Cesáreo Jarabo Jordán
Cuando en 1441 Antón Gonsalves introdujo en Portugal diez negros, podemos entender que se dio inicio al comercio negrero en Europa, siendo que en 1517 Fray Bartolomé de las Casas pidió a Carlos I la introducción de mano de obra esclava negra para atender el trabajo de las minas de La Española y de Jamaica.
En 1518 Carlos I autoriza a Lorenzo de Garrevod a pasar 4.000 negros a América. Durante los años 1518-1519 tiene lugar una fuerte epidemia de viruelas en el Caribe que diezma drásticamente la población aborigen, y acelera el aumento de la población negra, procedente de Guinea, con componentes del Congo, de Nigeria y de Angola.
En 1553 partían de Londres los primeros mercantes rumbo a África, siendo que en 1562 John Hawkins transportaba a las Antillas el primer cargamento de esclavos africanos bajo bandera inglesa, y en 1595 los holandeses envíaban su primera expedición a Guinea.
Desde este momento, y hasta la supresión del tráfico, el golfo de Guinea sería el principal núcleo de extracción de esclavos.
Los portugueses habían constituido con aquellas tierras una circunscripción político-militar conocida como “Distrito de Biafra”, asegurándose de este modo por un tiempo el control de gran parte del negocio de la trata, preponderancia que en lo referente a las Indias Occidentales -con mucho el primer consumidor- convirtióse en monopolio durante los ochenta años de unidad ibérica. (Vilar: 268)
Pero ni el número de esclavos transportados ni las condiciones aplicadas se parecían grandemente a lo que posteriormente ocurriría. En 1612 los ingleses se establecieron en las Bermudas; en 1616 Holanda empezaba a colonizar la Guyana; en 1618 los ingleses se establecían en el río Gambia, y en 1619 introducen los primeros esclavos negros en Virginia.
Con los asentamientos británicos, holandeses y franceses se da inicio a un tráfico transatlántico que alcanza niveles nunca antes vistos. Pero no serían negros los primeros esclavos que sirvieron en las colonias europeas, siendo que los introducidos hasta el momento eran esclavos blancos, principalmente irlandeses.
Era, según su relación, más que inhumano el trato que los plantadores daban á estos esclavos blancos: limitada y perversa la comida, casi nulo él vestir, el reposo escaso, y tan frecuentes y crueles los castigos, aplicados moerdnitenaria por mero capricho ó entretenimiento, que algunos infelices morían á manos de sus brutales dueños. Uno de éstos hubo y se hizo tristemente famoso en la isla de San Cristóbal, nombrado Betesa, que llegó á dar muerte con su látigo á más de cien criados de los seducidos en Francia é Inglaterra. Los plantadores y piratas de esta Nación sólo se diferenciaban de los de procedencia francesa en ser algo más crueles. Servían entre ellos los contratados siete años, y cuando iban á cumplir los seis, mortificábanles sus dueños con tan atroces castigos, que les impelían á suplicar se les revendiese á otros amos, aun sabiendo que alargaban así la servidumbre de cuatro á siete más; dándose el caso de prolongar algunos infelices, en esta forma, su esclavitud hasta veinte años. (Alsedo 2013:)
Por otra parte, las colonias no estaban autorizadas a producir nada que no fuese demandado por Inglaterra, y los colonos debían suministrarse de las mercancías producidas en la metrópoli. Nadie podía importar ni exportar nada que no fuese británico.
Pero algo cambiaría en 1619 cuando un barco holandés hubo de repostar en Jamestown (Virginia). A cambio de los suministros dejó 20 africanos que llevaba a bordo. Fueron los primeros negros que entraban en las colonias de Norteamérica.
¿Y los nativos?... Serían exterminados
En los momentos en que los indios reclamaron la propiedad de tierra de valor agrícola, la coexistencia simplemente fue descartada. Si resistían la expropiación, entonces podían y debían, como dijo Locke, «ser destruidos como un león o un tigre, una de esas bestias salvajes, con las que el hombre no puede convivir ni estar seguro». (Ferguson)
Por qué Inglaterra prefirió el exterminio de los indios a su esclavización es una pregunta que nos es respondida por Hug Thomas.
Los colonos norteamericanos continuaron con esclavos indígenas a lo largo del siglo XVIII, pero, por razones que nada tenían que ver con lo moral, sino más bien por' miedo a que los cautivos indígenas provocaran guerras entre las tribus de las que procedían; por esto algunas colonias prohibieron su importación, entre ellas Massachusetts, Connecticut y Rhode Island (entre 1712 y 1714). (Thomas 1997: )
En 1625 los franceses se apoderaron de Haití, donde recalarían esclavos procedentes de Dahomey. Luego, Holanda trasladaría bantúes de Suráfrica a La Guayana, y los ingleses tendrían sus caladeros principales en la Costa del Oro (Ghana) y en Nigeria.
En 1630 Inglaterra inicia la industria azucarera en Barbados, y siete años después, en 1637, Francia construye el fuerte de San Luis del Senegal, al tiempo que Holanda toma las posiciones africanas de Arguin, Gorea y Elmina, hasta la fecha en poder de Portugal, convirtiéndose en estos momentos en los puertos de mayor tráfico, controlados por la Real Compañía de África. El objeto de esta compañía era suministrar anualmente 3.000 esclavos a las colonias azucareras.
Entre 1636 y 1640 la media de esclavos vendidos en Pernambuco fue de entre mil y mil ochocientos, mientras que en los seis años siguientes, de 1641 a 1646, la cifra se fue incrementando de 1188, a 1337, a 2312, a 3948, a 5565 Y volvió a bajar a 2589. "Sin los negros y los bueyes, nada podría esperarse de Pernambuco», le dijeron en 1640 al Heeren XIX, la suprema autoridad de la Compaüía de las Indias Occidentales. (Thomas 1997: 181)
Pero la carrera no hacía sino comenzar. Así, en 1641 es ocupado el territorio de Angola y Benguela por los holandeses, y Suecia no se quedaba a la zaga y en 1645 protegía su particular mercado construyendo el fuerte de Christianborg en Accra, Costa de Oro, siendo que en 1657 lo perdería en favor de Dinamarca, y en 1662 Holanda adquirió el control exclusivo de la trata en el Golfo de Guinea
Este frenesí esclavista se movía en torno al azúcar. Los esclavistas no dudaban en ejercer todo tipo de acciones, sin dejar aparte la piratería. En ese sentido y en este tiempo, Holanda ocupó el noroeste de Brasil, especialmente dotado para el cultivo de la caña, y ese fue el inicio de un incremento sin precedentes de la mano de obra esclava africana en la zona.
La toma de Curaçao por parte de Holanda, acaecida en julio de 1634, significó un fuerte espaldarazo a la evolución del esclavismo, siendo que en ella tuvieron un importante trampolín para acceder a la España americana, donde tuvieron gran influjo comercial apoyado con el aporte de la comunidad sefardí.
A partir de este momento, para España el comercio de esclavos se transformó en el poco envidiable asunto que tenía que tratar con sus pasados y potenciales enemigos. La reacción española fue predeciblemente orgullosa y poco realista: casi un cuarto de siglo después de 1640 la importación de africanos a Hispanoamérica, donde la demanda era en ese momento baja, estuvo terminantemente prohibida. Sin embargo, los esclavos se importaban de modo ilegal a través de las recién establecidas colonias holandesas, inglesas y francesas del Caribe. En 1662, España cedió con reticencia a la realidad y resucitó el sistema del asiento. (Browser: 142)
Para hacerse una idea de la carrera esclavista llevada por Europa, es necesario señalar las superficies de las islas ocupadas en el Caribe por las potencias europeas. Dejando Jamaica aparte, baste señalar que el año 1625, franceses e ingleses tomaron San Cristóbal; en 1628, Inglaterra ocupaba Barbados (431 km2) y Nevis (que junto a San Cristóbal suma una extensión de 269 km2; en 1632 tomaba Montserrat (102 km2) y Tobago (300 km2); en 1634 Francia ocupaba San Bartolomé (22,1 km2) y Santa Lucía (617 km2); en 1635 Guadalupe (253,8 km2) y Martinica (1128 km2), mientras Holanda, en 1634 ocupaba Curaçao (444 km2) y tomaba asiento en Guayana , y Francia, en 1604 se instalaba en Guayana y el gobernador francés de San Cristóbal, Le Vasseur, tomaba la isla de Tortuga (180 km2). Y esas extensiones de terreno eran superpobladas de esclavos.
Ese frenesí esclavista comportaba no pocos conflictos entre las naciones implicadas en la trata; así, en 1651, la Compañía Británica de las Indias Orientales arrebataba Santa Elena a los holandeses, y un año después es Holanda quién toma el cabo de Buena Esperanza.
Estaban tomando posiciones para el control del tráfico esclavista y del comercio en general, siendo prioritario dominar las rutas comerciales de España, cuestión que queda manifiesta en la trayectoria y en las instrucciones de Cromwell para la toma de Jamaica objeto que se revela en todas las instrucciones de 10 de octubre de 1665 para el Mayor General Richard Fortescue, primer gobernador inglés de Jamaica.
En esos dos sentidos, por circunstancias diversas, España estaba desaparecida, pero también estaba desaparecida en la misión llevada a cabo anteriormente. Por eso, traiciones de por medio, en 1655 perdía Jamaica, isla que acabaría siendo centro del tráfico negrero, a favor de Inglaterra.
