sábado, diciembre 05, 2015

LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA EN EL ISLAM


Cesáreo Jarabo Jordán
pensahispa@gmail.com


Participación política según el artículo 23 de la declaración de los derechos humanos en el islam, proclamados en El Cairo por la Conferencia Islámica celebrada del 31-7 al 5-8 de 1990:
Artículo 19d: No hay crimen ni castigo sino según los preceptos de la sharia.
Artículo 23-b: Todo ser humano tiene derecho a participar directa o indirectamente en los asuntos políticos de su país, así como el derecho a asumir funciones políticas según estipulen los preceptos de la sharia.

Artículo 24.- Todos los derechos y deberes estipulados están sujetos a los preceptos de la sharia.

Art. 25.- Idem
Etc.
Si tuviésemos que hablar del pensamiento político en los Evangelios, acabaríamos hablando de extremos cuya referencia a los Evangelios sería colateral, y ello estaría basado en los mismos Evangelios, ya que Jesucristo nos manifiesta que hay que dar a Dios lo que es de Dios y al César  lo que es del César. 
Mientras el cristianismo sólo exige coherencia a los cristianos a la hora de conformar su pensamiento político, y sólo exige la salvaguarda de los principios teológicos (y humanistas) que emanan de la doctrina y que coinciden con el derecho natural, y da libertad en cuanto a todo lo demás, pretender buscar en el Islam algo similar es tarea condenada al fracaso.
Encontrar en el islam una  expresión que quiera parecerse, aunque sea de muy lejos a lo que encierra la sentencia de Nuestro Señor, es tarea harto complicada, porque si bien es cierto que el cristianismo pone a Dios como cima de todas las cosas, no es desdeñable en absoluto el camino que nos marca Jesucristo en lo relativo a las cosas terrenas, y en concreto a las cosas políticas. 
En base a esa premisa, queda manifiesto que  cada miembro de la sociedad tiene un conjunto de opiniones y de actuaciones que no tienen por qué interferir con Dios. Son cuestiones de cada quién. 
Con el Islam no sucede lo mismo. En principio no parece que en el Islam se reproduzca ese mismo precepto de independencia, donde todo está férreamente supeditado a lo dictado en el Corán; con una particularidad: Es francamente difícil separar en el Islam los derechos civiles de los derechos religiosos, ya que los derechos de cualquier miembro de la sociedad civil no son iguales a los demás, sobre todo si se trata de un no islamista.
Sin embargo, algo llevan por delante los islamistas sobre los cristianos: No secularizan la religión, sino que impregnan con su fe el orden social. El Islam se mantiene como orden de vida, mientras los cristianos somos incapaces de hacer lo propio con el cristianismo, siendo que el cristianismo da libertad absoluta mientras que en el islam todo es esclavitud; todo está regulado bajo las leyes del Corán y de la sharia (que está compuesta por el corán y la Sunna del profeta), que controlan hasta lo más nimio, hasta aspectos de higiene o de mal gusto… y en esos casos no siempre imponiendo lo que podemos entender como más correcto.
En el Islam, lo que podríamos entender como parlamentarios está reservado a los “ulemas”, y los ulemas son personas poseedoras de conocimiento de la ley. Bajo este concepto, hay pensadores musulmanes que defienden que un físico, un químico, un economista… son ulemas, y como tales, dotados para conformar algo que podemos entender como parlamento… siempre y cuando se muestre sometido a la sharia.
No seré yo quién critique que los aspectos políticos deban someterse a los aspectos morales. Hay que dar a Dios lo que es de Dios, y en eso, personalmente, tengo plena coincidencia con la teoría del islam… 
Pero es que, además, hay conceptos como el referido de dar al César lo que es del César, que quedan reiteradamente suprimidos, y con ellos el menor atisbo de autonomía personal, y ahí, como cristiano, me rebelo. Así, si no es reprobable que el Corán anime a comer con moderación (Sura 7: aleya 31) o a guardar la buena apariencia (7:32), también las tradiciones del profeta señalan otros aspectos menos comprensibles como  “que un creyente fuerte es más amado por Alá que un creyente débil” (Tradiciones del profeta o “Hadiz” relatado por Muslim, Ahmad, Ibn Mayah y Al Baihaqui), y señala obligaciones que entran más en el ámbito de la autonomía personal, como el baño corporal, que es obligatorio al asistir a las oraciones de los viernes (“Hadiz” transmitido por Bujari.) así como el uso de perfume, cortarse las uñas, afeitarse el pubis y depilarse las axilas (“Hadiz” relatado por Bujari y Muslim), o no recriminar a nadie porque se lance una ventosidad...
Y es que los “Hadiz” tienen gran importancia, porque hay cuestiones que no quedan reflejadas en el Corán, y que sin embargo son tenidas en cuenta para la ley islámica porque han sido transmitidas como tradiciones del profeta; cuestiones sobre las que Mahoma actuó u opinó de forma tácita. Para dar valor a estos “Hadiz”,que alcanzan valor de ley, se recurre a quienes los han relatado. Cuanto mayor sea la lista, mejor.
El Islam es meticuloso en asuntos que nos pueden llegar a parecer extremadamente curiosos, pero es que, según el Islam, el hombre debe someterse completamente a la voluntad de Dios. Por eso Islam significa “someterse” y sus devotos, los musulmanes, son “aquellos que se someten”. Pero… ¿Es realmente por eso?, porque como cristianos debemos estar totalmente de acuerdo con la idea de someterse completamente a la voluntad de Dios… Y sin embargo, el cristianismo no hace especial hincapié en el concepto de sometimiento, sino más bien en el de filiación, dando lugar a la autonomía. Ahí, parece, radica el principio diferencial entre una ideología sincretista como la musulmana y una religión como la cristiana.
Y es que, si algo destaca en el Corán es el concepto de sometimiento, manifiesto en afirmaciones como la siguiente “Y entre Sus signos está el haberos creado esposas nacidas entre vosotros, para que os sirvan de quietud”, si bien también anima al hombre a ser afectuoso y bondadoso. Corán Sura  30:21; en concreto es obligatorio que el hombre mantenga a su esposa y a sus hijos, proporcionando alimento, vestido y vivienda; es su protector y debe darle buen trato…. Prácticamente el musulmán está obligado a dar a su mujer y a sus hijos el mismo trato que a los animales de carga.
