confluyen todos los genocidas excepto, curiosamente, el nacionalsocialismo, que incomprensiblemente queda marginado.
Nacionalsocialismo
Llegados a este punto dan ganas de no continuar. Parece que, aunque no estén desarrollados todos los genocidios, ya hay bastante. Es el caso que siempre queda la duda, porque lo que ha motivado el trabajo no es otra cosa que librar a la Santa Inquisición de la alcantarilla en que ha sido sumida, y que parece corresponder sólo a otros.
El problema surge cuando esos otros a quienes corresponde en exclusiva la alcantarilla, por extraños motivos, y de forma unánime, rechazan de entre ellos a uno que por derecho le corresponde plaza en la misma alcantarilla. Es el caso del nacionalsocialismo.
El nacionalsocialismo comparte con el protestantismo importante número de puntos, como hemos visto con la ideología de Lutero. También comparte una grandísima porción con el carácter británico, con cuyo imperio y la forma de gestionarlo la identidad es absoluta. No digamos en lo relativo al darwinismo, también compartido con los británicos.
Como los citados, y no más que los citados, es racista; profundísimamente racista. Sin embargo, los británicos, que además de los genocidios cometidos en la 2ª Guerra Mundial sobre personal civil en Alemania, en esas mismas fechas estaban organizando cacerías de aborígenes en Australia, procedieron en 1945 a prohibir las mismas, curiosamente cuando iban a empezar los juicios de Nuremberg.
A pesar de lo dicho, como el trabajo realizado es suficiente amplio, como el nacionalsocialismo ya ha sido tratado sobradamente por quienes le vencieron en el campo de batalla, como llegar a discutir las cifras del exterminio llevado a cabo por ellos puede ser objeto de delito al amparo de la legislación dictada por quienes quedan aquí retratados, y como no quiero que nadie pretenda ver una justificación del genocidio porque pueda ser minorada su cifra, aunque por mi parte nunca será cuestionada su calificación, me limito a dar un dato sobre el caso que los genocidas vencedores en la Segunda Guerra Mundial ocultan: El diplomático español Ángel Sanz Briz salvó a más de 5.200 judíos de ser capturados por los nazis. Usó el mismo sistema que las embajadas de medio mundo emplearon en el Madrid republicano durante la guerra civil: alquilar pisos y protegerlos diplomáticamente. La orden venía directamente de Franco. Como señaló el ministro de Asuntos Exteriores y ex embajador de Israel en España, Shlomo Ben Ami: Durante la Segunda Guerra Mundial, el único país de Europa que de verdad echó una mano a los judíos fue un país en que no había ninguna influencia judía: España, que salvó más judíos que todas las democracias juntas.”
El 20 de Diciembre de 1924, un real decreto ley hecho aprobar por el general Primo de Rivera daba la nacionalidad española a los sefardíes. Basándose en esa ley, que por cierto había prescrito en 1930, se permitió la entrada en España de aquellos sefardíes que huían de la persecución nazi”.
El Nuevo Orden Mundial
“Un 13 de febrero de 1945, en horas de la noche, un implacable bombardeo destruyó la ciudad de Dresden, Alemania, capital del antiguo reino de Sajonia. Ochocientos bombarderos Lancaster británicos y canadienses atacaron el casco antiguo de la ciudad que quedó calcinado a causa del posterior incendio. A la 1.30 del 14 se produjo el segundo ataque. Los barrios residenciales de la ciudad eran en esta ocasión el objetivo de las bombas en su mayoría incendiarias (de keroseno). Fue tal la concentración y el tonelaje del bombardeo que la temperatura en el centro de Dresden superó los mil grados centígrados y las aguas del río Elba que atraviesa la ciudad “hirvieron”... El tercer y último bombardeo llegó al mediodía del 14. En él participaron también aviones norteamericanos. En total los aliados arrojaron sobre Dresden en menos de 14 horas de bombardeo un total de 3.300 toneladas de explosivos y bombas incendiarias. El viejo castillo de Dresden fue totalmente demolido. También fueron dañadas las iglesias de Santa Sofía y de la Santa Cruz de lo siglos XIV y XV, y el teatro de la Ópera construido por el famoso arquitecto Gottfried Semper (1803-1879). La antes bella urbe, poéticamente llamada la “Florencia del Elba” se convirtió en pocas horas en un caótico montón de escombros, hierros retorcidos y cadáveres de civiles indefensos. En diversas partes de la urbe se encontraban restos humanos derretidos, convertidos en gelatina debido a la acción de las bombas de keroseno que calcinaron prácticamente el centro urbano. La cifra de muertos fue minimizada por los aliados que afirmaron que “sólo sesenta mil personas” habían perecido. Investigaciones posteriores demostraron que en realidad habían sucumbido casi medio millón de seres humanos. El terrible bombardeo había sido decidido por el primer ministro británico Sir Winston Churchill (1874-1965). Para 1945 Dresden tenía una población de casi 600.000 habitantes. Pero a la hora del bombardeo albergaba alrededor de un millón doscientos mil seres humanos, debido a la llegada de numerosos refugiados alemanes de la Prusia oriental que había sido ocupada por el ejército soviético. Dresden no representaba ningún valor estratégico, y en el momento del ataque la mayoría de sus defensas antiaéreas había sido desmantelada. Aunque la decisión de Churchill se trató de avalar con la justificación de que era necesario apresurar el final de la guerra (argumento similar al esgrimido por el presidente Harry S. Truman que ordenó el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki a principios de agosto del mismo año), los hombres y mujeres de conciencia consideraron que se trataba de una acción injustificada y cruel.”