Fue en estos momentos cuando Inglaterra, Francia y Holanda lograron arrebatar a España multitud de enclaves en el Caribe que dedicaron muy especialmente a la producción azucarera, y fue en estos momentos cuando se disparó la población esclava en la región. En apenas un siglo, las colonias inglesas importaron más de 2.000.000 de esclavos, y a finales del siglo XVIII, las colonias francesas concentraban cerca de un millón, cifras que, en comparación con los esclavos existentes en las Antillas españolas representaban más del 2000% de éstas, en las que no había más de 100.000, y en cuanto al régimen de esclavitud, es tema para tratar aparte.
A partir de este momento Jamaica llegó a ser el mayor exportador de azúcar a escala mundial.
A principios del siglo XVIII, Jamaica presentaba desde el punto de vista demográfico, una pequeña élite de hacendados blancos y una mayoría de esclavos negros. Sin embargo, esta mayoritaria población negra registró altas tasas de mortalidad debido a las enfermedades, el exceso de trabajo y a las severas y miserables condiciones de vida de las plantaciones; como bien afirma Turner, “La esclavitud en Jamaica mataba”. (Rezzonico)
Y aunque la carencia de derechos sería la norma en las colonias europeas, en 1661 fue promulgado en Barbados el Código de la Esclavitud, que pretendía regular el castigo de los cimarrones, pero que finalmente significó amparo legal para las técnicas de castigo ya aplicadas con anterioridad.
Ya en el preámbulo del Código se establecía que los negros serían tratados como bienes muebles (Chattel Property) en las cortes de la isla. Dicho preámbulo rotulaba a los negros como “una especie de gente pagana, salvaje, insegura y peligrosa” (Citado por Scott & Shade 66). El Código de Esclavitud de Barbados de 1661, no sólo significó la institucionalización legal de la esclavitud sino también sirvió como base y modelo para los Códigos de Esclavitud adoptados en otras colonias británicas, como los de Jamaica de 1664 y 1696, entre otros. (Rezzonico)
Y no sería sólo Barbados... En 1663 Maryland proclamó unas leyes por las que todos los negros eran considerados esclavos, extendiéndose su condición a su descendencia. Y en 1664 se estipulaba que los esclavos debían serlo de por vida, al tiempo que se prohibía el matrimonio entre mujer blanca y hombre negro, siendo condenada a esclavitud perpetua la mujer que casase con un negro.
No fueron los únicos códigos. Sirva como muestra el código de esclavos de Virginia, proclamado en 1682 . En el mismo se dictó la pena de muerte a todo aquel esclavo que escapase de sus amos.
Sirva, para remarcar la existencia de códigos de esclavos, que el adoptado en Jamaica no permitía a los amos matar arbitrariamente al esclavo, aunque si resultaba muerto accidentalmente durante el castigo, no había responsabilidad jurídica.
Códigos posteriores, como el de 1696, condenaba al asesino a ser quemado en la mano, y en 1717, se prohibió mutilar a los esclavos, bajo pena de cien libras.
el código de esclavos de 1664, explícitamente, delegaba derechos estatales soberanos al dueño de esclavos decretando que todos los delitos menores serían juzgados y resueltos por el dueño del esclavo o esclavos. Además de legitimar la facultad directa de los propietarios para castigar a sus esclavos, el Estado proporcionaba los recursos para la punición de éstos en forma privada por parte de sus amos. En ese sentido, los amos podían contratar empleados gubernamentales, tales como el “common whipman” (azotador común, usual), para flagelar a sus esclavos. Este azotador parece haber sido un individuo empleado por la jurisdicción cuyos servicios también podían ser comprados por el dueño de la plantación. (Rezzonico)
Y es que en estos momentos, los esclavistas sentían la necesidad de promulgar códigos especiales para los esclavos. De ahí que Francia, como consecuencia de la revuelta acaecida en Martinica promulgase el Code Noir el año 1685, por el cual se obligaba bautizar a todos los negros (art 2), prohibía cualquier otra religión (art. 3) y obligaba a respetar los domingos y fiestas de guardar (Art. 6), se prohibía a los negros portar armas (art. 15), las reuniones eran castigadas con penas que podían llegar a hasta la muerte (art. 16); se les prohibía el comercio (art 18-19), se estipulaba el mínimo de comida para los impúberes (art. 22), se les prohibía el alcohol (art. 23), a los amos se les obligaba a la manutención y el vestido de los esclavos (art. 24-25-26), a cuidar al esclavo en la vejez (art 27). Los esclavos podrían ser procesados (art 32), pero no podrían ser parte (art 31), estipulaba pena de muerte al esclavo que agrediese al amo (art 33), el robo podía acarrear la pena de muerte (art 35), el esclavo que huía durante un mes, era condenado a la mutilación de las orejas y si llegaba a dos meses, se le cortaba un brazo (art 37), el esclavo podía ser fustigado por el amo, pero no mutilado ni ejecutado (art 42), los esclavos eran declarados bienes muebles (art 44), se respeta la unidad familiar (art. 47).
Evidentemente, el Código Negro ratificaba lo ya actuado, con pequeños matices. Cualquier falta cometida por un esclavo sería juzgada por un Consejo de Guerra que al fin tenía la posibilidad de ordenar el fusilamiento.
Estos códigos, si sirvieron de algo, fue para el crecimiento de las colonias, que lo conocieron de forma espectacular a lo largo del siglo XVIII, y lógicamente, el mayor crecimiento humano estuvo representado por la esclavitud negra, que si en 1690 representaba el ocho por ciento de la población, en 1770, alcanzaba ya el veintiuno por ciento. En ochenta años, poblaciones como Boston, Nueva York, Filadelfia o Charleston habían duplicado o triplicado su población, siendo que, en números absolutos, las colonias británicas pasaron de contar con un total de 250.000 personas en 1700 a 1.600.000 a mediados de siglo, siendo variada la distribución racial. Jamaica acabaría convirtiéndose en una isla cuyos habitantes negros rondaban el 100% de la población, y en otras zonas, como Virginia, el porcentaje se quedaba en el cincuenta por ciento.
Y en esa crecimiento estaban implicados directamente los esclavistas, que pasaron a crear granjas de crianza.
El precio de las mujeres esclavas en edad de tener hijos se elevó espectacularmente, existiendo planes de reproducción que tenían previsto que cada esclava diese a luz un hijo por año. En ese propósito destacaron colonias como Virginia, Carolina del Norte, Maryland, Kentucky, Tenesse y Missouri.
Y el trato legal, acorde con el Código, estricto.
Durante todo el siglo XVIII, el código virginiano de la esclavitud incluía lo siguiente: Si se atrapa al esclavo, el juzgado del condado tendrá competencias para imponer castigos al esclavo en cuestión, bien sea por desmembramiento o cualquier otra forma de castigo, que a su discreción considerase adecuado, para la reforma de tal incorregible esclavo, y para aterrorizar a los demás de tales prácticas.(Zinn 2005)
Al amparo de las prácticas esclavistas llevadas a cabo por los europeos, Portugal, que sí, desde el descubrimiento llevó a cabo transporte de esclavos y sí, cuenta como país implicado en la trata, entre 1720 y 1730 transportó ingentes cantidades de esclavos negros a Minas Gerais, en Brasil, que hasta 1810 recibiría cerca de dos millones de esclavos africanos, siendo que , contrariamente a lo acaecido en las colonias europeas, gran parte de ellos fueron manumitidos y se mezclaron con la población no negra.
El desarrollo de la minería de oro en Brasil estaba intervenido directamente por Inglaterra, que desde su separación de España en 1640, y como sucedería con el resto de España en 1808, ya era, en rigor, colonia inglesa.
Pero, en rigor, las Antillas Menores (Barbados, S. Kitts, Antigua, Santa Lucía, Martinica y Guadalupe) eran las principales sociedades esclavistas del Caribe. Mediado el siglo XVIII, la Jamaica británica y el Santo-Domingo francés se habían convertido en los mayores y más brutales centros de explotación, acumulando un volumen de esclavos que rivalizaba con el de Brasil, siendo que geográficamente se trata de dos regiones incomparables, y acumulando unos índices de mortandad y de baja natalidad sin parangón, consecuencia de los abusivos sistemas de trabajo, que llevaban a los esclavos a la extenuación.
El alto índice de defunciones y la baja natalidad posibilitó que, en 1750, el Parlamento británico diese libertad al comercio de negros, como esclavos, desde y hacia cualquier parte de África entre Sallee, en el sur de Berbería, y el Cabo de Buena Esperanza, a todos los súbditos del rey de Inglaterra, y como consecuencia, en 1754 las colonias británicas tenían una mayoría absoluta de población esclava y los puertos de Londres y de Bristol eran los más importantes del mundo en este comercio.
Entre 1756 y 1763 tiene lugar la guerra de los siete años. En el curso de la misma, en 1758, el comodoro Augustus Keppel tomó para Inglaterra Gorée, en el África Occidental, a los franceses. Otro puerto de embarque esclavista de primer orden quedaba así al servicio de Inglaterra.
Pero el cambio estaba cercano; Inglaterra estaba tramando el cambio en el concepto de esclavitud, más acorde a los métodos que anunciaban los teóricos del liberalismo, y en 1787 Thomas Clarkson funda en Londres la British Antislavery Society, que luego es la base de asociaciones similares en los demás países europeos y americanos.
Mientras tanto, los métodos permanecían incólumes; así, a finales del siglo XVIII la producción de barcos negreros en Inglaterra conoció un especial auge, en parte merced al establecimiento en Cuba de toda una estructura esclavista bajo control británico. Desarrollaron la actividad de tal forma que, en 1806, de los 62 barcos entrados en el puerto de La Habana que se dedican al negocio de la trata, todos consignados por casas locales, 58 eran de bandera y tripulación norteamericana.
