martes, octubre 21, 2025

Pablo Arredondo Acuña


Nacido en Baeza (Jaén) el ocho de enero de 1890 y muerto por la Patria en Marruecos el 19 de noviembre de 1924.


Miembro de una familia con tradición militar, cursó sus estudios en la Academia de Infantería de Toledo, donde 1911 fue promovido a segundo teniente con destino en el Batallón de Cazadores de Barbastro.

Con la firma del tratado de Fez de 14 de noviembre de 1912 se establecía en Marruecos un protectorado francés que abarcaba  415.000 km2 de territorio productivo y España se encargó de lo que le daban: 21.000 km2 de terreno árido, una colonia sobre un mar de piedras y guerreros: el Rif y Yebala. Un regalo envenenado; un colonialismo por rebote, que significaba renunciar a Tánger y que Romanones y Alfonso XIII aceptaron de buen grado.

Esa situación ocasionó la resistencia de las tribus, a las que España opondría el ejército que en 1912 fue denominado Ejército de África, al que acabaría incorporándose el entonces teniente Arredondo.

En mayo de 1913 llegaba a Ceuta con el Batallón de Cazadores de Arapiles nº 9, y el día 30, en la zona de la Yebala destacó la acción del cuerpo de Regulares por el auxilio que prestó al general Primo de Rivera, que estaba al mando de la 1.ª Brigada de Cazadores en la zona.

Sólo un mes después, el 11 de junio, ganaría su primera Cruz de San Fernando en el combate de las lomas de Laucién, cuando al realizar un ataque a la bayoneta al frente de su sección fue herido de bala en una ingle, a pesar de lo cual permaneció firme en su puesto donde afrontó dos nuevos ataques del enemigo dando muestras sobradas de serenidad y arrojo y rechazando varios asaltos a la bayoneta, todo lo cual le reportó la Cruz de San Fernando de primera clase.

Y es que, a pesar de estar literalmente muriéndose, consiguió rechazar al enemigo, reunir lo que quedaba de su sección y marchar con ella hasta Tetuán cargando con un compañero herido al que salvó la vida. La operación acabó costándole literalmente  un riñón. Ya en el hospital escribió a su hermano una carta en la que le pedía tranquilizase a su madre y decía: 

Me han herido de gravedad en la cadera, saliendo la bala por bajo de los riñones, pero estoy tranquilo y contento por haber sabido cumplir con mi deber y permanecer en mi puesto. Puedes estar orgulloso de mí. Prepara a mamá para que no sufra. Pese a que no he hecho nada más que lo que debía, me proponen para la Laureada.

Hasta 1917 estuvo adscrito al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla, tomó parte en ocho acciones de combate y fue recompensado con la Cruz del Mérito Militar con Distintivo Rojo, y ascendido a capitán regresó a la Península donde permaneció hasta 1920, cuando invitado por Millán-Astray, fue conocido como el primer Capitan de la Legión Española.

Lógicamente, Arredondo no pudo negarse a la singular oferta de su jefe en la que le prometía sufrimientos sin fin, primera línea de combate, probablemente la muerte, y la gloria, si acaso era capaz de merecerla.

El siguiente 1 de octubre se incorporaba a la Legión para ocupar el mando de la 1ª Compañía de la 1ª Bandera. En su destino debía crear soldados donde hasta entonces había delincuentes, ex presidiarios y aventureros de varias nacionalidades, y hasta es posible, aunque no hay datos que lo confirmen, que tuviese a su mando a Valentín González “El Campesino”, el asesino que fue general del ejército rojo durante la Guerra de Liberación. 

Y en 1921 tuvo lugar el desastre de Annual. El 22 de julio, Abd-el-krim infligía una severa derrota al ejército español que costó la vida a unos 10.000 soldados españoles. Sería el principio de una escalada de violencia que desembocaría en el desembarco de Alhucemas del 8 de septiembre de 1925.

Pero ese acontecimiento no sería conocido por el capitán Arredondo, que para esa fecha ya había fallecido y padecido graves heridas, como las recibidas en 1921, durante la acometida para  la ocupación de Ait Gaba Salah, que le obligaron a retirarse para librar dos batallas simultáneas: una para resuperarse físicamente, y otra contra la administración, que  pretendía relegarlo al Cuerpo de Inválidos. 

Y es que el 29 de junio de 1921 sufrió una gravísima herida. Cuenta el periodista y legionario  Carlos Micó que cuando ya estaba herido de gravedad en los dos muslos, ordenaba la defensa, manteniéndose en pie hasta que poco antes de ser atendido por los camilleros cayó fulminado al recibir otros dos balazos, y ordenando que no le evacuasen hasta haber batido al enemigo.

Cuando fue recogido horas después, su situación era pésima, siendo necesario su transporte a la península, donde permanecería de baja durante los tres años siguientes, habiendo sufrido secuelas permanentes en sus miembros, quedando totalmente impedido de una pierna.

Pero su espíritu de servicio le impedía ser impedido físico y consiguió disimular ante los tribunales médicos su verdadero estado ayudado por un artefacto ortopédico que lo torturaba, consiguiendo reincorporarse al servicio activo.

El 23 de junio de  1924 se reincorporaba a la Legión, y tomaba parte en el repliegue de la columna del general Julián Serrano, que el 19 de noviembre fue literalmente machacada por las fuerzas rifeñas durante la retirada de Xeruta al Zoco de Arbaa. En esta operación ganaría su segunda Laureada y la Medalla Militar Individual.

Nuevamente herido, siguió alentando a sus legionarios hasta que cayó en combate tras haber facilitado la retirada de una columna de heridos. Gravemente herido en el pecho permaneció en su puesto y se sacrificó por la seguridad de sus subordinados, muchos de los cuales sufrieron el mismo destino. El capitán Arredondo tenía 34 años de edad y su cuerpo nunca fue recuperado.

En 1926 se publicó su ascenso a comandante a título póstumo; en 1927 se le otorgó la Medalla Militar Individual por la acción en la que resultó muerto y se inauguró el monumento erigido por el Ayuntamiento de su ciudad natal; en 1928 le fue concedida la Medalla de Sufrimientos; en 1929 le fue concedida la Cruz por su actuación en el 19 de noviembre de 1924.

El 19 de enero de 1927 le fue erigido en Baeza un monumento con una inscripción que decía: “Al heroico capitán Pablo Arredondo Acuña. Muerto por España en Marruecos el XIX-XI- MCMXXIV”. Este monumento fue destruido por el Frente Popular durante la Guerra de Liberación.



BIBLIOGRAFÍA: 

Isabel Sánchez, José Luis. Pablo Arredondo Acuña. Historia hispánica. En Internet. https://historia-hispanica.rah.es/biografias/3926-pablo-arredondo-acuna Visita 21-10-2025

Merino Laguna, Fco. Miguel. Pablo Arredondo Acuña. En Internet http://www.redjaen.es/francis/?m=c&o=108289 Visita 21-10-2025

Tercios Viejos españoles. Capitán Legionario Pablo Arredondo. En Internet https://asociacionterciosviejos.com/capitan-legionario-pablo-arredondo Visita 21-10-2025



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