jueves, julio 28, 2022

Blas de Lezo

 


Blas de Lezo, el mediohombre

Blas de Lezo y Olavarrieta nació en Pasajes el 3 de febrero de 1689.

Con la asunción del trono por parte de Felipe V, la marina de guerra española había quedado supeditada a la armada francesa, y en 1702, en el desarrollo de la Guerra de Sucesión, Blas de Lezo  ingresó como guardia marina en la Armada Francesa.

Como alumno, el 24 de agosto de 1704 participó en la batalla de Vélez Málaga, donde dio muestras de su coraje hasta que una bala de cañón le destrozó la pierna izquierda, que le sería amputada por debajo de la rodilla. Su actuación en combate le reportó ser ascendido a alférez de bajel de alto bordo.

Sirviendo en diferentes buques, y en 1705 participó en el acoso y hundimiento del barco inglés Resolution de setenta cañones,​ así como en el apresamiento posterior de dos navíos enemigos.​

En el curso de la Guerra de Sucesión, el año 1706 participó en el sitio de Barcelona, ocupada por el Archiduque Carlos. En esta acción la leyenda lo sitúa como jefe de la escuadra y lanzando material incendiario contra los barcos ingleses. Es difícil que con 17 años fuese el comandante de la escuadra, y más difícil que aplicase un método de combate que estaba por ser descubierto.

Al año siguiente fue destinado a Tolón, participando en la defensa de la plaza ante el ataque del duque de Saboya, donde destacó por sus acciones, que le reportaron la pérdida del ojo izquierdo. Fue ascendido a teniente de guardacostas, y en 1710, a capitán de fragata.

En 1712, contando veintitrés años, se incorporó a la Armada española con rango de capitán de navío, tomando parte, al mando del Campanella, de setenta cañones, en la escuadra del almirante Manuel Pérez Pintado, encargada del nuevo sitio de Barcelona que tuvo lugar en 1713, y durante el cual recibió un balazo en el antebrazo derecho, a consecuencia de lo que quedó manco.​ Ya sería conocido como “pata­palo” o “medio hombre”.

En 1716, se le encargó la tarea de combatir la piratería que, tras la Guerra de Sucesión continuaron realizando los piratas que durante la guerra eran corsarios ingleses, tras lo cual pasó a formar parte de la escuadra de Bartolomé de Urdinso contra los piratas del Mar del Sur, en cuyo servicio permaneció catorce años, durante los cuales navegó continuamente a lo largo de las costas del Perú y de Chile.

Fue nombrado jefe de la Escuadra del Mar del Sur con la que entre 1723 y 1725 barrió de piratas el Pacífico, siendo que derrotó repetidamente a los piratas John Clipperton y George Shelvocke,  convirtiéndose en toda una leyenda. Su labor principal, no obstante, fue la estrategia, organizando la protección de Chile y Perú frente a los piratas.

Al parecer, nuestro hombre era recio de carácter, lo que le reportó no pocos problemas. A lo que parece, el enfrentamiento que mantuvo con el Virrey del Perú, José de Armendáriz y Perurena, marqués de Castelfuerte, era más que justificado, pues ante la permanente amenaza de los piratas, su preocupación se limitaba a la economía, por lo que pretendía reducir la escuadra. Ante la imposibilidad de hacer prevalecer su criterio, dimitió en 1727, volviendo a la Península. El Pacífico no volvería a conocer intrusiones de piratas hasta 1741.

En 1732 fue segundo comandante de la escuadra que conquistó Orán el 28 de junio.

El 6 de junio de 1734 ascendió a teniente general de la Armada y fue nombrado comandante general del Departamento de Cádiz  y en 1737 marchó a Cartagena de Indias como comandante general.

A su llegada a Cartagena, comprobó el penoso estado de las instalaciones del que era el principal puerto de América: los fuertes de la en semi abandono; los cañones anticuados y sin munición suficiente… y sin presupuesto para su acondicionamiento.