Es el caso que en la octava década del siglo XVIII, más de medio millón de esclavos trabajaban en las condiciones señaladas en el Caribe británico, y de hecho, la idea de que la esclavitud era legítima era común, entendiéndose que sin ella no sería posible la supervivencia del sistema económico británico... y sin embargo, en 1807 Inglaterra prohibió el comercio de esclavos y el 1 de agosto de 1838, los esclavos de las colonias inglesas se vieron libres al haberse decretado la abolición de la esclavitud.... Pero en el interín, el número de esclavos residentes se había duplicado con relación a los existentes sesenta años antes.
En cumplimiento de la nueva situación, Inglaterra había llevado a cabo una serie de acciones; así, mientras el crecimiento del número de esclavos en la Antillas se aceleraba, ocupó Sierra Leona en 1787, para destinarla a recibir a los esclavos negros repatriados. Los primeros fueron los residentes en la metrópoli. Los esclavos ingleses no serían destinados a Sierra Leona, ya que el sitio, calificado como idóneo para los negros, era calificado de inhóspito para ellos. En su lugar serían destinados a Australia y a Nueva Zelanda.
En 1785 el gobierno británico quiso aligerar sus prisiones, que estaban abarrotadas, enviando a condenados a Sierra Leona. Edmund Burke, el gran orador parlamentario, salvó a los presos de este destino al manifestarse con pasión en contra de mandarlos a lo que veía como una muerte segura en África. Entonces se escogió como alternativa el lugar, al parecer más salubre, de Botany Bay, en Australia. (Thomas 1997: 342)
En 1788 Inglaterra inició la dominación de Australia en la actual Nueva Gales del Sur con el arribo de una flota de 11 navíos con casi 1.500 ingleses a bordo. Convictos por los delitos más nimios que habían sido deportados en régimen de esclavitud, y durante más de 80 años unos 165.000 convictos fueron transportados a los presidios. Los últimos convictos que fueron trasladados a la fuerza a Australia llegaron en 1868.
La deportación en muchas ocasiones formaba parte de un proceso de selección física para el trabajo duro. En cierto sentido el sistema de convictos era una forma de esclavitud, aunque los convictos podían esperar su liberación tras haber cumplido su sentencia, y sus hijos eran libres desde su nacimiento. Muchos se enriquecieron y pasaron a formar parte de la clase de los colonos, y su turbio origen a menudo era convenientemente olvidado o encubierto.
Este hecho significó el inicio del genocidio en los pueblos aborígenes, que tuvieron que competir por conservar sus recursos vitales. La desestructuración de la sociedad aborigen, la pérdida de sus territorios de caza y de recolección provocó graves hambrunas… Los efectos combinados de las enfermedades, de la pérdida de sus tierras y de la violencia directa redujo la población aborigen en un 90% entre 1788 y 1900.
El mismo año que Inglaterra ocupaba Sierra Leona, Estados Unidos prohibía la esclavitud en el territorio al norte y oeste del río Ohio, y tres décadas después, en 1820, eran ya doce los estados que habían abolido la esclavitud.
Pero se hace necesario destacar que estos abolicionistas no lo eran por cuestiones humanitarias, y esa afirmación tiene como base las ideas de los mismos, de las que podemos empezar a entresacar algunas.
Para Jefferson, del mismo modo que existen graduaciones entre las razas animales y distintos estadios en la evolución, los negros eran notablemente inferiores a los blancos, sin dejar por ello de ser seres humanos. (Aparisi 1990:)
Y es necesario hacer hincapié en el dato, no vaya a pasar desapercibido: En 112 años exterminaron al 90% de la población aborigen.
En relación a la masacre estadounidense de los indios es interesante saber qué opina Carlos Marx, contemporáneo del asunto. Dice Marx:
Bakunin reprochará a los americanos una “guerra de conquista” que ciertamente asesta un duro golpe a su teoría fundada sobre la “justicia y la humanidad”, pero que fue declarada pura y simplemente en interés de la civilización. ¿O es que acaso es una desgracia que la espléndida California sea arrebatada a los mejicanos perezosos que no sabían qué hacer con ella? La “independencia” de unos cuantos californianos y tejanos españoles puede padecer por ello... Pero ¿qué es todo esto al lado de hechos tan importantes para la historia del mundo?”. (“Neue Rheinische Zeitung”, 15 – Febrero – 1849) (Savater, F. (1978). Panfleto contra el Todo. Barcelona: Dopesa, p. 97-98)” (Sáez)
Como contrapartida a la forma de entender la vida, veamos la opinión de un soldado norteamericano participante en el expolio de México:
Una cosa en particular me gustó mucho, y era la igualdad de todas las clases ante el altar de Dios. Porque aquí [en México] vi arrodillándose... al orgulloso castellano en cuyas venas corría la pura sangre de Cortés, al amarillo azteca, al estúpido indio y al decrépito negro, juntos, codo con codo; las distinciones de razas, de color, de riqueza, de clase era [sic] dejada de lado o desconocida y todos parecían considerarse mutuamente, al menos en el santuario, como iguales ante Dios. En una ocasión (y me alegro de que fuera un suceso común) vi a una muchacha española, bonita, joven y rubia, evidentemente de la clase superior, arrodillada y enfrente mismo de ella estaba un viejo mendigo negro en la misma posición, mientras que al lado del negro estaba un caballero castellano y su hijito... todos elevando devotamente sus oraciones... sin ni siquiera un pensamiento de “banco para negros” o “asientos de los pobres”, y entonces deseé que fuera así en mi propia tierra nativa, donde presumimos que todos los hombres son libres e iguales. (Un soldado de Ohio) (cf. Slotkin, The Fatal Environment, p. 186). De interés excepcional es el abandono de muchos soldados irlandeses y católicos de su lealtad americana, no simplemente desertando sino transfiriendo su lealtad a México. El famoso batallón San Patricio, que se distinguió en Buena Vista, fue formado por Santa Anna con esos desertores, cuya voluntad de combatir testimoniaba su motivo para desertar. (cf. Slotkin, The Fatal Environment, p. 187). Desde 1845, Irlanda estaba sufriendo la epidemia de la patata. Los irlandeses cultivaban la tierra de los ingleses, pero se alimentaban de pequeños huertos de patatas que, al ser atacados por un insecto, ocasionaron la muerte de cientos de miles y la emigración de otros muchos a Estados Unidos. En Irlanda había comida, cereales y ganado, pero estaba destinada a bocas inglesas. Inglaterra, tras tres siglos de colonización de la isla, había confiscado el 95 por ciento de las tierras a los nativos. Los soldados irlandeses del ejército norteamericano comprendieron que la guerra de Méjico – una guerra ofensiva en pro de la extensión de la esclavitud– era un acto de tiranía, como la que ellos sufrían en su patria, y decidieron ponerse de parte de la justicia, pasándose al bando mejicano.” (Sáez)
Evidentemente estamos ante una cosmovisión, la británica, que poco tiene que ver con la cosmovisión hispánica. En medio de una campaña mundial para la supresión de la esclavitud, resulta curioso comprobar qué pensamientos anexos eran propios de aquellos que se abanderaban como campeones del abolicionismo. Así, Abraham Lincoln declaraba:
No soy partidario -nunca lo he sido, bajo ningún concepto- de la igualdad social y política entre la raza blanca y la raza negra... Existe una diferencia física entre ellas que les impedirá, siempre, vivir juntas en igualdad social y política. Existe naturalmente una situación de superioridad e inferioridad, y mi opinión es asignar la posición de superioridad a la raza blanca». (Sáez)
Se oponía a la esclavitud, y esa idea la utilizó para defender sus intereses políticos y económicos, pero no podía ver a los negros como a ciudadanos con igualdad de derechos, sino que pretendía su libertad con el único objetivo de mandarlos a África.
De hecho llegó a expresar públicamente:
Diré, pues, que no estoy, ni nunca he estado, a favor de equiparar social y políticamente a las razas blanca y negra (aplausos), que no estoy, ni nunca he estado, a favor de dejar votar ni formar parte de los jurados a los negros, ni de permitirles ocupar puestos en la administración, ni de casarse con blancos...
Y hasta que no puedan vivir así, mientras permanezcan juntos debe haber la posición superior e inferior y yo, tanto como cualquier otro, deseo que la posición superior la ocupe la raza blanca. (Zinn 2005)
Y si de presidentes de los Estados Unidos hablamos, hay que señalar que para Thomas Jefferson no era posible que blancos y negros vivieran bajo un mismo gobierno, y negaba la relación entre ellas si no era mediante la sumisión.
Era absolutamente contrario a la mezcla entre las dos razas, circunstancia que se basaba fundamentalmente en su creencia en la inferioridad de los negros. En sus «Notes on the State of Virginia», afirmaba:
Entre los romanos la emancipación sólo requería un esfuerzo. Una vez manumitido el esclavo podía mezclarse sin manchar la sangre de su amo (ya que fundamentalmente se trataba de esclavos blancos) . Pero, entre nosotros hace falta un segundo esfuerzo, desconocido para la historia . Una vez liberado, debe ser desplazado más allá de la posibilidad de una mezcla. (Aparisi 1990: 462)
En ese sentido, la política inglesa de deportar a Sierra Leona fue redondeada por los Estados Unidos con un hecho idéntico: la conquista , en 1821, de un territorio frontero a Sierra Leona, que recibiría el nombre de Liberia, siendo su capital Monrovia, en honor al presidente usense James Monroe.