Sometimiento que se representa, lógicamente, hasta en el último eslabón social.  Según la tradición islámica (o hadiz) dijo Mahoma que el mejor consuelo en este mundo es una mujer piadosa,[82] por lo tanto debe mostrar respeto y obediencia siempre que no sea pecado; no le está permitido admitir la entrada en la casa a alguien que desagrade a su marido, obedecer a alguien en contra de éste y acudir a su lecho cuando éste la requiera.[83]
A los ojos de una mente occidental y cristiana, este asunto chirría, puesto que, si por un lado es cierto que para un hombre occidental y cristiano el mejor consuelo es una mujer piadosa, no es menos cierto que para una mujer occidental y cristiana el mejor consuelo es un hombre piadoso; por supuesto, para personas occidentales y cristianas, el respeto también debe ser mutuo, y la obediencia, ¡por qué no!, también mutua para aquellas cuestiones que uno domine mejor que el otro.
Otro asunto que también chirría es que, siendo aceptable de todo punto la idea de no admitir la entrada en la casa de alguien que desagrade al marido, nada diga de hacer lo mismo con alguien que desagrade a la esposa… Y no hablemos ya de la obligación que tiene la mujer de acudir al lecho cuando sea requerida, sin tener en cuenta su libre voluntad.
Y volviendo al tema de los hijos, éstos tienen el deber de fidelidad y obediencia a los padres que sólo cesa en el caso de que estos quisieran alejar a sus hijos de la fe musulmana.
No obstante, debemos convenir que, aunque observemos en el Corán el más puro y duro sometimiento, no por ello vamos a encontrar permanentemente consejos perversos. En absoluto. Hay consejos que son positivos, y no son pocos. Debemos convenir que, en definitiva, la voluntad manifiesta es el bien. Otra cosa es que los caminos que se marcan para el bien sean exactamente los que corresponde a una mente libre.
Si hemos dado una pincelada en lo relativo a la relación de familia, en cuanto a la relación con los vecinos, el Corán prescribe continuamente tratarlos bien,[86] y prohíbe incomodarlos o perjudicarlos,[87] comer hasta saciarse mientras el vecino tiene hambre,[88] y cuenta la tradición que Mahoma dijo que aquél cuyo vecino no esté a salvo de su maldad no entrará al Paraíso.[80
Debemos convenir que los mandatos del Corán en este sentido son positivos, y en algún punto encomiables, como la citada prohibición de saciarse mientras el vecino tiene hambre.
Al intentar profundizar en el asunto titular de esta exposición nos encontramos con que algunos eruditos musulmanes dicen que una nación islámica se basa en cuatro pilares:[53]  La ley de Ala, la Ciudadanía, el Territorio y la Autoridad.
Veamos cómo se desarrolla cada uno de estos aspectos:
La ley de Alá, es una legislación que caracteriza a la nación islámica y el Corán ordena que se juzgue con ella.,[54] De la misma manera reprende a quien no legisle con ella describiéndolo como  impío,[55] perverso[56] o infiel.[57]
Pero hay que ver qué entiende el Islam por “piedad”, siendo que la ley abarca todos los aspectos de la vida; desde las cuestiones económicas hasta las cuestiones penales, y tiene una fuerte base en la ley del talión. Así, la sura 5 aleya 45 reza:  “Les hemos prescrito en ella: «Vida por vida, ojo por ojo, nariz por nariz, oreja por oreja, diente por diente y la ley del talión por las heridas». Y si uno renuncia a ello, le servirá de expiación“.
Algunos de los delitos que son castigados con la muerte en aplicación de la sharia (o camino al manantial) son: violación de niños, (la violación de mujeres es de probanza casi imposible, y quien termina ejecutada suele ser la mujer violada por adulterio), brujería, tráfico de drogas, asalto a mano armada y homosexualidad.
Ordena flagelación contra el fornicador y la fornicadora (sin distinción) (sura 24 aleya 2ª). Y sentencia que el fornicador no podrá casarse más que con una fornicadora o con una asociadora.1 La fornicadora no podrá casarse más que con un fornicador o con un asociador. (sura 24 aleya 3)
En la sura 24 aleya 4ª ordena el castigo de  quienes difamen a las mujeres honestas sin poder presentar cuatro testigos. No obstante, el testimonio de un hombre equivale al testimonio de dos mujeres. Además, la supeditación de la mujer queda manifiesta nuevamente en la aleya 6, donde afirma que quienes difamen a sus propias esposas sin poder presentar a más testigos que a sí mismos, deberán testificar jurando por Alá cuatro veces que dicen la verdad. Evidentemente, la mujer, aunque jure cuarenta veces, y aunque aporte testigos, no le resultan válidos.
Eso sí, en la aleya 8 de la misma sura se da a la mujer una vía de escape al castigo si jura por Alá cuatro veces que el esposo miente. Y en la Aleya 23 lanza una maldición a quienes difamen a las mujeres honestas. 
Pero la sharia no se limita a las relaciones personales. Y es que el Islam, como el cristianismo, es una religión total, que pretende estar en todos los ámbitos de la vida; por lo mismo no entienden que se pueda separar la religión de la economía , y como el cristianismo, no prohíbe que la sociedad crezca económicamente, todo lo contrario, promueve que haya un desarrollo económico igualitario y justo para todo; por ello, establece como principio básico en las transacciones que se realizan entre la gente, el Iman (la fe), la Taqwa (el temor a Alá, la complacencia de Alá) y la moral, aspectos sobre los que debe prosperar todo sistema económico y financiero.
Estos principios pueden coincidir con los principios cristianos, incluso el Corán se manifiesta abiertamente contrario al préstamo con intereses (2:275) (30:39)
Pero al fin estos aspectos, que son importantes, acaban teniendo una importancia menor ante otras cuestiones que prevalecen; por ejemplo, en la aleya 19 se marca algo preocupante, cuando menos: “Quienes deseen que se extienda la torpeza entre los creyentes, tendrán un castigo doloroso en la vida de acá y en la otra. Alá sabe, mientras que vosotros no sabéis.”
¿Y qué es la torpeza? Ahí estriba el asunto de la cuestión, porque el castigo doloroso será infligido sobre quienes sean torpes, y son torpes, sobre todo… los infieles…, pero no sólo los infieles.
Dejamos por el momento el primero de los pilares de la nación islámica, o lo que puede ser lo mismo, del pensamiento político islámico.
Pasemos pues al segundo pilar.