Las primeras labores que desempeñó fue reforzar el control del contrabando, lo que acabó precipitando la nueva guerra con Inglaterra, y previendo las consecuencias hizo acopio de provisiones, aún en contra de las opiniones del Virrey, que no veía probable el ataque inglés.

El origen de la guerra, supuestamente fue lo acaecido ocho años antes en las costas de Florida, cuando  Juan de León Fandiño apresó un barco de contrabandistas mandado por Robert Jenkins, al que cortó la oreja al tiempo que le decía: «Aquí está tu oreja: tómala y llévasela al rey de Inglaterra, para que sepa que aquí no se contrabandea». El motivo principal era el asiento de negros, que impuesto a España en el Tratado de Utrecht, llegaba a su fin.

Finalmente, en 1739, comenzada la Guerra de la Oreja de Jenkins, Edward Vernon tomaba Portobello, que como la misma Cartagena tenía unas defensas muy defectuosas, y Lezo requirió al Virrey, Sebastián de Eslava, en la mejora de las defensas, pero Eslava estaba convencido que el ataque inglés se produciría, no en Cartagena, sino en La Habana, por lo que en 1740, al arribo de una escuadra de refuerzo, la despachó a Cuba, y Blas de Lezo debió afrontar la mejora de las defensas sin la anuencia de su superior.

En esa situación llegó el 13 de marzo de 1741, y con él la escuadra de Vernon que se componía de 180 buques (ocho navíos de tres puentes, veintiocho navíos de línea, doce fragatas, dos bombardas y ciento treinta buques de transporte  que transportaban tres mil cañones y más de veinticinco mil hombres.

Frente a semejante fuerza del enemigo, Blas de Lezo contaba con seis barcos de guerra que no estaban en estado óptimo, tres mil hombres de la guarnición, a la que se sumaron unos seiscientos flecheros indígenas y unos mil quinientos voluntarios civiles.

Transportó la artillería de los barcos a la fortaleza, puso gruesas cadenas a los barcos, y los hundió en la bahía para interceptar el paso de Vernon.

Los ingleses se apoderaron de varias baterías de la zona, consideran que tienen la victoria es suya y envían un mensaje a su rey dando por conquistada Cartagena. En Inglaterra acuñaron una medalla exaltando la victoria.

Seguidamente, el  16 de abril, los ingleses asaltaron las murallas, pero no llegaron a escalarlas porque las escalas eran cortas. El motivo… se había dado más profundidad a los fosos.

Esa circunstancia es puesta en entredicho por estudiosos de Blas de Lezo, que estaba marginado por el virrey, por lo que no le da capacidad para haber ordenado tal cosa. El caso es que las escalas no alcanzaban la muralla, y es difícil que los ingleses tuviesen ese error de cálculo. También es el caso que los españoles hicieron una escalofriante carnicería entre los ingleses, ante cuyo hecho, Vernon decidió la retirada.

Por fin, el 20 de mayo de 1741, la armada de guerra más grande que jamás atacó la España americana, levó anclas hacia su guarida, en Jamaica, dejando abandonadas, por falta de tripulación, medio centenar de naves. Además tuvieron cerca de cinco mil muertos.

La derrota en Cartagena desbarató los planes británicos para la conquista de España, que serían pospuestos hasta que en el siglo XIX consiguieron ampliamente todos sus objetivos.

Lezo había infligido a Inglaterra la mayor derrota de su historia naval, pero no sería el virrey Eslava quién se lo reconociese. Consiguió que fuese destituido del cargo y le fuese ordenado volver a la Península. 

Pero esa villanía no pudo llevarse a efecto, porque el héroe, fallecería antes de conocerla, como consecuencia de una herida recibida en el bombardeo del día cuatro de abril.

​Murió en Cartagena de IndiasNueva Granada, el 7 de septiembre de 1741.

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