Cesáreo Jarabo
28-5-2015
No existe día que pueda ir a dormir con la tranquilidad de no haber escuchado la prostitución de algún concepto. Es algo a lo que estamos largamente acostumbrados.
¿Y a qué se debe la utilización de semejante método?; ¿a qué y a quién sirve?
Personalmente creo que sirve para perpetuar la esclavitud de la sociedad, pero insisto, ¿a quién sirve? Nuestro Señor Jesucristo ya nos enseñó que la verdad nos hará libres; es por tanto, impensable que un cristiano mienta… Y si lo hace, debe arrepentirse de corazón y proponerse no volver a hacerlo. De lo contrario, está condenado.
¿Quién, entonces, miente?
Para ir al principio de la historia, tendríamos que remontarnos, como poco, a la Grecia del siglo V antes de Cristo, pero podemos acortar el espacio; así, nos encontramos que en el siglo XVI, John Knox y sus seguidores afirmaban que “en contra de nuestros malditos oponentes (es decir los católicos), todos los medios están justificados, mentiras, traición, manipulación de las leyes aunque sean contradictorias.”
Por su parte, Lenín se expresó así: "¡Que el 90 por ciento del pueblo ruso perezca si el 10 por ciento puede experimentar la revolución mundial!” y enfatizó: "Debemos utilizar todas las destreza y los métodos ilegales posibles, debemos negar y debemos ocultar la verdad." Y seguía: "El pueblo será enseñado a odiar. Comenzaremos con los más jóvenes. Los niños serán enseñados a odiar a sus padres. Podemos y debemos crear un nuevo lenguaje, que siembre odio, aborrecimiento y sentimientos similares entre las masas contra aquellos que no están de acuerdo con nosotros.”
Con esa premisa, no es de extrañar que en la actualidad vivamos un lenguaje absolutamente prostituido, siendo que las necesidades del momento llevan a sus ejecutores a adoptar las más diversas posturas; así, cabe señalar que mientras hoy los comunistas han prostituido el respeto a la mujer, el mismo Lenin no tenía respeto a su mujer; mientras hoy se hacen llamar ecologistas, es necesario recordar que en 1918 se descubrió la importancia que tienen los insectos en la polinización, sencillamente porque, buscando la mejor cosecha de todos los siglos, la URSS pasó la peor hambruna como consecuencia de los medios utilizados para obtener aquella: La fumigación masiva de los campos, lo que ocasionó un desastre ecológico de grandes magnitudes…
En la evolución de esa prostitución del lenguaje podemos encontrar contradicción en todos y cada uno de los postulados que hoy nos son presentados como “progresistas”; su defensa de la libertad… ¿dónde queda el “libertad, ¿para qué?” del mismo Lenin?...
Su defensa de los nacionalismos parece querer recoger la virtud del patriotismo, pero no queda sino en una nueva perversión;… Su actual supuesto desprecio del racismo no es sino una exaltación del mismo racismo, concibiendo las razas humanas como en compartimentos estancos, siendo que ni en siglo XIX ni en el XX el marxismo osó criticar los genocidios racistas que los británicos cometieron a lo largo del mundo, y más, apoyaron la conquista británica de América y la expansión genocida de los Estados Unidos… Su concepción clasista de la sociedad, que tantas vidas ha costado, hoy se presenta con una nueva imagen, tan antisocial como la anterior, y para no seguir, ellos, que crearon las comunas y separaron a las madres de sus hijos recién nacidos; ellos, que promocionan el aborto, resulta que ahora adoptan como propio, (y por supuesto, como en los demás casos excluyen a quienes siempre han estado a favor) por ejemplo, la lactancia materna, llevando la acción al insulto y a la degradación de las madres lactantes.
Algo destaca que resulta reincidente a lo largo de la historia entre el materialismo: La asunción de la mentira como arma para usarla en beneficio propio. Aunque sólo sea esa la cuestión, tendría que haber suficiente para descalificar a quién tal hace. El español, el católico, jamás, como los filósofos, ha usado ese arma. Es lo que diferencia a los filósofos de los sofistas desde hace milenios, y resulta inaceptable admitir a discusión a quién usa esos métodos… Sin embargo, en la Historia de la Filosofía se estudia a los sofistas, y el vulgo conoce más las mentiras que defienden los materialistas que las verdades de las historia.
Lo curioso es que a este paso, todas las virtudes que el materialismo ha combatido, parece que acabarán siendo impuestas a la fuerza… Hasta que los intereses de los amos estimen oportuno mantener, momento en que las madres que amamanten, las personas que siguiendo la tradición cristiana entiendan que las razas no son más que variedades físicas como variedades son las huellas dactilares, quienes estimen que los derechos humanos y laborales deben prevalecer pese a quien pese, o quienes estimen que la libertad es un bien anexo al hombre, sean declarados enemigos porque los intereses del sistema así lo exigen.
Y es que, para el materialismo, la mentira es un bien que debe ser utilizado con inteligencia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 comentarios :
Publicar un comentario