La ciudadanía: 
La sharia, o ley de Alá señala que los ciudadanos deben ser musulmanes, aunque también pueden ser no musulmanes. Esta aceptación es una muestra de benevolencia; no es el reconocimiento de ningún derecho, sino la concesión de un privilegio cargado de cortapisas.
En el caso de los ciudadanos no musulmanes, manifiestamente ciudadanos de tercera categoría, se dividen en dos tipos: Ahlu-dimah y musta´minun. Los  Ahlu-dimah son los judíos y cristianos que acceden a  un acuerdo con el gobierno para que su religión no sea perseguida a sangre y fuego (la sharia, al respecto habla de protección de la religión) y sus bienes no sean incautados; entre sus obligaciones está el pagar la "yizia", no vender cosas prohibidas en el islam y no prohibir que si alguien de sus familiares quisiera convertirse al islam lo haga. Por su parte tienen prohibido hacer acólitos, y la apostasía del islam está sancionada con la muerte (Sura XVI, 106) .  Por su parte, los musta´minun son de cuatro tipos: mensajeros, comerciantes, arrendatarios y turistas o quienes tienen alguna necesidad en la nación; no tienen la obligación de pagar la "yizia" debido a que residen en el territorio sólo por un tiempo determinado, y por supuesto no pueden dar ninguna muestra externa de pertenencia a otra religión que no sea el Islam.
El tercer pilar es el Territorio: es donde vive la ciudadanía; los alfaquíes dividen los territorios en dos: territorio islámico y territorio no islámico. 
En el territorio islámico será de aplicación la sharia, y en territorio no islámico, los islamistas deberán seguir las instrucciones emanadas del Corán: “Que no tomen los creyentes como amigos a los infieles” (3:28) (4:144). Y más “Los infieles son para vosotros un enemigo declarado” (4:101) Y más: “para los infieles tenemos preparado un castigo humillante” (2:90) ideas idénticas: (2:104) (4:151) (1:161) (9:3) (39:71) (41:27) (41:50) (42:26) (48:25) (58:4)(58:5) (67:29) ¡Que no crean los infieles que van a escapar! ¡No podrán! (8:59). Combate contra los infieles (9:73) (9:123) No obedezcas, pues, a los infieles y lucha esforzadamente contra ellos (25:52) (33:1) (33:48) Cuando sostengáis, pues, un encuentro con los infieles, descargad los golpes en el cuello hasta someterlos. Entonces, atadlos fuertemente. Luego, devolvedles la libertad, de gracia o mediante rescate, para que cese la guerra (47:4) ¡Combate contra los infieles y los hipócritas! ¡Muéstrate duro con ellos! (66:9) Para los infieles hemos preparado cadenas, argollas y fuego de gehena. (76:4) Ese día, los creyentes se reirán de los infieles (83:34)
La relación de aleyas es de aquellas que el Corán indica una acción concreta; una orden de actuar a los musulmanes. Hay muchas más referencias condenatorias, vejatorias y demostrativas de odio; literalmente demostrativas del odio que lleva implícito el Corán; odio que con esa misma palabra es manifestado de manera reiterada como sentimiento de Alá en concreto hacia los infieles.
No es que los infieles se encuentren discriminados políticamente de los fieles; es otra cosa.
El cuarto pilar es la autoridad. En cuanto al asunto de la autoridad se adopta un concepto más cercano a la aristocracia que a la democracia, aunque con el añadido del sometimiento absoluto, la figura del mandatario, y desde los concepto clásicos, el sistema de gobierno más que aristocrático bien puede entenderse como tiránico. 
Históricamente, tras la muerte de Mahoma el 8 de Junio del año 632, En el territorio islámico, es  nombrado califa Abu Bakr y a la muerte de éste, en 634 es nombrado Umar, que junto a su sucesor Utman constituyen el grupo de califas ortodoxos, y es a ellos, al emir y al  imam a quién debe obedecer el pueblo musulmán; el Corán encomienda que se les obedezca,[58] siempre y cuando no contradigan las leyes del islam. Así, la sura 4, aleya 59 señala: “¡Creyentes! Obedeced a Alá, obedeced al Enviado y a aquéllos de vosotros que tengan autoridad. Y, si discutís por  algo, referidlo a Alá y al Enviado, si es que creéis en Alá y en el último Día. Es lo mejor y la solución más apropiada.”
La forma en que son elegidos son tres: por consulta o elecciones entre los eruditos de la ley (de ahí mi afirmación primera de gobierno aristocrático), si bien la costumbre es que  el emir elige a su sucesor, o a través de un golpe de Estado, y estas son las formas históricas más asentadas (motivo por el que señalo que es tiranía). 
La autoridad político-religiosa máxima en el islam es el califa, elegido entre los creyentes. El último califato, el otomano, desapareció en 1924. En segundo lugar se sitúan los emires, que son los distintos príncipes islamistas (pensemos en los emiratos árabes), y a continuación le siguen el jeque, que es un título aplicado a líderes religiosos o políticos a nivel local , el alcalde y el imán, que en principìo puede ser cualquiera que dirija bien la oración, y que lo será sólo mientras dirija la oración, aunque en la práctica no es exactamente así. En la mente de todos está la existencia de Imanes que se han significado en otro sentido; de hecho, para los chiíes, el Iman sí es un personaje dirigente, un guía religioso que generalmente es nombrado por la propia comunidad. Existe de todos modos una serie de sabios, los ulama y alfaquíes, que tienen el mismo tipo de autoridad social y religiosa que el clero en otras religiones.
¿Y dónde queda la “Consulta” que últimamente es destacada por algunos?. Respecto a este asunto la Sura 42 aleya 38 dice: Escuchan a su Señor, hacen la azalá, se consultan mutuamente… Pero así como otras cuestiones son remarcadas en el Corán hasta en centenares de ocasiones, ésta tiene sólo esta única referencia. 