“En 1945, mientras los japoneses negociaban su rendición con los soviéticos, los EEUU lanzan la primera bomba nuclear sobre Hiroshima. Sus científicos militares ordenan no avisar a la población civil, para comprobar los efectos de dicha arma. Las víctimas superan las 150.000. En Nagasaki, donde se arrojó la segunda bomba, cerca de 75.000. Además, los EEUU bombardearon indiscriminadamente a la población civil, creando una lista de “ciudades a destruir”. Más de 700.000 muertos.”
“En 1945, los bombardeos indiscriminados sobre población civil por parte de los imperialistas anglo-americanos causan más de 200.000 muertos en Dresden y cerca de 60.000 en Hamburgo.”
“En 1946 la marina francesa bombardea la ciudad de Haifong, en Vietnam, asesinando a millares de civiles; empieza entonces una larga guerra de liberación en la que, sólo hasta 1955, los franceses habían matado a más 1.200.000 vietnamitas. Entre 1944 y 1945 habían muerto de hambre dos millones de vietnamitas; "por la política de hambre desarrollada por los franceses, quienes cogieron y almacenaron todo el arroz disponible hasta que se pudrió", en palabras de Ho Chi Minh.”
“En 1968 un regimiento de soldados norteamericanos masacró a la indefensa población civil de la aldea vietnamita de My Lai. El ejército norteamericano intentó denodadamente ocultar la brutal matanza. A pesar de sus esfuerzos, el hecho sanguinario se difundió y llegó hasta la opinión pública. Fue uno de los más vergonzosos crímenes de guerra realizados por las fuerzas armadas de Estados Unidos fue el asesinato de entre 347 y 504 civiles vietnamitas, muchos de ellos mujeres y niños que fueron torturados y violados por las fuerzas norteamericanas.”
“Desde 1962 a 1975, las tropas de EEUU matan a 3.500.000 de vietnamitas, utilizando bombas prohibidas por la Convención de Ginebra. Además, llevan a cabo el “Programa Phoenix”, encargado del asesinato de los sospechosos de ser comunistas, asesinando a más de 20.000 civiles.”
“El Gobierno de Estados Unidos se ha disculpado con Guatemala por sus experimentos entre los años 1946 y 1948 en los que cientos de personas del país latinoamericano fueron infectadas intencionalmente con sífilis y gonorrea…La información ha salido a la luz gracias a una investigación de la catedrática de la Universidad de Wellesley Susan Reverby. La investigadora ha revelado que los experimentos fueron apoyados por la Organización Panamericana de la Salud y por el gobierno guatemalteco y encabezados por el Servicio de Salud Pública de EE. UU. de la Administración de Harry S. Truman (1945-1953), cuando EE. UU. trataba de poner a prueba vacunas contra enfermedades venéreas e intentaba determinar si la penicilina podía no sólo curar, sino también prevenir la infección de sífilis.”
En mayo de 2013, Rafael Videla, que a sus 87 años permanecía encerrado en prisión, apareció asesinado en su celda. “Según el informe preliminar de la autopsia, Videla falleció de un paro cardiaco derivado de las lesiones y fracturas “en el pubis y una de sus costillas” que sufrió cinco días antes de su muerte (17 de mayo) tras caerse mientras se duchaba, situación que despertó dudas sobre el tipo de atención que recibió.” Al respecto se llegó a tener fundadas sospechas que fue asesinado para evitar que unos periodistas pudiesen hablar con él.” Mientras, los terroristas, en Argentina y en España, son puestos en libertad.
Los métodos genocidas del N.O.M.
