lunes, enero 22, 2024

Vicisitudes de la Colonia del Sacramento

 



El 7 de noviembre de 1659, en la Isla de los Faisanes, se firmaba el Tratado de los Pirineos entre Francia y España por el que se ponía fin al conflicto iniciado en 1635, durante la Guerra de los Treinta Años.

De España eran mutilados el Rosellón y la Cerdaña en favor de Francia.

Mientras tanto, seguía el conflicto de Portugal, iniciado en 1640. Francia, aún después del Tratado de los Pirineos, seguía enviando apoyos al duque de Braganza, que había firmado una alianza con Inglaterra.

Ni a Francia ni a Inglaterra les interesaba que España estuviese unida, y para romper su unidad laboraron de forma proactiva. Sin embargo, pocos, dentro y fuera de Portugal,  apostaban por lo que acabó ocurriendo.

En noviembre de 1656 moría Juan IV de Portugal y Alfonso VI, el nuevo rey, de 13 años, sería tutelado por su madre, bisnieta de la princesa de Éboli, quién bajo la batuta de Inglaterra gestaría la definitiva segregación que tuvo lugar en 1668.

Si la situación generada en Portugal había sido consecuencia directa de la actuación británica y francesa en contra de España, a partir de ese momento, la actuación de Portugal respondería en exclusiva al cumplimiento de las instrucciones emanadas desde Inglaterra.

Con esa premisa, la Colonia de Sacramento, ubicada en la margen izquierda de la desembocadura del río de la Plata, en la actual Uruguay,  frente a Buenos Aires, fue creada enero de 1680 por el gobernador de Río de Janeiro, Manuel Lobo, cuya actuación obedecía a los intereses británicos en la zona,  que ya consideraba como objetivo su proyecto de invasión de América.

Al servicio de ese proyecto, y supuestamente de acuerdo con el Tratado de Tordesillas de 1493, Manuel Lobo, militar que se distinguió en la guerra separatista de Portugal del lado del duque de Braganza, tomó posesión de la plaza, ante cuyo hecho el gobernador de Buenos Aires tomó al asalto la fortificación el 6 de agosto de 1680.

Las fuerzas encargadas del asalto estaban compuestas mayoritariamente por tres mil naturales que habían sido instruidos militarmente en las misiones jesuitas del Paraguay.

Los guaraníes participaron con todo su coraje en defensa de su integridad e independencia, dado que desde la colonia se llevaba a efecto toda una serie de actuaciones inequívocamente guiadas por Inglaterra y que repercutían de forma directa y negativa en el pueblo guaraní: los bandeirantes llevaban a cabo razias en las que no sólo esquilmaban los ganados cimarrones de los que dependía su economía, sino que además los esclavizaban.

Como consecuencia, los guaraníes arrasaron con todo enemigo que encontraron.

La lucha era justa, pero la situación de España, vencida y mutilada por el norte y por el oeste peninsular, posibilitó que el 13 de junio de 1681 fuese firmado un tratado provisional entre las coronas de España y Portugal sobre la Colonia de Sacramento.

El tratado de paz de 1681 significó una corrección para el gobernador de Buenos Aires, que se vio forzado a devolver la artillería que fue tomada de la colonia. Por su parte, la colonia no podía ser fortificada ni poblada con ningún tipo de construcción nueva ni con el aporte de nuevos vecinos, y se comprometían a no molestar a los indios, que debían ser restituidos de los daños que habían recibido por parte de la colonia de Sacramento, y se regulaba tanto la buena relación con los habitantes de Buenos Aires como el uso del puerto, que quedaba de libre disposición para los barcos españoles.

Pero los contrabandistas, aliados permanentes de Inglaterra, no dejarían de laborar por la reconstrucción de la fortaleza, y es que estas condiciones, como el tratado marcaba, no eran definitivas, sino provisionales.

Pero es que, la influencia británica se mostraba presente en la actuación de Portugal, que no obligó a los bandeirantes al cumplimiento de lo acordado; a saber, la devolución del ganado y la puesta en libertad de los guaraníes.

Una actuación trufada que ya venía dando muestras de existencia desde el mismo momento de iniciada la guerra separatista de Portugal, en 1640, momento en que, ante el acoso a que era sometida la población guaraní, la Corona española autorizó a los jesuitas a entrenarla en el uso de armas de fuego, siendo tan exitosa la labor que en 1643 esas tropas fueron reconocidas como  “milicias del rey”, que ayudaron a consolidar los pueblos de misiones.

Hasta 1705 el ejército guaraní mantuvo enfrentamientos en los que se encontraba implicada Colonia del Sacramento, y fue ese año cuando en el curso de la Guerra de Sucesión Española, y siendo Portugal protectorado británico, tomó nuevamente la plaza. Pero el resultado final de la guerra dio lugar al Tratado de Utrecht, cuya humillación para España comportó, entre otras cosas de mayor entidad, la devolución de la Colonia del Sacramento, lo que acabaría ocasionando la despoblación de la Misiones y el crecimiento del contrabando y la generación conflictos armados, todo lo cual contribuyó a que en 1754 Inglaterra comprometiese a Portugal para que cediese el dominio a cambio de otros territorios fronteros al Brasil.