Sí, una única referencia en el Corán. No obstante es digna de ser tenida en cuenta por la importancia que la misma está teniendo en los últimos tiempos. Es en esta única referencia en la que se basan los “hermanos musulmanes” para decidir que un gobierno islámico es una democracia representativa  limitada por la “sharia”2. Pero es el caso que aplican condiciones sumamente interesantes, como es el hecho de que las campañas no las puede dirigir cada candidato, sino que son expuestas por un ente neutral, lo cual garantiza igualar las posibilidades de los candidatos, a quienes se les exige integridad moral (integridad moral musulmana, por supuesto). Pero es la forma la que quiero reseñar como novedosa.

Cuatro pilares de representación, que, en principio, parecen de una lógica más aceptable que otros conceptos representativos que se nos presentan como inamovibles.
Pero sigue resultando difícil determinar estrictamente un pensamiento político, porque al fin y al cabo, El Corán es el producto literario de una mente no cultivada en exceso; de una persona implicada directísimamente en luchas armadas tribales, sangrientas, vengativas, en no pocas ocasiones profundamente injustas y cargadas de odio.
Mahoma no conoció otra estructura social que la de la tribu; el pensamiento político, así, se enmarcaba estrictamente en el concepto de tribu, y por supuesto, si Mahoma acabó siendo la cabeza visible de un gran y terrorífico imperio fue gracias a varias cuestiones: 
La estructura mental de un pueblo acostumbrado al sometimiento.
La extrema violencia aplicada sobre quién no se sometía.
Los éxitos obtenidos en sus razzias militares
Así, la religión que inventó acabó siendo impuesta tan sólo porque se había hecho temer, y como consecuencia, el Corán parece encajar más en la concepción estrictamente política que en cualquier concepción religiosa. Y en una concepción de política estrictamente tribal, que en ocasiones guarda cierta compostura y humanidad, pero en muchas ocasiones muestra crueldad, rencor, venganza, engaño, asesinato.
A los oídos occidentales suena muy fuerte la última aseveración, pero para corroborar lo afirmado no hace falta otra cosa que acudir a la lectura del Corán y la Sunna. Así, la sura 3, aleya  169 dice “Y no penséis que quienes han caído por Alá hayan muerto. ¡Al contrario! Están vivos y sustentados junto a su Señor. 3:170 Contentos por el favor que Alá les ha hecho y alegres por quienes aún no les han seguido, porque no tienen que temer y no estarán tristes, 3:171Alegres por una gracia y favor de Alá y porque Alá no deja de remunerar a los creyentes.3:172A quienes escucharon a Alá y al Enviado, luego de la herida recibida, a quienes, entre ellos, hicieron el bien y temieron a Alá, se les reserva una magnífica recompensa”.
Es una clara llamada al atentado personal, con premio celestial para el que se inmola. Una clara llamada al terrorismo. Una llamada al asesinato que se realiza a lo largo del Corán; así, en la sura 5:33 Retribución de quienes hacen la guerra a Alá y a Su Enviado y se dan a corromper en la tierra: serán muertos sin piedad, o crucificados, o amputados de manos y pies opuestos, o desterrados del país. Sufrirán ignominia en la vida de acá y terrible castigo en la otra., y en la Sura 8:12: ¡Cortadles del cuello, pegadles en todos los dedos!»… y en la Sura 47:4 Cuando sostengáis, pues, un encuentro con los infieles, descargad los golpes en el cuello hasta someterlos. Entonces, atadlos fuertemente. Luego, devolvedles la libertad, de gracia o mediante rescate, para que cese la guerra.
Y sólo un  ejemplo más: Sura 9:5 Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los asociadores (los idólatras, los cristianos)3 dondequiera que les encontréis. ¡Capturadles! ¡Sitiadles! ¡Tendedles emboscadas por todas partes!
No es que no haya más ejemplos; es que resulta tedioso continuar con ellos. Pasemos a ver el ejemplo, no ya literario, sino físico de Mahoma: Resulta que, tras la batalla de Badr, donde se produjo tal matanza que el propio Mahoma tuvo que intervenir a fin y efecto de que la misma no le impidiese hacerse con esclavos, manifestó su deseo de que lo librasen de Asmä bint Marwan que componía versos que le desagradaban. Un acólito se encargó de asesinarla y no dudó en presentarse ante su amo  para comunicárselo, a lo que Mahoma le respondió: <¡Tú has ayudado a Alá y a su Enviado, oh Omayr>". 
Más ejemplos singulares han pasado a la historia, como el asesinado del poeta Abú Àfak o el de Kaab ibn 'Áshraf que fueron condenados a muerte por Mahoma por haber manifestado diferencia de criterio. La biografía que de Mahoma escribió Ibn Is´háq, trata ampliamente las campañas y expediciones de los musulmanes en la época del profeta. Entre las expediciones cuenta numerosos asesinatos políticos. 
Eso es la génesis de la doctrina musulmana. Más adelante, en el siglo VIII, los califas abasíes harían de Mahoma un profeta rodeado de toda perfección y convirtiendo su violencia en mística religiosa.
Y pensamos… ¿No hablábamos del pensamiento político en el Corán?  Seguimos.
Mahoma, a los 49 años, casó con una niña de 6 años, a la que respetó… hasta que cumplió nueve… y para celebrarlo realizó la Hégira, por la cual acaba controlando la ciudad de Medina. 
Analizando más aspectos del Islam podemos descubrir algunas otras diferencias sustanciales con la concepción cristiana de la vida.
Ya hemos señalado alguna diferencia en el trato de la mujer… y de los hijos... y de los enemigos… y de…
¿Y de la esclavitud?, ¿qué opina el Corán sobre la esclavitud?
El Corán asume como un hecho normal la esclavitud, si bien ordena tratar con humanidad a los esclavos. En ese aspecto, todo parece semejante al derecho romano, y si fuese así, debemos reconocer que, en algunos aspectos, llevarían ventaja a las relaciones laborales existentes en el mundo liberal capitalista, con los sindicatos incluidos. Pero no vamos a introducirnos en este tema, que daría para largas disputas.
Lo importante en el islam es la concepción de la esclavitud, que a pesar de lo expresado habría que compararla con la concepción de la esclavitud en el Imperio Romano, aspecto que tampoco vamos a abordar en este momento.
Pero para ubicarse en estos conceptos dentro del ámbito islámico, podemos preguntarnos si, por ejemplo entenderíamos que Cristóbal Colón o Hernán Cortés, por poner dos ejemplos, hubiesen actuado como esclavos de un señor determinado, llámese Reyes Católicos, llámese Carlos I, o llámese como se llame. Si no tuviésemos capacidad para entender ese extremo, entonces, difícilmente seríamos capaces de comprender la concepción islámica a este respecto; al respecto de la esclavitud.
Y me temo que es el caso. Porque, por poner un ejemplo, Tárik, el artífice de la conquista de España, no era sino un esclavo de Muza Ibn Nusair. Un  esclavo que acabó traicionándolo y que no acabó siendo castigado por su amo gracias a que el califa Sulayman le privó de ese derecho como consecuencia de que a su vez él le perdonó la vida.
Pero la esclavitud… ¿qué límite tiene la esclavitud?, ¿puede la mujer considerarse libre en el Islam? «Vuestras mujeres son un campo para vosotros. Id a ellas como os parezca», dice en el sura 2, v. 223. El hombre puede forzarla a obedecer, puede mandarle e incluso puede pegarle (sura 4, v. 38/34)… Y puede repudiarla, mientras ella no; ya hemos visto que el testimonio de la mujer vale exactamente la mitad del hombre, y en las herencias pasa otro tanto…. 
Pero hay más… La mujer no puede orar cuando tiene la menstruación, y siempre lo hará totalmente tapada. La mujer no tiene obligación de acudir a la mezquita, y cuando lo hace se queda detrás de los hombres.
A la hora de rezar la mujer debe hablar en tono más bajo que el hombre, y se situará detrás de él.
Y aún así, el Islam representa una ventaja jurídica para la mujer árabe.
Para finalizar: Pensamiento político es todo el Corán, ya que difícilmente puede ser considerado religioso un texto que destila odio y más parece un tratado de terrorismo que una doctrina religiosa. Cierto es que a lo largo de la obra, que tiene un total de 127136 palabras se cita 1650 veces a Alá; 104 veces la palabra “dios”…y 167 veces la palabra “perdón”… pero relativa a la negación del mismo se repite hasta en 19 ocasiones, siendo la reiteración de ideas, en ocasiones hasta con las mismas palabras, en torno a cincuenta.
Es de señalar que en los textos cristianos que he utilizado, compuestos por cinco autores (los cuatro evangelistas y San  Pablo), en un texto que consta de 128827 palabras, el nombre de Dios es citado en su conjunto, en 958 ocasiones. Me permito al respecto recordar el segundo mandamiento de la ley de Dios.
Como última muestra, consideremos la Sura 9 Aleya 80: Da lo mismo que pidas o no que se les perdone. Aunque lo pidieras setenta veces, Alá no les perdonaría, porque no han creído en Alá y en Su Enviado. Alá no dirige al pueblo perverso. (De remarcar es la cifra que da de setenta veces que se pida perdón y que Alá no perdonará. Recordemos que Jesús dice que hay que perdonar no ya siete veces, sino setenta veces siete),
Podríamos seguir desmenuzando el texto del Corán, y personalmente aconsejo que se haga a nivel individual. Es francamente aleccionador, y lamentablemente, la gente no lee, cuando el peor enemigo que puede encontrar el Corán es, precisamente, que sea leído.
Con ese consejo, les cedo la palabra.


























