miércoles, abril 24, 2024

HISPANIDAD E ILUSTRACIÓN: DOS CONCEPTOS INCOMPATIBLES

 



Agua y fuego son incompatibles; Bien y Mal son incompatibles; Vida y Muerte son incompatibles; Hispanidad e Ilustración son incompatibles.

Es necesario recordar esa realidad porque de un tiempo a esta parte, más o menos el mismo tiempo en el que en medio del ruido del sistema se viene escuchando un creciente clamor hispanista, al compás del mismo se escucha la zafiedad liberal y la zafiedad marxista ensuciando el sacrosanto nombre de la Hispanidad, pero en esta ocasión señalándose a sí mismos como hispanistas.

Insulto mayor no cabe. Los mismos que durante siglos han vilipendiado, han hollado, han parasitado, han asesinado a millones de personas a través de sistemas políticos absolutamente inicuos, y mientras siguen asesinando con sus métodos de aborto, eutanasia o ideología de género y agudizan su espíritu en búsqueda de nuevos métodos de genocidio y de humillación, hacen el triple salto mortal y medio y se presentan como adalides de la Hispanidad; esa misma Hispanidad que con tanto éxito han combatido durante los últimos tres siglos.

Al tanto, hispanistas: recordemos que ante todo, los ilustrados son enemigos de la Humanidad y por tanto enemigos de la Hispanidad.

Es la táctica de la Ilustración. Siempre han actuado igual, defendiendo o atacando un concepto de acuerdo con lo que en cada momento sea más beneficioso para sus propios intereses. Son el relativismo; son la pos verdad. Son la mentira; son el enemigo encarnado.

Son el crisol del mal. 

Si el Hispanismo baja la guardia y deja que liberalismo o marxismo, los máximos exponentes del genocidio, los lobos, entren en el corral simulando hermandad con los corderos, el resultado final de nuestra lucha será la hecatombe, el suicidio colectivo y la victoria del tirano.

Si no tenemos bien presente que el enemigo es la Ilustración; si no vemos la Ilustración como un árbol frondoso que tiene varias ramas cuya poda refuerza otras ramas, y ante la cual la única solución es arrancar de raíz el árbol, darle fuego y sembrar de sal un amplio perímetro alrededor de donde estuvo plantado, estamos directamente perdidos; estamos laborando en su propio beneficio, en beneficio de nuestro enemigo.

Debemos aspirar a suprimir de la capa de la tierra todo lo que tenga alguna reminiscencia de la Ilustración, y en eso nos pareceremos un tanto a la Ilustración, pues esa es la actuación que la Ilustración está llevando contra la Humanidad y ha llevado contra los sistemas filosóficos (Tengamos en cuenta que la Ilustración no es filosofía sino sofismo).

Somos incompatibles, y esa incompatibilidad no es nueva. Es manifiesta, como mínimo desde hace 2500 años, cuando los filósofos se enfrentaban a los sofistas. Con la Ilustración los sofistas renunciaron a su condición y se definieron como filósofos… Pero no lo son. No son corderos. Son lobos.

Y si no somos capaces de descubrirlos y rechazarlos, volveremos a ser pasto de sus genocidios.


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