Los agentes británicos en Madrid urdieron los medios para que fuese aceptada la propuesta de cesión de siete territorios amazónicos y Tuy, en Pontevedra, a cambio de la Colonia del Sacramento.

Por el nuevo Tratado, España cedía la jurisdicción sobre los territorios guaranís, con lo que acababa desapareciendo la situación de privilegio de las reducciones y quedaba  abandonada una actuación que durante más de un siglo había sido un ejemplo para la Humanidad en todos los campos.

La operación interesaba a Inglaterra quién aliada dominante de Portugal tendría abierto el acceso fluvial hasta siete leguas de Potosí, cuyas minas codiciaba y eran objetivo manifiesto del proyecto de cambio territorial.

El rey Fernando VI, a la vista de la demanda, pidió un informe al gobernador del Río de la Plata, al tiempo que le escribía cartas indicándole que el informe fuese favorable, prometiendo a cambio mejoras para su fortuna, pero el gobernador dio informes contrarios, como contrarios fueron los informes del marqués de la Ensenada, que acabaron ocasionando su defenestración, que fue coordinada por la acción del anglófilo José de Carvajal en combinación con su protegido Ricardo Wall y con el embajador inglés, Benjamin Keenes, que prometió aportar pruebas que demostraban la traición del marqués de la Ensenada a España… y que nunca aportó.

El 13 de enero de 1750 fue firmado el Tratado de Madrid entre las coronas ibéricas, en virtud del cual los pueblos guaraníes quedaban bajo el control de Portugal, y sus habitantes se veían privados de sus bienes y de su estatus. Si se quedaban en sus pueblos serían esclavizados, y si se marchaban estaban condenados a vagar por tierras improductivas, lo que acabó provocando una guerra que se mantuvo entre 1754 y 1756, durante el reinado de Fernando VI de Borbón, llamado “el prudente” o “el justo” por la historiografía ilustrada.

El tratado estipulaba la permuta de la Colonia del Sacramento por los Siete Pueblos de las Misiones, y pronto los equipos de delimitación del territorio, compuestos por ingenieros portugueses, españoles… e ingleses, comenzaron su labor, que fue enérgicamente respondida por los guaranís, que tomaron las armas liderados por los jesuitas José Cardiel y Pedro Sigismundo, dando inicio a los combates el 5 de octubre de 1762.

La política llevaba su curso y un mes más tarde, el 3 de noviembre era firmado el tratado de Fontenebleau, un tratado de paz humillante para España firmado por el Conde de Floridablanca, que vio pasar la posesión de Menorca de manos de Francia a manos de Inglaterra, y cedía a Inglaterra la España al Sureste del rio Misisipí, la Florida, con el fuerte de S. Agustín y la bahía de Panzacola, mientras a cambio se recuperaba una Cuba trufada de agentes británicos que espoleaban el tráfico de esclavos y controlaban la vida económica de la isla.

La ratificación del tratado sería firmada en nombre de Carlos III por el anglófilo más encumbrado en la estructura política de España: Ricardo Wall.

Los conflictos continuaron, si bien el 11 de octubre de 1777 fue firmado el tratado de paz de El Pardo en el que en su artículo 3º es cedida la Colonia del Sacramento a España

 

 

BIBLIOGRAFÍA:

COLECCIÓN DE LOS TRATADOS DE PAZ, ALIANZA, COMERCIO, ETC. Ajustados por la Corona de España con las potencias extranjeras desde el reinado del señor don Felipe V hasta el presente. En Internet https://www.boe.es/biblioteca_juridica/abrir_pdf.php?id=PUB-DH-2022-272_3 Visita 21-1-2024

Colección de los tratados de paz, alianza, neutralidad ... hechos por los pueblos, reyes, y príncipes de España  En Internet  https://liburutegibiltegi.bizkaia.eus/handle/20.500.11938/75089 Visita 21-1-2024

Possamai, Paulo Cesar. COLONIA DEL SACRAMENTO VIDA COTIDIANA DURANTE LA OCUPACION PORTUGUESA. En Internet. https://wp.ufpel.edu.br/nphr/files/2017/08/COLONIA-DEL-SACRAMENTO-VIDA-COTIDIANA.pdf Visita 22-1-2024

Recopilación de noticias desde el año 1755 hasta abril de 1759, sobre los sucesos del Paraguay, la persecución de los padres de la Compañía de Jesús de Portugal y los conflictos entre España, Portugal e Inglaterra en la colonia del Sacramento [Manuscrito]: enviadas de un gran ministro de estado y esparcidas en Nápoles por otro ministro, traducidas del toscano En Internet https://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000130529&page=1 Visita 19-1-2023

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