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La Sharia es “el camino al manantial”
LO PROHIBIDO EN LA SHARIA “

Estas son algunas de las cosas prohibidas en el Islam, de las cuales la persona debe alejarse e intentar no hacerlas.
 
 
Creencia (Aquida)
 
·       Shirkh: Politeísmo.
·       Visitar a los magos y creerles.
·       Sacrificar, por ejemplo, al Jinn (Genios).
·       Creer en la magia (por ejemplo: Separa a una pareja, es decir, al marido de su esposa o viceversa).
·       Pensar en como es Allah, por el contrario hay que pensar en Su Creación.
·       Decir que un musulmán es Kafir (infiel) sin pruebas.
·       Ser pesimista.
·       Viajar a un lugar para la adoración, excepto:
·       Al Masjid Alharam (La Sagrada Gran Mezquita de Meca).
·       Masjid Annabiy (la Sagrada Mezquita del Profeta)
·       Al Masjid Al Aksa (la Mezquita del Domo de la Roca)
 
·       Insultar a los Sahaba (Compañeros del Profeta)
·       Sentarse con personas que hablen mal del Coran.
·       Insultar a la Aliha (dioses) de los Kufar (infieles) si esto les empujara a insultar a Allah
·       Autorizar algo que prohibió Allah, o por el contrario, prohibir algo que autorizó.
·       Jurar por hijos, padres, etc.
·       Decir MaSha Allah wa chiit (Si Dios quiere y tu). Hay que decir: MaSha Allah tumma chiit (Si Dios quiere, luego tu).
  
Pureza (Tahara)
 
·       Orinar en agua estancada.
·       Hacer las necesidades en la calle y con dirección a la Kibbla (algunos eruditos exceptuaron el hacerlo dentro de las construcciones).
·       Limpiar con la mano derecha después de orinar y hacer necesidades.
·       Tocar o llevar el pene con la mano derecha en el momento de orinar.
 
Oración (Salat)
 
·       Hacer la oración en el momento de la salida del sol o en el momento de su puesta.
·       Hacer una oración después del “Sobh”hasta que salga el sol y después del “Asr” hasta que se ponga. Hablamos aquí del Nafila (oración no obligatoria) que no tiene causa, pero la que tiene causa como los dos Rakaat de Tahiat Al Masjid, esta si se puede hacer.
 
·       Dejar lasa casa como tumbas (sin hacer oración), sino que hay que hacer “Nawafil”, esto es para las personas que hacen oraciones obligatorias en la Mezquita.
 