Fue la culminación, poco exitosa por otra parte, de una iniciativa que no le correspondía a él, sino a Thomas Jefferson, quién ya en 1779, cuando iniciaban la liberación de esclavos, y siendo poseedor de 260 esclavos, dio pie a un proyecto de ley por el que los libertos debían abandonar los Estados Unidos en el plazo de un año bajo pena de quedar al margen de la ley. El mismo proyecto era extensivo a los mulatos y las mujeres blancas, sus madres.
Si la medida no tuvo total cumplimiento fue debido a la ingente cantidad de esclavos que desconfiaba profundamente de semejante repatriación. No se cumplió la medida, pero con la abolición, los esclavos acabaron sufriendo condiciones en conjunto peores a las padecidas durante la esclavitud, y condenadas a la marginalidad, incrementándose en la población el sentido racista que fue fomentado desde pocos años después del primer arribo de esclavos negros a las colonias británicas con el fin de enfrentarlos a los esclavos blancos y evitar así, en lo posible sublevaciones conjuntas.
Y si no se llevó a efecto el masivo éxodo de esclavos liberados, sin embargo cuajó socialmente la política de marginación .
En medio de estas convulsiones, la situación de los esclavos en los Estados Unidos se veía alterada, motivo por el cual muchos esclavos de las plantaciones de arroz y algodón de Carolina del Sur, Georgia y Alabama, se refugiaron en los territorios españoles de la Florida, donde eran aceptados como hombres libres.
La población negra en estos momentos representaba el 20% de los habitantes de los Estados Unidos1, y la amenaza de revuelta era manifiesta, por lo que, resultando imposible la repatriación, no se hizo mención a la existencia de la población negra (ni para qué citar a la india) en la declaración de independencia, siendo que, por otra parte, los Estados Unidos tomaban el testigo de Inglaterra en el práctico monopolio de la trata atlántica.
El hecho de decir que la Declaración de Independencia, incluso en su propio enunciado, estaba limitada al concepto de "vida, libertad y
felicidad para los machos blancos" no significa denunciar a los creadores y firmantes de la Declaración, que tomaron las ideas de los machos privilegiados del siglo dieciocho. (Zinn 2005)
Mientras tanto, y como complemento necesario para redondear la política británica en lo tocante a la transformación del hecho esclavista, se produjo la que sin duda fue la principal rebelión de esclavos. Era el año 1791, y el lugar, Haití. La rebelión continuaría hasta 1804, con el acceso a la independencia, pero ya en 1794 la Convención francesa había decretado la abolición de la esclavitud en las Antillas francesas.
Se suceden unos años en los que el movimiento abolicionista se expande, siendo que en 1803 Dinamarca se convierte en la primera nación moderna en hacerlo. En 1807 Inglaterra abole la trata y en 1808 se prohíbe la entrada de esclavos en las colonias inglesas 2y en los Estados Unidos, pero esa es una cuestión que no sería totalmente atendida, ya que aunque fue gradualmente abolida en los estados norteños, no sucedió lo mismo en el sur, donde fueron trasladados los esclavos de los estados que la habían abolido, cuestión esta que movió fuertemente la economía.
Y al compás del movimiento abolicionista se reproducían las conjuras y las sublevaciones, que tuvieron especial significado en Carolina del Norte, Georgia y Mariland. En 1830 los negros en Estados Unidos, con 2.328.642 individuos, representaban el 20 por 100 de la población total, y la rebelión general era una obsesión .
Pero el gobierno no estaba dispuesto a que fuese la iniciativa de los rebeldes
la que lograra el fin de la esclavitud. Bien al contrario, el final del régimen esclavista estaría sometido al dictado de los amos, cuyas motivaciones no eran precisamente humanistas, sino economicistas. , y a ello se volcó Abraham Lincoln combinando a la perfección las necesidades del empresariado, la ambición política del partido republicano, y la retórica del liberalismo.
Lincoln pudo usar su habilidad para combinar los intereses de los muy ricos y los de los negros en un momento en el que esos intereses se encontraron. Y pudo vincular estos dos intereses con los de un sector creciente de americanos: los nuevos ricos blancos, de clase media, con sus ambiciones económicas e inquietudes políticas. (Zinn 2005)
El sur de los Estados Unidos, si bien producía una amplia gama de bienes de consumo (azúcar, arroz, tabaco, maíz), tenía su economía centrada muy especialmente en el cultivo de algodón , que si en 1800 producía 320.000 balas, en 1861 eran 4.000.000. Y la mano de obra estaba compuesta por esclavos negros, cuyo número, en ese mismo periodo, había pasado de medio millón a cuatro millones.
Así, aunque la importación legal de esclavos a los Estados Unidos quedó prohibida en 1808 y la esclavitud ilegalizada en numerosos estados a comienzos del siglo XIX, permaneció vigente en el sur hasta la década de los años 1860, cuando la enmienda 13 de la Constitución la declaró extinta. Pero la verdad es que no fue hasta el final de la II Guerra Mundial cuando se adoptaron medidas determinantes. No cabe duda que el proceso de Nuremberg tuvo sus secuelas; una, la citada, y otra, en Oceanía, el fin de la caza de aborígenes. Y es que resultaba sarcástico que los autores de estas actuaciones dilatadas durante siglos fuesen justamente la acusación de los supuestos crímenes de la Alemania Nacionalsocialista.
Por otra parte, si la esclavitud estaba prohibida en los estados norteños, lo era de forma nominal. Los negros libres no tenían la misma libertad que el resto de la población, hasta el extremo que, para 1860, los negros, para poder votar, debían demostrar la posesión de bienes por valor de 250 dólares, exigencia que no era aplicable a los blancos.
Es en estos años cuando se produce un rosario de supresiones nominales, tanto de trata como de esclavitud. Finalmente, la esclavitud había cambiado de nombre, y las actuaciones al respecto, también.
Entre 1818 y 1858 sucedieron fuertes enfrentamientos entre la población sureña de Estados Unidos y los pueblos seminoles (indígenas y afrodescendientes) de la Florida. Las personas estadunidenses intentaron capturar a las esclavizadas que habían escapado e impedir nuevas fugas, a la vez que intentaban adueñarse de territorios más fértiles. Los resultados de estas guerras fueron el desplazamiento de los seminoles y mascogos hacia reservas indígenas en otros estados, por ejemplo, Oklahoma, y la anexión de los territorios de la Florida a la nación del norte.(velázquez 2012: 30)
Para completar la parodia, en 1821 Se constituye en Inglaterra la Sociedad Antiesclavista, presidida por William Wilberforce, y el mismo año, la American Colonization Society desembarca en la Costa de los Granos el primer cargamento de negros libres que dio origen a Liberia.
Pero esa libertad no pasaba de ser una parodia, pues ni Locke, ni Voltaire, ni Diderot, ni Rousseau, ni por supuesto Wilberforce y tantos otros materialistas que se manifestaron contra la institución esclavista, sentían otra cosa que desprecio por quienes estaban sometidos a ella, a quienes con dificultad les reconocían su condición de persona.
Por otra parte, no debemos olvidar que el movimiento abolicionista se centró en el ámbito atlántico, pero justo en ese momento, además de la esclavitud de los súbditos británicos que estaban siendo transportados a Australia y Nueva Zelanda, estaba muy presente en la India, siendo que en 1833 el parlamento británico rechazó aplicar la abolición en estas colonias.
Para la década de 1840, la India continuaba con un régimen esclavista, con un intenso tráfico al amparo de la corona británica.
Y en los Estados Unidos también seguían jugando con dos barajas.
Era el gobierno nacional el que, a la vez que aplicaba tímidamente la ley que tenía que acabar con el comercio de los esclavos, aplicaba sin contemplaciones las leyes que fijaban el retorno de los fugitivos a la esclavitud. Fue el gobierno nacional el que, durante la administración de Andrew Jackson, colaboró con el Sur para eliminar el envío de literatura abolicionista por correo en los estados sureños. Fue el Tribunal Supremo de los Estados Unidos el que declaró en 1857 que el esclavo Dred Scott no podía exigir su libertad porque no era una persona, sino una propiedad. (Zinn 2005)
No en vano, Jackson era negrero, especulador inmobiliario,y exterminador de indios.
Pero la historia de la esclavitud inexorablemente estaba encaminada a sufrir un cambio radical y casi inmediato: En 1863 Holanda suprimió la esclavitud en sus colonias americanas; dos años después quedó abolida en todo el territorio de los Estados Unidos, y en 1873 Inglaterra impuso al sultán de Zanzíbar el fin de la trata; en Cuba se suprimió en 1880, y en Brasil en 1888.
Y los métodos de la Edad Moderna siguieron usándose mientras se convertían en los nuevos métodos actualmente vigentes. Así, destaca la actuación de Bélgica en el Congo llevada a cabo hasta 1914.
Las plantaciones de caucho y los ferrocarriles de la Asociación Internacional fueron construidos con trabajo esclavo y las ganancias iban directamente a los bolsillos del rey Leopoldo II. Fue tal la rapacidad de su régimen que el coste en vidas humanas debido a los asesinatos, el hambre, la enfermedad, la reducción de la fertilidad, ha sido estimado en diez millones de personas, la mitad de la población existente. (Ferguson)
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Texto completo de "La esclavitud en Europa": https://www.cesareojarabo.es/2019/09/la-esclavitud-en-europa-texto-completo.html
Cuando en 1441 Antón Gonsalves introdujo en Portugal diez negros, podemos entender que se dio inicio al comercio negrero en Europa, siendo que en 1517 Fray Bartolomé de las Casas pidió a Carlos I la introducción de mano de obra esclava negra para atender el trabajo de las minas de La Española y de Jamaica.
