jueves, octubre 10, 2024

La doctrina del probabilismo y el conocimiento del latín




Probablemente, el probabilismo no sea sino una anécdota en la historia de la filosofía, pero necesariamente debemos recuperar de la misma algunos aspectos que injustamente quedan ocultos por la hojarasca cultural que ha enterrado esa misma historia.

Centrándonos así en el virreinato del Perú y en la segunda mitad del siglo XVII nos encontramos que en ese periodo y en ese lugar se desarrolla la doctrina filosófica conocida como probabilismo. Podemos asentir o disentir de ella en mayor o menor medida, pero sin lugar a dudas es muestra del alto desarrollo intelectual existente en la España americana del siglo XVII… Y es una muestra más del abandono creciente que a partir del siglo XVIII  ha conocido la cultura hispánica en el mismo ámbito de la Hispanidad; un abandono que ha sido abonado con  el abandono de la cultura clásica, latina, en cuyo idioma está justamente escrita la mayor parte del pensamiento hispánico.

De entre esa hojarasca pueden rescatarse auténticos genios de la cultura y del conocimiento que nos han sido vetados, en ocasiones de forma dolosa, con la intención de generar en el espíritu hispánico un decaimiento que posibilitase la sumisión a intereses ajenos. Y uno de esos personajes es, sin lugar a dudas, el más significado en el desarrollo del concepto filosófico del probabilismo, el jesuita Diego de Avendaño, nacido en Segovia el 29 de noviembre de 1594 y fallecido en Lima el 30 de agosto de 1688.

Es Diego de Avendaño  una  figura clave en el desarrollo filosófico del pensamiento peruano; un personaje que fue Director del Colegio de Cuzco, Rector de la Universidad de Charcas, de la de Chuquisaca, acabando su labor docente como rector del  limeño Colegio Máximo de San Pablo.

Una situación y unas circunstancias que necesariamente deben hacer replantearse la idea que desde el cambio de dinastía el año 1700, y hasta hoy mismo, ha ido creciendo exponencialmente en todo el orbe hispánico.

No vamos a dar más importancia de la que realmente tiene al surgimiento de una línea de pensamiento cuyo desarrollo no se ve reflejado en la Historia de la Filofosía redactada al amparo de la Ilustración, pero tampoco vamos a quitarle la importancia que inequívocamente tiene fuera del ámbito de la Ilustración. 

Si es poca, poca sea, pero se trata de un área del pensamiento que en su momento fue importante y tuvo reflejo en la vida cultural y en la juridicidad, no pudiendo por tanto ser obviada como si nunca hubiese existido. Pero es el caso que en el mundo hispánico son multiplicidad las cuestiones, en muchas ocasiones de primer orden, que en el conocimiento colectivo, ordenado por la Ilustración, son obviadas como si nunca hubiesen existido, y para la cultura, parece ser un hecho no menor el desarrollo de una actividad filosófica sistemática en el Perú del siglo XVII. 

Y debe ser remarcada su existencia, por méritos propios, ya que esa actividad filosófica se presenta como un producto genuino de la intelectualidad peruana. Española, sí, pero tanto más española cuanto más peruana, que generó en su momento un debate que se prolongó hasta comienzos del siglo XIX y que generó un texto, el "Thesaurus Indicus", que llegó a ser considerado la carta magna de la defensa de los derechos del hombre, siendo al entender de los expertos uno de los documentos americanistas más importantes de todos los tiempos, en el que queda justificada la dignidad de todo hombre, sin distinción de condiciones políticas, raciales o religiosas, y de acuerdo con la Bula Sublimis Deus del Papa Paulo III de 23 de mayo de 1537, que condena la esclavitud de manera terminante. 

Al amparo de la bula, Avendaño señala que los Reyes están obligados a mirar por los infortunados indios, por piedad y por justicia, señalando que los servicios “son debidos, más que a los demás, como míseros y pobres”, y todo en tiempos en que la esclavitud era moneda de cambio para anglos, europeos, chinos o árabes.

El Thesaurus Indicus, que fue redactado como consecuencia del debate en torno a la legitimidad del trabajo forzado en las minas, al fin, representa una defensa argumental de las leyes de Indias que venían siendo generadas por la Corona española, de la que recoge una buena colección de cédulas reales, y era un firme argumento en defensa de los intereses de los más débiles, indios y negros, sin condenar la figura de la encomienda, a la que le asigna un carácter temporal.