·       Hacer una oración obligatoria tras otra obligatoria sin separarlas con mención o Tasbih (alabanza).
·       Hacer una oración después del Adan de “Fajr” que no sea la oración del “Fajr”.
·       Adelantarse al Imam en la oración (hacer los movimientos antes que el).
·       Ver al cielo en el momento de la oración.
·       Leer el Coran en el Suyud, pero si se pueden hacer ruegos (Dua) del Coran.
·       Hacer la oración con los hombros desnudos
·       Hacer la oración en el momento de una comida, deseándola.
·       Hacer la oración teniendo necesidad de orinar, sacar gases o necesidades.
·       Hacer la oración en las tumbas y en los baños.
·       Tapar la boca en la oración
·       Hacer la oración en voz alta porque esto causa daño a los musulmanes que hacen la oración cerca.
·       Seguir haciendo la oración “Nafila” en la noche si la persona tiene sueño, sino que tiene que dormir y despertarse después para hacerla.
·       Hacer la oración toda la noche, sobre todo si la persona lo hace siempre.
·       Bostezar durante la oración
·       Repetir la oración correcta (eso es bueno para la gente que tiene susurro).
·       Salir de la oración si la persona tiene duda si saco gases o no, no sale hasta que no escuche el sonido del gas o lo huela.
 
·       Jugar con algo o hablar durante el Hutba (sermón del viernes).
·       Juntar las piernas al vientre y apretarlas con la tela o con las manos durante el Hutba.
·       Hacer la oración de “Nafila” en el tiempo del “Iqama” de la oración de “Farida”.
·       Pasar delante de una persona que hace la oración.
·       Escupir al hacer la oración hacia la Kibbla o a la derecha, sino que se escupe hacia la izquierda o bajo el pie izquierdo.
 
·       Poner los zapatos a la derecha o a la izquierda para no dañar a las personas que hacen la oración cerca, sino que se deben poner en medio de los pies.
·       Ser Imam de una persona en su casa, excepto si ella lo autoriza.
·       Ser Imam de la gente que te rechaza.
 
Mezquitas (Masjid)
 
·       Salir de la mezquita después del Adan y antes de la oración.
·       Sentarse al entrar a la Mezquita antes de hacer los dos Rakaat de “Tahiat al Masjid”.
·       Marchar rápidamente después del Iqama de la oración, sino que hay que marchar tranquilamente.
·       Ir a la mezquita después de comer cebolla, ajo o cualquier cosa que tenga mal olor.
·       Prohibir a la mujer ir a la mezquita sí ella acepta las condiciones religiosas.
 
Funerales
 
·       Construir sobre las tumbas
·       Sentarse sobre las tumbas
·       Hacer la oración en las tumbas, si no es la oración del Yanaza (funeral).
·       La mujer no debe quedarse en duelo mas de tres días si le fallece alguien que no sea su marido; en caso de que fallezca el marido, la mujer se queda en duelo 4 meses y 10 dias. Durante este tiempo la mujer no se embellece.
·       Reunir a la gente y darle comida en el fallecimiento de una persona, pero se puede llamar a la gente para informarle de su fallecimiento.

Las prohibiciones de la sharia.- 2

Ayuno
 
·       Ayunar el día del “Eid Al Fitr” y del “Eid Al Adha”.
·       Ayunar 3 días de Tashrik después del “Adha”. (Los 3 días de Tashrik son el 13, 14 y 15 del calendario de la Hégira).
·       Ayunar únicamente el viernes, también el ayunar únicamente el sábado.
·       Adelantar el Ramadan con el ayuno de uno o dos días antes.
·       Ayunar dos días consecutivos sin comer entre ellos.
·       Hacer “al Madmada” y “al Istinshak” mas de lo normal durante el ayuno.
·       La mujer no ayuna la Nafila en la presencia de su marido (en casa) mas que consentimiento de el.
·       Dejar el Suhur para la persona que quiere ayunar, aunque sea debe tomar un vaso de agua.
·       Disputar pelear o decir malas palabras durante el ayuno.
 
Peregrinación (Hajj) y Sacrificio
 
·       Tardar en hacer la Peregrinación sin pretexto religioso.
·       Llevar armas en el haram o cazar durante la misma.
·       Sacrificar antes de la oración del Eid.
·       Sacrificar un carnero defectuoso.
·       Dar al carnicero una parte del carnero como pago.
 
Ventas 
 
• Practicar la usura. 
• Traicionar al vender. 
• Vender perros, gatos, sangre, vino, cerdo o cualquier cosa prohibida, es prohibida su venta y su compra. 
• Esconder el defecto de lo que se quiere vender. 
• Vender la piel del carnero. 
• Pedir limosna con el Corán. 
• El juego. 
• El cohecho, darlo y tomarlo. 
• Robar. 
• Todo tipo de traición. 
 
Matrimonio
 
• Rechazar el matrimonio. 
• Casarse con dos hermanas. 
• Casarse con una mujer y su tía (paterna o materna). 
• Ashshingár; por ejemplo, dice un hombre: “cásame con tu hermana o tu hija y te casaré con mi hermana o mi hija”. Entonces una será en frente de la otra. Esto es prohibido. 
• Nikáh al Mutaa (el matrimonio del goce) es el matrimonio que se termina en un tiempo en el cual las dos personas están de acuerdo, es decir, se casan hasta una fecha y cuando ésta llegue deben dejarse. 
• Casarse sin “Wali” (tutor) y dos testigos. 
• Pedir matrimonio directamente a una mujer que le falleció su marido y ella está en “Idda” (plazo legal para nuevas nupcias de la mujer); sino que se pide indirectamente, con alusión o insinuaciones. 
• La mujer no debe esconder su embarazo después de divorciarse. 
• Una mujer no debe pedir a un hombre que se divorcie de su esposa para que se case con ella. 
• Es prohibido que el hombre o la mujer hablen a la gente de lo que pasa entre ellos (contacto íntimo). 
• Gastar del dinero del esposo sin su permiso. 
• Rechazar hacer contacto íntimo con el esposo sin pretexto religioso. 
• Rechazar una invitación a una celebración sin pretexto (hablamos de celebraciones donde no hay cosas prohibidas). 
• Es prohibido que un hombre haga contacto íntimo con una mujer embarazada de otro hombre. 
• Tomar de la dote de la esposa sin que ella acepte. 
• No equilibrar entre las esposas. 
• Casarse con una mujer divorciada tres veces para que sea lícita al primer esposo. 
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Asuntos que tienen relación con las mujeres
 
• La mujer debe esconder su belleza de los que no son su “Máharim” (personas entre las que el matrimonio sería ilegítimo por razones de parentesco. 
• El engalanamiento. 
• Saludar a los hombre que no son “Máharim”. 
• Quedarse sola con un hombre extraño. 
• No bajar la mirada.
 