En 1518 Carlos I autoriza a Lorenzo de Garrevod a pasar 4.000 negros a América. Durante los años 1518-1519 tiene lugar una fuerte epidemia de viruelas en el Caribe que diezma drásticamente la población aborigen, y acelera el aumento de la población negra, procedente de Guinea, con componentes del Congo, de Nigeria y de Angola.
En 1553 partían de Londres los primeros mercantes rumbo a África, siendo que en 1562 John Hawkins transportaba a las Antillas el primer cargamento de esclavos africanos bajo bandera inglesa, y en 1595 los holandeses envíaban su primera expedición a Guinea.
Desde este momento, y hasta la supresión del tráfico, el golfo de Guinea sería el principal núcleo de extracción de esclavos.
Los portugueses habían constituido con aquellas tierras una circunscripción político-militar conocida como “Distrito de Biafra”, asegurándose de este modo por un tiempo el control de gran parte del negocio de la trata, preponderancia que en lo referente a las Indias Occidentales -con mucho el primer consumidor- convirtióse en monopolio durante los ochenta años de unidad ibérica. (Vilar: 268)
Pero ni el número de esclavos transportados ni las condiciones aplicadas se parecían grandemente a lo que posteriormente ocurriría. En 1612 los ingleses se establecieron en las Bermudas; en 1616 Holanda empezaba a colonizar la Guyana; en 1618 los ingleses se establecían en el río Gambia, y en 1619 introducen los primeros esclavos negros en Virginia.
Con los asentamientos británicos, holandeses y franceses se da inicio a un tráfico transatlántico que alcanza niveles nunca antes vistos. Pero no serían negros los primeros esclavos que sirvieron en las colonias europeas, siendo que los introducidos hasta el momento eran esclavos blancos, principalmente irlandeses.
Era, según su relación, más que inhumano el trato que los plantadores daban á estos esclavos blancos: limitada y perversa la comida, casi nulo él vestir, el reposo escaso, y tan frecuentes y crueles los castigos, aplicados moerdnitenaria por mero capricho ó entretenimiento, que algunos infelices morían á manos de sus brutales dueños. Uno de éstos hubo y se hizo tristemente famoso en la isla de San Cristóbal, nombrado Betesa, que llegó á dar muerte con su látigo á más de cien criados de los seducidos en Francia é Inglaterra. Los plantadores y piratas de esta Nación sólo se diferenciaban de los de procedencia francesa en ser algo más crueles. Servían entre ellos los contratados siete años, y cuando iban á cumplir los seis, mortificábanles sus dueños con tan atroces castigos, que les impelían á suplicar se les revendiese á otros amos, aun sabiendo que alargaban así la servidumbre de cuatro á siete más; dándose el caso de prolongar algunos infelices, en esta forma, su esclavitud hasta veinte años. (Alsedo 2013:)
Por otra parte, las colonias no estaban autorizadas a producir nada que no fuese demandado por Inglaterra, y los colonos debían suministrarse de las mercancías producidas en la metrópoli. Nadie podía importar ni exportar nada que no fuese británico.
Pero algo cambiaría en 1619 cuando un barco holandés hubo de repostar en Jamestown (Virginia). A cambio de los suministros dejó 20 africanos que llevaba a bordo. Fueron los primeros negros que entraban en las colonias de Norteamérica.
¿Y los nativos?... Serían exterminados
En los momentos en que los indios reclamaron la propiedad de tierra de valor agrícola, la coexistencia simplemente fue descartada. Si resistían la expropiación, entonces podían y debían, como dijo Locke, «ser destruidos como un león o un tigre, una de esas bestias salvajes, con las que el hombre no puede convivir ni estar seguro». (Ferguson)
Por qué Inglaterra prefirió el exterminio de los indios a su esclavización es una pregunta que nos es respondida por Hug Thomas.
Los colonos norteamericanos continuaron con esclavos indígenas a lo largo del siglo XVIII, pero, por razones que nada tenían que ver con lo moral, sino más bien por' miedo a que los cautivos indígenas provocaran guerras entre las tribus de las que procedían; por esto algunas colonias prohibieron su importación, entre ellas Massachusetts, Connecticut y Rhode Island (entre 1712 y 1714). (Thomas 1997: )
En 1625 los franceses se apoderaron de Haití, donde recalarían esclavos procedentes de Dahomey. Luego, Holanda trasladaría bantúes de Suráfrica a La Guayana, y los ingleses tendrían sus caladeros principales en la Costa del Oro (Ghana) y en Nigeria.
En 1630 Inglaterra inicia la industria azucarera en Barbados, y siete años después, en 1637, Francia construye el fuerte de San Luis del Senegal, al tiempo que Holanda toma las posiciones africanas de Arguin, Gorea y Elmina, hasta la fecha en poder de Portugal, convirtiéndose en estos momentos en los puertos de mayor tráfico, controlados por la Real Compañía de África. El objeto de esta compañía era suministrar anualmente 3.000 esclavos a las colonias azucareras.
Entre 1636 y 1640 la media de esclavos vendidos en Pernambuco fue de entre mil y mil ochocientos, mientras que en los seis años siguientes, de 1641 a 1646, la cifra se fue incrementando de 1188, a 1337, a 2312, a 3948, a 5565 Y volvió a bajar a 2589. "Sin los negros y los bueyes, nada podría esperarse de Pernambuco», le dijeron en 1640 al Heeren XIX, la suprema autoridad de la Compaüía de las Indias Occidentales. (Thomas 1997: 181)
Pero la carrera no hacía sino comenzar. Así, en 1641 es ocupado el territorio de Angola y Benguela por los holandeses, y Suecia no se quedaba a la zaga y en 1645 protegía su particular mercado construyendo el fuerte de Christianborg en Accra, Costa de Oro, siendo que en 1657 lo perdería en favor de Dinamarca, y en 1662 Holanda adquirió el control exclusivo de la trata en el Golfo de Guinea
Este frenesí esclavista se movía en torno al azúcar. Los esclavistas no dudaban en ejercer todo tipo de acciones, sin dejar aparte la piratería. En ese sentido y en este tiempo, Holanda ocupó el noroeste de Brasil, especialmente dotado para el cultivo de la caña, y ese fue el inicio de un incremento sin precedentes de la mano de obra esclava africana en la zona.
La toma de Curaçao por parte de Holanda, acaecida en julio de 1634, significó un fuerte espaldarazo a la evolución del esclavismo, siendo que en ella tuvieron un importante trampolín para acceder a la España americana, donde tuvieron gran influjo comercial apoyado con el aporte de la comunidad sefardí.
A partir de este momento, para España el comercio de esclavos se transformó en el poco envidiable asunto que tenía que tratar con sus pasados y potenciales enemigos. La reacción española fue predeciblemente orgullosa y poco realista: casi un cuarto de siglo después de 1640 la importación de africanos a Hispanoamérica, donde la demanda era en ese momento baja, estuvo terminantemente prohibida. Sin embargo, los esclavos se importaban de modo ilegal a través de las recién establecidas colonias holandesas, inglesas y francesas del Caribe. En 1662, España cedió con reticencia a la realidad y resucitó el sistema del asiento. (Browser: 142)
Para hacerse una idea de la carrera esclavista llevada por Europa, es necesario señalar las superficies de las islas ocupadas en el Caribe por las potencias europeas. Dejando Jamaica aparte, baste señalar que el año 1625, franceses e ingleses tomaron San Cristóbal; en 1628, Inglaterra ocupaba Barbados (431 km2) y Nevis (que junto a San Cristóbal suma una extensión de 269 km2; en 1632 tomaba Montserrat (102 km2) y Tobago (300 km2); en 1634 Francia ocupaba San Bartolomé (22,1 km2) y Santa Lucía (617 km2); en 1635 Guadalupe (253,8 km2) y Martinica (1128 km2), mientras Holanda, en 1634 ocupaba Curaçao (444 km2) y tomaba asiento en Guayana , y Francia, en 1604 se instalaba en Guayana y el gobernador francés de San Cristóbal, Le Vasseur, tomaba la isla de Tortuga (180 km2). Y esas extensiones de terreno eran superpobladas de esclavos.
Ese frenesí esclavista comportaba no pocos conflictos entre las naciones implicadas en la trata; así, en 1651, la Compañía Británica de las Indias Orientales arrebataba Santa Elena a los holandeses, y un año después es Holanda quién toma el cabo de Buena Esperanza.
Estaban tomando posiciones para el control del tráfico esclavista y del comercio en general, siendo prioritario dominar las rutas comerciales de España, cuestión que queda manifiesta en la trayectoria y en las instrucciones de Cromwell para la toma de Jamaica objeto que se revela en todas las instrucciones de 10 de octubre de 1665 para el Mayor General Richard Fortescue, primer gobernador inglés de Jamaica.
En esos dos sentidos, por circunstancias diversas, España estaba desaparecida, pero también estaba desaparecida en la misión llevada a cabo anteriormente. Por eso, traiciones de por medio, en 1655 perdía Jamaica, isla que acabaría siendo centro del tráfico negrero, a favor de Inglaterra.
