Fray Bartolomé de Olmedo
Nació en Olmedo
(Valladolid), hacia 1485 y falleció en
México en 1524.
Mercedario residente en La Española, en 1518 fue a Cuba, donde informó a Hernán Cortés que Diego Velázquez pretendía relevarlo de la expedición que finalmente acabaría conquistando Tenochitlan, donde celebró la primera misa cuando fueron recibidos los españoles por Moctezuma.
Miembro de
la expedición capitaneada por Cortés, se convirtió en una pieza imprescindible de
la misma, tanto por la realización de misiones secretas que le fueron
encomendadas como en el desarrollo de las alianzas con los distintos pueblos
que se fueron sumando a la conquista como ante el propio Moctezuma, y sobre él
recaía la responsabilidad completa de la evangelización.
Contrariamente
a lo llevado a cabo por el otro sacerdote que acompañó la expedición, J. Díaz,
jamás peleó con los indios. Bien al contrario, aprendió rápidamente nahualt, lo
que le sirvió para llevar a cabo su misión evangélica, que inició en la persona
de Malinche, bautizada Marina, y extendió a los naturales con los que
contactaba, destacando entre ellos el propio Moctezuma.
Y es que Fray Bartolomé, como
Cortés, tenía muy claro que no bastaba derrotar a los indios; su misión no era
esa, sino someterlos a la fe. Y a eso se volcó desde el primer momento; primero
con la colaboración de Jerónimo de Aguilar; luego, con la de doña Marina, y
posteriormente de forma autónoma cuando no necesitaba intérpretes. Y todo con
un éxito que se mostraba en la actitud de los naturales, que pedían el
Bautismo. Objetivos que consiguió gracias a su carácter bondadoso que le llevó
a defender siempre los intereses de los menesterosos.
Él fue quién alentó a Cortés en su
afán por alcanzar amistad con quienes combatía, y él fue pieza clave en la
concordia con los tlascaltecas, que acabaría siendo determinante en el buen
resultado de la empresa cortesiana.
Cortés combatía con la espada y con
la palabra, y Fray Bartolomé, con la palabra allanaba el camino para la
concordia; esa simbiosis de actuaciones obtuvo sus frutos en los siguientes
meses.
Pero también actuó en el campo diplomático, siendo
intermediario entre Cortés y Narváez, y en 1524, cuando murió, estaba
encargado del Hospital de Jesús, de México.
El “padre fray Bartolomé de Olmedo”, “fray
Bartolomé de Olmedo”, “el Padre de la Merced”, “nuestro padre de la merced”,
“fraile de la Merced”, “nuestro fraile de la Merced”, “nuestro fraile”,
“nuestro religioso”, y “fraile”, términos con los que es señalado, fue sin
lugar a dudas un elemento esencial para tratar los asuntos delicados, entre los
que estuvo la negociación con Narváez; la embajada ante Moctezuma previa a la
toma de Tenochitlan, y la intercesión entre éste y Cortés cuando las tensiones
entre ambos desembocaron en el apresamiento del uei tlatoani.
Estando preso Moctezuma, Fray
Bartolomé aprovechó para catequizarlo. Dice Bernal Díaz del Castillo, que
cierto día, cuando el fraile le hablaba de la creación del mundo y de la
redención de Cristo, Moctezuma le respondió que él no dejaría a sus dioses. Sin
embargo le permitió abrir una Iglesia en el Palacio donde se hospedaba Cortés, para
lo que le envío materiales de construcción y obreros que en breves días
terminaron el encargo. En esta Iglesia dedicada seguramente a la Virgen de la
Merced, se dijo la primera Misa solemne en México.
En
ese periodo llegó a trabar amistad personal con el gran Emperador, a quién
acompañaba en sus salidas, en una de las cuales, cuando fue al templo para
hacer sacrificios a sus dioses, encontró a cuatro indios despedazados sobre el
ara del templo. El Mercedario le reprendió y les habló del sacrificio
cristiano, ante cuya explicación se conmovió Moctezuma, que permitió la
instalación de una imagen de la Virgen en el lugar.
Sus
actuaciones se contaban por éxitos, destacando, junto a los éxitos militares y
políticos de Cortés, los éxitos misionales de Fray Bartolomé en Cempoal,
Jalapa, Socochima, Cholula, Mezquique, Iztapalapa, Cuyoacán, México, Cozumel,
Tabasco y Tlaxcala.
Siendo que
las condiciones de la marcha y el número de soldados no permitían la
permanencia en los lugares sometidos, Fray Bartolomé dejaba siempre una cruz y
un altar con una imagen de María, convirtiendo en Iglesia incluso el Adoratorio
Principal, y evitó, allí donde pudo, la destrucción precipitada de los ídolos
de los nativos, algo a lo que era proclive Cortés, que fue amonestado por el
fraile, quién le señaló que no era positivo hacer tales cosas, sino dar tiempo
a la evangelización.
Su buena
actuación se reflejó en multitud de situaciones, siendo que logró que se
bautizara más de un cacique in articulo mortis.
Fue así
decisiva su participación, y su doctrina se anticipó, en la defensa de los
indios, en todos los aspectos, a quién de forma absolutamente discutible fue
nombrado defensor universal del indio, fray Bartolomé de las Casas, personaje
más que cuestionable en toda su actuación.
En sus actuaciones diplomáticas
destaca el encargo del encuentro con Narváez, ante quién se presentó con un
soldado de Cortés.
Si era un buen predicador, también
era un astuto diplomático. Excusado por el cansancio del viaje solicitó que la
entrevista tuviese lugar el siguiente día, aprovechando la noche para convocar
a los principales caballeros, a quienes convenció para que apoyasen a Cortés.
Y cuando
el 30 de junio de 1520 Moctezuma fue herido de muerte cuando pedía calma a su
pueblo, Fray
Bartolomé no pensó más que en salvarle para la eternidad. Permaneció a su lado
hasta que finalmente falleció instándole al bautismo.
Moctezuma, desesperado, no consintió
que le curaran las heridas; pedía a voces la muerte, mientras Fray Bartolomé le
hablaba de los consuelos del cielo.
Dicen algunos presentes que
finalmente fue bautizado bajo el padrinazgo de Hernán Cortés, Pedro de Alvarado
y Cristóbal Olid, pero no han trascendido datos fehacientes de ese hecho.
Tras la noche triste, cuando se le
dio por muerto, se incorporó al ejército de Cortés y el 13 de agosto de 1521
entraba en el Tenochitlan derruido, cuya reconstrucción comenzó de inmediato,
siendo que, a instancias de Fray Bartolomé, se abordó con carácter prioritario
la construcción del magnífico Hospital de Nuestra Señora de la Concepción que
luego se llamó de Jesús de Nazareno.
BIBLIOGRAFÍA:
Romero, Francisco. DE
LA TIERRA Y DEL CIELO FRAY BARTOLOM E DE OLMEDO. En Internet https://files.core.ac.uk/pdf/1153/71515079.pdf
Visita 1-4-2023
Vázquez Fernández, Luis OdeM.
Bartolomé de Olmedo. En Internet https://dbe.rah.es/biografias/13643/bartolome-de-olmedo Visita 1-4-2023
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