El desprecio por la vida es nota predominante en el N.O.M.
Las sociedades democráticas registran los mayores índices de criminalidad y los mayores índices de suicidios… y los mayores índices de depresiones… y los mayores índices de delincuencia… y los mayores índices de abandonos familiares…
El hombre, en democracia, realmente encuentra demasiadas dificultades para construir su vida en la verdad. Aceite de colza, vacas locas, aborto, especulaciones atroces, corrupción a todos los niveles, pornografía, prostitución, terrorismo, delincuencia, suciedad televisiva y en general informativa, deseducación, movida, droga, indigencia… Esa es, en esencia la aportación al derecho del N.O.M., y el bagaje cultural del que deben hacer gala las nuevas generaciones.
El desprecio por la vida es un hecho manifiesto en las campañas abortivas, en pro de la eutanasia y de clonación. El desprecio por la dignidad humana impregna todo el ser social, una de cuyas etapas es la manipulación absoluta, y concretamente sexual, a la que están sometiendo a la población; de ella deriva la violencia intrafamiliar. Violencia con los niños, violencia con los ancianos, violencia entre los cónyuges, parejas y similares. Y con el desprecio por la verdad veta a la sociedad el acceso a la misma, manteniéndola en una deseducación basada en la desinformación, y condenando al ostracismo a quien pretenda romper con esa norma. Todo, en definitiva, muestra de un sistema no humano.
La ONU, sus adalides, a través de todas sus organizaciones (OMS, UNICEF, UNESCO, UNFPA, UNIFEM…), coaligadas con organizaciones de apoyo a los objetivos más peregrinos, siempre contrarios al humanismo (CRLP, CEM, CLACSO, CLADEM, DAW…) llevan a efecto campañas tendentes a una esclavitud de la persona en cada una de sus etapas de la vida.
Ciertamente, al hombre se le valora prioritariamente como “homo faber”. Esta sociedad que tanto alardea de libertad; esta sociedad que tanto alardea de justicia; esta sociedad, que tanto alardea de opulencia… mantiene a sus esclavos (a nosotros, a los hombres y a las mujeres que constituimos la sociedad) atados a la mesa de trabajo; al banco de carpintero, al volante del camión… a lo que constituye el material de cada quehacer.
El hombre, que supuestamente debía estar liberado por la acción de las máquinas, es cada día más esclavo de las máquinas, y sobre todo, del sistema.
Efectivamente, el trabajo de hoy, cualquier trabajo, sea de oficina o de albañilería, de siderurgia o agrícola, es mucho más liviano que hace veinte o hace cuarenta años; la maquinaria y los otros medios técnicos han facilitado francamente la realización de todos los cometidos, pero la libertad ha llevado un proceso radicalmente contrario.
Cuando debíamos suponer que la suavidad en las tareas conllevaría una libertad a las mentes; cuando suponíamos que se iba a tener más consideración con las personas, en detrimento de las máquinas, resulta que sucede justamente todo lo contrario.
El mundo laboral, que antes estaba habilitado prioritariamente para los hombres, ha sido francamente abierto al trabajo de la mujer, y eso no ha representado más libertad, sino esencialmente todo lo contrario, porque a la mujer se le ha presentado el trabajo como una liberación y la maternidad como una esclavitud, siendo que la mujer ha acabado siendo esclava de su trabajo liberador, no ha tenido hijos en los que realizarse como mujer, ha fomentado el divorcio, el aborto, y como consecuencia la depresión y el suicidio.
Pero no acaba ahí la cosa del trabajo de la mujer. Cuando mayoritariamente la mujer permanecía en casa, trabajando. Trabajando, remarco. Cuando la mujer quedaba en casa trabajando, ganaba el jornal que acababa aportando el marido con el trabajo fuera de casa. Los ingresos eran “X”.
Cuando la mujer ha salido a trabajar fuera de casa, se ha convertido en competencia directa de su marido; las leyes capitalistas se basan en la oferta y la demanda. Si la oferta de trabajo se ha multiplicado por dos, la remuneración de ese trabajo, automáticamente se ha visto dividida, siendo que, trabajando los dos miembros del matrimonio, acaban aportando los mismos ingresos que uno solo (los ingresos siguen siendo X, y el esfuerzo, el doble), con el perjuicio subsiguiente de dejar abandonados a los hijos en lugares que en el mejor de los casos no les van a resultar lesivos, salvo la “maldad” de faltar la presencia de la madre.
Y este es solo uno de los aspectos negativos que sobre las familias ha aportado el liberalismo económico.