Fue en estos momentos cuando Inglaterra, Francia y Holanda lograron arrebatar a España multitud de enclaves en el Caribe que dedicaron muy especialmente a la producción azucarera, y fue en estos momentos cuando se disparó la población esclava en la región. En apenas un siglo, las colonias inglesas importaron más de 2.000.000 de esclavos, y a finales del siglo XVIII, las colonias francesas concentraban cerca de un millón, cifras que, en comparación con los esclavos existentes en las Antillas españolas representaban más del 2000% de éstas, en las que no había más de 100.000, y en cuanto al régimen de esclavitud, es tema para tratar aparte.
A partir de este momento Jamaica llegó a ser el mayor exportador de azúcar a escala mundial.
A principios del siglo XVIII, Jamaica presentaba desde el punto de vista demográfico, una pequeña élite de hacendados blancos y una mayoría de esclavos negros. Sin embargo, esta mayoritaria población negra registró altas tasas de mortalidad debido a las enfermedades, el exceso de trabajo y a las severas y miserables condiciones de vida de las plantaciones; como bien afirma Turner, “La esclavitud en Jamaica mataba”. (Rezzonico)
Y aunque la carencia de derechos sería la norma en las colonias europeas, en 1661 fue promulgado en Barbados el Código de la Esclavitud, que pretendía regular el castigo de los cimarrones, pero que finalmente significó amparo legal para las técnicas de castigo ya aplicadas con anterioridad.
Ya en el preámbulo del Código se establecía que los negros serían tratados como bienes muebles (Chattel Property) en las cortes de la isla. Dicho preámbulo rotulaba a los negros como “una especie de gente pagana, salvaje, insegura y peligrosa” (Citado por Scott & Shade 66). El Código de Esclavitud de Barbados de 1661, no sólo significó la institucionalización legal de la esclavitud sino también sirvió como base y modelo para los Códigos de Esclavitud adoptados en otras colonias británicas, como los de Jamaica de 1664 y 1696, entre otros. (Rezzonico)
Y no sería sólo Barbados... En 1663 Maryland proclamó unas leyes por las que todos los negros eran considerados esclavos, extendiéndose su condición a su descendencia. Y en 1664 se estipulaba que los esclavos debían serlo de por vida, al tiempo que se prohibía el matrimonio entre mujer blanca y hombre negro, siendo condenada a esclavitud perpetua la mujer que casase con un negro.
No fueron los únicos códigos. Sirva como muestra el código de esclavos de Virginia, proclamado en 1682 . En el mismo se dictó la pena de muerte a todo aquel esclavo que escapase de sus amos.
Sirva, para remarcar la existencia de códigos de esclavos, que el adoptado en Jamaica no permitía a los amos matar arbitrariamente al esclavo, aunque si resultaba muerto accidentalmente durante el castigo, no había responsabilidad jurídica.
Códigos posteriores, como el de 1696, condenaba al asesino a ser quemado en la mano, y en 1717, se prohibió mutilar a los esclavos, bajo pena de cien libras.
el código de esclavos de 1664, explícitamente, delegaba derechos estatales soberanos al dueño de esclavos decretando que todos los delitos menores serían juzgados y resueltos por el dueño del esclavo o esclavos. Además de legitimar la facultad directa de los propietarios para castigar a sus esclavos, el Estado proporcionaba los recursos para la punición de éstos en forma privada por parte de sus amos. En ese sentido, los amos podían contratar empleados gubernamentales, tales como el “common whipman” (azotador común, usual), para flagelar a sus esclavos. Este azotador parece haber sido un individuo empleado por la jurisdicción cuyos servicios también podían ser comprados por el dueño de la plantación. (Rezzonico)
Y es que en estos momentos, los esclavistas sentían la necesidad de promulgar códigos especiales para los esclavos. De ahí que Francia, como consecuencia de la revuelta acaecida en Martinica promulgase el Code Noir el año 1685, por el cual se obligaba bautizar a todos los negros (art 2), prohibía cualquier otra religión (art. 3) y obligaba a respetar los domingos y fiestas de guardar (Art. 6), se prohibía a los negros portar armas (art. 15), las reuniones eran castigadas con penas que podían llegar a hasta la muerte (art. 16); se les prohibía el comercio (art 18-19), se estipulaba el mínimo de comida para los impúberes (art. 22), se les prohibía el alcohol (art. 23), a los amos se les obligaba a la manutención y el vestido de los esclavos (art. 24-25-26), a cuidar al esclavo en la vejez (art 27). Los esclavos podrían ser procesados (art 32), pero no podrían ser parte (art 31), estipulaba pena de muerte al esclavo que agrediese al amo (art 33), el robo podía acarrear la pena de muerte (art 35), el esclavo que huía durante un mes, era condenado a la mutilación de las orejas y si llegaba a dos meses, se le cortaba un brazo (art 37), el esclavo podía ser fustigado por el amo, pero no mutilado ni ejecutado (art 42), los esclavos eran declarados bienes muebles (art 44), se respeta la unidad familiar (art. 47).
Evidentemente, el Código Negro ratificaba lo ya actuado, con pequeños matices. Cualquier falta cometida por un esclavo sería juzgada por un Consejo de Guerra que al fin tenía la posibilidad de ordenar el fusilamiento.
Estos códigos, si sirvieron de algo, fue para el crecimiento de las colonias, que lo conocieron de forma espectacular a lo largo del siglo XVIII, y lógicamente, el mayor crecimiento humano estuvo representado por la esclavitud negra, que si en 1690 representaba el ocho por ciento de la población, en 1770, alcanzaba ya el veintiuno por ciento. En ochenta años, poblaciones como Boston, Nueva York, Filadelfia o Charleston habían duplicado o triplicado su población, siendo que, en números absolutos, las colonias británicas pasaron de contar con un total de 250.000 personas en 1700 a 1.600.000 a mediados de siglo, siendo variada la distribución racial. Jamaica acabaría convirtiéndose en una isla cuyos habitantes negros rondaban el 100% de la población, y en otras zonas, como Virginia, el porcentaje se quedaba en el cincuenta por ciento.
Y en esa crecimiento estaban implicados directamente los esclavistas, que pasaron a crear granjas de crianza.
El precio de las mujeres esclavas en edad de tener hijos se elevó espectacularmente, existiendo planes de reproducción que tenían previsto que cada esclava diese a luz un hijo por año. En ese propósito destacaron colonias como Virginia, Carolina del Norte, Maryland, Kentucky, Tenesse y Missouri.
Y el trato legal, acorde con el Código, estricto.
Durante todo el siglo XVIII, el código virginiano de la esclavitud incluía lo siguiente: Si se atrapa al esclavo, el juzgado del condado tendrá competencias para imponer castigos al esclavo en cuestión, bien sea por desmembramiento o cualquier otra forma de castigo, que a su discreción considerase adecuado, para la reforma de tal incorregible esclavo, y para aterrorizar a los demás de tales prácticas.(Zinn 2005)
Al amparo de las prácticas esclavistas llevadas a cabo por los europeos, Portugal, que sí, desde el descubrimiento llevó a cabo transporte de esclavos y sí, cuenta como país implicado en la trata, entre 1720 y 1730 transportó ingentes cantidades de esclavos negros a Minas Gerais, en Brasil, que hasta 1810 recibiría cerca de dos millones de esclavos africanos, siendo que , contrariamente a lo acaecido en las colonias europeas, gran parte de ellos fueron manumitidos y se mezclaron con la población no negra.
El desarrollo de la minería de oro en Brasil estaba intervenido directamente por Inglaterra, que desde su separación de España en 1640, y como sucedería con el resto de España en 1808, ya era, en rigor, colonia inglesa.
Pero, en rigor, las Antillas Menores (Barbados, S. Kitts, Antigua, Santa Lucía, Martinica y Guadalupe) eran las principales sociedades esclavistas del Caribe. Mediado el siglo XVIII, la Jamaica británica y el Santo-Domingo francés se habían convertido en los mayores y más brutales centros de explotación, acumulando un volumen de esclavos que rivalizaba con el de Brasil, siendo que geográficamente se trata de dos regiones incomparables, y acumulando unos índices de mortandad y de baja natalidad sin parangón, consecuencia de los abusivos sistemas de trabajo, que llevaban a los esclavos a la extenuación.
El alto índice de defunciones y la baja natalidad posibilitó que, en 1750, el Parlamento británico diese libertad al comercio de negros, como esclavos, desde y hacia cualquier parte de África entre Sallee, en el sur de Berbería, y el Cabo de Buena Esperanza, a todos los súbditos del rey de Inglaterra, y como consecuencia, en 1754 las colonias británicas tenían una mayoría absoluta de población esclava y los puertos de Londres y de Bristol eran los más importantes del mundo en este comercio.
Entre 1756 y 1763 tiene lugar la guerra de los siete años. En el curso de la misma, en 1758, el comodoro Augustus Keppel tomó para Inglaterra Gorée, en el África Occidental, a los franceses. Otro puerto de embarque esclavista de primer orden quedaba así al servicio de Inglaterra.
Pero el cambio estaba cercano; Inglaterra estaba tramando el cambio en el concepto de esclavitud, más acorde a los métodos que anunciaban los teóricos del liberalismo, y en 1787 Thomas Clarkson funda en Londres la British Antislavery Society, que luego es la base de asociaciones similares en los demás países europeos y americanos.
Mientras tanto, los métodos permanecían incólumes; así, a finales del siglo XVIII la producción de barcos negreros en Inglaterra conoció un especial auge, en parte merced al establecimiento en Cuba de toda una estructura esclavista bajo control británico. Desarrollaron la actividad de tal forma que, en 1806, de los 62 barcos entrados en el puerto de La Habana que se dedican al negocio de la trata, todos consignados por casas locales, 58 eran de bandera y tripulación norteamericana.