La doctrina del probabilismo abarca los principales aspectos de los derechos humanos. Trata de la voluntariedad del trabajo; de las condiciones que debe cumplir el empresario, sentando las bases del Derecho Laboral desarrollado en siglos posteriores, y atiende aspectos como la seguridad e higiene del trabajo, el derecho a un salario justo, el horario y el descanso laboral.

La doctrina del probabilismo no marca actuaciones categóricas ni actuaciones universales, sino que anima a atender las circunstancias que rodean una situación para poder tomar una decisión, buscando el objetivo final del bien común, teniendo como máxima el respeto a los derechos naturales y la obligación que tienen las administraciones públicas de promover el bien moral y la salud espiritual de la población. Así, señala que 


Aunque es verdad que tales indios no pertenecen al gremio de la Iglesia, sin embargo, de ninguna manera pensamos que deben ser privados de su libertad y del dominio perfecto de sus cosas, puesto que son hombres capaces de fe y salvación y no deben ser exterminados bajo una tiránica esclavitud, sino que deben ser invitados a la vida mediante los buenos ejemplos y la predicación...

Y la doctrina sobre la esclavitud negra es específicamente tratada, siendo que con el tiempo tendrá reflejo en el Abate Enrique Grégoire, Obispo de Blois que en 1794 encontró argumentos contra la esclavitud en la legislación española de los siglos XVI y XVII y en la doctrina del probabilismo del padre Diego Avendaño.

La doctrina del probabilismo admite el principio general que permite esclavizar a los cautivos de guerra justa, pero llega a la conclusión que no es posible demostrar que los negros llegados de África en aquellos momentos reuniesen las condiciones exigidas para ser esclavizados, condenando así la trata de esclavos.

Esta doctrina tendría influencia directa; así, si el tráfico de esclavos era en España de carácter testimonial, sin embargo había en América un notable comercio ilegal nutrido por traficantes especialmente británicos, cuyos clientes se encontraban con el hecho de que las leyes les permitían la posesión de esos esclavos, pero al no tener constancia fehaciente de que aquellas personas hubiesen caído en esclavitud por título justo, estaban cayendo en pecado mortal y estaban obligados a manumitir a sus esclavos, quedando manifiesto que la compraventa de seres humanos violaba la justicia social, por lo que éstos entraban de lleno en el estatuto de persona “miserable” lo que jurídicamente reportaba ventajas fiscales, laborales y hasta canónicas.

La doctrina del probabilismo es una prueba irrefutable de la actividad humanista de España, sin parangón en la historia; una prueba más del humanismo cristiano propio de la Monarquía Hispánica, que se mostró de manera firme al menos hasta el año 1700 y perduró con altibajos a lo largo del siglo XVIII, para sucumbir en el siglo XIX al caer definitivamente España en la esclavitud y el colonialismo británico, que ha comportado el olvido de nuestra propia historia, labor a la que la Ilustración se ha dedicado de forma especial, aplicando todos los métodos que ha tenido a su alcance, en especial la destrucción de la obra educativa que durante siglos dio formación latinista a los indios americanos o filipinos.

El abandono del estudio de la lengua latina a lo largo de toda la geografía hispánica no ha sido un atentado menor contra la Hispanidad, ya que su desconocimiento ha relegado al olvido documentos históricos esenciales que, escritos en un claro latín, como el Thesaurus Indicus, son desconocidos por la intelectualidad española.

Es necesario inducir a la población al estudio del latín, con lo que posibilitaremos que las futuras generaciones puedan tener una visión más objetiva y equilibrada de España.



BIBLIOGRAFÍA:

Ballón,  José Carlos. Diego de Avendaño y el probabilismo peruano del siglo XVII. En Internet https://produccioncientificaluz.org/index.php/filosofia/article/view/18166/18155  Visita 24-9-2024

Castañeda Delgado,  Paulino. Diego de Avendaño. En Internet https://dbe.rah.es/biografias/18344/diego-de-avendano  Visita 24-9-2024

Losada, Ángel. El Thesaurus lndicus de Diego de Avendaño. En Internet https://summa.upsa.es/high.raw?id=0000003279&name=00000001.original.pdf Visita 25-9-2024


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