Sacrificios y comidas
 
• El animal ya muerto por causa natural. 
• El animal que murió por ahogamiento, asfixia o cayó de un lugar alto. 
• La sangre. 
• La carne del cerdo. 
• El animal que se sacrificó en nombre de otro que no sea Alláh. 
• Sacrificar con uña o diente. 
• Sacrificar el carnero en la existencia de otro. 
• Afilar el cuchillo delante del carnero. 
 
La ropa y la belleza
 
• El oro para los hombres. 
• Poner sortijas en los dedos medio e índice y poner sortijas de hierro. 
• Andar desnudo o no esconder la pierna. 
• Llevar ropa pegada al cuerpo o transparente. 
• Marchar con un zapato. 
• Usar tatuajes. 
• Separar dos dientes (pero no se habla de arreglar los defectos de los dientes) 
• Asemejarse a los politeístas en dejar el bigote y cortar la barba; sino que hay que cortar el bigote y dejar la barba. 
• Quitar el pelo de las cejas o añadir pelo artificial al pelo de la mujer o del hombre. 
• Quitar las canas o pintarles de negro. 
• Poner imágenes de lo que tiene alma, en la ropa, paredes, papeles... 
 
Las desgracias de la lengua
 
• Testimonio mentiroso 
• Maldecir y calumniar. 
• Burlarse de los musulmanes. 
• Maldición e insulto (tratar mal a una persona) 
• Mentir. 
• Elogiarse a sí mismo 
• Maldición. 
• Blasfemar a los muertos. 
• Blasfemar al gallo (porque nos despierta para hacer la oración). 
• Blasfemar al viento. 
• Blasfemar a la fiebre. 
• Rogar a Alláh para morir. 
• Desear morir por un daño que le pasó a la persona misma, a sus hijos, criados o dinero. 
• Decir “¡Oh Dios!, perdóname si quieres”; sino que hay que omitir “si quieres”, la persona debe resolverse.
 
Comidas y bebidas
 
• Comer entre las manos de los demás o comer de dentro de la comida; sino que hay que comer de sus lados. 
• Dejar la comida si se cae, sino que hay que quitar lo que se le pegó y comerla para no dejarla al diablo. 
• Comer en trastes de oro o plata. 
• Beber de la boca de la botella 
• Respirar en el vaso. 
• Beber de una vez, sino que hay que beber tres veces. 
• Soplar en las comidas o bebidas. 
• Comer o beber con la mano izquierda. 
• Comer durmiendo sobre el vientre. 
• Comer y beber en los trastes de la gente del libro, si no se encuentran otros, tiene que lavarlos y comer en ellos. 
• Sentarse en una mesa en donde existe el vino. 
 
Modales del sueño
 
• Dejar el fuego encendido en la casa al dormir en la noche 
• Dormir sobre el vientre 
• Dormir poniendo un pie sobre el otro (al dormir sobre la espalda) si no se esconde su aura. 
• Contar un sueño feo o explicarlo, porque es engaño del diablo. 
 
Cosas diferentes
 
• Matar a los hijos temiendo la pobreza. 
• El suicidio. 
• La prostitución. 
• Beber vino o venderlo. 
• Satisfacer a la gente con la rabia de Alláh. 
• Cantar. 
• Pertenecer un hijo a un hombre que no es su padre. 
• Torturar con el fuego. 
• Quemar a los vivos o a los muertos con el fuego. 
• Reunirse en la inutilidad. 
• Llevar las armas contra los musulmanes. 
• Hacer la “Fatwa” sin sabio. 
• Obedecer a alguien en la desobediencia de Alláh. 
• Jurar mintiéndose. 
• Escuchar pláticas de gente sin su permiso. 
• Entrar a casas sin el permiso de sus habitantes 
• El orgullo. 
• El hombre no debe ver a la aura de otro hombre y la mujer no debe ver a la aura de otra mujer. 
• Ver la pierna de un vivo o de un muerto. 
• Gastar de dinero prohibido. 
• No pagar al trabajador después de terminar su trabajo. 
• No ser justo con los hijos. 
• Recomendar a un heredero. 
• Recomendar con todo el dinero a una persona y dejar a los herederos pobres, y si lo hace no se lleva a cabo su mandamiento más que en el tercio. 
• Tratar mal al vecino. 
• Dejar de hablar a un musulmán más de 3 días sin causa religiosa. 
• Quitar a alguien de su lugar y sentarse. 
• Hacer daño a un musulmán. 
• La extravagancia. 
• Ocultar el testimonio. 
• Intentar curarse con medicamento prohibido, porque Alláh no dejó la cura de los musulmanes en las cosas prohibidas. 
• Matar a las mujeres y los niños en la guerra. 
• Contradecir la promesa. 
• Traicionar la honestidad. 
• Tener perros sin necesidad (por ejemplo, para la caza o la guardia). 
• Matar a las hormigas, abejas o abubillas. 
• Reír si una persona saca gases, porque a cualquier persona le puede pasar lo mismo. 
 


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Normas de “urbanidad” de lo más curioso: calzarse siempre primero el pie derecho, lamerse la mano antes de comer, el saludo en grupo… y hasta para hacer las necesidades.
En la mezquita no se matará piojo ni pulga (Al Qayrawani), o la prohibición de recitar en baño público sino versículos sencillos. Al Qayrawani  no permite jugar al ajedrez, aunque de esto nada se dice en el Corán, y de hecho es una práctica no utilizada.