Es el caso que en la octava década del siglo XVIII, más de medio millón de esclavos trabajaban en las condiciones señaladas en el Caribe británico, y de hecho, la idea de que la esclavitud era legítima era común, entendiéndose que sin ella no sería posible la supervivencia del sistema económico británico... y sin embargo, en 1807 Inglaterra prohibió el comercio de esclavos y el 1 de agosto de 1838, los esclavos de las colonias inglesas se vieron libres al haberse decretado la abolición de la esclavitud.... Pero en el interín, el número de esclavos residentes se había duplicado con relación a los existentes sesenta años antes.
En cumplimiento de la nueva situación, Inglaterra había llevado a cabo una serie de acciones; así, mientras el crecimiento del número de esclavos en la Antillas se aceleraba, ocupó Sierra Leona en 1787, para destinarla a recibir a los esclavos negros repatriados. Los primeros fueron los residentes en la metrópoli. Los esclavos ingleses no serían destinados a Sierra Leona, ya que el sitio, calificado como idóneo para los negros, era calificado de inhóspito para ellos. En su lugar serían destinados a Australia y a Nueva Zelanda.
En 1785 el gobierno británico quiso aligerar sus prisiones, que estaban abarrotadas, enviando a condenados a Sierra Leona. Edmund Burke, el gran orador parlamentario, salvó a los presos de este destino al manifestarse con pasión en contra de mandarlos a lo que veía como una muerte segura en África. Entonces se escogió como alternativa el lugar, al parecer más salubre, de Botany Bay, en Australia. (Thomas 1997: 342)
En 1788 Inglaterra inició la dominación de Australia en la actual Nueva Gales del Sur con el arribo de una flota de 11 navíos con casi 1.500 ingleses a bordo. Convictos por los delitos más nimios que habían sido deportados en régimen de esclavitud, y durante más de 80 años unos 165.000 convictos fueron transportados a los presidios. Los últimos convictos que fueron trasladados a la fuerza a Australia llegaron en 1868.
La deportación en muchas ocasiones formaba parte de un proceso de selección física para el trabajo duro. En cierto sentido el sistema de convictos era una forma de esclavitud, aunque los convictos podían esperar su liberación tras haber cumplido su sentencia, y sus hijos eran libres desde su nacimiento. Muchos se enriquecieron y pasaron a formar parte de la clase de los colonos, y su turbio origen a menudo era convenientemente olvidado o encubierto.
Este hecho significó el inicio del genocidio en los pueblos aborígenes, que tuvieron que competir por conservar sus recursos vitales. La desestructuración de la sociedad aborigen, la pérdida de sus territorios de caza y de recolección provocó graves hambrunas… Los efectos combinados de las enfermedades, de la pérdida de sus tierras y de la violencia directa redujo la población aborigen en un 90% entre 1788 y 1900.
El mismo año que Inglaterra ocupaba Sierra Leona, Estados Unidos prohibía la esclavitud en el territorio al norte y oeste del río Ohio, y tres décadas después, en 1820, eran ya doce los estados que habían abolido la esclavitud.
Pero se hace necesario destacar que estos abolicionistas no lo eran por cuestiones humanitarias, y esa afirmación tiene como base las ideas de los mismos, de las que podemos empezar a entresacar algunas.
Para Jefferson, del mismo modo que existen graduaciones entre las razas animales y distintos estadios en la evolución, los negros eran notablemente inferiores a los blancos, sin dejar por ello de ser seres humanos. (Aparisi 1990:)
Y es necesario hacer hincapié en el dato, no vaya a pasar desapercibido: En 112 años exterminaron al 90% de la población aborigen.
En relación a la masacre estadounidense de los indios es interesante saber qué opina Carlos Marx, contemporáneo del asunto. Dice Marx:
Bakunin reprochará a los americanos una “guerra de conquista” que ciertamente asesta un duro golpe a su teoría fundada sobre la “justicia y la humanidad”, pero que fue declarada pura y simplemente en interés de la civilización. ¿O es que acaso es una desgracia que la espléndida California sea arrebatada a los mejicanos perezosos que no sabían qué hacer con ella? La “independencia” de unos cuantos californianos y tejanos españoles puede padecer por ello... Pero ¿qué es todo esto al lado de hechos tan importantes para la historia del mundo?”. (“Neue Rheinische Zeitung”, 15 – Febrero – 1849) (Savater, F. (1978). Panfleto contra el Todo. Barcelona: Dopesa, p. 97-98)” (Sáez)
Como contrapartida a la forma de entender la vida, veamos la opinión de un soldado norteamericano participante en el expolio de México:
Una cosa en particular me gustó mucho, y era la igualdad de todas las clases ante el altar de Dios. Porque aquí [en México] vi arrodillándose... al orgulloso castellano en cuyas venas corría la pura sangre de Cortés, al amarillo azteca, al estúpido indio y al decrépito negro, juntos, codo con codo; las distinciones de razas, de color, de riqueza, de clase era [sic] dejada de lado o desconocida y todos parecían considerarse mutuamente, al menos en el santuario, como iguales ante Dios. En una ocasión (y me alegro de que fuera un suceso común) vi a una muchacha española, bonita, joven y rubia, evidentemente de la clase superior, arrodillada y enfrente mismo de ella estaba un viejo mendigo negro en la misma posición, mientras que al lado del negro estaba un caballero castellano y su hijito... todos elevando devotamente sus oraciones... sin ni siquiera un pensamiento de “banco para negros” o “asientos de los pobres”, y entonces deseé que fuera así en mi propia tierra nativa, donde presumimos que todos los hombres son libres e iguales. (Un soldado de Ohio) (cf. Slotkin, The Fatal Environment, p. 186). De interés excepcional es el abandono de muchos soldados irlandeses y católicos de su lealtad americana, no simplemente desertando sino transfiriendo su lealtad a México. El famoso batallón San Patricio, que se distinguió en Buena Vista, fue formado por Santa Anna con esos desertores, cuya voluntad de combatir testimoniaba su motivo para desertar. (cf. Slotkin, The Fatal Environment, p. 187). Desde 1845, Irlanda estaba sufriendo la epidemia de la patata. Los irlandeses cultivaban la tierra de los ingleses, pero se alimentaban de pequeños huertos de patatas que, al ser atacados por un insecto, ocasionaron la muerte de cientos de miles y la emigración de otros muchos a Estados Unidos. En Irlanda había comida, cereales y ganado, pero estaba destinada a bocas inglesas. Inglaterra, tras tres siglos de colonización de la isla, había confiscado el 95 por ciento de las tierras a los nativos. Los soldados irlandeses del ejército norteamericano comprendieron que la guerra de Méjico – una guerra ofensiva en pro de la extensión de la esclavitud– era un acto de tiranía, como la que ellos sufrían en su patria, y decidieron ponerse de parte de la justicia, pasándose al bando mejicano.” (Sáez)
Evidentemente estamos ante una cosmovisión, la británica, que poco tiene que ver con la cosmovisión hispánica. En medio de una campaña mundial para la supresión de la esclavitud, resulta curioso comprobar qué pensamientos anexos eran propios de aquellos que se abanderaban como campeones del abolicionismo. Así, Abraham Lincoln declaraba:
No soy partidario -nunca lo he sido, bajo ningún concepto- de la igualdad social y política entre la raza blanca y la raza negra... Existe una diferencia física entre ellas que les impedirá, siempre, vivir juntas en igualdad social y política. Existe naturalmente una situación de superioridad e inferioridad, y mi opinión es asignar la posición de superioridad a la raza blanca». (Sáez)
Se oponía a la esclavitud, y esa idea la utilizó para defender sus intereses políticos y económicos, pero no podía ver a los negros como a ciudadanos con igualdad de derechos, sino que pretendía su libertad con el único objetivo de mandarlos a África.
De hecho llegó a expresar públicamente:
Diré, pues, que no estoy, ni nunca he estado, a favor de equiparar social y políticamente a las razas blanca y negra (aplausos), que no estoy, ni nunca he estado, a favor de dejar votar ni formar parte de los jurados a los negros, ni de permitirles ocupar puestos en la administración, ni de casarse con blancos...
Y hasta que no puedan vivir así, mientras permanezcan juntos debe haber la posición superior e inferior y yo, tanto como cualquier otro, deseo que la posición superior la ocupe la raza blanca. (Zinn 2005)
Y si de presidentes de los Estados Unidos hablamos, hay que señalar que para Thomas Jefferson no era posible que blancos y negros vivieran bajo un mismo gobierno, y negaba la relación entre ellas si no era mediante la sumisión.
Era absolutamente contrario a la mezcla entre las dos razas, circunstancia que se basaba fundamentalmente en su creencia en la inferioridad de los negros. En sus «Notes on the State of Virginia», afirmaba:
Entre los romanos la emancipación sólo requería un esfuerzo. Una vez manumitido el esclavo podía mezclarse sin manchar la sangre de su amo (ya que fundamentalmente se trataba de esclavos blancos) . Pero, entre nosotros hace falta un segundo esfuerzo, desconocido para la historia . Una vez liberado, debe ser desplazado más allá de la posibilidad de una mezcla. (Aparisi 1990: 462)
En ese sentido, la política inglesa de deportar a Sierra Leona fue redondeada por los Estados Unidos con un hecho idéntico: la conquista , en 1821, de un territorio frontero a Sierra Leona, que recibiría el nombre de Liberia, siendo su capital Monrovia, en honor al presidente usense James Monroe.
