Como todos los grandes logros de la Hispanidad, el real de a ocho es un elemento desconocido, no sólo a nivel popular, sino tan siquiera a nivel de las facultades de economía.
¿Y qué es el real de a ocho para que alguien pueda efectuar semejante reproche?... Ni más ni menos que la moneda de curso legal reconocida durante tres siglos por el mundo entero, incluida Rusia, Asia, Alaska, los países árabes, África y Oceanía.
EL 13 de junio de 1497, una Pragmática real proclamada por los Reyes Católicos, ordenaba el peso y la calidad del Real, señalando que su peso debía ser de una onza (27’47 gramos), y debía contener un 93% de plata pura. Sería la base legal que, pasados los años, ampararía al Real de a Ocho.
Pero la plata era escasa, tanto en España como en Europa. Se explotaron minas en Eslovaquia, en las conocidas como Banska Bystrica y Banska Stiavnica, y otros lugares, pero no sería hasta el siglo XVI, principalmente con las minas de Zacatecas y Potosí, cuando fluyese por toda Europa… y por Asia, la plata que todos estaban deseando, y que de inmediato se convertiría en base del desarrollo industrial y de la universalización del comercio. España se convertía en árbitro y referencia internacional del comercio.
El 11 de mayo de 1535 se fundaba Casa de Moneda de México, que en 1537 poseía ordenanzas para la acuñación de reales de a 4, 3, 2, 1, ½ y ¼ de real, si lo creía conveniente. No se le autorizaba para acuñar el Real de a Ocho, que comenzaría a ser emitida en las cecas de Burgos, Segovia, Sevilla, Toledo y Granada en 1543, y que conviviría con la onza de oro.
Es en 1566 cuando mediante pragmática de 23 de noviembre queda generalizado el uso de las monedas de 4 reales, 2 reales, 1 real y ½ real, y el 14 de diciembre de ese mismo año es autorizado el real de a ocho, con un valor de 544 maravedís.
Sin embargo existen Reales de a Ocho acuñados a nombre de los Reyes Católicos. El misterio del hecho es que fueron emitidos por Felipe II en sus primeros años de reinado.
Es a partir de 1567 cuando el Real de a Ocho se internacionaliza y se convierte en el principal producto de exportación. Con él se pagarían productos de importación, y con él se mantendrían los ejércitos, cuyo principal punto de actuación era Europa.
Estamos hablando de unos momentos en los que la Casa de Austria había tomado las riendas de la Monarquía española, que ejercía una enorme influencia en Europa, lo que facilitó que la moneda se convirtiese en moneda internacional, ambicionada por todos.
Y curiosamente no era de oro, sino de plata, circunstancia que se vio propiciada primero por las minas europeas de este metal, y posteriormente por las minas americanas, siendo que, además, en Extremo Oriente, era más cotizada la plata que el oro, y que el mercado con China alcanzó muy importantes cifras que nada tenían que envidiar al realizado con Europa.
El Real de a Ocho, así, circuló por todo el mundo como moneda de curso legal, sirviendo de nexo unión de todos los continentes, y su influencia perduró hasta el siglo XIX, incluso después de la destrucción de España, en gran medida como consecuencia de que China lo tenía asumido como único medio de pago.
Y es que era determinante para el comercio de China, ya que el mismo significó un punto de inflexión en su economía, que desde el siglo XVI se vio revitalizada por el mismo.
La vitalidad adquirida por el comercio chino y la portada por el comercio español, en principio primer proveedor y cliente, hizo que el uso del Real de a Ocho se extendiese literalmente por todo el mundo, siendo que se extendió en el tiempo y fue la moneda que circulaba en los Estados Unidos hasta 1857, siendo que convivió con el dólar desde que fue creado en 1792, con base y con un valor igual al del Real de a Ocho.
Y a finales del siglo XIX, el Real de a Ocho seguía teniendo importancia principal en Oriente, donde era la moneda reserva que se atesoraba en China, India y Medio Oriente, siendo que su preponderancia desplazó hasta esas fechas a sus competidores directos, el Dólar de Estados Unidos, el Dólar británico, el Yen japonés, la Piastra francesa, la Rupia de la India, o el Chelín inglés de plata.
Así, el Real de a Ocho fue, durante más de tres siglos moneda internacional y producto de exportación, y sirvió de modelo a las actuales monedas como el yen japonés, el won coreano o el tael Chino, creado en 1899.
BIBLIOGRAFÍA:
El real de a ocho. Una moneda para el mundo
http://www.man.es/man/exposicion/recorridos-tematicos/dracma-euro/real-ocho.html
Ruiz Trapero, María. EL REAL DE A OCHO: SU IMPORTANCIA Y TRASCENDENCIA. https://www.ucm.es/data/cont/docs/446-2013-08-22-14%20real.pdf
Uceda, Óscar. El real de a ocho. Cartas Hispanistas
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