sábado, agosto 27, 2022

Antonia Ferrín Moreiras, estudiosa empedernida


 

Antonia Ferrín Moreiras, estudiosa empedernida

Nació en Orense el 13 de mayo de 1914, y en 1930 inició estudios superiores de Química en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Santiago de Compostela (USC). 

No era la química su motivación principal, pero se trataba de lo que se encontraba a su alcance, ya que era la única licenciatura que ofertaba la Facultad de Ciencias de la USC en aquella época, y los medios económicos de la familia eran limitados.

Pero gran parte de las dificultades fueron superadas merced a las capacidades que atesoraba Antonia Ferrín, y que le dieron posibilidad de acceder  a matrículas gratuitas y a diversas becas.  

Su vocación se veía lastrada por sus necesidades económicas, y sus capacidades eran manifiestas. La conjunción de estos dos aspectos posibilitó que, recién licenciada, obtuviese el cargo de  profesora ayudante de Física y Matemáticas en la Facultad de Ciencias de la USC entre 1934 y 1936, al tiempo que ejercía de ayudante interina en el Departamento de Ciencias del Instituto Arcebispo Xelmirez de Santiago y estudiaba la licenciatura de Farmacia además de realizar cursos de Ciencias Exactas (actualmente Matemáticas). 

Éste fue su primer legado: demostrar que la voluntad permite obtener horas de más de sesenta minutos.

Esta dedicación posibilitaría que en el año 1935 alcanzase la licenciatura en Químicas… y el Título de Maestra Nacional.

Para una persona normal esta colección de títulos ya es una cuestión extraordinaria propia de personas que duplican las condiciones de una persona ejemplar. Pero Antonia Ferrín Moreiras no era una persona normal… Por eso, en 1940 se licenció en Farmacia, y en 1950 en Matemáticas por la Universidad Central de Madrid. 

Podremos pensar que, ya en esa situación, Antonia se sentiría satisfecha y se limitaría a desarrollar aquello en lo que se había formado… Pues no. Siguió estudiando para obtener su doctorado en Astronomía, lo que lograría realizar el año 1963, con una tesis titulada “Observaciones de pasos por dos verticales”, que estuvo  dirigida por su amigo y maestro Ramón María Aller. 

Con ese currículum, en 1950 le fue concedida una beca para realizar estudios en el Observatorio Astronómico de Santiago. Beca del Consejo Superior de Investigaciones Científicas que en 1952 se transformó en un puesto de ayudante de investigación.

Pero como la buena mujer se aburría en su tiempo libre, preparaba oposiciones para catedrático de matemáticas, plaza que ganó en 1951 en la Escuela Normal de Magisterio de Santander, donde permanecería dos años, tras los cuales regresó a Santiago para ejercer en la Escuela Normal Femenina.

Cuatro años más tarde, en 1957, fue creada la sección de matemáticas de la Facultad de Ciencias en la USC, para la que fue designada Antonia como su primera profesora.

Bueno, ya tenía un puesto (otro) que podía ser entendido como definitivo… Pues no. En 1963 sería nombrada catedrática de matemáticas en la escuela de magisterio Santa María de Madrid  donde impartió clases de astronomía y mecánica celeste y ocupó cargos directivos. Una vez asentada fue llamada como profesora adjunta de la facultad de matemáticas de la Universidad Complutense, pero como ello le ocupaba poco tiempo… compaginó la tarea con su docencia en la escuela de magisterio.

Sus contribuciones principales a la astronomía consisten en trabajos sobre ocultaciones estelares, medidas de estrellas dobles y determinación de pasos por dos verticales, pero no cabe duda que su aporte más importante a la Humanidad fue un incansable espíritu de estudio y trabajo a lo largo de toda su vida.

Murió en Santiago de Compostela el 6 de agosto de 2009.

Gloria a Antonia Ferrín Moreiras

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