Fue la culminación, poco exitosa por otra parte, de una iniciativa que no le correspondía a él, sino a Thomas Jefferson, quién ya en 1779, cuando iniciaban la liberación de esclavos, y siendo poseedor de 260 esclavos, dio pie a un proyecto de ley por el que los libertos debían abandonar los Estados Unidos en el plazo de un año bajo pena de quedar al margen de la ley. El mismo proyecto era extensivo a los mulatos y las mujeres blancas, sus madres.
Si la medida no tuvo total cumplimiento fue debido a la ingente cantidad de esclavos que desconfiaba profundamente de semejante repatriación. No se cumplió la medida, pero con la abolición, los esclavos acabaron sufriendo condiciones en conjunto peores a las padecidas durante la esclavitud, y condenadas a la marginalidad, incrementándose en la población el sentido racista que fue fomentado desde pocos años después del primer arribo de esclavos negros a las colonias británicas con el fin de enfrentarlos a los esclavos blancos y evitar así, en lo posible sublevaciones conjuntas.
Y si no se llevó a efecto el masivo éxodo de esclavos liberados, sin embargo cuajó socialmente la política de marginación .
En medio de estas convulsiones, la situación de los esclavos en los Estados Unidos se veía alterada, motivo por el cual muchos esclavos de las plantaciones de arroz y algodón de Carolina del Sur, Georgia y Alabama, se refugiaron en los territorios españoles de la Florida, donde eran aceptados como hombres libres.
La población negra en estos momentos representaba el 20% de los habitantes de los Estados Unidos1, y la amenaza de revuelta era manifiesta, por lo que, resultando imposible la repatriación, no se hizo mención a la existencia de la población negra (ni para qué citar a la india) en la declaración de independencia, siendo que, por otra parte, los Estados Unidos tomaban el testigo de Inglaterra en el práctico monopolio de la trata atlántica.
El hecho de decir que la Declaración de Independencia, incluso en su propio enunciado, estaba limitada al concepto de "vida, libertad y
felicidad para los machos blancos" no significa denunciar a los creadores y firmantes de la Declaración, que tomaron las ideas de los machos privilegiados del siglo dieciocho. (Zinn 2005)
Mientras tanto, y como complemento necesario para redondear la política británica en lo tocante a la transformación del hecho esclavista, se produjo la que sin duda fue la principal rebelión de esclavos. Era el año 1791, y el lugar, Haití. La rebelión continuaría hasta 1804, con el acceso a la independencia, pero ya en 1794 la Convención francesa había decretado la abolición de la esclavitud en las Antillas francesas.
Se suceden unos años en los que el movimiento abolicionista se expande, siendo que en 1803 Dinamarca se convierte en la primera nación moderna en hacerlo. En 1807 Inglaterra abole la trata y en 1808 se prohíbe la entrada de esclavos en las colonias inglesas 2y en los Estados Unidos, pero esa es una cuestión que no sería totalmente atendida, ya que aunque fue gradualmente abolida en los estados norteños, no sucedió lo mismo en el sur, donde fueron trasladados los esclavos de los estados que la habían abolido, cuestión esta que movió fuertemente la economía.
Y al compás del movimiento abolicionista se reproducían las conjuras y las sublevaciones, que tuvieron especial significado en Carolina del Norte, Georgia y Mariland. En 1830 los negros en Estados Unidos, con 2.328.642 individuos, representaban el 20 por 100 de la población total, y la rebelión general era una obsesión .
Pero el gobierno no estaba dispuesto a que fuese la iniciativa de los rebeldes
la que lograra el fin de la esclavitud. Bien al contrario, el final del régimen esclavista estaría sometido al dictado de los amos, cuyas motivaciones no eran precisamente humanistas, sino economicistas. , y a ello se volcó Abraham Lincoln combinando a la perfección las necesidades del empresariado, la ambición política del partido republicano, y la retórica del liberalismo.
Lincoln pudo usar su habilidad para combinar los intereses de los muy ricos y los de los negros en un momento en el que esos intereses se encontraron. Y pudo vincular estos dos intereses con los de un sector creciente de americanos: los nuevos ricos blancos, de clase media, con sus ambiciones económicas e inquietudes políticas. (Zinn 2005)
El sur de los Estados Unidos, si bien producía una amplia gama de bienes de consumo (azúcar, arroz, tabaco, maíz), tenía su economía centrada muy especialmente en el cultivo de algodón , que si en 1800 producía 320.000 balas, en 1861 eran 4.000.000. Y la mano de obra estaba compuesta por esclavos negros, cuyo número, en ese mismo periodo, había pasado de medio millón a cuatro millones.
Así, aunque la importación legal de esclavos a los Estados Unidos quedó prohibida en 1808 y la esclavitud ilegalizada en numerosos estados a comienzos del siglo XIX, permaneció vigente en el sur hasta la década de los años 1860, cuando la enmienda 13 de la Constitución la declaró extinta. Pero la verdad es que no fue hasta el final de la II Guerra Mundial cuando se adoptaron medidas determinantes. No cabe duda que el proceso de Nuremberg tuvo sus secuelas; una, la citada, y otra, en Oceanía, el fin de la caza de aborígenes. Y es que resultaba sarcástico que los autores de estas actuaciones dilatadas durante siglos fuesen justamente la acusación de los supuestos crímenes de la Alemania Nacionalsocialista.
Por otra parte, si la esclavitud estaba prohibida en los estados norteños, lo era de forma nominal. Los negros libres no tenían la misma libertad que el resto de la población, hasta el extremo que, para 1860, los negros, para poder votar, debían demostrar la posesión de bienes por valor de 250 dólares, exigencia que no era aplicable a los blancos.
Es en estos años cuando se produce un rosario de supresiones nominales, tanto de trata como de esclavitud. Finalmente, la esclavitud había cambiado de nombre, y las actuaciones al respecto, también.
Entre 1818 y 1858 sucedieron fuertes enfrentamientos entre la población sureña de Estados Unidos y los pueblos seminoles (indígenas y afrodescendientes) de la Florida. Las personas estadunidenses intentaron capturar a las esclavizadas que habían escapado e impedir nuevas fugas, a la vez que intentaban adueñarse de territorios más fértiles. Los resultados de estas guerras fueron el desplazamiento de los seminoles y mascogos hacia reservas indígenas en otros estados, por ejemplo, Oklahoma, y la anexión de los territorios de la Florida a la nación del norte.(velázquez 2012: 30)
Para completar la parodia, en 1821 Se constituye en Inglaterra la Sociedad Antiesclavista, presidida por William Wilberforce, y el mismo año, la American Colonization Society desembarca en la Costa de los Granos el primer cargamento de negros libres que dio origen a Liberia.
Pero esa libertad no pasaba de ser una parodia, pues ni Locke, ni Voltaire, ni Diderot, ni Rousseau, ni por supuesto Wilberforce y tantos otros materialistas que se manifestaron contra la institución esclavista, sentían otra cosa que desprecio por quienes estaban sometidos a ella, a quienes con dificultad les reconocían su condición de persona.
Por otra parte, no debemos olvidar que el movimiento abolicionista se centró en el ámbito atlántico, pero justo en ese momento, además de la esclavitud de los súbditos británicos que estaban siendo transportados a Australia y Nueva Zelanda, estaba muy presente en la India, siendo que en 1833 el parlamento británico rechazó aplicar la abolición en estas colonias.
Para la década de 1840, la India continuaba con un régimen esclavista, con un intenso tráfico al amparo de la corona británica.
Y en los Estados Unidos también seguían jugando con dos barajas.
Era el gobierno nacional el que, a la vez que aplicaba tímidamente la ley que tenía que acabar con el comercio de los esclavos, aplicaba sin contemplaciones las leyes que fijaban el retorno de los fugitivos a la esclavitud. Fue el gobierno nacional el que, durante la administración de Andrew Jackson, colaboró con el Sur para eliminar el envío de literatura abolicionista por correo en los estados sureños. Fue el Tribunal Supremo de los Estados Unidos el que declaró en 1857 que el esclavo Dred Scott no podía exigir su libertad porque no era una persona, sino una propiedad. (Zinn 2005)
No en vano, Jackson era negrero, especulador inmobiliario,y exterminador de indios.
Pero la historia de la esclavitud inexorablemente estaba encaminada a sufrir un cambio radical y casi inmediato: En 1863 Holanda suprimió la esclavitud en sus colonias americanas; dos años después quedó abolida en todo el territorio de los Estados Unidos, y en 1873 Inglaterra impuso al sultán de Zanzíbar el fin de la trata; en Cuba se suprimió en 1880, y en Brasil en 1888.
Y los métodos de la Edad Moderna siguieron usándose mientras se convertían en los nuevos métodos actualmente vigentes. Así, destaca la actuación de Bélgica en el Congo llevada a cabo hasta 1914.
Las plantaciones de caucho y los ferrocarriles de la Asociación Internacional fueron construidos con trabajo esclavo y las ganancias iban directamente a los bolsillos del rey Leopoldo II. Fue tal la rapacidad de su régimen que el coste en vidas humanas debido a los asesinatos, el hambre, la enfermedad, la reducción de la fertilidad, ha sido estimado en diez millones de personas, la mitad de la población existente. (Ferguson)
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Texto completo de "La esclavitud en Europa": https://www.cesareojarabo.es/2019/09/la-esclavitud-en-europa-texto-completo.html
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