En cuanto al maltrato psíquico que, ya los dos cónyuges, cada uno por su parte están recibiendo, no tiene parangón en la historia de las relaciones laborales. Hoy resulta poco menos que imposible que una persona que desarrolle una actividad laboral pueda rematar la jornada con la realización de estudios ajenos a su profesión o complementarios a su formación humana. La exigencia es de absoluta dedicación, en un sistema de producción impersonal, competitivo y tiránico que impide la realización de actividades puramente humanas como las citadas, o como las del noviazgo, o como las de la vida de familia normal en cualquier persona que tiene constituido su hogar. La libertad queda reducida a la elección de cosas según un arbitrio personal, al margen de la verdad del hombre.
Todas las ideologías ateas que estallaron de su atrofia en el siglo XIX y se han desarrollado extraordinariamente en el XX, coinciden en estos aspectos. Ahí no hay discusión; en todo caso, llegan a discutir aspectos secundarios del maltrato humano de las personas. Los sindicatos exigen que los lugares de trabajo sean cómodos, que los servicios de mantenimiento físico estén a pleno rendimiento; que no haya humos que se permitan locales de esparcimiento, que se controle es estrés… pamplinas. Aspectos varios de la esclavitud a que está sometido el hombre en todos los campos, en todos los lugares y a todas horas.
Ahí se encuentra la explicación final del porqué no se asesina a la gente (hechas las salvedades convenientes) como se asesinaba en España en los años treinta, como se asesinaba en los distintos genocidios sucios que han sido llevados a cabo por las distintas tendencias del sistema… Es, en definitiva, el triunfo del modelo capitalista de explotación y de aniquilación de la persona, sobre el modelo marxista de explotación y de aniquilación de la persona. El materialismo ha desechado, por inconveniente, uno de sus métodos, y tan sólo porque el otro método ha resultado más efectivo, más productivo, más limpio.
Estamos viviendo un concepto perverso de la libertad donde la única salida es la exclusión social, y esa posibilidad también está prevista en nuestro mundo liberal.
Quién se autoexcluya va a poder seguir viviendo en este mundo; va a ser indigente; va a poder practicar libremente la mendicidad.
Pero hay otra gente, poca, muy poca, alarmantemente poca, que se autoexcluye tan solo espiritualmente porque carece de medios para combatir al sistema enemigo del hombre y enemigo de Dios.
Para los que no quedan excluidos de la sociedad, el N.O.M. tiene diseñadas varias estrategias que pasan inexorablemente por el ataque a la familia en todos los órdenes.
Esas estrategias, entre otras cosas llevan a devaluar a la familia; a devaluar el hecho de tener hijos; por ello, el 46,61% de la población no tiene hijos; el 15,55% de esa misma población tiene un hijo; el 26,31% tiene 2 hijos; el 8,54 cumple con la ley de reposición social teniendo tres hijos; y tan sólo el 2,94% de la población, por supuesto con porcentajes que alejan considerablemente al que tiene cinco hijos del que tiene trece, nutren a la sociedad de contribuyentes.
Esto da lugar a agravios comparativos notorios, como puede ser el despilfarro de medios privados por parte de ese 46,61% citado, por ejemplo, que, sin embargo piensa en su jubilación; en una jubilación dorada que estará alimentada por los hijos de ese 2,94% de población que sufre lo indecible para poder mantener a lo que sin lugar a dudas podemos calificar como “esclavos del futuro”, porque, llegada la edad de jubilación de unos y de otros, de ese 46,61% de la población que libérrimamente ha decidido no tener hijos y gastárselas en lo que ha preferido y de ese sector de la población que representa el 2,94% de la población, ¿es justo que los hijos del segundo segmento (que representan el 50% de la nueva población cotizante) se hagan cargo de las necesidades del 46,61% de la población que en su momento les brindó la más “comprensiva” de las sonrisas cuando aquellos manifestaban la necesidad de apoyo social?
Y sobre todo ello, como ataque definitivo, el genocidio máximo, jamás conocido: el aborto. Ciento dieciocho mil asesinatos anuales en España; esa es la cifra del genocidio llevado a cabo en España el año 2011. Un aborto cada cinco minutos es el mejor de sus logros. Un genocidio que, a lo largo del mundo, y desde 1971 a 2011 se había cobrado la vida de 1720 millones de inocentes.
Hay quién ha llegado a creer que si el sistema genocida había demonizado hasta la fecha al nacionalsocialismo no era porque hubiese cometido genocidio, sino porque era el más moderado comparado con los otros genocidios. Tal vez ahora el N.O.M. empiece también a condenar los genocidios denunciados en este trabajo y otros que han quedado fuera, por el mismo motivo.
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