 En cuanto a otros aspectos que tiene presente la legislación islámica, me parece interesante entresacar lo siguiente:

La fornicación simple se castiga con pena de flagelación para los musulmanes libres y el adulterio con la lapidación
Quién repudie a la mujer tres veces necesita que ésta case con un marido intermedio que la repudie para poder volver a casarse con el primero.
El padre puede casar a su hija virgen sin el consentimiento de ésta. Sura V La Mesa aleya 7. Os está permitido casaros con las hijas honestas de los creyentes y de los que han recibido las Escrituras antes de vosotros, con tal que les deis su recompensa.
Y en la sura La Luz, aleya 3. Un hombre adúltero no debe casarse más que con una mujer adúltera o con una idólatra, y una mujer adúltera no debe casarse más que con un hombre adúltero o con una idólatra. Estas alianzas están prohibidas a los creyentes.
La mujer puede rechazar el matrimonio si no recibe la dote prometida, pero si es suplida, no.
Una mujer no puede contratar matrimonio de una mujer, aunque en este caso, la escuela Hanefita permite a la mujer contratar su matrimonio si tiene capacidad para administrar sus bienes.
La dote la entrega el hombre a la mujer.
La figura del repudio tiene sus normas, no aplicables a la mujeres que hayan perdido la menstruación. Entonces el repudio es libre. La mujer puede pedir el divorcio, y el marido puede, a posteriori, repudiar, con algunas diferencias en las escuelas jurídicas. El repudio es opción exclusiva del hombre.
La mujer repudiada tiene derecho a la mitad de la dote.
A veces, la mujer puede forzar al hombre a concederle el talâq (divorcio), sin que el asunto dependa de si él es un buen musulmán o no, sino como parte de su obligación legal, incurriendo el hombre en delito si no lo cumple, siempre que este derecho de la mujer hubiese quedado recogido así como “condición” (iÿtirât) en su contrato matrimonial. Este derecho se llama la isma (literalmente, la “preservación”)
Si el marido acusa de adulterio y jura cinco veces que es cierto, y la mujer no jura, la mujer es lapidada. Si el que se niega a jurar es el marido, se le dan 80 latigazos (Al Qayrawaní)
Una mujer que enviude debe guardar riguroso luto, excepto si es repudiada y musulmana. Si no es musulmana y sí repudiada, debe hacer retiro.
El cuidado de la prole pertenece a la madre repudiada
Si una mujer embarazada dijese que fue forzada en contra de su voluntad, no se la creerá y será castigada.
No se permite el testimonio de mujeres sino en pleitos de capitales. Cien mujeres testigos equivalen a dos (sic), y dos mujeres a un hombre. (Al Qayrawani) Y Mahoma dice en el Corán, Sura II, La Vaca,  aleya  282 “Llamad dos testigos escogidos entre vosotros; si no halláis dos hombres, llamad a uno sólo y dos mujeres entre las personas hábiles para testimoniar, a fin de que, si una se olvida, pueda la otra recordar el hecho”.

Sura XXIV, LA LUZ. Aleya 31. Manda a las mujeres que creen que humillen sus miradas y que observen la continencia, que no dejen ver de sus adornos más que lo que está en el exterior, que cubran sus senos con un velo, que no dejen ver sus encantos más que a sus maridos o a sus padres o a los padres de sus maridos, a sus hermanos o a los hijos de sus hermanos, a los hijos de sus hermanas o a las mujeres de éstos o a sus esclavos o a los criados varones que no necesitan mujeres o a los niños que no distinguen todavía las partes sexuales de una mujer.

Las mujeres no saldrán a la calle, a menos que lo hagan veladas y por razón grave… y sólo podrán escuchar la música del tambor (Al Qayrawani)


El homosexual que yazga con un varón mayor de edad y que consienta, provocará la lapidación de ambos (Al Qayrawani)
No se admite el testimonio de no musulmanes en los juicios.
Los créditos que un difunto pudiera tener concedidos a un tercero quedan extintos con la muerte; no así las deudas.
Marcan una serie de ritos para cada circunstancia, la muerte… (el hijo no enterrará a su padre incrédulo, salvo que nadie lo entierre) (Al Qayrawaní)
El Imam no rezará por aquel a quién él haya condenado a muerte (Al Qayrawaní)
Son piadosos en los entierros, si bien en los rezados para varones dicen: “dale una familia y un cónyuge mejor que la que tuvo aquí abajo”, y en el caso de mujer omiten esta referencia. (Al Qayrawaní)
El feto no es merecedor de oración, aunque según las escuelas sunníes, si se rezará por el feto de 4 meses que haya dado señales de vida.
Para orar primero tienen que hacer una ablución en la que se debe usar poco agua.
Se prohíbe orar en lugares impuros, en los lugares cristianos. Se orará sobre una alfombrilla o sobre un paño, limpios.
Toda suciedad obliga a repetir la oración… pero no es preciso lavarse la sangre de las pulgas (Al Qayrawani)
Marcan varias oraciones: de la Aurora, de Mediodia, de Tarde, del Crepúsculo, de la Noche, donde deben leerse partes del Corán.
La llamada a la oración tiene su fórmula particular, y la forma de orar también, con posturas determinadas. Se acompaña con frases sobre las que nada hay que objetar.
Utilizan una oración que quiere recordar al Padrenuestro, y se dan la paz
Repiten 33 veces “Dios sea glorificado, “Dios sea alabado”, “Dios es el más grande”
Son encomiables las indicaciones para realizar la oración.
La oración del viernes es obligatoria para todo el que se encuentre a menos de tres millas de la ciudad, y no es obligatoria para las mujeres ni para los impúberes
Abluciones: relata exactamente cuando deben lavarse, cuantas veces debe hacerlo y qué partes del cuerpo debe lavarse… y hasta la intensidad y la mano con que debe hacerse.
También debe fregarse el calzado.
El agua puede ser sustituida por tierra o por arena cuando no se encuentre aquella.

Guerra santa  Obligación de derecho divino. Es preferible exhortar al enemigo a convertirse. Si no lo hacen, se les combatirá (Al Qayrawani) 
La inmunidad o el arrepentimiento, aleya 112: “Dios ha comprado a los creyentes sus bienes y sus personas para darles a cambio el paraíso; combatirán en el sendero de Dios, matarán y serán muertos.”

No está permitido huir del combate salvo que el enemigo supere basado en “La Familia de Miran” versículo 11 “Los infieles creían ver con sus ojos dos veces más enemigos, pero es Dios el que apoyaba con su auxilio a aquel a quien quería. En verdad había en esto una advertencia para los hombres clarividentes. 12. El amor a los placeres, tales como las mujeres, los niños, los tesoros”


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